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Politica penalidad y carcel ‘Si nos detenemos en los datos, Ia actual politica penal-penitenciaria ha convertido las prisiones de todo el Estado en almacenes de seres humanos, fruto de una sin razon que viene asenténdose en la dinamica de exclusion de los sectores sociales que molestan, convirtiendo a la mayoria en presos y penados, convencidos de que cuanto més tiempo encerrados estén, mas silenciados y escondidos, tanto mas tranquilos se sentirin el resto de ciudadanos libres. Lo cierto es que de esta tendencia tienen mucha responsabilidad los medios de comunicacién con su innegable poder de hipnosis ¢ influencia en el subconsciente colectivo social, La intolerancia, la criminalizacién de un amplio abanico de conductas, las continuas reformas de reformas penales y penitenciarias llevadas a cabo al amparo de lo politicamente correcto para ganarse los votos 0 bajo la presion de momentos de impacto general por alin delito exasperante, han producido un aumento de la poblacién de excluidos que van a parar a los presidios que hace insostenible las condiciones necesarias que permitan llevar a cabo con cierta garantia una politica favorable de integracién social de todos los marginados, pues ya va escaseando el espacio y aumentando las carencias, en la practica la reinsercién se va relegando al olvido, y casi se desprecia la funcién a la que esti llamada la privacion de libertad segtin nuestra Constitucién. Las prisiones se han convertido en auténticos almacenes de came humana, personas demasiadas veces totalmente desprotegidas hasta niveles surrealistas que llegan a situarse por debajo de la proteccién que se da a otros animales, Cabe, pues, preguntarse si una sociedad que pone mas énfasis en la proteccién de los animales y sus entornos que en sus propios congéneres humanos no seri una sociedad que va perdiendo los valores éticos y morales que han de ser propios de humanidad, sin duda una sociedad asi esté enfermando llamativamente En los afios setenta y primeros de los ochenta los excluidos no molestabamos mucho y se produjeron algunos cambios en ta politica penal-penitenciaria de nuestro Pais. La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en relacién al cédigo penal para fijar limites de cumplimientos en treinta afios en 1973, la abolicién de la pena de muerte por la Constitucién de 1978, la creacién de la Ley Orgénica General Penitenciaria en 1979, la reforma del Reglamento penitenciario en 1981 0 la reforma de la prisién preventiva cn 1983. Estas reformas pusicron el énfasis en la rehabilitacién de los condenados plantedndose mediante diferentes métodos: desde los experimentos consistentes en el aprendizaje tutelado de un oficio hasta la intervencién en la asistencia de las necesidades sociales desde periodos tempranos y anteriores 0 coincidentes con la libertad condicional. Todo ello para lograr la plena reinsercién social de los excluidos. El principal obstaculo con el que en un principio se encontré esta politica de reeducacién vino dado por la combinacién de dos factores: la falta de educacién social de no pocos de los presos y la escasa preparacién técnica de la que adolecian con frecuencia los funcionarios de prisiones. Sin embargo no se dio tiempo para verificar si estas regeneraciones penales y penitenciarias se tomaban efectivas en ta reinsercién de los entonces presos y penados, y prontamente se impusieron los detractores. Por ello, hoy nuevamente en opinion de una mayoria de ciudadanos se estan fortaleciendo las actitudes de los que piensan que la rehabilitacién ha fallando y que hacen falta, en cambio, imponer penas més largas y severas para los delincuentes, lo que vino de lejos instaurado por aquellas nuevas reformas penales y penitenciarias que, devolviéndonos practicamente a la ley de la dictadura, sustituyen al corto periodo en el que el énfasis se ponia en la reinsercién social de todo sector de excluidos, por la supuesta seguridad que produce la represién sin otra razén de ser, Una politica heredada y relegada al contro! de unas instituciones judicial-administrativo que aun hoy quedan al final de la fila de la transicién social que Itevé del franquismo a la democracia y que salvo algunos parches han quedado al margen de aquella. No son pocas las voces que defienden y promueven aun mas el endurecimiento de la politica judicial-penitenciaria actual, sin embargo ignoran, a menos de haberse visto cogidas lias mismas en el laberinto de este sistema, como funciona verdaderamente. Carecen de informacién real y limpia de intoxicaciones, y si supieran hasta que punto abruma el peso de esta maquinaria de castigo y exclusion, seguramente ya nadie estaria dispuesto a ser garante de tal politica represiva. No hay coherencia estricta entre lo que se pretendi6 por el legislador lo que traté de incorporar con sus reformas penales-penitenciarias- y las diferentes précticas en el plano de las instituciones que lo representan. La independencia judicial es aun algo teérico, manipulada constantemente por las presiones de los medios de comunicacién y los politicos, ¢ interpretada demasiadas veces por los jurisdiscentes como un cheque en blanco que les otorga el poder de decidir sobre la vida de una persona al amparo de sus propios criterios y por encima de fas mismas leyes, en la sapiencia del corporativismo y de que raras veces sufririn algin perjuicio por ello, En cuanto a lo que toca a la Administracion penitenciaria, ésta no tiene més que una referencia global de la Ley penal y de la cosmologia represiva, lo cual constituye un vehiculo demasiado vago para garantizar una accion concertada, En resumen, nos encontramos con estructuras independientes encerradas en ‘mentalidades que se replicgan sobre si mismnas No queda mas que reconocer que todos estos sectores marginales y excluidos son el principal producto del hundimiento de las normas sociales tradicionales, a consecuencia de la industrializaci6n, la urbanizacién, el incremento de la movilidad fisica y social y los efectos de las infravivienda, el desempleo y las crisis econémicas. Una prevencién ¢ integracién efectiva requicre de medios, instituciones y programas que aporten guias de compromiso y actuacién tanto en el plano tedrico, como en el practico, teniendo cn cuenta las nuevas realidades sociales. No parecen importar las consecuencias que puedan sobrevenir a esta realidad en el futuro, quizas ahora imperceptible pero no por cllo deja de ser una semilla que se viene sembrando con esta politica represiva global y tarde o temprano germinard, para mal més que para bien. Ejemplos de sociedades represoras hasta tales niveles las tenemos para fijarnos en las consccuencias que han sufrido y vienen suftiendo, las mas de las veces sin duda crueles, no solo para los excluidos, sino que también para la sociedad Qué conoy le paso westa sociedad... 1 Sa. Juan C. Martinez Bertoli

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