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ESCUELAS INTELIGENTES.

David Perkins define como Escuelas Inteligentes, a todas aquellas que se


mantienen atentas en todo lo posible al progreso en el campo de la enseñanza y
el aprendizaje, esta definición nace de una propuesta educativa que hiciera en
el año 1992 y descrita en su libro “Smart School. From training memories to
educating minds”; mismo que posteriormente en el año dos mil fuera traducido
al español, producido en México y editado con la asociación de la Secretaria de
Educación Pública y la editorial Gedisa, S.A. , este libro lleva por nombre “la
escuela inteligente, del adiestramiento de la memoria a la educación de la
mente”. Estas escuelas se distinguen por su filosofía del aprendizaje, que
consiste en “enseñar cómo usar el conocimiento, basan la enseñanza del
pensamiento a través de la pedagogía de la comprensión, centrando el
aprendizaje en proyectos. Se caracterizan por estar informadas, pues todos los
que trabajan y estudian en ellas, suelen saber mucho sobre el pensamiento y el
aprendizaje; conocen todo lo referente al funcionamiento optimo de su estructura
y cooperación escolar. Estas escuelas suelen ser dinámicas, puesto que en su
interior se genera energía positiva en la dirección y en el trato dispensado a
maestros y alumnos; también son reflexivas, pues quienes la integran se
sensibilizan a las necesidades de sus pares, su trato es cortés y respetuoso.

Los factores que impulsaron a David Perkins a proponer la creación de las


escuelas inteligentes fueron: la deficiencia en la retención del conocimiento, la
comprensión de la información y el uso activo de lo que se enseña en las aulas.
Por consiguiente, es preciso hacer alusión a la enseñanza y al aprendizaje, éstas
exigen una información clara, práctica y reflexiva, además de una
realimentación informativa y fuertes motivaciones intrínsecas y extrínsecas,
cu yo objetivo primordial es el de reducir el riesgo del fracaso. Y de esta manera,
ayudar a los estudiantes a aprender más. Para esto, resulta practico utilizar “La
Teoría Uno” considerada por los expertos en educación como la teoría básica de
la enseñanza y del aprendizaje, puesto que los alumnos aprenden más cuando
tienen una motivación para hacerlo; ésta teoría representa en realidad una
concepción acerca de la buena enseñanza basada en el sentido común. En las
escuelas inteligentes el aprendizaje y la toma de decisiones giran en torno al
pensamiento de los alumnos, su función esencial es el de transmitir el
conocimiento a través de las generaciones, enriqueciendo la vida de las personas
ayudándolas a comprender el mundo y a desenvolverse en él.

La propuesta de David Perkins es muy simple y clara, pues tiene como


meta el cumplimiento de tres objetivos básicos del aprendizaje educativo:
“retención, interpretación y aplicación de lo aprendido”. Todo esto, a través de
la pedagogía de la comprensión, para que los estudiantes puedan no solo
entender los contenidos que los docentes son capaces de emanar, producir y/o
transferir; sino utilizar estos conocimientos en cualquier ámbito de su vida; es
decir, transferirlos. Con esta propuesta lo que se pretende es estimular a las
escuelas hacia la práctica de una educación basada en la acción, donde su fin
último es el de formar ciudadanos para la libertad y la justicia, además de
suscitar la autodeterminación en ellos, con docentes altamente eficaces y
sensibles a las necesidades del estudiantado, orientados hacia el bien y la calidad
de la educación.

Retención del conocim iento.

La memoria es conocida como un proceso que se encarga de la retención y


la continua actualización de la información (conservar, fijar, reconocer, evocar y
localizar hechos del pasado). Básicamente la memoria comprende, como primer
paso un registro o codificación de la información, como segundo paso el
almacenamiento de esta información y como último paso la evocación de la
información. La memoria tiene la capacidad para traer al presente
acontecimientos, imágenes o ideas que están almacenadas en nuestra mente. En
otras palabras, la retención de la información, se refiere a la capacidad de los
organismos vivos de dar y mantener una respuesta a un estímulo del medio, aún
en ausencia de éste. Es posible interpretar también a la memoria de la siguiente
manera: “como la capacidad de llevar a cabo el proceso de percibir un estímulo,
retenerlo y evocarlo en el momento en que sea requerido”. Sin esta capacidad,
no puede darse el pensamiento, la memoria es en sí, una estrategia cognitiva de
recopilación de información, la cual se basa en el análisis, categorización de la
información, así como, la relación de esta nueva información con información
previa previamente registrada.

La memoria, se asocia con otros procesos del aprendizaje y el


razonamiento; es un factor fundamental en los humanos pues de ella depende que
estos tengan un buen desempeño laboral, académico e incluso social. La
implicación de la memoria en el funcionamiento intelectual es evidente, a la
memoria se le ha considerado como un fenómeno evolutivo que incluye el
reconocimiento basado en esquemas perceptivos y sensomotores, la
reconstrucción de la realidad en función de la asimilación y comprensión del
sujeto, y la evocación de situaciones y acontecimientos pasados apoyada por
imágenes mentales. La capacidad de la memoria es virtualmente ilimitada,
incluso parece ser que la información permanece de forma estable en ella, a
pesar de que en ocasiones no se recuerde algún dato o situación (Vázquez, 2007).

Enseñar tiene que ver con aprender, y aprender tiene que ver con llegar a
ser (Tomlinson, 2001), las escuelas inteligentes como ya se había mencionado en
el primer párrafo de este artículo, son: informadas, dinámicas y flexibles; en las
aulas los profesores desarrollan sus clases eficazmente con estudiantes que
poseen características de aprendizaje e intereses diferentes; esto último, tiene
una estrecha relación con la implementación de las aulas diversificadas. En
realidad, las aulas diversificadas son las que contribuyen con el desarrollo de la
memoria, ofreciendo ideas y planteamientos para organizar clases con una gran
aportación pedagógica por parte de los profesores, generando al mismo tiempo
experiencias agradables en los alumnos, situación que les permite almacenar
información en la memoria de largo plazo. El dinamismo que se genera en las
aulas de las escuelas inteligentes, constantemente hacen referencia al papel de la
inteligencia repartida, en el que el pensamiento cooperativo de las personas que
se encuentran en ellas con la ayuda de adminículos, que van desde el lápiz y el
papel hasta las computadoras, implican una motivación hacía la economía
cognitiva de la educación; motivación que consiste en desarrollar estrategias del
conocimiento, como lo es: el entrenamiento y la enseñanza socrática,
proporcionándoles a los estudiantes un estilo de aprendizaje más interesante e
interactivo. Las aulas diversificadas, inherentes a las escuelas inteligentes,
despiertan apasionamientos intelectuales entre los alumnos, los que al mismo
tiempo son forjados y estimulados por los maestros; creando en los alumnos
una disposición reflexiva e intelectualmente dinámica. En las aulas de las
escuelas inteligentes, enseñar a los alumnos a transferir el conocimiento se hace
a diario y con atención, preparándoles para que lo compartan entre sí en otras de
sus clases, además de darle otros usos fuera del ámbito escolar. En las aulas
diversificadas, la inteligencia físicamente repartida, ya sea por la escritura o por
otros medios, aumenta el poder de razonamiento social en los estudiantes; pero
cuando es socialmente repartida por medio de la tutoría entre pares, el
aprendizaje cooperativo con sus iguales incrementa la euforia que depara
trabajar con otros, obteniendo resultados sobresalientes por parte de los
alumnos, especialmente cuando las tareas son difíciles.

En las aulas diversificadas, el profesor se centra en lo esencial


“comprensión del conocimiento”, puesto que nadie aprende todo lo que hay en
un libro de texto, ni muchísimo menos en una asignatura, razón por lo que la
enseñanza de todas ellas en su conjunto, facilitan el acceso a las ideas por medio
de los sistemas simbólicos que mejor se adaptan a un tema en particular o a cada
alumno; los estudiantes adoptan estos sistemas como suyos, y utilizándolos como
una herramienta más para comprender el conocimiento mismo. Por ello, la
inteligencia simbólicamente repartida, al incorporarse de diferentes formas en el
proceso de la enseñanza y el aprendizaje, es considerada como una estrategia,
teniendo cabida en la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner,
quien asegura que la inteligencia humana posee siete dimensiones diferentes, y
que a cada una de ellas le corresponde un determinado sistema simbólico
(cuentos, diario personal, mapas conceptuales, mapas mentales, síntesis,
ensayos, resúmenes, organigramas, gráficos, etcétera) y por ende un determinado
modo de representación. .

Comprensión de la Información.

Pero, ¿qué significa comprender una información? significa, la


construcción de un conocimiento nuevo, como consecuencia del pensamiento,
que permite la posibilidad de retener, comprender y usar activamente la
información mediante experiencias de aprendizaje; esta respuesta surge de las
más recientes investigaciones que sobre la educación se realizan, y de la
experiencia de psicólogos, educadores y sociólogos; estos expertos en la
educación proponen una “nueva ciencia contemporánea de la enseñanza y el
aprendizaje”, la que a su vez consiste en la adquisición de un aprendizaje
reflexivo, en donde predomina “el pensamiento y la memoria”, bajo un marco
pedagógico en el que aprendizaje gira en torno al pensamiento, y en donde los
alumnos aprenden reflexionando sobre lo que aprenden. Sin embargo, resulta
viable afirmar que la comprensión de la información funge como eje director de
lo que se enseña, y se desarrolla con la utilización y apoyo de diferentes
dinámicas de enseñanza y aprendizaje, en las que participan profesores y
alumnos en los salones de clase; esto marca de manera permanente la
comprensión de un concepto y representan la mejor manera de recordarlo.

No obstante, la búsqueda de nuevas ideas, encontrar ejemplos propios y


relacionar los conceptos nuevos con conocimientos previos, sirven para
comprender y guardar información en la memoria. Desde luego, que si no hay
comprensión, es muy difícil usar activamente el conocimiento; sin embargo, no
se debe olvidar que las escuelas inteligentes, tienen como objetivos
fundamentales (Adler, 1982) la adquisición de conocimientos organizados, el
desarrollo de la habilidad intelectual y la comprensión más amplia de las ideas y
los valores. Como ejemplo, es posible citar la técnica del cuestionamiento
socrático (interacción) para alcanzar la comprensión de la información, esta
técnica fomenta participar en un disciplinado y discursivo diálogo, en el que
intervienen el docente y el estudiante, permitiendo a este último examinar las
ideas de manera lógica con la finalidad de determinar su validez.

Las actividades de comprensión de las imágenes mentales, y de las


presentaciones potentes, facilitan el acceso a las ideas difíciles incrementando
gradualmente la motivación intrínseca que se reproduce a medida que uno
comprende lo que está aprendiendo. Estas actividades están orientadas hacia una
pedagogía de la comprensión que gira en torno al currículum, en este sentido es
recomendable que todo currículum dé prioridad al contenido, y que se
complemente con un metacurrículum; además de que se ocupe de un
pensamiento y un aprendizaje de orden superior (proyectos). Desde luego, que el
desarrollo del pensamiento lógico en los estudiantes es fundamental para la
adquisición de contenidos relevantes para la vida y para la práctica de actitudes
flexibles y críticas. Esto implica, el diseño de un currículum científico, para que
los estudiantes desarrollen las competencias básicas mediante los procesos de
aprendizaje adecuados de acuerdo al contexto (Nieda y Macedo, 1998).

Es necesario que el diseño del currículum científico tome en cuenta


algunas aportaciones acerca de cómo se produce el aprendizaje, es indispensable
que se consideren los siguientes aspectos con relación a los estudiantes: muchos
alumnos presentan dificultades para la abstracción, la comprensión de modelos,
la cuantificación y la superación de un pensamiento causal simple y lineal; por
consiguiente, es necesario organizar los contenidos alrededor de problemas
concretos próximos a los alumnos, y de especial relevancia para su vida
personal y comunitaria; y que de esta forma, la transferencia de lo aprendido a
la vida real sea más fácil; y, proponer actividades concretas y variadas, para
abordar los problemas, que tengan en cuenta los diferentes estilos cognitivos,
especificando claramente las tareas y la evolución de sus concepciones.

En las escuelas inteligentes los alumnos son conscientes de las diferentes


actividades que se realizan en ellas, situación que les compromete a desarrollar
sus capacidades de extrapolación de las situaciones nuevas; promoviendo las
interacciones continuas entre los alumnos y el profesor, y con los iguales, a
través del trabajo cooperativo a fin de hacer más efectiva la zona de desarrollo
próximo; es así como se crea un ambiente saludable para el aprendizaje, que
facilita la motivación intrínseca elevando la autoestima, así como las
atribuciones positivas de alumnos y profesores. Es indispensable que el
currículum se apoye en temas generadores de conocimientos nuevos, haciendo
las materias intrínsecamente más interesantes, y que a la vez estén más
vinculadas con los usos fuera de la clase; la elección acertada de un conjunto de
temas generadores evita la estrategia de inversión en pequeñas dosis, y las
limitaciones que estas ponen a los docentes. A partir del metacurrículum, los
lenguajes del pensamiento, las imágenes metales y el desarrollo de la capacidad
para aprender, facilitan el acceso a los temas difíciles, habilitando a los alumnos
potencialmente como pensadores críticos y reflexivos.

Uso activo del conocimiento.

Todos los esfuerzos de la educación en las escuelas inteligentes, están


encaminadas al desarrollo de competencias para la vida, circunscritas en los
cuatro pilares de la educación (Informe Delors). Las competencias suponen,
además de saberes o conocimientos, el poder hacer con el uso activo del
conocimiento adquirido, permitiendo a los alumnos hacer frente a numerosas
situaciones previsibles y no previsibles, y facilitando el trabajo en equipo. No
basta con aprender a aprender; sino que los estudiantes en las escuelas
inteligentes aprenden a hacer, aplicando el conocimiento, trabajando en equipo.
Desde luego, que esto implica simplemente el aprendizaje del saber servir al
trabajar con otros y para otros, que no es otra cosa sino el desarrollo de una
responsabilidad social. Estos aprendizajes en su conjunto permiten el desarrollo
máximo de capacidades que les ayudan a los estudiantes a proponerse metas y
conseguirlas mediante la inclusión la solución de sus propios problemas, tomar
decisiones y ser responsable de su propia vida.

El aprender a hacer uso de los conocimientos, es en la realidad un


instrumento que regula el comportamiento de los hombres para facilitar la
convivencia humana, tomar decisiones para construir su propia sobrevivencia y
proponerse fines y poder alcanzarlos. En otras palabras, conservar la vida, vivir
bien, desarrollarse y progresar.
Proceso de cambio de las escuelas comunes a las escuelas inteligentes.

Las escuelas inteligentes asumen el compromiso de hacer las inversiones


iníciales para lograr una economía cognitiva intensa. Una vez que son
establecidas las estrategias de motivación y forman parte del sistema, la
expansión de los programas de perfeccionamiento de las viejas normas de
administración, la preparación de los alumnos para que se adapten a la nueva
pauta, la recolección de los materiales adecuados, etcétera, significan un alto
costo inicial de esfuerzos, y en menor medida, de dinero. Con frecuencia la
transición es muy dura y eso explica la falta de una economía cognitiva intensa
en las escuelas. Resulta de vital importancia que las escuelas necesitan tener una
visión de lo que va a producir ese cambio, visiones holísticas que proporcionen
una orientación pedagógica global. La escuela inteligente significa un cambio a
gran escala, constituye un desafío, que consiste en ayudar a los maestros a que
adquieran nuevos conocimientos y habilidades, y que las instituciones se
modifiquen a fin de dar cabida a la enseñanza y al aprendizaje reflexivo.

En las escuelas inteligentes, el aprendizaje reflexivo no desmoraliza al


alumno de bajo rendimiento sino que lo respeta, lo motiva y lo ayuda a tener
mejores resultados; desde luego que este tipo de aprendizaje les sirve a todos los
alumnos, indistintamente si son dotados, regulares o lentos; también es útil para
los estudiantes que por diversas razones están en riesgo de abandonar la escuela.
A los estudiantes que necesitan la energía, el interés y el desarrollo de la
capacidad de aprender; la escuela inteligente les crea una atmósfera segura y
protectora, propicia para fomentar la curiosidad, la confianza y las habilidades
de los estudiantes; en estas escuelas la evaluación se utiliza para desarrollar la
comprensión o lo que es lo mismo usar activamente lo aprendido. Mejorar
sustancialmente la educción significa que la sociedad debe proveer los recursos
para actualizar la educción del maestro que acaba de ingresar a la escuela y para
ampliarla cuando ya ejerce plenamente la docencia.

Las escuelas inteligentes se reestructuran constantemente, no solo para


fomentar el aprendizaje reflexivo de los alumnos, sino también de los maestros y
directores; en el más plano sentido de la palabra, es un intrincado mecanismo
social en el que los diversos factores socioculturales de todos los actores que
interactúan con los escolares, se engranan para sustentar una enseñanza y un
aprendizaje informado, dinámico y reflexivo.

Conclusiones.

La escuela inteligente, no es solo un lugar en donde maestros y alumnos


trabajan generalmente de un modo reflexivo, exige más que un puñado de
tácticas que tienden a la reflexión, como por ejemplo, las tareas que requieren
esfuerzo cognitivo, cooperación entre los pares, discusiones, debates, etcétera.
En última instancia, la educación depende de lo que el maestro enseña y de lo
que el alumno aprende, es decir, de lo que sucede en las aulas; no importa lo
que se haga para encubrir las desdichas específicas de estratos específicos de la
sociedad y para reorganizar las escuelas. Es posible hacer de las escuelas una
invención aun más ingeniosa, a fin de que sean plenamente lo que son:
“verdaderas maravillas del mundo”.

Bibliografía y sitios web.

Perkins, David. La escuela inteligente “del adiestramiento de la memoria a la


educación de la mente”.México.Ed.sep-gedisa.2000.
Tomlinson, Carol, A. El aula diversificada: dar respuesta a las necesidades de
todos los estudiantes.México.Ed.sep-octaedro.2003.
Nieda, Juana y Macedo, Beatriz. Un currículo científico para estudiantes de 11 a
14 años. México. Ed. SEP/OEI-UNESCO/Santiago.1998. pp.56 y 57.
Vázquez Valerio, Francisco Javier. Enciclopedia: Modernas estrategias para la
enseñanza. México. Ed. Euro-Mexico.2007.p.204.

http://www.agapea.com/libros/La-escuela-inteligente-isbn-8474325609-i.htm
http://mx.encarta.msn.com/encyclopedia_761561415/Historia_de_la_educaci%C3
%B3n.html .
http://www.isftic.meps yd.es/padres/desarrollo_psicologico/memoria/, (Instituto
Superior de Formación y Recursos en Red para el Profesorado)

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