Mi alma canta la grandeza del Seor, mi espritu festeja a Dios mi salvador, porque se ha jado en la humillacin de su esclava y en adelante me felicitarn todas las generaciones. Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por m, su nombre es santo (Lc 146-49) Para la reflexin La mujer en el tiempo de Mara vala muy poco, mucho menos una joven virgen ya que su valor vena dado por los varones legtimos que engendraba. No tena ni voz, ni voto, su palabra no era tomada en cuenta. No poda leer las Escrituras, ni ser discpula de un maestro. Era considerada en todo inferior al varn.
Sin embargo, Dios llama a una mujer, Mara, la joven campesina de Nazaret como antiguamente llam a los profetas y dems lderes del pueblo de Israel cuando quera encargarles una misin importante. Dios toma la iniciativa de la propuesta, no utiliza a Mara, sino que habla con ella, le declara su amor, se deja interpelar y espera su decisin. Para la reflexin Y la decisin de Mara ser la ms importante de la historia: hacer posible el sueo de Dios, acogiendo en sus entraas al que es la PALABRA y dejando que se haga en ella por obra del Espritu Santo, carne, cuerpo, Buena Noticia para los pobres de la tierra.
Para la reflexin Mara, jovencita de Nazaret, mujer como las dems, fue capaz de asumir el dolor y las esperanzas de su pueblo empobrecido y explotado desde su fe en el Dios cercano y liberador del xodo que derriba del trono a los poderosos y exalta a los humildes (Lc 1,52). Fe que en Mara va creciendo y la va comprometiendo cada vez ms con la causa del Reino proclamado por Jess.
Para la reflexin Y dice Mara con suave rubor, abriendo su boca, cantando al Seor:
Mi alma glorica al Seor y mi espritu se goza en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humilde condicin de su sierva. Y desde ahora me llamarn bienaventurada todas las generaciones. Haciendo grandes cosas el Omnipotente, Santo es su nombre en toda generacin. Ha derribado de sus tronos a los poderosos, poniendo en ellos a los humildes, dndoles riquezas. y a los ricos las manos vacas. Gloria a los humildes por todos lo siglos de los siglos.