Você está na página 1de 42

El Verdadero…

"El ODIO como factor de


lucha; el ODIO intransigente
al enemigo, que impulsa
más allá de las limitaciones
naturales del ser humano y
lo convierte en una
EFECTIVA, VIOLENTA,
SELECTIVA Y FRÍA
MÁQUINA DE MATAR.
Nuestros soldados tienen
que ser así; un pueblo sin
odio no puede triunfar Ernesto Guevara
sobre un enemigo brutal. 14 de Diciembre
Hay que llevar la guerra de 1964
hasta donde el enemigo la
lleve: a su casa, a sus
lugares de diversión;
Ernesto Guevara Lynch de la Serna
nació en Argentina, a mediados del año
1928, en una familia de izquierdistas ricos.
Al culminar sus estudios de medicina, salió
de su país para nunca más regresar. Se
encontró con Fidel Castro en México, en
1955, donde aprendió técnicas de
guerrilla. El año siguiente, participó del
desembarco en Cuba del pequeño
contingente de revolucionarios.
Después de 2 años de combates en la Sierra
Maestra, Fidel tomó el poder en la Habana. El Che
entró en La Habana en 1959 con su leyenda
guerrillera y su famosa estrella de comandante.
Inmediatamente se hizo cargo de la jefatura de La
Cabaña, una tenebrosa fortaleza colonial donde
fueron ejecutados miles de reos, La mayoría de ellos
no llegaba a los 30 años.
Ernesto Guevara, el Che, contribuyó a la tiranía de Fidel
Castro. No se conoce el número de muertos causados por
el Socialismo o Muerte en Cuba. María Werlau, Directora
Ejecutiva de Archivo Cuba, no pudo dar una cifra
aproximada de las víctimas del socialismo en la isla: "No
lo sé, cien mil... doscientos mil...". Gran parte de ellos han
perdido la vida intentando huir del paraíso socialista.
Muchos han sido simplemente ejecutados por el régimen.
El propio Che era
aficionado a ejecutar
a cubanos puestos
contra la pared. Por
ello se ganó el apodo
de
“EL CARNICERO
DE LA CABAÑA”.
Personalmente dirigió
el proceso contra los
representantes del
régimen depuesto,
condenando a muerte a
cerca de 4.000
personas.
"El Che nunca trató de ocultar su
crueldad, por el contrario, entre
más se le pedía compasión más
él se mostraba cruel. El estaba
completamente dedicado a su
utopía. La revolución le exigía
que hubiera muertos, él mataba;
ella le pedía que mintiera, él
mentía. En La Cabaña, cuando
las familias iban a visitar a sus
parientes, Guevara, en el colmo
del sadismo, llegaba a exigirles
que pasaran delante del paredón
manchado de sangre fresca.”

Padre Javier Arzuaga.


Ex-Capellán de la Cabaña.
En La Cabaña había
opositores políticos y
gente inocente, pero el
Che no dudaba en
ejecutar personalmente
a traidores o sospechosos
de serlo. En las senten-
cias prefabricadas, que
él mismo revisaba y
aprobaba, no cabía el
titubeo de la duda
razonable.
Su divisa era: “Ante la
duda, MATA".
Sus órdenes, por otro lado, no
siempre estaban exentas de
esa "fina ironía" que cautivó a
más de un intelectual a
ambos lados del Atlántico. En
ocasiones mandaba al
paredón escribiendo esta
nota breve y terminante:
"Dale aspirina".
La macabra aspirina del Che
cundió de tal modo que
incluso se le llegó a aplicar a
antiguos compañeros de
armas.
San Carlos de
La Cabaña
San Carlos de La Cabaña era una fortaleza de piedra
convertida en cuartel militar donde se llevaban a
cabo las ejecuciones Se fusilaba de lunes a viernes,
en horas de la madrugada, poco después de dictar
sentencia y declarar sin lugar la apelación. En la
cárcel de La Cabaña convivían unos 800 hombres
hacinados en un espacio pensado para no más de
300: militares, miembros de algunos de los cuerpos
de la policía, periodistas, empresarios,
comerciantes...

Pasillo Interno de la Cárcel de La Cabaña


Hubo condenados que se
resistieron a admitir la
pena de muerte hasta el
minuto mismo de la
descarga. Otros iban
anonadados, trémulos,
abismados, arrastrando los
pies. Más de uno murió
proclamando “Soy
Inocente”. Más tarde el
silencio macabro cuando
todo se había consumado.
La mayoría de los
cadáveres quedaban con el
busto de bruces, la cabeza
destrozada y con sesos al
aire a causa de los tiros de
gracia.
Entre sus escritos y frases más célebres se deja
entrever su verdadera personalidad:

“No demoren las causas,


esto es una revolución, no
usen métodos legales
burgueses; el mundo
cambia, las pruebas son
secundarias. Hay que
proceder por convicción.
Sabemos para qué estamos
aquí. Estos son una pandilla
de criminales, asesinos,
esbirros... Yo los pondría
a todos en el paredón y
con una cincuenta
ratatatatata… a todos”.
"No soy Cristo ni un filántropo, soy todo lo contrario
de un Cristo. Lucho por las cosas en las que creo con
todas las armas de que dispongo y trato de dejar
muerto al otro para que no me claven en ninguna
cruz o en ninguna otra cosa.”

“Estoy en la “¿Revolució
manigua n sin
cubana, vivo y disparar un
sediento de tiro? Estás
sangre.” loco.”

“Aquí estuvo muy divertido con tiros,


bombardeos, discursos y otros matices que
cortaron la monotonía en que vivía.”
"Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una
verdad conocida, que la hemos expresado siempre
ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado,
fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea
necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte.
Nosotros sabemos cuál sería el resultado de una
batalla perdida y también tienen que saber los
gusanos cuál es el resultado de la batalla perdida hoy
en Cuba"
"El camino pacífico está eliminado y la
violencia es inevitable. Para lograr
regímenes socialistas habrán de correr
ríos de sangre y debe conti-nuarse la ruta
de la liberación, aunque sea a costa de
millones de víctimas atómicas."
Entre sus obras más “brillantes” se encuentra la
creación del primer campamento de trabajos forzados,
Guanahacabibes. Fue establecido en Cuba
occidental hacia el final de 1960. Así es como el Che
explicaba la función desempeñada por este método de
confinamiento: “A Guanahacabibes se manda a la
gente que no debe ir a la cárcel, la gente que ha
cometido faltas a la moral revolucionaria de
mayor o menor grado... es trabajo duro, no
trabajo bestial.”
Este campamento fue el precursor del confinamiento
sistemático, a partir de 1965 en la provincia de Camagüey,
de disidentes, homosexuales, católicos, testigos de
Jehová, sacerdotes afrocubanos y otras “escorias”
por el estilo, bajo la bandera de las Unidades Militares de
Ayuda a la Producción (UMAP). Hacinados en autobuses y
camiones, los “desadaptados” serían transportados a punta
de pistola a los campos de concentración organizados sobre
la base del modelo de Guanahacabibes. Algunos nunca
regresarían; otros serían violados, golpeados o
mutilados; y la mayoría quedarían traumatizados de
por vida.
Se lo recuerda como un mártir, desprendido,
incorruptible, lleno de amor por la
humanidad, especialmente por los más pobres
y los más oprimidos. Se lo rodea con la aureola
de la santidad, como un personaje noble e
idealista que luchó por una utopía que proponía
la creación de un hombre nuevo, revolucionario y
altruista.
Se evoca siempre su
trágico final, asesinado
cuando ya se había
rendido, después de
fracasar en un intento
guerrillero que lo llevó
hasta las selvas bolivianas
al frente de un puñado de
hombres. Se lo ensalza
hoy, a cuarenta años de
su muerte, convertido en
un mito que apela a los
sentimientos más puros
de la juventud.

CON SU MUERTE,
MURIÓ EL HOMBRE
Y NACIÓ LA FARSA.
¿Valía más la vida del Che Guevara que la
de esos jóvenes soldados indígenas que
murieron por culpa de su descabellada
aventura?
¿Por qué no recordarlos también a ellos,
y a todos los cubanos y congoleños que
tuvieron la mala fortuna de encontrarse
con la dura reali-dad que provocaban sus
utópicas visiones?
Lo suyo terminó como tenía que terminar lo que había
empezado mal. Un aventurero reconvertido en fanático cuyo
único objetivo era hacer del mundo un lugar a la medida de sus
prejuicios. Quiso crear un hombre nuevo imponiendo su parecer
por la fuerza y no lo consiguió. Quiso cambiar el mundo con un
fusil tratando de persuadir a los campesinos que él sabía mejor
que ellos lo que les convenía y murió en el intento. Su enemigo
no fue el imperialismo, ni la injusticia, ni siquiera Fidel Castro. Su
enemigo fue el sentido común que, por la naturaleza misma del
ser humano, siempre e inevitablemente termina triunfando.
Al cumplirse 40 años de la muerte de este personaje, el
Vice-Presidente de Venezuela inauguró un
“monumento en su honor” y en dicho acto pronunció
estas
“Sipalabras:
queremos
expresar cómo
queremos que sean
los hombres de las
futuras
generaciones,
debemos decir que
sean como el Che.
Si queremos saber
cómo queremos que
se eduquen nuestro
niños, debemos
decir que queremos
que se eduquen en
el espíritu del Che…
… Si queremos un modelo de hombre
que no pertenece a este tiempo, que
pertenece al futuro, de corazón digo que
ese modelo, sin una sola mancha en su
conducta, en su actitud, en su actuación,
ese modelo es el Che!
… Si queremos expresar cómo deseamos
que sean nuestros hijos, debemos decir
con todo el corazón de revolucionarios
que queremos que sean como el Che”.
Estas palabras son para repetirlas a
nuestros hijos, a los hijos de nuestros
hijos, para mantenerlas vivas día a día”
¿Estos son los valores que le
quieren sembrar en la mente
y en el corazón a nuestros
niños?
¿CRUELDAD?
¿ODIO?

¿VIOLENCIA?
¿MUERTE?
¿A esto se refieren cuando dicen
“Patria, Socialismo o MUERTE?
YO SÓLO QUIERO SER NIÑO

No quiero ser
como el “Che”
yo sólo quiero
ser niño,
disfrutar de mi
inocencia,
de mis padres
el cariño.
No quiero que a mí me asocien
con ese vil asesino
que fue abortado en la Pampa,
mal ejemplo de argentino.
No me
obliguen a
vestir la
ominosa
pañoleta que
la sangre de
mi pueblo
con su rojo
representa.
No me pongan a marchar
como si fuera un soldado,
quiero me dejen jugar,
yo no aspiro a miliciano.
Que no me
enseñen a
odiar a un
enemigo
inventado,
quiero yo
poder amar,
no quiero que
me hagan
malo.
No quiero que me
conviertan en otro
niñito malo que
vigila y que delata
a sus padres y sus
hermanos.

Me niego a que se
me inculque esa
doctrina malvada
que ha separado
familias, que ha
destruido mi
patria.
Crecer quiero
libremente
en mi tierra
de donde
todos los
niños puedan
aspirar a ser
felices.
Quiero ser
como Martí
ejemplo de
patriotismo
¡No quiero
ser como el
Che”!
¡Yo sólo
quiero ser
niño!
Cástulo Gregorisch
¿CUÁL EJEMPLO?
¿ ?
generaciones de niños cubanos a
quienes le han impuesto en Cuba
un modelo de hombre a imitar: EL
CHE GUEVARA.
Y a esos jóvenes ignorantes que
se pasean por las calles luciendo
orgullosos camisetas con su cara.

Es bueno que sepan lo que hizo


su ídolo. Rechazamos símbolos
nazis,
y los símbolos comunistas:
Ideologías despreciables…
LA SEGUNDA CON UNA HISTORIA

Você também pode gostar