Rolando Moya Tasquer
Escribir sobre Rolando Moya Tasquer, un arquitecto de vigorosa e interesante personalidad que ha influido significativamentew en el desarrollo de la Arquitectura en Ecuador, durante más de 40 años, es un gran reto para quien ha compartido seis décadas de su vida1 .
Llegó a Quito en 1975, venía de un país al borde del caos y a las puertas de una dictadura (marzo 1976) que sería una de las más cruentas de América Latina, de modo que Ecuador y Quito fueron islas de paz, propicias para el trabajo fecundo. En esas circunstancias se incorporó decididamente a la docencia en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central del Ecuador2 . Realizó en equipo la exposición sobre la planificación de Esmeraldas3 . Poco después, Rolando sería factor esencial para la creación de Trama Revista de Arquitectura (1977); con su incorporación al Colegio de Arquitectos participó en la fundación de la Bienal de Arquitectura de Quito (1978); contribuyó a la consolidación de Trama Ediciones, con la coautoría de numerosos títulos de arquitectura. Sus aportes han sido importantes no solo en aspectos organizativos e institucionales, de difusión y estímulo a la participación profesional, sino, esencialmente, en la construcción de pensamiento en arquitectura y su historia, en docencia y en la manera de aprender y hacer; sus propuestas trascienden al ámbito de la arquitectura al buscar el sentido de la existencia humana.
Momento Uno La Docencia
El interés por la docencia nació en la vivencia apasionada de ser estudiante y el compromiso con la arquitectura y la sociedad, y continuó en la práctica a la que ingresó por concurso en el Taller de Proyectos4 , con una sugestiva exposición crítica sobre la casa de las tres bóvedas de Le Corbusier. Así, fue moldeando una concepción del proceso de aprendizaje como un objetivo y compromiso común de docentes y estudiantes. No era suficiente que el profesor “conociera” el contenido de su materia, sino que supiera involucrarse en el proceso y métodos de aprendizaje, Rolando Moya Tasquer posee esa capacidad de interesar, incitar, responsabilizarse, comprometerse, descubrir, compartir, acompañar, escuchar.
Siempre hay un tiempo anterior de experiencias y aprendizajes que, al estar en una realidad diferente, desafiaban a “saber verla” para poder participar, imaginar y realizar. Su actitud en el proceso de docente, implicó que, a pesar de su alejamiento involuntario5 , quienes fueron sus estudiantes6 lo recuerden como un maestro, con afecto y reconocimiento, los encuentros son afables, la conversación fluye, como si el tiempo no hubiera transcurrido, aunque no solo el profesor tiene su cabeza poblada de canas.
A. El Taller Integral
El Taller fue el ámbito propicio para generar la reflexión y la práctica sobre la arquitectura y el aprendizaje. Experiencias de universidades argentinas7 fueron referentes para continuar construyendo el Taller Integral8 . Su estructura abarcó todos los niveles y todas las materias del plan, como una pequeña facultad9 ; su objetivo era integrar conocimientos y prácticas a la columna vertebral: el proyecto arquitectónico10 . La FAU presentó en la CLEFA, Guayaquil 1978, la ponencia El Taller Integral. Una experiencia interdisciplinaria11 .
Conocer la ciudad, su entorno y su arquitectura
A la ciudad se la conoce de múltiples maneras y todas son complementarias. de Quito fue una experiencia única,pionera,que promovió el trabajo en equipo para generar sentido de pertenencia al taller, a la ciudad, al país, . La gran maqueta, fue el pretexto
