haz simplemente lo que a ti te gusta” AUTONOMÍA ES… • Condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie. • Libertad. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. • Integridad: Cualidad de una persona recta, proba, intachable. • Coherencia. Actitud lógica y consecuente con una posición anterior. • Independencia. Entereza, firmeza de carácter, facultad de no depender de otros. ¿Qué sabes de estos valores? Vives en un mundo de ejemplos y reglas que llegan desde el exterior: observas qué hacen tus amigos y los imitas, obedeces normas impuestas en la casa y la escuela. Tu máximo desafío consiste en adquirir la capacidad de analizar y entender todo ese material hasta formar tus propias ideas y actuar según tu criterio, con tu propia fuerza, es decir, conquistar tu libertad y ganar tu independencia. Ese camino requiere coherencia, concordancia entre lo que piensas y lo que haces, e integridad: rectitud y justicia en tu conducta. La Autonomía y Tú La conquista de la autonomía sigue seis pasos que irás viviendo en tu crecimiento. 1. Primero obedeces sólo por miedo a que te castiguen. 2. Aceptas cumplir las normas para favorecer tus intereses (por ejemplo, para participar en un juego). 3. Para que los demás te acepten sigues lo que esperan de ti, por ejemplo, vestir o hablar según una moda. 4. Al conocer mejor el mundo que te rodea entiendes que para vivir en sociedad hay que respetar las leyes y las instituciones. 5. Reconoces que por encima de las convenciones sociales todos los seres humanos tienen igual derecho a la vida y a la libertad. 6. ¡Has llegado a la cima! Respetas un conjunto amplio de valores universales y eres capaz de vivir y actuar por tu cuenta según esas ideas, sin depender de nadie, aunque requieras la ayuda de los demás. El antivalor y sus riesgos El extremo contrario a la autonomía es la dependencia. Algunas personas se resisten a usar el poder de su entendimiento y acción y viven siempre sujetos a los valores, ideas y decisiones de los demás. Eso les cierra la posibilidad de desarrollar una existencia libre y original. La Vocación de Paul Gaugin La autonomía se vive también siguiendo el llamado de la vocación más allá de las convenciones impuestas por la sociedad. El francés Paul Gauguin (1848-1903) era un exitoso negociante en la Bolsa de París, cuando en 1874 asistió a una muestra de arte impresionista y descubrió su verdadera pasión: el arte. Comenzó a tomar clases de pintura y realizó sus primeros cuadros que fueron bien recibidos por la crítica. En 1891 pensó que su verdadera inspiración estaba en la gente sencilla y la naturaleza, lejos de la sociedad europea, sus artificios y convenciones. A bordo de un barco llegó a las remotas islas de la Polinesia y en ellas desarrolló la parte más fértil de su carrera: decenas de cuadros que presentan la vida de los nativos y sus costumbres. Hoy son muy apreciados por los coleccionistas de arte. Viviendo el Valor: ¿Cómo conquistar más rápido tu autonomía? Aunque tienes que recorrer cada paso, nunca pierdas de vista el objetivo principal y desde ahora, trata de entrenarte para distinguir tus propios valores y aprender a tomar decisiones. Actúa siempre de acuerdo con los valores con los que te sientes más identificado, pero no pierdas de vista que la autonomía está relacionada con la responsabilidad. Y la responsabilidad más grande es respetar tu cuerpo y tus emociones, respetar el cuerpo y las emociones de los demás y hacer que ellos aprendan a respetarte a ti.
Para que lo tengas en cuenta • Revisa algunos aspectos negativos de tu conducta y ve si son resultado de la imitación:
• No te acostumbres a que otros hagan por todo
por ti: organiza tus objetos y tus actividades con su supervisión, pero por cuenta propia. • Cada día hay pequeños problemas en casa o en el trabajo. Imponte el reto de imaginar soluciones y proponlas.
• No sigas a ciegas las modas: haz simplemente lo que a ti te gusta. ROMPE NUESTRAS RESISTENCIAS Señor, tu nos conoces y sabes el miedo que tenemos a complicarnos la vida, romper con las falsas seguridades que nos cobijan y ese falso consumismo que nos envuelve. Tu presencia nos invade y taladra el corazón en lo más hondo, pero la realidad de este mundo que no te entiende y no nos comprende nos hace sentirnos impotentes y tenemos dificultad para presentar el mensaje evangélico de vida. En muchas ocasiones nos sentimos impotentes porque al querer descubrirte nos pareciera que todos los que nos rodena no quisieran que te encontrara, nos sentimos marginados, infravalorados, deslegitimados, como si nuestra existencia no tuviese sentido. Pero el contemplar a tu Hijo en la Cruz, nos cuestionan toda nuestra existencia, ya que Él se vació, dejó a un lado los miedos y a pesar de todo te fue fiel. Supo morir porque tú le bastabas y sobrabas, no tuvo miedo a ser marginado, cosa que nosotros si tenemos. No tuvo miedo a los cambios, supo arriesgarse; a nosotros Señor, nos cuesta arriesgar nuestra vida, dejar nuestra seguridad para anunciar el mensaje de la cruz. En definitiva, Tú nos llamas a ser profetas y a denunciar las injusticias, pero tenemos un profundo miedo a asumir nuestro papel profético y ser solidarios con los crucificados de hoy. Ayúdanos Padre a ser profetas como tu Hijo Jesucristo nos ha mostrado y muchos otros hombres y mujeres que han descubierto la fuerza salvadora de la cruz....Amén.
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