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Obras de Ralph Miliband Parliamentary Socialism, Londres, Medlin Pres, 1964 The State in capitalist society, Londres, Weidenteld and Nicolson, 1969 (ad. cas: México, Siglo XX1, 1970). Marsism and polities, Londres, Oxford Unversity Press, 1977 (vad, ast: Madd, Siglo XXI, 1978), Power and State Power, Londres, New Left Books, 1980. alist democracy in Britain, Oxford, 1982 Obras de Nicos Poulantzas Hegemonia y dominacin en ef Estado maderno, Cordoba, Pasa y Present, 1969, Powwoir politique et classes socioles de Pestat capital po, 1968 (tea, cask: México, Silo XI, 1969). Fasciome et dictate, Pais, Maspero, 1970 (tad. cast: México, Si. igo XX, 1971). as classes sociales dans le captalizme aujourd Soul, 1974 (ad, cast: México Siglo XXI, 1976), a crise de PEsta (6d. a cargo de N. Poulunvas), Pasi, PUF, 1976 (wad, east, Barcelona, Fonanela, 1977). Lest, fe pouvoir, le secialisme, Pats, PUR, 197 id, Siglo XX1, 1979), Paris, Mas. ui, Paris, Ed. da rad. casts Ma Obras de Ernesto Laclau Polis and kdeolegy in Marzst theory, Londtes, Now Left Books, 1977 (wad. casu: Madrid, Siglo XXI, 1978). Hegemony and Socialis Strategy (en eolaboracin con Chantal Mou {G) Londres, NLB, 1985 (wad. cast: Madrid Siglo XXI, 1987) New Reflections on the Revolution of ur Time, Londres, NLB, 1988. Iph Miliband ‘icos Poulantzas Ernesto Laclau Debates sobre el Estado Capitalista/1 Estado y Clase dominante (Compitacién y estudio preliminar de Horacio Tareus) Imago Mundi ISBN N"950-99671-5-9 Primera edicin en espaol: Imago Mundi (© Ralph Miliband / Nicos Poulanzas / Emesto Laclau (© Now Left Review, Eeonomy and Society (© de l presente edi: Imago Mundi Diseto de cubiera: David Belin Nie Impresoen Argentina» Printed in Argentina Lovia 1821 Tel: 91-1770 Buenos Aires ~ Argentina Estudio preliminar Con el debate Miltund-Poulanzas, que ol Isto ene en sus ma ‘0s, iniciamos la publicacién de una serie de libros oentrados en la naturaleza las Tuncionesy ls wansformaciones del Estado capitalista contemporineo, Privlegiand la recopiacién de debates ere distin lus perspecivasterico-poieas, al presente Volumen seguitin ots entrados en distinios aspectos de la misma problemstia: Estado y Capital, la eriss del Estado Benefactor, cl libsralismo y el nuevo oF den esta, ciétera Iniciumos ia presente sere con el debate entre Nicos Poulanteas Ralph Miliband pues, a pesur de haber anseurrio algunos ~dects vos afios deste su publicaci6n original, eatendemos que maatiene luna vigenciaexcepeional. ¥ esto por varios motives. En peimer lugar la publicacion de las obzas pioneras de ambos autores -Poder politi= ‘co y clases sociales en el Estado capitalist (1968) de Nicos Pou laniats y FI Estado en la sociedad capitalista (1969) de Replh Mili- band-, asi como cl intercambio eriico que siguié a su publicaciGn (cau los atios 1969 y 1976), ciera un tela de largo silencio en Ia ‘roduccionteérica marsista sobre et Estado desde los tempos de Le hin, Trotsky y Max Adler, slo intrrumpido por la slur labor de Gramsci en sus Cuadernos de la Circe, Con quella obris se abre ‘un nuevo cielo de-auge en la produccién sabre el Estado y que reco- noce en ellas su punto de panda, As despues siguensiendo consi- ‘eradas como obras fundamentals y precursors de los debates t20- rizaciones de nuestros das acerca del Estado capitalist (Olive, 1985: 246). En segundo lugar, se tata de un intreambio ertico inusual entre os tradiciones de pensamiento marisa, ins varias Gcadas de pre: ‘dominio del provinianismo te6rico propio det marxismo occidental (Anderson, 1976: 86-88). El estado casi “puro” de os models enfen- adore tas bra de oven yen poe que gu, pe Vias alas rectiicaciones y reslaboraciones de sus obras de madurez, permite vsualizar con mayor nid los desacuerdos, no s6lo en el te- 7 reno de la tora social y pola, sino tambign en el epstemolsico, EI debate en cust consttuye, pues, un “objeto de estudio ideal” (Olivé, 1985, p11) como conironacién de cancepciones basics del conocimiento cientiico y de Ta realidad socal. La contraposicion epistemoldgica “empirismofestructuralismo” parece haber encon: trado en Miliband y Poulantzas dos autores paraligmaticos. Desde el Punto de vista de la teora socioldgicasustantva sobne el Esta, pa- ‘ecen reresenlaracabadamente las tadiciones “instrumentalist” y “estructuralist”, espectivamente. Finalmente, desde la perspectiva de la tens “estructura/sujeto” como prineipios diferentes de ex- plicacin en la eoria del materialism histéic, la contraposicion pa- Fece absolut. No obstante esto, Bob Jessop se ha quad del “ested ¥ engaftoso debate estructuralisma-instrumentalsto” bajo euyo in- {uj se habia reibido desdeniosamente la obra de Pouaneas ek {gu ingles. Para peor, la naturaleza de fa controntcign haba leva- {do al autor francés a evar su hiperdeterminismo a su pica més eleva {do Jessop, 1982: XIV y 156). Aunque reslia hoy evident fa neces ‘dad de superar ambas perspectivas,entendemos que el co camino posible consisteen la spropacicn eiica dels dificultades por resol Yer y Tos callejones sin salida que ha planteado la propia teria mar- xistaen su desaollohistico. El mismo Jessop, por ota parte, en sy recensién sobre las “Teoras recientes sobre ei Estado eapitalista” Gessop, 1977), toma como punto de para -a ser superado através 4e su programa tedrico-el Uehateen cuestién, ASimismo, las exage- racines“hiperdeteministas” Poulantzas) 0 “hiperempirists” (Mili ‘band propias de fa polémica ~parciaimente recificadas en sus obras posteriores- no dejan de ser instructivas, en cuanto a fos resgos de evar a ulranzaciertos modelos t6ricos 0, dicho en ots tExminos, de quebrar en un sentido o en ot, la articulacin diléctica entre su. jeto estructura, Finalmente, una dima ran justificaba In edicin del presence de- bat: consttuyendo un texto de referencia en lo estadios académicos ¥ en los debates teérico-politics, solo se podia acceder al mismo fragmentariamente (dado que hasta hoy se hallaba disperso en revs ‘as) o por referencias de segunda mano, Tras su primera aparicién en Tengua inglesa, slo conocemos una recopilacion parcial en alemsn (Kontroverse uber den Kapitalisehen Staat, Merve, Beri, 1976) La presente es a primera edicion completa en lengua castllan, 8 encuentro de dos tradiciones Las esiructurasespeciicas del Estado caitalista modsrno habla silo una de las grandes lagunas det marxismo occidental (Anderson, 1983: 20-21) Los aos finales de la décaa det “60 y os "70 ven ap rece una nueva cultura testa marxista, més voleada a Yo concreto, esto es, a cuestiones de orden ecoudmico, politico y socal, Las obvas ‘de juventud de Nicos Poulanzas, Poder Politico y clases sociales en 1 Estado capitalista, y Ralph Miliband, El Estado en fa sociedad capitalist, apaecidas cai simultineamente (en Pacts, 1968, y Loo «res, 1969, espectivamente) fueron pioneras de estas nuevas preacu- picionestedrico-polcas. Ammbos tienen clara conciencia de que se tata de una taea pioner, aunque tengan en las grandes liness trazadas por Marx un punto do Partids, Miliband setaata en la Inroduccin a su libro que el "Esta- 40, como sueto de estudio politico, hace mucho tempo que ha dejado 4e estar en boga”, especialmente para cl andlisis politico marxista, «que “no ha podido salir de su propio camino illadoy no ha mastrade [pseer mayores capacidades de renovaciéa” (Miliband, 1969:3.y 7). Poulantas insists en “el caricter no sistemitico” de Tos textes lega- dos por los elisicos del marxismo -Marx, Engels, Lenin, Gramsci ringuno de ellos ato, "en e nivel dela sistematicidad teria a te sion de To politica” (Poulantzas, 1968: 12). Su programa wdrico com sist, precisamente, en forjar el concepto de Estado como teora resi nal det modo de producisn capitalist, cuyas bases haba senlado Marx. [No obstante, esta comtn y simultinea preocupacién por lo canere- to ha aencontzar en estos dos autores dos dimensiones muy distin, 4 menudo opvests, Para Miliband no se rata de costruir una teria del Estado, sino que tras rescatar ls ideas centales de Marx al res ecto de las deformacionesy simplificacions de “marsism-leninis- ‘mo” “area a Ia que se habia ent gado en 1965 con su articulo Marx yel Estado! y In que retorna en 1977, con Marxismo y politica, se Propone estudiar Is naturaleza y papel del Estado en el capitalismo inci en peste vole. ‘contemporineo. Para Goran Therborn se trataba, todavia diez aos fespues, de “In investigacion empirica mas ambiciosa sobre ls Esla- tds capitalists modemtos avanzados que haya emprendido un marxis- ta" (Thesbom, 1978: 20) Si para Poolantzas era cna construe tebricamente el concept de Estado eapitalista como parte de la teora mis general del modo {e prodoeicn capitalist, para Miliband la tarea consista en desarro- lar un estudio hist6rico comparativo a partir de ts Estados det ea pitalismo avatzado, Mientras el primero, siguiendo a su maesto Al husser, coneebadicha tare tedrica en polémice permanente con las ‘oneepcioneshistoricstssubjetvita e instrumentalists del Estado, presente en toda una tradicién del pensamiento marxista (Korse ules, en parte Gramsci). Miliband se proponia responder, desde tua investigacign empirca que partiers de las tesis marxista, a Tos te= fntos dela democracia liberal, quienes sostenfan qué la existencia de tuna pluralidad de éltes econémicas y politicas en constante compe- tencia entre sf hacia imposible una efectiva dominacion de clase. Para ‘icha corente hegemdnica segin Miliband en el pensamiento palt- co “existen tnicamenteloques de inereses que compiten entre sf y ‘uy compelenca,sancionada y garantizada por el propio Estado, g3- Fanta ia dfsion y el equilib del poder, gue ning interés parti- ‘ilar pesard demasiado sobre el Estado (Miliband, 1969: 5) Milind pare de fo que denomina el “esquema marxista”,segin cual" “clase imperante™ de Ta sociedad capitalist es la qu’ posee ¥y contola fos medios de produceiin y, en vita del poder economico Ze tal manera detentado, puede utilizar el Estado como instrumento para el dominio deta sociedad” (Miliband, 1969: 24). Intent, simul- fneamente, una valdacion emplrica de esta aftmacin en los Esla- tds captlistas modemos, al mismo tiempo que una ec en regla a {a teoria democriticopluralisa, buscando demostrar que esta dltima ‘estd“én todos los aspectos esenciales, equivocada, y, en vez de servi ros de guia para la compreasign de la realidad, viene a ser una pro- funda ofvseaein” (Miliband, 1969: 6), Si bien el Estado es una insti- tucién -0 mejor un sistema de insituciones~ separada, relativamen- te auténoma de la clase econ6micamente dominant, euyos aetores sociales son difeentes, la proteccion de los intereses de la clase do- miante queda asegurada pore] hecho de que el personal del Estado 10 se recta entre las clases media y superior, de modo que tienen inte- ‘ests, ideologia, etc, comunes, y, fundamentalmente, porque Ia clase conémicamente dominante pose una serie de recursos para imponer su volunta a nivel politico, La primera parte del intercambio entre Miliband y Poulantzas gir6 en tomo a la Valoracién de Fl Estado en la sociedad capitalist. Poulanizas, que seguia atentaments la evolucion de In weoria politica en Gran Brett (. Poulantzas, 1969), icici el debate en 1969 con ‘una reseta det libro de Miliband, aparecda en las pginas de New Left Review: El problema del Estado eapitalsta (NLR! 58, nov- dic, de 1969), En ella salud la aparcin de la obra, dado que cont- ‘uye -plantea~ a superar Ia laguna que en el pensamiento marxista representa la tora del Estado y del poder politico. Pero Poulantzas insite en las quo considera son as insuficiencias de ibeo de Mili- ‘and, Tlevando a cabo una etica que asumirs, desde un principio, co- ‘mono inocent". Aungue més adelante considera que Su obra posee tna intencin y un objeto "bastante diferentes” a fos del libro de Mil hand, Poulantzasadelanta que sus comentarios se derivarn dels po sicionesepistemoldgiens presentadas en su obra y "que difieren de las ‘de Miliband” Los ds niclens epistemolégicas de la erica de Poulantzas Mii- band pueden resumirse en dos palabras: “empirismo” y “subjetvis- ‘mo". Poulantzas, siguiendo la eritca del “empirismo” iniciada por “Althusser poco antes (Althusser, 1967 y 1968) sostiene que el métado elegido por Miliband, de dar una “respuesta directa a las ideologias bburguesas meslante ef examen inmediato del hecho concreto”, 10 ha conducido,inconsciente y subreptciamente, a caer en el campo ideo- Tico dol enemigo. Al creer que se podian combatir las teorta pol ticas burguesas con una apelaidn directa alos heches, en lugar de ‘mo coherencia, De aht que Poulanias, consecuente con esta mati de 'o, descarte el tmbaj tebrico sobre la “realidad do hecos” del empi- rismo y parta de una “materia prima’ coma conocimienta procestdo, ‘nansmitido por prictcasideolbsicas ycientficas previas. La cieniic cidad dl discurso es buscada 2 través dela produceign de “formas” alecuadis, De severdo ala problematicaestablecida por Althusser y retomada Por Poulanzas, todos los objetos, ant reales como formales, son" ‘dos estructurados contraditorios predominantes", 0 “todos estructa- rados complejos” (a diferencia de las unidades hogelianas, con so simple par de opuestos). En otros téeminos, dichos objetos son un compleja estructura de contradicciones, donde una prineipal predomi ra sobre las ots y donde cade conradiceon depende del reso de m4 las contradiceiones (sobredsterminaciéa). Un objeto es conocido cientiicamente pus, si se especfiea la mnera en que est estuctl- rao, Ast Poder politico y elas sociales se propone consrur la es ‘ouctura contradictoria itera del Estado eapitalistay su aticulaco. es con otras contadiccioncs(instancias) de esa unidad estructorada complja con predominio que es el modo de producciin capitalists (MPC) El Estado capitalist es aqui elemento del MPC, estoy, la te ‘ria dei Estado capitalists presupone Iigicament a teria del MPC. Ahora bien, dado que los modos de preduccién son tn solo obje- tos bstractos formales(abjeta formal, que se comin para dat Tv {ra formaciones sociales (objeto eonereto real), nos hallamos qt ante un grave problema: zcémo ealides cuya existenca slo se 0 én el pensamiento pueden eombinarse para producir objeios conse tos reales? La misma pregunta cabe a la alimacion de Poulanaas do ‘ue el Estado histrio eonereto (objeto real, propio de uns forms. in social, “esula de una combinaeida de varios tpos de Estado st lidos de 1s diversos modos de produccin gue entra en combinacion fn aquellaformacio” (Poulsnts: 1968, 178-179). El texto de Pou. Tantzas care de un procedimiento para vieular los dos reinos (lee ‘mal y real), de modo tl que la relscién de sw diseurso con la realidad ‘concreta no puede evaluarse (decidise). La potensign de eienifiie ‘ad centr exclusivamente en Ia elaboracion y construccicn plena coherenie de concepos (a ‘problemstica’),eulmina frutrada én un {ormalsmo absoluo, donde toda corelaign ene tori y objeto re~ al queda excluida (Olivé, 1985, cap. 3), La dialéetica estructuraisujeto ‘También las diferentes presuposiciones onologicas las referidas a ‘a maturaleza de i realidad social influyen en la sustancia de los tes- ‘eetivs discursos socioldgicos. En este plan, la piordad olorgada ‘aalla praxis de sujetos sociales, sus accionesy su concienci, ya a ka ‘eterminacign por las estructura sociales de ls aciones de 10s sje- tos en tanto que necesris ¢ independiente do su voluntad,remite a dos paradigmas explicativos y a dos modslos de presuposiciones on- tol6gicasclaramente diferencias, La problematica en cuestin se contra, tal como la ha definido Perry Anderson, en la naturaleza de las relaciones enue estuctiras y 25 sujetos on fa sociodad y en la historia humanas. Dicha cucstin “sim ‘teh consituido uno do ls problemas mis centrale y fundament- Tes del materialsmo histrco: si reflexionamos sobre ls permancate ‘oscilacidn, sobre la ponecial disyuncidn que existe en ls propios es ritos de Marx, entre la asbucign de primer motor del cambio hists- rico, por un lado, a Ia coniadicidn ene las fuercas de produecisa y Jas relaiones de producciOn ~pensemos en fa famosa Introduccion de 1859 ala Contribucion a ta Critica de la economia politica- y, por otro lado, ala lub de clases ~pensemos en EL manifesto comi- hista~(..) {Cémo se avtculan estos dos ipos diferentes de causali- a 0 prineipios de explicacidn en la tora del materialismo histni- ‘0? (Anderson, 1983: 36). I marnismo elisico -sigue Anderson- no offeci6, ni siquiera en su mgjor moment, una respuesta coherent a este punto, y las mis- mas cuestiones no resullas han sparceido una y ola vez tanta en a politica como en la historiografia marisa. El autor de Tras la huella Gel materialismo histGrico encuentra en las dlatadas discusiones, ‘ontemponneas en Lorn a la obra de Edward Thompson sobre cases, y estructoas socials, ast como en ls contrapuestasreconstrucciones ae fa transicidn del feudalism al capitalisino europeos propuestas respectivamente por Robert Bremner y Guy Bois, ds ejemplos de esta froblemtca abi, Podefamos agregar nosotros que tambign ede bite entre Miliband y Poulantas en torn a la naturaeza del Esto coptalista gira en tomo ala dialética sujetosestuctras. sta “potencildisyuncion (or momentos “sin” enue suezos y esc pours stease on fs avatars del histor del mae ‘smo, onsttuyendo veidaderamente dos radiciones en su Seno Maniamos de cone economics (omo el dela Seguna Insaco. tal) marxtsmos de tipo volar como el de Sore), marsisms Te tadeignhepeina (Como el de Latrilao Toss) frote a ma Sas de wadiion materials elsia Pljano o Lenin): mars dow dela "pans (Gramsci) dela “iotalidad” (Lies) frente a ‘rarismos dtermintsts(Kausty 0 Burin, parecen responder ae tairesucaanunomia* Sips Andersons dna nin pr menos es) na isto del amc masa, noe faa vegas yr sae. [ce Andon Se deanenne en semi de a neapenencte dalton Se 6 Pignsese, por ejemplo, en la solucién antttca que proponen, res- peetivamente Plejanov y Trotsky al entonees denominado “papel de Individuo en fa historia”. Pljanoy, il ala wadicign matraisafran- ‘esa, entende que el hombre es producto dol “media” y ls “eircuns- tancias”, Si Robespiere hubiers mucro acsideralmente en los um bales de Ia Revolucidn Francesa, esa sociedad hubiera ereado oto Robespirre. Trotsky ibuari dela tradici hegelina via Labriola, entiende a los “grandes hombres” como productos y camo producto res de calaGpoca histérica, No son meros epifenémenos, creados ad hoc son el resultado de un largo proceso histérico en que “homes” y “cicunstancias” se implican reciprocamente. $i Lenin no hubiera Hegado a Rusia en abril de 1917, la Revolucién Rusa no hubiese sido Posible, Asimismo, el debate actual en el Seno do la woria marxista ‘nize quienes piorizan las fuerzs productivas sobre las relaciones de [roducci6n (Gerald Cohen) y quienes prorizan estas timas sabre las Drimeras (E. P. Thompson), ten lejanos antecedenes:pignsse en las erfieas que, cada uno por su pane, dirgioron Gramsci y Lukses al de- terminismo teenol6gico del Manual de Materiatismo Historica de Bujarin? Pero quizés la esn entre sujetos y estrcturasaleance su maxima ‘expresién en el “marxismo occidental", cuando Tos intents sosteni- ‘dos de Sate, Mecleau-Ponty y De Beauvoir de replatear las elacio- nes entre sujeto y estructura como una especie de sintesis ene of ‘marxismo y el existeneialismo fueron duramente cuestonados por el Dpensamienio estructuralisia a parr de los sesena. Este nuevo aslto a {a rz6a (dialética) en nombre de la ran estuctual fue iniciado por LeviStrauss, contimuado desde dentro del marxisma por Althusser y ‘bos minor owes cro Avia Gouner “i el mann ‘ined ea else de npn a tne, de dor sabeinena noel “moran cen etal ‘emis, y ema es hay Ueto. VA, Ceo a masons, Mas Al, 199 Pho papel de oon iri,» Thy ori dea Rae ily Raa, ee. Ban, Tori del matri htice, Clea, PSP 1 Lacs, Tecnology racine soar (en Reva soca planes, (Crt, PyP 198” A Gms tar vr sabre a ayo Popa Soi. i lenFiairlon hn a floss dB Cac, Sco tices). 2 rematado finalmente por Foucault, cuando inentaronimperiosamente cortar el nudo gordi de la relacin ente estructura y sujlo expul- ‘snd a este ilkimo de. cualquier campo de eonocimienlo eientifico (Anderson, 1983: 38-42), El debate abierio ene la raz6n dialética y la raxdn estructural, nie el marxismo historicistybumanista y el marxisino estructural resitu6 las distinias tadiciones arriba senaladas en funcidn de esta nuova oposicin,y se irradi al conjunto del campo cultural europeo lo largo de los sos sesenta y setenta (eepercuiend seasiblemente, ademas, en el campo cultural lainoamercano). No es casual, pcs, ‘que siendo ta New Left Review lx principal difusora del “marxismo ‘ceidental” en Inglaterra, haya sido cl vehicula de esa nucva versién de la contraposicién ene “estructura” y “sujelo” que epresena ct in- tercambio ene Poulantas y Miliband Reconfemos brevemente edo Poulanuas, en su rescha de 1969 Sobre el libro de Miliband, crey6 detcctar on éste una tasposicis de |i *problemdtica del sujet” propia de fa deologia burguesa al corpus leGrico marxista. Miliband se eneontara ea difcultades “para com rend as clases sociales y el Estado como estructuras obietivas, sis relaciones como un sistema objetivo de eonexiones reg ‘como una estructura y un sistema cuyos agentes, “los hombres, son en palabras de Marx “portadores' (trager) dela misma, Miliband da constaniemente Ia impresion de que para é as clases sociale 0 los ‘grupos’ son, de alg modo, reducibls a relaciones interpersona es, de qu ol Estado se puede reducir als relaciones imterpersoales {de Tos “individuos’ que componen of sparato del Estado”, Concep- cin detivada de la “‘problemitica det sujeto", segin la cual "los agentes de una formaciin social, los "hombres", no son consierados ‘como los ‘portadores’ de las instancias abjetivas (como Io son para ‘Marx, sino como el principio genético de los niveles de la totalidad Social, Es una problemaica de actores sociales, de indviduos como ‘tigen dela accidn socal: de este mod, la investigacién socioligica conduce inalmente, no al estudio de las coordenadas objtivas que determinan la distribucién de los agentes en clases sociale y las con- teadiciones entre estas clases, sino a la bisqueda de explicaciones Finalistasbasads en las motivaciones de la conduecta de ls actores sociales’. (V.p. 77-78 presente volumes), 8 Miliband, en su Réplica a Nicos Poulantzas, seal que éste su bestima en qué prado usne presente en su fibro que las “reaciones ‘objetivas”inluyen y coniguran la Tune del Esido,y cémo el go bicmo y la buroeracia esti sujetas alas fuerzas estructural dol is- tema, Poulantas sera vibaaro segin Miliband de un “sperdeteri- nismo estructural”: su "Enfasis exclusiva en las “elaciones objeti- vas" lo lleva a concebie un Estado "iotalmente determina, en todos y cada uno de tos momentos" por dichas rlaciones. Mas que una st Perocién dela concepeién instrumental del Esiado, Poulantras acu Fla a un algo tebrico donde “el Estado no es “manipulado” por la ease dirigente para que cumpla sus érdenes; las lleva a cabo automdticn- ‘mente aunque de forma tu, causa de ls “rlacionesabjetivas™ que le impone et sistema”. Su apelacién a la “lucha de clases” como prin iio explicaivo ~argumenta Miliband en su contibucién de 1973 sia puramente format pues, dado que ls clases Sociales no son para PPoulanzas sino "efecto de una eonjuncién de esruturasy sus tl ciones, a lucka de clases apareccra en sv obra s6lo como “un ballet de sombras evanescentes excesivamente forlizado" (Vp. 120). He ‘agu las principales objeciones que mutuamentediigen a sus espoct- vos modelos teéricos.;Que hay de consisiensen lla? Olivé ha destacado la tensi, 0 bien la contradiccin iresuelt, ‘que opera en cl discurso de Miliband, entre fa explicecin por los ‘agentes y fs explicacién por fas esructiras. Si en su obra Marisa Y politea (1977), Miliband arma que el andlisis del Estado capitals ia tiene que descansar tanto en ls condiciones estcucturales como en Jo que podria calitiarse de problema de las relacionesinerpersonales ((clacin entre miembros dela clase dominant y la lite de Estado), To cioeto es que en El Estado en la sociedad capitatstapredomina lt explicacién subjtiva por los agentes sobre la explicacién por ls es twucturas. Vimos arriba que Miliband, para fundamentar la tess de ‘que la clase (tite) dominant es una ciase (politcamente) imperantc, ‘Se apoyat~con arrelo a.un modelo empirista en la vbservacion de ‘conexiones sociales empiricas enue los miembros de la élite burocré- ‘ica los miembros de la clase dominant, También vimos el cardctet ‘inadecusdo dela critica que le dirige Poulantas en el sentido de que Se limita al horizote ideogico empirista de la cencia socal bunguc ‘a, dado que Miliband, en la privtica, reeure a su entramiadoteico ‘rxista para constitu los hechos (por ejemplo, recute a concepts » te6ricos como “ubajo”, “capital, “clase dominante”,ef.). El quid Consist, para Oliv, en que Miliband se queda & mia de camino en In elaboracintedrca, pues una vez identficads algunas conexiones entre dite haroeriica¥ clase dominante, es necestrio explicerlas con fundamento nla estrictura peculiar de ia sociedad capitalist, es de. ‘ir, dar cuenta y razdn del echo de que, dada la estructura peculiar de Jas sociedades capitalists, las regulardades idemtificadas necesri mente tienen que aparecer, cosa que slo puede Mevarse a cabo tra ‘és de la teorf. Miliband apuntaen esta direceidn, y su propio entra ‘mado teétco 1o condace & intoucir cierto eoreaivo estrctural en su modelo explicativo -lo qu, por otra parte, constitu la fuerza de su refutsci6n de las teins democriico-plralistas-, ero en aia insane favorece Ia nocign de agente por encima de Ia de estrvtura ¥ las explicaciones de tipo volunarsta sobre las de tipo estuetural (Olive, 1985: 59 y 5). Poode afirmarse que el recorrdo del panorama te6rico de Poulan ‘za es el inverso si Poder politico y elases sociales... pared la pro= blemutca de la determinaci6n estructural, es indudabie gue la lucha de clases i ocupando una centralidad creciente en sus obs posterior, hasta desembocar en Ia autoertica implcita a lo largo de ls piginas de Estado, poder, socalismo, Su obra de juventul. Poder politico y clases sociales. arte de In matrz estctralista concebida entonces por Althusser para plantearse e problema dela loacign esreturl del Estado en la sociedad capitalist, Poulantzas quiere constituir una eo ra que dé event, al mismo tiempo, dela natualeza de clase del Est do y de su sutonomia relativa, partiendo del concepta de modo de pro ‘daccién, asf como de la specifica artculacidn de niveles propia del ‘modo de produccin capitalist, Es precisamenie la espeeifica spara- ‘in del nivel de To politico propia del modo de prduccion capitalists Ja que permite a Poulantzas expicar la autonoma teatva del Estado ‘apiaisa. “Esta sutonomia tiene lugar sin embargo siempre intema- ‘mente a un poder de clase en la media en que en la sociedad capitalis- ta las relaciones entre las cases son siempre anagénicas. En su con- jn, estos antagonismos surcan al Estado capitalista. Dicho Estado ‘organiza, por un lado al bloque dela clases dominantesy, por el ot, ‘desorganizay divide a las clases dominadas, En tal sentido, el Estado una rela de fcrzas entre las clases, 0, mejor dicho, una conden sacign de dicha relacin de fuerzas”(Lacla, 1981: 48), 30 Una teoria estructura del Estado captalistay una teers estructural elas clases en ef modo de produccidn captalista debian eli toda ontaminacién con 1 “problematica del sujeto” de a que seria eb ‘aro Miliband, segin Ia cual los agentes de la prodiceion son visios como los actores-productores, como Tos sujetos crendores de las c3- tructuras,y las clases sociales como los sujetos de Ja historia. Para Poulantzas, esta concepeién “desconoce dos hechos esencisles: en Primer lugar, que los agentes dela producci6n, por ejemplo el brea ‘ssalariado y el capitalista, en cuanto personificaciones del Trabajo ‘salariado ¥ del Capital, los considera Marx Tos apoyos 0 los porta- ores de un conjunio de estucturas. En segundo Tug, qe as clases sociales no som nunca concebidas feGrieamente por Marx como el taigen genético de las esrscturas™. A la inversa, Is clases m0 son s- to “efecto de un conjunto de estactras y de sus relacones” (Pot Ianzas, 1967: 67-69), Hay, sin embargo, una ambigbedad fundamental en el pensamiento e Poulantzas puesta de manifesto en el debate, que han detectato Aistinfos autores (Laclau, 1981: 48-52; Tessop, 1982: 156; Olive, 1985: 97.96) En efecto, lo que Miliband Tams su “hiperdetermin 'mo" se enfenta en una inedmoda tensin con el lugar que asigna en $1 tori ala lucha de clases como principio explicaivo. Esta fension parece en Poder politico y clases sociales... asf como en el debe [resent en el par antindmico estructuras/prcticas, Poulantzas parte el presupuesto ontol6gico de que en la realidad socal existen un ennjunto de prcticas y un conjunto de estructura, Peo, como seta Lela, esto entraia una grave dffeulta: “porque o bien las prticas som un efecto de ls estucturas y or lo tanto un momento estructural mds ~con lo que se reducirfan a una duplicacion conceptual innecesa- ria o bien son una fuerza auténoma que no puede explicarse total. ‘mente a partir de la estructura sobre Ia ue operan con To que se ins. ‘iri un duatismo y se conclira por referirlaunided de una forma en socal determinada aun sujeto taseendental, La obra de Poulan. 238 no ha logrado superar esta antinomia fundamental. En la pictica, 4s lucha de clases se ha tomado en su anslsis un Dews ex machina ‘ue funciona como factor explicativo en todo aquelo que no puede ‘er reducdo fécilmente a momento necesario de ls estructura. Esto ‘Snifiea, simplemente, presentar como efecto de la lucha de clases aguello que es histricamenteindeterminado e inasimilable por la Io 31 ica emergente del modo de produccién.. Como, por otro lado, et ‘ampo de lo determinado estveturalmenie ha tendo a estocharse progresivaente entre el primero y el dhimo libro de Poulazas, esto hha conducido ala expansion ereciente del rea de indterminacin e= rca” (Laclay, 1981: 49), Esta inflexion en 1a rayectoria intelectual de Poulantzas se hace cevidente al comparar su obra temprana coa su kimos libro, Estado, poder, socialism, que se bre can el rconaciminto “hisiricisia™ {de que “La tooria del Estado captalisa no puede se aislada de una Historia de su consincién y de Su reproduceiGn” (Poulantzas, 197% 23). No obstane, estos correctivos *histoicstas” por intcaduci la historia y la lucha de clases en su modelo explicativo, al no estar avompuiados por un esfuerza ssiemati de reformulcn tdrica de Ja dilética esrucurasujto, condujeron a Poulantzas una mayor Incoberencia. Estado, poder, socalismo, sin dua la obra mas suges- ta yea de Poulan, gn en ngs de eas ge pc x Una woris que diera even, pues, de a rlacin dialética enue ‘esuuctuasy sujet, sin pretends liminar alguna de estas ealegorias sino explear su necesara interdependencia, quedaba planteada como Parte del programa tedrica del matrialismo histric. Los desarrollosulterires frente al debate instrumentalismofestructuralismo Las obras de juventud de Miliband en Inglaterra y de Poulanias cn Francia marcaroa, cada una desde su peculirisina aproximaciéa, el renacimiento de las investgaciones marxisas sobre el Estado capi alist, Las dos daa siguientes conocieron una vastisima y fecun- a produccisn deicada a dichaproblemsic, més creunscrpta hist rica y tericarente ala formacién, coaslidaci y ersis dal Estado Inteiventor-Benefactor, poro que necesit6nutrtse, como momento inicia, del debate pretimtnar sobre lanaturaleeay las funciones det Esado capitalista en general y a su elacién con cierias premisasteo- ricas sentadss por Marx. Es asf que buena parte de las nuevas contri bbuciones vuelvan una y otra vex sabe ls textos de Miliband y Pou- Jntzas, para sefalar la necesidad de supers la antinomiainsteumen- 2 talismojestructuraismo, pero encantando simulténcamente en ellos sugestvas antieipaciones para ulterioves desarolloswérics. Silas investigaciones marxisias sobre 1 Estado propias de estas {os dias décadas, en el contesto de la crisis capitalist internacio- nal y do la crisis del Esta Inerventor-Benofactor, volveron sobre lt rela inrinseca enue economia y Estado, cl aporte de Miliband y Poulantzas se cons el nivel de i elativa atonomta del Estado y dela politica, Ambos autores quiseron escapar dela waticién econo ricsta del marxismo de a IL la I Inerracionals y desu concep- idm del Estado y la poltca como epifenémenos y expresiones “de- Formadas™ de las telaiones de produccion. Amlos intentaron retomar Ta sis marxiana de la natraeza de case del Estado sin spear al ei feaomenalismo economicisia, para lo cual sostuviron la neesidad de tuna teoca que dirs cuenta dela autonom/a relativa del Estado capita- lista (espocto de la clase dominant y también det nivel econdmico). Miliband apo a ta tesis de que la case (econdmicamente) domi- runte 20 es inmediatamente dominate (rinante) tambign en el 1e- ‘reno poliico: necesita llevar a eabo maples estategias para instru mentar el poder estatal de acuerdo alos intereses del poder de clase, Pero en gtima insianea el poder esata, en virud de su autonona relaiva (y que es Jo que toma eficaz en tanto que insancia separada) ‘nunca es totalmente reducible al poter de clase. El Est acta. ae ‘Gaamamente en nombre de la class dominant, sin ser nua “ins- teument” directo que ata obedientementesegtn su dictado (V. Mic Iiband, Poder estaale intereses de clase, en la presente eicion). Para Poulantzas, en cambio, no puede hablarse propiumente de “poder estatal” 0 de “intereses props del Estado" como hace Mit and, pues el Estado es una esuuctura y el poder concieme al campo ie la lucha de clases, En Estado, poder, socalismo, habiendo ariba- {do aun conceptorlacioal del Estado -cl Estado como condensacicn de telacones sociales antagénicas~ sostendré que el mismo es “un far y un centro de ejerieo del poder, pero sin poser poder propio” (Poulantzas, 1978: 178). Pero en Poder politico y clases sociales. tebutario dela definicia estructural de Estado, su sutonomia relativa es delinida a parti de la especificaseparacin ent el nivel politico y el econémieo propia del modo de producci6n capitals. El concepio 3 eh Miltand tat de dar cuenta de la nturaleza de clase del poder es- taal (y su eltivaautonomia) a partir de las estrategias de individus ‘sectors dela clase econdmicammente dominant, através del manejo 4 aparatios del Estado o de presiones sobre el mismo, Poulanzas, por su parte, partio de ia locactn estructural del Estado en el modo de produccion capitalista. La primera perspectiva (“instrumentalists”) evidencié una seri de inconseéuencia tedvcas (ao define intrnsec- ‘mente el caricter capitalist del Estado, sino extrinsecamente,a pati dela penetracién 0 la presin de individvos provenintes de la clase ddominante sobre un Estado neutr) pero ha demostrado una mayor fe- ccundidad que la perspectiva estructralisa para estimalae investiga cones empiricamente fundadas sobre la clase capitalist, sus conti. tos y fracturas, sus corporaciones y partidos y su relacin con el Esta do (Gold, Lo y Wright, 1975: 29}. La perspetivaestrcturalists, aun. ‘que més fondada teéricamente, no estuvo exenta (como vimos) de ontradicciones lgicas, y aunque demostré una capacidad heurstica rus limitada, nutrié desarrolloste6ricosulteriores(piénese en la in- Lacias exo (1977), Poicaeidcologa en ta teria marist, Modi, | Siglo XXL ins (OM) Ty mara da Eade aber opct “GbLechne (comp. Estado 9 poten en América Latina, Meio, Sigh Sx = : Steve (197), BI poder, Ma, Silo XXL, 198, Milind, Ralph (1969), Bl Estado en a soctedad cap Xx11970, Maiband, Ralph (1977), Maximo y polite, Madi, Siglo XX 978 hiv Len 1985), Esta, eptimactn eis, Mico, Silo XXI, 1985, esas, Jes(Gundl, Sips, Una rica aa teria estates det Fs ado, en Peta Jame, Captalismo,soelatsmo 9 ers ound, Ms ti, Revoir, 1984 Poulatza, Nios (1969), Hegemon y dominacion en el Estado moderno (Cd, Py 1969. Poulantzas, Nico (1058), Poder politico y lasts scien el Esta cap tallst, Maco, Sig XXI. 1969. Poulantza, Nicos (comp) (1576), La ells del Estado, Barcelona, Fontan 1s, 197 Peulanzas, Nicos (1978, Estado, poder, solllsmo, Maci, Siglo XX, 198, ‘Thesborn Gian (1978), ,Cémo domina la clase dominant, Mac, Si go XXL 197. “Thompson EP (1978), Mikeria dea teoria, Barclons Crea, 198, ‘Vincent, ssn Mars comp) (1979), LEtat contemporain et le maraisme, Part Maspso Wolfe, Alan (974, New Direction in the Marsst Theory of Pots, en Po- Ties andl Society, N® 2, Val 2 sta, Misco Siglo » pos Nota det editor us uabsios incorperatos excl presents woea futon resogidos dels Sipulonisepabiaciones + Rabi Milibnd,°Marx andhe State’ en R. Miliband Sevilla (eds, "he Sociale Regier. London Medi Pec, 1965. Trade Russa Co, pels + Nios Poulanzss, “The Problem of the Capitalist State, en New Left Review, NY 38, novintne-aienbre, 1969. Ti, de Enigus Lule Ce pile & + Ralph Miibond, The Copiclis Stat, Reply 40 Neos Polanzis, bo en general, y quiere que dentro del marco dela sociedad burgus~ sn sea Ielices las clases inferioes... Pero Bonaparte se stbe, ante todo, jete de la Sociedad del 10 de Diciembre, representante del Junpenprotetariat, al que perienecen su entourage, su gobierno, su cere y €l mismo... Sobee esta base, Lis Napoleon puede “representa” a eta 0 aque- ta clase (y Mavx subraya "Is contictoriataea” del homey las "contradicciones de su gobieino, la agrupacién coatusa con In que pretende ora gan, ora bumillar, vimero una clase y luego a 63.) ‘que acaba levanundols a todas conte 6.” sin embargo, su capaci stad de iniciativa sigue estado, en gran pare, desligada de ls deseos y las exigencias especificas de cualquier case o faccin de clase. = dicoco bras de Lae Bonaparte p. 217, “Bl decoco rare de Las Bonaparte sip. 231 Sinise 2h s4 Por otra parte, esto no significa que el bonapartismo sea, para ‘Marx, neutral en alg sentido respect a las clases en conto, Pu Ge pretender ropresenar 8 todas las cases y ser Ia encamstcin de to- «dala sociedad, Peo, en realidad, existe ha sido creado con la inal dad de mantener y eforzarel orden social existentey el dominio del capital sore el abajo. El bonapartismo y et lmperio~escibi6 Marx ‘mucho més tade,en La guerra civil en Francia~ sucedieron a ae: paiblica burguesa precisamente porque “eran Ia nica forma de go- biemo posible en una época en que la burguestahisbia pedido ya la ‘capacidad para gobemar a la naci6n” y la clase obrera no la habia ‘conquistado todavia. Fue precisamenie entonces cuando “Ia socic dad burguesa, iberada de preocupaciones poltcas, aleanz6 un des rrollo que ella misma jams habia esperado”™'. Por sltimo, Marx de- fine Jo que lama “imperiaismo” ~con lo que significa el regimen imperial de Napotedn-, como “Ia mas prosttuida y, al mismo tem ‘po, latina forma de poder estat que la naciente sociedad burgue- ‘sabia comencado a elsborar como medio para su propia emancip cin del feudalismo, y que la sociedad burguesa plenamente sare Hada transforms finamente en un medio para la Sumisin del trabajo Porel eapital™, En Bl origen de ts familia, In propiedad privada y el Estad ‘obra escrita un ao después de la muerte de Marx, Engels seal igualmente: “Excepcionatment, sin embargo, hay periodos en los ‘cuales fas clases en uch se aproximan tanto a equilibrarse entre si ‘que el poder esta, como mediador aparenle, adguere moments mente una ciestaindependenciarespecto de amhas”?, Con too, 1 in- sdependencia de que abla Engels parece tener una acepcién mucho mds ampli de agulla en la que piensa Marr: asf, Engels so rire al Segundo Imperio “que iid al proletariado contra Ia burguesta y a Ia burguesa contra el proetariado”,y el imperio aleman de Bismauck, en el que “capitalist y obreros se equilibraron entre sy fueron ‘Man, K, La pocrra diten Frans en Obras esos it 5, asp 88. bad 35. ogi Ht rg de emis, propieda prada yl Eta, rca onetime Obras eats oc. SE 35 inualmonte enganados ea beaefcio de Ios junkers prusiaos de pro: vines, venidos a mens”, Para Marx, ef Estado bonapartss, por independiente que haya po- ‘ido ser politicamente de una clase dererninada, sigue Sendo -y'no boede ser de otro modo en una sociedad de elases~el protector de una clase econtimica y socinimente dominant. wv losofia del Estado de Hegel, Marx habia de- ‘icado un largo y compicado pasije al elemento buroceetic del Es. lado ya intento de dicho elemento por convert "os lines buroerat 0s en fines del Estado": Pero slo en los aos cineuenta empeed analizar mais esiechamenteel tipo de sociedad en la que el Estado pa reef auténticamente sitado “por encima de i sociedad”, es dec las sociedades basadas en el “modo de producciGn aisico”,cuya impor facia en ef pensamiento de Marx ha suseitado recientemente mut interés", Lo que en la Critica hnbia sido una referencia de pasala 8 tos "Estados despticos de Asia”, donde “el Estado politico ao e sine ! abit privat de un solo individuo, ool Estado politico, como el ‘material, es esclavo", hacia 1859 se convertin en uno de los euateo {grandes estadios de a historia segin Marx: “En Uneas generals es. ribia en el famosa Prefacio aia Contribuetén a la ertiea de la Bea. ‘nomi Poitiea-, os modos de produccin asiico, antiguo, feudal y burs moderna pueden ser eonsiderados como épocas progeesivas «en a formacin econdeniea dela sociedad™, od 658, Pacha dbsercons de Engel see exe, tn, sean a © Schmit, de 2 de ocsare de 189, en Nam Eng Coven Bu At, Cares 197, pp. 296 MEGA ope tp 455.389 dee otc ce, "Vi pr eenpi. Wiel Oriental Berptiom, Ye, 1987, op. 1K ‘3s Burson, Gundam, 186). Like, Mac ade stil oe Scion” cSt Antony's Papers meré Ta Laser Ais, Lanse 190 oy ‘antn Has K Foemactoessontnespecaplates cos ue mode 1. Hobs, tadocco cavelna, Condo Padoy Peet OTE AMBGA.T Up 38 9. Modelned eat ch Obes scolds S404 56 Los paises de que Mars se preceupaba ms al respect, eran a n= ia, China y también, Rusia, como Estado “semiasiicg” 0 "semio. rien”. EY modo de produccign asitien, para Marx y Engel, one una cractrstce fundamental, que esta auseneia de propiedad pvt da de la ire: “Esta -escribia Marx a Engels en 1853-es la verdado. 1 clave, incluso para el cielo orienta... “En la forma asitic, por lo menos en ta predominante -advertéa~ no hay propiedad, sino seo posesin por parte det individyo; Ia comunied es peopiamenteel pro. Pielaio efetivo"™ en a produccion siti, seialaba tambien, el Es. tao es “el auléntico propictario™. Posterionmente eseribié ue, cn este sistema, os produetores dinectos “no se halla frente al lerrate sient privado, sino que, més bien, como én Asia [estén] en subord nacion directa al Estado, que se alia por encima de ells, sla vex co ‘mq teratemiente y como soberano™; “el Estado ~prosegula es aut 2 supremo termteniente. La soberania consiste en la propiedad dla tera concentrada a escala nacional. Pero, por otra paste, no existe propiedad privada de la tera, aunque existen la poses y e uso de a misma tanio peivado como comai™ Exigencia fundamental del modo de producci6n asitico, impuesta por el clima y las condicioes del teeno, era In imigaciOn artticia ‘mediante canes y obras hidréulicas: en realidad, escribia Mars és ra “a base de fa agricultra oriental”, Bn paises como Flandes ¢ It. Ha, la necesidad de-un uso comin y econdinico del agua emp Ia enupresaprivads a ta asociacion voluntaria, sin embargo enisia en ‘bio, “en oriente, donde la civlizacion estaba en un nivel dems, do bajo y i extensi tetorial era demasiado amplia para suscitar ‘asociacionesvoluntrias, la ntromision del poder centraltzado del o> biemo, De ah que todos los sobiemas asiticos deban asuiir ua fancién evondmica: la destender alas obeas piblieas™ 7. Enea 2s ano de 1853, en Carrqpondeni, ci ph Na K Prmatoneeconlnca preoptic {New York aly Tribune, de agen go 1855 e se i. 8 Mars, Capt, vol I, eal nt, POE Meso, ES 72. " Mack, Ky Eee, The Fist Indl War of Indepentoce, Misc 18579, p16 Eo BI Capt nd ci) lp 40, ta Ma sala ie "ws eas es mais en qo devine el perl Bass eas eee ey reo rpimos de prods notes) dengan chee el ‘ne de gsr mb “La ceed de lei he prosde aes Si Finalmeate, en la Grundrisse, Marx habla del gobiemo despético situalo “por encima de las comunidades inferiores"™, y To describe ‘como “la unidad onrnicomprensiva que est por encima de todas estas Dequenas eniades comunitaras.. Dado que la wnida es el propiet- tip efectivo y el supuesto efectivo de Ia propiedad colectiva, esta mis- ‘ma puede aparecer como algo particule por encima dela rhs en Aidodes comunitarias particulates y efectivas... unidad que se realiza tn el déspola como padre de las muchas entidades comunitavias"™, Es evidente, por tanto, que en las condiciones del despotism asf lico Marx considera al estado coma Ta fuerza domninante dela socie- dd, independiente y superior a todos sus membros, también que ‘considera a quienes controlan su aministracidn como los auténicas gobernantes de I sociedad. Karl Wittfogel sean que, con posttiri- dod a fos alos cincuenta, Marx no continué elnborando este tet, y ‘que “en os escitos de su stimo periodo,destae6 ol aspecto tecnico Se las obras hidrdulicas & mas que anteiommet ha ‘ia destacado su sspecto politico™. El profesor Wittfogel sugiere que ello se debe a que, “obviament, el concepia de despotismo oriental contents elementos que paraizaban Ia basqueda de la verdad™ de lv las“represiones” sobre el fema, Pero Ia explicacin de lt flta de interés de Marx por esta cuestiOn parece ser mucho més seneillay ‘menos siniestr: queen los afios sesenta y principio de los setentaes+ tuba preocupaéo, sobre todo, por el captaismo occidental, Por ot parte, el concepio de despotismo buracritieo no podia preacuparle ‘mucha a Mar, dado que habia estudiado su equivalente mds proxtno Ta sociedad capitalist, esto es, el bonapartisma, y to hab analiza do como un fendmeno completamente distiato del despotism de kt sociedad asidtica. No es exacto sugerc, como hace Lichtheim, que ‘Sl como te dan” eh’ av as bn le ‘Mote, a anti, Egan Fe Ding Gabe, Meco. ahep TG 188,100,172. “Mar, Formals cons respite, ct. = Witoel Kop. cap a. 387 38 “Marx, por alguna razén, elude! problem de la baroeracin en Ia sociedad postcaptalist™. Por el contraio, puede decrse queso tata de un elemento niuy importante en el pensamiento de Marx a finales 4e tos ats sesena y principios dela dead del setenta. Su preocupa cin por esa euestin y por el Estado se exprese durante este periodo «en su discusin acerea de la naturaleza del poder politico en ls sacle. es Sndso menos possedorashayan sco expla eso posi de do- mina, sa que el poletarad haya eonquistado o} poder dl Es tad, la iscigton dls proloeros, 9 solamente coun pis, sno nods los paises dominanes del mundo se haan desazollad hi ta punto uc haya ces la empotnca en os poltaros {Sos putes tu, nos, ls tues protvas dcvas de eos das en anos del proeaia. Para nosovos, fo se una de reformat Ta propiedad pivada, sno de abolisi; no “Ma Ky Eagl Fs Mane Cok Central dea Liga de os Coma Siottap st o | t ‘ata de pata los antagonismos de clase, sino de abolirtaselases; no se wala de mora a sociedad existent, si de establecer una nueva A mismo dempo, ungue a eivnicciones y ls objves del partido ds proleuriao van mucho mis los doe in os isp De sala ec Pesos a acca, os roolcenries etenopyarn con tia tar de empujr el movinis denociea on wn sla cada we is rac Digamoe,Ieestalmente que fue ss petro a Csraaia qu it a aettud poser Mars repo aos es tovimlenios de refrma aia y fa que le eon ona Alun inagural ef Primera Intl eek a lary ts de tors” 0 fs progress del movin cooperate ame itr de "i como polica dla lass ger sue lac. a potien da bugs En 1850, Mare y Engels sofilaban también que una tara funda- rental de os revolucionarios proketarios eta oponerse a las lénlen- cias descontalizadora de los revolucionarios poqueio-burgueses, Por cl eonuario, “los obreros no solamente deberin defender una Repl ca Alemand una e indivisible, sino uchar en esta Repablica por la ‘is resulta ceatraizacién del poder en manos del Esto... Este os no solamente cl procepto mas “estatista” de la obra de Marx (y Engels), sno el inico de este género,prescindiendo de fos rimeros pronunciamicntos “hegelianos” de Marx sobre la cueston, ‘tis importante es el hecho de que el procepto no 36 oie ala fovo. lucién proteurria, sino a la evolucién democritica-burguesa". Ep a, Mae dt Cote Cora de Liga de as Comite, pp. 6.8% * hor Manifest inaugural tess eopis 9 25 Obra eos pT Obras cots. pT, Es cre wf spo qe Bagels eis ‘ssc aru ot edn de 1S at Mena enc geese pe ‘eb un alain denen eect rsnen yea, "wie oly roving” no ester erase eon a “escent Ina Tn tls Asan Ineraconal elt Teabjadres. co 6 2 era el naimieto de una forma de gobo compltamens di tinta de la repdblica democritica, esto es, la dictadura del proletariado. numa cond cara a. Wedemeyer, de marzo de 1852, Mark oa meee la inprtci fundamen que abla a eco {ap dec ques elas ve no ado uu el Gs tm das ecsennselnd moderna, od hs de ls Santo ft touche aor de nvo tsi doses 1) air enc de ns iam orn cs de dso Maria dela podcton 3) ae a ha de ‘Ges tones recenrimente at daira el pretties at dics ostinesolanet yn bon de odor q intiza su cardcter de clase. Bonaparte, habia formulado unt afirmncign que constituye un tem importante de sv pensamiento: ii a Na Wyden, 5 eae de 185, en Obra xo. 88,0 epien2 op 3857. : “TD stash Bcnip fe Pstaci m New Pati, vo snes 2 6 {ue todas las revoluciones anteriores habian “perfecionado esa me ‘uina (det Estado] en ver de destutla. Los partidos que sucesiva. ‘mente Iuchaban por el poder, consideraban la posesion de ese enorme edilicio estatal como et principal bain del vencedor”™. Cast vente aos después, en La guerra eivil en Francia subxayaba nacvamente {ue todas las revoluciones anteriores habian consoidado “el poder es, ‘al centralizado, con sus Geganos omnipresentes: cl ejécito pertas ete, Ia poticia, ta burcraca, el cero y Ia judicata”: subrayaba, {ambign, que el earScterpoltco de Estado “habia cambiado simul, heamente con los cambios econdmicos de Ia Sociedad. At mista tiempo que los progresos de in industria moderna desarollaba sanchahan y profundizaban el aniagonismo de clase ente el eaplialy el sabajo, el poder del Estado fue adquiriend eada vez mas el caric tee de poder nacional del copital sobre ef bajo, de una fosrea publ a organizada para ta esclvizacion social y de un insrumento del espotismo de clase, Después de cata revolucidn, que seal un paso ‘dslanteen la lucha de cases, el earieterpuramente represivo del por Ser estatal se hace cada voz mis evidenis"™ Como senala Draper, Mark no haba hecho referencia alguna a ka Hictadura del proletariado durante estos aos. Por otra partes n0 des, ibe como tal a fa Comuna de Pars, Lo que exala en la Comuna ee sobre todo, qu, en coniraste alas convulsiones sociales anteriores, 0 based la eonsoitacion del poder esata, sino su desiroccion, Lo qos 4 Comuana quer, dij, era “resin al cuerpo social todas ls ener 48 absorbidas hasta entonces por el Estado parisito, que se nue a asta de la sociedad y entorpece su libre movimiento". Marx desta ‘a, también, cl carcter popusr, demoeréti e igualtatio dela Co ‘una, y el thodo en que “no slo la administacisn municipal, sino ‘oda ta inicitiva hasta entonces detentada por ef Estado, pase & ma, ese la Comana”™. Adem, miemtas que la forma eomtnal de go. emo debia apicarse, incluso, “al burgo ms peqaesio™, “a unidad {Mas Kl dct rama de Las Hnaprt, en Obes spa 216 {Mi La guerra i n Franco Ot ens, 38, Shp “La phere Frans, 9.286, a de Bx nacion no debfa ser sot, sino, por el ontario, organizada den- teo de Ia constiucién eomunal, y converts en realidad mediante la ddesuuccién del poder estat que protendia sr la encarnaciin de esta ‘und, indepentionte de Ja naeign misma y superior a ela, miontns (que slo era una excrecenciaparasitria™, En las nous que eserbié para La guerra civil en Francia, Marx formula incluso més claramente que en el Yxio publicado la impor taneia que atibuia al desmantelamiento del poder esata por Ia Co- ‘una. Como testimonio que eonribuye a la comprensin de su eafo- {que del problema, es exremadamenie reveldor el siguiente pase de Jas nous: "Est fla Comunal ern -eseribia~ una rovolucién no eontca tao cual forma de poder estaallegtima, eonsttucional, republicans ‘imperil, Era unt revolucion conga cl Estado mismo, ese aborto su Pernaturafista doa sociedad, una reasumpeicn det pueblo para el puc blo de su propia vide social, No Cue una revoiveiém para tansferir el poder politica de una fracién de la clase dominant a ar, sino una -volucign para abate ese horrible instzumento de dominaci do el se. El Segundo Imperio fu a forma final (7) sic} de est usurpaciéa esata. Lt Comuna fue su negacisa definiivsj, por tanto, st comien- zo de la eevalucién social dol siglo xxx". El veredicto de Marx sobre 1a Comuna cobra todo su sentido la Ibz de estas opiniones: fue “ese cialmento un gabiemo dela clase obrers "it forma politi, fnalmente eseubiena, para talizat la emancpacidn eonmiea del watajo™ ls Arcs, Mose, 1934, ol 0 (UD, 324, Agro 0M Jobe qa earl hen she ene nae. Vee, andi, for sep, ‘igus "Slama lo pero, seas or va mia mi io te rela pn od sleds taba ont hs ona doce cl, Pan pr stn de en coming dee, Ex pore Il pin y a, qt lan to eS Jnr de ple pokramentl (cia), como lege mis pero de roi, sera dena ds ar a cnt da a comp > Sogn nl nr ats natn mele npg 26 La inka tuts de pase fe dees go eta de no Soins ap Naturalmente, os certo que, mienias Engels, muchos aos des- puss de la muerte de Marx, describié la Comuna de Paris com la dc tera del proltariado®, el propio Marx no lo hizo. “La razon de ello pure bastante obvia: para Marx, la dctadura dl peoleerindo seria a ‘onelusdn de una revolui6n socalisa a estala nacional; la Comuna, fomo escribié en 1881, fue “simplemente el levantamiento de uns ‘dad en condiciones excopeionales”, micatas que “la mayoria de la Comuna no ra ni podia ser socialist en ningin sentido”. Pero, i ‘uso asi, puede eosierarseacertadamente que la Comura, cn su de- Sinstiueionalizacidn del poder politica, represeat, para Marx, los ‘ementos esenciaes de su conespio de la dictadura del proletariado. Pero, en general, se ha dado por sentada la opinidn contraras ta ainmacién siguiens, tomada de Liehtheim, en Marxism, es ampli mente aceplads “Su [de Mars} hostiidad al Estado la mantuyo a raya la deisina de dominio politica durante el periodo de transis, deci- Aidamenteautoritara: antes de ser arojado alos despojs det histo- tia, et Estado deb asumirpodoresditatoiales. Dieho de ota format ‘a autridad daria paso ala libertad, paradojatpicamente hegeiana gue so preocupaba a Mary, a bien alarmé Proudhom y a Bakuni..™. Laficulad de la opnign de que Marx tnfa una “doctrina doc damente auoritaria” e8 que no puede apoyarse en ninguna prucba onvincente de los props textos de Marx; hay en ells, ea cambio, tuehas prusbas dreetamentecontaras a ell Marx fue indudablement el principal adversaie de los ands nla Tntemacional, Pero vale fa pena recordar que su principal dispu- ta con ellos se refers, sobre todo, al modo en que debia proseguit la lucha en favor do larovolucién socialist, insistiendo Marx en a ne- *-Revinonse esi ngs ne voducin de 1891 «La guerra ci Fran etc wt sao de alae emo als alba 2 anedaradl plead’ Posen ater, gimme qu ex dade fh en Gena Ps oe ate para De, 338 2 Mane « Doms Nemes 2d fear de SI, en Corepandend, sips Esha, G., Martin, Loins, 161, p38 Qa, es: Barons Aare ma Hp) 6 esi det aeion poltica dent de Ia estuctua pote existent, Goria el todo o nad de os aargusas, con su rebate de Ieee cat cispua se ref también a cueston del ipo se ‘ton ncn pare sovimrato ens oes, e fo que Marx isi en cet grado de contol por ne el Conejo General de ta ntemacional sobs ns onsen sits En toque se refer al papel del Estado on el prod de usc, cute en comes pede ei ps ea isa, ema del Consejo General en 1872.) cca muy pee omen por Marx, Les Pretendas Scisons dans Flaten g “Tins los socialists enondon por aang est els da se Imes poltario, una vee constguia fa abollin de ks cic Boner de Estao que seve para mantener agran mayors proto bajo yugo de una minor explotadra poco numer, decparer ¥ hs fnconesgubernamentaes se ransrman on singles fae ‘minisatvas La Alana {l Alianga de Demotrine Sets de Baku oma 1 cues al reves. Prclama a targa oe Stas proterias como el meio ms infalive de quebeans ee rosa conecnticin de ls fuereas sociales peltsas ev tans oo les explores, Bajo ete pretext, lt Aliana le pile le ence ional, eel romeno en que el viejo mand nena dese or reemplace wu organivaion por aang, La plist teases Pie tm cosa. Diticimente se puede pensar que &te sea un texto sutoritriog ni 8 cestamente aorta la observacin de Mars, en 1895 cla pop Lenin en Et Estado y la Revolucion, seg I ual “sila lucha poi ‘a deta clase obreraasume formas vilenis, silos trhajadores ust tuyen por su ditadura revolucionaria a dictalra de la ease burg 5, cometen ef teribledeito de leso principio; porgue para sister Sus miseras necesidades profanas de cada di, pat eliminar la Tesi vl 6 History fhe Pt intmatos, Ls, 1928 19-809 mond. Gi La Brome Irma Cin 190 To Sack ee Nai Bi Feo 979 por 346- 66 armas y slit ok tencia de fa case burgnesa, en vez de devolve las armas y Estado dan a ésie uns forma revolucionaiay ransitori.."*, oy mocha te "oc dene jr de Maron loss mails d= 1875 ai ogra SBS SMG S85 Lt Bec oa ee frst acne lpr Esu tian libre, ;qué es?”), ¥ es perfectamente coherente con su creencia de que "esol ine” od und condistn en Tos toms: pest er re acne, tlc el Ben ca soe Se PaN Sl acc ain n Sih Sale Eat i mide a fa cuestidn, sino que se limita a indicar que slo es posible ‘Soda “samen y go, “mnndo mi ees 1 Rata oe lo a la palabra Estado, uno no se acerca un ‘pice a la solucién del tera Largo, psig “Ene i sociedad capitis y in 80 ‘ees Sp etme ean et co Fe Soaps on nf eee ganas Heck hala a eta Ie Por ctsmbrn lo acc May hs ap sme in en Marra Sree anarqine, Mies Eng tne oh oo uct, 1V, 4. BE comentario de Lenin e& 6 soning tate? Mt Cetin de Progama de Gotha muesta que ening pensando que la dctadura det protetaiad seria wea | Gc Poder polico completamente distin ¢ inconmensutiee ‘nds libre, “La tiberiad ~escriid en lo Coa cpap en convert al Estado, de Grgano que ead por enene oo Maat. en wn érzano completamente suburdnndo elie Ae sere ftemes anu una dtiniion excelente de ln conconenes dy alo de Marx en et nevfodo deta dictadura det poloariag an CE fat sural juicio de Engels, expresade pocis gs ssPucs de la muerte de Marx, segin el cua, la clase ooo se planar ty £0 osetia del pole polio ormiza del tals SEA com su ayuatl resistencia de Ia eae capa y so seencaciedad™. Peo resulta significative que, ver cor ie ean, etait de su observacién de enero de 1873, ctade ancdonnn st propio Marx prefisira siempre dest 0 los aspects represivos del poder pol rer a dio fue que “[oueden hacerse) andes seen ‘media fs formas comunales de organ que “a legado et monte! MC el movimiento por nosis tismos y poe ne, ‘manidad™, aie” Se eos de tenes tn menor caratriicaautortri, (Oi i obra de Mas sobre et Estado se halla impregnada de ao (oes tea titra yaniburordico, no solameatsentelaclin ee, lea sociedad comunista, sino tmbign espeto del penta ea re aN sont rt Mar dec ne pegs demerica es elena mis os qrtre sisal ea ieee Eat to peontc evs ntereason ycuguatee ee Tegan kw dems candace Me Inada del cee an ene Mane "Sn Obres ccelaa SAREE AE Me Pie 8 de ide, Carpe ch 90 "MarsEapels Archivo a os a n matiz. autoritario, sino por i Z eee Bohcts pooletesnaanterhee rae los nto socialistas desde Ia poca de Marx, puck Ne Na. Ralph( Miliband Nicos Poulantzas Ernesto Laclau i IL ae EL PROBLEMA DEL | ESTADO CAPITALISTA | - Debates sobre el | Meosrouannas / Estado \ Z | Capitalista/1 a (%) Pstado y Clase dominante (Compilacidn y estudio pretiminar de Horacio Tareus) \ | Imago | Mundi | | {La obra que Ralph Miliband ha poblicada recientemente, The ‘State in Capitalist Society” es, en muchos aspects, de una impor tancia capital Es un libro Surmamente sustancioso y no se puede res mis henestamente on unas pocas gina: no soy capar de recomendar fo lectra en To que se merece, Me limtaré aut a unos pocos comen- faros crticos, em la ereencia de que s6lo in ertica puede Baer avan- tar la teoria marrsta, Ya que ol cardeterespectfico de esta teoria. Compara con otras problemsticastedricas, radicn en el grado en que Tateofa marist se provee, en el acio mismo de su creaein, de los ‘medics de su propa erica interna Debo manifestar desde un princi- pio que mi eitiea no ser “inocents”: puesto que yo mismo he tatado {Se tacuestin del Estado en mi libro Pouvoir Patitique et Classes Socia'es, estos comeniarios se dervarin de ls posiiones epistemo {baieas presentadas en él, que difieren de las de Miliband, Ante too, alguras palabras sobre los mérites fundamentates del libco de Mili- ‘hand La tori det Estado y del pode politic, salvo raras excepcio- nes camo la de Gramsci, ha sido descuiada por el pensamiento ma: sta El origen de est desarencion debe buscarse en varias casts dh ferenes, relacionadas con las distings fases del movimiento obrero. Enel propio Mare, este deeuido, més aparente que teal, se debe 30- bre id al hecho de que su pincipl objetivo teico fue ef modo de provdccign capitalist, dentro del cul la economia no silo desempe- Fala funcion determinante en Uitima intanca, sino también La. fu ‘on dominante ~mienzas que, por ejemplo, en el modo de produc- ‘in feudal, Marx indica que sila economia tiene también fa funcion etemninante en ultima insancia, es [a ideolowa, en su forma religio- ‘is que desempefa la Funcién dominant. De aguf que Mar pusieta todas atencion en el nivel ezondmico de! modo de preducci6n cai tasty no se ocupara especificamente de los ot0s niveles, tales co- tno et del estado: slo se ooupe de estos niveles a través de sus efee+ tas ex la economia (por ejemplo, en los pasajes del Capital acerca de Ia leslacon de fériea). En Lenin ls razanes son diferentes: deai- ‘eadoa la prtica politica deca, so se ocupe de ia cuesign de Es- fadocn obras esencialmente polémicas, tales como Fl Estado y la re- * witty Nissen, Lands, 1969 cats Merc, Sisto XX, 170}. nia Pc 1968 rac: Mio Sip XI, 969) Yalan, que no Gnen i vlog ebia de cists ontos yes, como Fl desaerllo dl captain en Rusia. iCino se a de explicar, por conuaste, la destencidn del estudio teorico det una Internacional y en la Teresa. Inter nacional después de Lenin? A este rspeeta quiero nslanta, con to las precaueiones necesaras, la siguione esis fa ausenca de un io del Estado se detva del necho de que la eonespeiin mina te en ambas internacionales fue una deviaei, el economicismo, que ‘a acompafato generalmente por una ausencia de estrsegiy Ge Ob- {etivos revolucionari, inluso on os momentos en que adopt una rma *izquiedisi" 6 tuxcsbunguists. En efeto, el economicisina considera que los aos nivels del realidad social, ilusa el Estado, son simples epifendmenasreducibes ala “base” econsiics, Por esla Fay6n, resulta superflua cl estuio especifica del Estado, Paalelamen: (© 4 e510, el economicisma eoasidera que todo cambio ent sistema Social tiene lugar, fo primero de todo, en lx economia y que lance politica debe tener ala evonamia camo su principal objetivo, De mc revs de dso eu esecticg de Esta, De exe mo, conomicisiio conduce 0 al refarmisna y el "iadeunionismo” 0 a Formas de "izquordismo” tales coma cl sindiclismo, Ya que, como in demasir el ajetive principal de la aecdneovolucionara es ef poder det Estado y ta condicion preliminar de wa rovolucicn soci sts la destruccin del aparauo del estado burguts. fess n'a Sunt lemon, Sos mess ens Te ac ec pa buna Goins stad poten "tna, qe Gn en orn poe rote 99, foe mona som y aul de a oe 2 tevolnari Exo eliotn pr pros iequerdisa del Ketsem tata 1935, con al pero ftom des puts e193, Eae econo din a aasncta dura Cl ao en Ia Tah Inrnacinl,yen gina pat Que as deste els (conmsiemnasnca de un cca Edo) uc ex ais dl asco, prceanene done Te Komi lenaas recs det cor el Ea’ Coens oes snes Tocetin yo expn aver qe ts stoma pias a pola salsa: hala oon en a cn ce plo ” © pss Consttucia Bsadoy el Paria Comnsta on la URSS, sintoms visible en a fa- sta de 1936, e8 muy compensible que el estocio fal Edo quedara earo toma prohibido par exceence. ste es ol conterto en el. que la obra de Miliband ayuda a superar ‘ya importante laguna, Como oeure siempre que secarece de uns te ba cieniica, ls eoncepciones burguesas del Estado y del poder po: Tico se han apropiado del tertona de a weorta poles casi sin ser pucstas en ented. La obra de Miliand es en este aspecto verda- foramente cutdrias aaca metédicamente estas concepeiones. Des- lesa gutosamente una caniad formidable de material empiico fn si cxamien de las Toemiciones sociales coneretas de los Estados Unidos, Inglatera, Francia, Alemania Japba, no slo demuete ra falmente lis idealogias burguesas de Estado, sino que nos proporcion Faun conoeinienta posiivo que esis idenlogtas nunca habia sido capaces de produc, No obstante, et procediniento eseogide por Miliband -una res- poesia diveca a as ideologias burguesas mediate el examen inme= {ato dl hecho concreto-e8tambign, a mi jicio, el orig de las de fecios de su libro, Noes que yo est en contra del estudio de Ia Yeon tyela” al eontrario,s0y tanto ms conscente de a necesiad de ani ‘is conercios, evan que he descuidado relativamente este aspecto de lacueston en mi tvopia obra (cuya intenciny objeto son bastante ci- Ferenes). Simplamente quiero dct, que una condiciin previa de toda proaimacidn cienfea a Io “conereio” es poner de manifest los prineipios epistemol6gicos del tatamiento que se dé a lo concreto ‘Ahors bien, es importanc advert que Miliband en ningin memento Se ocupa de la tora marnsta del Estado como tals ben est cons- tuntemtente implietaen su ob, La toma como “dada” en cierto modo para Conese a a luz dela misma als ieologias burguesas exami fando Ios hechos. En ese aspecto creo fmemente que Miliband estt ‘quivoeado, porgus la ausexcia de una presentacién expla de tos principio para la exposicién de undiscurso cientiico nunca es ino tht: sobre todo en un campo como ta teoria del Estado, donde todavia ha de eonstuirse una for snazxista, como hemos visto, Ea efecto, tno tene Ia impresion de que esta ausencia mechs veces conduce & Miliband a ataca a ls ideolngias burguesas del Estado al mismo tiempo que se coloca one propio campo de aquéla. En lugar de des- 15 plazar el campo epistemo6gico y someer estas idedogtas ala ertica dela ciencia marxista mediane a demosacién desu indecuacion a la realidad (como hace Mar, especialmente en Teorias dela Plus lia), Miliband parece omitir este primer paso, Sin embargo, los andi sis de la epistemologt moderaa demvestran que nunca es posible ‘ponerse simplemente con “echos conerctas” a canceptos, sino que {tos deben combatise eon oirosconcepios paaleos steados en una problemitica diferente. Ya que sélo mean ‘eeden ser confrontadas con la Tomemos un ejemplo sencillo, Al ataear la nocién prodominante e las “lites plurals”. cuya (ancidn ideolgiea consist en negara itencia de una clase dominante, Ix respuesta de Miliband, que se spoya en “hechos”, es que esta plraligad de ls dites no excuye Ia existncia de una clase dominane, ya que son precisamente ests li tes las que constiuyen esta clase™ esta respuesta es similar tla que Bouiomore daa la cuestén, Aira bien, yo sostengo que al responder al adversaio de esta manera, uno se sta en el tereno de aquely pot es az6n corre el riesgo de hunitse en la cignaga de sw imginaetn ideol6eiea, con Io cual omite una explicaeion ciemifica de Tos "he cos", Lo que Miliband amie es la intodvecién necesaia de una i= ie de ka nocidn ideotdgica de site a i tve de los concepts cient 0s de ls teria marxista. Si esa erica hubiera sido hecta, habia sullado evidente que ts “realidad eoncreta™ ocultada por la nocién ve lies plurals” la clase dominant, ls faceiones de esta elas, Ia clase hepeméniea la elase gobemant, el spars del Estado~ solo se pueden compeender si se reehaza la propia hocign de élite Ya que los ‘concepts y nociones munea son inocentes ys no emplea las nocio- nes de adversario para eesponderle, as legitima y pernite sw persis ‘encia, Cada nocién a concepia solo adquiere sentido dento de una problemitica teéria slobal que les fundamen: stcados de esta pro- blemitiea e importados “xcrtticamente” en el marxismo, tienen efee- (0s fotaimente inconsrolables. Siempre salen a Ja superficie cuaado menos se les espera yamenazan eonsantemente con oseurscer el an lisiscienitico. En un eas0 extemo, uno puede ser contaminado in- bands p 245.9 Ape hy 94, 6 ‘consciente y subrepticiamente por los propias princpios epistemold cos del adversario, es decir, pr Ia problemstica que fundamen los Eonceyfos que no fan sido cxcades leGricamente, al creer que son retuados simplemente or los echo. Eso es mis serio: porque yo nO $5 tte meramente de Hociones exteras “imports” con el maxis to, sino de prncipios-que pueden viciar el uso que se hace de los ‘ropiosconoepas marxisas, Es éste el caso de Miliband? No creo que Ins conseeuencias desu rocedimientohayan ido tan lejos. Sin embargo, no por ello es menos Eero, en mi opinign, que Miliband a veces se deja influir inde ‘mente por los prneipios metedoldgicos del adversaio,;Como se ma- rifles esto? En poeas palabras, dria que es visible en iss dificult fes que sete presentan Miliband para comprender as clases socia fes pel Estdo como estracturas objervas, 9 sus relaciones como an Sistema objetivo de conesiones regulares, coma una esttuctura ¥ wh Sistem cuyos agentes, “los hombres san en palabras de Man tadores" (ager) de i misina Miliband da const ‘sind que para él fas clases sociales o fos “grupos” son, de alain modo reducbles a relaciones interpersonales, de que el Esado se E puede reduc las relaciones interpersonal de 4os miemibos de Tos Uhre “prupos que costivyen el apart de Bad, y nme ape selene scat ssa el Extad se ped euct hs caionsinrpersonaes dels “indviduos doe eompooet. fos pos sociales 9s dvds” que comonen para el Ena Enum ariculo aterioren la New Left Review ya he indicado gue esta eanepeidn, en mi opinia, se deriva de una problema dels Jo qos ha tenido constants Fepercusones en Ig historia del pena fnienl marisa, Sean esta problemtica, los agentes de wna fora {in weal, os “homes, ao son considerados como los “portado- Tes" de las instancias objetvas (como lo son para Marx), sino como et principio gensica de ls niveles dela totalidad social, Es una proble- =u Patel Ther nat Brinn, Ne Left Rese, 4S Gta egewanajdominain en Est dere Cars, Pus} Pret, 30), n le actresses de indus cro sg de a aectn focal de este modo, ainvesigacinsoiclbgin conde finamente noal estudio de las cordenadatobivas que determinant dish Gin de os agentes on lass Soci x comradicsnes ne estas thse, snot bisqaeda de explcaions finality baadss en Iss tmarvaciones de ta canduera de Tos aks individuals Stee, 0 tame a ls ape poesia Webs tno de! funcionalsmo eontempocine. Tasponer esta problemstiea St sto marmot dein, amos pons eps In et vena ang ir popin in de Coasideremas ahora; a foe de este pedmbulo, algunos de Tose ceed clea ined ee 1, EL also problema del managerialisma ‘cio rivad, también forman parte de a clase dominant, ya qu ba Conradiceion del sistema eapitalisa segin Mars, nos dice Miliband sets comradiion ente su cater cada ver. mas social y su fnai- Sha adn privad™. Aungue Miliband no excluye fa existencia de a datos ojetivos managerats relativanente diferenes de los de Los soptatos, considera a Ws managers como uns de las stinks ites Ezomémicas gue componen fa clase dominate Creo que sta os uta forma eguvocada de presenta el problema en ga prt Mar tier siivo de ls menos que eo rca expan aoe e0 modo alga, 8 mivacion Imam cso fotos petnents pode resulta “neeev0s, Poe Tana nose cans de inst en Ti ecesid de un ais “cet Soy caiguso" Pry can clase de nisi “ei” y “igus set Mas atm, que le do sie ut 2. Poder de clase y poder de Estado {Quiero volver ahora a la cuestién de la sutonomta reatva del Es: tado para mostrar hasta qué punto el absiraccionismo estructuralista de Poulantzasafecta su forma de abordara, No solo me parece que su forma de sbordarta esulifica su intento de explicar fa naturaeza dela relacién del Estado con la clase dominant: tende tmbign a subvert cl concepto mismo de autonomia relaiva. Habiendo sido expulsado ‘or la puerta principal, et “sconomicismo” reaparece bajo un NUEVO iseaz por la puede aris. Ast, Pouantaas nos dice que "el poder o esti situado en Ios aiveles estructuales, e un efecto del conjunto de esos niveles,y, sin embargo, caracteriza a cada und de los niveles de ls lucha de cases” (p. 118) partir de esta proposiion (que a mi ‘me parcee extremadamente dudosa, pero dejénmsta past), Poulantzas sigue edofante hata llegar a i idea de que “el concep de poder no ‘puede, pus, aplcarse aun nivel de I esrucwra: curio se habla por ejemplo, de poder del Esiado, no puede indicarse con exo el modo de anticulacén y de itervenci6n del Esiado on los ole, sino el poder de una clase determinada, acuyos interes corresponds el Eto $0. bre otras elses sociales” (p. 118) Esto, en mi opinidn, es maniliesta- 'mente incorrect: es simplemente falso el que al hablar de “poder del sudo” no podamos referimas mas gus acl poder de una clase d= lerminada”, Ya que est, inter alia, Supone prvar al Estado de cual ‘qui ipo de autonomia y consertlo precisamente en un simp ins- trumento de una clase doterminada ~0 lo que lo mismo, peta mente anularlo conceptuatments-. En easo de que alguien pueda pen fsar que exagero,no hay mis quo considera est "las diversas insti ines sociales, y més paricularmente la instucién del Estado, no tiene poder propiamente hablando. Las instiuciones, considentdas | desde el punto de vista del poder, no pueden sino ser reerias a fas \elases sociales que detenian el poder” (pp. 139-140), Como si vier a consienciainguieta por las implicaciones de lo ‘que est diciendo, Poulanizas nos asegura que eso "no quiere decir, sin embargo, que ls centros de poder, las diversas insttuciones d¢ caréetereconémico, politico, militar, cultura, ec, son meros insu ‘mentos, rganos o apéndices del poder de las clases sociales, Dichas insiuciones poseen su autonomy su especificidad estructural que, en cuanto tal, no puede ser inmediatamente reducible aun andisis en 12 mics de poser” (p10) ta concesién poco enusiasa no ds ‘ta confusionno hace més que multiplicarla, = Lar de contin, os mens una de sus ans ec a od Poulan nhs neces tisha ai eae Y pede Ed Ets Gs Fay esas ene ie inmal"pr nol na vats ta ene 2d lore Pero dns ree eas tari nora et cone sone a ae Se i vse a dnt enree nee yeaa ¥ Estado, yo ands de sigiicad yl tmplcaions de 2 epi de stnomieelaiva dee, sn dda, coarse en as eg ue hacen gue sa mayor o menos ceutscas ca os gue 3 as sossvament. La dfuminacion por Poulaas de we dees Gidn ene poder de clase y por de Estado hace eps andl a psi de tas sus denuncias el “conamsione fn a sume aur carter do “spitesdme Esto result particularmente evidente en las escuctasy dispersas setrencss de Poulunvas af forma democrat anges dal Eee ‘apitalista, Se pueden dar dos ejemplos para ilusrar este punto, | Drmero afecta 2 las relaciones enue los diferentes elementoe del sg tema de Estado, Para Poulantzas, relacién misma de los pods instucionaes dl Estado, relacion concebida como una separtidn de 4os tres podores, en realidad no ess fijada en el Estado capiaign mas igen ranean BE Soren clam epi aoe fy nein ten hue ath etree aca {que como una ‘distibucién del poder a partir dela unde indivisa de la soberania esta” (p. 363). Esa formulacién oseurece algunas Jmporianes cuestiones acerca de la naturale dela forma democria bburguesa del Estado ‘Sin duda,en el semido drétco que habituslmente ha vedo siendo utlizado, el concepto de la separacion de poderes es una mistficacin ‘qu srve a unos fines apologécns. Pero pasar pr alo la sepracin rel de poderes qu se da en esta Torma de Estado, considerindalo como una “simple distribucién de! pods” procedente de "Ie wnidad indivisa de Ia Soberania extatal” es ignorar una serie de procesos qu esc deer de un cori politica marxsia sitar en la perspctivaadccvadh As, por ulizat un ejemplo tépico, las luchas coasbtucionaes en toro a Watergate pue- {eno o proc grandes esuliados, Pero hay algo qu va muy mal en und forma de ndisis que sugire que “a verdad relcin ene fos poderes instiuionales det Estado" (en ese caso, el Estado norcamericano) es “una simple dsvibucin de por, a panir deta ndivisa sera esta”, Pla tea ademds cemasidaspeogunts y doa demasides sin respuesta. De forma similar y esto es mes important, en mi opnién Poulan ‘as subestima sisiomticamenie la sigificacién del papel jugato por Tos partidos politicos burgueses cn ls organivaciény fa anculcin de los intereses y cxjgencias de las diversas clases, noablemente dea clase dominate. "Los partidos politicos de a clase burguesa y de sus, fracciones” son incapaces, nos dee, “para desempefiar un papel orga nizador aut6nomo, aun Ijanamenteparecido al pope de los partidos, de la clase obrera” (p. 392). Eta es tumbia, sin dua, una atimacién insostenibe. La idea de que el partido Conservador en Gran Brean, y la Democracia Cristiana en Alemania 0 alia no han cumplido ests papel es absurda; de hecho, lo han representado con raucha mis efoc- tividad que los panidos obreros para la clase obra, “En efecto”, con tina Poulan, “los partidos burgueses no desempetan de ningin ‘mado, en general, el papel aulGnomo de organizacin de ests clases, necesiriojrecisamente para la conservacign de las relaciones sociales existentes,incumbiendo ese papel al Estado" (. 393). Peo de hecho 1 Esado no lo realiza. El Estado puede colaborar de diversas formas 8 que estos partidos cumplan con su pape, y ambi a que compitan on veataja frente asus rvales de la elase obec. ‘Pero la labor fundamental ala que se refiere Poulantras es realiza- ne 4a, en la forma democratico burguesa del Estado capitalist, por los ropios partidos. Tan silo en periodas de crisis aguas y prolongadas, ‘uando estos partidos se muestran incapaces de realizar sus funcones politica, puede el Estado asumir su papel™, aca cal del thvo, Polanzas seal a exisenia de una o- rien de ponsaniono qu 6 caso que se nga con Max We ter, y que prot reset al Esado "ya como fundamen exci independiente de o econ, del poder pli, ya com fan tment de pode poltico inpendien del poder ects oro roi om yale gu eo cal rca fis) no popeeioae ninguna epicacignd fundamen sl der politico” (pp. 431-432), seas Desaforiunadamente, se puede devi 1o mismo de su propio texto, fen la media en que lo que yo Hlamé en mi sriewlo anterior su "sw Perdeterminismo estructural” le hace asumit To que tiene que ser ex: Plea acerea de ls relaciones del Estado con las clases en el modo de produccin capitalist, Seda en ese esquema una "destalizacion”™ elas class, cuyos “intereses objetivas” queda definidos con tama vaguedad que hacen posible todo y cualquier cosa; Io mismo se puede decir areca del Estado, cuya autonome relativa, como y he Seperioanteriomene, se wanton en una compl ism 3. Bonapartismo Poulantzss no parece estar realmente interesado en i forma demo- ‘rdtco-burguesa del Estado", Su interés peimario Se centa en fs for- Aa unbinecontsin sv poe porn aint snaicas gps sean en cleo, age a p00 Pana sla gar lps ‘Slgeeuvao gia ans cna meyo el eno espe Seager clas) resins, mis qe taeda som cn en denen casein del plea, ‘mitre an que bea aa el evens police coronene Tem suri ef pce eo Site poi xp, nsque dimen ear, ers de nein lie abut Wight Mill oo eves de ue “ser coe us ‘mas que el Estado capitalista asume en circunstancas de criss, 0 mas bin en una de estas formas, a saber, el Estado bonaparisa™. Eto no tiene nada de malo: pero hay muchas cosas que estin mal, como ya suger! anterormente, en su forma de tata el tema, particularmente en su “letra del uahajo de Marx y Engels sobre el tema En ese punto se hacen necesarias algunas cits. Escribe Poulan as: "Marx y Engels rtieren constaniemente el bonapartismo, como religion dela burguesia, como caracteristca del tipo de Estado capt lista, a su unidad propia y a su autonomia rlaiva, que tiene por su Tuncidn respcto de Blog en ol poder y de la clase o facen hege- ‘énica” (p. 396). Tncluso més eategéricamente, nos dice que “el bo- apartsmo es {.] sltendticamente pensado, por Marx y Engels, no simplemente como una forma cancrta de estado capitalist, sino co- mo un rasgo (erica consttntivo del tipo eapitaisa de Estado” (p. 336). Por muy categGries que scan y muy’ subrayadas que eséa, bay ‘que deci que ess afemaciones son flsas, Para cmpevar, la idea de «que Mare y Engels coneibioean“sistemticamente”ésta 0 aquella fr ima de Esiado einexacla, como el mismo Poulanzas, seguin hemos visto en eitas anteriores, sugier al principio de su libra. Pera en cual ‘ier e280, y mucho mds imprint, no existe absoluamente nada en ss escrlos que jstifigue la afirmacion de que conccbian el bonapar- tismo (sstemdticamente o de cualquier otra forma) "como wn easpo ‘w6rico constitutive del tipo capitlista de Estado”, Pucde que debie- ‘an haberlohocho: pero no fa Riicron, Ni tampoco Poulanzas es ca ‘puzdo aportr la evidoncia textual nocesaria para hacer una “letra fan coneret, Lacevidenca on fa que él se apoya es una cara que Engels dirigis a Marx el 13 de abril de 1866 comentando las propuesta de Bismarck ‘ara una feforma consttucional en Prusia basada en el suragio u ‘Soot condi wo polio” oe "ieee itary ec oda a ‘ts, ones aa gu fl or ei, Ml) aor apomtveso sp te yl alma denexctrinin sin de Mls ea“ el po. {ety dels marnbn em pte open. ‘Amano ns Par coor sample cosines de “Evade do ci wae Fanchana tara eS Sativa 116 eat dinate etc tgaemen ference ee urguesi incluso contra su voluntad, pero no Te deja la menor parte del nod’ uve, tara ve freda con su vlna cs Est un texto incresae y muy suger, pero nada més Po: Janvas afirma wmbién que “Engels vuelve sobre ese Punto en el fa tmosopelogo aa trea ein de E18 Brunt Res ney €] m4 uldos eau de ext texio no eancigr reende e ‘acinar el cont, poa muy ben spunea eS a afemacién opus, ya que Engels deen ue Fate pean, 2$4l feast cna gra evolckn chen oan hes de a burueta bajo una oma clisiea como nngen vue tae Wet fopa En tc agar, faim en qu sense a es ouanas arguments gue Mar, cas propis pogo se 186) cia AGAR one, Caeegondent Baro Nis, Cag, 197,617 La {apes dot mph si dere en ama gon oe eee i pti pe beraesiy eos (Werke Theatr ae a7 18 Brumario, “opone el bonapartismo como forma politica de fa lu- cha moderna de clases en general, as formas politics de formacio- sdominadas por otros modos de produces distintos del capitalis- {(p. 336), Esto caece de fundamento.No existe nada en fa cita que dda Poulantzas del prétogo, ni en el resto del texto, que-permita Ia in- texpretacién que 6, bajo ning ipo de “ietura. oulantzas rea con gran fais a referencia qu hace Engels al teonaparimo como “eligignd a burgust cso # uno extvi= ra dspuoso a considera como un pila para la eonsceiGn de ua {coca marisa de estado un comentario hecho de pasta pr Engels nr cara dads Mary uo se veri bligado doi que Engel estaba equivocado al deseibir al bonparismo como i "eligi de Ia burguesia' demos incre por esto qu fa Burges ene unalone portal po de regimen Como exponent Jo inaciénexteema dl per efcivo, yd ta desmoslzaion forzsa de todas as fueraspotcas de a sociedad evil el bonapariso n0 5 en absoluo a religion dels burguesia, es su imo rcuso ante us coos eesti emt es to para represent ura umenaza pra el mateniniens de orden so- lexis, negento, por sop, stoma de domain a laut coral des ren, in este e280, fs eseripulos y la precaucisn al hacer cits textus les, no son simplemente problemas eseolisticos: implican tamign grandes temas policos, La isistencia en que Marx y Engels ercian tk hecho que el bonapartismo era “un raspo tcéico Constttvo del tipo capitalist de Esta” no e¢“inoeente: con ella se pretend inv: ‘car sy autoridad para respaldar el punto de vista de que no existe en ‘os eo canta formance Mar (ca ost ny inet ie Fen) a era chen Franc, de gu ge rapa ea nef ‘eae gers ps nw maenioer sin eruc ai pre aeed| Se gobamar lpi» Clas crera no ahaa ng eas Mare La goers Slelen Franc, ci, pt) Ns fmlasn Se Engl de Masten oe ‘lr cis oa, came en ‘rps, vate ce, Kar Mark devant Te boaparime, Pas La ya Mot, 96h 8, ‘ealdad ninguna diferencia, ol menos ninguna diferencia real ent tuna forma tl de Estado ia forma democritico-burguese. Ast, Pou. lanvaseseribe que “en et marco del Estado eaptalista de case a le- sitimidad parlamentaria no esté de ningin modo “més cerca del puc- Bio" que la lgitimidad correspondiente al predomionio del ejcutivo, En efecto, se trata siempre, en un caso como en el oto, de procesos ‘eoldgiens”(p. 408). Pero eso es planteat Its cuestones de una for mma peligrosamente confusa: la cuestidn no es la “Tegitimiad” ni a) “esreana al pueblo": I cuestin es saber si existe una diferencia real. | > «a el modo de funcionamicata ene ls diferentes formas del Esta capitalist, y, en caso de que ast sea, cules son ls implicaciones de {sta diferencias. Pero supongamas que planteamos la cuesion en los {sminos presentades por Poulanizes. Tinto la Repdblica de Weimar omo ol Esiado nazi eran estados capitaisas de clase, Pero acaso "is Ibgitimidad parlamentaria’” no estaba "mas cefea del pueblo” que lt ““egitimidad correspondiente al predominio del ejeetivo”? Inente- ‘0s no ponemos metodramdticos acerca de esto, pero despues de to 0, incuenta millones de personas muricron como consecuencia, ‘snos en parte, det hecho de que los marxsia alemanes de la Ko- ‘mintrn, en un momento crucial de la historia, no vieron diferencia real entre las dos formas de Estado, Polantaasescrte tambien lt ‘mina vena que "la soberania popular de la demoeracia potica pue~ se encontrar su expresién nto en un parlamentrismo clisioo como «2 una somidictadura bonapartsta” (p. 409), Pero ampoco en este ca 5 la cust esl “soberanfa popular”. Esto candice tambign a con fundir las cosas y a olorgar exedibilidad a unas eonfusiones que han ‘unido en el pasado conseeuencias catastdficas. [No se trata por supuesto de aubuir a Jas formas demoertio-bur- ‘esas dl Extado captalista vinudes que no poseen, a de suger que lulesregimenes no son dads a la represion y unos modos de enmportamiento de tipo bonaparisa, ni de implicar que las clases ominantes de cualquiera de ellos son inmunes a las tetaciones alrmoniciones bonapartsta, dadas unas citcunstaneiasy unas opor- tunidades adecuadas. Chile no es mas que el lima ejemplo de es- to, Pero aceptarla no s fo misma que olvidar que dentro de las fF) ‘mas del Estado capitalista exsten diferencias que son de importa a crucial, y no en timo lugar, para los movimientos de la easel bre, 119 Para conclu. no tengo ing deseo de dar la impresion de que el Tector no pode encontrar ideas tiles, sugeentese importantes en Po- der politic y clases sociales, Pero tambign me siento obligado a de- ‘ir, con verdadero pesar, que en mi opinion no parece ser un esto de= ‘masiado dil para ef desarrollo de esa sociologia politica marxista que Poulantzas, con mucha razén, quiere ver desarolase, v LA ESPECIFICIDAD DELO POLITICO ERNESTO LACLAU La obra de Nicos Poulantzas Poder politica y elases sociales ie- ‘ne una considerable importancia teécca en al menos dos setidos: en ‘imer tino, porque el pensamionto marxista no comenz6 a dest olla, has la lima década, una wor sstemstien acerca del papel el Estado en las diversisformaciones soeiosconémicas, Observacio- ‘ss sumatias que intentaban establecer la coherencia itima entre ‘eumbios socioscanémicos y transformaciones del sistema politica, u ‘observaciones no tan sumatias que intetaban establecer retaciones recénicas de causaidad care amas, han dominado el campo de ane sis hasta tal punto que solo puede ser bienvenido un trabajo que in- tenia establecer ene nivel Gro la especifcidad de To politica y que ‘via sistemsticamemte las carrelaciones puramente impresionists. Puro, en segundo lugar, el trabajo de Poulanizas no es simplements ‘una obra marist. Aparece en un émbitowérico perfectamente deli- nido dentro de las corrientes det marxismo contempardneo: el consti- {uido por la *revoluci athusseriana", Poder politica y clases socia- les consiuye sin dda el intenio mas completo hasta el presente por consiuir una fer‘ regional partendo de la problemitica general de Althusser, De este modo constitu, en ceria media, un test de 10 {ractifero de esta problematica para el andlisis de procesos ysitaacio. hss Coneretas, Debsrnos, este respecto, tener presente que un enfo- {ue terico es fuctifro en la medida en que se revela como muliplic ‘dor de Is exeatividadesponténea que, surgida en reas particulars, no abi podido desarotizrseplenamene por fla de un pincipio de sintomatizacin, es decir, de la posibildad de incorporacidn t6rica al ‘marco de una probiemica. Una problemsticaexeecha o nadecuada, or el contario, ocult los problemas en lugar do carificarios y crea ‘un insuperable atagonismo entre las Formulaciones tebicas genera Jes y el conocimiento de Smbitos paricularesy stuacionesconcretas, Por amos motivos: su originaidad como intnta de formatizar t= ‘icamente la espcificidad de fo paltico y sa relaeién con la proble miicaathusseriana ~aTo que debe agregarse el indudable rigor y 3o- fisicaci6n teSrica con los que el intento ha sido evado a cabo, la Pde pot y clases soles el Esta capital, Msi, Silo XX 18. (Puree polgue et dans, Par Mapes 1) 13 obra de Puluntzas ha estado, y presumiblemente continua estando, ent centr mismo de los debates en torno del adlisis politico mar- ist, Serénocesario, en alguna ocesia, hacer un andisis de Conjunto ol pensamiento de Poulaniaas, En este ensayo, sin embargo, nuesto ‘objetivo es més limitado: nos proponemas considerar algunas de las Jmplicaciones wérieas del debate mantenido ene Poulaszas y Mili band en New Left Review" a af de la publicacion del libro de Mil band, EI Estado en la sociedad eapitalista Comenzarems, pues, resumieno ls Kneas generles de este do- bate. El primer staque de Poulantzas toma la forma de una erica opistemoldgica al método de andlisis de Miliband, Este méiodo con- sisi sustancialmente en lo siguione: se pure de una afirmacién co- ‘rieate en la ciencia polica burgues, y se demuestra que 1 hechos esti en contadiecién con ella para concluir en consecuencia, que Ia afirmacién es falsa, En suma la totaliad del andlsis de Miliband permarece en plano empiric: parte de afirmaciones cerca de Ia realidad y prucba que la calidad estden contadiccin con esas afr ‘maciones, Es precisamente la vader de este enfogue fo que Poulant- En luge do despazar ol eampo cpstamoligico y someter ests dooogias sla erties dels cena mre motiane Ia demosieiin de 3 ine. fusca le eld (como hace Mas, espcimente en Tears dela plusalla), Miliband parece omit este primer pas. Sis embargo los an Tis de a epstemologa tmodema demuesran gue munca es posible apo. ners simplemente con "hechos concrete conospos, sin qe Ets Se. ‘on combate con ouos conoepos paras sivaos en una problemi cadifrent, ya gues mediante eto nro concepoepsden se con Frias eo a weal cone" viejo noone En breve, Poulanizas considera que no es un método valid consi derarssladimente las proposiciones de la ciencia politica burguess,, Esta nln plat, ic, Si XXL 190. (Te State caplls soke) Loni, Meda Neen, 1909) "oats, The prob p.21 p17 dps voanen). 18 cay sin Hevar el aniilisis al terreno de k romticin tice E ru caeagtne mismo tereno de Estes, La consecueneia es que esas idcologins cone {en ineodueigndas ca el miss andisis de Miliband Eso resus <5 clades gue see prscatan s Miliband pra eomprender as ca 4s scales el Esd como enucuas objcinee 9 Sar eee tm stun objetivo de conctones represen au casa aoe tema cayas sens, "os hombre, ncn plats de Mate cpeeae {razr nis. Mian contact la treatin te ag 141 clss soils os “gor” son dealin an etna scons inerpertnaies, de gol Exa pu role sina es incrpecons de fos mets dels dns “pega tayonluptt del Exo y inn gue acacia home m0 on Core cn os ae eh “ee Shona ate sn utile ia pe i set de {Balesgies como origen dela ain social: de este modo, Ja investiga ‘hip. 281-42 (op. 7-78 det pres vole), Poulantzascita varios ejemplos en los que la metodologsa empi- Fist de Miliband conduce a &ste al error tegrico mencionado en el Dtrafo anterior. Asi, en cl caso de la eora de ls ites, Miliband in- tenta mostrar que su existencia no es incompatible con la presencia de una clase dominante, en lugar de erticar la nocién ideal6gien de lt la luz de Tos conceptos Marxists. Enel caso del managerial ‘mo, su efica a la concepei6n ideoldgica de managerial revolution Consisicen mostrar que los managers buscan Ia gananeia tanto como cualquier ota élite econémica que forma parte de la case dominante, sinavertir que ta catgoria de ganancia es una categoria abjetiva in ‘Sependiente de las mouvaciones de condita de sus poriadores, y sin referitse al problema realmente relovame, que es el de las relaciones entre ls distinias Fracciones del capital. Miliband tambign se equivo- «a.en su consideracin de fa burocracia, pueso que focalia su andli- sis en los orjgenes sociales y vineulos personales de los burteratss con los miembros de la clase dominant, es decir, que se refer & a simacion de clase y n0 a la fencidn objetiva de Ta burocracia como actor relevance Este constante paso de las esructuras objotivas y de as leyes dal sisjoma alas mouivaciones personales de sus agentes ~que es unt con Secuencia dct soento unilateral de Miliband, mis preacupado con la valid empitica de las proposiciones de a ideologia burguest que «on su refutacién tedrica~ es ain mis obvio, segin Poulantas, en ‘aquellos casos en que Miliband intena foemulie-proposiciones gene- rales vidas para el sistema en Su conjunto. Asi, los principios que {obieran el relative predominio de naw ola de ls amas del sist ‘na politico serian, para Milind, a relaivaproximigid de Tos miem- ‘ros de esa rama ala clase gobemanteo la funein econdmica inme- iat de dicha rama. La perspectiva teériea y metodoligica de Mili- ‘band le impide comprender que l aparst del Estado forma un stoma ojaive da “rama” especies, eu ‘ures posents una anidad interna espectcay obese oh ae fis, su propia ligica(.) Una ales signification en a rar ed ‘mnant 6 sprato del Esato, o enn elacn nize ets rena, no pc esr esablecidaalvecament pore pape xtrio nmdiat de este ‘ma sino qo et dterninado por la modifeacidn de todo astm del parato exatl 9 deforma te wad interna comet. cas6n 126 que debe es misma a cambios ens elaclones depres y a Stnllo dela luc de lass, Del mismo modo, los cambios en la presente etapa del Estado capia- lista se relacionaiam con los lazos cada vex mds esiechos ene los miembros de la clase dirgentey el aparato del Estado, mas bien que con los cambios objetivo en la relacién entre politica y economia. A ete respect, la tesis de Miliband se aproximari a la esis comunisia ‘todoxa del capitalismo monopolisa del Esiado, Finalmente, Mil- bund no habriaadverigo ~y Poulantzas se autocrtca po haber come- Lido parcialmente el mismo errer—que las ideolgtas también consti yen un sistema objetivo e instiweionlizado que abarca li Iglesia, los Parids polices, las asociacionesprofesionales (con la excepeiin del Daido revolucionarioy los sindicatos), as escuclas, los medi de di- ‘usin y ta fami. En tl sentio, Pouianiaas habla de uparatos ideo- Tegicos del Esta juno a los parats represivs. La primera respyesta de Miliband fue més bien eaua y defensiva, Intent jusificar su mStodo sin entrar en confrontacién abiena con Is concepeiéa de Poulanizas, mediante I Himitacii de las diferencias & un problema de énisis. As, eserbe, no lengo inconvenient cn recanocer po ni pate que i bra The State In capitalist society puede que sea insficintemente "ose en eset do al que se setae Poulaniat; pero tambiga me incino «per que s0 ropio modo de abode robe] peca por Ia endneisopuess |] Es postr, dab resi, no cr ana vlga (fils) cntgpricisn da ‘enfogus empirico& Tes enfoqucs no empiticoso anirpiics; ue tata rms bien de una cuestgn deena, por el és importants, Miliband, sin embargo, hace una afimacign de primera importa: cia paral curso futuro del dobate: En realidad doy, de manera totalmente explicit, esbozo de La ria ‘marisa de Estado, aunque sin dds hago my brevemete Una in sue me condujo alo [+] e5 gu, wat haber eaorad a torn marta “ht. 288.8485 dl pte vlan. ‘Nib, Rey. re. 25°58 fp. 95.90). 1 a1 Esado, me iteresaba conrponcra aa visi prodominane del plu fam democrio y mostrar las detienis de esta triad a nica Forma que me pare patil, «saber en erminat empices f=. ee Koons coven igc whens cbr ee ence ae Btn oot aentat cares oe eo ee a es id 4p 9298) 8 mynd 2 as seam, 138 Este superdeteeminismo estrvcural conduce, segiin Miliband, a borrar las ierencias entre las diversas farmas de gobiceno y el Esta, do burguts. De acuerdo con esta conelusia, no habs real sfercacia ¢atre una “democracia” burguesa y el Estado fascist una concepcion ‘que consituyd el error central dl Kominiern durante el peviodo de {entregveras. I mismo destin de Poulanzas ports diferencias ene las varias formas de gobiemo le conduce al efréneo tratamiento del {exémeno de onapartismo, que es presentado como ceraeteistico de {ods las formas de Estado capitalist, cuando en realidad cmergio Sélo en citeunstancias excepeionale. Finalmente, Miliband reshaza la ocidn de que tos aparaos ieoldgicns del Estado pertenczcan al si tema estat. La respuesta de Miliband es, en su conjunto,insalisfactora: por un lado, itentareducir los confiios a un problema de fas, y por ¢] ‘4, sus observaciones metodoldgieas y sus erlicassugicreh fe sus Aiferencias con Poulantzas van mucho mis alld de to que esta supues ‘wdliferencia de énfasis parecer indica. ‘Tres ahos mis tarde, sin embargo, en un nuevo anticulo publicado ‘cn motivo de la aparicidn de la edieign inglesa det libro de Poulant. ilband reabris ef debate con un nuevo alaque, mucho més ee borado y de mayor alance. La coneepeidn de Poulantzas, que ante. "lormenie fuera caraterzada como superdeterminism estructural, hora coneebida conto absiracionismo estructuralista, Portal dob tos entender ~si he interpeiado coreeuumente a Miliband un enfo- ue tedrco en el que una instanciaabsiractamente dfinida encuens 5 principio explicaiva en otra, definda en forma igualmeate abs- tact, pero de modo que ese proceso de referencia reciproca se vans forma en un procedimiento circular o en un juego de espsjos en et ee fnalmente, nada tiene un significado précis, y el sistema con- spt en su conjunto resulta convadicnco, La consecuencia de es- i, segin Miliband, es que Poulanzas es incapaz de responder alos inismas problemas que se planta, y en especial al problema central: lurelaiva aulonomta del Estado capialisia. Es el propio mSodo auto: conraditorio del abstraccionismo esLuturalista lo gue leva a Pou lanizas a reinroducir ef economicismo después de haber hecho de su eauncia una cuestin de principio, Afima Miliban 129 A pate de esta proposicin [1] Poulntae sigue adlans hasta lst iene que "el Concpto de poder no pond, pss, splice a tn nivel Isesrictra: cuando se habla or empl, de poder de stad ro pode indiase con eso ct modo de ariclsisn y de etevencin dl sta Toe to, sino l poder de una clave determinada, a eyes intreses co smesponds el Esado, sobre ota lace soinles, Eso, ett ops ‘masifestment norco! splemente aloe haar deo. Ger ds Exiado” no podamor referimos megs "el poder de una cle ‘eteminada” Ya eto, inter alia, sone evar al Estado de cual tipo de astnomia conver precisamende enim ipl insur de i cate dtenind™ ‘La razin de esta confusion, sogan Miliband, es que Poulantzas no ha establocido una dstncién vita Ia existente entre poder de Estado poder de clase. El poder de Estado es cl medio Ghtimo y fundamental -pero no el Snico™ a tavés det cual se garantiaay se mantiene el poder de cle, Pero una de fas razones fundamentales para acentuar la importancia ‘del concepto de autonoméa relativa del Estado es que existe una di lincin bsica entre el poder de clase y el poder de Estado y el anti: sis dl significado y la implicaciones de este concepto de auionomia reltivadobe, sn dua, eontarse en las fueeas que hacen que sea ma yor o menor, las circunstaneias en ls que se da y asf sucesivamene, La dituminacin por Poulantzas de esta distinciin enue poder de cle sey poder de Estado hace impesible este anisis a pest devas ss condo en realidad so ex derninante en os on i se spn ‘alo eval instants el papal dominant ex doeir, em a maida en que fo {sins desparamionto dal pradominiodcido sl descenvalizacin de ls Estancia [Lo que dstinge, puns un mode de peoduscin do ov, y| sus, por comsiguere,especiica un modo de prduccgn, cs csa forma puriulr de arculsign ue manenca ss nivel: s To gus eo adelante evdosignars con Is plabra mati de un moo de produce [Esta concepcidn inten tomar en consideracién dos hechos que son aparentemente coniadictorias: Ia rimacia del modo de produc «en la vida material como factor detcrminante del conjunto de la ‘vida social y Ta diftultad en asignara fatores esititamente econd- "= Mod, Noe Polenta. 8657 (p11 de preset ei “Pos, Por pe pp us ‘cos un papel dirctamente determinante en la regulacion de proce- 50s histxcos dstintos del capitalist, Se tras, como es sabigo, de un Viejo problema. El alhusseranismo piensa, sin embargo, que pede resolverlo con su método carateistico: fa combinaeidn de txonomia y formalismo. Comienza identificando tres personajes bésicos: las instancias econdmica, politica ¢ideoloyice, que esin presenes en 1o- ‘dos los modos de produccidn y cuyaaniculaciGn consituye a especi- Ficidad del modo de produceign en cuestién, :Por qué silo tes? {Cuil ha sido el método de su deduccién? {Exist algin vineulologi- o entre las res? La respuesta es silencio & as ds primera cuestio- es y negativa a fa tercea: la nica rolacig es su artculaién, que ‘depend de! modo de produccién en cuestién. Es decir, que nos en- Comtramos con ies insancias estabecidas de modo puraimente des eriptiv. No es, pues, sorprendente que las relaciones entre ests es Dersonajes sean puraments formales: a esta relaciones se les han sasignado nombyes, pero no hay eategorfas conceptuaes que cores- Ponda estos nombres. En ols palabras, estos tombs son simbo- los de los abjetos reales los que se refieren, pero no concepios tori- 0s que nos expliquen Ia naturaleza de esas reaidades, Los nombres de las relacions son: “eterminaciga en dltimainstancia por Io eco- ‘émico” y “papel dominate”, entendicndo par lo primero que lo €e0- nico decide qué instancia debe desempenar el pape! domiante en cada modo de produccién. Pero se usta de metifors, que slo tienen Sentido por analoga con ouas metiforas. A esta allure estamos en el reino de la completa mitologia, en un mundo abstacto de esiucturas Y niveles, en el que result imposible establecerrelaciones Lgicas en- tro los coneeptos. Imtentemos probar estas afirmaciones de manera més expltca. Se- ‘in Balitar, algunos de los concepts utilizados por Marx padacen el defecto, dese el punto de vista tesco, de hiber sido silo parial- ‘mente fomializados; por un lado, contin en pare sendo pisoneros de la aneror problemen ideoldgice; por el ot, indican el emplazae ‘eno teérico de una soluidn sin sex capaces de pens ericamente: Perso, por el cnurio qu et eta el pefacio sl Contribucin a sri de a economia pitca pose, ee sano mismo del prctien c= Sica el ess de To ques hs Uma on conjnto de concepts prt fs. Dicho de ot forma, ests texto noe presenta coneptos gue sen ain Aspencintes, en a formuacn, de ora probleme gue se debe presse 14s ‘mse remplazar al mismo tompo indian ens concep sin polo po ‘tel lagar donde es precio para pana de oo ted, yaa Yer el ‘ue problema vo sg ene sno dea pobre Siaa™ Enfrentado con esta situaci6n, Balibarescibe: Me propongoiiiaragu el wabjo, un wae explice de ranyormacion de estos cones "practizor” ee concepns nico de a eras do Ts hisors, un rato que lor desoje dru forma tie cil pra actos leicamenie decane xs etn prio, Po lisa operacin, de ‘sparen complement lov concolor que tonal a eaprstn bo fs ‘xigorlas uel antigua problems, Apacer, aw. bi ot pun tasdecacaciay de spria gue exigen, en [a regin mii cxleads por ary a produei de nuevos conespon orca, la an pos, El proyecto tebrico de Balibar es inobjetable, Nucsira critica es ‘que no lo ha completado toalmente, ya que al hablar de lo prctico y To econdmico no ba logrado productos como anceptos fedricos, ¥ ha quedado a medio camino ene Ia comprensién terica y las rel ciones puramente descriptivas, Citemas el texto de Marx en el que ‘unto Balibar como Poulanizas basan su andlisis En ods as formas. en gue el wabjadr sigue send el "possoton” dee odio de produce y de los mets de bao esse para prc fs propios medios do subsistncn,fatleate la relseién de propiedad Abe manifesta simslnesmens como una elciin de aoa sr vidor, {produc inmedto no ox, por cong ibe; pro eta crea de Tiered puade ir desc la savidurre con obligacin de corde hast igo dona simple ibutici En estas contiions, se precizan ratone extrasconémicas, do gir natura que sea, pa obliga efcetun abajo pr lacus {el proplcaroteratenorte nominal [Se prcisan, pm necesaria: rene olciones petsonales de Sependseia, ina privacin de beta Pom, cuaiguiera qu sea el grado de eta dependenea se gris got “= Bleoe Bair, “Acern de los concer fundamenales del maeilisno ‘sr = Arser yf Bay, Para er “El sap Mexico Slo XX, 18099 238 hh 205 46 hombre es igado a plot, que se slo un simple ssesorn; en una pasta, precisa la servumbre es oda la acopein dea plea™ La clave del andisis de Batibares esta nocidn de “coaciin extrac «ondmica”. Debermos seta, en primer lager, que Balibaracepta las nociones de “base econsmnica” o “nivel econdmico” como sinimos puros y simples de “nivel dela produccién”. Marx tambiéa lo hizo, Sin embargo, Balibaremplea la nocin ée“coaccidn extracconémica”™ que Marx también usa- sin advertir que implica una nociéa de "lo ‘econmico” que es incompatible con el primer significado (economia = nivel dela producti). Porgus es obvio que sil eoaceinexteae- «conémica (es decir, diferente de a ecanémica) contitaye el elemento feniral en las relaciones de produccién y apropacion de plsvala, el oncepto de produeci y el cancepio de “Io econsmico” no pueden ‘et sindnimos. Por quS.en los modos de producein no capitalists ia oacciGn debe ser exiraccondmica? Respecto a esiapeeguna fa res-) Puesta de Marx no present ambigiedad alguns: porque la Tucrza de | ‘abajo nota sido vansformads en una mercanciay, en conseeuenci | el cambio de mereaneias no constituye ain la base de las relaciones 4e preduecién. En consecuencia, la esfera de Io econémica ~en ese | segundo sentido~es la esfera de las mereancias, el mercado, La emer-| cca dun meread de tia ibe lft decisivo en i emer-| encia del captatismo, En modos de produccién anteriores, “Io eo- ‘nmico” “as relaciones de mercado también existe, pero no ha pe-| ‘eirado la esfera de Ia produccin y, en tal sentido no puede ser “ele | ‘mento determinante en ilkima instancia", para usar Ia expresin de | Bali Results claro, pues, que Marx est usando dos conoepciones life rentes de “lo eeondmico". ¥ ests eoncepeiones son diferentes en dos sentidos:en primer término, por cuanto perencoen a dos aiveles dis tntos de abstacein (auevamente,usamos la nocin de “ubstacein”™ «en su acepeidn hipotéico-deductiva), La primera concepeidn de." ‘conbmico” (© produccién)pertenece ala teorfa mis general del ma- terilismohistcco, en tani define una de las condiciones de toda so ‘edad posible; la segunda concepeisn, por el contraio, se reiee 0 "$11 Cap bo: por Haaren op cit. 241 17 ‘alas soiedades productoras de mercanclas, Pero ambos concepts di- Toren no slo con respocio a sus niveles de abstraccién, sino umbién {en tanta que no estn ea relacién diectaente si. "Lo econémico” en segundo sentido no es un easo pantiular -por ejemplo, dferenia speayica- de lo econdémico en el primes semido. Por el contrsio, tos {os concepios perenecen a estructuras wécicas diferentes cuya uni- {ad debe ser producida por la eoria misma, Pensar las condiciones te ‘ricas desu Unidad consiste,precsamente, en pensar la peculiaridad ‘de un mode de produccién especifico: el capitalists. Es por esto por lo ‘que Marx en El capital tiene que pensar separadamente las condicio- nos abstacias de la produccin de mercancias alos efectos de prog- cir el eoncapto te6ric de “modo de produccidn eapitalisa”. Si bien estas das concopeiones de “lo econdmico” se encuentran presenies en 4a obra de Mars, no veo la ulldad de continar wilizando la misma expeesin para dasignar a ambas, Sugicro, en consccuencia, que con- ‘inwemos empleando ol términio “lo econdmico” para el segundo sig- nificado, mientras que pra cf primero usemos el imino produccibn. De sta forma, la proposicidn tsica del materialism histrica, segin la cul el modo de produccidn de a vida material determina todas las otras instancias dela vida social, no esuibleeria la primacia de "lo ‘eonémica” en modos de produccién no capitalists, en la medida en {que la coaecidn extzecondmica constuira la base de las relaciones e produccion Mi argumento es que ni Balibar ni tampoco Poulantzas han somet- do la nocién de “lo ceonsmico” & una erica wéeca rigurosty, como ‘onsecuencia, no han producido un verdadero conceplo t26rco, sino ‘qe han coninuado usando un conegpto desciptivo ¢intitvo en cl ‘qe persist la ambigbedad enue las dos nociones que acabamos de analizat. En consecuencia, al referirse aun seudoobjeto de conoci- meno, et anlisistérico Se debiliay las sigaiicaciones simbslicas Se orecientan, Al intentarsolucianar el problema en el marco de la Sanlisima Trinidad de los niveles -econdmico, politic, idoldgico- y ‘al no esablecer la necesaria distncin entre producci6n y economia, Balibery Pouluntzas se redacen a un jucgo formal de metiforas como Jade que "lo econdmico decide qué nivel va a ejercer ef papel domi nants”, como un fey que reina, pero no gobiema, hasta que decide, ‘como Luis XIV, ser su propio primer minisvo y concentrar en sus ma- nos (ent el mods de produccién capitalists) la doblecondicién de deter- 148 rminacin en I tim instancay de papel dominente. Balibrafimas {a economia es determinane en cuanto determing la insanca de la tractra social que ceupa el lugar determinant, No relacion spe 3. 2 sign de elacones nossa sn io xsd Pero tne que ser wade ds i por soon enendeos la po daccin dl istic een nln sa Ci, sino on primer, cau ue sea el modo de placion S por el convara, enendomos a la"sconomia ene segundo ens (oroducion de creat) o ha io nunca dcemitane, exons cuando so ha denufead onl clachnes de pouccin tsa de i sociedad, Edin nT erin ana tei yl papel damian so pares sr mls que una Soe de mei fas du nena resolver rvs de sinbols de es cone sc un pclcna aia! esto por le tse des sae Gis, Fess gino ol rb gel arter peda ‘escinvo cn qe concen tes oo “io enim” ha 9 ingodiids en scsi, ¥ ese dete Top, mucho tse easo con coneps als camo "Wo plied” y "Io welogico™ En ovals, os connec aun evo em sf Fi ene tatoo temas. Obstevese que et problema no reside en gue los tes nvelss debi, ta set aes ora sre uss en eonscucn, bi fanos abu af product on ert pico mas bien que ec mio; lo qu ocurees Ia separa entre Io conde y ol tico nosh eiicado en modes de poducin ato apt] lao uso conc dismiss con micos yn eondnicos x una paca afl que poy sb is previos mado de pode lupo de rained socal exe tence aj el capatsno: En lsd, la noi de eoncesn ox econdmica, como Mart lila, insulins ena mea cd ‘Ho deft a cancion en misma, sin slo su diferencia cone Babar op 9.24, 19 Lipo de canecin existent bajo capitaamo. Ese proetimiem po- Aha justia en Fl capt, posto que su apoximacion aso dos de producin no capil es magia desinada soa tear la reisora del cpitalsmo, pero resus dtiniteamente nae cn la medida enue inenamos evant en nasa compensn So €sis os modos de rocbcton, Noe nant. que noes tran con un prosema de “aonomia aah exon con anterior a capitalsmo; ag Poulan conan et poten Un nivel pode ser laivamentainomo owes dleminado or oso, eo, aun parser olmentedetcrminad, ambos den tt isn, aso argument es gue em a mayors dels esos cha dininln weniste Balibar,indadablemente,percibe el problema, Asi, airma: En le lst mo ata mrad in sans “xen 0c cn lerhiand Roehrhnenin,A pec ps ‘Eros concise sn malo arsine acs “rma wntrnaat“on el mode pros eal ro es versa dea pre eon [ol No dscns ene firs dreancte oiensy Semcon tos ‘ie nanct qu mds depot corinne ios lomoptcs) no pra sncsy deans aes 8 tlw deo Ssonctic dolns pts deo ple Beds Brin en clo, + memo leans cg, o go ton fesse Hoods yeep Pero si os diferentes modos de produc no contenen elementos hhomogéncos tales como “lo ccondmico”, “lo juridea” y “Io politic”, ‘qué queda del esquema de determinacién en gma insancia por 10 conémico, ode la diferenciaci6n de los mods de produceign en fun «inde la nstancia que cjerce el papel dominante? Por encima de to. 4a, qué ocure conta diferenciacibn entre modos de produccign dela diferente atculaciin de sus elementos? Tiene que ser una de dos: 0 ‘bien “Wo econémico", “lo poltco” y “lo ideolégico” son tan diferen tes en fos diversos modos de producein que lo dno que los liga es 4 unidad verbal del nombre —conceptos equivecos, eno sentido sts ip 4 130: ‘oisico de a palabra, y entonces no es su articulacién fo que dife- feneia alas modos de produceidn ene sf, ya que han pasado a sr re- alidades eswiciaments incomparable; 0 bien, pese a la diferencias, hay un elemento en comin que nos permite abibur al momento de 1 aniculacién su cariterdiferenciador. Si, como Balibar sosiene, tas “formas iansformadas" no son direclamente econémica, sino, indi solublements, cconémicasy poltcas -con lo que estamos de acuer {do-,debomos sefalar que no halogrado prodcir el concept tedri- 0 de esta indisolubildad y lo ha sustiwido por un concep simi ‘co "terminacn en a dima instaneia”™~ que crece de un conten {do twérieo preciso, La posibilidad de ponsar la especificidad de los mods de produc cin depend, on consecuenci de Hevar a su conclusion logic la te rea que Balbar y Poulanizas se han planteado, pero sélo han realia- do parcialmente:climinar las categotas desriptivas y reemplazarlas por eategorias verdateramentetedrcas. S6lo ast es posible evar a fo uta aproximacign cognascitiva 8 To conersta, Si Marx pens la especificidad del modo de produccion capitalist ligand el anaiss bsuacto del proceso de trabajo al andlisis abstracto del proceso de ‘roduccién debe proceder de la misma forma: aslando fos sistemas bstracios de conceptos cuya vineulseiin da cuenta de la espscili- ‘dad dol modo de produceién en euesin Sin embargo, si este #370- namiento es corecto, ese proceso so puede verticarse en Ia medida ‘en que el objeto es realmente constuido twéricamentey en Ia medida ‘or que no se permita la subsstoneia de ealegorasdescriptvas, impre~ Sonistaso intutivas, ya que ésts solo logarfan reproduc sus ambi- sedades en los substouentes estadios del andlisis y conducician al formalism. Hemosintentado en ls piginas anteriores, on forma esquemstica, ‘mostrar las raiesteGccas de lo que Miliband ha denominado el abs ‘tsceionismo estucturalista de Poulantass, Hay muchos ob0s aspee tos que merecen atencin a este respecto: sobre todo, lo que me pare ce ladefciencia cenzal del enfoque de Poulantzas, st incapacidad pa ‘aexplicar, desde una perspetivaterica, ef proceso del cambio his {rico Sin embargo, el atamiont de esas cbestiones va mis ald de los objetivos de este ensayo, quest propuso tan solo analiza el dbs te PoulantzasiMiliband, Seria necesario, a tos efectos de tratar ade- Ist ‘cuadamente estas cuestions, analizar en su conjunto las contibucio nes positivas de Poulantaas al desarzollo del pensamiento politica ‘marnsia. Esta 65 una tatea que considera tanto més urgene e ua ‘no concuerdo con la alirmacidn de Miliband, seg la cual el libro de PPoulantas “no me parece muy iil pura el desarrollo de la saciologia politica marnista". Me parece, por el contrari, por ls razones dadas ‘comienr0s de etc anfeulo, que su importancia puede ser diftilmen- te exagerada 152 vi EL ESTADO CAPITALISTA: UNA REPLICA A MILIBAND Y LACLAU NICOS POULANTZAS La publicocidn de in obra de Ralph Miliband The State in capita- ist society dio lugar, hace seis af, en ls columnas de New Left Review, aun debate entre el citado autor y yo mismo. En la respuesta de Miliband a a eseha de su Iibro se inclofa una erica de mi obra Pouvoir politique et classes sociales, crtca que yo de incontestada nto en aquella época como posteriormente, cuando Miliband publi- ‘a ung extensaresefa de mi lbeo, con acasion desu aparicién en in- ‘16. Sin embargo, ahora que los Isetores de haba inglesaestin en o- Sica de remitse a mi segundo libro, Fascismo y dietadura, ai eo- ‘no al mas reciente, Las elases sociales en el capitalismo actual, siento que el momento de continuarel debate ha legado, Para que a Tiscusda resulted y no entre en un eeulo vicioso deberia apoyarse fn nueva evidencia,evidencia que en mi caso seri Ios escrtos que ‘he publicado desde Poder politic y clases sociales. Anos de entrar en la discusin propiamente dicha siento que debe- ria hacer cierias observaciones preliminares. Aungue la discusion oncieme primariamente a Miliband y a mi mismo, no se detiene gui. Un buen nimero de otros autores eurapeos, estadounidense, tinoamericanosy de ottos lugares, se han sumado a ella en aieulos y libros, No puedo pretender considera, en la discusibn, todas estas ontibuciones. Inentar$ emporo mostrar gue la forma én la que las diferencias enue Miliband y yo han sido cn ocasiones perebidas,es- pocilmente en Inglaterra y tos Estados Unidos, en tanto que conto- versa entre “insirumentaismo” y “estructuraismo”, es una manera totalmente erréaca de plantar Ia discusi6n, al menos por lo que res pecta a la aplicaci del dim de los téminos a Poder politico y tases sociales. Ms todavia, tends é en consideracién una de las con teibueiones mds recientes al debate, a saber, el vabajo de Emesio La clau “The specify of the polieal: around the Poulantzas-Miliband ‘bale, Aungue lejos de compartir tados ls puntos de vista do L- lau, pienso que su articulo ayuda a fijar cl debate en su verdadero tc- ‘reno, espetialmente toca algunas de las autntcas evestiones susci- ‘adas por Poder politic y clases sociales, El texto que sigue serd, por tamo, mds una conibucién a ta discu- sia general que una répica alos arieulos de Miliband, y esto por ‘dos razones fundamentals, En primer lugar, uno solamente puede es- perar mantener un debate de largo alcance si cuenta con Ta ayuda de 155 an lengua preciso, que se halle ademas neceseriamene stuado en un teritorio tericoespecifco, en el sentido de que los panicipantes ‘nla discusin tengan a psiblidad, desde sus respectivas problems lca, de fijar detiniciones preisas a los coneeptos, Los escritos do Milian, sin embargo, estin marcados por Ia ausenea de toda pro- blemética terca. Es esta ausencia, por encima de cualquier oa cos, 4o que est us su repetda rica de que mi trabajo earece de “andl sis concretos”, Esta referencia a anlisis concrtes es cieriamente vd- ‘ida, pero dnicamente cuando se hace desde el seno de ota problems ‘ica teérica, que muesie ademas su capacidad de sumiaisiar una me- {or explicacin de los echos histricos. Asf que yo no digo en abso- Ito que Miliband est equivocado at disute los “hechos” conmigo 0 al citarlos contra mi. Todo lo que digo es que un slo puede empezar ‘# oponerse a una teria citanda Ia “prueba” de ls hechos, la prueba ‘de la “peta”, cuando puede docirse que esta sproximacion ~que es perfectamente valida surge de una posicisn weérica diferente. Esto es un principio epstemolégico clemental. Tal posicién lalla en los esr tos de Miliband. Como ha abservado correelamente Lact, ta ct ‘cunstancia conduce a que nuesuos raspectivas lextos extn situados fn tenes discordes, esto es, se ccupen a menudo de mateas dife Fenies. Lo que es mis, eso signtica que ls tSeminos erioos que Mi liband emplea con referencias mf, es como “absiraccionismo”, es- teucturalismo” 0 “superdcierminismo”, no pasan de sor extremada- mente vagos e imprecisos. En sogundo hugaa, y por lo que toca alt bajo de Miliband, no tengo nada que aad & lo que esribi en mi scha original de Su libro. ¥ aungue tengo realmente algo que decir acerca de Ia evolucién de mis propias posiciones y andisis desde la publicscion de Poder politico y clases sociales, paticularmiente en ‘elaciOn a ciertas ecuifieaciones que he ereida necesrias (este proce 0 se inicié con Fascismo y dictadura; las rctficaciones han erst Tizado ahora con Las clases sociales en ef capitalism actual), este sspecio del presente articulo no puede ser consideado en forma alg ra como una réplica a Miliband. Miliband no ha logrado detectar los ‘auténticos problemas, lagunas, ambiguedades y puntos discutibles de ‘mi primer libro las deficiencis que de hocho me han llevado a hacer as rectiicaciones en euestiin, Una gran parte del texto susiguieine por tanfo, mss que una replica a Miliband, una réplice a Laclau y lung carifiacion de las erieas que yo mismo estoy ahora en posicién ehacer a Poder politico y clases sociales, 156 Sobre la cuestion del abstraccionismo CComenzaré, no obstante, por volver a reproche mencionado mis arte, que Miliband repedidamento me hs hecho, que concieme a a carcterisica ausencia en mis esritos de andlsis concrtos orefe- feaeias a hechos coneretos hstéicas y empicos. Tal como yo lo en liendo, es éte el principal significado del timing “abstraccionismo” uilizado por €l cuando escrbe acerca de mi trabajo. En primer lug, no ereo qu tal reproche ost ustifcado en forma alguna, En Poder politicos: hallan abundanes referencias, constan les y procsas, relacionadas con el estado dela cha de clases y eon las transformaciones histricas del Estado, referencias que van de 0s ndlisis del Estado absoluista alos que se ccupan de tos modelos hike \Gricos de la revolucidn burguesa pasando por la transformacion de Jos blogues en el poder y dela burguesta, la formas del Estado capi talistay de los regimenes capitalisias,ettea, Pod fcimente Se. Bur citando ejemplos, pero dudo que merozea la pena, ya que pienso ‘que Ia razén real de las rkicas que Miliband hace de mi taba esi na diferencia entre nuesas respctvas aproximaciones alos “he- ‘hos coneretos". Pura mi, en conua de cualquier eproximacion empic ‘sta © neopositivista, tal como Ia de Miliband, estas hechos slo pues den sor comprendidos riguorsamente-esto es, de forma demostable~ Si Son anatizados explictamenie con la ayuda de un aparato Leérico ‘mpleado constantemente a Io largo de todo el texto. Esto presupone, como Durkheim sefalé en su época, que se rehiya resuelamente la ddomagogia del “hecho palpitano”, del “seaido comin” y las iusio- nes defo evidente™. A falta de eto, ya pueden apilarse tantos hechos oncreios como se desee, que no probarin cosa alguna, Tero que Mi- ‘iband a eonfundido mi rehui ia ius de lo evidente con 1 que él. Hama “carencia completa” de andlisisconeretos en mi obra. Clena- ‘mente Miliband no rechaza, como ya he hecho notr en mi pre af- ticulo, fa demagogia del sentido comin, en la que adem se ve asist- do por la “cultura anglasajona” dominante consideada globalmentc. Como demos claramente Peery Anderson hace alg temp, esta culture anglosajona dominate esti constitucioilmente imbuida, y ‘no por accident, de un prodigioso grado de empirismo™. "Origins othe present rss NLR, 2,eneroebreo de 1964 157 Dicho esto, pienso, sin embargo, que la primera ertica que uno’ puede hacer a Poder politico no concieme a la auseacia de anslsis oneretos, sino a la forma en la que aperan en el texto, involuctando tn cierto ‘coricisma. En ceria medida esto es atibuible & una posi cin epistemoldgicahiper-rigida, posicia que compart en si tiempo ‘con Althusser. Al concentra cl grueso de nuestro ataque conta el em Dirismo y el neoposiivismo, euyos eondensidos, en fa tradicion mar xista son el economicismo y el historcismo, insistlamos correcta ‘mente en la especificidad del proceso teérico, ede la produceicn de ‘conocimiento, que, con sus estuciuras especificas props, aeaece on 1 proceso de pensamiento. En nucsra perspectiva, el “hecho real” 0 “practi” estaba situado tanto antes dot comienta del proceso de ‘pensamiento (es decir, antes de las generaldades I, las cuales ya cons {iuian un “hecho de pensamienta, sobre el cual las goneralidades Ik habrian de trabajar, siendo estas tilimas canceplos que «su ver pro- ‘ucicfan las generalidades Il, “conocimiento eoncreto") como des ‘pués de la conclusin del proceso de pensamiento, es deci, dela ge ‘eralidades Il, punto en el cual sugiria la euestiin de la experimen tacidn” y la de'laadecuscion de a teria a los hechos y de la woria a la prietica™, Esto, en el caso de Althusser, ercaba incluso Ia impre= sign, allamente dudosa, de que el proceso tebrico, 0 “discurs0", cane ia en si mismo los etter de su validacidn o “eiomiicidad”: esto aparece muy claramente en el téemino usido por él (y por Balibar). ‘amino que ha abundonado dese entonces, a saber, el de prétca e- rica. Con su empleo conjuraba el problema do fa reacisa “teoria- Prictie”, sutindolaenteramente dentro de fa misma Leora, Lo que ‘no fuimos capaces de ver en su momento fue quo, al sostener firme: ‘mente laespecifidad del proceso teérico on relaidn con fo “conersto teal", deberiamos haber percibido el pancular modo en que 0 "con- creo real” interviene, y la manera en la cul a relaciGn tora-piti- ‘a funciona, en tod Te extensibn del proceso to6rico. ‘La mayoria de nosottos hemos rectficad desde entonces ese esta- {do de cosas, Por mi parte he de decir que me mostéaliamente erica ar ie ts La rein de Ma, Misi, Si XXL, 196 Po 138 nesta ns eget sm ni ie Ca ee ae ee ce Seige Una distineiin necesaria En primer Iga, condo una ference excesivarmente ta jum en fo que amaa el orden Se expsieiin” yearn de i XShtgacin® amos problema d Is Darstellung), Permaseme Neca on vista Ta epeifitad depose too, necestamos ‘Eavocer una dstneon cre nde do expos ean ext > fico qussesapone uene cn cuenta Ta manors een ea cal os contains seenlaan, lon de investiga, qu, ceusndose de ‘Behohos ris ngon ala esicion do esos eoneepos. Como odbmos ver con El capital de Marla expsictn dn xt et ‘Dee algo mis quo desl spas de ka invstgacénsubyacente 0 he maar Ta ston desu roccsin (ose Ta deena ene Me ects, nue ls Grundrisey capita), He dead, sin tg, de al tacer esta dane demasiado tjanemente en Po- fer plc me hl con fecuenci, en ef orden de epost, e- ‘Sud arse eonteas como mers ejemplos o tacionss dl “Toeeao inc, Fs io lara cas dois confusion por pate Je Mitibands da cul oy primo responsible: hablendo des ‘itd comploumens fn distin en el oden de exposiin Shon ds ivestigton (que no obsante yo analiza ele ne Ba mi vo), Nlitand desde su pop sincien empties y topos, piensa ue ols aniss coneeaseonenos en i io apm expos desta forma, inestgacn no 3 fda ches ths ans conreios eles, sino qe deriva meramente de cones Sarto En avon de que eccrine expuest eos ais Senereo como eerposolistaciones de mi tei, Miliband con- Shipeaesralnentee ingenuarente- qu fe 3 como os Teast Sno emi nvestiacin, gue de ext forma se conv en "ab tara, Para convenerc deo eon hai ido que conerir- fis en un hazmenirpubcando mis borradores nas de Poder po- iti y elses soils. 139 Formalism Sin embargo, este torcismo no solo me condujo a una presenta. cin relativamente“impropia" de los andlisis eonereos, sno tambisn, como Laclau ha observado corecamente (volveré a ext), a una s¢° gunda fala; un cierto formalismo en mi investigecion,y en dltimo ‘Gemino un cierto descuido de los andlisis eoneretos. Pero efe0 que Duedo afirmar haber hecho las necesaras cerecciones a todos estos unos, tanto en Fascismo y dictaduea, andlisishistrico detalado {el facismo alemane italiano, como en Las elas sociales en el ea- Pitalismo actual que se ocupa muy concretamente de la sociedad ca Ditaista comtomporinea, haciendo referencia explicta a todo un von Junto det lismado material “ompirico”. En ambos libro, sin embargo, hie mantenido naturalmente mi diferencia esencial con respocio a Mi” liband, diferencia ireductie que concieme a la absolula necesidad, ‘desde mi punto de vista, de manejar los “hechos conereios” tories” mente, Ya que, ampliando esta consideracién, ése ese inca mada de evar a cabo verdaerosandisisconereios en el plena sentido del ‘mina, siendo to “conereto”, como Marx seal, “fa unidad de una ‘mulipiciad de deteminaciones". Verdaderamente una consecuencia de la fala de toda problemitica todria en los esertos de Miliband es ‘que, a pesar de todas ls apariencas, e dtfeil encontrar anlisis con {reo alguno en sus textos; lo que principalmentehallamos en ellos son descripciones narativas que siguen la pauta del “as es com son Jas cosas" wayende poderosimenie a la mente la clase de“empitismo abstraccionsia” de que hublé Wright Mills. Jamas se insistrd deme sia en subrayar et hecho de que al descudar Ia tori se termina ‘asada en la observaciéa de fo concret. Pero antes de decir nada mis acerca de este woricismo en mi obra siento que deberia doce algunas palabras para ayudar al lotor a cap tar ms claramente este fendmeno, Para empezar, ha de tenerse pre- senle que sdlo puede serentendido en tanto que reaeign contra un ciestasituacin t6rico-poltica ~dejando de lado unas pocas excep ciones~ del marxismo (al menos de! marxismo europea) anterit & 1968, situacion caractrizada por el mecanicisma y el empirismo neo- positivstas y por un mareado economicism Esta era de panicular ‘mportancia para mi, ya que me ocupaba de problemas concernin- {es al Estado, una esfera en la que la pobreza del pensemiemto mat 160 ita (as razones de eso son varias y complejas, y et estalinismo no 5 la menor) es bien eonocida, En mi eaccidn contra este estado de cosas, y como Lenin habs dicho, “ui demasiado lejos en la otra iret" Mas ain, no debe olvidarse que fa naturaloza do ls “andliss con- res” en Poder politico emergiatambiga (aparte de mi propio pro: ‘blema “indvidust") de una precisa siwaein a a que haba legado el ‘movimicnio obrero europeo con anterioridad a 1968; en ese momen- 'o, hay que sear que, en ausencia dun destrollo masivo del mo: Vimiento, ls anlisis en boga eran los do Gorz y Mallet sobre las “re- formas estuturaes”, con todo su potencal relormista. Muchos de nosotros, en Francia y en otras partes, criicamos estos andlisis,t0- ‘mando como refetencia diversas soilesancipadas del ereiente mo- vimiento popular Poder politico fue publicado en Francia en mayo ‘de 1968). Pero disponiamos de relativamente pocos hechos significa. tivos en relacién ala lucha de clases, que, de habe sido mis numero $05, nos habriancapacitado para andlisisconcretos. Creo que wn buen rnimero de camaradas curopeos, de diversas tendencis, tendran por ‘as dificultdes para estar de acuerdo con esta observaciéa, Limitin- dome a mi propio caso personal, evidentemente(Zy ebm podria has ber sido de ox manera?) el desarollo de los conficios de clases en Europa desde 1968 no ha dejado de tener influeneia en mis cambios de posiién yen las rectficaciones menciondas mis arriba. Enel ca- S0.de Milcand, sin embargo, y juzgando por lo que ha publicado has 1a ahora, lo ocurido desde 1968 no ha tenido efecto alguna, Pero es 'o, para un defensorferviene de a realidad palpitants, slo una pa ‘adoiaaparente, ya que de hecho no hay nada més académico que la ‘més concretament, me ocuparé breveren de los tes casos que Mi Uiband cta para jasiticar este dino uso del trmino estructrslismo con referencia ami iro. 165 [La autonoméa reativa del Estado ‘Caso uno: de acverdo con Miliband, mi esructuraismo -en el sen tido de fa auseneia de referencias ala lucha de clases en mi ibro- me impide entender y analiza la relaiva atonomta del Estado. Ahora bien, cuando examing la autonomia rlativa det Esta capi- talistaestalect sus fundamentos en dos direeciones, que de hecho eran meramente dos aspectos de una nica aproximacisn. La primera funda en l tipo presso de “scparacién’” ene lo econsimico y 10 politica, ent fas rclaciones de producida-consumo-circuacion y el Estado, que, de acucrdo con Marx, define | modo de producc6n ca pitalista™, La segunda dirt se basa en laespeciticidad dela cons titucidn de las cases de la luca de casos, en el modo de produ cin y en las formaciones sociales capitalists. Estoy pensando aq fen todos mis ass sobre Ta espocficidad de las clases en el capita Tismo, sobre la hegemonfa dentro de bloque en cl poder, sobee las clases mantenodors,sobra las formas de lucha adoptaas por la elase fobrera, cc, siendo todos ellos mizones pars atibuit al Estado capita lista un papel preciso como organizadory unficadorpottico, y como tn factor del establecimiento del “equilibria inestable de compeomi- 0s" cuyo papel estéconstttivamente coneetado con su felativa auto- Dos dieeeciones que no son nada mis que dos aspectos de una aproximaci6n iniea, La separacién de Io econémico y lo potio su- ‘minis el marco general, dependiendo de la diferentes ctapas yf ses del eaptalismo (esta separacidn puede ser a su vez objeto de transformacién) para un examen de la Yelativa sutonomia del Estado Capitalist la forma conereia asumida por esta autonomia depend de le-coyuntura procisa en que se eneueare la lucha de clases en cual ‘quier momento dado, Esta separacién de lo econémico y Io potico, no es mds quo Ia forma que aquere la constitucién dels clases, y de ‘Agu que sea tambign una consecuencia de la lcha de étas bajo cca pitalismo. 166, El hecho de que ciestos lectores, incluyendo a Miliband, so hayan apresurado por la primera diecei6n soguida en mi libro y hayan dos: ‘uicado i segunda es, primariamenie, si se me pormite decir, elre- suliado det modo"estructuralista" en que o han leido; es el resultado sel estucturalismo petsisiente en sus propias ments. Volvamos abo- ',siguiendo esta elucdacida, a la pregunta-chogue de Militand en relacién con a relatva autonomia del Estado y aa que mi propio tx to es pretondidamenteincapaz de contesiar en rau6n de su esuctara- liso: “En qué medida esrelativa esta autonomia”™ “odo lo que puedo decir aga es que en realidad soy incapaz de responder a ess cuestin, ya que en esta forma es completamente ab sua. Pods nicamente haber respandido a esta pregunta, en urminos tan generales, si verdaderamente hubier sido culpable de estracturalismo. No puedo dar una respuesta general -n0, como Mil. ‘bund eree, porque no tome en cuenta los individuos coneretos ol p= ped las clases sociales, sin precisamente porque el término “rela va" en ln expresidn “autonomia elativa” del Estado (elaiva en rela: cid a qué 0 a quign?) se refiere agua la relacign entre el Estado y las clases dominantes (el Estado es relativamenteauténomo en res cd alas clases dominares). En otras palabras, se relive ala lucha de clases dentro de cada formacidn social, y a Sus corespondienes formas de Estado, Ciro, 10s principio mismos de Is teorta marxisia del 2stado establecen los limites negativos generales do esta autono= ‘mia El Estado (capitalisia) puede Gnicamente corresponder, a largo pla, a tos intereses politicos de la(s) clases) dominanie(). Pero no free que ésa sea la eéplica que Miliband espera de mi; como no es ring fabiano incoregible, naturalmente ya sabe esto, Sin embargo, ddenro de esos limites, cl grado, Ia medida, las formas, etefiera (en ‘qué medida es eolatvo, y camo es relativo, de ta autonomia relativa {el Estado pueden ser cxaminadosdnicamente (como constantemeate subayo en mi libro) con relereneia aun Esiado capitalista dado ya coyantura pecisa de la lucha de clases corespondiente (la configura: «dn espectica del bloque en el pode, el grado de hegemonia dentro de ete logue, las relacones ence la urguesta y sus diferentes Frac cones, por una pare, y las clases tabajadoras y las de apoyo, por ‘ra eter). No puedo contestar por tanto, eta pregunta en su for- ‘ma general, precisamente a causa de I coyuntura de la lucha de cla- ses. Dicho esto, tanto en Poder politico como en escrits subsiguien- 17 tes he examinado ampliamente la autonomia rlaiva de formas de Es- lado preists (Estado absolutista, bismarckismo, bonapartsmo, r= mas de Estado bajo el capitalisio compeutivo, fasismos alemin © italiano, formas de Estado en fa presente fase del capitlismo mono- polis, finalments, ea La erise des dictatures™, las dictaduras mi- Tare en Grecia, Pocwgaly Espn, Poder de clase o poder de Bstado? Caso dos: Miliband parece senirse panticularmentealetado" por mi dstincién entre poder de Estado y aparato de Estado, y por mi ne- gativaaaplicar el concepto de poder al Estado y a sus estuctuas es. Decificas. Lo que le intetado hacer ha sido estableeer que al deci poder de Estado no quiere significarse ota cosa que el poder decir {as clases a cuyos intereses eorrsponde el Estado, Miliband piensa {que si se pare dela negaivaa hablar de poder de Estado, uno no pue- do, inter alia, establecer su rclativa autonome: dicamente “algo” que posce poder puede ser eslativamene auldnomo. Tambisn af recurso al sentido comin resula descarado. Picnso que Ia incemprensién d° este punto por Miliband es alta: mente signiicativa. Se contradice explfeitamente al considerar mi “estretualismo”, y adems, mis anlisis do este punto (que él echa- za) bastarian-de ecto, si fuera necesario, para barter tod sospeche {de esiucturalismo por mi pare. De acuerdo con una antigua y posi lente concepcidn de las ciencias sociales y la politica burgucsa - sin de grupos, organizacionse insttucines al servicio del capital, 0 por una vot de sus “fravciones", 0 por el impacto eombinado de és {as y otras fuerzasintemacionales, ales como los otros Estas capi= talistas, oe! Banco Mundial, el Fondo Monctario Itemacional. Pe- en cualquier caso, 60s eran los tips de Factores que haba que t ner en eventa pura explicar las acciones del Estad, Como en alguna ‘ocasin sha sealado a este respect esta visiGn marxsta del Estado ‘camo un Estado impulsado por fuerzas exces él compat I “pro- blematca” de la vision liberal 0 “democrtico pluralist” éel Estado, ‘ese a otras profundas diferencias existentes ene ells: mientras que Ja visia marxsta atibuye las prinipalespresiones sabre el Estado al ‘pita 2 Tos capitalists 0 a uno y oo, la vision “demoeritico-pli- rasta las aibuye alas diversas presionesejercidas sobre un Estado ‘isicamente democritico por una pluralidad de grupos, intereses y partidos rivales en la sociedad. Desde ambas perspectvas, el Estado fo es el origen de la accib, sino que responde a unas Fuerza ex nas: puede aparecer como et “sujeto histirico”, pero de hecho es el t ‘objeto de procesosy fuerzas que estn en aceién en la sociedad. Esta Derspectiva es Is que ha sido puesta en tela de uci en los dims ‘as, no solo desde a derecka, que desde hace mucho tempo vient insistendo en la primacia del Estado, sino dosde posturas muy infai- as por el marxismo, Dos ejemplos ni {ico son Revolution from above: military bureaucrats and deve- lopment in Japan, Turkey, Egypt and Peru, do Ellen Kay Trimber- gee, y, mis expliciamente, la an aclamada obra de Theda Skocpol, "Naa York 977, 189 States and social revolution™, que sin embargo no st ocupa del Es- tad contemporinea sino del Estado en relacion con las revoluciones francesa, rsa y china™. Dentro dela tradiign marxista,Skocpol afm Sean cuales fete lat vaiciones de su formas histrins,e Estado, co ‘hotles contiderado un rg de ides 1s todos de prodacin divid- thse cases variablement, la Usa ineviabl funeiin neces fin del Estado -por definieidn~ os contener el confhieto de clare y “mocendr oues meds polar en apy del predominio do Tas classe (oe apopan el excodnt y detec a popieda Esto, ainma,impide tata al Estado “como una estrctura auto: sma, una estructura con una I6gica ¢ intereses propios. que no ‘equivalen i se funden alos intereses de a clase dominante en Ia s0- ‘edad o de todo el grupo de miembros dela poitica™. Esta me parece una critica vAlida: J icin marxistetende a su ‘estima, o simplemente a ignorar, ef hecho de que el Estado tiene in tereses propos, 0 por decitlo de forma ms apropiads, el hecho de {qu las personas que drigen el Estado creen que éste ls tiene y ti rie ademés infereses propis. El no tener debidamente en cuenta este punto obstaculiza o impide In exploracin de las formas de relacin y Feeoncilacion entre os intreses de clase y los intereses estates. Por su parte, Skocpol no se limita a afirmar simplemente que el [Estado tiene itereses propias o que aquellos que To diigen los tienen también, sino que llega a decir que la perspectiva marxista hace jitualmente imposible planter siquiera ls posiilidad de que tos conflitos o intereses fundamentales puedan surgir entre 1a clase i179 enc Mei, 1984, near eEisa Pa san tng ae ds ote Soa etn, sy,puiode 87a ce diane penn cx Tor eo Tally oyend eave sony en he Sc Repter 88, Lone, 1980 Seb i ol it nips eimai dnl por elapse cep 29) Sol ip element) ae 190 existente 0 conjnto de grupos dominates, por una pate, y 10s dit [ents del Estado, por la of"™, Pero, conlrariamentea 10 que Skec- pol parece cree, est segundo argumento no se desprende del prime- Foc¥ de hesho pantea ana cuestin totalmente diferente. de gran inte és pero gue no deberfa ser confundia con la primera. La primera proposcion se relete Tos intresespropios que puode ener el Este {doy deja abierta la euestion de cémo se pueden reconilar estos it fereaes goa otas existentes en ka sociedad. La segunda proposicion, por el contri, supone que el Estado puede tenet interests “funda FPrcntalmente" epuestos alos de todas las fuerzas e intereses de Ia 80 ‘ledad. Esta es una version mucho més radical de In autonoméa del nino, que necesita ser analzada independientemente de la ora, ma- cho més moderaa. EI Ambit de accfn det Estado ‘Tal vee To primero que haya que sear en este andiss sea To am- plia que es la esfera de accign que tiene el Estado en tas socieddes vptlists en todas as dreas dela vids, El Estado incerviene de for ag incisiva y penetzante en todos los aspectos de la vid econémica. Es una presencia permanente y activa en los eoaficos de clase y en {odo tipo de conficos, Desempena un enorme ycrecints papel en la ‘Ranipolacin la opinigny en Ia “consecuci6n del consenso”. Ti me, sean la famost expresion de Max Weber, el “monopoiio del uso Teoftmo de la fuerza fisica”. Slo él es responsable de 0s autos ine feanacionales y so decide cual debe serel nivel yelcanicter de los armamentos del pats. ‘Habla de esta forma del “Estado” es por supuestoutizar un te ‘ming que puede inducir @ error. Con él se hace referencia a certs Personas que enen a su cargo el poder ejecutivo del Estado: presi Fentes,primeros ministos, gabinets y alos consejero eivies y mil {anes, Peo esto supone ua wnidad de puntos de visla¢inteeses que puede no exists de hecho, son muy frecuentes las grandes divisiones = iw. 50, wt ‘ontre iss personas interesadas, los ministos enfrentados con sus eole- 0, y 10s Consejeros civiles y militares enentados con sus supviores Dolicos, Si esiasdivisiones son lo suficientemente profundas como ara hacer imposible un compromiso y paralizae al poder ejecutivo, se tiene que producir alga tipo de reestructuracion del aparato deciso. ro, En altima intancia, hay que tomar decsiones, y es el poder ej ‘tivo et que las oma, “de motu proprio”. in. duda, son muchos y poderosos los constefimients y las ine fuencias desde fuera del Estado, amo intemacionales como asciona: es, que afectan a la naturaleza de las decisiones tomadss, y esos ‘onstretimientos ¢influencias pueden ser muy fuentes y apremiantes, Pero en ultima instancia es un grupo may pequetio de personas en el Estado ~2 menvdo una sola persona~ el que decide lo que se ha de ha- 2¢0 no, y solo en casos muy excepeionae a Tos que toman las dec. snes no les queda otra opcidn, Es mocho mas frecuente que haya a. jin grado de opi: aun aif donde los gobiemos esti sometidos & |i voluntadimperiosa de ots gobieros, normalmente les queda una ier libertad de decision con respecto a asuntos que afetan deca y fenormemente a 1as vidas de aquellos alos que gobieman. Tal vez le Imejor forma de aclarar el significado de la autonomia del Estado sea decir que si se produjera una guerra nuclear, bien ene las “superpo. fencias”o bien entre potencias menores con capacidad para intervie én dca guerma, se produciria porque los gobiernos Io habrian decid o, in consulta a nadie ms. No existeningdn procedimiento demo. critic para nici una guerra neleae | Bl grado de autonomia de que disfrata el Estado ala mayorta de {Flos efectos con respcto las fuerzas sociales dentro de ke sociedad ‘spitalisa depende sobre todo de la medida en que la lucha de clases Y Jas presiones desde abajo desafen la hegemonfa dela clase domi- ‘ante en dicka sociedad. AIUf donde una clase dominant es verdade, Famente egeménica en téminos econsmicos, sociales, politicos y alturales,y por consiguienteno se ve expuest &ningtin Jesfio i Pottantey eal procedente de abajo lo mis probable es que el propo Estado esté tambien sometio a su hegemonia y que esté consider. blemente constetido por las diversas formas de poder de clase qu fa clase dominante tiene a su disposiién, All donde, por el conta, la hhegemonia de una clase dominante sea persistent y fuctemente de- safiads, seri probable que la autonomia del Estado sea considers, 192 SSSR Ga Se pate ees) Vale la pena sitar qu la clase capi ara vex: a distro de ura plena hegemonia en vrminos econo, socials, polis y caltrals. Un importante pas capita donde dca cls ha etd muy cerca de conseguir fat hegemoni es Estas Unidos, primer ‘jemplo en el mundo capitalist de una soiedal dove los ene ibs hae au ore poe con a ci ‘herada y han sido ademas eapaces de ee surinieno dean se tio dsafoptic por pare te los tabjadores organiza. En o- ‘os los dems paises, los empresaios han tnido que leeat aun ‘acuerdo con las tuersas socies previamente establecas Freie al dsao do los wabajadore. Adem, han tenigo que vss con unas esructrasexatales do origen anterior incrustadas ene po der y muy resistomes al cambio. La hegemonia eapitaista ha sido, oes, ocho mas dscutdsy patil ene et del mundo capi Faro” queen Estados Unidos © incluso en Estados Unidos las cone udiceiones econdmicas ysis las presiones desde abajo espe ialmenie a partied la gran depeton, han refoerado al Estado y Te fn dado una autonona mayor de la que dst, por ejempo, eo tela germ civil yt gran dpresin, Laide de que auch de cases es de sma imports pa de seminar foray Tantus del Estado form parte ta el tmarismo clsico™ algun gust fis de que objetivo dee ato- tna del Eso es peteaery serv mejor erdn social existent ‘Naas dominant ques a pina Reneticaa 8 estore so rr—~—s—— Spb rarer ort pe Seer Serrano Senet a ease Speustess sect ae Sores Capen ali 13 cist, Como sea antes, esa hima aimacid a que aoa sim ga, eon razin. Porgue no se puede respond a la pregunta arn que sive a aonors del Estado?” ent os términos habit 1g Ta euestign noes que estos Féminos sean incomes, sino que fon inadecuados para expic Ia dinmia deta accign esta y no Fd ofrecer un “modelo” stisfctorio del Estado con rclcin la Teieda en un confexto capitalist. La dinimica de la accion etal jeer main sos cee ye Sos ae eal o as iexorables pesiones dels capitalists. Unas {os nen leramente gan importa, pro cease exc sane en ses no tener en edema ovos inplsos muy podernsn de Inceion ext, generados desde dentro del Estado por las personas tonigaag de Toma decsiones. Estos mpuios exten indudable- Stone 9 no pueden ser considerads camo Snimos de fos obeivos (dels clases dominates. Losimpulsos del poder ejecutivo {Los dos principales impulsos generatos por el poder cjecutvo del Estado son ef propio interés, por un lado, y un determinada concep cin del “inisxtstacional™ por or. Las personas que estin en el poder desean en su mayoria conser- ‘arf. Fe fala a ea popular de Que todos los “politicos” y las perso- thas que esin en el poder solo estin movidos por et propio interés y Tule preocupan de si mismos ableniendo cargos y afersindose a fllos, Baro también es ingenuo pensar que, al margen de que pueda star movides por ots cos, no Lo estan también por el propio ini res entenendo por ello, ante todo el deseo de conseauit el poder y ‘conseryarl. De un hombre que estuvo en el poder el ditun fo Lyndon Sohnson, presidente de Estados Unidos, s© ha dicho que desde un principio mostrs deco de dominar, a neesida de dosina, de inponer a os oto so Stra} le prepotenca harass subordinate que era tan lamas mon osequiouided hacia sue suprioes[. ln dpravacion yl eel {Tu Ta les de ace dobar el espinaz y mantneo dbl, la eos Sidad no sb de deta iso tambeén de desoca (..} 3. ob too, i fui, aramadorasbicign personal que hxc superios Tos 6 ‘puto los xtorbos. tambien saa presente el miedo La sledod, 196 tos terrores, ns nseguridades~ que se ocltban tras Ia apresividad, Ia ‘orga neni les daba un carctersalvaje™ Sin dada, Lyndon Jobson fue un politic replsivo. Pero los sent- Inigntosy motivas ques Fe atribuyeron no son exclusiva de él y Tos {Gferenesferminos que se padrianuilzar para desenbs las pulsiones (de otros hombres y mojeres que estin en el poder no afectan ‘auestin de que exsten muchas personas para as cuales el ejrcicio ‘un gran poder constitaye una experiencia sumamente satsoctoria, for la cual se han cometido actos de extraordinaria erveldod a1 largo {eta historia. No valdrfa la pena lamar la atencin sobre este punto st {to estuviera tan mal integrado en Ia concepcign marxista det Estado, ‘La ezén de eso, oa menos una de Tas razones de esto, it ido ye ‘puntada, reside en et hineapi del maraismo en fos procesos eco- nimicos y sociales como determinantes de Ia accion politica, Este inapie es perfecamente ito, pero se deforma con fecilidad para [Convenese en una subestimacin de la importancia que tienen los propio procesos politicos. La tendencia a una u ota forma de “reduc- okism svonémico” ha ejercido una notable influenia sobre el and fais marsista dela politica y el Estado, aun cuando se haya reconoci- do la deformacign y se hayan hecho intents de coegitis. EL Exado no sl inca instacn ue hace posible cis de] an aan pdr pres con macho is portant Yn 1 | fe.Bie Qt jects de poder somo ta, por crucial gus eso ea es | vec fmt de alos slarns, sas, pesos yaeos0 a pests.) ‘Bar mazado odes pra razones fea ds! Exal™.¥ e80 Ta cia anes en Magy Kenpo, The great ays en New York Review Ge ye nina Go RA Coz, Te yar of Lon Suman: th path o power. evn York, 1982 rea te nls flo por Si Davi MaNes, en sai en 92 comms casa pla arpoans fo ponrado pst meso del Same eupnoeic psa cn > Sa Takin de 22.000 is perfor ene 300 101 hes por Pen eT emi memo Suna Mirror 20.00 vs eee Mien Buk or 5 ies amales tomo deo Bosra ye o- Se Deel ace Beh Ares por 1000 Urs anaes, Ba Ombre Pens SsSlme ea heal Bie Soi de Eros The Guardian. 27 (en de 1883, 5 no solo se aplica a quienes estin en el conto mismo del proceso de toma de devsiones. Afecta a miles de personas en los escalones supe rows del Estado, las que éte proporcions altos salaros y todo lo «que leva consigo el servicio del Estado a este nivel. no s6lo en se ones det gobiemo, sino tambign en ianumerales juntss, comisio- es, consejos y otos omtanismos publicos. Estas personas const tuyen una “burguesia‘de Estado”, vinculada a los que tienen [cargo 1a empresa capitaista, pero separada de ellos. Su primera Dreocupacidn, por descantado, es su puesto de trabajo y su eure Noes que los intereses capitalistascorran peligro de ser desatend do, sino que no son la inica preocupacign, nila principal, de es tos itlares de cargos. ‘Atos que buscan el poder estatal les resulta fil convencerse de {que ef hecho de conseyuilo y conservarlo es sindnimo de “interés na- nal, cuyo servicio es, sean dectaran, su méxima aspirscin. Aqui ‘ambien sera eréneo considera estas deelaraciones coma mers im- osturas, motivadsstncamente por el Jesco de conseguir y conservar poder estatal. Es mucho mas izonable pensar que is personas que esti enel poder se maeven poe lo que canciben como el “inter ional”. ademis de preecuparse por su puesto de trabajo. Y esto es, ‘anto mis probable por euantoel "intecés nacional” se contunde con an sentimiento més ampli y muy poderoso: el naconalismo, EY mar- xismo elfsico erefa y eperaba que un sentimiento diferente, el inte- hacionalismo proletario 9 revolucionaro, movera no slo la clase obrer, sino también asus drigentes, ya estuvieran en la oposicién 0 fen el poder. EI hundimiento del intemacionalismo en 1914 asest un duro golpe esta esperanza, al igual que Io hizo, por distintos mot- vos, ef hecho de que slo el régimen sovitico sobrevivers a las con- vulsionesrevoluctonrias que siguieton a la primera guetra mundial YY aun cuando algunas acciones de personas que esti en el poder puedan ocasionalmente ser interpretadas como manifesactones del Infemacionalismo revolucionario (,Cuba en Afric?) es el naionalis- mo y fo que se considera como el “interés nacional” lo que en todas pres configura el marco principal y aun exclusivo de referencia para (la aciéo estual en la actuaidad, cosa perectamente compatible con | a persecucidn del propio interés por parte de quienes contolan el po- [der esta 196 Si admitimos que et propio interés y una determina concepcidn del “interés nacional” han ifludo y siqueninfuyendo poderosamen te en la doterminacion de las estrategiasy as acciones de quienes con- trolan el poder estatal, 1a pregunta que surge inmediatamente ts {odmo se reaciona esto con los intereses de la clase dominante, 0, ‘on ofras palabras, cul es Ia relacin entre poder esata inereses decase? La respuesta es que, a lo largo de la historia del capitalismo, esta relacign fa sido en general muy buen, Las personas que han tenido & su eargo el Estado han estado por lo general convencidas de que el interés nacional” iba unido al desarollo de la empresa capitalist, 0 al menos que ning sistema allematvo, y menos que ninguno el s0- Cialismo, podia ser més ventajoso para “interés nacional”, y por ‘consguicnte se han mostrado especialmente atents alo interes de Ta empresa capitalist, al margen de To que pudieran pensar de los cs- pitaistas. Sin embargo, estar atentos a estos inereses podrfa muy bien Significar ngarse a preta ofdos a Tos deseos de los capitalists y ‘con frecuencia ha sido precisamente porque deseaban asegurar las Imjores condiciones al capitalism or toque han hecho costs que no oiteidian con Tos deseos de los capitalists. De hecho. es inevitable una cera tension entre el poder staal y Jos inereses de clase, por buena que pueda ser su rlacién en Yo fur damental, La dindmica del capitalism es i reproduein y acum cidn del capital y la maximizacién de las ganancias a largo plazo dl ‘cada empresa. Ese es cl objetivo maximo, la preocupacion casi ‘lusiva de quienes tienen a su cargo el sector privado de la vida eo. némica: todo lo demas es secundario y debe subordnarse a ello. Pero| sta no puede ser Ia dinamica del poder estatal. Para quienes conto: fan ese pode, ef “interés nacional” require. en esencia, ta defensa del orden social exstente frente a cualquier desaffo intemo del mismo, y tambien ln defensa que ellos crean mejor frente ala competencia co- ‘mercial, milla o ideoldgica de os pafses. Por supuesto, esto puede imeluig,y de hecho incluye @ menudo, uns accidn ofensiva en el exte rior, Ess dos peocupaciones paraelas cubren, o al menos preenden ‘cbr, Ios intereses de la clase capitalist, pero eso no quiere decir ‘Que esa aecidn estat y esos intereses de clase coinidan plenamente De hecho, siempre es probable que haya un cierto desfase entre lo que wr hace el Estade, por muy icles que sean quienes fo contolan a fo {ereses capitalists, y estos intereses. EI Estado, por ejemplo, nocesita {ngresosy no puede obtener todos los ingresos que necesta de Ins cl ‘ses suballeras, Debe cobra impuestos al capital y as capitalists y por consiguiente se apropia de parte del excedenie que les corespon- tes de aq las constants lamentaciones de los empresarios, grandes, {y pequelos, acerca de in poiica iscal del Estado, y sus ques de que ‘ttado, en su torpeza ciega,avaray burocritica, et ocabando para ‘Siempre con la empresa privad Lo mismo ocurre con las reformas y Ins teglamentaciones: a contencin de las presiones desde abajo y el rmantenimiente de una mano de obra viable y efieazexigen que et Es fado tome algunas medidas de reform y reglamentacion que el ca fal enouenira desagradables y constrictivas y que clertamemte n0 10 maria de mone proprio. stad y clase: un modelo de asociacién En resumen, un “modelo” exacto y realsta de la relacién ene ‘lage dominantey el Estado en las sciedades captalistas avanzodas vel de asoviacdn entre dos fuersas diferentes y separadas. unidas tnt sf por muchos lazos, aunque cada una poseasu propia esfera J& feign, bas eldusfas de esta asociaci6n no son fis, sino que varian ‘onstantemente y se ven afectadas por eircustancias muy diferentes {yen expectal por el estado de Ja Jucha de clases. En cualquier c9s0, 90 is una asociacin en fa que el Estado asuma necestriamente un papel ‘Secundiario, Por el contrat, las contadicciones y defectos del capi Tis, y las presiones de casey las tensiones sociales que esto produ- ‘ce, exigen que el Estado asuma un papel ain mis destacado en In de fensq del onen socal El final de este proceso es una v otra forma de ‘Bonaparismo”, Mientras fano, contribuye a una constant inlackon el over estaal dentro del marco de un orden demacrtico capitalist tuyosrasgos democrticos estin prmanenfemente amenazados por la ‘ssociacin entre Estado y capital Este “modelo” de asocicign tata de dar la debida importancia al papel independiente y "autoestimativo” del Estado y de tener bien en venta lo que podriamos llamar la dimension maguiavélica de la 2°- Gon estaal, qu las tendencias al “reduecionismo de clase” del mar- 198 smo tian oseurecido™, No es euestidn de 1a “prac 4p serreataféemula peca de tod To contrario y es witima de wn “sedue- onismo de Estado". [At hablar de ts asociaciin entre el Estado y la clase dominantein- tento euitarambas formas de "educcionismo™ este coneepo tiene er ‘Blunts el espacio que obviamente ccupa en la prtica ia acién po fen exe pero también reconoce un context capitalist qu afe<- {i rbfundamente a todo Jo que hace el Estado, especialmente en os ree econémicos donde estin drectamente en juego ls interes ca- Mrs. ba idea de la “prima de Ia politica” tiende a her abs- vnceidn de Ia dura realidad de este contexto capitalist: pero ningtin fblomo puede ser inferente acl Mientras el gobiemo acts en su topo, se mastendr la asociaci6n. peo si rata de plantar uns amens- sere omental os interests capitalists, o una amenaza que 1s i Fa sab capitalists consideren fundamental, ba asociacion se disolveré {Pd rcemplazaa por la determinaciGn de ales interess de scabar Jl gobierno. Tampoco es probable que en este caso lt deteina- eRdn a mit als inteeses capitalists: sexfa compartida por muchas ‘urs fuerza dele sociedad y por personas sitoadas en e propio Esta {for militares, altos fancionaios y muchos oto. La idea de asceiacin no esté en contraiceidn con la experiencia de los gobiernon de inguierda que han Hezado ai poder (0 al gobi) ee res aves capitalistas en fo que va de sgl. A todos los efectos, a eases in enge tales gobiemosy cl capital se ha mantenido, al ee rere agetenstones desacuerdos que cuando estaban cn el poder 20- Femme de dereeha, pero no lo suficientemente grandes como pars Frovocar una rupara total das reeciones, Los membros def clse Tar opin Gina Tf diye pole ett en lor de cl ado 1 tale on in gu eels ene as fers as ci) aa ee capa ene cof de apie a eva cab ol Et i de nen rae, Lents, NLB. 1978p (Come ia ae umn! Nate, Sno XXL, 1979, p31). Oberyee sn a adc in soncepein ol Endo co Poubtzas “Eto aise omni a iin exe [1 Lae Bm lee ices dc [Epler eal senpe - kt i yes een coeponde tn" (bi 199 199 tipo, Pero no proporcionan una base sida aun “modelo” de Estado “para s” y contra los demas. El poder estatal en la sociedad socialista ‘Me parece que el “modelo” de asociacin aut planteado puede ser “il para defini la elacgn enue el Estado y la clase bera en una So- Ciedad sociaisa. Dentro dela prspectiva marxisiaelsic, esta rela- Cin es definida como la dictadura del proletariado. Como se deduce de La guerra evil en Francia de Marx y se afimma en EI Estado y la revoluciin de Lena, esto significa de hecho la visual disolucig del oder estat en el poder de clase. El Estado no es abolido, pero sus funciones y poderes pasana ser en busna medida residuals y subor Aina. Goran Therbom se sitia denio de esta radicién euando dice (que “una estrategia para el socialism 0 pra na etapa de tansickin de ‘demecracia avanzada’ debe entrar e! desmantclamieato de los sparatos gubernamental,administraivo, judicial y rpresivo del Esta do burgutsexisems” yaboga por un “programa politico de cambios ea In organizacia do Estado que Conduzcan a una demiocraciapopular™, Por su pare, tanto ls partidos socialdeméerats como los comu- nistas han adoptado perspectivasy estraegias de un tipo muy diferen- tes, de acuerdo con las cuales el poder de clase est estrctamente su bordinado al poder estatal. Pua la socildemocraia, el poder estat hha tendido sivmpre a signifiear el despliegue de su Tucrza electoral por pare de Ia clae obrera y la eleccin de un gobiero social dems rat olaborista. Una vez conseguido esto, la tres de los “votantcs” conclu, salva para las actividades rutinarias dt partido o tos pani dos que apoyan al gobiemo. De hecho, cualquier manifestacion del oder de clase (como por ejemplo las setividades huelgu‘sticas) es, soogida con desagrada, desaprobaciéa y oposiign, Los partidos comunisias hacen mds hincapié, dentro de sus dela. racionesy programas, en cl scivismo de los militants de base, pero tendon a cena su atencin en ls consecucion de poder legislaivo y tom, 92540 8, 202 fubemamentl en f qu de cho el vit Estado con un prsonal Rarilmente renova, Pas fo qe pase con a Regomonia dela case Aominant, noes potable gue partendo e estaba se heeds or ls clases hasta ahora sobalomes. a esacinion ene lpr es fal yel pode de lassen in contest scl sii lg bas tan iferemExige a conseeein por ral pr locas do ‘epesenacion popular en fodss as eseras de avin desde el cen de waa haste gobiemo local ytambign ii la profunda de Imetatizacin del sistema esata retoreamient del enol demo. rico sobre todos los aspects de éxe Pr, sn embargo, igen tambien qu el per esta sigue en icy quel Estado fo bene se" en un Sendo esto. De hee, dram invcho tempo Sebo ona existiend y dsenpenndo muchas funcions gut sol puede compli pr desompetaras neces agin grao ie auono. ‘na Porque a else obra oes logue Homogsne, con un lca Y lao inxs y com una Gna vor y sola) Esto es cap de a. iar como medio ene fas “acctones” que caster la moora snayeia hegemonic. Ads, tambigm sobre el Estado reac una buen prt de la responsbiidad de saga sistas pts. nals ves ypives que son innsces aa noc de cada Socialis, En este Senido, con los debidos controls el pdt er tal en foci preapiita no est en confi con pode do clase sno qu os complement seni 203, Indice culo petiminar 7 LL Ralph Miliband, Marry e Estado at Il Nicos Poulantzas, El problema del estado capitalista 71 IL, Ralph Miliband, Réplica a Nicos Poulantzas a1 IV. Ralph Miliband, Pouanzasy el stad captalina 105 V. Emesto Laclau, La especificidad de lo politico 1 VL. Nicos Pouaszas, Et estado capita: una replica a Miliband y Lalaw 153 VIL, Ralph Miliband, Paderestatal e itereses de clase 185

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