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NICOLAS COPERNICO

NICOLAS COPERNICO

Nació el 19 de febrero de 1473 en Toruń, Prusia,  


Polonia. Y murió el 24 de mayo de 1543 a sus 70 años
en Frombork, Prusia, Polonia
fue el astrónomo que formuló la primera
teoría heliocéntrica del Sistema Solar. Su libro, "
De revolutionibus orbium coelestium" (de las
revoluciones de las esferas celestes), es usualmente
concebido como el punto inicial o fundador de la
astronomía moderna, además de ser una pieza clave
en lo que se llamó la Revolución Científica en la
época del Renacimiento.
Copérnico pasó cerca de veinticinco años
trabajando en el desarrollo de su modelo
heliocéntrico del universo. En aquella época
resultó difícil que los científicos lo
aceptaran, ya que suponía una auténtica
revolución.

Entre los grandes eruditos de la Revolución


Científica, Copérnico era matemático,
astrónomo, jurista, físico, clérigo católico,
gobernador, administrador, líder militar,
diplomático y economista.
conocido por su teoría según la cual el Sol se
encontraba en el centro del Universo y la Tierra,
que giraba una vez al día sobre su eje, completaba
cada año una vuelta alrededor de él. Este sistema
recibió el nombre de heliocéntrico o centrado en el
Sol.
Copérnico vivio en el palacio episcopal de su tío en
Lidzbark Warminski entre 1503 y 1510, y trabajó
en la administración de la diócesis y en las
actividades contra los caballeros de la Orden
Teutónica. Allí publicó su primer libro, una
traducción del latín de cartas de ética de un autor
bizantino del siglo VII, Teofilatos de Simocata.
Entre 1507 y 1515 escribió un tratado
breve de astronomía, De
hypothesibus motuum coelestium a
se constitutis commentariolus (más
conocido como el Commentariolus),
que no se publicaría hasta el siglo
XIX. En esta obra sentó las bases de
su nueva astronomía de concepción
heliocéntrica.
Sistema de Copérnico
En el siglo XVI, Nicolás Copérnico publicó un modelo del Universo en el que
el Sol (y no la Tierra) estaba en el centro. Las anteriores hipótesis se
mantenían desde el siglo II, cuando Tolomeo había planteado un modelo
geocéntrico que fue utilizado por astrónomos y pensadores religiosos
durante muchos siglos. Copérnico planteó y discutió el modelo heliocéntrico
en su obra De revolutionibus orbium caelestium que se publicó justo antes
de su muerte en 1543. Galileo adoptó la teoría heliocéntrica a comienzos
del siglo XVII y publicó pruebas para apoyarla. Fue perseguido por la Iglesia
católica por defender un modelo herético, pero en 1992 una comisión papal
reconoció que la Iglesia se había equivocado.
La teoría de Copérnico establecía que la Tierra giraba
sobre sí misma una vez al día, y que una vez al año
daba una vuelta completa alrededor del Sol. Además
afirmaba que la Tierra, en su movimiento rotatorio, se
inclinaba sobre su eje (como un trompo). Sin embargo,
aún mantenía algunos principios de la antigua
cosmología, como la idea de las esferas dentro de las
cuales se encontraban los planetas y la esfera exterior
donde estaban inmóviles las estrellas. Por otra parte,
esta teoría heliocéntrica tenía la ventaja de poder
explicar los cambios diarios y anuales del Sol y las
estrellas, así como el aparente movimiento retrógrado
de Marte, Júpiter y Saturno, y la razón por la que Venus
y Mercurio nunca se alejaban más allá de una distancia
determinada del Sol. Esta teoría también sostenía que
la esfera exterior de las estrellas fijas era estacionaria.
Junto con sus extensas responsabilidades, la
astronomía figuraba como poco más que
una distracción. Por su gran contribución
en el campo de la astronomía, en 1935 se
decidió en su honor llamarle «Copernicus»
a un cráter lunar visible con la ayuda de
binoculares, ubicado en el Mare Insularum.
Este famoso científico polaco-prusiano2
estudió en la Universidad de Cracovia
(1491-1494) bajo las directrices del
matemático Wojciech Brudzewski. Viajó
por Italia y se inscribió en la
Universidad de Bolonia, (1496-1499),
donde estudió Derecho, Medicina, Griego y
Filosofía, y trabajó como asistente del
astrónomo Domenico da Novara.
De revolutionibus orbium coelestium

Su obra maestra, De revolutionibus orbium coelestium


(Sobre las revoluciones de las esferas celestes), fue
escrita a lo largo de unos veinticinco años de trabajo
(1507-32) y fue publicada póstumamente el 1543 por
Andreas Osiander, pero muchas de las ideas básicas y
de las observaciones que contiene circularon a través
de un opúsculo titulado The hypothesibus motuum
coelestium a se constitutis commentariolus (no editado
hasta 1878), que, pese a su brevedad, es de una gran
precisión y claridad.
Copérnico estudió los escritos de los filósofos griegos
buscando referencias al problema del movimiento
terrestre, especialmente los pitagóricos y
Heráclides Póntico, quienes creían en dicha teoría.
En cuanto a la teoría heliocéntrica en sí, hasta
donde se sabe hoy, fue concebida por primera vez
por Aristarco de Samos (310-230 a. C.), a quien
curiosamente no nombra en su obra. Es preciso
centrar el valor real de sus estudios en el hecho de
reimponer teorías ya rechazadas por el «sentido
común» y de darles una estructuración coherente y
científica.
Pone en tela de juicio que el hombre está en el
centro del Universo para contemplarlo significa ir
en contra del más grande de los ideales: el de la
contemplación por parte del hombre de la
majestuosidad de los cielos hechos por Dios. La
importancia de la obra de Copérnico es ser una
obra revolucionaria, precursora de grandes
cambios científicos. Dicho carácter revolucionario
no está sólo en sus escritos sino en poner en
marcha unos caminos que romperán las barreras
del pensamiento. No debemos olvidar que la obra
de Copérnico sigue ligada al Mundo Antiguo, ya
que ciertas premisas platónicas siguen vigentes
en su pensamiento como los dos grandes
principios de uniformidad y circularidad.
Legado

Copérnico está considerado como el fundador de la


astronomía moderna, proporcionando las bases que
permitieron a Newton culminar la revolución
astronómica, al pasar de un cosmos geocéntrico a un
universo heliocéntrico y cambiando
irreversiblemente la visión del cosmos que había
prevalecido hasta entonces.
 Así, lo que se conoce como Revolución Copernicana
es su formulación de la teoría heliocéntrica, según la
cual, la Tierra y los otros planetas giran alrededor del
Sol.
Las ideas principales de la obra de Copérnico, que se
oponen a las anteriores a él, son entre otras, su idea de
preservar la unidad de movimientos y crear un sistema
de círculos más racional. El helioestatismo y el
heliocentrismo no son las premisas sino la conclusión.
Además, elimina los ecuantes de la astronomía porque no
parecen respetar los principios básicos de Platón. Cambia
también de hipótesis y toma la de que el Sol permanece
quieto y la Tierra se mueve (con una serie de
movimientos distintos: el movimiento de rotación, el de
traslación y el de declinación que sirve para explicar los
equinoccios). Para esto, Copérnico plantea sus hipótesis:
que no existe un centro único de todas las esferas
celestes, y que además el centro de La Tierra no es el
centro del Universo (sino el centro lunar y el centro de
gravedad

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