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Actitud
Para vender se necesita tener actitud de servicio, estar dispuesto a acercarse a
cada cliente cuando ingresa al local, a hablar antes de que le hablen a uno, a
saludar, a sonreír aun cuando nos duela algo o estemos cansados.
Pensar positivamente
En ventas el pensamiento positivo nos permite esperar lo mejor de cada
situación, de cada día, de nuestros compañeros y compañeras, de nuestros
gerentes.
El poder del pensamiento positivo o el pensamiento de la posibilidad es muy
fuerte, las cosas más difíciles de obtener se logran con pensar que se puede.
Compromiso
Es más que usar el uniforme, es sentir el logo de la empresa en la piel, es
pensar, sentir y hacer todo teniendo en cuenta a Music Hall. Es considerar a la
empresa como si fuera propia.
Implica mucha responsabilidad, llegar temprano, estar dispuesto a retirarse más
tarde si hay necesidad o venir a trabajar reemplazando a un compañero que no
puede venir.
Proactividad
Adelantarse a los hechos, hacer las cosas sin necesidad de supervisión, pensar
en el futuro y prepararse, todo esto forma parte de un miembro del equipo
ganador de Music Hall.
Disposición
El vendedor no trabaja sólo cuando tiene un cliente enfrente, en los momentos en
que no tiene clientes en el local hace llamados, envía mensajes y correos
electrónicos, limpia el local, mejora la exposición de las mercaderías, busca las
novedades, se informa sobre su negocio, ordena la mercadería, practica
mentalmente cómo ofrecerá cada producto, busca nuevas formas de sorprender
a los clientes.
Servicio al cliente
Es fundamental tener deseos de ayudar a las personas, de servir. Cada persona
que ayudamos nos transmite mucha satisfacción. Un cliente satisfecho regresará
a comprar de nuevo y eso, a largo plazo, significará muchos millones de
guaraníes.
Preparación
En tiempos de crisis los clientes dudan más para dejar su dinero en el local, por
ello usted deberá afinar conocimientos y técnicas, ya que deberá realizar lo
imposible por convencer al cliente de dejar sus preciosos guaraníes en la caja a
cambio del producto que desea.
Esto implica leer libros de venta, participar en cualquier capacitación, tomarse
tiempo para recorrer los locales de Shopping y conversar con la gente.
Y por supuesto, invertir el tiempo libre en convertirse en una enciclopedia viviente
sobre música, libros y cultura en general.
Manejar una cartera de clientes
Cuando los clientes no vienen al local, debemos atraerlos, para ello es clave
tener una lista de clientes, hecha por el propio vendedor, en la que figuren los
datos del cliente, sus gustos y preferencias, pedidos pendientes y otra
información que consideremos de interés.
¿Cómo contactar con un cliente?
Cada día se revisa la lista, se buscan cosas que tengamos y consideremos de
interés para el cliente, una vez identificados los productos, llamamos a los
clientes, rompemos el hielo, los invitamos a pasar por el local en una hora que le
quede bien, le comentamos una generalidad de lo que tenemos y consensuamos
una hora, le agradecemos y reiteramos que lo esperamos a XX hora en el local y
nos despedimos con una sonrisa.
Marcamos en nuestra agenda la visita, si el cliente no aparece, volvemos a llamar
para una nueva invitación.
Los contactos no deben ser demasiado encimados, lo ideal es llamar una vez al
mes o cada 45 días.
Los motivos para llamar pueden ser pedidos que llegan, novedades, promociones
especiales, promociones del Shopping Mariscal López, ocasiones especiales
tales como el Día de la Amistad, el día del abogado (o de la profesión del cliente),
el aniversario de Music Hall, etc.
Investigación
Cuando manejamos información sobre el cliente, deberemos profundizar en sus
gustos, especialmente en todo lo referente a nuestros productos y servicios, esta
información nos permitirá buscar productos sustitutos para ofrecerle o productos
similares que puedan interesarle.
Comunicación:
üHable el mismo lenguaje del cliente.
üHable con convicción. Demuestre que cree en sus productos y que está
convencido de los beneficios que le muestra a su cliente.
üDramatice sus ideas.
üHable con entusiasmo. El entusiasmo al igual que el bostezo son contagiosos.
üEmplee términos sencillos, deje los términos técnicos por si el cliente desee
escucharlos. Un vocabulario rebuscado impresiona, pero es más importante que
le entiendan.
üSi no está seguro de ser entendido consulte al cliente de esta forma: ¿Me
explico? en vez de ¿Me entiende?
üOlvide los términos vulgares. Sea respetuoso/a con la persona con quien está.
üNo tutee, a menos que el cliente se lo autorice.
üAprenda a escuchar. Concéntrese. Éste no es el momento de mirar su reloj u
ordenar sus productos.
üSea un buen oyente, anime a los demás a que hablen de sí mismos.
Actitud:
üDemuestre aprecio honrado y sincero. Es la base de la confianza que
depositarán sobre usted.
üPractique su sentido del humor. Sonría, es un buen ingrediente. Aunque no
abuse de ella, los extremos son malos.
üMemorice nombres y apellidos. Recuerde que para la otra persona su nombre
es el sonido más dulce e importante.
üNo critique, no condene ni se queje. Controle sus emociones. Evite
resentimientos y celos.
üActúe sin preconceptos. No catalogue a las personas por apariencias. Sea
amplio en la forma de verlas.
üInterésese sinceramente por los demás. Haga que la otra persona se sienta
importante.
üNo sea un TOPYNA. Si se comprometió a hacer algo, hágalo ¡YA!
Saludo y sonrisa
Cuando el cliente llega al local quiere que se le salude. El saludo no es decir
“¿Sí?” en voz alta y con tono de reproche o fastidio. El saludo está conformado
por el contacto visual (mire a su cliente), la sonrisa (muestra que está dispuesta/o
a ser amable) y la voz (“Buenos días señor, bienvenido a Music Hall, mi nombre
es Guillermo, estoy en el sector de libros para ayudarlo…
Empatía
Esta voz de origen griego significa ponerse en el lugar de la otra persona. Esto
se consigue usando expresiones tales como “cuénteme”, “le escucho”, “me
imagino”, “me pongo en su lugar”. Mientras el cliente habla, usted escuche
mirando al rostro, deje cualquier cosa que esté haciendo, de vez en cuando
asienta con la cabeza, repita lo que el cliente acaba de decir y estimule al cliente
a seguir hablando hasta que dé toda la información.
Enfoque en la solución de problemas
Dicen que la NASA invirtió más de U$D 500.000 para obtener un marcador que
los astronautas puedan utilizar donde no hay gravedad… los rusos usaron
lápices. Cuando atendemos a un cliente es porque tiene un problema o una
necesidad o un deseo; nosotros debemos enfocarnos en solucionar el problema,
satisfacer la necesidad o el deseo y no en colocarle más obstáculos.
A usted se le paga para eso ¡Hágalo!
Destaque los valores agregados de la empresa y sus marcas.
De estos valores hablará con el instructor, pero recuerde que un cliente que entra
a un local de Music Hall debe sentir una alfombra roja bajo los pies y debe salir
con deseos de contarle la experiencia a otras personas para que también se
acerquen.
Despedida e invitación a regresar
Cuando el cliente va a retirarse, haya solucionado su problema o no, por favor
dele una cálida despedida: “gracias por venir, que tenga un excelente día, lo
esperamos de nuevo por aquí”. La mayoría de los vendedores trata a sus
clientes como si fuera que no va a volver a verlos, y efectivamente el cliente no
tiene ningún deseo de volver a verlo.
Parece increíble, pero el cliente hará lo que usted pida, invítelo a volver!!!
Solemos pensar que un cliente es aquella persona que nos compra nuestros
productos, pero es más que eso.
Es el mejor tirano, ya que tiene un poder absoluto, nos permite seguir viviendo
como empresa o nos deja morir con su indiferencia.
Él alimenta el negocio, aportando su dinero, comprando nuestros productos,
dándonos sugerencias o reclamándonos las cosas que no le gustan.
Es nuestra razón de ser, y tiene el poder para ponernos en la calle.
Es un ser humano de carne y hueso con sentimientos y emociones (como uno), y
no una fría estadística.
Existen diversas etapas en una relación con un cliente: empieza por ser un
prospecto (alguien que nunca nos compró pero tiene condiciones para hacerlo),
sigue como comprador ocasional (compra por precio y conveniencia), cliente
frecuente (se acostumbró a nuestra marca y a nuestros servicios) y puede llegar
a ser un defensor de la marca (gente tan fanática que no va a cambiarnos por
nada del mundo).
Nuestro trabajo consiste en llevarlo por el corredor hasta la cima, de esa manera
obtendremos los máximos beneficios de la relación.
Aprobación y aprecio
Aun cuando usted trabaje en un área con flujo constante de compradores, no es buena idea
esperar que los clientes acudan a usted. Yo llamo a eso la pereza del vendedor.
Uno de mis lemas de ventas favoritos es: El trabajo del vendedor nunca se termina.
Incluso después que los clientes abandonan el local, el vendedor necesita seguir pensando en
la venta que acaba de realizar. Si se trata de un cliente nuevo, anote toda la información de
que disponga, incluyendo nombre, dirección, número de teléfono, preferencias, fecha de
compra y productos adquiridos.
Piense en lo que intentará venderle a ese cliente la próxima vez que visite el local, o en
cómo hará para entrar en contacto con él si no vuelve a visitarlo en el transcurso de las
próximas semanas. Si se trata de un cliente regular, no olvide verificar y/o actualizar los
mismos datos en el archivo correspondiente.
Conozca al cliente
Si usted va a tomarse la molestia de invitar a sus clientes a visitar nuevamente el local, por
lo menos tendrá que saber qué hará con ellos cuando efectivamente vuelvan a verlo. A los
clientes les gusta recibir una atención personalizada y comprobar que los vendedores se
preocupan por ellos. Si usted puede demostrar que conoce los deseos y necesidades de una
persona, tiene enormes probabilidades de ganarse un cliente devoto.