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''Pensar la historia, pensar la política… a manera de Lorenzo Meyer''
''Pensar la historia, pensar la política… a manera de Lorenzo Meyer''
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Ebook529 pages11 hours

''Pensar la historia, pensar la política… a manera de Lorenzo Meyer''

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En esta obra se exponen los principales temas que ha estudiado el Dr. Lorenzo Meyer, en los que ha sido un precursor y un maestro del más alto nivel. En sentido estricto, este esfuerzo editorial busca un intercambio vivo de ideas con Lorenzo y con su obra; asimismo, forma parte de un proceso permanente y fructífero desde hace varios lustros que hab
LanguageEspañol
Release dateJul 24, 2019
''Pensar la historia, pensar la política… a manera de Lorenzo Meyer''

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    ''Pensar la historia, pensar la política… a manera de Lorenzo Meyer'' - Ilán Bizberg

    Primera edición, 2016

    Primera edición electrónica, 2016

    D.R. © El Colegio de México, A.C.

    Camino al Ajusco 20

    Pedregal de Santa Teresa

    10740 México, D.F.

    www.colmex.mx

    ISBN (versión impresa) 978-607-462-887-6

    ISBN (versión electrónica) 978-607-628-091-1

    Libro electrónico realizado por Pixelee

    ÍNDICE

    PORTADA

    PORTADILLAS Y PÁGINA LEGAL

    ÍNDICE

    INTRODUCCIÓN

    PALABRAS EN EL HOMENAJE A LORENZO MEYER. Enrique Florescano

    LOS PASOS DE MEYER. Sergio Aguayo

    HISTORIA DE MÉXICO

    LA COLONIZACIÓN, INDEPENDENCIA Y ANEXIÓN DE TEXAS: DILEMA DE LA POLÍTICA MEXICANA. Josefina Zoraida Vázquez

    La cuestión texana y la política mexicana

    Santa Anna, la cuestión de Texas en la política y la prensa

    La anexión de Texas y el intento mexicano de negociación

    HISTORIA DEL PETRÓLEO MEXICANO Y SU PATRIMONIO HISTÓRICO: REFLEXIONES A PARTIR DE LOS ESTUDIOS DE LORENZO MEYER. Carlos Marichal y Joel Álvarez de la Borda

    El petróleo mexicano y la historia global

    La importancia de los archivos y del patrimonio histórico de empresa

    Reflexiones finales: el impulso a nuevos programas de estudios del petróleo y los energéticos

    DEMOCRACIA Y NACIÓN

    LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA EN MÉXICO (EN TORNO AL ANÁLISIS DE LORENZO MEYER SOBRE EL PROCESO POLÍTICO CONTEMPORÁNEO). Alberto Aziz Nassif

    Tres visiones sobre el regreso del PRI

    MÉXICO: UNA TRANSICIÓN DESPERDICIADA. Ilán Bizberg

    La guerra contra las drogas y el renacimiento de la sociedad civil

    La situación de la democracia mexicana

    Conclusión: México: ¿una democracia fallida?

    Bibliografía

    LAS IZQUIERDAS ELECTORALES EN MÉXICO, 1979-2006. Reynaldo Yunuen Ortega Ortiz

    La izquierda y las elecciones

    Evolución electoral de la izquierda en México 1979-2006

    El realineamiento y la elección del 2 de julio de 2000

    Las elecciones intermedias de 2003

    Las elecciones del 2 de julio de 2006

    Bibliografía

    ANTECEDENTES, DESARROLLO, DECADENCIA Y POSIBILIDADES ACTUALES DEL NACIONALISMO DE ESTADO EN MÉXICO. Bernardo Mabire

    Cinco siglos en un par de páginas

    Dos grandes tradiciones antiestatistas en el siglo XX

    Nacionalismo, educación y cultura

    Nacionalismo y política

    Nacionalismo y política exterior

    Nacionalismo y economía

    Decadencia del proteccionismo y triunfo del liberalismo

    El desvanecimiento de la política exterior

    Neoliberalismo y seudodemocracia

    La carencia de una gran ruptura

    La desolación del panorama de hoy

    Posibilidades vigentes del nacionalismo

    Necesidad y peligros de reconstituir el poder estatal

    ECONOMÍA Y COMERCIO

    EL FRACASO DEL MODELO ECONÓMICO DE APERTURA Y LIBERALIZACIÓN. José Romero

    Introducción

    Industrialización

    Productividad

    Educación

    Conclusiones

    Referencias

    MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS: COMERCIO, DESARROLLO Y POLÍTICAS DE GESTIÓN DE LA FRONTERA A PARTIR DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2001. Gustavo Vega Cánovas

    Introducción

    La frontera entre México y Estados Unidos a la sombra del 11/09

    Evaluación de las políticas de gestión de la frontera desde el 11/09

    Nuevas iniciativas de gestión de la frontera a partir de 2013

    Conclusiones

    RELACIONES INTERNACIONALES Y POLÍTICA EXTERIOR

    LA CONFERENCIA DE CHAPULTEPEC: EL EQUÍVOCO DE LA DIPLOMACIA AVILACAMACHISTA. Soledad Loaeza

    La política exterior de Manuel Ávila Camacho

    La Conferencia Interamericana sobre Problemas de la Guerra y la Paz

    Conclusiones

    ENTRE DOS REGIONES: ALCANCE Y LÍMITES DE MÉXICO COMO NACIÓN-PUENTE. Mónica Serrano

    Introducción

    La lucha por sobrevivir

    Las relaciones internacionales del régimen revolucionario

    La búsqueda de autonomía de México en el periodo de la posguerra

    El desafío a la gravedad

    La fuerza de la gravedad

    Conclusión

    Bibliografía

    LA VISIÓN DE LORENZO MEYER EN TORNO A LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO. Froylán Enciso

    Fragmento 1: La entretenida relación con las dos Españas

    Fragmento 2: Análisis de la relación con la República española

    Fragmento 3: Presente y futuro de la dignidad mexicana

    AMÉRICA LATINA

    EL CAMBIO POLÍTICO EN AMÉRICA LATINA. José Luis Reyna

    El contexto

    El cambio

    El caso mexicano

    La alternancia y los dos sexenios panistas

    El PRI regresa al poder

    A manera de conclusión

    PODER, DEMOCRACIA Y VIOLENCIA PÚBLICA EN COLOMBIA: LA HISTORIA. Marco Palacios

    El problema de los derechos

    Tres países

    Estado y sociedad en la cinta de Moebius

    Del civilismo oligárquico a la Violencia y a la irrupción de las drogas

    Paz arriba, clientelismo abajo

    Un entramado de elecciones y lucha armada

    La cuestión agraria y la violencia pública

    Las nuevas guerrillas y la pérdida de los orígenes

    Visiones de la contrainsurgencia

    La diplomacia interna del Estado con los grupos armados (1980-2006)

    Conclusiones

    COLOFÓN

    CONTRAPORTADA

    INTRODUCCIÓN

    El libro Pensar la Historia, pensar la Política… a la manera de Lorenzo Meyer surgió a partir de la idea de llevar a cabo un seminario que abordara los temas de estudio y las líneas de investigación que han ocupado la atención de nuestro colega en sus más de 40 años como profesor en el Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México y como uno de los intelectuales mexicanos contemporáneos más reconocidos.

    Dicho encuentro de ideas se realizó el 29 de mayo de 2013 en el Auditorio Alfonso Reyes de El Colegio de México, en lo que uno de los participantes, Alberto Aziz, calificó como un homenaje, pero en vez de entregar medallas y diplomas, intentaremos hacer una conversación, un diálogo académico. Y en sentido estricto así fue: un intercambio vivo de ideas con Lorenzo y con su obra, que si bien se concentró en ese día, en realidad ha sido un proceso permanente y fructífero desde hace varios lustros, y confiamos en que habrá de continuar durante muchos más en las aulas de clase, en los espacios de reunión en El Colegio de México y en otros ámbitos académicos.

    En el seminario se expusieron los principales temas que ha estudiado Lorenzo Meyer, en los que ha sido un precursor y un maestro del más alto nivel: la política internacional, en especial la que se ha dado en torno al petróleo; la relación bilateral entre México y Estados Unidos, en sus aspectos históricos, políticos y económicos; la naturaleza del Estado, del sistema político y de los partidos políticos mexicanos, así como el proceso de democratización en nuestro país; los modelos económicos recientemente seguidos; nuestras semejanzas y diferencias con el resto de América Latina.

    Ese diálogo se plasma ahora en esta obra que recoge en cinco apartados las contribuciones de 15 colegas de Lorenzo Meyer, de dentro y de fuera de El Colegio de México.

    Comenzamos con un escrito de Enrique Florescano en el que habla de Lorenzo Meyer como amigo e historiador. Recapitula 52 años de amistad, desde sus tiempos como alumnos de la primera generación del Centro de Estudios Internacionales del Colmex hasta la actualidad. En el recuerdo de ese prolongado lapso de tiempo, Florescano dibuja la trayectoria de Meyer. Los juveniles años formativos en los que ambos compartieron intereses comunes sobre el devenir del país y el descubrimiento indeleble del cine, la literatura, la música y las artes en general.

    Más adelante, el autor rememora el despegue de Lorenzo como historiador con sus estudios de la historia reciente de México, mediante los cuales derribó cercas decimonónicas, abrió horizontes y escribió libros imprescindibles para comprender el desarrollo económico, político y social de México en los siglos XIX y XX y la actualidad. Continúa con el relato de los años de maduración de Meyer, en los que adquirió prestigio y reconocimiento tempranos por sus innovadoras investigaciones sobre las relaciones económicas y políticas de México con Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra, España y el capitalismo occidental.

    A la par de su discurrir en el terreno de la investigación, Florescano destaca su perfil docente: profesor brillante, didáctico y ortodoxo, pero abierto al debate y la discusión de sus tesis académicas y sus posiciones políticas, así como su incursión como intelectual de prestigio presente en los medios de comunicación, igual con su pluma que con su voz.

    La semblanza de Lorenzo Meyer se complementa con el texto Los pasos de Meyer, de Sergio Aguayo. Aquí, Lorenzo aparece como miembro de la Generación del 68 mexicana; el autor señala que tras el cisma interno que la noche de Tlatelolco le provocó, Lorenzo (en ese entonces estudiante de doctorado, investigador en ciernes), adoptó la opción preferencial por la crítica independiente que lo acompañará con una consecuencia indeclinable hasta la fecha. Mientras otros miembros de esa generación de jóvenes mexicanos optaban por los escenarios de la lucha armada o de la militancia en nuevos partidos políticos, Meyer se atrincheró en las bibliotecas, los archivos y el aula, desde donde resolvió sus dilemas y ahuyentó sus fantasmas sometiendo al sistema político a la prueba de la evidencia.

    Aguayo recuerda esos tiempos vividos por Lorenzo Meyer: años de hostigamiento o indiferencia por parte de las élites políticas hacia sus críticos, entre los que nuestro personaje ya empezaba a destacar como uno de los más agudos. Entonces, la crítica política y el compromiso social de Lorenzo salta a los medios, y así lo recapitula Aguayo: el periódico Reforma, los programas de análisis y debate político del canal 11, las mesas de discusión de Carmen Aristegui.

    El autor cierra el círculo de la semblanza rememorando al Lorenzo Meyer científico político e historiador, intelectual agudo, generoso y claridoso que mantiene intacta su capacidad para la indignación contra las desigualdades, la corrupción y la impunidad.

    En el primer apartado, Historia de México, hemos reunido los trabajos que tratan sobre Lorenzo Meyer como historiador, así como aquellos que abordan las temáticas que desde esa faceta de su labor ha explorado.

    Josefina Zoraida Vázquez, en su ensayo La colonización, independencia y anexión de Texas: dilema de la política mexicana, rastrea históricamente los orígenes del dilema texano para México. La autora recuerda que desde la década de 1820, un grupo de colonos interesados en la anexión de Texas promovió la independencia, por lo que Santa Anna tuvo que emprender una expedición en 1835 ante el avance del movimiento escisionista, aunque finalmente Texas proclamó su independencia.

    Señala, asimismo, cómo la esperanza del pueblo mexicano por recuperar la provincia, a pesar de los inexistentes recursos para hacerlo, convirtió la cuestión de Texas en una instancia de discordia partidista, pues nadie estaba dispuesto a asumir los costos del reconocimiento de la separación texana.

    Entretejiendo los aspectos políticos y económicos del conflicto, Vázquez recapitula con detalle la creciente crispación en las relaciones entre México y Estados Unidos, así como el reconocimiento de la independencia texana en 1837 por parte de este último, que como cascada fue trayendo los de las potencias europeas: Francia y Gran Bretaña.

    El ensayo aborda a continuación la crisis política interna provocada ante la contundencia de los hechos, que provoca la caída del presidente Santa Anna y la posterior normalización del gobierno al mando de José Joaquín de Herrera, a quien corresponderá el obligado reconocimiento de la separación texana y de su posterior anexión a Estados Unidos, en medio de enconadas luchas entre federalistas y centralistas, entre radicales y moderados, en la arena política nacional.

    Profundamente dividido, México enfrentó la inminencia de la guerra contra Estados Unidos. Apenas con el desembarco en Veracruz [de las fuerzas estadounidenses] se dejó de hablar del dilema de Texas y se reconoció que [lo que se enfrentaba] era una invasión de conquista para tomar la anhelada California y consolidar un territorio continental, concluye la autora.

    En Historia del petróleo mexicano y su patrimonio histórico: reflexiones a partir de los estudios de Lorenzo Meyer, Carlos Marichal y Joel Álvarez de la Borda ofrecen un recuento de la historia petrolera de México a partir de los procesos nacionales e internacionales de principios del siglo XX. El capítulo inicia con un reconocimiento a la contribución de Lorenzo Meyer al estudio de la historia petrolera mexicana, especialmente desde una mirada de las relaciones internacionales y de la diplomacia y de las muchas veces conflictivas relaciones entre México y los Estados Unidos por una parte y con Gran Bretaña por otra.

    Marichal y Álvarez analizan el auge y caída de la producción petrolera en México. Aunque más lento de lo esperado, el primero arranca con la apuesta de Porfirio Díaz a favor del petróleo como base de la prosperidad de la república y del posicionamiento de México entre los principales países industriales del mundo. De este modo, la primera Ley del Petróleo, del 24 de diciembre de 1901, buscó fomentar la explotación industrial de recursos petroleros por parte de individuos o empresas (nacionales o extranjeros) e incentivó, poco a poco, el arribo de empresarios extranjeros empeñados en desarrollar una industria integrada. Dos empresarios, uno británico, Weetman D. Pearson, y otro norteamericano, Edward L. Doheny, establecieron los cimientos de las compañías que dominarían la industria petrolera mexicana durante el primer cuarto del siglo XX. La venta de estas empresas a los colosos petroleros emergentes, Royal Dutch-Shell (hoy Shell) y Standard Oil (hoy Exxon), alteraría la correlación de fuerzas entre el gobierno mexicano y las compañías petroleras. Sólo las políticas nacionalistas de Cárdenas pondrían fin a años de controversia petrolera en torno a regalías, cargas fiscales y derechos de propiedad, y con la expropiación, el control de la industria petrolera pasaría a manos de la nación.

    En la segunda parte del capítulo, además de ofrecer una breve descripción de diversos archivos nacionales e internacionales para el estudio del petróleo en México, Marichal y Álvarez se refieren a los acuerdos que en 2006 y 2007 Pemex y El Colegio de México celebraron para la creación de la página web Fuentes para la historia del petróleo en México.

    Marichal y Álvarez concluyen con un llamado urgente. Por un lado, proponen crear un archivo de historia oral que permita reunir los testimonios de quienes han participado en el desarrollo reciente de Pemex: ingenieros, geólogos, químicos, administradores, directivos. Pero también llaman a rescatar y preservar el patrimonio arquitectónico de Pemex, desde edificios administrativos, antiguos pozos y refinerías, hasta la creación de un Museo del Petróleo que sirva de apoyo a la difusión, docencia e investigación. Su llamado a la creación de un programa de estudios de la historia y de la actualidad del petróleo en México, que permita incorporar el enfoque de las ciencias sociales a una temática que por lo general se estudia desde la ingeniería o la gestión administrativa, sería, sin duda, el mayor homenaje al trabajo pionero de Meyer sobre el petróleo en México.

    El segundo apartado del libro, Democracia y nación, analiza uno de los temas que ha preocupado más a Lorenzo Meyer en los últimos tiempos, el del pedregoso camino de la transición hacia la democracia en México.

    Se inicia con el ensayo La conflictiva construcción democrática en México, de Alberto Aziz Nassif, quien se centra en dos libros de Meyer, El Estado en busca del ciudadano y El espejismo democrático. El autor considera que en México se ha dado una conflictiva y nunca acabada construcción de un orden democrático, la cual analiza en tres fases distintas: 1) La transición propiamente dicha, vista como lucha contra la adversidad, avances pequeños y enormes retrocesos, cambios de reglas que no permitían la alternancia. Esto fue así hasta que se sincronizaron tres factores que hicieron posible la alternancia en el año 2000: el cambio de reglas, el desempeño de los actores y las redes sociales. 2) La alternancia y la gran decepción, fase en la cual, como escribió Meyer en El Estado en busca del ciudadano, el Estado no encontró al ciudadano, se desorganizó y se debilitó con el objetivo de impulsar la democracia. 3) De ahí se pasó al espejismo democrático, o de la euforia del cambio a la continuidad; de la ineptitud foxista a la obsesión calderonista. Por esta razón, entre 2005 y 2006 México pasó por una severa crisis a la que Charles Tilly llamaría desdemocratización y que condujo finalmente al retorno del PRI a la presidencia de la República.

    Sobre este último tema, Aziz propone tres hipótesis: la idea de que el regreso del PRI significará el retorno al viejo sistema, si no en términos completamente similares, sí con muchos parecidos. Está la segunda hipótesis, según la cual en la medida en que con la democratización y la alternancia nos encontramos en otra realidad, el PRI no puede ser el mismo porque el país y el entorno internacional han cambiado de forma significativa. La tercera es una síntesis de las dos anteriores: considera que sí hay posibilidades de retrocesos, que no hay avances definitivos, pues existen espacios autónomos que pueden vulnerarse con un costo que sería muy alto.

    Ilán Bizberg, en su capítulo México: una transición desperdiciada, analiza la manera en la cual en uno de los temas fundamentales de la trayectoria de Meyer —la democratización y la constitución del Estado nacional— el saldo es totalmente negativo. De hecho, nos plantea el autor que se trata de una oportunidad fallida. Doce años después de la alternancia en el poder —cuando el PRI perdió la presidencia de la República luego de más de 70 años de un régimen que inició como una alianza nacional-popular con el cardenismo, pasó por un periodo de autoritarismo y luego por un proceso de democratización—, el PRI regresa para encabezar el Ejecutivo nacional, en un sistema político que conserva aún muchas de las estructuras autoritarias del ancien régime.

    Bizberg indica que la elección del año 2000 fue percibida como el último peldaño de la larga transición que comenzó en 1977 con la reforma política, que permitió la participación de los partidos de izquierda y que contribuyó a poner fin a la guerrilla. Sin embargo, la presidencia de Fox decepcionó ampliamente las expectativas democráticas al no dar seguimiento a los escándalos de corrupción que se produjeron al final del sexenio priista, adaptándose al funcionamiento de las corporaciones sindicales y, sobre todo, por su intervención activa en las elecciones de 2006 en contra del candidato de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, dando así pie a un conflicto postelectoral y al no reconocimiento por parte de dicho candidato de la victoria del candidato del PAN, Felipe Calderón.

    Al ahondar en su caracterización de transición desperdiciada para el caso mexicano, el autor señala que la más reciente elección presidencial, del 1 de julio de 2012, estuvo manchada de irregularidades y acusaciones de compra de votos, de publicidad escondida por parte del candidato del PRI y por el evidente desvío de recursos financieros estatales para las campañas.

    Pero lo más representativo del segundo sexenio del PAN, según Bizberg, fue la trágica guerra contra el narcotráfico que causó alrededor de 80 000 muertos y cuya violencia contaminó a la delincuencia en México, haciendo que los delitos menos graves fueran cada vez más violentos y que la lucha entre las bandas fuera cada vez más cruel. Esta situación ha conducido a una degradación de la seguridad en México, causando múltiples víctimas colaterales de la guerra contra el crimen organizado, además de varios asesinatos a periodistas. Finalmente, como han constatado diversas organizaciones defensoras de derechos humanos, la utilización del ejército para cumplir tareas de seguridad interna ha producido innumerables abusos contra los derechos humanos, concluye el autor.

    En su ensayo Las izquierdas electorales en México, Reynaldo Ortega analiza el desarrollo histórico y electoral de la izquierda mexicana con el fin de identificar los retos fundamentales a los que se enfrenta. Para este autor, el movimiento estudiantil de 1968 representa los orígenes del sistema político actual mexicano, en tanto puso en crisis el sistema de representación y develó la brutalidad del autoritarismo. En consecuencia, las reformas electorales de 1973 y 1977 intentaron darle cauce institucional a la lucha política y mejorar los canales de representación. Durante estos años, sin embargo, la izquierda mexicana avanzó lentamente en términos electorales; hasta 1988 tuvo la oportunidad de derrotar al partido hegemónico, ocasión mermada por el fraude electoral.

    En el ámbito político, mientras que el presidente Carlos Salinas buscó apoyo en el PAN, trató a la izquierda por medio del clientelismo y la violencia. Durante estos años, el PRD lidió, además de con la violencia por parte del gobierno, con los retos propios de formar un partido.

    Resultado de la presión generada por el movimiento zapatista, en 1996 tuvo lugar una nueva reforma electoral y para el año 2000 el PRI perdió diferentes puestos de elección popular: la presidencia —joya de la corona—, la mayoría absoluta en ambas Cámaras del Congreso y diferentes gubernaturas. Pero si bien se generó un cambio en el sistema político y electoral, la izquierda no entendió que los votantes de oposición buscaban terminar con el predominio del PRI, y no la elección de un programa político determinado. La percepción del electorado fue que la Alianza por el Cambio, entre el PAN y el Partido Verde Ecologista de México, tenía mayores probabilidades de éxito que las opciones de izquierda. La derecha mexicana, sin embargo, presentó malos resultados al gobernar, por lo que el PRI logró dominar la Cámara de Diputados en las elecciones de 2003 y recuperar varias gubernaturas.

    Ortega señala que en la elección presidencial de 2006, la más competida en la historia reciente del país, con el lema por el bien de todos, primero los pobres, López Obrador enfatizó la prioridad de la clase obrera, pero trató de generar una coalición supraclasista que le generó buenos resultados; sin embargo, las elecciones de ese año demostraron, a los ojos de los electores de izquierda, la incapacidad de las instituciones para propiciar una competencia libre y equitativa, y para hacer valer la ley.

    Así, para Reynaldo Ortega el principal reto del PRD es convertirse en un partido con presencia en todo el país (especialmente implantarse en los estados del Bajío y el norte), no limitarse al ámbito electoral, mantener el movimiento y mejorar su ejercicio del poder. El autor concluye argumentando que los partidos políticos fuertes, dentro de un sistema de partidos de pluralismo moderado, son indispensables para la democracia mexicana, pues sólo el acercamiento entre instituciones, clase política y ciudadanos evitará el fortalecimiento de visiones antisistémicas que cuestionen constantemente el funcionamiento de la democracia.

    Bernardo Mabire cierra este apartado con el trabajo Antecedentes, desarrollo, decadencia y posibilidades actuales del nacionalismo de Estado en México. Realiza un recuento histórico del nacionalismo de Estado en México, desde la Conquista hasta sus posibilidades vigentes. El autor entrelaza la historia del nacionalismo de Estado con la historia política del país; relata los proyectos de nación y los intentos por construirla.

    La reconstrucción de la nación se inició con la institucionalización de un nuevo sistema político en la segunda década del siglo XX, cuando el Estado asumió esta tarea ante la supuesta falta de movilización de la sociedad. Sin embargo, los momentos de refundación nacional han fallado debido a la falta de cataclismos o rupturas en la historia del país, con lo cual las élites se mantienen o recrean y no surge una izquierda respetable.

    Mabire analiza también cómo se relaciona el nacionalismo de Estado con cuatro ámbitos. El nacionalismo oficial se basó en el éxito relativo de las políticas económicas estatales, incluido el proteccionismo, que contribuyeron a reforzar las instituciones públicas. La fórmula generó el auge de la clase media y del empresariado —el último desafiaba esporádicamente al Estado—, pero enfrentó una serie de crisis, donde el apoyo de Estados Unidos fue indispensable para superarlas. El advenimiento del neoliberalismo económico terminó con las vacilaciones nacionalistas al promover el fin del proteccionismo. La política exterior fue una herramienta para mejorar la imagen internacional del país y para reducir la influencia de Estados Unidos al dar una ilusión de autonomía. Sin embargo, el nuevo modelo económico turnó a la política exterior en extremo discreta para no contrariar al vecino, sin caer en el servilismo.

    En el ámbito político, se estableció un autoritarismo con elecciones, pues el Estado posrevolucionario se identificó con la nación e invocaba el patriotismo sobre las posibles divisiones. Con las crisis, la élite en el poder permitió una reforma política en su búsqueda de nuevas justificaciones, lo que cerró la brecha entre los marcos jurídicos y la práctica. El cambio permitió que el sistema, que se recuperó después de la alternancia, se vistiera de legitimidad electoral.

    El autor concluye que el funcionamiento adecuado de un país requiere de unidad sobre la multiculturalidad, donde sólo un sistema de educación pública podría reformar a la población y reivindicar el nacionalismo de Estado para propiciar la cohesión. Dicho esfuerzo debe basarse en una economía fortalecida que ofrezca empleos y mejores salarios, mismos que resuciten el mercado interno. Además, el nacionalismo es indispensable para generar que el Estado se recomponga y predomine sobre el crimen organizado, haga cumplir la ley y recupere su monopolio legítimo sobre la violencia, sin comprometer lo concedido en cuanto a garantías individuales.

    El tercer apartado en el que dividimos el libro es el de Economía y comercio. Se inicia con el texto El fracaso del modelo económico de apertura y liberalización, de José Romero, donde se plantea que el 1 de diciembre de 2012 se cumplieron 30 años del inicio de las llamadas reformas de primera generación, también conocidas como reformas estructurales, que abrieron la economía al mercado internacional de bienes y servicios al igual que el de capitales, e hicieron una serie de modificaciones al reglamento que regula la inversión extranjera.

    Se esperaba que todas estas reformas produjeran un crecimiento sostenido de la economía mexicana. Y, en efecto, nos dice Romero, se incrementaron de manera significativa las exportaciones y el porcentaje de las manufacturas en ellas. No obstante, el autor recuerda un hecho económico fundamental, que es que el nivel de vida de un país no depende del volumen de comercio, sino de su nivel de industrialización, por lo que el capítulo se enfoca principalmente a analizar el sector manufacturero.

    Su análisis muestra que, a pesar de las reformas estructurales, del crecimiento de las exportaciones y de los importantes flujos de inversión extranjera directa (IED), la productividad industrial ha mostrado una tendencia decreciente, algo que relaciona con el hecho de que gran parte de la estructura productiva se encuentra en manos de empresas extranjeras y que para éstas es más barato importar la tecnología que producirla en México, especialmente en vista de que el peso está sobrevaluado y que, por lo tanto, la tasa de cambio es favorable a las importaciones, lo que también tiene relación con el sistema educativo mexicano, que se encuentra desconectado del sistema productivo nacional.

    El autor concluye que sin una política industrial y con un mercado abierto a las importaciones manufactureras, un tipo de cambio real sobrevaluado y un sistema financiero que no presta, es difícil tener un sector manufacturero dinámico, así como es imposible crecer a ritmos acelerados sin un sector manufacturero dinámico.

    Gustavo Vega, en México y Estados Unidos: comercio, desarrollo y políticas de gestión de la frontera a partir del 11 de septiembre de 2001, desde una postura muy distinta analiza cómo la importancia de la frontera norte mexicana se ha incrementado considerablemente a raíz del hecho de que los intercambios comerciales entre México y Estados Unidos crecieron con mayor rapidez que el comercio total y que el Producto Interno Bruto (PIB) de ambos países. El autor recuerda que México ocupa actualmente la tercera posición entre los socios comerciales de Estados Unidos, después de China y Canadá. Asimismo, que la relación comercial entre México y Estados Unidos goza de una relevancia significativa, pues este último aporta alrededor de 50% de los insumos requeridos para la actividad maquiladora. Vega menciona cómo este crecimiento de los intercambios comerciales ha implicado un impresionante aumento de los cruces fronterizos.

    El trabajo evalúa las políticas de gestión de la frontera México-Estados Unidos a partir de los atentados terroristas que tuvieron lugar en el año 2001 en territorio estadounidense, momento en el que se modificó fundamentalmente el paradigma de gestión. Analiza, primeramente, las políticas que rigen el funcionamiento actual de la frontera, que derivan del cambio de políticas internas en Estados Unidos tras el 2001. Luego, evalúa las políticas públicas que afectan la frontera, especialmente la Alianza para la Frontera, la Asociación para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), la Iniciativa Mérida y la Declaración Relativa a la Gestión Fronteriza del Siglo XXI.

    Finalmente, se concentra en las iniciativas relativas a la frontera que han tenido lugar a partir del cambio de gobierno en México en 2012.

    El cuarto apartado de este libro, Relaciones internacionales y política exterior, analiza las relaciones exteriores de México tanto con Estados Unidos como con América Latina. En su artículo La Conferencia de Chapultepec: el equívoco de la diplomacia avilacamachista, Soledad Loaeza presenta un análisis sobre un momento poco estudiado de la diplomacia mexicana, como un homenaje a la tradición del estudio de la historia diplomática que Lorenzo Meyer ha cultivado para bien de todos. El argumento central de este capítulo alude a la subordinación de la política interna de México a la política externa y, más concretamente, a la apuesta de una relación de cooperación e interdependencia con Estados Unidos durante y después de la Segunda Guerra Mundial.

    Como la autora señala, la reconciliación bilateral no sólo supuso la solución de una serie de asuntos pendientes, sino también concesiones importantes por parte de ambos países, ya fuesen créditos o acceso a bases y puertos. Pero también advierte que la reconciliación bilateral significó el motor de una ruptura con el pasado en la política exterior mexicana hacia Estados Unidos, ya que no sólo dejaba atrás el instinto defensivo que había caracterizado a la diplomacia mexicana, sino que buscaba afianzar a largo plazo la alianza establecida con Washington durante la guerra.

    El resultado inmediato fue una mejora sustantiva de la posición internacional de México que se tradujo en una mayor presencia y en cierta capacidad de influencia en los foros internacionales: La imagen de la tierra de nadie, donde imperaban la violencia revolucionaria y la xenofobia, fue sustituida por la de un país de orden, tolerante y confiable.

    Sin embargo, señala Loaeza, antes de lo esperado la transformación de Estados Unidos en una potencia mundial pondría claros límites al proyecto avilacamachista. En las condiciones de asimetría que inauguraba la posguerra, la apuesta a favor de la cooperación e interdependencia se convirtió en un acuerdo de subordinación.

    El estudio de caso de la Conferencia Interamericana para los problemas de la Guerra y de la Paz, celebrada en el Castillo de Chapultepec en febrero de 1945, puso de manifiesto los términos de la relación entre México y Estados Unidos en la posguerra. Washington no sólo esperaba, sino que conseguiría la continuación de la cooperación política con México pero en sus propios términos. Más que la oportunidad para forjar y ejercer un liderazgo en América Latina, la reunión hemisférica dejó ver el desdoblamiento de México de neutralizador del expansionismo yanqui a poderoso coadyuvante de esa política.

    El análisis concluye con un diagnóstico crudo de la asimetría en el contexto bipolar de la Guerra Fría: ésta era de tal magnitud que el acercamiento implicaba, de manera inevitable, la subordinación del más débil al más fuerte.

    En Entre dos regiones: alcance y límites de México como nación-puente, Mónica Serrano ofrece un recorrido histórico sobre las relaciones entre nuestro país y Estados Unidos desde el surgimiento del primero como nación independiente hasta nuestros días; este amplio contexto le permite a la autora desembocar en el análisis de los acontecimientos que llevaron al tratado de libre comercio entre Canadá, Estados Unidos y México en 1993 y de sus consecuencias.

    Al respecto, Serrano plantea que la decisión de la administración Salinas de negociar y firmar el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte en ese año ha sido con frecuencia interpretada, entre otros por Samuel Huntington, como resultado de una apuesta por trascender la identidad hispanoamericana, abandonar Latinoamérica y emerger de tajo en Norteamérica. Sin embargo, el análisis de los procesos políticos y económicos, así como de las coyunturas internacionales que estuvieron en la base de esta decisión conduce a otra interpretación. La decisión de encaminar a México hacia un área de libre comercio en América del Norte no fue el resultado de una estrategia cuidadosamente diseñada y calculada, como sugiere Huntington, sino del cierre de opciones en el contexto de un entorno económico y geopolítico poco favorable para México. Asimismo, la autora señala que la integración al área comercial norteamericana no consideró las implicaciones de largo plazo que esta decisión conllevaría para la autonomía del país.

    Si bien en su primer decenio de existencia el TLCAN consiguió sus objetivos de impulsar el comercio y la inversión entre los países firmantes, al acercarse el fin de siglo el vacío institucional del TLCAN, la falta de visión regional y los acontecimientos del 11 de septiembre provocaron un estancamiento en esta dinámica.

    El análisis de esta autora coincide con buena parte de los postulados enunciados por Lorenzo Meyer en sus numerosos estudios de la política exterior de México y la de su vecindad con Estados Unidos, al tiempo que, a partir de la dimensión social de la relación México-Estados Unidos, busca explorar nuevos posibles contornos de esta relación.

    En el ensayo La visión de Lorenzo Meyer en torno a la política exterior de México, Froylán Enciso identifica cinco características centrales que han dado forma y definido dicha visión. La primera y sin adjetivos es su brújula realista. La segunda está íntimamente relacionada con esta perspectiva realista y se refiere al papel que Meyer otorga a la idea de interés nacional. Aunque en sus diversos estudios de la política exterior de México Lorenzo Meyer analiza las posibilidades de diversificación e insiste en la necesidad de hacer contrapeso mediante estrategias de diversificación de relaciones y de inversión, con frecuencia concluye que la maximización de oportunidades ha coincidido con coyunturas específicas que han fomentado la distracción de la potencia hegemónica o la alteración de sus prioridades. Una tercera característica tiene que ver con la relación entre política interna y política externa. A diferencia de Soledad Loaeza, Enciso subraya que en el estudio de Meyer de la política exterior, ésta no sólo ha estado con frecuencia subordinada a la política interna, sino que ha sido históricamente utilizada como recurso para desviar la atención de tropiezos tenidos en ese plano interior de la política. Una cuarta característica tiene que ver con las aspiraciones sociales y políticas que Lorenzo Meyer ha atribuido a la política exterior y que lo han llevado a apuntar que la mejor política exterior es una política interna fuerte y más justa. La quinta y última se refiere al uso de la historia y del pasado para interpretar las posibilidades de la política exterior, tanto en el presente como en el futuro.

    Con el propósito de ilustrar estas características en el análisis que Lorenzo Meyer hace de la política exterior de México, Froylán Enciso ofrece al lector las transcripciones de tres fragmentos del curso de Historia de la Política Exterior de México que el profesor impartió a los estudiantes de licenciatura de El Colegio de México en el año 2007.

    El primer fragmento corresponde a una reconstrucción narrativa de la política mexicana frente a las dos Españas: la republicana y la franquista. El segundo también se refiere a la relación con la República española y más concretamente a la política de asilo otorgada a los refugiados españoles. El tercer fragmento, nos dice Enciso, tiene a la vez un halo pesimista y un dejo esperanzador. Luego de revisar uno a uno los grandes proyectos nacionales, Meyer concluye que no queda espacio ni para grandes proyectos, ni para nuevos países desarrollados. El futuro que esboza entonces es uno en donde se trate de no molestar a nadie, ni de herir a nadie. Uno donde impere una visión humilde, limitada, en función de nuestros recursos. Vale la pena luchar por ella.

    En el quinto apartado, América Latina, José Luis Reyna estudia el cambio en el subcontinente desde la década de 1980, especialmente en términos políticos, y se concentra particularmente en el caso mexicano. Para el autor del texto El cambio político en América Latina, el cambio es una utopía, un proceso inacabado en la región. La clausura de los autoritarismos argentino y brasileño inauguró el proceso de democratización de la región; la participación ciudadana, la democracia electoral y los partidos políticos fueron elementos clave en el nuevo panorama, pues permitían, al menos en teoría, un mayor diálogo entre ciudadanía y Estado.

    En este contexto de reconfiguraciones de sistemas políticos, tanto regional como internacional, José Luis Reyna rememora la publicación, en coautoría con Lorenzo Meyer, del libro Los sistemas políticos en América Latina. El libro, como lo denomina Reyna, recopila la evolución regional, señalando por una

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