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LA SOBERANA CONVENCIÓN DE

AGUASCALIENTES
Sucesos previos

El 20 de agosto de 1914 Carranza entró en la ciudad de México, en calidad de Primer Jefe del Ejército
Constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo, en virtud del Plan de Guadalupe, cuyo autor era él
mismo.

Carranza intentó poner bajo su autoridad a Emiliano Zapata y a Francisco Villa. Así, Luis
Cabrera y Antonio I. Villareal viajaron a Cuernavaca para entrevistarse con Emiliano Zapata, y Álvaro
Obregón fue a negociar la paz con Villa. Los primeros no lograron entrevistarse con Zapata, lo cual fue
un triunfo para Carranza porque ya tenía un pretexto para acabar con él. Obregón llegó a un acuerdo
con Villa, de manera que temporalmente se limaron asperezas entre Villa y Carranza.

Las sesiones de la Convención se iniciaron el 1 de octubre de 1914 en la ciudad de México, con


la asistencia de los generales revolucionarios con mando de tropas, así como todos los gobernadores
estatales. Pero días después de comenzar las sesiones, los problemas de Carranza, Villa y Zapata
hicieron crisis.

El 5 de septiembre Carranza rechazó la propuesta de Zapata, de que aceptara el Plan de Ayala en


lugar del de Guadalupe. El 25 de ese mes, Villa desconoció a Carranza como encargado del Poder
Ejecutivo y Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, por que éste le impedía abastecerse y usar vías
de Comunicación, por lo que se le imposibilitaba viajar a la ciudad de México.

Por supuesto que Carranza se negaba a ser presidente interino, como lo estipulaba el Plan de
Guadalupe, así que la Convención se inauguraba con malos augurios, porque además Carranza quería
monopolizar los tres poderes. Incluso se negaba a que un civil ocupara la presidencia de la República,
con la obligación de convocar a elecciones presidenciales, establecer el orden y hacer reformas
económicas y sociales.

A pesar de todo, los políticos hicieron un último esfuerzo por impedir el fracaso de la
Convención. Lucio Blanco, Eduardo Pesqueira y otros políticos viajaron a Chihuahua para invitar a
Villa a la ciudad de México, pero éste se negó y, en cambio, exigió que Carranza entregara el poder a
Fernando Iglesias Calderón y que la Convención se efectuara en una ciudad neutral. A fin de cuentas,
en la Convención Emiliano Zapata y Francisco Villa estuvieron ausentes.

En un discurso en la inauguración de la Convención, Carranza atacó a Villa, calificándolo de


bandido y tachando a sus seguidores de “jefes descarriados”. Luego renunció a la jefatura del Ejército
Constitucionalista, pero sus partidarios la rechazaron.

Al día siguiente la asamblea declaró que la Convención sería soberana.

Aunque a las sesiones acudieron exclusivamente carrancistas, la Convención se trasladó a


Aguascalientes el 4 de octubre de 1914, y las sesiones se reanudaron el 10 de octubre de ese año.

Los problemas surgidos entre Carranza y Villa volvieron a la mesa de la discusión, así como la forma
de resolverlos. Al mismo tiempo, se invitó formalmente a Emiliano Zapata.

Se plateó que la Constitución de 1857 fuera restablecida y que se elaboraran reformas para
solucionar los problemas del país. También se abordó el asunto de la tenencia de la tierra y su solución:
que la tierra fuera ocupada.

Carranza no sólo se negó a asistir a las sesiones, sino que tampoco designó a un representante.
Francisco Villa envió a Roque González Garza, y Pablo González a Alfredo Rodríguez.

En una sesión, la mesa directiva y los delegados estamparon su firma sobre el lienzo blanco de
la bandera nacional.

Antonio I. Villareal, presidente de la mesa directiva de la Convención, expuso la necesidad de


resolver los conflictos entre Carranza y Villa, y el de José María Maytorena y Benjamín Hill, por el
bien del país.

Entonces, el 15 de octubre la Convención se declaró soberana y propuso que, para lograr la paz,
Venustiano Carranza, Francisco Villa, Álvaro Obregón, Emiliano Zapata y Pablo González deberían
abandonar sus cargos y mandos. La propuesta se modificó después y solamente se desconoció a
Carranza.

Por su parte Felipe Ángeles solicitó la presencia de Zapata, porque así se lograría la unidad
entre los revolucionarios, además de reformas sociales.

La convención tuvo momentos muy importantes, como el juramento de Villa en favor de la


Revolución, es decir, del pueblo; o la presencia de la delegación zapatista, dirigida por Paulino
Martínez. Los zapatistas rechazaron la autoridad de Carranza, acusándolo de atropellar al pueblo y que
sólo el Plan de Ayala podría redimir al pueblo y sacarlo de su miseria.

Así quedaban delineados los campos en la historia de la Revolución. Se acentuaba la escisión


revolucionaria.

El 5 de noviembre culminó la Convención y Eulalio Gutiérrez fue reconocido como presidente


de la República. Venustiano Carranza, desde Córdoba, lo desconoció.

Carranza estableció su gobierno en el puerto de Veracruz, al que declaró sede de los poderes y
procedió a legislar. El 12 de diciembre de 1914 introdujo reformas al Plan de Guadalupe, reformas que
haría efectivas hasta el triunfo de la Revolución. Entre éstas podemos mencionar: la libertad municipal;
el proceso electoral; la reorganización del ejército y el Poder judicial, que tenían facultades para
decretar expropiaciones por causa de utilidad pública.

Además, la ley agraria del 6 de enero de 1915, base del artículo 27 constitucional, donde se
aborda la cuestión agraria del país; la ley reglamentaria de la explotación petrolera, aún bajo el control
de empresas extranjeras; la ley sobre municipio libre, con el objeto de capacitar a los municipios para
administrar sus recursos y elegir a sus autoridades, y una ley sobre el trabajo.

Carranza elaboró esas leyes para ganar adeptos y restar simpatizantes a Villa y a Zapata.

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