a esperar que llegue la noche cuando el da se acaba y ver como el sol descorre despacio el inmenso teln arrebolado del cielo y ver como se encienden las altas hogueras incandescentes y all lejos los atisbos de galaxias multiformes.
Me gusta mirar ese tremendo espectculo prohibido en las ciudades en la total prescindencia de los nombres que los astrnomos y los magos les han dado y seguro ellas ignoran. No quiero nombrarlas. No quiero entenderlas quiero apreciarlas y enmudecer con la luz de sus cuerpos.
Mirar el alto y negro cielo enardecido ver las luces curvas del universo en los oscuros abismos ascendentes or la msica arpegiando en los algarrobos y luchar contra los pensamientos es un desafo que nos impone la situacin al intentar captar semejantes vibraciones.
Estrellas siempre hay ms atrs hay otra arriba hay otra arriba hay ms muchas ms pero tambin mucho ms. Mucho ms que no sabemos que apenas percibimos que apenas vemos.
Noche abierta nubes en veda fro de hielo y una porcin magnifica del universo se muestra sin complejos ni ataduras.
Oscuridad profunda. Oscuridad milenaria latiendo como nueva en llamaradas de vida encima de las plantas encima de las piedras dejndose mirar cuando los pjaros duermen cuando los zorros acechan cuando las ciudades descansan y las chicharras cantan su disonante serenata.
A ellas los poderosos fuegos que iluminan los incontables caminos del universo. A ellas que dan fuerza y alimentan las imaginaciones es difcil olvidarlas. Es difcil olvidarlas despus de conocerlas despus de enmudecer y contemplarlas.