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ELIAS JOSE PALTI VERDADES Y SABERES DEL MARXISMO Reacciones de una tradicién politica ante su “crisis” Foo ie Curruna Ecoxowca, Mes Anion Baas = Cine = Conon Eas as Un Ane» Gustna: Pa - Vesta Protege, 200 Pa 1 "nr tres el mari: Recs de ibn pica apeeoueras™ ln Lain Bacon Siesta envy, 200 Frabteccmarfwenteccomar ‘Se temig deimprnc hmsagn de 0 rcp nt pb poe Pri pacino pac peau mal {aprotinin ona seen xt tonne ued rca sy tn Sinica eee bn noms ARAN PHS th 804 Hegel qa 728 A mis padres, ahora gue lo AGRADECIMIENTOS El hecho de estarse de un proyecto personal, cuyo manuscrito, por otro Indo, no ciculé demasiado, no implica que en su eaizaciin no se haya nutrido de importantes estimulos, porte y sugerencias, de los que, en la medida de lo posible, quisiera aqui dejar constan cia. En primer lugar, quiero agradecer 3 mis companeros del Pro- sgrama de Historia Intelectual de la Universidad de Quilmes, Oscar ‘Terin, Carlos Altamirano, Adrién Gorelik Jorge Myers, Alejandro Blanco y Karina Vasquet, sobre todo, por compart incontables carla, siempre enriquecedorss. También a Horacio Tarcus, quien re alenté desde ais ate a encarar esta empres, al igual que los amigos del cepwvci, en donde pude presentary discuir algunas de fas ideas agui desarrolldas. A Juan Pablo Lichemajer y Ricardo ‘Martinez Mazzola, con quienes seguimos siempre de cerca y dsct= timos la obra de Laclau; a Bruno Boostels, con quien compartimos cl interés por Ia obra de Badiow; 3 José Saabén, una especie de re- curso siempre bien disponible al que apelo en las mis varadas cir. csunstancia; a Carlos Mora, quien me hizo llegar agudos coment ios y a Bestrit Sarlo, quien leyé ateatamente el primero de los capttules y me ayudé 2 datle su forma final. Con Isabel Quintana discutimos permanentemente secciones enteras de este trabajo, a, punto que podian casi consideratse como de elaboracién comin ‘A mis amigos marplatenses, Elisa Pastoriza Juan Manuel Reis, Marfa Coita, Adriana Bochino, Mauricio Espil y Miguel Angel Taroncher, {quienes me soportaron en vacaciones hablando de esas cuetiones, {an poco veraniegas. En fin, 2 mis alumnos del seminario sobre _marsismo postestructuralista, Eaimulos de ote indole tampoce fal- taron. Uno que de ahora en mis no podré faltarme es la presencia, permanente de Andrés, quien lena con sontisas mi vida, Uno con 0 LVERDADES Y SABERES DEL MARXISMO cL queya no podeé contr, en cambio, es con la compania de Rubén Quintana, Para dl, mi dolorido recuerdo, ‘Uno de los colegas(y maesto) aqui mencionado, en una conver- sacién informal sobre las deat marxistas postestructuralstas me pre iguntaba palabras més, palabras menos, si, quebrada ya hoy todails- sidn de Sentido en Ia historia, no nos habelamos finalmentelibrado dela presin desu birqueda, Fue entonces que comenaiagexase ete libro, La que sigue x mi respuesta, algo demorads, a esa pregunta PREFACIO LA PREGUNTA POR EL MARXISMO HOY Da una epucta-I ana, le piace de Ie neces ls hota como prea dele pd sien mater el hombre oad sn embargo, indetermindso nde pregona cos onde Movie Bascnor EL PRiseNTE 11880 no forma parte de ningin proyecto de investiga «in institucionalmente eadieado, no tespondeaexigencias académi- ‘eas sino que obedece a motivaciones mis personales. Busa, bisica- ‘mente, salda algunas vicjar deudas ebricas pendientes (ya su Yer, ‘contraer seguramente otras nuevas). De todos modos, no eth por cllo deslgado de mis ot0s wabsjoshistoriogrdfcos. Pore contaro, ‘participa de una pessisente blsqueda por abordar y atae de com- prendet los fendmenos de cris conceptual. Lo ne, igualmente, un cierto tipo de enfoque. Lo que me propuse esta Ver es interogat Ia stuacin presente dl pensamiento marscta desde un punto de vista cstrictamente histérico-ineletu “Tal tipo de aproximacién supone la apelacion a caegotiascoma- clas de dsciplinas diversas, algunas previsbles para el caso, como la filosoiapoltica la eorla socolégia, y otras menos, como la ctiti- ca literati horizonte cultural més amplio, que etl de a criss dela politica toda ene iltmo fin de siglo. La expectativa, cuya concrecién ono toca al lector jugar, es que de tl cruce pueda surgir una perspectva, aun: {que no menos polémic, distinta de las eadicionales en la literatura cn ol dees, furtemente orientadas a incidir pricticamente en lor de bates pretentes, ¥ que, més ali de mis convicciones personales al respecto, ayude a localizar aquellos nicleos probleméticor con lor buscando ast inseribir exte fenémeno particular en un {que no slo el marrsmo, sino el pensamiento politico en general se ve hoy confrontado. En suma, de lo. que se rata aqut es de somete los textos en cus tién a una suerte de “leewra sintomaties, es dit seguie su linea argumentatva, con el mayor rigor posible, hasta sus ltimas conse- ‘euencias lgieas, a fin de descubrir sus premisas implicit y even- tsalmente negadas a nivel del dscurso, en que revelan su sentido ‘limo, Entiendo que een est tipo de aproximacién histérieo-ine lectal ala crisis contemporinea dl marismo donde radical orig nalidad del presente estudio, y en funeidn de I cual espero que ea leido y evaluado, No obstante, y precisamente como resultado de dllo, se encuentra atravesado por Ia convieciin de Ia imposbilidad presente de reducir completamente al marxismo a un mero objeto de ‘estudio académico, de que ésteplantea ain, después de su “muerte preguntas que no podemos eludit pero que tampoco podemos hoy responder. Yes en este punto que este trabajo se dstingue de ots anteriores ioe alli donde reside su peculiaridad. Se tata, en defini tiva, de un estudio de historia intelectual yl mismo tiempo, de wn tanteo, una exploracin cargada de incertidumbres y perplejidades; un estudio historiogeifico, pero también, simultinea y subrepticia- mente, un texto en permanente dislogo consigo mismo, en protest constante contra sf mismo. De todos mods, habrialeanzado su co- metido si ogra si no ofrecer tespuests “hoy inhallables-,al menos sf ayudar aacatar cues son las preguntas Ixrropuccion CRISIS DE LAS IDEAS E IDEAS DE LA CRISIS: EL MARXISMO COMO LABORATORIO Gapesbamos, en ant, los mats de ee ra ena secs ed ena de geo ‘Canara 528) Ex meeseure ESTUDIO gira todo alrededor de la nocién de “rss Tal ‘expresin se repite una y tra ver lo largo del libro. Sin embargo, el ‘érmino resulta inapropiado para expresar el tipo de fendmeno que guise intentaratrear y analizar. Hablar de una crisis represent ya, cen realidad, su domestcacibn simblics, se insripeiin dentro de una cierta naratva (expresando un momento particular dent de un relato mis vasto ya sea de evolucin o de decadencia~ que lo comprende). Su eximologia resulta iusrativa al especto. El ekemino tego brsree de origen médica e indicaba “una mutacién grave que sobreviene en una enfermedad para mejoia oempeoramiento”, pero ‘también "el momento decisivo en un asunto de importancha' Su ‘ait rina significa “corer, “divide, y ambien “elegi, “decide, “juagat” (que, porextensdn, se vaaasociar a "medi, lucha’, et) En todos los casos, sehala un momento de decsin crucial eirrvoca- bile, La tradicién jridieaclisiea se apropiaria del témino para expre- satel momento en que se pronuncia una sentenia’, Sus devivacio- res (crtco, eritero, diaciico) despliegan, en un arco de variants, "Vase Joan Coreis Bednar eal de seu clan, Mati, Gedo 1996 7.179 *Véne Reina Keselek, Kren: Ort Brann, Werner Canty Reinhart oveleck cmp), Gece Grande Sage, Ket Cot 1982, pp cl7650. “ LVERDADES YSABERES DEL MARXISMO ‘sta lkima asociacién con el “uicio" Ia "acultad de juagar, ete. En la mas estrcta de sus acepcione lo ligara, as ver, con el concepto de “tiempo”, cuyaealeindocuropea (di, "corer", “divdir") denota “una seccindelimitada de existencia 0 peviodo” En definitvayen la nocin de crisis ve combinarian una dimensin temporal (un mo- mento de inflexin) con un tipo de operacién intelectual (bisica mente, lade etablecer wna dstneién), conjuncién que surge de su able origen, médicoy juridico. ‘Com sefila Reinhart Kosclleck, cn la serie de ss desplazamien- tos signifcaivosvaa conserva esta doble dimensida,Ia cual eine {ga tambin al uso que del éemino hava ls tradicign marist, En tll, como sesabe, el concepto de crisis ocupa un lugar central En la ‘obra de Marx puede encontatse desatollada, de hecho, toda una suerte de “rsiologlS En lla pueden dstinguitse,bisicamente, dos irandestipor de crisis Ins exss parcial, eiclicas, que se resuelven ‘mediante recomporiciones operadas dento del propio sistema capi- talsa de produccin y resulta Funcionales a ly la crisis generale, ‘aya tesolucién supondela una eansformacién del régimen mismo de prodvccién. Siguiendo a Pierre Gaudibert, podemos mats, respectvamente, Crits,y Cris, cis inistimicay crisis sstmica® Ambos tipos tienen, sin embargo, ua easgo en comin: se catalan todos los cass, de fenémenos de earéctereruptvo,loclizadosen el tiempo, que hacen manifirtar contadicciones 0 conflicts Iatentes, soterados, permitiendo as su eventual resolucién aides de criss levaria sempre implica, pues, la de su resolu cin. Su otigen explics,en dkima instancis, eta caraceretica su, 2 vet ohn Ay, Ande Dicom of Word Origin Nev Yo, Ace 199, ps “Reohar Kock, “Kite op. a p61. * Vee Eger Morin, “arn ilo Randlph San eal Hlonepio eo Bares is Mepis, 1979p. 275.29 [ests tginlnete prec ‘koven Communion im 2, Pas Seal 1976 "eae Pre Gaver, "Cis dali Randi Str eal, eon ep deri och pp ITS ineraopuccion 1s ‘Su naturaleza temporal se lig aa indole médico-bioldgica desu rae, {que la asoca ala nocién dela continuidad dela vida y a eventali- dad de la enfermedad y de la muerte. En uno «ott caro a sisi do~. Lo cierto ex que silo en éta se hace manifesto, a nivel inteec tual, el sentido de una auséntiea “risi conceptual”, la quiebra com- pleta de todo horizonte de intligibilidad, y petmie, por lo tant, fbservar qué tipo de ligia se despiega a pati del punto en que se disloca toda ligiea, toda coherencia se vuelve incerta “Tal contraporicin tiene, sin duda algo de paradéjico. An sores son, en realidad, muy dstintos ent si, Mientras que Badiou es, ‘un pensador de primer nivel, Nahuel Moreno, en tanto dirgente orientado a la acién politica, difilmente pueda considearse que haya realizado alga apore al campo intelectual. De todos modos, aungue su labor se despliega en planos muy distintos, el presupuesto ‘comin a ambos caso es que Gnicamente en Ia “ortodoxia’ marissa Ia erisis se volveria una suerte de “experiencia vide", mientras que cen las cortientes revisionists, por su propia versatlidad conceptual tenderia a diluire. No obstante aun cuando la presente crisis del rmarxismo no se manifetars en elas de forma tan apremiante, en la medida en que viene ainscribireenel marco de una css general de la politica, de la cuales silo una expresisn =probablemente, la mis fan permanecer extras descarnada-, ampoco estas corrientes pos ella, Lor capitulos uno y tes analizan, respectivamente, c6mo s© ‘manifietandiferencialmente aba crisis mencionadas, en este cao, ten el pensamiento mansetarevsionista. La obra reciente de Peery ‘Anderson y redii Jameson, a cuyo anise dedica el primer capi- tulo, expresaria Jos intentos de adecuacidn ala erss de matrices de ppensamientoforjadas en la segunda porguerra. En este sentido, aun- ‘que muy diversas entre si hacen pendane con Ia abra de Moreno. La de Ernesto Lacau, que se dscuteeneltercer capitulo, sive, asu vet, de contrapunto revisionists de la de Badiou. Ambas expresan dos modot may dstntos de confiontat, partiendo de un mismo niicleo ‘conceptual, de matriz pstestructualista, lo que aparece como el de rrumbe final de dichatradiein. El debate entre Lacau y Zitek, que forma parte deese mismo capitulo, permite conteaponer ambas pets: pectvas,revelande la natueslezasltimamentedilemaica de as cues- Hones en disputa Ente dob pendant (Anderson-Jameson / Moreno, Lala / Zitek- Badiou), que conforma el dsefio mis general de presente estudio, parecer, sin embargo, algo diluido, dado que ente los dos slkimos autores sefalados surgen una setie de mediaciones, necesatas para ‘comprender Ia naruraleza de as aporias la que se enfrenta hoy el pensamiento politico todo. La obra eclente de Jacques Derrida, euyo anilsis viene 4 iterealatse ente los dedicados 2 Laclau-Zitek y Badiou,respectivamente, sieve de gus al respect iluminando 2que- lla arstae que confieren al fenémeno especifco que nos ocups una significacién més vst; descubriendo, en fn, por qué el andlisie dela situacin presente del pensamiento marsst, luego de la muerte del rmartismo, cobra una relevancia que excede su Ambito extrict, se ‘yelvesintomae indice de una dislocacién objetiva mis general, que abraza, porlo tanto, de conjunto al pensamiento politico fniseculr 1, SABERSIN VERDAD (PERRY ANDERSON Y FREDRIC JAMESON: ‘MARXISMO Y POSMODERNISMO) EL marnamo ha corde dfniivament ew una era fie desu horn en cl pede napa Yonenarelandhiny tener cenovalorhewtin, evo cetamente na er edad one eo (peel Macace Mena Powrs, Sige ‘Sea se arinbe, hace ya algunos aos que entramos en una nueva era, la cual suele definirse como “posmoderna’. Qué significa esto «en términoe politicas’ Entre los estudiosos no hay ningin consenso, al eespecto,' De todos modos, dela vatada gama de respuesasadi- ‘cha pregunta «surge clara una cosa: que entre posmodernismo y ‘crisis del marxismo habia un vinculo més 9 menos iamedito, sino de causalidad direc, Esto suscité diversas teacciones entre los sostenedores del marsitmo. En un marco de general desconfianza y ‘techazo,en los aos ochenta sus tespuestassedesplegaron.en un amplio arco que iba desde la negacién lisa y Ilana de a exstencia de algo, ‘como una “era posmoderns” a dversosintentos de asimilacién de dicho fenémeno dentro de los marcos inteepretatives tadicionales ‘el marsiem.”Para la década siguiente, sin embargo, el fin de “los socialisnos realmente exstentes’y Is descomposicién de las corsien- * Vea lrespecto ls od iPass Cals Alamitano ic). icine rice de tome de iol cde Biewos Ais, Pais, 2001, pp 91194 "ease Ale Calinios Cone pmderima Bugs Ancor, 1993 Vane A Heler Fer, Dh ede Plical Condon Cari Plity| Pres, 988 tesde izquierda revolucionaria que le sigue volverla ambasrespuestas insuficientes. Haya sido ésta una coincidencia freuita ono (la emer igencia de la posmodernidad y In dslocacién del marxismo), y aun ‘cuando el sentido de las ransformaciones recientes sea todavia mate- sia de disput, dos hechos parecen entonces miso menos evidentes «que estamos confiontando un autético eambio epocaly que el nue- vo contexco que surge serd marcadamente host los planteos revo lucionatios radicionales La empresa de adecuacién del pensamiento macssta a esta reac dad no resulta ya sencilla, y, para muchos, ni siquera es viable, En ‘este marco aparece Los origener de la petmodernidd (1998), de Decry ‘Anderson libro que sea, sin dudas, un verdadero ito, sencando ‘una nueva base para todo debate elevante sobre el tema," Cancebido originalmente como introduecién a una antologia de ariculos de Fredric Jameson, que luego terminé expandiéndose bastante més alli de aquel objetivo, se trata, contra lo que sugeresuetulo, menos de un tabsjo sobre el posmodernismo que sobre situa del marie ‘mo en la excena contemporinea. En est sentido, cabealinealo con aquellas otras dos obras suyas, ya clisieas: Considenaciones sobre el ‘marsismo occidental (1974-1976) y Tras ls bells del materialism ‘inirico 1983). Representa en fin, unintento algo oblicuo, de revi- sién de sus perspectivas anteriores la luz de los sucesos recientes «que crisalizaré poco despuésen Ia reorientacin impesa por Anderson ala New Lef Review, En enero de 2000 se inicé una nueva serie de Ia revista que es el simbolo de esa reorientacién. El nimeto inaugural se abre con "Re- novaciones", una nots editorial de Anderson que fe muy debt En ella se explora cul debe ser a acttud del cuerpo editorial ante lo que llama Ia evidencia de Is “dereotahistriea" del marxismo. Este ‘comprobacidn slo dejaria una alernativa alguna forma de acomo- ddacién lo que aparece como el triunf final del capitalism (la que “Paty Anerson, La ore des pomodridad as Ans Bro urclon, Anagrams, 2000 puede suit, dice, dstintas lines: desde un giro franco ala derecha hata la adopcin de alguna variante de “tereera va, todas eneami: inadae a halla rsgos progresista en cl nuevo auge neoliberal, conti- bbuyendo asia reforzarlo). Queda siempre, por supuest, otra opeién, que consiteen el expedient sencillo de desconocer los hechos pers verar en Ia antigua fe contra toda evidencia; insite obstinadamen. teen el tipo de tcunfalismo que ctee percibir sintomas © anuncios cde una tansformacin radial prima en los fenémenos mis dis- paratados.’ En sintesis, un verdadero dilems en el cual ninguna de las dos alternativas disponibles, en principio, patecetanstable para Bate, vitae toda forma de consuelo 0 auroengafo rspecto de la perspec- tivaractuses del marxismo ('l Gnico punto de partida para unaiz- aquicrda realist", dice, “es una kicida constaacién de una der hires), rechazand al mismo tempo, comodarseal nuevo con- senso neoliberal. Laslids que propone Anderson pars el dilema que 41 mismo formulae, ciertamente,preari (adem de poco convin= ceente para un marisa) apoyar toda reform loca sin pretender ha ‘cer creer que alters la naturales del sistema,’ En todo cas0, es mucho ‘menos interesante que la propia formulacin de dilema que propone. in embargo, recusa a ambas por igual. La revista, dice, debe "La wal de aera wn mens deeper eimal snl schema ampere de he pocee contain lsu tra ola men foes ces defeat maginariar,Prbsblemete,singune dele que sian Ia agus guedamos 3 avo dees Yeni [También ‘Serta singin movimiento plies pul bree neers ur adheretr Unie alii emacionl qb en pias deol invelcradneiaemene ‘lemenoy de roams pues. Sn embaro, rtrd evi ine lesa so era (ery Ander, “Renvaconr en: New Lf Revi im. sero de 200 p12 heey Ande, "Renvacion pp 4 "(Qu tipo de postr bers dope a nur antec aera stan? Cio see acta geno dei constr nn eo inetagente Ian (droid epinore os cmponens con el tema mpeant rah ‘ano ods pada y efor ue pan ifnalore 4 poker De lo ne El gesto de Anderson celta sigifiatvo justamente porque sieéa su reflexin en el centeo mismo dela crisis que atraviess Ia tadicién politica en la que se inscribe, sin rehuie sus consecuencias mds agobiante, Las dos alermativas que s nega atransitarno sri, en ima instancia, més que dos via dstincas de escapar del dilema, Tanto para aquellos que renuncian al marxismo como para quienes insiaten en lavigencia actual de sus postulados ya no cabria hablar de una “rise” A los primero, la rs pasara a seles extra, desde el momento en que dejarian de definirse como marssts ls segun: dos, eampoco les concierne, puesto que, pata ellos, no haba nada problemdtico que expica.¥ esto nos planta ya un interrogante el tivo al concepto mismo de “ers. Entendida en un sentido “ere”, “nietascheano”, una criss no es un fendmeno meramente coyunturl, que conduce al abandono de detceminadas creencias presenter y la adopcign de otras de las enton- ‘ces disponibles, sino uno que abre una “experiencia abismal” en que toda intligibildad se quicbra. Ast definida, una crisis noes algo co- rriente ni sencillo de identifiat. No basta simplemente con verifiar ladislocacibn objet de un determinado horizonte de pensamiento, lo que siempre deja abicrts las puertas a su abandono como tal (on lo que ya no podria hablarse de una “criss, sno simplemente de un ‘cambio de postura o perspectivas).Aquella tiene también un com- ponente subjvive. Es decir, una auténtca crisis conceptual silo se produce evando se admite 3 una deverminada tradicién como histé- “pends ning io de maximal ee avert deber epee lidridd con never en favor dena vide mejor: prism queen 2 eoveradrs, peo pute spo odo tipo de movimiento loa de eos Uinta in peer aera gue seen eared sara, Lo que 0 pee Ae oan debe ce ex dar rio silane gue site aaa em “dein de progres oben oene tos conforma de que upente ne ‘io propel des fora rrionris (ery Apdesan “Reporacione' sp. tip 2} Ea minor plc prio ot ade en polis ah feo ‘Sulit pura un mata come, por eempe, debuncat be defini demo. ‘tet Sloe Acueror de Mast ricamente(objetivamente) deshechs x no obstante se perssteen ela, puesto que ninguna otts aparece como més aceptable © menos pro- blemitica, Lo que define wna crisis conceptual, en fin, esque instala tun terreno inhabitabe, pero que tampoco es rasparable ‘Ahora bien, zedmo es posible esto, zeémo se puede admit a una radicién como deseuids, inckistentehietricamente, y aun as pre- tender permanecer en ell? En suma, mo se produce ~s es que alguna ver ocurre~ una auténtica“risisconcepeual”? Lo origencs de 1a poomadernidad lutea precisamente esto. Este ultimo capitulo de [Anderson en su saga dl “marssmo occidental”, ys may disinto dels dos anteriores, cjemplifcs as lo que otro matsistacontemporsnco, [Alain Badiou lama "permaneceren la inmanencia de la eis *Y es, clo lo que lo convierte en un texto sumamente significative y a, ‘mismo tiempo, problemétio, el cual sive, en definitva de registro de las ribulaciones con que el pensamiento accidental todo seconfronta con el present fn de sgl, nos permite indagar en esa lucha agénica por encontrar sentido un vez que toda certidumbre, qu todo Sent- do (tanto objerva como subjetivament) se habria ya quebrado. Ex roswopeantswo ¥ £1 RAATO DEUS ORICENES Loe doe primeros capitlos del libro de Anderson se ocupan de su objeto is especiico: tant ls vicstudes del érmino posmodersizmo, deade us origenes ejanos hasta el presente, delineando la serie de sat tosiones tanto significatvas como ideolégiat Segin sefila Anderson, el temino fue acuiado en los aos teinta por Federico de Onis, con el objeto de sfalar lo que entendia como ‘un eeflujo conservador producido luego del gotamiento de impulso renovador del “modernismo” (ol que ain perviveia, sin embargo, en lo ‘que Onisllamaba el “ultamodernisimo") Fuea del @mbitohispano, el * Ali Baio, Spud pear lpia ra Jorge Paigonky, Baenos ie ues Vin, 190, p 3 concepto se dfunde sso en los afoscineuenta,portndo siempre una connotacin negativa. Para Chars Wright Mill, por ejemplo, Ia le ada dela posmodernidad indicabalaquiebra dels ideale liberalesy soctalists. Es cero que yaen 1951 Charles Olson hablé de un "mun- do posmoderno" © "postoccidental” més alld de la era de los Jmperalsmos y la revlucin industrial. Deexte modo anicipaba al- guno de los motivos que luego se difunditfan. Sin embargo, Anderson Sefala que Olson todavia no alanzaraaplasmat una teoriacoherente al eespecto, Recién en la década siguiente la idea de “posmodernidad’ cobra, por obra de autores como Leslie Fedlery Amitai Eon, una ‘eva inflesin por I cual pasa a atociare al nuevo spirit derebeldia ‘studiantilsealando un impulso democritico que apuntabs mis ll del poder delinance de las grandes empress y ls elites establecids. Sin embargo, dice Andetson, se taban ain de mers “improvsaco: res terminoldgica,sin demasiado impacto en el planoatticoe inte: Tectual. Lo visto hasta aqui puede ser coniderado asi com una suerte de prchistori del término "posmodernism. El dablehito que iniia |i marcha hacia su uso actual lo constnuyen la fundaciin de la revista Boundary 2por Wiliam Spanos, en 1972, el manifest arquiteténico lanmado ese mismo af por Robert Venturi, Aprendiende de Lax Vegas. aralos editors de Ia revista dria por Spanos (grego de origen y profundamente crtico de I politica exterior estadounidense), el «érmino servia de ebdigo enclave para combatir el etabliment sca- démico representado por el New Critic y el formalismo literatio El mismo habia sido introducido en dicho cigcuo por thab Hasan, {quien retome los motivos centiales del poststrucuraismo para Hist la que se conver en ladefnicidn estindar de “posmodern [Esteexpresriadesdeentonces lo que Hassan defini como “un juego de ndeterminacién einmanencia" (ie, lacombinacién de laimpo: sibilidad de acceder 2 un punto arquimédico situado por fuera del hab Hasan, Postmen A Hier 971 530. "a asm, °Calue, nding an mma: Maga ihe (Rs olen) Age'sem: Hemant nS nis, 197 pp. 51-83 cil Wiogaphy’s em: New itary SWaeRSIN VERDAD » propio sistema con Ia disoluciin de toda identidad estable dentro de 4), Sin embasgo, el concepto conservaria todavia sus ambighedades ‘deoldgieas. Aunque originalmenteasociado a un impulso citico, en sus esritos porterioes Hassan denuncia lo que percibe como la de- _gradaci del posmodernismo a partir desu altanza con el mereado de bienes culeuales,con lo que degeneraen una burdaentronizacin, el hitch, El proyecto de una alianza tl entre posvanguardismo estético y ‘apitalsmo avanzado se encuentra, en cambio, ya perfectamente plas- mado en el manifiesto inaugural de Venturi, Pero tampaco en el Anibito de as artes plisica 4 contenido idealgicoseréinequivaco. De hecho, el tétmino "posmadernisma” va a ser aplicado ala arg {ectura por Charles Jencks (Venturi, en realidad, nuncalo uli), en, Ellenguaje dela argutectura pormoderns (1977), quien eivindica el cclectcismo histérico y la disolucién de ls Fronteras entee el arte “alto y el arte “bajo” que definician al arte posmoderno desde una peespectiva radical El proceso porel cual el trmino posmodernisina” se despoja de tods ambighedad ideoldgicay se convierte en un con= cepto de “derecha" se debe, en lo exencial, a Jean-Feangois Lyotard y Jurgen Habermas En La condicién poomoderna 1979), Lyotard identifica el atibo de | posmodernidad con el in del capitalismo industrial y la emergen- cia de una “sociedad del conocimiento”, ue se constituye como una sed de multipicidad de juegos de lengusje, inconmensurables ence siscayo tasgo caracteisticg esa dslocacion dels grandes relatos” y 1a prliferacin de Ia paradoja y los patalogismos. "La incoherencia n° (quien acuis el concepto se converte asi seiala Anderson, “en inspi- acid de un relativismo ramplén’." El énfasisrelaivista acompati, por otto lado, un curso ideolégico ersiico por el cual Lyotard se sparta progresivamente de su trotkismo nical para terminar adop- ‘ando posturs francamente conservadaras (el mismo af de publi- " Raey Andra, Lt rene de pomaderida opt 30 LVERDADES YSABERES DEL MARKISMO ddad se habria perdido, Jameson resid ala posmodernidad en una perspectva histGrica. Este logro ubiea a su obra en una posicién % faery Andaman La ore dle pomadrid 9p. 90. od pp 9293. privilegiada en el pensamiento marxista occidental. “Se podria de afirma Anderton, "que con ella esa tradicinaleanza su culmi Esta afirmacisn resulta, en realidad, doblemente perturbadora En primer lugar, porque, a pesar de los esfueraos de Anderson, no termina de quedar claro cusles son los aportes de Jameson a los studios sobre Ia posmodernidad. De hecho, como vimos, 1a deshistoraacién del témino es, en Lyotard, un gesto algo cardio (G6lo se produce lego de que Jameson emper6 a rabajaren el tema), y result ain hoy una postura més bien marginal entce ls especis- lista. La idea dela existencia de una rlaci6n entre el surgimiento dela posmodernidad y la afirmacién de una sociedad postindustial consttuye,en verdad, uno delos motivoscentrales en la narativas canénieas Sobre el ema (la omisién de Anderson de toda referencia, ells es aqui sumamente sugestiva). Tampoco queda claro ain en {qué consste su supuestarecuperscign del téemino para a “causa de tuna inquierda revolucionava". Por el contatio, esto parece contra decitse con su identifcacién de la posmodernidad con la afirma- cidn de un "capitalismo iimitado” en el que toda alternativa al mis: smo habia sido ya barrids Y estos igs, 8 ve, al segundo aspec- roen a sltima afirmacién de Anderson que resulta, como dijimos, percurbador. El elogio que realiza de Jameson, segin el cual te (queda consagrado como la figura culminante en una tadicidn que arranca con autores dela talla de Lukes y Gramsci, resulta elarse mente desproporcionado. Se trata, ademas, del eandidato, en prin- cipio, mas improbable para ocupar tan alt stal. De hecho, 3 fin de “hacer sentido” de Ia obta de Jameson desde una perspectiva rmarxista algo mis “ortodoxs" como es a Anderson, étetuvo antes aque realizar una primera opecacisn conceptual omitir exruptlosa- ‘mente toda cefeencia alas peemisaste6ricas que la rostienen, © tid 998 Ex “iNCONSCIRNTE POLITICO” VAS PREMISAS TEORICASICNORADAS Sin duda, Anderson no ignora que aquellas nociones que Jameson urliza (como las de "Naruraleza", "modo de produecién’, etc) tie- ren en dun sentido especifico,desatolado en su obra anterior, The Political Unconscious, in cuya re «dad resulta simplemente inintligible. Un breve repato de sas nocio erencia su visién de la posmoderni- nes nos dard una idea del arduo trabajo de slecié y reelaboracién al que Anderson somete a la obra de Jameson. ‘Como vimo, el merito fundamental de Jameson para Anderson ‘ess capacidad pata rlacionar fendmenos artitico-intleccuales con procesos econbmico-sociales. Sin embargo, Anderson no menciona {que dicho vineulo slo se establece en la medida en que ls categoras implicadascobran siempre en él un doble sentido, Como indica Terry Eagleton, Jameson “nos confronta ala extafezaabsoluta de un dis curso sbse cases y modos de produccién que es, simultineamente, una reflexin sobre las Formas, ls roposy las igus” As, la Natu- raleza (on maytsculs) a la ques efiere emi, al mismo tempo, a los vestigios de modos precapitlstas de produccin subsstentes en bas comunidades eampesinas de las reglones pesifércas (el "Tevet Mundo") y alo Realen Lacan (ie, “aquello que resist abrolutamen- ‘toda simbolizacién’), Tales comunidades se insticuyen de este modo, cn ha misma vena fankfurtiana que impregna losesritos de Lyorard, cn tesiduos de negativida, sedes de imypulsos critics que tienden a lslocar “sistema! ‘Anslogament, los "mods de produccién’ tampoco son meras realidades econémico-sciales, i se suceden histéricamente, como imaginara Mars. Aquella 3 los que Jameson se refiete se encven- tran superpuestos en tada obra de ate “auténties", consituyendo su “inconsciente politico”. La superficie textual aparece as, para él, ‘come cruzada por impulsos conttadicrorios resultado de la coexe: tencia de modos de produccién diversos-, lo que expliaria lana "tery Hagen, Apia ae Cin, Las, Veo, 1986p sens veRDAD ” tualeta dalgea de las obrarde arte auténticas® “El ext individual arefacto cultural -dice- et asi reestructurado como un campo de fueraas en el calla dindmica de lor sistemas signicos de lor diversos movlo de produccin puede ser egistada y aprehendhda"" En el marco de su concepto de los mados de produccién como ‘onsituyendo el “inconsciente politics” inherente a toda produc- én cultural los vestigis de "Naturalers’cabe comprenderlos como resabios presences del mis primitive de ellos: aquela forma inmedia- ta de vida en comunidad en que los individuos~y, dentro dl propio individvo, sus diversas facultades~ ain no se han autonomizado ni ido entidad propia (lo que histricamente slo ocutre con la divsin del abajo en actividades espcializads). Dicho estado pri smitivo corresponderia, 2 su ver, en el nivel psiquieo al etado pre- cedipico de indiferenciacisn originatia, lamado también “estadio del espe” (en que el nifio.se confunde ss mismo con su refi) y que Lacan definid como lo /maginaria. La legada del capitalism, por su pare, sfilaria a nrupcisn de orden de lo Simbico(que para Lacan aparece junto con el lengusje y que le permite al no adquirir una ‘dea dela propia identidad, es decescomienza a pensarse a sf mismo como un "yo" dstinto de los oteo). Este representa, en fin, nuestra tealidad caida, el proceso de efieacion por el cua la coalidad social se desintegraen una sere de dimensiones pacelaras enfrentadashos- tilmente entre si Con laintroduccién del orden de lo Simbslico se quebsatla, pues, clestado de indiferenciacién originasia. Ahora bien, a fin de legar 3 su teoria del “inconsciente politico” en este punto Jameson deberia apartarse de las ideas de Lacan. El error de Lacan consstiea en no haber comprendilo que “el lengusjes las arepla pata porta lo Real meson ae aulalconceto de inst Bloch Je Unie Sesto sire). Ev Blech, "Nonsyachtonim ad Dileci e: New German iia, aim 1.1977, pp 22-38 "Fearon, Tie ial Uncen, Nerve Soil Soli aca, Corll Univer Pros 191, p98 a cps Deven dr ld mei de barbie, Ma, Vir, 1985), como su propio subtexo intrinsco o inmanent afirma, subsist en lo Simbslice. Come lo revela su ands del relat cristiano de la redencién, en la medida en que toda construccién ideolgica sive efectivamente como compensacién simbélica de las contradicciones reales, lee inherente wna dimension utdpica* De Le Imaginarie, lo que se rata, enfin, ex de resctiva ese “inconsciente politico”, res- car, entce las mallae de lo ideolgleo, ese residuo de negatvidad siempre present (y que se haria manifesto en toda obea de arte au- kéoiea)2* Lo visto permite comprender por qué Anderson, afin de darle sentido al teora jamesoniana de a posmodernidad, debe ances bo- rar toda referencia las premisascesricasen que ésta se sostiene. Ella ‘epresena una de los mejores ejemplos de lo que desde Comsideacio * Flic ames, Te Poa Ucn, ait, p 1° geal elise {deo mina Lacan on stab ada no creat nutarobectimain de [a Snbln, qu pee Tamaneloprpismente idole (Pee meson, The eli of hot ue 1971-1986 Minnepal, Unies of Mints Pros, 199.0 1.7.39. * Jameson, The Pail Unonacio o. tp. 287. oven ses. cntte losauons ontanprdneo, quem maleic niga gra eden inheenteaonden elena La sys ieJsmeron, ana fmt de ttt ine fit ein acl I ncn de dain [1 xn comptendidor oo fendi ieocabler centre epoca mini ont Ioctkimosvnigisy reteset de ital urana ocopar yer teres leq an pda de a Natale bj y eb ye ‘ramen el Tere Mundy el Ieonscente (ih. p92) "fate lwo qu ol pasa aor abla de maces otencidads humana vray no rans Nose ts deat len liane ode un ‘unt oxou de eiqucsimint persona cura node alec de pete ‘hin, la sual pone rast oil i coiina merci, ls ‘spec ean ya cxpetenia simular de mucosal de plisticoy ‘Sn (11 Pewee nis expen dea pda nga ral “donde rina delosal eto oe een de valor no meena, ncn I rampaen de i cco init posal de dominaci, ‘sigmazanta nacht inten {tema em cts om conrerprncs de id (Pree Jamcnm. The Mele of Hayao 2,9 173). nes voRoMD » ‘nes viene denunciando como."contaminaciones idealists” que han impeegnado al marsismo occidental desde su origen. Su teria del “inconscente politico” reproduce expictamenteel motivo schellingiano y frankfurtiano ~de connotaciones laramente mistco-relgiosas- de la caida y la redencién que Ie srve de base para lanzar su critica ddemoledora de Lyotard, pero que ahora peeiee piadosamente igno- rar (lo eual no deja de ser sugestivo). El punto, de rodos modos, es que sé exe rasfondo tesco explica dl profundo dramatsmo que adquiete en Jameson la expresén “el fn de todo vestigio de Naturales", que define, ara él, el artbo de ls pposmodernidad. El descubrimiento de tal stuacién que se produce ‘slo tas la cada, en 1989, del Muro de Bedlin (es deci, con postero ‘ida as escritura de The Political Unconsious)-,que hastaentoncesle parecta algo simplemente inconcebibl,sfaara un colapso de dimen siones miltonianas. La obeuracin de oda trscendenca, a imposbili- dad de codo “terorno de lo reprimido” po el sistema (su “inconscien- te politico), sefiara el artbo a un verdadero punto muerto en la historia. Y exto nos devucle a ls pregunta que dejamos pendiente:
    Exist agui un argumento implici- to, que Moreno (por rzzones que luego veremos) no aleanzard nunca «articular claramente. Paral, la posturs de Mandel e¢ no sélo revisionista (puesto que, “si as fuers (que ol capitaliemo ha entrado ‘en una fase ncocapitaista, toda la concepeion del programa de man- sicién sexi exsbnea") sino en shima instancia eambién, y funda mentalmente lo que, para Moreno, ea su consecuencia inevitable, “liguidacionise’ (estas teorascuestionan las premisas objetvas de la revolucién proletara: Son eoiasliguidadorae de la iv Inernacio rnal’)” Esta defiicibn de la postura de Mandel no es un mero epite- toque lanza Moreno, al calor del debate, sino que tiene un sentido Laer on 1974197 nossa msn ues pfu sisao ssb,senando acs nett} ac sentra tea ernst odo lo pts cpa yl conju de meade imi Led imperial en epson canto en telco (at Mart Peedi op. p29) ® Nah Mem Ele ose Te pron peli Pie con ret Mand Boss, Rot 98, 9 395 * Naat Moneys de iso if 30. 2 Nihal Maen, Epc bo yp 97 > Nah Moreno "Pyet deta sep 1. "tke 3 HLTROISKISMO COMO IA VERDADIMPLICTA DEL MARXISMO 77 profundo ens tcora, En definitiva, plntes cuestionesconceptuaes ‘que van mis ald del errenoestictamente Fetico,extaria denotando divergencis mas profundas que de mera percepcién de la siuacién politica (de lo contraro, la perspectiva de Mandel podria event mente demostease cada; cabria pus, efutarlaemplricamente; pero nunca se la podria tachar de “tevsionista", ni mucho menos de Tiquidacionista EL nucleo implicco en el argumento de Moreno es que ls discs ‘6m planteada por » hit $451 > tid 5452, shel Morena Fsbo biti, ee Cuadernde Ce travian Bucs Ai, 198, contra. Laem Goldmann 1 ome be aba, pci p82 * Repctade sentence Do, como dels Ve dela posta de Rovlucid, noob miso meno. Bata qe Dios nar by ead un ver pte dr eximonia descend. Del misma mos, os ata de qe seems Tododl mud prs oer inwecar alaVerd say lode lo usps dst Algal mens co lee dbo ait gue Verda none posible Ein. hbo sun ver laches Reolctn. ee semper pla define ln extuctura de base desu planteo. Todo su argumento toma, asila forma dela paradoja, so se sostiene en ella A fin de dar senti- doa s price revoluconaria, Moteno no slo debe al mismo tiempo ‘irmar y rechazae que la dimensidin politica del mareismo se funda en ‘una premisa que se hut, por definicidn, a todo debate raciona, a todo saber (i. ¢, que su slo plantéamiento resulta “liquidacionist. La verdadera paradojaen su perspectiva radica, en realidad, en que, paraarticularse, ella no pueda nunca, sin embargo, formularse como tal, Es eta reduplicacién dela paradoja en fa propia estructura des pensamicnto (el hecho de que la paradoja no pueda expresrse de ‘otra Forma que na sea paradicamente) la que le confiere a éte, en ‘hima inseanci, su sentido trigico ("endgic", dice Goldmann, "por ‘queel hombre na puede evtar ni aceptarlaparadoja, porque es hom- bre solamente en la medida en que, afirmando la posibilidad real de Iasineesis, hace de ellael je de su exisencia, aunque permaneciendo conscient siempre de que ni siquiera esta afrmacin puede escapara la paradoje")? En definitiv, la trageia (1s apuesta, que es lo que cuenta) supone tuna crencia que se canoce que es tal, que sabe que no puede asprar 2 sermis que ello esto es, una mera crenciapivada ya, una vez quebra- do cl tipo de transparencia que proves el determinismo, de coda ga- rancia bj pero que, para sro, no puede tampoco sin embatg, resgnarsea no ter algo mis que ello: indudablemente, no tiene sentido postr sino contésemos mis que con una mera creenca, eto es, 5 crite laposibilidad de alguna evidenca (ya sea de que Dios existe 0 de que no existe); pero, inversimente, no sea razonable apostar si aceptiramos ques rata dena meracreneia (una puta “eonstruccion dliscursiva’ un “mito”, en palabras de Laclau y Mouffe) ‘Treo Fasc. punt gue al respecte no ay Iga pata medi sas Dos Veda os Retlecin einen om eit: no exten un pct Wee, faa eo pain, “Stacen Galdman, EU amb yb abl oct. 261 “La ganda del hombre peo ela Goldman const en vrs (a eos contri y comico cum ipurn verdad yen no ae La pregunta que aqul surge es qué pasa cuando intents pensarse quello que se encuentra implicit, pero negado, ene dscurso mat- xista (yal ue el eoukismo srve de indice) exto es, cuando el postu- lado de exe imite, que snicamente puede postulare sn nunca alan ‘tara defines, se revela como tal en fn, cuando se hace manifisto {quee postulado de esa Verded implicta del maraismo no se rata de tuna Verdad sino, justamente, de un postlade (una “consteveciin dliscursiv’). ;Qué tipo de existencia sigue para el marsismo una ver cnfientado al especto ~inasible, inasimilable~ de a evidencia dela ‘adical contingencia de sus propiosfundamentos? Como vercmos en Jo que rest del libro, et justamente en torno a esta aporia que gira todo el pensamiento marsstacontemporineo, El intento por tatae de reencontrarse con la Vrdad del marxismo una ver que, segin se audmite, ha estallado todo su saber, de tecobrataquello que lo funda pero cuya emergencia resulta, sin embargo, destruciva del markismo, dari como resultado esa formacién diseursiva comple y stl -pro- fandamente iluminadors, por oto lado, dels pespljidades alas que se ve enfentado todo el pensamiento en este finde siglo, no sos mente el marist lamads “marcismo postestructualist ies jamis Porc sexta ser pect ini I pai iid p78. III. LA VERDAD COMO POSTULADO (ERNESTO LACLAU Y SLAVOJ ZIZEK: LO REAL Y LO IMAGINARIO DEL MARXISMO) En nngin oo lugar oponen tn 4 menudo ‘plod fneaimar igor emergendo ded a ‘Stundad,cnfpran ena conerpusid a {alo ign deconfianzay ay sel oponen come adc spina, como sido logos ou Hiss Lid et ici emp ye romentea rend Los avToREs QUE ANALIZAMOS hasta aqul se inscriben, de un modo w otro, dentro de una tradicion erotsksta de pensamienco. Aunque se ‘rata de un hecho incidental (nosed as en el resto del tabsjo.! para [Nahuel Moreno, Is cenralidad del erotskismo en el pensamiento rmarxita contemporineo no sera algo fortuit: el totskismo, afi- x elmarsismo del siglo xx. Este marcaria una suerte de estadio superior dentro de dich tradicién. Mientras que el marzsmo cl ‘cotrespondié a una etapa de expansién capitalist, en que la clase ‘obrera no tenia an planteada como earesinmediats la toma evolu cionaria del poder el wotskismo cortesponderia, por el contrat, 3 autores que analame ene cptl,sin embargo, tm sp sa, ncdentnente oe pri. Ernesto Lada aunque tamer sede fies ene une saeco de itil onl rothime Se fetvamene, ambien Slave 2th vende oy» provi en oro de a mis {ldii, Fn ano desu ition rl arma en un goo clr de dein ica qe “quis liao, Tro xa desgnacn ms apap de lo {ea apna eli en el ido lenin (Soy 2k, "A Pls for Leinit Trea pp. 55), Como veremes ts defini iene importants co seni iva pensar epia en ina inva, a deen tivcon Lact aguella fas abierea con Ia Revoluciin de Octubre en que a construc: cidn de una diteccibn plltica que dirgira al movimiento ober ala, sealiacién de su misién histric (a instauracién de una sociedad sin cases) se situariaen el centro de la toa y la pretiea revolucio: naria. De hecho, el surgimiento del trotckismo se asoca estecha- ‘mente all reacién del primer “Estado obreo”, De todos mods, su delimitacin como corriente politica se produce slo como resultado cde una derora: el ascenso de Stalin en Is unssy la expansin del fascismo en Europa. Este dableorigen, en el cual convergen dos ten- dencias mucuamente contradictoras, le confer, en dima instan- cia, su sentido trigco, que es el que defined al marxismo a lo largo el siglo xx, y hace del ertskismo, aun en su margnalided = en ‘gran medida, precsamente por ello-, mucho més representativo de su situacién histéricaconcreta que los “marxismos oficiales, dando pibulo a tido muy dstinco del que él proponia, ‘Ahora bien, esta definicién de Moreno bien podria inverse y ‘omarse en un sentido negaivo.Elsiglo xx, que pat lea cl siglo del la dfinicin de Moreno, aunque certamente en un se trotskismo, ese estadio del que hablabs habrfa que admitr que ya se ‘cert. Y que lo hizo, ademas, segin seals Erie Hobsbawm en Hlito- ria del siglo, de un mode algo anticipado, con el colapeo dela Usss «en 1991, y también parsdsjio, pars Moreno.? Como vimos, noel hecho en sf misme sino el mode como se produjo rerultara algo incomprensible dentro de los marcos del maryismo, un fendmeno [por completo extrafio 3 su universe categorial,cuya tematiacién, sigiendo sus mismos postelades, nos conduce inevitablemente mis alld de sus confines En fin, éte pond en cuestin no tanto alguna hhipétess o caracterzacin paticulae (explicable eventualmente por la combinacién peculiar de desarrollordesiguale), sino mis bien las, premisas fundamentales que sostenfan toda su cori ypermitan dar sentido ala historia y a si mismo. ic Habu, iri de a 19141991, Baclna iis, 2004 Sibien al comprobacin no necesariamente significa atin acp- tacidn del “fin del marxismo",sinvierteel planteo de Perry Anderson, y Frederic Jameson. Como vimos en el primer capitulo, segin posta lanestosaucoes, el marxismo podsia todavia sobrevivrse a si mismo. Lapregunts que entonces se planteaba era que tipo de pensamiento marsista puede surgie de lo que se petcibe como la “dreota final” del rmarxismo, de su quiebra come horizonte politico prictica? Esto es, {imo podria el marxismo dar cuenta, desde ls teora, de su propia La crits del althuserimo send asi también la de esta ertidambres Fa aces Raise, La levi de Aha nos Ate, Gans, 1974p 18, “Mary, die Ran," omen con opener Hombre ls individ‘ tt ler hombres cs nce deep su exten ae eta enaco= tes Smid erl Hombecl que aces ston son fos bombs desi Ione cosron agiin gueprogces sr meas de xine ques ‘tn ich de clr Mare no gems seh cia de Fue (i id damentales.¥ esto nos conduce a una cuestiin més general de in- dole epistemolgca, La tradicién de pensamiento marsiss, como cualquier ott, no es algo homogéncoy estable, Esto casi na sd en el sentido abvio de {que ha suftido reformulacionesceucales ao largo de a siglo y me- dio de vida, sino tambiéa, y de maners fundamental, ques is cidad no tesponde nunca exclusivamente x sus impulzor problems ricas inherentes. Ests se ve atraverada de cabo a rabo por las recompoticiones mis vartsen los regimenes de saber que se produ: jeron en su transcursa en el pensamiento accidental. El pensaminto rmarsinta viene, de este modo, a reinstalrsesucesvamente en diver- 05 nichos epistemoldgicos, se reconfigurs en funcin de le diverse ‘epistemai que definen, en cada momento dado, las condiciones de inceligibilidad de los fendmenos. En definiciva, esto proveen la red teérica de base a partie de la cual x releetambign rtrospecivamente el pensamiento de Marx y se reformula su legado, Una perspectiva histérico-ineletual -a diferencia, por ejemplo, de una filoséfico-polltica- se orients, precisamente, 3 tratar «x08 umbrales de hstorcidad que atraviesan el penssmicnta (y una vee teaspasados, ya no seria porible un mero regres al pasada). ¥ esto nos devuelve a Althusser, Cabra decir que no ex verdaderamente en st intento de poner al pensamiento marisa ala altuta de los tiem pos donde radica su contibucién original. De hecho, és fue el abje- tivo que motori2d toda la produccién tebrica marxista desde los reokaatianos de la Seguada Internacional hasta [a tradicién fenomenolégico-exstncialsta de Merlesu-Ponty 0 Sate (y también, como vimos, la rotskist, onl lines que lleva de Mandel a Anderson y Jameson). Su gran aporte reside en haber reartculado es aici en funcién de una forma especfica de saber; su iron, sin embatgo, coasiste en haberla logrado en wn momento en que esa época del ppensamiento occidental extaba, precisamente,legando a su términe, La "ersidel marxismo” se combinaria asi con una crisis mis general dela filosofia, y ambas habrian de fundies y confundiese en el "ma smo poses “A finde poder entender eu xl sentido ‘que la nocién de sujeto adquiere para és es necesari, por lo canto, identifica primero el suelo categoral particular en que dicho proyec ‘ofilosfico-poltico se inscribe, comprende el proceso mis general de recomporicin intelectual que condiciiaeventualmente hasta EL DECONSTRUCCIONISMO ¥ LA INTEEXION En critica de Althusier, Ranciéte sefalaba un puaco central desde una perspecivahistrico- intelectual: que su cuestionamiento del su larga tradicidn de pensamiento {que puede remontarce a Nietsche,y un mis tren el tiempo. La jeto entroncaba, en realidad, con afirmacién de Ranciése, aunque equiete algunas precisiones, perm te destacar un aspeeto fundamental para nuestro andlisis. La perspec: tia estructralista’ no sélo noes stricta o excusivamente marist, sino que tampoco ea tan reciente novedoss como pensaba Alchusse Formaba patte integral de un sistema de saber, nacido de la vss del ppaadigma evolucionista producida a fines del siglo x0x y estaba tensionado por la antinomia entre sistemas autorreguladas y acién inencional” En definitivs, el sujeto al que Althusser crtiaba (que Althser quiet ascna cst quel cei del yea lai ie ‘mart Come dees igudsi de st Fists no abit dese hace ‘ovsign sedoad Usees Rane, Ll de beat p43 "Sep salbe cl propa Althaner, ders de eda emboli Se pun desi Is hls de lgarcia que pers na sare de ‘romposn de sie er sb ert poems prods en Fin na ropra peli. "De aim fra en ul fad de as ‘mnie pr Tae proves el maciminto del lest plies fn “ded fis por Calo prnocs el nacimient del loos esis.” (Cone Ake "Pago a guns lie: La oui tr de Mar, Meso, Sgn, 1985p. ly que poner pcr qu lo mimo se pote fea dey roi os Al opto, Joe aH orn dee. Stil bs ycomtingncn nel pemreto mern : Prime Re iat de Hise ku 7.2008. pp. 27-50. ” \VERDADES YSABERES DEL MARXISMO ra propio del histricismo decimonénico en cuyo marco se gest el peasamiento marta originario) habia muerto casi un silo ante, junto conl sistema de saberesen que histéricamente se fundaba (y nadie pods, en consecuencia, esucitaio)." De alli que tampoco su recai- da en el “subjtvismo” “inevitable, dentro del sistema de saber en {ques pensamiento se inscrbia, afin de poder pensa la historci- ddad- remitinfa yaa sujeto hegeliano que eligid como blanco de su empresa tesrica” Llegamos aqui al punto central qu interesaaclarar a fin de com- prender el género de problemas testicos a que se enfrenarian los seguidores de Althuser ye sentido dela inflesién conceptual que se prodyjo en su tins clase de “subjetivismo” que persiguié al penssmiento estructuraists ‘coma su sombra no fue realmente el propio del hstorcism del siglo 2%, sino un tipo de esencalismo de una natualeta ya muy distin, surgido justamente desu quiebra, cuyo modelo lo ofrece el concepto de Hssel de eg trascendental. El sujto no-tético husseliano (que subyace tras toda la tadicibn fenomenoldgico-existencilista) no es hacia el “marxismo postesteucualista. La 17a propiamente un sujet sino un ipo de Ser que precede ala distin ‘én entre sujetoy objeto. Este refer ese Ambit primitive de arti- ‘alain de sentido inmediatamentedados ls concienci, es terte- no precategorialyprdiscusio en que tanto el sueto coma objeto pueden constituirse como tals, Este es tabign el ereno en que se despliega el pensamientoestuctualss ‘Pearle contarosesuponer que psd ae sin mil pente moder de onsen oes de aera vr qs quad cl lode pespuetr en pe isc sonny en neue fea utr intetal cae de Worl opi avin spaces tos suede anaconsmos concep uses Frsenndas Quentin Sener plemosdetint to cmo mia de lero” (an sore de insrin det concept demi de ls poep- 22. Ven Quentin Sin, "Meaning nd Undestndingin the Misono es me Hor and Tory im 8,196. 48950. "ates eer dun bso sctlment cm pep, cay totem Une bo ira dsj meer Derrida es quien habré de hacer mds claramente manifests los supuestos “metafsicos" (mis exactamente, fenomenoldgicos) que subyacen en el estructuralismo, Para ello pare de ls propia idea ‘estcturalista del enguaje como stems relacional, et deci, como un ‘ampo integra de relaciones en el que cada término oma su semti- do por referencia 3 otra, y ai sucerivamente. Dicho concepto tiene siempre implicito, pues, el peligro del “vértigo de la hipérbole (Baudelsc), ests, ldesizamiento permanente en ln cadena delos i un punto en cual anclar el juego de las referencias mutuas, Seguin muestra, Derrida, lo que evita este peligro ea existencia de un centro fio, un rico estructural que garantiza la determinabilidad del sentido del signo. Laidea de un significado tascendente(una referencia inmedia- 24] objeto) provee ee anclaje que pone un término al deslizamiento sigaificants, la emis eterna de wn signo a oto, ‘nee significances, indica ese agujero en la ama del lenguaje que apunta hacia mis ali de ella, quebrando el juego de ss referencias reciprocas y, al mismo tiempo, findindolo, El postulado de un significado trascendente es, en definitiva,cons- tiutiv del etructuraismo, puesto que le proves el nucleo a parte del cual todo sistema puede articulate como tl. Pero, ala et, e& destructive de aqua, dado que, para ello, debe sstenets¢ en una pre ‘isa que escapa, por definicién, a su concept esto es, dislacs el principio estructualista de Ia inmanencia del sistema de referencias ‘mutuas entre signos o elementos, Este postulado sefala,en fin, el punto.en que el estructualismo entronca con la teadicién metafisca ‘ccidental.Ambos comparten una misma ansiedad por una presencia. tonal (cuya matte fundamental Dew enomenolégico hustclian), la lus de una referencia inmediata laladescubreenelinticionismo al objeto, no mediada por la mateialidad del lengusie La pregunta que se plantea aqui es qué passa si se quebrara este supuesto en que descans: toda la empresa fenomenoldgica, que et también el fundamento implicit del estructualismo (a idea de una presencia inmediata del sentido); esto es, sil referencia al objet se encontase siempre mediada por el juego dle las diferencias internas del propa sistema dela referencia. La respuesta es que ell resulta en in eiferimiente del sentido, em el dabe significado dela palabra (que es el que Derrida trata de captr en su nalogismo difrance «se dedizamiento permanentemente que hace que el momento dela recuperacdin del sentido se ves siempre postergado implica que el presente ya no coincidtéa consigo mismo, se eneontrara disocado {dies respecto de. La terabildadepticin en aaleridad). al poner el sentido en contacto con su exterior, abe el presente ala femporlidad,dslca su vocaci de exabildady obetivdad Lo dicho define el abjeto de a empresa deconsruccionsta, Esta busca conffontar todo orden insiuido con la tad concingencia des fundamentos, no para alla susiventdo oi ttapasacoy acceder al instancia en la cua sentido ysinsesid se envtlazan, Estos, descubsir a uel que mare lo Uno on lo Otro " De exe modo, enfin, Lala recaetaprecsamente enc Spo detlelogismos que vena 2 cvestionar del marxismo.® "ochre uclaomoloiacin fisoricia que produce Lac, aque le permite extra consecuenciasideolgicas precise de us pos ado ern, oni, pr Zk as emis eng or tiene su concept. En dicho easo, la democacia radical no consti- tins na forma de pices ged, slo uno dels modes posible de interpelaionsimblica de la politics, sino que se iden- ffcallaramente con ll. De este modo, sn embargo, en sinten- to de valdar su tcorla proveyéndole un fundamento no continge- {eval postulr Ia exstencia de una forma de articlacion que no es tla misma hegeménica,terminara minando sus propios presi- pests oo ik, “Mantnet la: Jth Bue Ere La y So Bie apt p 31. “se enna, hiss yo poli’: ath Barker, reo Laas y So ah pos p202 Ex, por tao pen Lac un fbn eee odin el cnt eet de ea mat eck que'nrropusa amt crea deur no piel eres desu ec de 1c igenols opment no consonant dela costacion tin cogent celine hoy, de ms gu, e tempor de Mas ‘ethos eu arp" Slo 2c Mane lage: ath ates, Lacy So Zk opt p.318 En un come sit, pac, gi eb soma hon de pte dente an poe cna ec puma gta omempaiae vom nimi detec dhe ibe cseicnos uae depron de pls encalts" (iidp31) La verdadera custo: cul esl estat exaeto de ext "ponetalizacin| ela forma hegemnica de la polities" en ls sociedad contempori- reat? Es en sf mismo un hecho contingents, lrultade de fa acha hegeménica,o 54 esulado de alguna logis hittis implica que no ‘sensi misma detcrminada por la forma hegeménica dea polite” ‘Cualguiera que fuse a respuesta (ya sea que la geneaizacién de a forma hegemnica de plc se conciba como un hecho contingen te resultante de una lucha hegemenic o bien de una liga hstoriea subyacent) la tcoria de a hegemoni se quebrara, Tara Zite, sn embargo esta apori resulta no eanto de ora misma como de os resabiosevolucionisas-historcists que conserva In formulacin que ace Laclu de aqua El histricimo no forma parte integal della algo que deriva de ss premias, sno que repre- senta una suerte de himen. un elemento suplementrio devinado 4 producir ese efecto (loro) desutura, ipicament ideolgico, me- dant lacual sesustancialalo Real, dsteayéndolo como tll eins cibirloenel campo del simbalic (en ete ao, una macatva hist tien de cone tleolgico). “El problema es, pars mi ~afitma Zitek-, mo biarzar el hiericimo ent paca eencontarse con eins. tancia de tascendencia que diloca el orden dado, Llgamos asa nice de ls divergencss que distancia Zick de Lal El postulado de la incompletivd inherente de las sistemas soca- les, de su imposible claus, lejos de suponer la dspesién de los 9 thd p19. “Laaprta pede fomulase dd siginte me. Sia ie de pric heen sla misma Slo un intent eee srs de alain de a soc, deberiamos fetonces sme que fod aul sca era nestiament teed de tna prdctia eget, al que sept poled deo ‘ei I gue doris ca cra Ain eval, debe none uaa de pei heen indicum horonte be, de, no hema, con Feqetamtien se desis en prop concep Seatac ny dena raha ve dele lca elvis ° Sao} Zack, “luda de cle 0 poumknino? po fee: ch Buk, rm Lay Sh ish, oc 15.

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