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DETERMINACIÓN DE CENIZAS
• Cenizas totales.
Las cenizas de los productos alimentarios están constituidas por
el residuo inorgánico que queda después de que la materia
orgánica se ha quemado. Las cenizas obtenidas no tienen
necesariamente la misma composición que la materia mineral
presente en el alimento original, ya que puede haber habido
pérdidas por volatilización o alguna interacción entre los
constituyentes. Las condiciones de ignición son especificadas
para diversos materiales en una Norma Británica (BS
4603:1970). El valor de las cenizas puede considerarse como
una medida general de la calidad (por ejemplo, en el té y en el
Reino Unido se prescribe un máximo de cenizas para la gelatina
comestible), y a menudo es un criterio útil para determinar la
identidad de un alimento. Cuando hay un alto contenido de
cenizas se sugiere la presencia de un adulterante inorgánico, a
menudo es aconsejable además, la determinación de cenizas
insolubles en ácidos.
• Cenizas sulfatadas.
El método consiste en humedecer las cenizas con ácido
sulfúrico concentrado y calcinarlas suavemente hasta peso
constante. Las cenizas sulfatadas dan un valor de cenizas más
fidedigno en las muestras que contienen sustancias volátiles,
las cuales podrían ser perdidas a la temperatura de ignición
usada.
Aplicación: Alimentos en general.
El concepto de residuo de incineración o de cenizas se refiere
al residuo que queda tras la combustión (incineración) completa
de los componentes orgánicos de un alimento en unas
condiciones determinadas. Una vez que se eliminan otras
posibles impurezas y partículas de carbono procedentes de una
combustión incompleta, este residuo se corresponde con el
contenido en minerales del alimento.
Fundamento: Se calcina/incinera la muestra (en caso necesario
tras su desecación) a 550°C en la mufla y se calcula el residuo
de incineración por diferencia de peso.
Determinación: Calcinar la cápsula de porcelana a 500-550°C
(rojo sombra) en mufla, enfriarla en desecador y pesarla al
tomar temperatura ambiente. La pesada de la muestra se
realiza de acuerdo con la cantidad de ceniza esperada: ésta
deberá ser al menos de 0,5 g. Pesar la muestra a la décima de
mg dentro de la cápsula previamente calcinada y tarada.
- Muestras sólidas: Calentar sobre triángulo de pipas o tela
metálica sobre mechero, hasta residuo carbonoso. Luego
calcinar en mufla a 500-550°C hasta cenizas blancas o de color
gris claro y peso constante. Enfriar en desecador y pesar al
alcanzar la temperatura ambiente.
- Muestras líquidas: Evaporar hasta sequedad a BM y
continuar como lo especifica la técnica para muestras sólidas.
Si las cenizas quedan con trazas de carbón, humedecerlas con
un poco de agua (en cápsula fría), romper las partículas de
carbón con una varilla de punta achatada y evaporar
cuidadosamente a sequedad sobre triángulo o tela metálica
antes de volver a calcinar. Repetir este tratamiento tantas
veces como sea necesario.
En el caso de muestras ricas en proteínas, que suelen ser más
difíciles de incinerar, normalmente es imprescindible
humidificar las cenizas.
Las muestras ricas en grasa y muy combustibles se calientan
hasta que se incendian los vapores que desprenden y se dejan
quemar apartados de la llama. Una vez disuelta la muestra que
se estaba quemando, la cápsula se introduce en la mufla.