Rico en fibra
Los defensores de los cereales integrales y de un mayor consumo de alimentos crudos son apoyados en estos momentos por expertos que ahora se mueven con entusiasmo en favor de la fibra, convertida en un elemento “de moda” en Europa, pero sobre todo en Norteamérica, en donde los desmanes de la llamada “comida rápida” (también “comida basura”) han desencadenado una seria preocupación en los organismos oficiales responsables de la salud de la gente. La Asociación Médica, el Instituto Nacional del Cáncer y la Asociación Norteamericana de Dietética, las tres en EE.UU., se unieron en un llamamiento a favor de un mayor consumo de cereales integrales, legumbres, frutas y hortalizas en general.
Pero no se trata de un nuevo descubrimiento: el conocimiento de la im-portancia de la fibra se remonta a los tiempos de la medicina antigua. Lo que creemos una revelación moderna hunde sus raíces en la antigüedad.
Hipócrates recomendaba con insistencia el consumo del grano integral, por sus “saludables efectos sobre los intestinos”. Los atletas romanos se tomaban esta recomendación muy en serio y consumían cereales integrales para preservar su resistencia y su fuerza.
Pero no obstante, y a pesar de todo, incluso el mismísimo Hipócrates creía que las harinas más refinadas eran superiores: pensaba erróneamente que gracias a ellas los intestinos se movían menos, es decir, que era mejor que tuvieran menos “trabajo”.
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