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Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar, nace el 24de julio de 1783 en
la ciudad de Caracas, por aquel entonces capital de la Capitanía General de Venezuela,
colonia de España. Quien sería el Libertador por antonomasia, ve la primera luz en un
amplio valle rodeado de montañas, muy cerca del mar Caribe. Descendiente de una familia
aristocrática de origen español, el niño Simón tuvo también raíces africanas, la de María
Petronila de Ponte, casada con Juan de Bolívar, bisabuelo del Libertador.
Más importante en la formación cultural del joven Simón resulta helecho de haber sido
amamantado y criado por la negra esclava Hipólita, por quien siente un infinito amor filial.
En una carta expresa que: “Su leche alimentado mi vida y no he conocido otro padre
que ella”, lo que se explica mejor al conocer que Simón había quedado huérfano de padre
cuando el sólo tenía tres años de edad.
Simón, por su cuna mecida entre los Andes venezolanos y el mar Caribe, por sus raíces
étnicas, vascas y africanas, es un símbolo de nuestra América, crisol de razas entrelazadas
por el drama de la colonización, la esclavitud y las luchas entre explotadores y explotados.
Tanto el padre de Bolívar, don Juan Vicente de Bolívar y Ponte, como su madre, doña
María de la Concepción Palacios y Blanco, pertenecían a las mejores familias de Caracas.
El mismo nombre de Simón tenía historia en la colonia, porque Simón de Bolívar se llamó
el primero de los antepasados que pasó a la América y también su hijo, por lo cual se les
distinguió, según costumbre de la época, diciendo Simón de Bolívar “El Viejo” y Simón de
Bolívar “El Mozo”. Ambos llegaron a Venezuela a fines del siglo XVI (1587), y Bolívar
“El Viejo” volvió muy pronto a España como Procurador General de la Corte, de las
ciudades de Caracas, Coro, Trujillo, Barquisimeto, Carora, El Tocuyo y Maracaibo.
Simón de Bolívar, “El Viejo”, fue originario de una noble familia de Vizcaya, habitante del
pueblo de Bolívar, lugarejo situado casi en el centro de la cadena cantábrica, en un risueño
valle regado por el Odárroa. El apellido Bolívar o Bolívar (compuesto de dos radicales
vascas Bolu, bolua, círculo o molino, e iba, ibara, pradera, significado pradera del molino)
fue primitivamente el de las tierras que poseían en el país los primeros señores, o, más
exactamente, los primeros infanzones del lugar.
El abuelo paterno de Simón Bolívar, Juan de Bolívar y Martínez Villegas, fundador del
pueblo de Cura (1772), era hijo del capitán Luís de Bolívar –quien siendo alcalde de la
ciudad de Caracas, en la segunda mitad del siglo XVII, encargase de abonar los gastos de
fortificación del puerto de la Guaira y de doña María de Villegas, oriunda de una de las
familias más ricas y nobles de las cercanías de Burgos. Uno de los ascendientes de doña
María contribuyó a la victoria de las Navas de Tolosa; su tatarabuelo, el capitán Juan de
Villegas, mandó en Coro después de los alemanes delegados de los Welter y fue el que
fundó la ciudad de Nuestra Señora de Concepción y la de Nueva Segovia de Barquisimeto.
Aparte de la importancia que por ellos mismos tenían. Los Bolívar se unieron muy pronto,
por sucesivos matrimonios, a las familias de los primeros conquistadores y pobladores de la
Provincia: a la de García- González de Silva, duro combatiente, que hasta tal punto
impresionó la imaginación popular que el color de su penacho – amarillo y negro- le dio
nombre a un pájaro y a una fruta; a la del fundador de Caracas, don Diego de Losada, que
sería también antepasado del futuro Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre; a la del
fundador de Valencia, Alonso Díaz Moreno, que cuando pasó a Venezuela tenía fortuna
propia y a su vez entroncó con las personas más ilustres del país; a la de Francisco Infante,
también de los fundadores de Caracas; a la de Juan de Villegas, tres veces Gobernador de
Venezuela. Y de la misma manera daría su sangre a la del Libertador, aquel capitán Andrea
de Ledesma, fascinante figura que anticipa en América al Quijote creado después por
Cervantes en España: a muy pocos años de haber sido fundada Caracas, avanzaron contra
ella unos filibusteros que hicieron huir a la desarmada población; sólo Andrea de Ledesma,
ya muy anciano, le hizo frente; y en su viejo caballo, lanza en ristre, los atacó para salvar la
honra de la ciudad. Cayó, acribillado de heridas, pero admirados los corsarios de
extraordinario sacrificio, tomaron en hombros el cadáver, y precedidos de jefe, en alto la
espada desnuda, lo restituyeron a Caracas.
El abuelo materno de Simón Bolívar fue don Feliciano Palacios y Gil de Arratia, quien casó
con doña Francisca Blanco Infante y Herrera, sobrina de don Feliciano de Palacios y Sojo,
fundador de la célebre escuela de música de Caracas.
Los blancos criollos era el grupo de blancos más numeroso y estaba constituido por
los descendientes de los primitivos conquistadores y colonizadores.
Los blancos de orilla, que eran los europeos inmigrantes que venían a la América en
busca de fortuna. Por su color se sentían superiores a los pardos, indios y negros, pero se
veían marginados violentamente por los criollos y por los funcionarios españoles.
Los pardos, que eran el grupo más grande de la sociedad colonial y porque eran
producto del mestizaje. Cada grado de mestizaje tomaba un nombre especial y ocupaba un
estrato social determinado (de blanco e indio resultaba mestizo; de blanco y negro resultaba
mulato; de indio y negro, zambos; a su vez, también eran pardos los mixtos de estos
híbridos: tercerón, cuarterón, salto atrás, castizo, moriscos, quinterón, tente en el aire, etc.).
Los indios, que disfrutaban jurídicamente de mejor condición que los negros; eran
tenidos como vasallos libres, lo cual no excluía su esclavización por rebeldía y resistencia
contra la conquista.
Los negros eran los esclavos y la condición de estos infelices era infrahumana.
Podían ser manumitidos, pero libres o no, estaban en la base de la pirámide social.
El padre de Simón Bolívar, fue el tipo clásico de hidalgo criollo venezolano: rico y
opulento propietario, su vida discurre entre amenas lecturas, inspección de sus haciendas en
compañía de graves y ceremoniosos profesores, cacerías y paseos de a caballo, deberes
religiosos y compromisos sociales.
Don Juan Vicente de Bolívar y Ponte clamaba en secreto por la independencia como
otros próceres notables de la colonia. Hombre de carácter y actividad atendía a su hacienda
de San Mateo en los valles de Aragua, la hacienda de Yare en los valles del Tuy, a los hatos
fundados por él en los llanos, y a las minas de Aroa. Además tenía casas en Caracas y la
Guaira.
Era une mujer pulcra y hacendosa, y aunque le sobran sirvientes, con sus propias
manos cubre de flores el altar doméstico, prende la lamparita a la Virgen, pone al sol las
antiguas banderas y limpia y abrillanta las armas de las panoplias.
Sus maestros:
Profesor Enseñanza
Hay que recordar también que Bolívar no solo recibió lecciones teóricas, sino también
lecciones prácticas como esgrima, equitación y baile.
Pero podemos encontrar una gran diferencia entre la
educación de Bolívar antes de Rodríguez y la
educación del mismo, porque simplemente los otros
profesores eran intermediarios del Libro y Bolívar
mientras que Bolívar lo que hacía era más bien
cerrarles los libros y abrirles los libros de la
naturaleza, de la vida; le hablaba de los problemas, de
la política, de la colonia, caminaban kilómetros,
nadaban, lo ponía a hacer deporte, a ver una forma de
vida real que no está plasmada en los libros.
Sus libros
El Libertador se hace conocer mucho en relación con la Literatura, porque era una
persona que leía mucho y que esas lecturas pudieron influir significativamente en la
personalidad de Bolívar, comenzando por VOLTAIRE, ROSSEAU Y MONTESQUIEU,
franceses de nacimiento en cual le encanto mucho la lectura de VOLVAIRE Y ROSSEAU,
pero a veces consideraba mucho la de MONTESQUIEU muy agresiva; leía también
lecturas e ilustraciones de la Revolución Francesa que fue estudiado en objetivos anteriores;
otra de las cosas interesantes es que él a veces leía obras en idiomas como el francés y él lo
leía completamente sin necesidad de buscar traducción como lo fue en LA GUERRA DE
LOS DIOSES. Ese amor por la Literatura no la obtuvo en una edad madura, sino que ya
antes de la adolescencia le encantaba leer todo tipo de publicaciones y lecturas, que poco a
poco lo fueron formando e influyendo en su personalidad. Por supuesto todas estas lecturas
que leía no se conocieron porque él lo decía, sino que en su forma de expresarse, algunos
escritores que nombraba en forma espontanea y en los discursos, cartas y hasta en el
Testamento se pudo observar influencia de muchos escritores, no tanto de la época, sino de
la época clásica (romana y griega) como lo fue en el Discurso ante el Congreso de
Angostura, la Carta de Jamaica, etc.
Una importancia de este viaje a España fue que Bolívar frecuentó al el Marqués de
Ustáriz, el cual era un hombre de gran cultura, muy relacionado con el enciclopedismo e
ilustración en Madrid.
El Viaje a Francia:
El Segundo a París:
El Viaje a Italia:
En 1805, Bolívar junto con Simón Rodríguez fueron a Italia para continuar su
formación ideológica el cual se materializo en el juramento que hizo Bolívar en el Monte
Aventino o Sacro, el cual decía así:
Esto significo a que Bolívar se iba a dedicar por completo a la emancipación de los
territorios venezolanos y sudamericanos.
1783
Nace el 24 de julio en Caracas, en el seno de una familia acomodada.
1792
Queda huérfano y pasa al cuidado de su abuelo materno y posteriormente de su tío Carlos
Palacios.
1799
Viaja a España para completar sus estudios.
1802
Se casa en Madrid con María Teresa Rodríguez del Toro.
1803
Regreso a Caracas. María Teresa muere de fiebre amarilla. Bolívar emprende un nuevo
viaje por Europa.
1805
Asiste a la coronación de Napoleón. Decidido a liberar las colonias hispanoamericanas del
yugo español, pronuncia en Roma el Juramento de Monte Sacro.
1807
Regresa a Caracas.
1811
Se incorpora como coronel al ejército bajo las órdenes de Francisco de Miranda.
1812
Tras la rendición de Miranda, se traslada a Curazao.
1813
Reconquista Venezuela en la llamada Campaña Admirable. Es nombrado capitán general
de los ejércitos de Venezuela y recibe el título de Libertador.
1814
Derrotado de nuevo, se retira a Jamaica. Escribe la Carta de Jamaica.
1821
Tras diversas expediciones y batallas, obtiene el triunfo definitivo en la batalla de
Carabobo, que asegura la independencia de Venezuela. Dos años antes había proclamado
en Angostura la Constitución de la República de la Gran Colombia, que había de
comprender las repúblicas de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.
1822
Junto con Sucre, en acción coordinada, consigue la liberación del Ecuador.
1824
Victoria sobre el Ejército Real del Perú en Junín. Sucre, por su parte, vence a
los realistas en la decisiva batalla de Ayacucho.
1825
Las provincias del Alto Perú se constituyen en República Bolívar, embrión de la República
de Bolivia.
1826
Regresa a Caracas para sofocar La Cosiata, el movimiento separatista venezolano liderado
por Páez.
1827
En el Congreso de Panamá se evidencian las ansias separatistas entre las jóvenes repúblicas
libertadas.
1830
En medio de un avanzado proceso de disolución de la Gran Colombia, fallece el 17 de
diciembre.
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