POSESIONES O ¿TRASTORNOS NEUROLÓGICOS
Aunque no siempre los teólogos y miembros de la jerarquía de la Iglesia actuaban con tanta firmeza y crueldad, admitiendo que la locura estaba presente en muchos casos, en numerosas ocasiones, sin embargo, reconocían que las personas que manifestaban tales síntomas podían estar manteniendo de forma secreta algún pacto o trato con el diablo, es decir, que se dedicaban a la brujería. Los implacables confesores deducían que, debido a ello, estos herejes caían víctimas de una posesión demoníaca. Si dichas personas terminaban siendo juzgadas por el Santo Oficio, su destino era casi inevitable: la muerte. Lamentablemente, esta actitud fanática e intolerante contra individuos que solo sufrían alguna psicopatología o trastorno neurológico duró siglos.
No sería, pues, hasta el siglo XVIII, en plena Ilustración, cuando se intentó poner freno a todas estas creencias supersticiosas y dañinas. Fue cuando comenzó a evaluarse la epilepsia, de tremendo dramatismo, desde la medicina. En 1763, salió publicado el primer tratado americano sobre dicha enfermedad, escrito por el médico hispano Pedro de Horta. Llevó por título: Informe Médico-Moral de la penosissima y rigorosa enfermedad de la epilepsia. Se sabe poco del autor, únicamente que obtuvo el título de bachiller por el Tribunal de Protomedicato de México y que era médico titular de los conventos de San Gerónimo y de San Pedro en Puebla de los Ángeles (México), entonces Virreinato de Nueva España. “Se trata de un libro relativamente raro, apenas se conservan diez ejemplares, uno en la biblioteca colombina de Sevilla y otro en la Francis, declara el doctor , jefe de la Sección de Neurología del Hospital Universitario “Príncipe de Asturias” de Alcalá de Henares (Madrid).
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