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ELCUERVO
REVISTA LITERARIA
RESEÑAS ARTICULOS ENTREVISTAS BIOGRAFÍAS NOTICIAS
…
© Revista Literaria El Cuervo Nº 4
Octubre 2009
Web:
http://revistaelcuervo.blogspot.com
E-Mail:
colaboracioneselcuervo@hotmaill.com
Dirección postal:
Sr. Lucas M. Vallejo
Rca. Del Líbano 579 – Concepción del
Uruguay, Entre Ríos-Argentina
Índice
ÍNDICE ............................................................................................................................................................... 3
EDITORIAL...................................................................................................................................................... 5
POESÍA ............................................................................................................................................................... 7
LUIS RAÚS CALVO .............................................................................................................................. 8
RAÚL HENAO ...................................................................................................................................... 11
ELENA CARICATI PENNELLA ....................................................................................................... 16
ISABEL LLORCA BOSCO ................................................................................................................. 19
LILIANA CELIZ .................................................................................................................................. 21
JUANA CASTILLO ESCOBAR ......................................................................................................... 23
MARÍA BELÉN MANTENBERG ...................................................................................................... 30
JORGE HERAS GARCÍA ................................................................................................................... 36
EVA MÁRQUEZ .................................................................................................................................. 41
ALEQS GARRIGÓZ ............................................................................................................................ 49
ULISES PANIAGUA OLIVARES ...................................................................................................... 58
FULGENCIO MARTÍNEZ .................................................................................................................. 63
ADOLFO M ARCHENA ....................................................................................................................... 70
JUAN ANTONIO GONZÁLEZ CANTÚ ........................................................................................... 73
FRANCISCO WONG MATOS ........................................................................................................... 77
NARRATIVA .................................................................................................................................................. 81
HÉCTOR ZABALA .............................................................................................................................. 82
PEDRO SEVYLLA DE JUANA .......................................................................................................... 84
ÁLVARO VALDERAS ........................................................................................................................ 91
ULISES PANIAGUA OLIVARES ...................................................................................................... 92
ENSAYO ........................................................................................................................................................... 99
ENSAYO SOBRE LA TEORÍA DIMENCIONAL por J. J. Cameron .................................... 100
ENRIQUETA ARVELO LARRIVA por María Cristina Solaeche Galera ....................... 107
CRITICA LITERARIA ............................................................................................................................ 116
LO CONFIESO, LEÍ "EL CÓDIGO DA VINCI" por J. J. Cameron .................................... 117
EL MURMULLO DE LOS FANTASMAS por María Luisa Landman R. ......................... 122
ENTREVISTA .............................................................................................................................................. 124
ENTREVISTA A J. J. CAMERON .................................................................................................. 125
ENTREVISTA A JUAN SECAIRA .................................................................................................. 130
BIOGRAFÍA ................................................................................................................................................. 135
CÉSAR VALLEJO ............................................................................................................................ 136
NOTICIAS ..................................................................................................................................................... 140
COLABORA YA ......................................................................................................................................... 142
87
Editorial
…
EL ESCRITOR Y SU SOLEDAD
Es verdad que en muchos casos el escritor suele ser un ser totalmente o parcialmente
aislador e la sociedad. Un ermitaño que le place estar solo, con sus libros, leyendo…
escribiendo. ¿Acaso que es más placentero para un escritor: la ruidosa ciudad con sus,
en ocasiones insoportables, ciudadanos; o el aislamiento, el autor y la obra, solos, no
importa donde, pero solos? Ya se, no todos pensaran lo mismo. Ay a quienes la soledad
les resulta insoportable y a quienes la compañía de otras personas le resulta esquivo,
pero en todos, de alguna u otra manera existe aquel gusto por la soledad, el cual es
imposible negar.
¿Pero donde encontramos al escritor en busca de soledad? Esta parece ser una pregunta
medio complicada, pero en realidad resulta ser la mas fácil de responder entre muchas.
Pues en donde más el escritor busca la soledad que en la soledad de su lectura, aquí el
lector escapa de la sociabilidad humana, de la misma sociedad y de a misma humanidad
para sumergirse en un mundo nueva a imitación del anterior, donde cada hombre es un
Dios que sueña su historia y cada Dios es un hombre que camina ebrio por la vereda.
Lucas M. Vallejo
Editor de la Revista Literaria el Cuervo
Poesía
…
Luis Raús Calvo
EXPROPIACIÓN
Plumas de sal en la cueva del jinete.
Los huesos se astillan en la casilla de correo.
Hay que tener constancia de la pérdida
para atestiguar en el juzgado del lobo.
Todos fuimos carne alguna vez
carne atascada en el lavatorio de las moscas.
La nodriza esconde a su cría
en el purgatorio del reuma.
Los estigmas nacen del primer beso umbilical.
Hemos dejado paso a las abejas exotéricas.
Partidos al medio, purificados por el cólera
expropiamos el hambre de la última intrusa.
…
Luis Raús Calvo. Nació en Buenos Aires, Argentina en 1955.
Poeta y ensayista. Licenciado en Psicología. Dirige la revista
cultural “Generación Abierta”(Letras-Arte-Educación),fundada en el
año 1988 y que fuera ” Declarada de Interés Cultural de la Ciudad
de Buenos Aires” en el año 2000, por la Legislatura de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Poemas suyos han sido traducidos al
inglés, al francés, al portugués, al rumano y al italiano. Ha recibido
diversas distinciones literarias. Ha sido incluido en diversas
antologías de poesía en el país y en el exterior. Integra diversos
sitios web de poesía. Obra publicada en poesía: “Tiempo dolorosamente
resignado”(Ediciones “Generación Abierta”, 1989); “La anunciación de la partera”( Ediciones
Correo Latino, 1992); “Calles asiáticas”( Editorial Plus Ultra, 1996)); “Bajos fondos del alma”
(Ediciones “Generación Abierta”, 2002); ”Belleza nómade”(Ediciones Generación Abierta,
2007)
Raúl Henao
“El haikú de floral desnudez, no necesita búcaros, y es por esencia el justo vehículo del
pensamiento moderno, tema lírico puro, adánico como la sorpresa y sabio como la
ironía”
“El haiku es un poema distribuido en tres líneas. En tan estrecho espacio parece
empeño imposible encerrar los grandes movimientos del universo. Mas, por una especie
de trabajo mágico, el poeta consigue hacer entrar el infinito en esa pequeña prisión,
donde caben todas las sorpresas”
(Octavio Paz)
( Raúl Henao)
Hoy no me alegran
los almendros del huerto,
son tu recuerdo.
Después de la tempestad
entre los crisantemos
un pajarito muerto.
Inventó el camino
La costurera del campo
Con su hebra de hilo
En su huella,
Un peso de más: el fusil.
¡Triste verlos partir así!
Gardel, Podestá
Falgas, un tango más…
Después la lluvia.
Sola en la tarde
la gaviota vuela
con su cansancio.
GOLONDRINA
Ancla de plumas
por los mares del cielo
la tierra busca.
MEDIODÍA
La luz no parpadea,
el tiempo se vacía de minutos,
se ha detenido un pájaro en el aire.
Somos fantasmas.
Aquí nadie es real.
¡Nadie ni nada!
Cerrado cielo.
En una callejuela,
se rasca un perro.
Si me mareo
puede que esté borracho
de tu mirada
…
Raúl Henao. Poeta y ensayista colombiano residente en Medellín desde 1951. Ha vivido en
EE.UU, Venezuela y México; y representado a Colombia en numerosos Congresos y
Festivales Internacionales, entre ellos en el Segundo congreso de escritores de lengua
española (Caracas, 1981). Festival Internacional "Noptile de Poezie" de la Curtea de Arges
(Rumania, 2001). Primer Festival Internacional de poesía de San Salvador (El Salvador,
2002). Primer Festival Mundial de Poesía de Venezuela (Caracas, 2004). Cuarto Festival
Internacional de Poesía de Granada, Nicaragua. Y en el Festival Internacional de Poesía en
Medellín ( I, IV, VI, XIII ). Libros publicados: Combate del Carnaval y la Cuaresma (Editorial
Gamma, Medellín, 1973); La Parte del León (Ed. Monte Ávila, Venezuela, 1978); El Bebedor
Nocturno (Ed. Instituto de Cultura y Bellas Artes, Cúcuta, Colombia, 1978); El Dado Virgen
(Ed. Fundarte, Caracas, Venezuela, 1980); Sol Negro (Ed. Unicornio, Medellín, 1985); El
Partido del Diablo / Poesía y Crítica (Ed. Lealón, Medellín, 1989); El Virrey de los Espejos (El
Oso Hormiguero, Editor, Medellín, 1996); La Vida a la Carta / Life a la Carte (Antología bilingüe
Ediciones del Festival Internacional de Poesía en Medellín, 1998). La Belleza del Diablo
(Madrid, España, 1999) Sol Negro (Reedición en la “Colección de poesía” de la Universidad
Nacional de Colombia. Bogotá. 2006.) La Doble estrella: El Surrealismo en Iberoamerérica /
Notas y Entrevistas Poéticas ( Editorial Endymión. Medellín 2008). Su obra poética en el
género del haikú ha sido publicada en dos libros: Antologia do haikai Latino-Americano (Alinca
Cultural Brasil-Japao/ Massao Ohno / Editores. Sao Paulo, 1993). Y en Haiku international
Anthology: The Leaves are Back on the Tree (Atenas, Grecia, 2002). Es actualmente “miembro
honorario” de la World Haiku Associations con sede en Japón.
Elena Caricati Pennella
ALQUIMIA
Qué harías
en la morada de la oscuridad,
en la zona del altísimo silencio
cuando llegan las tinieblas
metálicas…
Qué harías si te fragmentaran
y no pudieras resistir
el vendaval de caos y amarilis.
La luna cercana
se quiebra
en azulejos de plata.
Inasible,
la memoria sucumbe
y entras al jardín de las salvajes visiones.
Voces de rojo claroscuro
te llaman al vértigo,
peces enjaulados danzan
y no tienes miedo
porque estás en la pura abstracción.
No preguntes qué sucede
porque nadie contesta.
ENCIERRO II
…
Elena Caricati Pennella. Buenos Aires, 1936 – José León
Suárez, 2009). Poeta y narradora. Publicó los libros de poemas
“Y no quise ver más” (2003) y “Liturgia del abismo” (2008).
Entre las muchas distinciones obtenidas: 3er. Premio en el I
Certamen Nacional de Poesía “Municipalidad de Gral. San
Martín” 2007; 2º Premio en el II Concurso Nac. de Poesía
Macedonio Fernández, Centro Médico de Lomas de Zamora
(2005); 1er. Premio de Poesía en el I Concurso Literario de
Escritores del Norte Bonaerense (1995); 1er. Premio de Poesía
en el Certamen Nac. Encuentro de Escritores de Avellaneda
(1998); Mujer del Año en el rubro Poesía, Gral. San Martín
2003; 1er. Premio en los Juegos Florales de Los Poetas del
Encuentro de Villa Ballester (2005/2006); 1er. Premio de Poesía en el Certamen Nac. de Los
Poetas del Encuentro (2007); Mención en el Certamen Nac. de Poesía de Tres de Febrero
(2008).
Isabel Llorca Bosco
DISPERSIÓN
Lucas, 21,33
ENCAJE
SEMEJANZA
Vuestra soy, pues me criastes.
Vuestra, pues me redimistes.
Vuestra, pues que me sufristes.
Teresa de Jesús
…
Isabel Llorca Bosco. Buenos Aires, 1952). Poeta y narradora.
Profesora en Letras. Conductora de programas culturales de radio.
Miembro de la CD de la SESAM. Secretaria de la REVISTA SESAM y
del blog. Coordinadora de talleres literarios. Ha publicado en varias
revistas y antologías, incluso en internet. Primer Premio Nac. de
Poesía “Julio Arístides” de Casa Universitaria Gral. San Martín (2006).
Menciones en Certamen Internacional “Letras de Oro” (2008) de
Honorarte y I Concurso Nac. de Poesía Macedonio Fernández del
CMLZ (2004). 1er. Finalista Certamen Internac. Contextos de Relato
Breve (2002). Finalista Concurso Internac. de Minicuento Fantástico
“miNatura 2006”. Madrid, España, (2006); Jurado en I Certamen Nac.
de Poesía “Municipalidad Gral. San Martín” junto a G.Maturo y
P.Vinderman (2007).
Liliana Celiz
…
Liliana Celiz. Soy poeta, de hecho llevo escritos diecisiete libros de poemas, de los que edité
solamente (por ahora): "Del traje de Eva y su manzana", Último Reino, 1997. Editado con el
apoyo económico del Fondo Nacional de las Artes. "¿De dónde vienes de mirar tus ojos
padre?", Ediciones del Dock, 2000. "Desembocadura", Libros de Tierra Firme, 1990.
Compilación de poemas en conjunto con otros cuatro poetas. "O elevación de vos o
pensamiento",Ediciones del Dock, 2007. "A los que fueron pájaros", Ediciones del Dock, 2008
(en prensa). Tengo un Sitio Web., donde aparece gran parte de mi material inédito:
www.poesiaceliz.com.ar Me gustaría mucho colaborar,con mis poemas, con la publicación que
usted dirige. Si le interesa mi material, por favor, envíeme un mensaje a mi e-mail, no a mi sitio
web.
Juana Castillo Escobar
NO EN MI NOMBRE
No en mi nombre.
No en mi nombre.
No en mi nombre.
Nota.- Este poema forma parte del cuaderno, inédito en su mayoría, titulado “Poemas en
Madrid – Año 2004”. Está ® registrado en esta capital.
DE PIEL OSCURA
Tu piel es oscura
Como el chocolate.
Tu mirada busca
La forma de embarcarte
Hacia un mundo que crees
Que podrá ayudarte.
Vienes a este primer mundo
Esperanzado, exhausto, endeudado,
Pero feliz, pues te late
Que en él encontrarás
La forma de huir del hambre,
De la miseria, de las plagas,
De la cárcel, de la guerra…
Y, cuando llegas,
A las idealizadas fronteras
Te topas con ellas:
Con muros, con espinos, alambradas,
Con los afilados caninos
De gentes armadas
Que te impiden el paso
Que, en ocasiones,
Tu vida se llevan a dentelladas.
Pierdes la vida
Sin haber probado las mieles
Que soñaste hallar tras la frontera.
En tu piel oscura,
De chocolate,
He visto las marcas
De los espinos,
De los azotes, de las balas,
Del aciago destino
Que te hizo nacer
En un lugar y unas circunstancias
Que no te dejan crecer:
Ni como niño, muchacho,
Adulto: hombre o mujer,
Ni tan siquiera puedes llegar a ser
Un anciano vetusto.
Lloro con vuestro dolor.
Me aflijo con vuestra aflicción.
Siento en mi piel
El rechazo que produce
El color de vuestra piel
En mis hermanos tan blancos
Que temen se puedan volver
Negros como la pez
Si de vosotros se apiadan,
Si os echan una mano,
O si os dan paso a nuestro mundo dorado.
Blancos de piel:
Negros de alma.
De corazón tenebroso
Que no late si no es
A la vista del brillante y dorado oro.
Blancos intolerantes
Que temen perder, o compartir, sus tesoros.
Juana Castillo
Martes, 11 de Octubre de 2005 - 11,41 a.m.
Vamos, niño, muévete
© Juana Castillo Escobar
Nota.- Este poema forma parte del cuaderno, inédito en su mayoría, titulado “Amor
callado, amor secreto” (Poemas para canciones), de ahí el estribillo. Está ® registrado
en esta capital.
A Luis-Manuel
Una impresión camino de Salamanca
A la memoria de los muertos del 11-S, del 11-M, de todos los atentados que hubo antes
de éste y de los posteriores que aún sufrimos.
A los caídos en las guerras y guerrillas que asolaron y asolan nuestro planeta.
A todos los que han perdido vida y hacienda en terremotos, inundaciones, incendios...
Nota.- Este poema forma parte del cuaderno, inédito en su mayoría, titulado “Poemas en
Madrid – Año 2009”. Está ® registrado en esta capital.
© Juana Castillo Escobar
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Juana Castillo Escobar. Nació en Madrid en diciembre de 1954. Sus últimos trabajos y
publicaciones han sido: El quinto mandamiento en: "Un lugar donde vivir", Edit. Dragontinas,
2005; In crescendo, once microrrelatos, en: "Tusitala (el narrador)", Edit. Adamar Servicio
Integral de Ediciones, 2005; Diálogo de besugos en: “Lugares de paso”, editado por Escuela de
Escritores, 2006; y ¡Adiós, concha, adiós!, periódico de la Asociación de Vecinos de Aluche,
marzo, 2006. En 2005 preparó más de un centenar de poemas para ser convertidos en
canciones para el cantante tinerfeño Miguel Páez González (nombre artístico: Pel). Fueron
divididos en dos cuadernos: Contigo somos tres -Poemas para canciones 1ª parte- y Amor
callado, amor secreto. En mujeres también son acosadoras; la selección en II Concurso de
Relatos para leer en tres minutos "Luis del Val", convocado por el Ayuntamiento de la Villa de
Sallent de Gállego del relato ¿Cuántos tantos? (publicado el 25 de octubre de 2005. La
antología lleva por título "Relatos para Sallent"); y el Primer Premio en el V Concurso de
Microrrelatos convocado por “El Rincón de El Vago” al hiperbreve titulado Fantasía. Publicó sus
obras el 26 de mayo de 2004: El hijo, Hilando sinónimos, Ocaso, Una estación llamada soledad
y Vestidas de azul.cuanto a sus premios y menciones, destacan el Segundo Premio en el VII
Certamen literario de Narrativa otorgado por el Centro Cultural Extremeño de Aluche al relato
Galileo Láinez Macho o, algunas
María Belén Mantenberg
SINCERAMENTE
OTRO UNIVERSO
DESDE EL COMIENZO
Llueve,
luego reinas y aquella sombra
multicolor se despliega como
el nombre.
Giras,
luego me estrello y cambia
aquel juego compartido entre
mi arma y el sobreviviente.
Junto caricias
del suelo quebradizo, e
inmóvil grito que
te necesito.
Te observo,
lamento con lágrimas
aquella noche estrellada y
si la viviría
nuevamente prometería
luchar más.
…
María Belén Mantenberg. Nace en Buenos Aires, Argentina el 26 de Diciembre de 1989.
Cursa dibujo y pintura desde los 10 años hasta los 17 en el Instituto y Conservatorio Surif
Babar, en el 2007 finaliza sus estudios con el título de Profesora en Arte. Realiza la secundaria
en el Colegio San Lucas, y el último año en el Colegio Galileo Galilei. Participó en diversas
exposiciones; obtuvo primeros premios en los concursos realizados por la C.N.E.A.
Actualmente hace el ingreso a la UBA. Página: www.mbmantenberg.blogspot.com
Goya Gutiérrez
EN EL REGRESO
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Goya Gutiérrez (Zaragoza 1954 - Barcelona). Entre 1968 y 1999 vivió en Barcelona en cuya
Universidad se licenció en Filología Hispánica. Ha estado durante años dedicada
profesionalmente a la enseñanza pública, en el nivel de secundaria. Actualmente reside en
Castelldefels y forma parte del grupo de poesía Alga de esta ciudad. Desde el año 2003 es
coeditora y directora de la revista literaria Alga, en versión bilingüe (castellano-catalán), que
junto a la literatura alterna la publicación de otros lenguajes artísticos como la fotografía, el
dibujo o la pintura. Sus actividades culturales giran en torno a la literatura y más
específicamente la poesía, asistiendo a lecturas de libros, tanto propios como ajenos,
presentando a poetas, leyendo, y escribiendo tanto en el campo de la creación como en el del
comentario textual y crítico. Durante los años 90 formó parte del grupo de poetas editores
de Bauma Cuadernos de poesía, de Barcelona. Sus libros, poemas y trabajos críticos han sido
recogidos y publicados en diversos diarios especializados y revistas nacionales e
internacionales, como Turia (Teruel), Cuadernos del Ateneo (Tenerife), Cuadernos El
Matemático (Madrid), Cuaderno de Estudio y Cultura no. 28 de la ACEC o Alga (Barcelona),
entre otras, y en varias antologías, algunas aún en prensa, mediante libro o en formato digital.
Hasta la fecha le han sido editados los siguientes libros de poemas: Regresar (1995) y De
mares y espumas (2001), que inciden en el intimismo de temas como el amor incompleto y la
soledad. La mirada y el viaje (2004), que sondea la belleza e indagación en los espacios,
sobre todo urbanos, y los mundos que en ellos habitan. El cantar de las amantes (2006), que
entre otros temas viene también a ser un homenaje y diálogo con la mujer artista, poeta y
amante real o literaria, a través del binomio literario Eros/Thanatos. Ánforas (Madrid, 2009). En
este libro, Goya Gutiérrez traza distinas imágenes de la poesía y del hecho poético en general,
que confluyen en la imagen que el propio título expresa, como lecho donde albergar la memoria
poética del fluir temporal, ante la conciencia de la muerte. Sus obras todavía inéditas son:
Hacia lo abierto (poemario). A partir de un concepto que aparece en la obra poética de Rilke,
se desarrolla un tema existencial vitalista y cíclico de nuestro paso por este mundo. (Registro
Propiedad Intelectual Barcelona 16.9.2008). Tríadas (Novela). Reflexión sobre el tema de la
violencia en general y de la violencia tanto física como psicológica en particular, ejercida contra
la mujer. (Registro Propiedad Intelectual Barcelona 23.4.2009).
Jorge Heras García
EL CONSTRUCTOR DE PAISAJES
Louis Aragon.
EL ARQUITECTO DE LA IMAGEN
Paul Eluard.
…
Jorge Heras García. Soy licenciado en Filosofía por la UCM, tengo 28 años y soy de Madrid.
He publicado algunos poemas en revistas literarias digitales: Palabras Malditas.
www.palabrasmalditas.net (Noviembre de 2006. Bajo el pseudónimo Baptiste Bleu). Revista
Voces. www.revistavoces.com (Octubre de 2007). Escaner Cultural. www.escaner.cl (Julio de
2008). Alex Lootz. www.alexlootz.com (Octubre de 2008). Revista Almiar.
www.margencero.com (Octubre de 2008). Dulce Arsénico. www.dulcearsenico.blogspot.com
(Febrero de 2009. Bajo el pseudónimo Baptiste Bleu). Palabras Diversas.
www.palabrasdiversas.com (Mayo de 2009).
Eva Márquez
EL PRECIO DE MI CIELO
SÁBANAS PROSCRITAS
NO ERA NORMAL
Habían pasado dos años,
él había muerto y
el mundo seguía girando, sin él
era su primera cita
se la veía radiante, nerviosa
y excitada.
Nunca antes la había visto así,
se merecía un descanso,
se merecía despertar de aquel
letargo sin fin,
yo no podía destruir su momento, No
no debía, y
pacientemente
la esperé despierta toda la noche,
mi primera duermevela maternal
inversa, con 17 años
la hija adolescente esperando en la noche
el regreso de su madre, de 35
la puerta y el teléfono me
miraban insistentemente,
con fijación paranoide,
me paseaba por el salón,
(no era normal)
ella debía de haber llamado, avisar
que la cita con el desconocido del
anuncio de un periódico se estaba
alargando, que estaba bien
y que no había por qué preocuparse
(no era normal)
no llamó,
no le importó nuestro recelo,
todos los demás dormían, menos yo
eran las 7 de la mañana, y la llave giró
volvía eufórica, aturdida y extasiada
no hubo sorpresa al verme esperando,
las emociones de la noche enturbiaron
su mente, y con cierta aceleración la
descripción de la velada, incluidos
detalles jocosos sexuales cayeron del cielo
de su boca,
no,
no podía callarla, y
arruinar su momento
(no era normal)
aquella escena debía de haber
sido al revés
opto por él
NO,
No era normal.
TE LO DEDICO
y continuo buscando
la sonrisa de tu glande
la voz de tus besuqueos
en voces y rostros ajenos,
pero no me perteneces
y a nadie pertenezco
y te dejo hacer
y me dejo hacer
pisoteado,
pero
no más que el tuyo.
MI LETRILANDIA
Nunca entenderás
mi pequeño mundo de letras,
mutiladas de semántica,
hartas de ortodoncia ortográfica,
lisiadas en pragmáticas gramáticas.
Mis letras estipulan decretos sin censuras,
sin pulcritudes,
sin diplomacias
delimitadas por arcaicos académicos.
Son letras esquizofrénicas que manipulan
mi propio léxico,
con tildes presentes en anagramas
inventados,
dueñas de dictados anárquicos que
sodomizan hiatos,
triptongos y
diptongos con exultante altanería.
Propagandistas de ideologías no natas.
Mis letras componen mi mundo nocturno
corrompiendo mi mundo diurno,
son el demostrativo de mi “YO” más profundo.
Me sobrevienen de noche,
apalean mis neuras,
lapidan mis fracasos,
envuelven a mis fantasmas,
violan mis eróticos pensamientos
con lenguajes no escritos y
me interpretan a su libre albedrío.
Mis letras tienen vida propia,
se visten de zorras nocturnas
con las tangas bien altas,
puestas del revés,
cosidas a la piel.
Y las consiento de
manera consciente
porque ese mundo mío
es el único espacio inmaterial
donde me convierto
en mujer con corazón de amianto,
en la mala pécora sin condena,
en la déspota reina de mi fuero
sin conciencia.
Mi pequeño mundo de letras
edita una parte de mí,
que ni siquiera podrás subyugar.
© Eva Márquez
...
Eva Márquez (1974, Madrid - España). Página web del
autor: http://cosasqnuncatedire.blogspot.com/. Correo
electrónico: Enaipau@gmail.com Biografía: Escritora y
Poeta novel. Hasta la fecha inédita. Algunos de mis
poemas han aparecido en diversas páginas webs y blogs
poéticos. Pequeñas compilaciones de mis escritos han
sido publicados en la Revista Digital Chilena Cinosargo, en
la Revista Literaria electrónica LaOtra de difusión en varios
países sudamericanos, en la Revista Cordobesa
Groenlandia número 5 y su Suplemento de Poesía (Agosto
2009), en el Fanzine Asturiano Cruce de Caminos (ed. 4ª),
en la Revista Blog La Fanzine, en el Blog de Interconexión
virtual entre poetas españoles contemporáneos
“Afinidades Electivas”, en el Nº 11 de la Revista Ping Pong
que opera desde Santo Domingo, y en el Nº 40 Edición
aniversario de la Revista Literaria Remolinos. Próximamente será editado por la Revista
Groenlandia mi primer Poemario oficial “Cosas que nunca te diré”.
Aleqs Garrigóz
VERDAD
CALAMIDAD
Mañana es jamás.
Y aunque como niños cerremos los ojos al miedo, al peligro,
el enemigo continuará de pie en la habitación contigua.
LA MINA
La prisión de tu amor
es semejante a una mina, amor.
Lo confieso…
LA COLUMNA ROTA
Porque si la miro,
y nadie más nos mira,
hacia ella corro, inevitablemente.
Con amorosos brazos la mido
y pego mis mejillas a sus burdos aristas
y le canto madrigales
y actúo
que con ella bailo
y que los dos en el mundo
tenemos un lugar.
LA POESÍA
…
Aleqs Garrigóz (Puerto Vallarta, 1985). Autor de una decena de
libros de poesía, premio Adalberto Navarro Sánchez de literatura
2005 otorgado por la Secretaría de Cultura de Jalisco, premio de
literatura Casa de la Cultura 2008 otorgado por la municipalidad
de la ciudad de Guanajuato, periodista cultural, tradujo al español
las obras del poeta George Bacovia para el gobierno del estado
de Guanajuato, ha publicado en varias antologías y revistas
especializadas de varios países de Hispanoamerica. Actualmente
traduce al español las obras de Sandro Penna.
Florentino Gutiérrez Gabela
Es hora.
Ya las libélulas nos darán el láudano dorado
brotando de las amatistas, el alerce
su aroma blanco envejecido.
No podemos esperar
a que el cantero talle gota a gota la escarcha
el jardinero pode el marzal
o el marinero alfombre la marea.
¿Acaso no veis
que el corazón se encoge, nos cortan las manos
y nos quitan el aire aún verde de los ojos?.
DESPOSEÍDOS
Tolvanera escénica
donde giran las calaveras metálicas de los pájaros
y las muletas de los suicidas.
…
Florentino Gutiérrez Gabela. León, España. Libros publicados: -Liturgia del Tiempo- -Caballos
del Paraíso- -Últimas Devociones- - La Vida y Otros Agravios-. Poemas publicados en revistas
de Internet, entre otras: Letralia, Destiempos, Almiar / Margen Cero, Palabras Diversas.
Ulises Paniagua Olivares
Destempla el corazón,
vuelve al carril de la llana vida.
Despierta,
¿dónde quedó tu laberinto?
II
Bebías una cerveza, y otra, mientras en los tersos encalamientos de paredes perfumadas
de tequila e historias insalubres, el eco de mariachis, y Vicente, y Alejandro, el olor a
pulque y José Alfredo y Pedro Infante, inflamaban, sórdidos, un retazo de tiempo.
Bla, bla, bla. Hablabas. Con ojos de sueño. Blablabas. De la oscura permanencia de las
soledades, estériles como pavimentos en selva lacandona.
2005
POEMA UNO
El Nombre encerrado
bajo permutación misteriosa de letras,
custodiando retazos de cielo.
ANTESALA DE ODIO
Un día estallar,
en un gemido, en un grito violento,
arremeter contra el espejo, contra el mundo.
Un día volverse huracán o demanda,
justicia desatada,
un día volverse una mujer,
un hombre,
algo cercano al hombre,
cualquier cosa que se le parezca.
…
Ulises Paniagua Olivares (México D.F. 1976). Narrador, guionista, dramaturgo, poeta, actor,
y director de cine y teatro. Se graduó como arquitecto en el Instituto Politécnico Nacional. Ha
publicado, en colectivo, cuatro libros de cuento (Cuentos dispersos, Nuevo cuentario, El
silencio se mudó al armario y Cuentos húmedos), todos ellos bajo el sello editorial de la
Universidad Nacional Autónoma de México; y un libro de Poesía en colectivo (Antología de
Poesía Giulia Gonzaga, Italia, editada por Luigi Muticccelli). También publicó, en 2009, De
amor y otras miserias, su primer libro personal de Poesía, bajo el sello editorial Fridaura. Su
obra ha sido publicada en diversas revistas y diarios, entre ellos Opción (ITAM), Salamandra,
La pluma del ganso, El Sol de México; así como en la revista electrónica Letralia, tierra de
letras (Venezuela), y en la revista electrónica Las historias, publicada por Alberto Chimal.
También ha sido difundido en Cuba, Argentina, República Dominicana e Italia. En el 2007
recibió una mención honorífica por su cuento La Colección, en el Concurso Nacional de Cuento
Criaturas de la Noche, del Instituto Coahuilense de Cultura, misma que le valió ser incluido en
la antología expresa para tal concurso, Ese hondo suspiro entre las sombras. En el 2008, fue
ganador del cuarto lugar en el concurso de minificción, En breve, lo que tu me cuentas,
organizado por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y la Revista Asfáltica, gracias a su
microcuento, La noche muda. En el periodo comprendido entre 1998 al 2003, recibió cinco
premios en los Concursos Teatrales del IPN, entre los que se incluyen mejor actor, mejor
dramaturgia y mejor dirección. Correo electrónico: sesilu7@yahoo.com.mx
Fulgencio Martínez
EL MELANCÓLICO
REDES DE AMISTAD
EL LECTOR DE BÉCQUER
LAS PALABRAS
Le rodearon
toda su vida
los brazos
de las palabras.
Fueron
su primera emoción.
De niño
quiso aprender
a pronunciarlas sin pecado.
Luego, adolescente
las amó y confió a ellas
su nombre propio.
PERSEVERANTIA
DEBER ELEMENTAL
(frente al terror)
UN SUEÑO EN EL SUEÑO
Un león,
un animal de crin dura y espejos
duros como el latido de la tierra
avanza solo por la luz del día,
recorre todo el día la sabana
majestuosa de fuego y de silencio.
EL VASO
…
F. Martínez dirige la revista literaria Ágora. Ha publicado los libros de poesía: Trisagio, La docta
ignorancia, Libro del esplendor, Nueve para Alfeo, Cosas que quedaron en la sombra (que
obtuvo en 2007 el premio al Libro Murciano del año en la modalidad de poesía) y León busca
gacela (Editorial Renacimiento. 2009). Fue incluido en la Antología de poesía nueva, de Luis
Rosales y Hugo Gutiérrez Vega, editada en Madrid en 1982. Preside la asociación cultural
Taller de Arte Gramático.Autor del libro de cuentos El taxidermista y otros relatos de 1999. Es
colaborador de opinión del diario La Verdad de Murcia.
Adolfo Marchena
POEMAS INÉDITOS:
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I.
II.
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I.
II.
III.
© Adolfo Marchena
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Adolfo Marchena, Vitoria (España), 1967; entre 1997 y 1999 dirigió los programas radiofónicos
Tocando el viento (Radio Plasencia Centro) y Peleando a la contra (SER Plasencia). En 1997
organizó el I Encuentro Poético Cultural Amilamia. Codirigió la revista impresa Amilamia y
dirigió la revista Factorum y el fanzine Odaliana. Ha publicado los poemarios Cartapacios de
Lucerna (Ediciones Libertarias/Prodhufi; Madrid, 1992) y Proteo: el yo posible (Ediciones El
Sornabique; Salamanca, 1999), y textos suyos han sido incluidos en las antologías Relatario
(Talleres de Creación Literaria Fuentetaja; Madrid, 1992), Voces del extremo (IV). Poesía y
utopía (Fundación Juan Ramón Jiménez; Moguer, Huelva, 2002) y Asilo (antología de poetas)
(Ediciones Sin Retorno; Barcelona, 1999). También ha escrito el libro 683 Planta Neurología
(Editorial Remolinos), y La Reconstrucción de la Memoria (Revista Groenlandia). Ha publicado
textos en diversas revistas electrónicas y de papel (El coloquio de los perros, Letralia; Río Arga,
Los cuadernos del Matemático, Turia, etc.). Mantiene el blog literario “Literatura. Recuerda
recordar”: http://marchenaescritor.lacoctelera.net/. Ha sido traducido parcialmente al francés,
alemán y árabe. Su último libro publicado, conjuntamente al escritor Luis Amézaga, ha sido La
mitad de los cristales (Bubok, 2009).
Juan Antonio González
SIN NOMBRE
SOY
Soy solo
una partícula
de aquel tiempo;
soy la esencia
de esa noche,
la naturaleza inefable
en la trayectoria
del viento.
Algunas veces,
un granito de arena
en el caudal
del mar inmenso;
otras, fragmento
de aquellas horas
que transcurrieron
con prisa, sin remedio.
Soy un clamor
desesperado en busca
de nuestro momento;
soy la languidez
de los rayos lunares
y la parsimonia
del movimiento;
a veces la euforia
de la lluvia,
soy la absurda reticencia
del presente silencio.
Pero siempre,
siempre me lleno
de piadoso consuelo,
cuando levanto
la bocina telefónica
y tu voz, tu dulce voz,
aviva mi universo
pletórico de recuerdos.
AÑORANZAS
Invado el camellón
de la famosa avenida,
y al otear el horizonte
emergen bellezas del ayer,
que engolfan la sangre.
La certidumbre visual
pierde su nitidez
debido a descarga líquida…
¿sería el smog en circulante...
o un pensamiento añejo
que se fugaba en ocularidad?
Es bonito apreciar
la Cd. de los Palacios,
en su Paseo de la Reforma
después de ausencia involuntaria
de aquel que la avizora.
.
INQUISICIONES
…
Juan Antonio González Cantú (1950 México-EEUU) , miembro de la
confraternidad universal de los poetas, también escribe cuento y ensayo
crítico literario, además de fungir como Profesor Asociado del
Departamento de Letras Hispánicas de la Universidad de Texas en
Brownsville y ser editor del Anuario de Letras Hispánicas El
Novosantanderino y de la Revista de Creatividad Literaria De Puño y
Letra. Una compaginación de su obra poética ha surgido bajo el título de
Itineransias (2005). Los resultados de su gestión creativa también
aparecen en publicaciones arbitradas de diversos países.
Francisco Wong Matos
ESCAPAR
LOS ATARDECERES
Un niño juega en ti
En tu armazón de adulto
Desoye la voz grave de los tiempos
Ignora el debe puedes o el conviene
Más allá no existe el mundo
Reclama su lugar ahora sin mañana
Qué más si sueños son la realidad de moda
Transforma en jardín el basurero
Surge el milagro
Su mundo es más que un cuento de hadas
Y vivirá feliz mientras sus ojos
No espíen fuera del los límites de su alma.
DESDE LA LEJANÍA
Costa lejana
débil línea quebrada que rompe
como al descuido
la monótona letanía del horizonte,
punto de llegada,
y de partida
de aquellos sueños guardados
en el imposible rincón de los olvidos,
Costa lejana
¿cómo llegar a ti, cómo pedirte
al menos un rincón de playa
oculto y silencioso
donde posar mi cuerpo a descansar su viaje
de tantos siglos buscando
tu consuelo?
…
Francisco Wong Matos (1963). Cubano, La Habana, Cuba. Ingeniero
Electrónico. Publicaciones en Letralia (www.letralia.com) ediciones 125,
148 y 184, Destiempos (www.destiempos.com) y Remolinos.
Narrativa
"En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se
diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido
para no aceptar las cosas tal como me son dadas"
Julio Cortázar
…
ZABALA Héctor
ENCUENTROS EN EL MAR
© Héctor Zabala
…
Héctor Zabala. Villa Ballester (Pcia. de Bs. As.), 1946. Reside en
Capital Federal. Contador público nacional (UBA). Narrador y
ensayista. Jefe de Redacción de REVISTA SESAM, publicación
literaria virtual con miles de lectores en 51 naciones. Jurado en
certamen de la SADE (Caseros, 2009) y en dos certámenes
internacionales (2007 y 2008) de la Sociedad de Escritores de
San Martín. Premio Internacional en el III Encuentro Teórico del
Género Fantástico ANSIBLE (La Habana, Cuba, 2006). Finalista
en el Concurso Internacional de Minicuento Fantástico “miNatura
2006” (Madrid, España). Tres Primeros Premios Nacionales
(SESAM 2005, Poetas del Encuentro 2005 y 2008). Cuatro
Menciones Nacionales (SADE, 2006, OPYC 2005, Poetas del Encuentro 2006 y 2007). Varias
revistas literarias han publicado en internet sus cuentos premiados o reeditado algunos de sus
artículos.
Pedro Sevylla
Huye Juan Frías de sí y considera amigo al tiempo huero, a los días incapacitados para
producir noticias, relojes sin números ni rayas de las horas, manecillas iguales en
anchura y longitud; busca la oscuridad diurna, el silencio estático y la soledad. Con
abulia de alienado gira el afligido en torno al ojo del huracán, zigzagueante fuerza,
espiras y más espiras, viento que no encuentra la puerta de escape. Madrid bulle a sus
pies, los alrededores hasta donde alcanza la vista; cuerpo y espíritu fundidos,
amalgamados en miscelánea confusa, mano y convencimiento infundado, brazo y
esperanza carente de objeto. Voltea sin miramientos su intimidad replegada, encogida,
metamorfoseada; y la terraza del alto edificio se hace atalaya de vigilante o plataforma
de suicida, punto de arranque de la metempsicosis. Se llama Juan y en este instante
rechaza los apellidos que concretan y explican su vida anterior; una vida llena,
satisfactoria: espejismo quizá, ilusión sensorial que la acerca al modelo perseguido. Ha
subido al terrado sin intención precisa, y desea estar solo porque cree que su daño viene
de fuera. Allí, junto al símbolo de la empresa moldeado en plástico rígido y acero
inoxidable, su deseo de huída alcanza un vasto territorio que comienza en las
difuminadas laderas de la madrileña Sierra Norte y tiene su término en lugares y
personas de nombres mitificados por él, en plantas y piedras, en objetos: Nínive,
Praxíteles, Tenochtitlán, ornitorrinco, Krakatoa, hoja lanceolada, rosa del desierto, el
Santo Grial, Marco Aurelio, piedralipes, Olimpo, Isla de Negros, Sakuntala, Fusiellos.
Una hora después, ganada o perdida con apática indiferencia, regresa Juan al despacho
que debe abandonar, terreno propio cedido sin lucha; y el ventanal le muestra un cielo
azul impasible ante los problemas humanos, preocupado más que nada por las
intenciones aviesas de una nube fusca que inicia su andadura allá en poniente. Ni las
vías de la estación de Chamartín, ni las torres inacabadas de la plaza de Castilla o los
elevados edificios de Azca han modificado su aspecto; no se han entristecido un ápice
al conocer la desgracia, y exhiben una displicencia rota por la percepción de
inmundicias desparramadas sobre el suelo próximo. En este Madrid amable que la
competitividad hace inhóspito, a más del tirón de su vela como sucede en la extensión
marina, debe aguantar cada palo el embate de las proas perseguidoras de las mismas
entelequias. Viste Juan un traje de pura lana virgen comprado entre Sol y Callao en una
tienda de tres plantas; un terno gris marengo de confección, terminado a medida por un
sastre de origen cantonés que llegó a España hace una eternidad. Lo estrenó en la
convención sectorial de septiembre y lo lleva con soltura; rasgo personal despreciado
por la estadística que suma su despido a los cientos producidos el mismo día, biografías
dispares y dispersas coincidentes en los listados de la administración. Su infortunio no
es único; lo sabe el interesado y saberlo no endereza el ánimo amorfo, áfono,
descolorido.
Sufre su amor propio el cataclismo desencadenado por el Director de Personal -
compañero de promoción que porta a las espaldas una trayectoria paralela a la de Frías-
cuando, dos viernes antes, el concreto día ocho de diciembre, por nota interna le
comunicó como si se tratara de otro, que el Comité Ejecutivo, en reunión
extraordinaria, había acordado el cese de Juan Frías Blanco, Director Administrativo a
la sazón, quien causaba baja en el puesto y en la empresa debido a necesidades
organizativas. Como si se tratara de otro, como si le hiciera una confidencia de amigo
se lo dio a conocer. ¡Cobarde! El colega ingrato leyó a Juan una misiva distante, hecha
oficial por su propia rúbrica, sustituta de la comunicación oral -palabras propias o
ajenas, tanto da- que el apocado rehúye.
Reemplaza a Frías un pipiolo llamado Francisco González, que dada la corta edad -
treinta y cinco años- y los abundantes títulos obtenidos, no puede haber acumulado
mucha experiencia. Pero qué importa, de los errores aprenderá. Se han dado prisa en
tapar el hueco: a rey muerto, rey puesto. O al contrario, porque la premeditación es un
hecho indiscutible: seleccionado a hurtadillas el heredero en el exterior, pudieron
destronar al reinante. Va Juan tras su cese y no encuentra las razones que lo apuntalan;
según se desprende de los hechos, tanto la lógica como él faltaron a la reunión del
Comité Ejecutivo. Sus compañeros evitaron ambas presencias incómodas. De modo
que es inútil buscar las razones; no hay. Eso sí, existen motivos suficientes que el
perjudicado conoce. Su constante resistencia a los manejos del Consejero Delegado,
neto espíritu de la ambición, deseoso de ocupar el sillón de Presidencia. El desacuerdo
con las bajas forzadas del personal de más de cincuenta años o incómodo para sus jefes.
La reiterada negativa a firmar actas, informes y balances contrarios a derecho. El
rechazo a las prácticas de engaño contable, escamoteo de expedientes, encubrimiento
de hechos sujetos a informe y la más próxima, evasión de impuestos. Faltas, incluso
delitos, de clara consecuencia penal; que no ha secundado por puros principios éticos,
antepuestos al progreso en la carrera profesional o al agradecimiento.
Es terreno de la sicología, pero puede que la voluntad indomable de Juan compense el
defecto anatómico innato: mano izquierda raquítica, tres dedos mínimos en lugar de los
cinco bien desarrollados -activos, prensiles, pulgar opuesto- que de suyo tienen las
personas; tres esbozos dactilares que rompen la simetría corporal y establecen una
individualidad reconocible. Y ahora se hace vitriolo en su herida la insinuación velada
que sitúa la razón del despido en la edad -dos años mayor que la del comunicante- y en
la carencia física, realidad inocua desestimada durante veinticuatro años de ejercicio
elogiado. Esa maliciosa alusión a dos circunstancias que reconoce propias con orgullo,
se convierte en el cuchillo que más profundo penetra en su corazón. La malformación
congénita y la experiencia adquirida, señas de identidad que apadrina dándoles su
nombre, destacándolas ante los demás, son puestas a modo de pantalla, acusadas de
proporcionar causa bastante al despido. Resultan incapaces los autores de expresar el
porqué verdadero; y ese encogimiento, ese sonrojo, utilizando una ambigüedad que
impide el amparo, garfea en las entrañas de Juan y tira de las vísceras con la codicia de
un carnívoro hambriento.
Una vez superada la insidiosa etapa de la niñez, la circunstancia adicional de la mano
disminuida jamás fue usada en su contra. Por lo común, las personas, compadecidas,
asumen una actitud de colaboración tácita. Esperando su paso ante las puertas imaginan
prestarle un servicio obligado, al compartir con él la carga de objetos creen realizar una
obra de caridad; auxilios que acepta por no desairar a los que se conmueven, consciente
de sobrarle tales ventajas en la marcha normal de los días.
El dolor derivado de la destitución –tiempo y espacio recién condensados- se añade al
producido por las muertes cercanas. La de su madre en primer lugar, saya amplia y
moño en el cogote, la buena señora Octavia. Sangre infectada, células que fenecen
exterminando a las cercanas por contagio, agonía ávida del agua que Juan dosificaba
ignorante de la gravedad del mal. Llegó tarde el nombrado especialista, catedrático de
la universidad vallisoletana, eminencia que hubiera puesto en claro las cosas
corrigiendo a la Naturaleza. De nada sirvieron los estudios cuantiosos, interminables; ni
las decenas de volúmenes escritos por él, cuajados de hallazgos; porque la presencia de
vecinos cariacontecidos -arremolinados ante la puerta abierta de par en par- le anunció
de manera evidente que la desgracia se había adueñado de la casa. O la temprana
partida del hijo mayor, inesperada, horas antes de su boda. Accidente de coche derivado
de la excesiva potencia del motor y el pésimo estado de la carretera; tramo de curvas
peligrosas que el mejor amigo embestía diestro hasta cometer el primer error. Factores
hechos confluir al azar con otras circunstancias tan dañosas como el uso de ruedas lisas,
carentes de agarre, y la realización de un adelantamiento pasando por encima de la
resbalosa línea continua pintada en el suelo. Ingredientes, todos ellos, combinados en
presencia de un catalizador: la euforia que la despedida de soltero propiciaba.
Irreparables como son, ambas desgracias ahondan en Juan la herida abierta, para que
penetre el dolor del despido y sume. Se ayudan de otras menos evidentes o más
morosas; como la que afecta al padre, el señor Miguel, suavizada por el temperamento
afable y el optimismo. Tras dejar el pueblo recorre el anciano a su pesar días iguales,
quietos, esperando el viento que hinche las velas de su barca; perdiendo jirones de
ilusión desde el infausto momento en que enviudó, ya con la daga en la espalda de la
pérdida de su nieto querido, muchacho de conducta ejemplar en quien había depositado
sus ilusiones. Se niega a ingresar en una residencia de viejos-niños, como él dice, y va
dando tumbos de la casa de Juan a la del hermano, donde las nueras, animosas y
cordiales, buscan en el calendario un equilibrio para él doloroso. Forzado el abuelo a
cambiar de barrio y familia y, en clara consecuencia, de costumbres y normas -como si
de distintos estados federales se tratara- escinde en dos la memoria de los actos y la
rutina de su comportamiento. Así es: sal derramada sobre la carne viva, al dolor de las
imborrables ausencias y las presencias difíciles, se añade en Juan Frías el daño íntegro
de su injusto cese.
Sin pretenderlo, es Juan uno de los últimos en abandonar el edificio. Quiere dejar los
asuntos en orden y dar fin a lo empezado; hilvanando en la medida de lo posible el
cierre provisional de gastos e ingresos, las cifras aproximadas del balance: parca
rendición de cuentas y ayuda mínima al sucesor. Por ello da ocasión de cortesía a quien
quiere tenerla. Tratando de no coincidir, van llegando unos y otros a intervalos
medidos, para decirle sin las palabras precisas o con ellas ensayadas lo mucho que
lamentan la iniquidad. No, ellos no, ni uno siquiera de los de arriba; los imagina Juan
aislados en la ciudadela de marfil como de costumbre, al remanso de alguna coartada
hecha a base de retazos de ordinariez y cortedad de miras. Dan vergüenza y pena:
piensa.
Retirar de la mesa de trabajo y de las estanterías las pertenencias, produce un efecto
desproporcionado, muy por encima de lo que cabría pensar; y bien mirado se entiende,
pues constituye el primer acto en que la idea abstracta de la despedida toma cuerpo. El
directivo jovial, envejecido de la noche a la mañana a los cincuenta y dos años, dispone
en una caja de cartón, a medias ornato e instrumento, el conjunto de pluma, bolígrafo,
cartuchos de tinta y regla milimetrada, juego de escritorio de plata o plateado que
ordena una bandeja de caoba con los equivalentes huecos. Convirtió en símbolo de la
posición alcanzada ese regalo suntuoso, al ser el más caro de los recibidos y guardar
grata memoria del munificente. Añade libros profesionales, alguna novela o reunión de
relatos con dedicatorias manuscritas y fechas indicadoras de épocas de agradable
normalidad. Autores descubiertos con gozo: José María Requena, Panait Istrati, Bruno
Schulz, Pedro Gómez Valderrama, Antonio Muñoz Molina; de quienes sospecha una
coincidencia que excede la lectura sucesiva de sus textos, próxima a la comunión de
inquietudes por el paso de la gente a través de la geografía hostil y de la sociedad
adversa. Al lado deja una bolsa de aseo, continente del cepillo destinado al cuidado
dental, de la complementaria crema, de una pastilla de jabón alojada en funda de carey,
que a pesar del largo encierro exhala un fresco aroma; y de un frasco de colonia cuya
publicidad -desmentida por la propia experiencia- promete convertir al consumidor en
irresistible imán para las mujeres.
Acomoda en una esquina de la caja, ya más que mediada, un estuche forrado de tela
que exhibe orgulloso las iniciales J y F bordadas a mano; arquilla donde guarda la
máquina de afeitar eléctrica destinada a procurarle un nuevo apurado al atardecer, la
escobilla de cerdas que elimina del depósito los restos de barba, y un tubo de crema
balsámica recomendada por nueve de cada diez dermatólogos para templar la piel
enrojecida. Al lado agrega un pulverizador de líquido quitamanchas, el cepillo que
desprende el polvo seco de los tejidos tratados, y un sobrecito de costura recogido en un
hotel de cuatro estrellas en Palma de Mallorca. Envuelto para su salvaguarda en las
páginas publicitarias de periódicos atrasados, deposita con delicadeza un estilizado pez
de cristal, procedente de Murano, que alguien le trajo tras pasar unos días en Venecia.
En otra caja de mayor tamaño, entre burbujas de material plástico sitúa la cafetera, el
cable arcaduz de la energía y las tazas de porcelana china separadas de los
correspondientes platillos; elementos esenciales en el ejercicio de la hospitalidad debida
a las visitas. Introduce una talla de madera policromada, cuyo argumento es un
encorvado anciano oriental, vivarachos ojos rasgados, extraño gorro, que abraza con
profundo sentimiento de propiedad dos patos o aves semejantes, al que por ello Juan
apellidó, pensando en la célebre novela, “el hombrecillo de los gansos”. Van a
continuación dos cuadros de superficie mínima, pintados por su propia mano cargada
de entusiasmo, de los que nunca quiso desprenderse. Recogen la fachada de la casa del
pueblo donde nació, Husillos, próximo a Palencia; y el corral de las gallinas desde el
portón trasero. Ambos copiados de la imprecisa memoria. Añade papeles cuajados de
ideas, ejes de algún proyecto de realización acariciada, anclado desde hace tiempo en el
fondo de los archivos a la espera de la oportunidad que lo pusiera en práctica.
Cubriendo sus efectos personales extiende la chaquetilla de punto y la bufanda inglesa,
banda de lana que envolvía su cuello cuando, terminado el horario general, trabajaba
solo y la calefacción, ya apagada, no podía evitar el estremecimiento y la desazón. La
dejaba con frecuencia en el perchero aparentando olvido, pues quería exhibirla sobre la
chaqueta de punto tejida por Amelia, obligándola a entrar en una competencia favorable
a la habilidad de la esposa. Prendas cálidas, tapabocas y chaquetilla, encargadas de
suavizar las prolongadas esperas, la estancia indefinida al pie del cañón por si lo
llamaba el Presidente; pensando nuevas maneras de actuar, haciendo números,
resolviendo problemas aún no planteados, arrojando tiempo al abismo, horas y horas
sacrificadas al insaciable ídolo de barro recubierto de oropel al que se había
consagrado.
Llega, mediante tan ordenado acopio, a la conciencia de haber estado respirando una
atmósfera propicia, favorecida por objetos entrañables que daban al despacho su
carácter personal, la sensación de propiedad consolidada, castillo inexpugnable al fin
asaltado. Así que no puede evitar sentirse como un asediado rendido a la felonía, un
socio cedido a precio de saldo al adversario por los propios asociados; un simple
participante en el juego de los naipes, perdedor de la última mano, la que completa la
ruina, descubriendo en ese trance las cartas marcadas del oponente. Y en meros
términos zoológicos y selváticos, se siente una ingenua gacela criada en cautividad,
privada de la capacidad de adaptación al medio, carente de visión anticipada de las
asechanzas, sobre la que salta un león o dispara un cazador ventajista.
La secretaria, a quien se ha ido haciendo con el paso inadvertido de los años, entra a
despedirse. Su hija pequeña padece una rara enfermedad del corazón, y el marido viaja
sin descanso representando a una fábrica especializada en accesorios del automóvil; por
tanto, mujer de bien demostrada fortaleza y alejada de la sensiblería. Aún así, se
demuestra incapaz de evitar el sollozo contenido. Sucede en el último minuto, al
término de la recogida de los objetos propios, cuando baja con Juan hasta el coche
llevando el postrer paquete, un sobre grande repleto de tarjetas postales y recortes de
prensa relativos a lo que fue una actualidad escalonada y, en apariencia, progresiva. El
abrazo, que humedece con lágrimas las mejillas de ambos, reconoce y define la
humanidad del trato recibido. Entendiendo las necesidades disculpó Juan retrasos y
ausencias, y aceptó un horario supeditado a las hijas, a la doble función de oficinista y
ama de casa, forzada a un quehacer sin término. El jefe tolerante recibe las muestras de
aprecio con un franco estremecimiento interior, repetido al cruzar la verja que bordea la
Avenida de Burgos. No se haga reproches, es sólo el precio de la dignidad: musita la
mujer entre dientes cuando el conductor baja el cristal de la ventanilla para desearle un
futuro hecho a la medida de sus deseos.
Barrio de Pacífico, distrito municipal de Retiro, avenida de la Ciudad de Barcelona,
manzana de viviendas con patio ajardinado y piscina rodeada por un seto de laurel,
pérgolas recubiertas de madreselvas y rosales trepadores, pajarillos, palomas. Con la
mente en blanco sale Juan del habitáculo del ascensor, permaneciendo unos minutos
largos ante la puerta de la residencia familiar; y cuando introduce la llave equivocada se
convierte en hierro candente la carga que trae. Repite intento, abre, penetra, cierra,
cruza el vestíbulo, sigue pasillo adelante y deposita una caja bajo cada mesita de noche,
cajones flotantes, en el interior de una alcoba con paredes enteladas de color salmón,
donde la cama de matrimonio se adueña del espacio principal. Sentado Juan en el lecho
va buscando sitio a elementos de memoria de los que desea desprenderse, y a los
cuales, en contradicción flagrante, se ase como a tabla de naufragio. Los suyos, esposa
e hijos, por suerte, han salido; no sabría como afrontar el encuentro. Desasida la
botonadura viste aún el gabán, y observa el crucifijo protector del tálamo como si lo
acabara de descubrir; fijándose al instante en el espejo, subido dos palmos sobre la
cómoda, que recoge en su bruñida superficie el ángulo recto de pared y techo y la
puerta entreabierta del cuarto de baño.
Acaba el amargo veintidós de diciembre y la Navidad, pavo real fatuo, no osa desplegar
la cola en la casa. El que fue hogar industrioso parece vivienda deshabitada, cobijo del
polvo que cubre las áreas receptivas. En dos anillos concéntricos se despliegan la
tristeza y la fiesta; él primero íntimo, denso: piel áspera, dogal opresor, cilicio de
espinas abrazado a la cintura; el segundo -músicas y luces multicolores que invaden las
calles, los portales, las escaleras y las viviendas contiguas- ajeno, sutil: finísima
cuchilla que secciona la piel dañada de la herida. El ambiente festivo asedia a la
aflicción –anómalo catarro estival- relegándola al rincón oscuro del cuarto trastero
donde se hace fuerte. Agoniza el año y con él una forma de vida ancha, larga, alta:
capaz. Fuera o no aparente el contenido, aire o humo según la crítica extremada,
reemplazarlo por otro que empuje las paredes dando sensación de crecimiento, va a
resultar sendero cuesta arriba. Mientras tanto, por si ayudara, trata la víctima de
diferenciar el despido de sus efectos inmediatos; porque encontrándose causa y
consecuencia tan próximas, puede que la resultante no sea la suma de ambas sino su
producto o su potencia.
Obedece a ese intento reductor del mal la búsqueda de asideros que Juan emprende. Lo
cierto es que pasa las noches en blanco girando sobre un eje inestable, y atados al
cerebro con hilos oscuros percibe los malos pensamientos. Los imagina temerosos de
una expulsión horizontal, a modo de asientos colgados del techo giratorio en una
vertiginosa atracción de feria. Se acerca agotado a la enemiga madrugada y entre
densas brumas, dormido a medias -rocío sobre la frente enfebrecida- convoca su
memoria la imagen del primer amor, ejemplo de lo limpio, de lo sencillo, de lo puro.
Era verano, andaba el estudiante Juan preparando los exámenes de la reválida
correspondiente a cuarto curso, y acudió a las lecciones de un profesor de repaso –
alrededores de la catedral en Palencia: travesía de Antonio Maura- buscando el
aprobado. Allí encontró, también alumna suspendida, tímida, ajena a aquello que
mancilla la inocencia, a una muchacha preciosa y diligente de largo nombre: Ana María
Inmaculada. El Hombre que fue Jueves, Las paradojas de mister Pond, Alarmas y
Digresiones, La Esfera y la Cruz, El Candor del Padre Braun, Ortodoxia, La hostería
volante, iba él muchacho prestando a la lectora; y en las páginas cómplices del
admirado Chesterton, numeraba apenas ciertas palabras en un orden constructor de las
frases que su parvo atrevimiento permitía: elogio, amor, ideas, pensamientos. En los
libros que ella retornaba ya leídos, sustituían nuevos números a los borrados: elogio,
amor, ideas, pensamientos. Los separó septiembre.
Contribuye el transcurrir del tiempo a ennoblecer los hechos pasados, y en los presentes
instantes, que Juan sospecha deseosos de hallar en su pecho albergue duradero, reclama
el cariño y la belleza, la casta ingenuidad y la rectitud de sentimientos, revelados aquel
verano de repasos, por la muchacha que descubrió en la lectura una actividad
apasionante. Y cuando el alba se abre con la esmerada dedicación del capullo que va
haciéndose flor, llega la femenil presencia a consolar su desconsuelo inconsolable.
© Pedro Sevylla de Juana
…
Pedro Sevylla de Juana. Nació en Valdepero (Palencia), España, en marzo de
1946. Deseoso de resolver las incógnitas de la existencia, comenzó a leer libros a los
once años. Para explicar sus razones, a los doce se inició en la escritura. Ha vivido en
Palencia, Valladolid, Barcelona y Madrid; pasando temporadas en Ginebra, Estoril,
Tánger, París, Ámsterdan y Évora. Publicitario, conferenciante, articulista, poeta,
ensayista y narrador; ha publicado diecisiete libros. Reside en El Escorial, dedicado por
entero a sus aficiones más arraigadas: vivir, leer y escribir. Premios de mayor relieve:
1997- Relatos de la Mar, 1999- Ciudad de Toledo de Novela, 2000- Internacional de
Novela “Vargas Llosa”, 2001- Paradores de Turismo de Relatos y 2005- Finalista del
premio de novela Ateneo-Ciudad de Valladolid. Obra: NARRATIVA: Primera etapa:
Los increíbles sucesos ocurridos en el Principado (1982), Pedro Demonio y otros relatos
(1990). Segunda etapa: En defensa de Paulino (1999), El dulce calvario de la señorita
Salus (2001), En torno a Valdepero (2003), La musa de Picasso (2007) y Del elevado
vuelo del halcón (2008). POESÍA: Primera etapa: El hombre en el camino (1978),
Relatos de Piel y de palabra (1979), Poemas de ida y vuelta (1981), Mil versos de amor
a Aipa (1982), Somera investigación sobre una enfermedad muy extendida (1988), El
hombre fue primero la soledad vino después (1989), Madrid, 1985 (1989) y Aiñara
(1993). Segunda etapa: La deriva del hombre (2006). ENSAYO: Ad memoriam (2007).
EDICIONES COLECTIVAS: Premios de narraciones "Miguel Cabrera" (1997),
Premios "Relatos de la Mar" (1999), Premios "Paradores" de Relatos (2002) y
Antología de cuento breve. Salón del Libro Hispanoamericano. México (2009). Página
Web: www.sevylla.com
Álvaro Valderas
TENSIÓN ACUMULADA
© Alvaro Valderas
…
Álvaro Valderas. Nacido en España, actualmente soy escritor publicitario y profesor
universitario en Panamá. He colaborado con una veintena de revistas y periódicos, he
publicado un libro de relatos (Diputación de León, 1990), una novela corta (Diario de León,
1994) y una novela (Ediciones del Curueño, 1998), dos libros de texto y he aparecido en varias
antologías y recopilaciones. También he escrito guiones para vídeos y para cine.
Ulises Paniagua Olivares
Sucede que yo no creía en las leyendas donde se cuenta que en cada obra debe existir
por lo menos un difunto. Tales historias me parecieron siempre un producto de la
imaginería popular, fanfarronerías de albañiles y carpinteros borrachos que gritoneaban
en las cantinas en medio de una soberbia desmedida, mientras se encargaban
irresponsablemente de agotar hasta el último centavo de sus rayas. Como toda persona
que se precia de cierto rigor científico, desconfiaba de la veracidad e incluso de la
ingenuidad de los trabajadores. Pero no se trataba de ninguna broma; hablaban en serio,
lo podía adivinar en sus ojos expectantes.
-Ingeniero –me comentaba el maestro yesero, ya vamos para el año y medio y todavía
nada; el edificio se nos va a caer. Recién estrenado se nos va a caer, ya se lo digo.
Así fue como decidí llevar a cabo el crimen. Si era necesario matar para cumplir el
sacrifico y de esta manera evitar una tragedia mayor e ineludible, lo haría a cualquier
precio. Una tarde -aprovechando uno de esos momentos en que la soledad reina entre
trabes y columnas de hormigón, justo antes del almuerzo de la 1:00 p.m.- me acerqué
sigiloso a un oficial albañil que se hallaba descuidadamente colocando tabique para un
muro en el décimo piso, y lo lancé al abismo. Corrí con tan mala fortuna que el pobre
diablo alcanzó a medio aferrase a una cornisa. Cayó apenas en el piso de abajo. Sólo se
rompió una pierna; yo, por supuesto, tuve que ofrecer una disculpa imbécil y nerviosa
después del suceso, pero él no acepto mis excusas; dócilmente movía la cabeza de un
lado a otro, con una resignación tan evidente que me hizo comprender que no le hubiera
importado convertirse en víctima si eso contribuía a la consumación del rito. Su
comportamiento, debo admitirlo, me sobrecogió.
-No se preocupe Ingeniero, no tiene por qué disculparse. Es la Ley y hay que cumplirla.
Lo intenté todo, el cielo sabe que intenté todo con ahínco, con método. Pero fallé
siempre, cada ocasión, cada día. Siempre hubo algún error o un titubeo de inexperto que
impidió la consumación del plan, y el tiempo, implacable, siguió su camino. Justo ayer,
cuando revisé el programa de obra, tuve la certeza de que no nos quedaba más de un
mes para concluir los trabajos: un trémulo temblor de impotencia se adueño de mí; miré
a mi alrededor, asustado. En una extensa fila de clavos que circundan las paredes de mi
oficina, colgaban, como reses en espera del momento final, un sinfín de llaves
etiquetadas con el nombre y el número del departamento o la bodega a la que
pertenecen. Desde entonces, desde anoche, comprobé que la frustración, como es de
suponer, se yergue como una sombra funesta sobre los corredores fríos, desnudos de
muebles, del edificio. Ayer los trabajadores estuvieron desconsolados, meditabundos,
apenas y comieron un poco, y a la hora de la salida, muchos ni siquiera se acercaron a
despedirse de mí.
Hoy, en cambio, estoy seguro de que al fin podré descansar, porque hemos llegado al
final del camino. No hay plazo. Lo supe esta mañana cuando, al analizar el plano de las
terrazas para comprobar el acabado en la mampostería de una jardinera, escuché sus
murmullos apagados entre los corredores, cuando percibí sus miradas de complicidad
mientras recorría los estacionamientos. Lo sé ahora que los veo ascender, piso por piso,
la larga escalinata de la torre, una espiral de luz inmensa, cargando cada cual su
antorcha encendida, entonando loas negras y secretas, enfundados en largas túnicas
rojas que guardaban no sé donde. Sé que vienen por mí, sé que vienen a cerrar el ciclo,
a practicar la liturgia. Una horda de cuervos escarlata en pos de cumplir con los cánones
establecidos durante largos siglos.
2004
EN LAS CATACUMBAS NO SE BAILA TANGO
La sentencia cayó sobre mí, fulminante y letal, como cae una bestia de rapiña sobre la
carroña, para mutilarla:
-Sabes bien, te lo he recordado infinidad de veces, que la Empresa se rige bajo políticas
muy estrictas. Para nuestra corporación, la puntualidad debe ser un rasgo imprescindible
en la personalidad de nuestros empleados. Tú, en cambio, todos los días llegas tarde, y
parece que ni siquiera te importa; en definitiva no tienes remedio. He intercedido ante el
Supremo hasta donde mi cargo lo ha permitido, debes creerme; he sido atento,
comprensivo, con tu defecto; pero tú mismo no te quieres ayudar. No puedo hacer más
por ti. Debo anunciarte, contra mi voluntad, que estás despedido.
El Jefe me condujo ante La Puerta, ese enorme elemento barroco e impersonal que abrió
sus hojas mugiendo como un becerro. Señaló en dirección al interior. Su gesto, al
indicarme la ruta, casi parecía cómico por la solemnidad con que era ejecutado.
Descendí peldaño a peldaño la estrecha escalinata que conducía hacia las catacumbas,
calculando metódicamente mis pasos, temeroso ante ese largo e inquieto sendero
custodiado por la oscuridad. Sabía bien que a mis espaldas un Arcángel, empuñando
una espada afilada y terrible, me cerraría el paso ante un intento de fuga, así que
cualquier tentativa de escapar estaba de antemano descartada. Débiles antorchas
bosquejaban el recorrido interminable hacia los infiernos. Podía sentir el salitre
adueñarse de mi cuerpo. Las huellas de los escalones parecían multiplicarse hasta lo
infinito entre más se descendía al lúgubre reino. Desde lo más oscuro del macabro pozo,
una loa negra destacaba algunas coplas.
Yo no quería regresar con ellos. Quería ir arriba, al mundo natural, al sol y las playas y
el terror en medio de una tormenta; o el olor de un jazmín solitario en un parque
público; cualquier cosa era mejor que esto. Sin embargo, no quedaba otra alternativa
que cumplir los preceptos de las potestades del Cabildo Eterno. Ausente, con los labios
cosidos por la impotencia, me despojé de mis ropas con la naturalidad de la víctima que
sabe cómo colocar la cabeza bajo la guillotina. El mundo es un circo barato, el show de
unos monos histéricos que juegan a la oferta y la demanda para pasárselas después
debajo de las pelotas, objeté. Cuando me di cuenta ya había sido encadenado de los
tobillos, y recibía el trato de un perro sarnoso. Los grilletes asfixiaban mi dignidad; de
mis ojos brotaban algunas lágrimas gruesas y desoladas. Me acordé de los santos, yo,
que nunca creí en ellos. Me acordé de mis padres y mis hermanas y de todas esas
invenciones terribles que el ser humano se construye para darse consuelo. Ahora sólo
quedaba esperar. Aguardar esta larga, fatigosa marcha de los días interminables. De mis
labios nació un suspiro. Luego la queja. Luego el dolor más hiriente; los lamentos
desgarrados del que nada espera. Me mezclé entre esos seres bañados en aceites de
carne, bañados en castigo. Me uní a ese carnaval arrítmico y grotesco de los cuerpos en
agonía. Desde entonces espero impaciente el fin del suplicio, la ocasión de abandonar,
de nuevo y para siempre, este tormento que no merezco.
Octubre 2004
He aquí que se dirige al ruedo, vestido de oropeles y luces, en el encuentro mortal con el
primero y único de la tarde. He aquí que se llega, soberbio y decidido, sanguinario
matador cuya atención se concentra en la difícil y próxima faena.
Levanta los puños victorioso y los aficionados gritan eufóricos, se le entregan sin
reservas. Se acerca con gentileza a la barrera, y dedica la faena a una niña triste de
ropita sucia, quien ríe, halagada, en una butaca del segundo tendido.
De la puerta de chiqueros, parco y cabizbajo, trazando con pies de plomo el camino que
debe cumplir, ingresa el animal de lidia. El sudor baña su torso desnudo mientras sobre
su piel rasposa se proyectan reflejos premonitorios. Se trata de un animal proveniente
del encierro de Atlacomulco, un negro medio bragado de ochenta y cinco kilogramos de
peso, quien, en hechuras y pelos, no esta del todo en las carnes justas.
Un pasodoble y un toque de clarín regalados desde las gradas, anuncian el inicio del
primer tercio.
Al salir El animal, el matador aprieta los dientes. Vuelven los recuerdos punzantes del
maltrato que sufrió cuando trabajaba en los turbios cruceros de la ciudad limpiando
parabrisas, vuelve esa maldita sensación del hambre y la gastritis a la altura del alma, el
azoro que implica caminar las calles en una noche oscura, el terror inflacionario, el
asesino fantasma del desempleo. Vuelve en fin, el recuerdo de la injusticia perpetrada
lustro tras lustro en este país de olvido y polvo. Entonces siente que el odio le obliga a
consagrarse esta tarde.
Por supuesto, la afición sabe de antemano que dicha ley es mucho más extensa y
específica en cada uno de sus puntos, pero le basta por el momento conocer que al fin
ejercerá una función vengativa primordial.
Después de escuchar el toque de clarín que anunciaba su presentación, El animal -ese ex
presidente angustiado- tuvo que lanzarse sobre el matador contra su voluntad, con la
furia recluida dentro de sus huesos calcinados por la osteoporosis. Buscó en su interior
esa violencia iracunda que aquella muchedumbre desatenta y voraz le despertaba con su
desagradecimiento, buscó ese coraje que necesitaba para enfrentar una muerte segura a
manos de aquel limpia parabrisas anónimo, quien ahora se hallaba convertido,
irónicamente, en la figura del momento.
Detrás de la barrera, como prueba fehaciente de la crueldad que las masas habían
exigido contra los delincuentes, un grupo reducido de algunos otros ex presidentes
observaba indignado el espectáculo, aguardando turno para alguna de las próximas
corridas: al inicio de la fiesta, en el paseíllo, se atrevieron apenas a intercambiar algunos
tímidos comentarios. Cuando en el segundo tercio al Animal le clavaron el primer par
de banderillas, una ola de ansiedad colectiva comenzó a apoderarse de sus corazones.
En el tercer tercio, donde el matador (que andaba en gran plan), dueño de una
disposición sin límites pisó con firmeza el sitio que poseía, se aventuraron a sentir un
poco de miedo. Pero en el momento en que El animal semejó un guiñapo ridículo ante
la maestría de los derechazos y los pases de verónica ejecutados con la muleta, supieron
que el poder ejercía, contra lo que hubiese podido suponer cualquier tratado
maquiavélico, una influencia eventual en cualquier vulgo.
Llenos de pesar, los invitados a la ejecución -y próximos astados- dieron media vuelta y
abandonaron el estacionamiento de la Plaza en su Mercedes Benz, ignorando los vítores
y ovaciones del público, sublimado ante la labor impregnada de torerismo de aquella
figura espigada y enjuta.
Uno de ellos, el Perro, quien gobernara por allá de la década de los ochenta del siglo
pasado, se atrevió a reconocer:
Agosto2005
CRUCEROS
Aparecen como truenos. En el cruce de cuatro vías, bajo el rescoldo de una puerta
rancia, en los fumaderos de opio. Los reconoces por la soledad que funesta los precede.
Parecen alguien que no espera nada. Son gritos de noche, espasmos de estrellas.
Aparecen como aparecidos, con la redundancia implícita; te recuerdan que detrás del
semáforo en verde alguien te espera; son adornos, suovenirs de ciudad, cajones de
muerto que andan las calles. Su honestidad es evidente, su incertidumbre aterra.
Caminan o esperan, sentados o caminan; y los precede un rugido, un sollozo de viento.
…
Ensayo
…
Ensayo sobre la teoría dimensional
aplicada a las letras universales en un todo llamado Dios
(Realismo Dimensional)
Por J. J. Cameron
1- TEORÍA DIMENSIONAL:
2- COMPROBACIÓN EMPÍRICA:
A- Observación: Acontecimientos desde el vientre materno, hasta el aquí y ahora,
sin pausa. La energía no tiene pausa, tal cual el silencio, el sueño, el ocio, etc. Ensayo y
error (Técnica de Jean Piagett).
B- Conciencia: El subconsciente manda permanente imágenes y palabras al
conciente para ser procesadas, formar estructuras y tomar decisiones.
C- Onírico: El proceso onírico es una experiencia dimensional, un aprendizaje
sobre los planos invisibles que pueden descifrarse al despertar. Hay contacto con
energías de seres que perdieron su cuerpo.
D- Técnicas energéticas: Armonía y equilibrio en cuerpo, mente y espíritu.
Operaciones psíquicas con comprobaciones radiológicas y la curación del paciente. La
sanación es energética con presencia de energías superiores o maestros espirituales.
Desarrollo de chakras energéticos: el 6 incrementa facultades psíquicas como la
clarividencia y la clariaudiencia. Algunos desarrollan la mediumnidad.
E- Escritura: Es la esencia de todo lo aprendido. Preparar la tierra, echar la semillas,
cubrirlas con una capa de tierra para que los “pájaros” no las coman (el mal pone palos
en la rueda), se riega con el agua que quita la sed y nutre el conocimiento, y con la
paciencia de los ancianos, crece el tallo que servirá de sostén a la bella rosa. El perfume
de la flor es el regalo de Dios al esfuerzo de la mente.
3- COMENTARIO FINAL:
Necesitaba escribir este ensayo para darle cimiento al género literario que propongo: El
Realismo Dimensional. A mis queridos lectores les digo que yo no descubrí nada, tan
sólo creo que redescubrí algo que muchos han escrito antes, gozado, vivido, pero quizás
no se dieron cuenta como funcionaba. Soy maestro de Reiki Tradicional de Usui, cuyo
primer maestro el siglo pasado fue Mikao Usui. Según narra la historia, él redescubrió
una técnica de curación física, mental y espiritual, canalizando energía cósmica y
fluyendo por las manos, aplicada mucho antes, seguramente en la perdida Atlántida y
Lemuria. Muchas técnicas se han usado en este y en otros mundos: la chamánica
americana, la africana (yorubas, orixas), la afro-brasileña, el candomble, las operaciones
psíquicas y envíos energéticos a distancia con reiki, las operaciones astrales que realiza
el espíritu del médico operador en el cuerpo del paciente, la magia blanca, la magia
negra, la magia roja, etc. Jamás descarté la medicina alópata, que se extendió por el
mundo entero y cura la mayoría de los casos. Seguiré buscando, aprendiendo, porque la
sabiduría es una pirámide invertida, mientras más se sabe más se agranda la base y las
dudas para seguir aprendiendo. Algunas cosas las contaré, otras las transformaré en
versos para cantarle a la vida. No se olviden de rezar. Dios los bendiga.
© J. J. Cameron
…
J. J. Cameron. Primer premio certamen de poesía “día del escritor”
del círculo de poetas, entre ríos, argentina. Tercer premio certamen
de poesía “conservatorio literario de rosario”, santa fe, argentina.
Mención especial certamen de cuento corto “conservatorio literario de
rosario”, santa fe, argentina. Tercer premio certamen de cuento de
corto “homenaje a la poetisa Rosalía de Castro”, buenos aires,
argentina. Quinto premio certamen de poesía “homenaje a la poetisa
Rosalía de Castro”, buenos aires, argentina. Mención especial y
publicación de poesía en libro “voces hispano-hablantes certamen
Isaac Asimov”, buenos aires, argentina. Mención especial y
publicación de cuento corto en libro “voces hispano-hablantes
certamen Gustave Flaubert”, buenos aires, argentina. Mención de
honor y publicación en cuento, del sexto certamen nacional y primero
internacional de cuento y poesía “junínpaís2007”. Mención especial y publicación en cuento
homenaje 85 aniversario del abc del partido de corcubion, España. Mención especial y
publicación de poesía en revista “noticias de la musa”, buenos aires, argentina. Publicación
libro “cuentos dimensionales”, promocionado en la 35ª feria internacional del libro en buenos
aires, argentina (2.009). Primer premio cuento programa acompañando, décimo aniversario
1.998 - 2.008, certamen literario “rose mar y chomali gomez”.
Enriqueta Arvelo Larriva
Cada palabra, el perfil de la voz de un silencio a
semejanza de una soledad
Olga Orozco
Enriqueta Arvelo Larriva, nace el 22 de marzo de 1886, en Barinitas, un pueblo
enclavado donde se enlazan el piedemonte andino y el llano, al norte del estado Barinas,
en Venezuela.
Su padre, Don Alfredo Arvelo, hombre de Fundo y de “a caballo”, y su madre, Doña
Mercedes Larriva, maestra de escuela, con quien aprendió las primeras letras,
conformaban junto a sus cinco hijos, una familia con vinculaciones políticas adversas al
régimen del sátrapa Juan Vicente Gómez, y venida a menos por los atropellos y
vejámenes de quien dictatorialmente se adueñó de Venezuela durante casi tres décadas.
Huérfana desde muy niña, pues muere su madre cuando la poetisa apenas contaba los
cinco años:
Influenciada en sus inicios poéticos por su abuela materna “mamá Florinda”, y después,
por su tía Atilia Torrealba Febres Cordero, reconocida poeta en esa tierra llanera, quien
le enseñó las reglas básicas de la versificación y la motivó a escribir sus primeros
versos.
Fue, una vehemente autodidacta de las lecturas de los poetas del Siglo de Oro Español:
Lope de Vega, Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo, San Juan de la Cruz y
Santa Teresa de Ávila, y de los poemas del poeta nicaragüense Rubén Darío, que
publicaban los periódicos de Caracas. Motivada por su hermano, nuestro esclarecido
poeta modernista y revolucionario, Alfredo Arvelo Larriva, quien sembró en su
espíritu según palabras de Luis Beltrán Prieto: “esa agónica sed de los poetas, que ven
pasar el río y no mojan sus labios, sino que van al fondo a rescatar luceros.”
En febrero de 1930, la poetisa decide visitar la Capital por vez primera, regresando al
Llano poco tiempo después, con un mayor entusiasmo en la poesía.
El 8 de agosto de 1931, se crea el Ateneo de Caracas, allí, en la planta alta de una casa,
ubicada de Marrón a Cují, en el Nº 43 de la Avenida Este, propiedad del general
Vicencio Pérez Soto; corriendo el riesgo que significaba intentar fundar cualquier tipo
de asociación, dada la represión continua que ejercía la dictadura del Bagre por temor a
la “conspiración”, un grupo de mujeres convocó a un número considerable de
personalidades y artistas, sin obviar siquiera a las familias vinculadas con el poder, a la
fundación de lo que pronto llegó a considerarse como la República Libre de los
Intelectuales; y dentro de sus actividades destacará posteriormente, la participación de
Enriqueta Arvelo Larriva.
En 1934, muere su amado hermano Alfredo Arvelo Larriva, el 13 de Mayo en Madrid; y
cuando son repatriados sus restos en 1949, la poetisa publica una excelente nota
biográfica “Alfredo Arvelo Larriva – Noticias de su Vida y su Obra”.
En 1939 edita con la Asociación de Escritores Venezolanos, su poemario “Voz
aislada”, es el primero que publica, pero, el segundo que escribe.
En junio de 1941, obtiene el premio en el Segundo Concurso Femenino Venezolano,
promovido por la Asociación Cultural Interamericana, con el primer poemario que
escribió: “Cristal nervioso: poemas”, y un jurado conformado, por Carlos Eduardo
Frías, Ada Pérez Guevara y Pedro Sotillo.
En 1942 escribe “Poemas de una pena”, una elegía a la muerte de su padre.
Desde 1945 hasta 1947, ejerce breves cargos políticos como Diputada a la Asamblea
Legislativa del Estado Barinas y como Diputada Suplente de la Asamblea
Constituyente en 1947.
A partir de 1948, se radica definitivamente en la capital, Caracas, lo que le permitirá
estar en permanente relación y vigorizar sus vínculos con reconocidos representantes de
la intelectualidad venezolana.
En 1949, edita el poemario “Canto de recuento”, como un homenaje al regreso de los
restos de su hermano Alfredo Arvelo Larriva a su patria, Venezuela.
En 1957, publica su quinto poemario “Mandato del canto: poemas” y recibe por esa
obra, el Premio Municipal de Poesía.
Y, el 10 de diciembre de 1962, muere en Caracas, a la edad de 76 años, como había
vivido, en soledad, acompañada solamente de la voz de sus poemas.
En 1963, las Ediciones de la Presidencia de la República del gobierno de Rómulo
Betancourt, edita póstumamente su último poemario “Poemas perseverantes”.
Enriqueta Arvelo Larriva, publicó también algunos de sus poemas en el semanario
Patria y Unión de Barinas, y en periódicos locales y regionales como El Impulso de
Barquisimeto y El Diario de Carora; en Caracas, en El Universal, donde aparece en las
primeras páginas de las novedades literarias y, en el “Papel literario” de El Nacional.
Mantuvo también, un hermoso epistolario con poetisas del prestigio de la chilena
Gabriela Mistral y la uruguaya Juana de Ibarbourou.
Una poesía que graba en el panorama literario nacional del siglo XX, los rasgos
innegables de la modernidad en tensión con la tradición, en una indagación continua de
un lenguaje inicialmente deudor de la estética del romanticismo, que se va erigiendo en
una crítica de la estereotipia modernista. Es la primera poetisa que se rebela contra las
estructuras establecidas, que abandona el rigor de los preceptos literarios vigentes, sin la
métrica formal en las líneas y las estrofas, descubre una “voz” fuera de las reglas del
silabeo y del sistema fijo de la rima, suspendiéndose en el vuelo transmigrador del
verso libre, donde los espacios vacíos del poema nos convocan a la dilatación del sigilo
de las carencias, toda ella tentada por un resuello entrecortado:
Al igual que el escritor checo, Franz Kafka, quien en su necesidad de soledad para
buscar <<la propia voz>> afirma: “Para escribir nunca se está suficientemente solo”,
para la poetisa, la soledad, la voz del silencio como creación y las emociones
encontradas, perfilan su poética, su yo lírico que nos anuncia la angustia existencial que
la aturde en el oficio más solitario del mundo:
Paradójico, que después de que la evolución humana nos regalara <<la palabra>>,
derrotando el primigenio silencio de la materia, nos invada de nuevo, ese deseo de
volver a la <<voz del silencio>> para explorar nuestros sueños imbuidos en el
inconsciente, alcanzando una vertiente ajena a ensordecedores <<ruidos>>. En soledad,
Enriqueta Arvelo Larriva, mantiene sus coloquios poéticos consigo misma y con el
también <<solo>> de cada poema antes de ser leído. En ella, el silencio se nutre,
interpela y alienta con la voz de su palabra, es ése en el que la vivencia de lo arcano
sustrae al ser del mundo petrificado de lo obvio; es, la significación que desvela a la
vigilia del entendimiento y a su profunda angustia existencial. Estamos ante lo abismal,
ante el sentido que rebasa el significado y que sólo se deja aprehender como presión,
como signo incierto, nada se encuentra acallado. Su verso <<voz del silencio>>, refleja
la sima donde el ser humano gravita en sus alientos, aferrado a la reflexividad
entreverada de palabras.
Nos dice Rafael Arráiz Lucca, en “El coro de las voces solitarias: Una historia de la
poesía venezolana”:
“De allí que su voz sea de una verosimilitud pocas veces hallada en la poesía
venezolana, es como una voz que viene de lejos, que surge de las profundidades de la
psique”.
Con su poesía, con sus intimismos entre las tropezadas emociones que va calando
Enriqueta Arvelo Larriva en cada verso, la lírica venezolana enriquece orgullosamente
sus páginas, mientras sus poemas embelesan, cautivan y nos conmueven como poetas,
como lectores, dejándonos envolver en esa “voz”, perfil de su zozobra existencial:
Obra poética:
Voz aislada. Cuadernos Literarios de la Asociación de Escritores Venezolanos. Caracas.
1939.
El cristal nervioso: poemas. Publicaciones de la Asociación Cultural Interamericana.
Colección Biblioteca Femenina Venezolana. Nº 4. Caracas. 1941.
Poemas de una pena. Caracas. 1942. (sin editorial).
Canto de recuento. Tip. López y Bosque. Caracas. 1949.
Mandato del canto: poemas. Cuadernos Literarios de la Asociación de Escritores
Venezolanos. Tip. La Nación. Caracas. 1957.
Poemas perseverantes. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1963.
Referencias Bibliográficas
Poemas:
1. Casa de mi infancia
2. Emoción y ventaja de la probada profundidad
3. Suma de la voz aislada
4. Respuesta
5. Tarde del imprevisto deseo
6. Balada de lo que oí
7. Presentación de mi voz nueva
8. Destino
9. Instancia frente a una sabana amanecida
10. Toda la mañana ha hablado el viento.
…
María Cristina Solaeche Galera. Nace en Maracaibo,
Edo. Zulia, Venezuela. Lcda. Educación, Mc. Educación
Superior, Lcda. Matemáticas y Mc. Matemática Pura. En
Universidad del Zulia, Profesora Titular Dedicación
Exclusiva. Miembro de la Sociedad de Escritores del
Estado Zulia y de la Sociedad de Escritores de Venezuela,
de La Casa de la Poesía y de la Peña Literaria “César
David Rincón” Publicaciones Científicas: Aspectos
históricos del Pensamiento de Newton (1988).La
controversia L’Hospital-D.Bernoulli (1993), Lady Ada Byron
y el primer programa para computadoras (1994), La
controversia entre L.Kronecker y G.Cantor acerca del
infinito (1995), El Algoritmo de las Operaciones
Elementales y la Matriz Escalonada Reducida: Conceptos
milenarios y orientales (1996), Sistema de tabulación de
Coeficientes Binomiales o Triángulo de Pascal: un Modelo
Numérico rasga el telar de los tiempos (1998). Publicaciones Literarias: Un ceratias de Barro
y Fuego, ARTESA (1992). Omar Khayyam: las Matemáticas, la Nada, el Vino y la Amada
(2002).Amor… asoma, Antología Verano Encantado. Centro Estudios Poéticos, Madrid (2002),
Colabora en SENSIBLES DEL SUR. Argentina. (2003). Poemas Revista Paradoja, West
Virginia (2005), Poemario Un amor de Miel y Ajenjo EDILUZ (2003).Poemas Ásperos y
Oscuros, Astro Data (2005). En preparación: poemario El verano de los tamarindos y una obra
sobre poetas venezolano s/t. Correo: gsmldcm@yahoo.es
Critica literaria
…
Lo confieso, leí “El Código Da Vinci”
Todos los lectores de este libro con los que he conversado me dicen que les ha
gustado. Después de cuarenta y cinco años de llevarle empecinadamente la contra al
mundo, tan unánime opinión era una invitación al disenso. Por eso, a nadie extrañe que
yo lo abomine. Aunque seguramente los demás tengan razón, voy a dar los motivos de
mi condena.
Aquellos que abogan en favor de la novela, esgrimen en su defensa la
verosimilitud de la información y el rigor de los datos que maneja su autor. No voy a
negar ni lo uno ni lo otro, al fin y al cabo, al poeta le basta con nuestra fe en sus
palabras. Mi crítica, aclaro de inicio, se refiere a cuestiones estéticas –literarias, si se
quiere–; de manera que poco y nada me interesa la verdad o no de la tesis que sustenta
el argumento. Para concluir con el tópico, digamos que la página más eficaz de la obra
es, quizás, aquella en que el autor jura que “todas las descripciones de obras de arte,
edificios, documentos y rituales secretos que aparecen en esta novela son veraces”. El
procedimiento, claro, no es nuevo, Carlos Castaneda se ha servido de una técnica
similar para escribir algunos de sus mejores libros, aunque ejecutada con mayor
maestría. Sospecho que si en lugar de una novela Brown hubiera escrito un ensayo,
nadie le habría prestado demasiada atención. La elección de la ficción como vehículo de
expresión es acaso su mayor acierto.
Otra de las razones que los defensores del libro suelen alzar en pilar de su
redención es el magistral ensamble, la exacta coincidencia, el perfecto encastre, la
precisión de relojero con que el autor logra unir la profusa información reunida.
Respondamos que, puestos a buscar correspondencias, podemos hacer que todo
coincida con todo y cualquier hecho tenga su correlato con otro, como los panteístas,
incluso hasta el paroxismo o la locura. En este orden de ideas, me parece mucho más
lograda y de más fina erudición una obra como “El péndulo de Foucault”, de Umberto
Eco.
“El Código Da Vinci” es una larga adivinanza de casi seiscientas páginas. La
verdad es que no veo razón para demorar tanto un acertijo, el relato corre el doble riesgo
de perderse o tornarse tedioso. (Una digresión. Los juegos de enigma, las charadas,
parecen casi un género en la tradición literaria de la lengua inglesa, traigo algunos de
ejemplos: el Códice de Exeter, documento de la Inglaterra sajona, recopila noventa y
cinco adivinanzas, algunas tan complicadas que no se ha encontrado aún la respuesta;
Edgar Allan Poe inventó el cuento policial, que es una adivinanza; Arthur Connan
Doyle, creó al descifrador de enigmas más famoso de la Literatura, Sherlock Holmes; a
la lengua inglesa debemos también la invención de las novelas de espionaje, que son
complicados rompecabezas, y que han dado las siempre afortunadas plumas de John
LeCarrè y Graham Green. Dan Brown no parece ser el mejor heredero de esa tradición.
Vuelvo.) Para evitar que el argumento se torne tedioso a lo largo de la dilatada obra, el
autor le imprime un ritmo vertiginoso al relato; para mantener atrapada la atención del
lector, se ve obligado a terminar cada capítulo con un misterio que se resuelve en el
siguiente. Tal vez lo consiga al principio, pero la insistencia en el uso de esta técnica
vuelve completamente artificial el desarrollo de la trama. Al final, comprendemos que
hubiera bastado con cien o ciento veinte páginas –cantidad generosa de papel–, para
decir todo lo necesario. Esto es de extrema gravedad, pues indica que puede
prescindirse de cuatro quintas partes de la obra sin ocasionar el menor perjuicio a la
narración.
De lo dicho podría inferirse que la trama es ágil y que nos conduce a un final
inesperado. Nada de eso, el final es fácilmente predecible y tampoco hay sorpresa en los
hechos que llevan a él. Las imágenes, las escenas, las descripciones, las técnicas
narrativas son poco imaginativas. Un lector más o menos perspicaz puede intuirlas con
demasiada anticipación. Además, ya se trate del racconto o de las abundantes escenas
para películas de acción (hay una muy previsible “cámara lenta” en los últimos
capítulos, digna de cualquiera de las de Indiana Jones, que muestra a las claras la
influencia del cine; otra, no demasiado original, describe la huida del malvado a través
de una cocina derribando sartenes y platos), siempre se nota demasiado la mano del
autor quitándole espontaneidad al relato.
Preocupado por sostener el argumento a cualquier precio, Brown fabrica
personajes en serie moldeados en matrices huecas. Este es otro de los serios problemas
del libro. Sabido es que una novela puede tener un argumento mínimo o no tenerlo en
absoluto, pero en modo alguno puede obviar los personajes. Existen obras maestras del
género que carecen de argumento, cito algunas al azar de la memoria: Los monederos
falsos, de Gide; Apuntes desde el subsuelo, de Dostoievski; En busca del tiempo
perdido, de Proust; Viaje hasta el fin de la noche, de Celine. Otras hay en las que el
argumento es casi imperceptible o sirve de mera excusa, como Cien años de soledad,
Adán Buenoayres, el Ulises de Joyce, Moby Dick, Los siete locos, El callejón de los
milagros. Y existe una tercera categoría, aquellas en las que el personaje es el propio
argumento, como El extranjero o El Quijote.
Al leer estas obras sentimos que el autor ha creído en sus criaturas, que ha
compartido con ellas el pan y el vino, que ha sufrido y ha gozado a la par de sus hijos.
Estamos frente a seres vivos, hablamos con ellos, reímos y lloramos con ellos.
Cervantes está más preocupado por el destino del Quijote que por las exigencias del
estilo, eso le permite crear al primer –y sin lugar a dudas, el más querido– antihéroe de
la literatura. La virginal candidez de los Buendía nos inspira una mágica y arrobadora
ternura. ¿Cómo no conmovernos con sus actos inocentes hasta la crueldad? Al
encontrarnos con Mersault, extranjero de sí mismo, ¿quién puede evitar el vacío, la
ausencia, la alienación que provoca ser un forastero del mundo? Cuando avanzamos por
el callejón de Midaq, y paramos a comprar dulces al Tío Kamil o entramos a tomar
menta en el Café de Kirsha, sabemos que el milagro es posible y está siempre a punto
de ocurrir.
Nada de esto sucede en “El Código Da Vinci”, aquí no hay personajes, hay
funcionarios. Son como esquemas literarios, cuya función en la economía de la obra
consiste en ser útiles a las circunstancias de la trama. Pareciera que cada vez que Brown
necesita desarrollar algo, va hasta el depósito, toma uno de estos armazones, lo
desempolva y lo presenta sin el menor pudor. El profesor, la heroína, el policía, el
millonario excéntrico están puestos ahí para explicarle el argumento al lector. Langdon
no es un ser humano, es una profesión, el autor necesitaba un experto en simbología
religiosa para ir cosechando las claves tupidamente sembradas a lo largo del relato, y
contrató a un profesor de Harvard. Lo terrible para nosotros es que el negocio le sale
mal y acaba siendo una pésima inversión: en la página trescientos setenta nos enteramos
con espanto que Langdon es tarado, y que el sencillo artilugio (que por cierto no pasa
inadvertido al lector) de escribir unas letras al revés basta para desorientarlo por
completo.
Pasado el estupor inicial de semejante revelación, uno busca justificación para
tanto ensañamiento del autor con su héroe. Lo primero que se nos ocurre es que se trata
de una irónica burla gastada a los catedráticos de la conocida universidad; o, mejor aún,
pensamos que tal vez Brown, como Swift o como Flaubert, esté obsesionado con la
estupidez. Aunque tardíamente, esto hubiera redimido al autor dándole al personaje un
rasgo humano, decididamente humano. Pero nada ocurre, a medida que avanzamos en la
lectura comprobamos que ha sido un desliz provocado por la escasez de recursos
estéticos del escritor.
En definitiva, a los personajes de la novela (de alguna manera hay que llamarlos)
les falta vida. El autor no consigue salvar el obstáculo ni siquiera intercalando rasgos
circunstanciales en la narración. Cada vez que lo intenta, éstos terminan siendo
demasiado predecibles y ejecutados con negligencia.
Y ya que hablamos de torpezas, apunto que las escenas de remisiones –sea a
clases dictadas por Langdon, a la infancia torturada del villano o a ritos ancestrales
presenciados por la heroína en su adolescencia–, son tan artificiales que parecen haber
sido agregadas una vez terminada la novela. Por lo demás, es notorio que Brown padece
del conocido “síndrome de Hollywood”, esa simplista división de los personajes en
buenos y malos. Los buenos son buenos desde la primera página y hasta la última; los
malos se dedican a hacer porquerías por el perverso y único placer de hacer el mal. Los
buenos están siempre a favor de la verdad y de la justicia; los malos están equivocados
o, en el mejor de los casos, tienen un pasado de dolor y sufrimiento que los justifica
como tales. Los justifica, digo; no, los redime. Me parece demasiado pueril. A esta
altura de mi vida, cuando leo aspiro a que me traten como a un adulto.
De hecho, más que una novela, el libro es un guión para una película, o al
menos, da toda la sensación de que ha sido escrito pensando en la industria
cinematográfica. Nadie se sorprenda si en un futuro no muy lejano, Brad Pitt y Angelina
Jolie son la pareja protagónica de una superproducción con notable éxito de taquilla, y
hasta se lleva algún Oscar.1
Otra cuestión aborrecible del libro es esa obsesión que tienen los
norteamericanos por evitar que una obra pueda ofender a minorías raciales o religiosas,
y por esto ganarse un juicio. Este temor reverencial a los pleitos entorpece el desarrollo
de las novelas, filmes y obras de teatro. De otro modo, no se explica por qué el autor
resalta en varias ocasiones la profunda espiritualidad del Papa y de quienes componen la
cúpula de la Iglesia, o se la pasa aclarando que la mayoría de los miembros del Opus
Dei, filial Estados Unidos, son exitosos ejecutivos y dedicados padres de familia, que
creen de buena fe en los postulados de la obra de Escrivá de Balaguer. Si no es éste el
motivo, no veo la razón por la que Brown anda pidiendo disculpas cada cincuenta
páginas. Todo esto le quita frescura al relato.
Un párrafo aparte merecen los diálogos. Es sabido que el autor de una novela
suele transitar diversos géneros a lo largo de la obra. Especie de gran orbe literario, la
novela permite incluir en ella la poesía, el ensayo, la crítica, el drama, la fábula,
etcétera. ¿Qué es el “Informe sobre ciegos”, sino un cuento de horror dentro de una gran
novela? O “Cándido”, ¿no es también un brillante ejercicio de la parábola? Una de las
posibilidades que nos da el universo de la novela es el diálogo.
Para los griegos el ser era eterno, increado, no tenía comienzo ni fin. Parménides
se refiere a él como “no nacido”, “no perecedero”, “sin fin fuera de sí mismo”, “todo
entero y presente a la vez”, “único”, “sin interrupción”. Antes, Anaximandro lo había
llamado “no finito”, ápeiron. Esto le permitió a Platón enseñar que conocer es recordar
e inventar el diálogo, para poder seguir conversando con su maestro Sócrates, muerto
por la cicuta2. A partir de entonces el diálogo se convirtió en uno de los géneros
preferidos por filósofos y teólogos, dando nombres inmortales como los de Cicerón,
Boecio, Ramón Llull, el obispo Berkeley, Giordano Bruno, entre otros.
Con el advenimiento del modernismo filosófico, los científicos y pensadores
sintieron que el ensayo era un medio más idóneo para expresar sus ideas que el diálogo.
Pero este género literario no desapareció, fue absorbido por la novela, es decir, por la
ficción. La necesidad estética de crear un ambiente, de mostrar un personaje, de resaltar
las pasiones que mueven a los caracteres, hizo que la novela fuera cambiando, y con ella
el diálogo. Así, para hacer más creíble el mundo en el que se desarrolla la trama, para
satisfacer a un lector cada vez menos inocente, y en consecuencia, más suspicaz, los
autores empezaron a registrar las vacilaciones, los modos, los énfasis, las pausas, las
entonaciones, los distintos ritmos del habla de los personajes. Los interlocutores
comenzaron a interrumpirse, a insultarse, a hacerse bromas y reproches, y hubo frases
truncas y equivocaciones y oraciones sin sentido y malos entendidos, como los hay en
cualquier conversación. La literatura norteamericana nos ha dado algunos de los
1
Cuando escribí la crítica la película aún no se había filmado.
2
Una idea similar puede encontrarse en “Diálogo sobre un diálogo”, de Borges (El Hacedor, pág. 13): el
suicidio de los interlocutores para no interrumpir una conversación.
mayores maestros del diálogo (Hemingway, Tom Wolfe, por citar sólo un par de
ejemplos). Esto parece ser absolutamente ajeno a Dan Brown.
Pese a que abundan sus convenciones tipográficas, en “El Código Da Vinci” no
hay diálogos. Hay exposiciones, hay argumentaciones, pero no diálogos. Los personajes
no hablan, pontifican. Todas las conversaciones entre los protagonistas de la novela
tienen un lamentable fin didáctico: explicarle al lector conceptos básicos de religión,
logias masónicas, computación, historia, etcétera. Los injustificados diálogos de Brown
dicen cosas como ésta de la página 467, que ahora copio: “Para empezar, un poquito de
álgebra de Boole combinada con algunas palabras clave, a ver qué pasa.” Para
muestra basta un botón, dicen.
Termino de leer y acabo también de anotar mis impresiones. Ha dicho Oscar
Wilde, a quien siempre recurro en cuestiones estéticas, que hay dos clases de libros:
aquéllos que están bien escritos y los que no. “El Código Da Vinci” no es una mala
novela, es peor. Confieso que la he leído. Ruego a Cervantes, a Balzac, a Mahfuz, a
Faulkner, que me perdonen tan grave pecado. En penitencia, prometo lacerar mi carne
con un cilicio hasta sangrar.
NOTAS:
1
Cuando escribí la crítica la película aún no se había filmado.
1
Una idea similar puede encontrarse en “Diálogo sobre un diálogo”, de Borges (El
Hacedor, pág. 13): el suicidio de los interlocutores para no interrumpir una
conversación.
El murmullo de los fantasmas
Resumen – comentario
Boris Cyrulnik, neuropsiquiatra, psicoanalista y etólogo francés, amén de sus viajes por
el mundo, conferencias en universidades y centros de estudio, difunde nuevamente, a
través de este libro, "El Murmullo de los Fantasmas", el significado de la "resiliencia"
(palabra o término usado en física que define la capacidad de los metales de adecuarse a
diferentes circunstancias).
O sea, dicho en otras palabras, para ser un verdadero "resiliente", hay que haber
"muerto" previamente.
…
María Luisa Landman R. Nací en Valparaíso, Chile, el 14 de
agosto de 1966. Viví desde los 7 años en Buenos Aires, en
1989 me radiqué en Santiago de Chiles. Escribo desde los 13
años (novelas, cuentos, poesías, ensayos, obras de teatro,
etc., etc., etc.). He viajado a Argentina, Brasil, Perú y por el
Norte, Centro y Sur de Chile. Mi madre llegó en el Winnipeg, a
través de la gestión de Pablo Neruda (soy chilena-española).
La familia de mi padre proviene de Odessa, Rusia.
Bibliografía: Páginas Nostálgicas, poesías, 1979. Jonathan
(Dios-Ha-Dado), obra teatral, 1980. Existencialista, poesías.
1981. Para un dulce adolescente que sueña en encontrar palomas", poesías, 1981. Nostálgica,
poesías, 1982. Mística (philosophia), poesías, 1982. Cuaderno de Iquique, poesías, 1983.
Tributo, poesías, 1983. Piedras y Crisoles, poesías, 1983. El Libro de la Niebla, poesías, 1984.
El Sol... Luz Fueguina, poesías, 1984. Poesía Infantil, poesías, 1985. Obituario, poesías, 1985.
Ser-Sintiendo, revista literaria artesanal, 1985. Salvaguarda, poesías, 1985. Teatro de la Calle,
obra teatral, 1985. La Bitácora, poesías, 1986. Sidernauta, novela, 1988. Ontología Poética,
poesías, 1990. Ontogénesis Galáctica, poesías, 1983-1994. Obituario, poesías, 1994. Elegía,
poemario, 1998-2005. De Este Lado del Mundo, ensayo, 2004. Existencial-Istmo, poemario,
2004. Luz, Penumbra, Oscuridad, poesías, 2004-2005. Encuentro de Mundos Perdidos, novela,
2005. El Mascarón de Proa y Otros Cuentos, cuentos, 2004/2005. Concurso de Ensayos,
novela,2006. Universos Paralelos, cuentos, 2005. Aerografía del Tiempo, poesías, 2004-2005.
Arcoiris, libro de cuentos ilustrado, 2009. Varios cuentos y poesías desparramadas por todos
lados sin clasificar...
Entrevistas
…
Entrevista a J. J. Cameron
Bueno, usted sabe, la profesión de escritor es muy compleja. Se deben reunir muchos
conocimientos en la vida y tener ganas de transmitirlos, claro. A los doce años comencé
a escribir ensayos. El primero fue sobre la mujer, recuerdo. Sobre una mujer cualquiera,
pero su orgullo le impedía amar libremente… ¿Qué tema no? Aún lo conservo escrito
en máquina de escribir. ¡Qué sabía de mujeres a esa edad, Dios mío! Dicen que mis
relatos se cumplen. Hoy conozco una mujer de pié a cabeza, que le pasa lo mismo.
También proverbios…, recuerdo algunos, si me permite que los evoque: “Reconoce en
el tiempo la distancia y búscame que yo no he muerto”; “El invierno de los hombres
viene y va como la rosa”, “La muerte es una muda de ropa”……
Supongo que para poder expresarme sin tener que debatir ideas. Es un monólogo
interior con almitas que hablan. Mucho influyó mi adolescencia introvertida y solitaria –
sin amigos– me hizo leer mucho y escribir lo que llevaba dentro. Para escapar a la
introversión opté por la actuación. Soy actor profesional, pero ya descolgué el diploma
de la pared. Evidentemente no era mi camino, pero me sirvió para tener idea de una
puesta en escena, escribir teatro y perder la vergüenza. Es muy lindo que un intérprete
diga lo que uno escribió. Es como cantar la canción del autor, y también rendirle
homenaje. A todos nos gusta ser reconocidos ¿o no?
Es ser un creador. Un inventor de ideas, con la ventaja que a uno no lo jubilan. Puede
seguir escribiendo hasta que le de la cabeza, y lo más importante y bello: dejar un
legado. Lo relevante de la obra no es el autor sino el mensaje, sin desconocer que uno
no existiría sin el otro. Hay gente que se vanagloria un poco con apellidos como
Emerson, Nietzsche, Sartre y no han accedido a su literatura. Leer un autor es conocer al
menos en un 60 % su perfil psicológico, y en ese perfil se basa todo su estilo. Y le digo
más, leer es un acto delicado, puesto que lo que llamamos “estilo” es un mensaje
subliminal y melodioso en pequeñas dosis, que va enviando el autor sin proponérselo, y
a veces intencional. Si logra acomodarse a nuestras estructuras mentales, se queda con
nosotros, de lo contrario lo arrojamos a un costado y adiós. Una vez leí alguien que
hasta ese momento me resultaba desconocido. Su forma magistral y poética de escribir,
su mensaje simple y directo al corazón y un dejo de nostalgia que siempre me apasionó.
Es lo que recordamos de alguien que jamás volvimos a ver y anida en la memoria, dulce
y triste al mismo tiempo. Cuando dejo entrever algún verso desde las entrañas, aparece
nuestro querido Evaristo Carriego.
Camus, Faulkner, Kafka, Lovecraft, Poe, y otros tantos Tal vez sea hijo de muchos y me
rebele a todos. Yo aprendí con los clásicos. En la actualidad hay magníficos escritores
para seguir aprendiendo. Hoy leo de todo, pues todos aportan a la experiencia literaria.
Es como la familia, mientras estamos al amparo de los padres actuamos de acuerdo a
sus leyes, cuando uno se va, adquiere personalidad propia.
Proponer un nuevo orden. Cambiar algunas formas obsoletas. Reconocer que los
géneros se cruzan como gotas en la lluvia. Las emociones están inmersas en un todo, sin
tiempo ni espacio. Un ejemplo… Se me ocurre un asesino serial y violador de mujeres,
sentenciado a muerte, que ama a los niños apasionadamente. Según la psicología, sería
una alteración o dicotomía, pero real al fin. Me he propuesto escribir para la nueva era;
la era de la claridad y la apertura de conciencia, dónde los gobiernos que ostentan el
poder mundial no mientan más a su pueblo y den a conocer todos sus secretos. Creo que
Acuario traerá la paz mundial, la equidad, la distribución de las riquezas que pertenecen
al planeta, por lo tanto a la gente, el cese de la producción de armas nucleares y el fin de
la hambruna. Alguien dijo:
La calma llegará después de la tormenta. Lamentablemente para que se produzca un
cambio de crecimiento y evolución de la raza humana, deberá atravesar un conflicto o
quiebre, como en un cuento. Que Dios se apiade de nosotros.
¿Cree usted que para escribir se debe ser una persona comprometida con su
trabajo?
Hay algunas muy buenas, otras no tanto, otras hacen lo que pueden y otras lo que no
deben. Son un negocio como cualquier otro, con gente a cargo y mientras más dinero
más se potencia. Lo principal es la distribución y seguimiento de las ventas de los
ejemplares. Hoy es más difícil vender, las librerías no saben dónde poner los libros.
Armar una imprenta propia tampoco sería un buen negocio, recuerden a Mark Twain
fundido por comprar una linotipia nueva y dando conferencias por el mundo para poder
sobrevivir (broma).
Trataría de no vivir de la escritura. Tendría una renta para poder escribir con
tranquilidad y sin apremios económicos. Sinceramente, de la historia de grandes
escritores, no conozco ninguno que haya terminado rico, salvo los que escriben best-
sellers.
Son útiles para dar a conocer escritores y la competencia es buena por que ayuda a la
auto-superación. A veces me extrañan algunos resultados, en especial si hay dinero de
por medio.
¿Qué opina de los nuevos medios actuales para la difusión de la literatura como es
la Internet?
Bueno, la venta de libros por Internet no es mala idea Estamos en un mundo nuevo,
impensado hace cincuenta años. La población creció el doble de lo que aumentó en
miles de años; las comunicaciones dieron un salto cuántico y eso se debe al cambio de
Era, puesto que si cada una de las doce zonas astrológicas dura 2.160 años
aproximadamente, la transición es de 100 años, por lo tanto la Era de Acuario ya ha
comenzado.
Y por último ¿Quiere decir algo más?
Desde niño, gracias a las influencias familiares, de mis padres, comencé a borronear
cuadernos. En la adolescencia eso se hizo más consciente, acompañado de otro hábito
familiar: la lectura. Mi padre (talentoso faro, jamás un ancla en mi vida), me llevaba a
las ferias de libros en mi ciudad, Quito. Mi madre, alegre y vital, escuchaba mis
primeros relatos y poemas. A más de eso, un punto crucial fue el ir descubriendo cosas
que me alejaban de la noción de una vida placentera; por ejemplo, estuve cerca de morir
a los tres años de edad, en un terrible accidente automovilístico. Esa experiencia, unida
a otras ligadas con la pérdida de seres muy queridos, marcó mi forma de ver el mundo.
Luego el trayecto ha ido entre el dolor y el placer, el recuerdo y el olvido, la plenitud y
la carencia.
¿Por qué?
Lezama Lima decía que “definir es cenizar”; es decir, matar algo antes de que nazca,
cortarle las alas. Pero si hay que definir, el gran poeta Efraín Jara Idrovo señalaba que la
poesía es una manera de conocimiento que obliga a una ordenación especial de las
palabras, con el fin de potenciar su eficacia expresiva. Yo creo que mejor que definirla
es leerla, gozarla y conmoverse con ella.
¿Cree usted que para escribir se debe ser una persona comprometida con su
trabajo?
Sí, el único compromiso que no puede faltar es con tu obra. Concuerdo con el excelente
poeta Roberto Juarroz que dice que no hay poesía sin imaginación, pensamiento y
sentimiento. Todos ellos forjan un compromiso evidente.
Soy muy crítico acerca de mi obra, he dejado de publicar, he roto, he botado a la basura
muchas páginas, mucho tiempo. Mas, estoy conforme con lo que he publicado hasta el
momento. Quisiera que mi obra sea lo que el título de un hermoso libro del poeta Emilio
Adolfo Westphalen: Belleza de una espada clavada en la lengua.
Creo que las influencias son en determinado momento son involuntarias y hasta
peligrosas; sin embargo, más allá del concepto mismo de influencia, me gustan autores
como Artaud, Beckett, Dylan Thomas, Michaux, Ponge, Pound, John Ashbery, César
Vallejo, Xavier Villaurrutia, Adonis, Juarroz, Antonio Gamoneda, Gonzalo Rojas,
Pessoa, Cioran, Elias Canetti, Octavio Paz, Borges. Y del Ecuador: César Dávila
Andrade, Alfredo Gangotena, Hugo Salazar Tamariz, Paco Tobar, Francisco Granizo,
entre otros. Y la lista es interminable y siempre está abierta a nuevos escritores, a
renovadas lecturas.
Tengo un libro de poesía publicado, Construcción del vacío, del cual se han dicho cosas
como que “es una construcción con tres esquinas de plenitud: las reflexiones de un yo
sobre sí mismo, de un yo en diálogo con un tú elusivo y problemático, y de una voz
neutra que reflexiona, despersonalizada, sobre la naturaleza del mundo”, esto lo dice
Leonardo Valencia.
“El gozo sexual es uno de los motivos de este libro. El otro podría ser la soledad.
Entrelazadas, estas dos experiencias inspiran una poesía angustiada por el sentido de la
materia y por el desencuentro con la multitud. Por eso el sacrilegio –esa hez amarga que
aparece en uno de los poemas– es el sino fatal del poeta”, afirma David Guzmán
Por último Beatriz Ramírez afirma: “se siente el desgarro del hombre, praxis vital que
sacude, que conmueve. No hay engaños, no hay fábulas de amor, ni pétalos ni arrullos,
sólo una voz de un hombre y sus voces que van rugiendo a ese dios de la amargura, que
sólo llena de miseria”.
He citado algunos de los comentarios del libro no por ego, sino porque me parece que
aclaran un poco mi quehacer poético y cómo la poesía, que para mí debe implicar un
riesgo, un peligro, permite múltiples lecturas.
Ahora intento otras maneras de decir lo que siento y pienso. Siempre desde una
perspectiva dinámica y a la vez pesimista de la vida, avanzando a través de ella, por
caminos difíciles, inexplorados, desoladores, muy cerca del precipicio y con la cabeza
en alto. Sin caer en facilismos, ni entreguismos ni vulgaridades, y sin olvidar la ironía y
el humor.
Que lo mejor es ganarlos. Ya en serio, que sirven siempre y cuando el escritor no pierda
su norte y sepa que el acto de escribir es lo más importante de su existencia. Son útiles
para que tu palabra sea conocida, para nada más. No soy más ni menos si gano o no un
certamen, muchos de los cuales no sirven para nada, por su poca seriedad. También me
parece ridícula la desesperación de muchos de mis contemporáneos por asistir a
lecturas, ferias, invitaciones y viajes, como si allí estuviera el corazón de su obra, como
si así fuesen más. No digo que sea malo acudir a los eventos antes mencionados, me
centro en la forma en que se lo hace. En fin, tonterías del mundo globalizado.
¿Qué opina de los nuevos medios actuales para la difusión de la literatura como es
la Internet?
Que son necesarios pero no imprescindibles, y que el punto está en cómo se los use. Es
decir, la red de Internet es sólo una herramienta, ocuparla bien o mal depende del ser
humano. Huyo de los blogs y páginas que basan su fortaleza en la autopromoción y el
autobombo indiscriminado, mentiroso y ruin. Aplaudo la creación de espacios como
esta revista, que permite que la literatura siga viva.
Que es tiempo de que la literatura ecuatoriana venza las trabas impuestas por ella
misma, trabas políticas y sociales basadas en el dogmatismo y el egoísmo, y se exponga
al mundo y de él se nutra. Digo la literatura, los libros, la poesía en definitiva. Y afronte
su realidad con una actitud más abierta y a la vez autocrítica y frontal.
También quiero decir que la relación del individuo con la poesía parte de muchos
frentes; pero, más allá de cuestiones personales, siempre crece y se agota en ella. Como
dice Gonzalo Rojas: “… yo no creo que la palabra tenga que nacer de mentes sórdidas o
confundidas que solo confundan la poesía. Y los que estén confundidos que no escriban
y vayan al doctor o al psiquiatra, igual ellos no te ayudan a solucionar tu problema. La
palabra debe ser un ente vivo y solo escribir desde la sinceridad y de lo que te fue dado.
No busquen otras cosas. Hay que ser honesto, sincero, verdadero con uno mismo, real”.
En definitiva, muchos sectores de la crítica deben superar la pose y la terquedad,
entender que existen poesías, pluralidad, diversidad. No pensar que lo que hace un
grupo o un individuo es la verdad absoluta y que el resto no sirve, y decirlo incluso sin
haber leído las obras.
Biografía
…
César Vallejo
(1892-1938)
César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco, un pueblo andino del
Perú. Sus padres fueron Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos
Mendoza Gurrionero. César fue el menor de once hermanos. Su apariencia mestiza se
debe que sus abuelas fueron indias y sus abuelos sacerdotes gallegos. Era “hombre muy
moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo”, según González Ruano.
Trilce anticipó gran parte del vanguardismo que se desarrollaría en los años 1920 y '30.
En este libro Vallejo lleva la lengua española a límites insospechados: inventa palabras,
fuerza la sintaxis, emplea la escritura automática y otras técnicas utilizadas por los
movimientos "dadá" y "superrealista", tal como el relato onírico Finnegans Wake de
James Joyce.
Inicia su amistad con Juan Larrea y con Vicente Huidobro; traba contacto con
importantes intelectuales como Pablo Neruda y Tristán Tzara.
En 1926 conoce a su primera compañera francesa, Henriette Maisse, con quien
convivirá hasta octubre de 1928. Con el poeta español Juan Larrea funda una revista,
pero sigue escribiendo para Variedades y Amauta, la revista de José Carlos Mariátegui.
Profundiza sus estudios sobre el marxismo. En 1927 conoce a Georgette Phillipart. Ese
año viaja a Rusia. Hacia 1929 sigue colaborando con Variedades, Mundial y el diario El
Comercio, como corresponsal oficial. En 1930 el gobierno español le concede una
modesta beca para escritores. Retorna a París y después parte a Rusia para participar en
el Congreso Internacional de Escritores Solidarios con el Régimen Soviético.
Nuevamente regresa a París y se casa con Georgette Phillipart en 1934. Se adhiere al
Partido Comunista del Perú fundado por Mariátegui. En 1937 Vallejo y Neruda fundan
en España el “grupo hispanoamericano de ayuda a España” en el contexto de la Guerra
Civil.
Vallejo escribió cinco obras de teatro, ninguna de las cuales fue estrenada o publicada
durante su vida. Mampar es el tema de una carta crítica del productor Louis Jouvet. El
texto no se conserva; suponen que lo destruyó Vallejo. Les taupes (1929, escrita en
francés) trata del conflicto de un esposo con su suegra. Lock-Out (1930, escrita en
francés; el propio Vallejo hizo una traducción al castellano que no se conserva) trata de
un conflicto obrero en una fábrica metalúrgica. Entre las dos orillas corre el río (años
1930) fue el producto de un largo y difícil proceso. Entre los títulos de versiones
anteriores se encuentran Varona Polianova, Moscú contra Moscú, El juego del amor, del
odio y de la muerte y varias permutaciones de este último. Colacho hermanos o
Presidentes de América (1934). Una sátira que expone la democracia peruana como
farsa burguesa bajo presiones diplomáticas y de empresas transnacionales. La piedra
cansada (1937), obra de tono poético ambientada en la época incaica e influida por las
tragedias griegas.
Noticias
FUENTE: Revista Ñ
El manuscrito de El proceso, al igual que los otros manuscritos de Kafka, ha tenido una
historia que en parte refleja también la historia del siglo XX. La odisea de los
documentos empieza ya con ese momento en que Kafka, ya moribundo, le pide a su
amigo y albacea testamentario Max Brod que queme sus manuscritos después de su
muerte, en 1924. Brod no sólo no cumplió la última voluntad de Kafka -que había
editado pocos textos- sino que publicó sus obras, que le darían una fama mundial
póstuma y lo rodearían además de un aura de leyenda. Además, Brod conservó los
manuscritos originales y en 1939, cuando logró huir de Praga con destino a Palestina, se
los llevó con él en una maleta. Brod murió en 1968, en Jerusalén, y su secretaria, Esther
Hoffe, heredó sus bienes, incluidos los manuscritos de Kafka que ya para ese momento
era visto como un indiscutible clásico de la modernidad. En 1988, Hoffe decide
separarse de parte de los documentos kafkianos y vende, entre otras cosas, el manuscrito
de El proceso que fue adquirido por el Archivo de Literatura Alemana -por cerca de 2
millones de dólares- en una subasta realizada en Londres. El director del Archivo,
Ulrich Rauff, sostiene que no hay duda alguna sobre la legalidad de la adquisición del
manuscrito, que se hizo "ante los ojos del mundo" sin que se hubiese presentado
reclamaciones en los 21 años que han transcurrido desde entonces y se ha declarado
irritado por las exigencias israelíes. Rauff no ve razón para devolver el manuscrito que
forma parte de la tradición de la literatura en lengua alemana. En Israel se sostiene que
con la venta del manuscrito de El proceso en una subasta en Londres se violó una ley
nacional que prohíbe sacar bienes culturales del país. Otro argumento es que con la
venta del manuscrito no se respetó la última voluntad de Max Brod, a lo que hay quien
responde que, si del respeto de las últimas voluntades se tratara, el documento debería
quemarse como lo había pedido Kafka.
FUENTE: Revista Ñ
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Pero se tratará en lo posible de atender la mayoría de los trabajos, teniendo en cuenta,
ciertos criterios de calidad y originalidad para satisfacer el interés de nuestros lectores.
Nota: Para aquellos que deseen que la revista haga una reseña de su obra sea poesía,
narrativa, ensayo o Revista, le pedimos que se ponga en contacto con el director de la
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Lucas M. Vallejo
Director de la Revista Literaria El Cuervo