Você está na página 1de 5

¿Qué destruye y qué construye relaciones?

“Formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás.” Romanos 12:5, (NVI)

Necesitamos saber cómo tener una relación con Dios y cómo tener una relación con los demás. A la mayoría de
ustedes, quizás sus padres no les enseñaron cómo tener buenas relaciones. Quizás ni ellos lo hayan sabido.

Cada problema relacional se reduce a una de las cuatro actitudes negativas.

1. EL EGOÍSMO DESTRUYE RELACIONES.

El egoísmo, Es la causa número uno de los conflictos, de las discusiones y la causa número uno de los divorcios.
Es la causa número uno de la guerra. La Biblia dice, “¿De dónde vienen las guerras y pospleitos ente vosotros?
¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis
de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís” Santiago
4:1-2.

Cuando tú comienzas una relación, trabajas duramente para ser noble y generoso. Los hombres acostumbran decir:
“Por favor, tú primero pero al pasar el tiempo, el egoísmo comienza a socavar la relación. ¿Ponemos más energía
en construir una relación que en mantenerla? ¡Eso hacemos!

Todos sabemos que el egoísmo destruye una relación. Entonces ¿Por qué no podemos ser más generosos? Hay un
par de razones:

1) La naturaleza humana es ser egoísta.


Yo no pienso en ti la mayor parte del tiempo. Pienso en mis necesidades, mis intereses, mis heridas, cómo me veo,
cómo me siento, quién me ha lastimado. Y tú no piensas en mí. Tú piensas en ti mismo más que en nadie. Piensas
en ti mismo todo el tiempo. Es natural ser egoísta.

Resulta interesante que mucha gente pregunte: “Si hay un Dios, ¿por qué hay tanta maldad en el mundo?” Esa no
es una pregunta difícil de responder. Hay maldad en el mundo porque todos somos egoístas. Cuando yo quiero lo
que quiero y tú quieres lo que quieres, hay conflicto, guerras y toda clase de problemas. Por eso hay maldad en el
mundo. Lo importante es: ¿Por qué existe el bien?

Hay una sola razón por la que existe el bien en el mundo: debido a Dios. Sin Dios, no habría bondad en el mundo.
Porque por naturaleza, tú y yo no somos altruistas. Por naturaleza, yo pienso en mí, no en ti; y tú haces lo mismo.
Charles Darwin lo hubiera llamado ´La supervivencia del más fuerte´. No sólo que somos naturalmente egoístas,
sino que.

2. Nuestra cultura alimenta a estar centrado en uno mismo. Cada comercial nos orienta hacia ello. [“Hazlo a
tu manera”, “Todo lo hacemos por ti”, “Todo gira alrededor de ti”, “Tengo que pensar en lo que es mejor para mí”,
“Obedécele a tu sed”] Los expertos en Mercadeo saben que esto vende, lo único que tienen que hacer es apelar al
“yo”.

Si el egoísmo destruye las relaciones, ¿qué las construye?

LA GENEROSIDAD CONSTRUYE RELACIONES.

¿Qué significa la generosidad? Significa que yo pienso menos en mí mismo y pienso un poco más en ti. Eso es ser
generoso. Es no verme a mí mismo como el centro del universo. Una persona generosa piensa en los demás.

“Ninguno busque únicamente su propio bien, sino también el de los otros.” Filip 2:4
2

La generosidad saca lo mejor de otros. La generosidad construye relaciones. También transforma a las personas.
Hay dos lugares en donde Dios te enseña generosidad: tu familia y tu grupo pequeño. ¿Por qué? Porque esas son
las personas que te conocen de cerca y a quienes frecuentas regularmente.

Es fácil ser generoso en una multitud, como en este instante. Tú estás sentado escuchando este mensaje y nadie
está pidiendo nada de ti. Solamente cuando se está en relación con otras personas se aprende a entenderse con
gente diferente, de distintas personalidades y entornos. En esas circunstancias es donde tú aprendes a ser generoso.

“El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el
que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.” Gálatas 6: 7-8 (NVI)

Este pasaje habla sobre el principio de la siembra y la cosecha. Lo que tú siembras, cosechas. Lo que tú plantas, es
lo que cosechas. Si siembras crítica, te van a criticar. Si plantas cosas positivas, la gente va a ser positiva contigo.
Cualquier cosa que siembres en la vida, será lo que coseches. Si eres celoso, la gente será celosa contigo, y así
infinitamente.

“Siembra en respuesta a Dios”


¿Qué significa esto? Cuando alguien ha sido grosero conmigo, está en mi naturaleza ser grosero con esa persona.
Dios quiere que seas como él, es decir, generoso. Por eso estamos haciendo ‘40 Días de Comunidad’, para
practicar la generosidad. La lección No. 1 de la vida. Es la de aprender a ser generoso. Otra palabra para
generosidad es “amor”. Ama a tu vecino como a ti mismo. Una vez que conozcas y ames al Señor, El dice: “Ahora
quiero que aprendan a amar a otras personas”. Eso significa ser generoso.

2. PROBLEMA: El ORGULLO DESTRUYE RELACIONES.

“El orgullo sólo genera contiendas.” Proverbios 13:10 (NVI)

El orgullo se muestra de diversas formas: se muestra primero en forma de crítica. ¿Tiendes a juzgar a otros o a
verlos con inferioridad? Si tú lo haces, o eres remilgoso, o escrupulosamente perfeccionista, tú tienes un problema
de orgullo.

Otra forma en la que el orgullo se manifiesta es cuando tiendes a ser competitivo y si estás siempre comparando:
“¡Mira ese vestido, se parece al mío!”, o “¡Mira el auto que tiene ese fulano… no tiene nada que ver con el mío!”
estás siempre comparando salarios, esposos, hijos, títulos, trabajos, o cualquier otra cosa. Si haces eso, significa
que tienes un problema de orgullo. El orgullo también se muestra en un espíritu terco. Si a ti se te dificulta decir
“lo siento”, si te atoras cuando debes disculparte y nunca admites que estás equivocado, tienes un problema de
orgullo.

Si tú tienes relaciones en un nivel superficial, no permites que nadie se acerque y mantienes a todos a la distancia,
tú tienes un problema de orgullo. Si finges mucho y vives de un mundo de pretensiones y máscaras, entonces
tienes un problema de orgullo. Si eres demasiado rápido como para ocuparte de otros, eso es orgullo.

La Biblia en Lenguaje Sencillo dice en Proverbios 16:18, “El orgulloso y arrogante al fin de cuentas fracasa”.
Me gusta mucho la Nueva Versión Internacional, que dice, “Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el
fracaso”. ¿Alguna vez has fracasado rotundamente? Eso muestra cuán grande es tu ego.

El orgullo no permite que nos disculpemos y eso destruye las relaciones porque nos herimos unos a otros. El
orgullo destruye las relaciones ¿Cuál es el antídoto?

LA HUMILDAD CONSTRUYE RELACIONES.


3

La humildad es el antídoto contra el orgullo. La humildad construye relaciones.

“Vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean
compasivos y humildes” 1 Pedro 3:8. (NVI). 5 principios señala este pasaje, basado en el último: “humildes”

Primer principio, “Vivan en Armonía”. Eso es lo que Dios quiere en las relaciones. Él no está buscando que
seamos unánimes, donde todos seamos los mismos; Él quiere armonía donde todos somos diferentes, pero nos
complementamos unos a otros. Ser diferentes unos de otros es lo que nos hace especiales.

Y esto es importante. La armonía y la humildad van tomadas de la mano. Deben tenerlas juntas. En una sinfonía,
la belleza está en los diversos instrumentos, pero si tú tienes a un flautista que quiere pararse en su silla y tocar
más alto que todos los demás, arruinará todo. Si hay una persona que está diciendo, “fíjense en mí”, y no deja que
otras personas sean vistas, arruina todo el gozo de la armonía de la vida. Destruye la profundidad y riqueza que
Dios quiere que tengamos en nuestras vidas.

Aprendemos a crecer en humildad cuando dejamos que Jesucristo tome el control de nuestros pensamientos,
corazones, actitudes y reacciones. La Biblia, dice: “Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar,
y ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear para ser como él”
Efesios 4:23-24 (Biblia de lenguaje sencillo)

La regla básica para las relaciones es esta: Si estás con gente gruñona, te conviertes en gruñón. Si pasas con gente
feliz, serás feliz. Si quieres ser más humilde, pasa tiempo con Jesús. Él quiere tener una relación contigo. Quiere
que pasemos tiempo con Él en leyendo Su Palabra y hablando con Él en oración. Él es humilde.

Nunca nadie ha hecho nada más humilde que lo que Jesús hizo; bajar del cielo a la Tierra, convertirse en un
hombre para vivir con nosotros, dar su vida por nosotros y resucitar por nosotros. Cuando yo paso tiempo con Él,
me fortalezco para convertirme en alguien más humilde.

3. LA INSEGURIDAD DESTRUYE RELACIONES.

“Te odio”. Cuando alguien dice frases como ésta en una relación, es a menudo un indicativo de que está tratando
de ejercer control sobre otra persona. ¿Y sabes lo que se esconde detrás de ese control? Miedo. La inseguridad
provoca que tratemos de controlar a los otros y la inseguridad provoca que nos resistamos al control de otros y eso
destruye las relaciones.

En las relaciones, tememos estar expuestos. Tenemos miedo de que alguien vaya a descubrir cómo somos en
realidad. Eso nos asusta. Y nos escondemos nosotros mismos, porque no queremos que la gente sepa cómo somos
en realidad. Si retrocedemos hasta Adán, él dijo: “y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí”.
Génesis 3:10 Cuando tenemos miedo, nos escondemos, nos cubrimos, usamos máscaras o fingimos no estar
asustados.

Mucha gente no tiene temer de su desnudez física, y caminan medio desnudos. Nos muestran partes del cuerpo que
prefiero no ver… y no tienen ninguna vergüenza de su desnudez física. Pero están muertos de miedo respecto a su
desnudez emocional. Eso es lo que realmente les asusta.

¡Tememos estar expuestos! a ser rechazados. Este, posiblemente sea el miedo más grande en los seres humanos.
Todos hemos sido rechazados en algún momento y sabemos cuánto duele. Por eso, le tenemos miedo y nos
cerramos y decimos: “Nunca dejaré que nadie me lastime otra vez”, y construimos murallas.
4
Pero como tu pastor, te ruego, por favor, no dejes que tu corazón se endurezca. No construyas murallas, no te
pongas una coraza, no te metas en una burbuja. No estás viviendo. Solo estás existiendo. Es mi trabajo, como
pastor, ayudarte, y decirte que te arriesgues; que tengas el valor de arriesgarte a amar de nuevo, porque si tú abres
tu vida, destruyes las barreras”. Pídele a Dios el valor para arriesgarte de nuevo, para abrirte, para ser vulnerable.

Les hablaré a los varones por un momento, porque nosotros los hombres, somos de lo peor. Como varones, somos
muy precavidos. No dejamos que nuestros sentimientos salgan a la luz. No dejamos que la gente sepa lo que
realmente pensamos y sentimos. Quiero desafiarte a hacer algo muy valiente: Consigue un grupo y comparte con
ese grupo quién eres tú. Si eso es muy difícil, consigue una persona. Con quien puedas compartir; alguien al que le
puedas decir quién realmente eres tú. Cuando tienes una comunicación de dos vías, tú tienes un compañero
espiritual.

Es posible que tengas un secreto, o dos, que no le hayas dicho a nadie. Escúchame: necesitas decírselos a alguien.
No tienes que compartirlo con todo el mundo, pero sí necesitas decírselo a alguien. Se supone que No debas vivir
con secretos guardados. Si vives con miedo, no estás viviendo de verdad.

SOLUCIÓN: EL AMOR CONSTRUYE RELACIONES.

La Biblia dice en 1 Juan 4:18, “el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha
sido perfeccionado en el amor” (NVI). ¿De qué manera el amor echa fuera el temor?

El amor hace que no te focalices en ti mismo, sino en los demás. Esa es la diferencia. Si me paro aquí a pensar qué
es lo que piensan de mi corte de cabello, seguro tendría por qué preocuparme. En Cualquier circunstancia en la
que te sientas nervioso en inseguro, focalízate en la otra persona. Y me dice que “No tengo que probarme nada a
mí mismo. No tengo que pasar mi vida tratando de impresionar a otros, porque sé que Dios me ama. ¿Sabes cuán
liberador es esto? De repente, mi identidad, mi valor, no depende de lo que tú pienses de mí. .

Mi valor y mi estima dependen de mi relación con Cristo. No estoy presionado por las expectativas de los demás.
El amor es un proceso que toma un poco cada día. Si tú esperas completa confianza y amor el día de mañana, vas a
sentirse plenamente desilusionado. Tú debes crecer en el amor paso a paso.

4. EL RESENTIMIENTO DESTRUYE RELACIONES.

Job 5:2 dice, “El resentimiento mata a los necios; la envidia mata a los insensatos.” (NVI).

Todos nos equivocamos. Todos cometemos errores. Todos pecamos. Eso significa: “yo no soy perfecto, no
califico al estándar de Dios, Debido a que todos somos imperfectos, en esta vida vas a lastimar a otra gente y otra
gente te va a lastimar a ti, consciente o inconscientemente.¡Tú vas a ser lastimado en esta vida! Eso es un hecho.

Cuando tú has sido lastimado, necesitas de otras personas, que piensen fríamente y con sabiduría. Cuéntale el
problema a tu grupo pequeño, ellos te ayudarán a ver las cosas con más calma y serenidad. Tú necesitas de otras
personas.

“No dejen que nadie se aleje del amor de Dios. Tampoco permitan que nadie cause problemas en el grupo,
porque eso les haría daño; ¡sería como una planta amarga que los envenenaría!” Por lo tanto, cuando alguien
esté causando problemas dentro de un grupo, reúnete con los involucrados y ayúdales a evitar que se resientan
entre sí. De esa manera creceremos.

Cuando tú te des cuenta de que hay un choque de personalidades en tu grupo pequeño, no pretendas que no está
sucediendo. No te quedes callado. Enfréntalo inmediatamente. De esa manera creceremos. Nunca se avanza
partiendo de la deshonestidad; solo se crece a partir de la honestidad.
5

La verdad es que la gente a la que más amamos, la que más nos preocupa, son las personas con las que más nos
resentimos; por ejemplo, padres u otros seres queridos. Aquellos a quienes más queremos amar, son con quienes
más nos resentimos. El antídoto contra el resentimiento es el perdón.

EL PERDÓN CONSTRUYE RELACIONES

Si vas a tener un matrimonio a largo plazo, que dure toda la vida, necesitarás dosis masivas de perdón.

Por favor, lea este versículo en voz alta conmigo “…de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno
tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.” Colosenses 3:13, (NVI) Hay
tres razones ¿Por las qué debemos perdonar a los demás?:

Primero, el resentimiento no funciona, Cuando te aferras a un rencor, te estás lastimando a ti mismo con tu ira.
Así que perdonas por tu propio beneficio, porque el resentimiento sólo te daña.
Segundo, tú has sido perdonado por Dios, Tercero, como tú vas a necesitar de más perdón en el futuro, es
mejor que se lo ofrezcas a los demás.

¿Qué es el perdón? El perdón es dejar que el dolor se vaya y ceder mi derecho a quedar a mano. ¿Por qué harías
eso? Lo haces por tu propio bien. Lo haces porque entre más te aferres al resentimiento, más larga será tu miseria.
El perdón es la única forma de seguir con tu vida. La gente que te lastimó. ¿Merecen tu perdón? ¡No! ¿Mereces tú
ser perdonado por Dios? ¡No! Pero Dios te perdonó de todas formas, por su gracia y su bondad.

Pero Dios te trajo aquí hoy porque tiene buenas noticias para ti.

Es posible que tengas algunos desastres relacionales en tu vida ¡Bienvenido a la raza humana! Todos hemos tenido
desastres relacionales. Dios quiere que empieces algo totalmente nuevo en tu vida, a través de la campaña “40
Días de Comunidad”. Comienza abriendo tu vida a Jesucristo y permítele que llene con Su amor cada momento de
ella. Inclinemos nuestros rostros.

Los cuatro antídotos contra el resentimiento, la inseguridad, el egoísmo y el orgullo, se encuentran en directa
relación con Jesucristo. Tú necesitas alinear primero tu relación con Él para que todas las otras cosas se pongan en
su lugar. Necesitas permitir que Jesucristo sea el Señor, el administrador, y el jefe de tu vida. Permite que Él llene
tu vida con su amor, para que puedas iniciar maravillosas relaciones con otra gente.

Ora conmigo, desde el fondo de tu corazón: “Querido Jesús, tú has visto todas las relaciones que he tenido –las
buenas, las malas y las feas-, y tú sabes cómo el egoísmo, el orgullo, la inseguridad y el resentimiento, enredan
las cosas. Admito que necesito tu ayuda, Jesús; en mi vida y en mis relaciones. Por todo lo que ahora entiendo, te
pido, Jesús, que vengas a mi vida y vivas y ames a otros a través de mí. Deseo esta nueva oportunidad que tú me
ofreces. En tu nombre yo oro, amén”.

Você também pode gostar