Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
A pesar de que los Masones siempre hemos sostenido que se puede ejercer la política
individualmente pero sin comprometer a la Orden, lo cierto es que el fenómeno
sociológico que ha sido la Masonería reviste características políticas innegables.
Pero los hechos contradicen la formula y veamos en cuatro puntos sobre la visión del
problema política y masonería.
• Desde nosotros mismos cabe distinguir dos campos de actuación política. Uno
superior y doctrinario para la institución masónica como tal; otro contingente
individual para cada masón en la realización de su vida personal.
• Los principios políticos básicos de la democracia han sido siempre bandera de la
Masonería Universal. Es nuestra misión hoy, cuando son Patrimonio de la
Humanidad, no abandonarlos a prácticas e instrumentaciones inmorales que
degraden o tergiversen su sentido último.
• Ergo, debemos asumir la responsabilidad del quehacer político, a la luz, por
supuesto, de las nuevas condiciones histórico sociales.
• En esos términos, no están en cuestión los Antiguos Linderos ni los Principios
Filosóficos de la Orden. Por el contrario, se complementan y realizan en el único
mundo en el que pueden ser.
Hagamos ahora una aclaración que nos parece pertinente. Hay HH∴ que pretenden hacer
de la Orden un partido político y hay otros que la entienden como una cofradía religiosa.
En ambos casos, lo que prima es una interpretación sectaria y excluyente, por sobre la
pluralidad y la inclusión masónicas.
Y por ello, por la complejidad del desafío, el Partido al constituirse como fuerza política
motora de la nación, aposto por la democracia como sistema idóneo para la
representación del interés popular, atendiendo a que el concepto conlleva, en nuestra
opinión, una evidente carga de valor.
Para los masones aprista de la primera generación que fue la que acompaño al H:. HAYA
DE LA TORRE y de la hoy que indirectamente y en silencio acompaña al luveton ALAN
GACIA PEREZ, Presidente del Peru la reivindicación de la democracia implica
reconocer su carácter perfectible, es decir, vivirla como un proceso de realización
permanente, cotidiana, intransferible, de cada ciudadano, en todos los aspectos de su vida
personal y social. Es obvio que una sociedad que asuma como propios y en consecuencia
legalice los procedimientos formales de la democracia electoral, tendrá gobiernos y
gobernantes elegidos por el voto popular.
El 21 de marzo de 1932 es deportado del país, por ser apristas, el P:.V:.M:. Luis A.
Sánchez Sánchez.