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ALFARO, ests aqu. Magnfico jinete de la Patria nueva, con tu galope del pasado vienes anunciando el futuro.

Cabalgas sobre las lneas de la esperanza con la misma valenta de colorado con la misma brjula del Alajuela con el mismo sueo de otros siglos. Caballero de la vida y la libertad, militante de la dignidad americana. El filo de tu espada desgarr la oscuridad, cayeron los mitos y los dogmas, se levantaron las mujeres y los hombres, alzaron su machete los montubios, se agitaron los ponchos de los indios, se encendi el espritu de los negros. Caballero de la vida y la libertad, militante de la dignidad americana. Abriste los brazos para extender el mapa de la patria ecuatoriana, pusiste en los rieles la sabia de tu vida rompiendo el granito, eliminando distancias. Repartiste alfabeto, honra al soldado, derecho a la mujer, aspiracin al postergado. De pie y no de rodillas enhiesto tu cuerpo cobrizo con bravura de mestizo, con hombra espartana, venciste el tormento y la injuria, el fanatismo y la incuria, la injusticia, el concertaje, la ignorancia, la negacin. Germen de la revolucin posado en la sementera que la brbara hoguera no pudo marchitar. Derrotaste el morir porque te quedase a vivir en la gloria de la nacin. Caballero de la vida y la libertad, militante de la dignidad americana. Hermano de Jos Mart, de Farabundo y Sandino, de Prestes y de Jurez,

de Morazn y Sarmiento, el continente tom tus luces se ilumin el porvenir, con temprana claridad, asomamos a la aurora de justicia y bienestar. Aqu ests, Alfaro. Ests aqu, en la mente y en la frontera, en la serrana y en la amazona, en el litoral que te vio nacer y en la historia que te vio crecer. Ests aqu, Alfaro compaero del bien, pasajero del tren con destino a la eternidad. Voltaire Medina Orellana 15H00 Abril 18 - 2010

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