Viejos y nuevos trucos caseros

Salud, limpieza casera y toda clase de nuevos y viejos remedios de nuestras abuelas que, a menudo sin ser conscientes del todo, seguían unas recetas muy válidas y llenas de sabiduría tradicional. Unos remedios populares que, además de eficaces, eran muy cercanos a la naturaleza y podrían considerarse como naturistas en muchos casos.

Presentamos trucos caseros con ingredientes que todos tenemos a mano, como el vinagre, limón, miel... y que pueden sustituir a muchos productos químicos que amenazan la naturaleza y que utilizamos sin pensar, simplemente por comodidad.

Tanto para obtener valiosos remedios para nuestro bienestar como con los trucos de cocina, vamos a conocer unos cuantos remedios y fórmulas, tanto culinarios para ahorrar tiempo y dinero cuando estemos en los fogones, como para solucionar pequeños trastornos domésticos o de salud. Han sido pacientemente recogidos de fuentes muy diversas (ver bibliografía y agradecimientos) y se ha procurado elegir para todos ellos sustancias y materiales sencillos y productos de siempre. En general nos ayudarán a evitar pequeños desastres domésticos y a seguir un estilo de vida más saludable y natural.

QUEMADURAS

En el caso de que tus manos o piernas sufran quemaduras o escaldaduras, sumerge enseguida en agua fría las zonas enrojecidas. Si te ha pasado en el resto del cuerpo, se recurrirá a compresas frías. Cubre las zonas quemadas con vendajes. Ante grandes superficies quemadas, cúbrelas con paños limpios de lino hasta que llegue el médico. Para evitar infecciones, en ningún caso conviene abrir las ampollas. También proporcionan buenos resultados las aplicaciones de un buen aceite de hipérico.

HERIDAS

Las heridas leves ocasionadas por rasguños o pequeñas heridas, difíciles de cicatrizar, puedes tratarlas con éxito mediante un método sencillo y eficaz, a base de suero de leche (es fácil encontrar en dietéticas unas botellitas con la marca “molkosan”). Después se espolvorean con calcio biológico en polvo y se aplicará cuajada encima durante dos noches seguidas. Si no se dispone de cuajada, entonces pon en remojo grano de trigo o salvado en leche cruda. El trigo tiene que machacarse previamente y se coloca luego sobre la herida. De esta forma, queda limpia y desinfectada. Dos días más tarde, se repite la operación y se colocan encima hojas machacadas de col rizada. Las cataplasmas de hojas de col curan mejor que muchos remedios modernos.

Los alerces o cualquier otro árbol de la especie de las coníferas son eficaces para combatir resfriados y catarros.

INFLAMACIÓN DE LOS OJOS (CONJUNTIVITIS)

¿Sabes lo que puede ser útil, cuando un familiar o un amigo sufre una inflamación de los ojos, por haber estado demasiado tiempo en la nieve o remando a pleno sol? ¿Qué conviene hacer cuando los ojos te arden por la noche? Muy sencillo: coges un huevo, tomas la clara y la bates ligeramente; luego la colocas sobre un pañuelo y lo aplicas suavemente sobre los ojos. Verás con agrado cómo tú mismo, o tu familiar, va a poder dormir, al disminuir el fuerte ardor y cómo, a la mañana siguiente, la inflamación habrá desaparecido parcial o totalmente.

Si no tienes un huevo a mano puedes usar cuajada de leche. Son remedios antiguos y eficaces que ayudan también en caso de ceguera solar a causa de la nieve dura o en los glaciares de las altas montañas.

RESFRIADOS

Cuando se trata de un resfriado con mucha secreción nasal, la mejor ayuda es la cebolla (Allium cepa). Basta simplemente cortar una rodaja de cebolla fresca, la sumerges rápidamente en un vaso con agua muy caliente y la vuelves a sacar. Esta agua la tomarás a pequeños sorbos durante el día, lo cual constituye también un remedio excelente contra los resfriados primaverales. Si además, colocas una cebolla partida en trozos sobre la mesita de noche para que durante el sueño puedas aspirar el olor que despide continuamente, ésta te hará disminuir considerablemente el resfriado y la propensión a padecer catarros. También actúan favorablemente las cataplasmas de cebolla aplicadas en torno al cuello durante la noche.

Junto a otros remedios tradicionales, como el zumo de limón, el resfriado se puede combatir también aspirando agua salada por la nariz.

CATARROS

En invierno, o en zonas frías, es fácil padecer resfriados y catarros. Si vivimos cerca de algún jardín con árboles como el abeto, un alerce, un pino o cualquier otro árbol de la especie de las coníferas, los aprovecharemos. En ellos existen permanentemente brotes; bien sean germinando, desarrollándose, o cerrándose, preparados ya para el año próximo. Recoge estos brotes y mastícalos durante el día, lenta y detenidamente, tomando de vez en cuando un nuevo brote. Verás desaparecer el catarro a los pocos días.

Durante la noche convendría colocar en torno al cuello un paño mojado en aceite, luego lo cubres con un paño de lana para mantener el calor y pronto desaparecerá la necesidad de toser.

CONSUELDA PARA TORCEDURAS Y DOLOR DE MUELAS

Para curar torceduras y aliviar el dolor que producen puedes tomar infusión de bardana (Arctium lappa) y aplicar sobre la zona afectada compresas de hojas de consuelda (Symphytum officinale). Para reducir la hinchazón aplica durante las primeras ocho horas una compresa fría de tintura de árnica (Arnica montana). Es muy importante que renueves la compresa a cada hora.

El árnica también te resultará de gran utilidad para menguar los temibles dolores de muelas. Si aplicas directamente sobre el diente dolorido