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12-07-09
El autobús, tras ascender el Puerto de Angulo desde Artziniega y salir del túnel
se detuvo a la izquierda en un amplio parking. Nuestro punto de partida fue el
Puerto de Angulo (726 m.), perteneciente a la provincia de Burgos, pero en
plena línea divisoria entre Araba y Burgos, por lo que no es de extrañar que el
Valle de Angulo tenga mucho aroma vasco en las toponimias de sus lugares,
nombres y apellidos de sus habitantes, denominaciones de sus labores, etc. La
historia de este recóndito y escondido valle, está estrechamente ligada a las
disputas territoriales entre los reinos de "Navarra" y "Castilla".
El Puerto de Angulo divide las Sierras Salvada y Montes de la Peña, cuya cima
del Gurdieta (1.120 m.) es la que se encuentra a nuestras espaldas, al fondo,
en esta foto.
En ese lugar comenzamos el paseo cruzando una alambrada por paso
habilitado y siguiendo la pista que nos introdujo en un pinar. Muchos de
nosotros recordábamos una salida al Eskutxi desde este lugar el 21-01-07, con
un tiempo lluvioso, frío y con niebla. ¡Menuda diferencia! Basta ver las fotos, de
la salida y en el Portillo de Aro, que incluimos de dicha salida invernal.
Las hayas y algún roble aislado aparecen cuando alcanzamos la fosa y los
muros de la lobera de San Miguel (0h35’). Si bien en la actualidad las loberas
sirven sólo para los amantes de la etnografía, estas construcciones, en algunos
casos prehistóricas, tuvieron gran
importancia en esta comarca, ya que
el lobo era el mayor enemigo para
los habitantes, toda vez que
basaban su principal riqueza en la
ganadería. De ahí que se
estableciera “El correr los lobos”,
que se hacía siempre que era
avistado un animal, de modo que,
dado el aviso, de cada casa tenía
que acudir al menos una persona
para colaborar en la caza del lobo.
Para facilitar la caza del temido
animal, se construyeron loberas que,
en un principio, fueron de madera y
luego de piedra, como esta de San
Miguel (900 m.). Consistían en dos
paredes de más de un kilómetro de
longitud y dos metros de altura que,
en forma de abanico, se iban
estrechando hasta confluir en un
foso. El trabajo de los batidores era,
una vez avistado el lobo, tratar de
conducirlo hasta introducirlo entre las paredes de la lobera, de donde
difícilmente podía escapar. El animal, azuzado por hombres apostados en
trampillas abiertas a los lados de la lobera, corría desesperado hasta caer en el
foso, donde, malherido por el golpe, era rematado a pedradas o a tiros.
Continuamos por medio de la lobera, por un camino no muy definido, por el que
dicen que fue una calzada romana, dejando los amplios muros de piedra a
nuestra derecha.
Cuando salimos del bosque (0h55’), el camino desemboca en una pista que la
tomamos a la izquierda. Ascendimos por la amplia pista a través de la pelada
meseta, hasta un alto (1h25’).
Desde Refugio del Nido parte, a la izquierda, un camino que se dirige al Portillo
de Atatxa, si bien nosotros abandonamos el camino para remontar, a la
derecha, por el amplio brezal salpicado de espinos, en busca de la cima del
Somo.
La subida es fácil, pero larga. Vamos dejando atrás grietas y alguna sima,
hasta que alcanzamos el llano cimero.
Tras un breve descanso bajamos, dejando atrás la silueta del Ungino, hacia el
portillo de Menerdiga (2h35’) que es una majada a medio camino entre el
Ungino y el Tologorri, donde hay varias chabolas de pastores. Desde
Menerdiga se accede a los pueblos de Aginaga y Maroño, junto al embalse de
mismo nombre.
Desde Menerdiga comenzamos a ascender por senderos del ganado,
siguiendo la cornisa, para remontar hasta el espolón del Tologorri. (1.066 m.)
(3h00’). Hay que tener en cuenta que el Tologorri, que es la cumbre más
característica de la sierra de Gorobel, aunque no sea la máxima elevación de la
misma, es conocido también como Iturrigorri por la fuente que mana en sus
proximidades. La denominación Tologorri parece ser una evolución de este
término: Iturrigorri-Turrigorri-Torrogorri-Tologorri.
Proseguimos por terreno alto y despejado, al borde del cortado sobre el valle
de Arrastaria, mientras disfrutábamos de amplias panorámicas, incluyendo una
preciosa vista hacia la Virgen de Orduña.
En pocos minutos llegamos a la cima del Txolope (1.030 m.) (4h55’), que se
sitúa en una zona plana y despejada, y que tiene tres buzones, uno de ellos
muy original con forma de mapamundi; otro dedicado a Juan Carlos Encinas,
con un hacha, así como un tercer buzón con un diminuto belén dentro de una
cápsula con forma de misil.
Nada más empezar a bajar del Txolope parte del grupo se acercó hasta el
singular refugio de Txolope, que se encuentra bajo los cortados y pegado a la
pared del monte del mismo nombre. Curioso y bonito “adosado” con vistas
hacia el puerto de Orduña. Como dato curioso recoger en esta narración que el
actual refugio del Txolope fue una txabola de pastor abandonada hace muchos
años, por ocurrir en ella un crimen entre pastores
Del Txolope descendimos por una fuerte pendiente herbosa, por sendero
marcado con señales blanco-amarillas, llegando al Portillo de Goldetxo,
estrecho pasadizo de roca, por donde discurría el antiguo camino de comercio
interior de Bilbao.
Durante el regreso, algunos aun tenían fuerzas y buen humor para amenizar el
viaje con algún chiste, (a pesar de que alguna quería dormir) pero todo sea por
una buena carcajada.