Você está na página 1de 1

El pintor Pitas Payas.

Estrofas 472-48
No abandones tu dama, no dejes que est quieta,
siempre requieren uso mujer, molino y huerta;
no quieren en su casa pasar das de fiesta,
no quieren el olvido; cosa probada y cierta.
Es cosa bien segura: molino andando gana,
huerta mejor labrada da la mejor manzana,
mujer muy requerida anda siempre lozana;
con estas tres verdades no obrars cosa vana.
Dej uno a su mujer (te contar la hazaa;
si la estimas en poco, cuntame otra tamaa).
Era don Pitas Payas un pintor de Bretaa,
cas con mujer joven que amaba la compaa.
Antes del mes cumplido dijo l: Seora ma,
a Flandes volo ir, regalos portara.
Dijo ella: Monseer, escoged vos el da,
mas no olvidis la casa ni la persona ma.
Dijo don Pitas Payas: Duea de la hermosura,
yo volo en vuestro cuerpo pintar una figura
para que ella os impida hacer cualquier locura.
Contest: Monseer, haced vuestra mesura.
Pint bajo su ombligo un pequeo cordero
y march Pitas Payas cual nuevo mercadero;
estuvo all dos aos, no fue azar pasajero.
Cada mes a la dama parece un ao entero.
Haca poco tiempo que ella estaba casada,
haba con su esposo hecho poca morada;
un amigo tom y estuvo acompaada,
deshzose el cordero, ya de l no queda nada.
Cuando supo la dama que vena el pintor,
muy de prisa llam a su nuevo amador;
dijo que le pintase, cual supiese mejor,
en aquel lugar mismo un cordero menor.
Pero con la gran prisa pint un seor carnero,
cumplido de cabeza, con todo un buen apero:
Luego, al siguiente da, vino all un mensajero:
que ya don Pitas Payas llegara ligero.
Cuando al fin el pintor de Flandes fue venido,
su mujer, desdeosa, fra le ha recibido:
cuando ya en su mansin con ella se ha metido,
la seal que pintara no ha echado en olvido.
Dijo don Pitas Payas: Madona, perdonad,
mostradme la figura y tengamos solaz.
Monseer dijo ella, vos mismo la mirad:
todo lo que quisieres hacer, hacedlo audaz.
Mir don Pitas Payas el sabido lugar
y vio aquel gran carnero con armas de prestar.
Cmo, madona, es esto? Cmo puede pasar
que yo pint corder y encuentro este manjar?
Como en estas razones es siempre la mujer
sutil y mal sabida, dijo: Qu, monseer?
Petit corder, dos aos, no se ha de hacer corder?
Si no tardaseis tanto an sera corder.
Por tanto, ten cuidado, no abandones la pieza,
no seas Pitas Payas, para otro no se cueza;
incita a la mujer con gran delicadeza
y si promete al fin, gurdate de tibieza.


LIBRO DE BUEN AMOR
Juan Ruz, Arcipreste de Hita

Você também pode gostar