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Angel fat, Labreducerar ala pobeoyrap® genet Hadad gy ole deplema : py ” anes 2000 ‘ 2 CICLOS ESCRITURARIOS J.C. Galende 2.1, Panorama general: terminologia y periodizacién Uno de los problemas metodolégicos de la Paleografia es el de la fijacin de los tipos escriturarios y terminologia paleografica, es decir, intentar dar a cada modelo de letra el nombre mas adecuado y comprobar hasta qué punto la termi- nologia tradicional es valida en la actualidad. Peré para conseguirlo es imprescin- dible realizar el andlisis grafico. Los resultados de éste pueden ser definidos como sas” metodoldgicas que sirven para individualizar y reconocer los diver- 80s tipos de escritura, labor que facilita la descripcién de las escrituras objeto, fina- lizdndose con la definicién y 1a correspondiente nomenclatura. De todos modes, la terminologia paleografica, por tratarse de un asunto empirico y subjetivo, es una materia muy problemdtica que esta todavia por solventar y resolver. Desde el punto de vista de la nomenclatura, las escrituras mejor estudiadas corresponden a la época romana, gracias especialmente a la labor de J. Mallon en su valiosa y reconocida obra: Paléographie Romaine (1952). Para épocas poste- riores, son muy meritorios los trabajos de Bischoff, Battelli y Lieftinck en el cam- po de la libraria, asf como su aplicacién a nuestro espacio grafico peninsular por parte de los profesores Millares Carlo y Canellas. Con respecto ala escritura docu- mental, apenas existen estudios sobre nomenclatura, siendo el de Bartoloni (La nomenclatura delle scritture..., pp. 434-443) uno de los mejores ensayos de carc- ter general. ‘Una vez que L. Traube y L. Schiaparelli dieron un nuevo enfoque a los estu- dios paleograficos, al considerar la Paleografia como disciplina cientifica capaz de explicar y delimitar amplios campos culturales a lo largo de la historia, su anda- 34 Parte I: Paleografia dura y su consideraci6n fueron innovadoras. Las clisicas restricciones, subordina- ciones e imprecisiones de la Paleografia han pasado a la historia y, en nuestros dias, no puede hablarse de delimitaciones cronolégicas, geogrificas o lingiifsticas. En Ja actualidad, los tratadistas la consideran ciencia propia e independiente. Es mas, al paledgrafo le corresponde la labor de poner de relieve las relaciones entre la his- toria de la civilizaci6n y la historia de la escritura. En este nivel, la Paleografia mira hacia su propio objeto material: la escritura 0 representacién grdfica mediante los signos propios de la lengua escrita, para realizar el estudio més de la historia de la escritura que de lo que subyace en ella: lo escrito, fijandose en su origen y en el desarrollo que ha tenido a lo largo del tiempo. ‘Sin embargo, como es evidente, un paleégrafo no puede entender sobre todas las escrituras que se han empleado a lo largo de la historia de la humanidad. Por este motivo, se han seguido una serie de principios para intentar delimitar, de alguna mane- ra, el extenso campo de la escritura, Los pale6grafos hispanos, a la hora de estable- cer los distintos limites y ciclos, se fijan en diversos elementos y criterios — Cronolégicos: desde las primeras centurias a. C. (aproximadamente siglos VIL-VI) hasta el momento actual. — Geogréficos: fundamentalmente la peninsula Ibérica -por zonas y escrito- rios- y, por extensién, América. — Lingiiésticos: monumentos escritos redactados en idioma greco-latino 0 en alguno de sus derivados. — Graficos: estructura de la letra, en cuanto a su cursividad, médulo, tipici- dad, etc. ‘ara fijar las periodizaciones de la escritura latina, es decir, para dividir en peri odos el Ambit cronolégico expuesto, los tratadistas han seguido diversos criterios cronolégicos, culturales, morfolégicos, geogrificos, etc. Cualquiera de ellos, por si solo, no tiene validez plena, ya que una combinacidn acertada de los mismos es la tinica que puede dar lugar a una clasificacién eficaz y operativa. Asf por ejemplo, Schiaparelli (La scrittura latina..., p. 7), siguiendo un criterio histdrico, sincroniza las fases en que esta dividida la historia y las de la escritura y establece las siguientes etapas: escritura del perfodo romano (siglos vil a. C. al Vi), del perfodo medieval (siglos Vil al XIV) y del periodo moderno (siglos XV al XVIII). Paoli (Progranima scolastico..., p.1), Mabillon y Millares, por su parte, distinguen tres ciclos en la evolucién de la escritura latina tomando como base un criterio crono- I6gico: escrituras de tradicién romana (siglos v a. C. al X11), escrituras géticas y huma- nisticas (siglos XIII al XV) y escrituras modernas (segunda mitad del siglo XV al XVII). Battelli [1949: 47] y Katterbach (Exempla scripturarum) siguen un criterio cul- tural de ahf que dividan la historia de la escritura en tres perfodos: escritura de centros de cultura romana (siglos 1 al Vitt), escritura de centros de cultura medieval (siglos Vil al XIV) -subdividiendo este segundo periodo en dos fases: época de las grandes aba- dfas (siglos Vu al XII) y época de las grandes Universidades (siglos XII y XIV)- y escri- tura de la sociedad maderna (siglos XV al XVII). Capitulo 2: Ciclos escriturarios 35. Finalmente otros autores, como Steffens [1929: III], Cencetti [1956], Bischoff [1985: 57], Marin, etc., basiindose en criterios graficos, distribuyen la escritura en seis periodos o ciclos paleogrificos: a) Periodo de la escritura de la edad romana y de unidad escrituraria (siglos vita. Cav d.C.). 6) Periodo de las escrituras precarolinas 0 nacionales (siglos V al VI). c) Perfodo carolingio (siglos Vit al x1). d) Periodo g6tico (siglos XI al XIV-XV). e) Periodo human(stico (siglos Xv al XVII-XVIII). ) Perfodo contempordneo (siglos XVIII ex. al XX). 2.2. Evolucién histérica de la escritura latina Seguin el tiltimo criterio apuntado, se puede configurar el siguiente organigra- ma en cuanto a los ciclos de la escritura latina 2.2.1. Pertodo romano Durante esta época histérica se pueden diferenciar dos etapas: la antigua e: tura romana y la nueva escritura romana, A la antigua escritura romana (s. Vil a. C.-01 a. C.), se la ama también “capi- tal” o “mayiiscula”, en honor al médulo de sus letras, y presenta dos tipos bien caracterizados; el “arcaico” y el “clasico”. La denominada escritura “arcaica” 0 “lapidaria” (figura 2.1) es, sin duda, la més antigua, y todos los objetos escritos en estos cartacteres estan trazados sobre piedra © material duro. Suelen citarse como testimonios paradigmaticos el Lapis niger (frag- mento de columna descubierto en 1899 en el Foro Romano y en el que se leen unas pocas palabras en forma bustrofédica y datadas en el siglo Via. C.), la Fibula prae- nestina (especie de broche en el que se incluyen todas las letras del antiguo alfabeto latino, sinistrorsa, y que se data en torno al afto 600 a. C., aunque actualmente se pone en duda su autenticidad), el Vaso de Duenos (con una dedicatoria del s. Via. C. tra- zada de derecha a izquierda) y la Lamina broncinea de Lavinio (contiene una often- da a Pélux y Castor, también en sentido sinistrorso, datada en el s. Va. C.). Idgntico origen y procedencia tiene la denominada “cldsica”, datada y con uso frecuente del s. 11 a. C. al 1v d. C. Recibe este nombre por haber servido de princi- pal vehiculo y medio transmisor de la cultura clasica. Su trazado admite, en un primer grupo, dos formas 0 modelos principales, desig- nados con los nombres de escritura cuadrada o elegante y escritura nistica 0 espon- tdnea. Estos modelos se emplean més en inscripciones que en cédices. Aunque su periodo dureo y su utilizacion mas habitual se circunscriban a los siglos I a.C. - V 4.C., de manera excepcional pueden darse en las centurias siguientes. 36 Parte I: Paleografia Figura 2.1, Lapis Niger del Foro Romano (fragmento). En la actualidad, los tas prefieren hablar y diferenciar la eseritura “capital epigrifica” de la “capital libraria”, segtin esté trazada sobre material duro 0 sobre material blando, en forma de rollo o de libro (cédice). La “epigrafica monumental” se consolida durante la época del emperador Augus- to, con un ductus pausado, en sistema bilineal de renglén y con la proporcién de Jas letras inscrita en un paralelogramo. La “capital libraria”, a su vez, se divide en los dos modelos citados: cuadrada y ris NPOSVITNNINVE: MOCISQVOT EM POREL, |DEYCALION WANPIDESIACENYVIT EN) VN DEHOMI INESN. Mu DVRVMGENVSE REOAG La escritura cuadrada (figura 2.2) presenta un tipo de letra de médulo cuadra- do y realizado de forma muy caligréfica, casi artificiosa, que reproduce las formas de la epigrafica en el Ambito librario. Hoy en dia se cuestiona el papel que real- mente tuvo esta escritura. Por su parte, la escritura rdstica (figura 2.3) también es una escritura cuidada, correcta y bastante elegante, pero no es tan vertical ni tan simétrica. Algunos auto- res la aman “capital clasica”; son tipicos de este modelo escriturario los cédices pergamindceos virgilios, entre otros el “Vaticano”, el “Palatino”, el “Romano” y el “Mediceo”. Es el prototipo de la escritura normal romana. El segundo grupo corresponde a la escritura cursiva, también Hamada “comi (figura 2.4), por ser la empleada en los asuntos mis ordinarios y corrientes, por ejemplo: correspondencia epistolar, escritos de contabilidad, documentos admi- nistrativos, copias de obras literarias, etc. Se empieza a utilizar desde el s.1y llega Capitulo 2: Ciclos escriturarios 37 al 1V de nuestra era. Se encuentra trazada sobre papiros, tablillas enceradas y mate- rial semiduro, grafitos e ins QUIDSY ALIS MUISCYLLAM LH QUIDUASTACHARY CAOFUITOMATOCON DUNTUATHYBALDISALULO- SECUALEELACJATO:MEFMAAS CEADEAECENTEM Figura 2.3. JnB inners fad ce il mepee PR! i D Hrereiapehte. fro tenn ty FL ee eee ios Figura 2.4. De ella deriva un subgrupo que se denomina “Litterae coelestes” (figura 2.5) 0 “imperial” (siglos 1v-v), ya que su empleo estaba restringido a la cancillerfa imperial. La segunda etapa corresponde a la escritura nueva romana, denominaci6n esta- blecida en contraposicién a “antigua”. Por esta misma raz6n se la llama también “mintis- cula” y “moderna”. Algunos autores abogan porque esta escritura cuatrilineal, desde el punto de vista grafico, nada tiene que ver con la “antigua”, y que no puede consi- derarse como una evolucién o continuacién de aquélla, sino todo lo contrario; en rea- lidad es completamente distinta, y sus primeros ejemplos se remot al siglo 1. No faltan quienes la consideran como una derivacién de la escritura “antigua romana”, en su version de cursiva, Entre otros eruditos, han tratado sobre este tema: Mallon, Marichal, Schiaparelli, Cencetti, Petrucci, Casamassima y Staraz. 38 Parte I: Paleografia Lo cierto es que a partir del siglo IV se generaliza como escritura tradicional del mundo latino, revelandose de forma habitual en modelos comunes o cursivos, al prin- cipio verticales y, a partir del siglo Vv, dextrégiros, por lo que es conocida esta mani- festacién grafica con el nombre de “mintscula cursiva” o “comtin” (figura 2.6). pecan’ tect pets de abr papewnills jcapdyvnady Crpsrumfapp. Beecprctie inlet accra unée Bee eure Figura 26. Asimismo, existen algunas piezas documentales, v. gr.: De bellis macedonicis (figura 2.7) y el Epitome Livii (figura 2.8), cuyo origen grafico esté atin por escla- recer definitivamente, al igual que su adecuaci6n a un grupo determinado, por lo que se han convertido en centro de interés de los estudios paleograficos. Ambas piezas fueron encontradas en Oxyrinchus, la primera a finales del siglo pasado y la segunda a comienzos del presente, conservandose las dos actualmente en el Bri- tish Museum, Su escritura, de médulo pequeito, es libraria, pero no es la “capital “a”; se trata de una letra especial configurada por ele- mentos tanto de la capital como de la comin. Ikssoeaernntie EfAS er talah ESAUERLIEND: Figura 27 Figura 2.8. Problemas, en cierto sentido parecidos, surgen en relacién con las escrituras romanas llamadas “uncial” (figura 2.9) y “semiuncial” (figura 2.10), datadas entre los siglos IV a 1X, aunque sus origenes, al parecer, son anteriores. La primera se caracteriza por el médulo maytisculo de sus letras y las formas contorneadas de algunas de ellas, como por ejemplo, a, d, ¢, gy m.. Se trata de una letra clara, precisa, cuidada, con un ductus sentado y redondeado, al menos hasta Jas centurias VII-VI, en que comienza a degenerar. Reservada para cédices, en ella Capitulo 2: Ciclos eseriturarios 39 se entremezclan elementos tanto de la antigua como de la nueva escritura romana, por lo que todavfa no se ha concretado en un tipo definido para la mayorfa de los especialistas. ESTOGOUCTAANTEL) ONITESCONTRAORIEN | TALERECTURADIRIGEBANTU. RPOSTGAEX SmniL~ATERGSUNTEXIENUAUETLICCrOoM Figura 2.9. { uoquepricem tammonruureanachema, Gar ATOR TUUPETE CuINicaenarynocdurpure curhe quamcu palmropiniontburinpamace Figura 2.10. La semiuncial es una escritura menos elegante, de letras mas pequeiias y ver- ticales que la anterior, de la que deriva, segtin unos autores (Traube, Wattenbach, Chatelain, Carini, Paoli, Tangl, Lehmann, etc.), mientras otros prefieren hacerla procedente de la “nueva romana” (Prou, Steffens...). Como letras tipicas, los auto- res sefialan a, gn, ry s 2.2.2. Periodo de las escrituras precarolinas Las escrituras precarolinas, hasta hace poco Iamadas coménmente “naciona- conforman un grupo de escrituras provenientes de la “nueva romana” en su i6n comin, que aparecen a partir del siglo V. La denominacidn de “naciona- se utiliz6, en principio, para designar a las escrituras trazadas por cada uno de los pueblos o naciones barbaras que se asentaron sobre lo que habfan sido territo- rios del Imperio Romano. Por su parte, el término “preearolinas” apunta a un pro- ceso grafico que comenz6 en la escritura romana y termin6 con la canonizacién de la carolina. Pertenecen a estos perfodo y grupo las siguientes: — Merovingia. Su nombre esta vinculado a Meroveo, fundador de la monar- qufa franca en las Galias, aunque también se la llama “franca” 0 “gélica (figura 2.11). Su perfodo de empleo se extiende desde el siglo Vi al Ix. 40 Parte I: Paleografia una escritura, por lo general, dificil de leer, en especial la cursiva; son céle- bres los documentos reales merovingios de la abadia de Saint Denis. fectegin oe opiate? i fascias me Ker unpdeeind- rare: (im eames WapcidSuceihasée ren Figura 2.11. ake — Cursivas Italianas. Con este nombre genérico se designa un grupo de escritu- ras empleadas en territorio italiano, entre las que sobresalen las curial roma- na, ravenatense, napolitana y longobarda. La principal es esta Ultima, bauti- zada también con los calificativos de “norteitaliana”, “precarolina italiana” y “Jombarda” (figura 2.12); se emplea en el norte de Italia entre los siglos vit y IX, caracterizdndose por su trazado correcto, sin mucha cursividad. — Beneventana. Esta denominacién guarda estrecha relacién con ¢] ducado de Benevento, en el sur de Italia, en Ja antigua Dalmacia y en la region de Bari se la lama “meridional”, “suritaliana” y “casinense” (el ultimo ape- lativo vinculado con la abadia monastica de Montecasino). Tuvo un periodo: icin muy amplio: desde el siglo Vil hasta finales del Xtil, aunque toda- via dos centurias después la seguian utilizando algunos copistas. Se trata de una escritura muy correcta, casi elegante, empleada tanto para cédices como para documentos, al igual que las anteriores (figuras 2.13 y 2.14) hururnam eet dgundeloy sete quemrtcul quamay Sama oe ee mat lees PMI” CemennLirip assem parpdmrus” quedinggritge. lead hnelrabsbennyzamarzel Figura 2.12. lotr lech het hl or frecthrdoa, fecthdogh,peccrbgepecbhos chee erercennacocmgiaee Lie lnanihfoonmenrorvelefignrenedhebcrnee, eel Figura 2.13. Capitulo 2: Ciclos eseriturarios 41 Figura 2.14, — Visig6tica, Bautizada asf en referencia al pueblo visigodo, asentado en la Peninsula Ibérica desde el siglo V al itt. Su vigencia es desde el siglo VII al ill, Muestra dos vertientes claramente definidas: redonda o sentada libra- ria (figura 2.15) y cursiva, caracteristica de documentos (figura 2.16). Algu- nos la Haman “mozérabe” 0 “mozarabica”, pero no faltan quienes la deno- minan “toledana” e “hispdnica”, con distintas formas, trazados tipicos y aspectos diferentes segiin las regiones y los centros de origen y difusién. RE popeleaa Labs Le alaoatatea ial epee Rclt, pa | maa [nlumineslseernamm ie deus meurlnlumsne atnebsurmens Figura 2.15. 2 Todinemine eae ae gr fin tenae lfemsenorn Emde onde Te cete iver le mtraa be} en elem icetce ogee pineegit gent net nebiicbe Ln eri qronpicaltin(ib quay ube re wae Humbcell move erence Grier Eeney arr bol ces puarge beadimscro Figura 2.16. — Insular. Esta terminologfa proviene etimolégicamente de “insula” (‘isla’) y resulta muy apropiada para designar la escritura propia de las Islas Brita- nicas e Irlanda. Al contrario que las anteriores, este modelo escriptorio tiene su génesis en pueblos que, sin moverse de su territorio, reciben, por diferentes cami- nos, la cultura latina en sus diversas manifestaciones, entre ellas la propia 42 Parte I: Paleografia escritura. En estos territorios, la principal via de penetracién de la “nueva romana”, de la cual procede ~aunque con influencia de la letra semiuncial, con mezcla de uncial y un elevado porcentaje de elementos autéctonos-, seré el cristianismo (que habfa penetrado en Gran Bretafia antes del siglo 1), primero con la conversidn de los irlandeses, en el siglo V, y luego con la de los anglos y sajones a fines del VI. Dos son las modalidades principales de la escritura insular: anglosajo- na ¢ irlandesa. La anglosajona (figura 2.17), también llamada “inglesa” y “sajona”, tiene un perfodo de uso que abarca desde el siglo Vi al XI, en que fue sustituida por la carolina. Sin embargo, la irlandesa (figura 2.18) ~deno- minada primitivamente “littera tonsa” y luego “scriptura scotica” se emplea desde el siglo vial xt en Irlanda, fecha en que fue reemplazada directa- mente por la gética. Gracias a su proyeccién hacia el continente, desempe- laron un importante papel y una gran influencia grafica a través de diver- 05 monasterios fundados por monjes insulares. Inhebuy ohponerp Coma IncohporTr nonaxntum eft némquentum merpmul. bplur eliquie pune duas Svea Figura 2.17. fea pndesiamaucudmurGamlongasine- Paren taamenmutrocngufionem 1neetlisore- INLEneoundumarbrcmacrcerraamizocasepar em Sdpoaurineunopaafpmcundepuauner Figura 2.18. 2.2.3. Periodo carolingio La escritura carolina 0 carolingia, con fundamentacion gréfica en la “nueva romana”, surge como rechazo a las escrituras “nacionales” demasiado cursiviza- das, en especial contra la merovingia. Su procedencia est4 marcada por la creacin del imperio de Carlomagno (Karolus), de quien toma el nombre, y la cultura que floreci en su entorno. Se utiliza desde finales del siglo vitI hasta comienzos del XIII, aunque algunos especialistas prefieren denominar “precarolina” la de las pos- trimerias de la centuria octava (figura 2.19). Capitulo 2: Ciclos escriturarios 43 ta Hg TUS rehomed idlimss ipa oe ham dt dolimee dinadiont sb lecieer farmaw faas opborrechem ‘qu piesa desteomend qutefipfe rochena cliplodsdef incor Ce fmuledfuat Fonet ut Apecreial doreraf ermine de « end. Figura 2.19. Es una letra internacional, pues en ella escribe toda Europa, a excepcién de Irlanda, el sur de Italia y parte de la Peninsula Ibérica, que mantienen la irlandesa, la beneventana y la visigoda, respectivamente. Asimismo, sirve de base para todas las escrituras que existieron después, incluso para la imprenta. Nacié como escri- tura libraria, pero pronto fue adoptada por el campo documental (figura 2.20). Su desaparici6n no fue violenta, sino que paulatinamente se fue desarrollando hasta desembocar en otra nueva. Cenof onnif convenc ti x07 partt tunamantphoe Lenefictoamifedia dm nobsf smperivrafyuobif dito nto Ssemno humbeo pont Canario bam 1 Gecdimn firme Figura 2.20. 2.2.4, Periodo gético Se denomina escritura “gética” a la sucesora de la carolina, de la que provie- ne directamente. Al igual que su progenitora, es una escritura internacional, pues se trata de la letra europea por excelencia en el periodo comprendido entre los siglos XILy XV, aunque perdura, segiin los pafses, hasta el siglo XVII, con estructuras pro- pias y rasgos y angulos caracteristicos. Varias son las causas y los motivos por los que surge; entre otros, la creacién de los Estudios Generales, la industrializacién de la escritura, la secularizacién de la cultura y el predominio del papel como soporte escriptorio en detrimento del pergamino. Su perfil anguloso es caracteristico. En una primera divisién de este modelo escriturario, se puede diferenciar una gética “libraria’” (figura 2.21) y una gética “documental” (figuras 2.22 a 2.27). De ambas derivan una importante variedad de tipos, que seran analizados con detalle al tratar de cada uno de ellos. 44 Parte I: Paleografia Figura 2.21 Al nas$b su wear mageonr Dee Laren mys | Sree ae eee reid le otf sii Figura 2.23, Navarra. seo A he al eoaenes fabDdads dno doves lle, eps gue fl rf Sone fille nada sellar am resell esl. fc Li cares Svs man Sar dd Reg uj Due ata del efe ren Ox antl pene Efrem” saenfsmsy Maw gras Wen fe doe fw goed eon flops, Fig r.2.24, Privilegios. CRAPS op Pf PTF Be oe RO lie AL hop pe ey poate Sep mpde NET mp ple irs pita an | Figura 2.25. Albalues. Capitulo 2: Ciclos escriturarios 45 eon qc @e at ede areas. | Se are Pekdsge = SBS SSCS Rea eurennSs Poy 2/900 aot e Figura 2.26. Cortesana. Figura 2.27. Procesal. Empez6 a desaparecer en el siglo XV por razén de la cursividad que iba adqui- riendo, por lo que reaccionaron los humanistas y empezaron a trazar una nuev: escritura 2.2.5. Periodo humanistico El nombre de esta escritura le viene de los humanistas italianos, que la intro- dujeron y la aplicaron en la prdctica. Surge en la peninsula italiana en el siglo XV; no obstante, habia sido propugnada con anterioridad por otros | humanistas, como Petrarca y Boccaccio. También se la denomina “renacentista”, y su procedencia hay que encontrarla en la letra carolina. De una manera definitiva triunfa durante los siglos XVI-XVII, pudiendo afirmarse que, con pequefias modificaciones, perdu- ra hasta nuestros dias. Por la raz6n apuntada, creemos oportuno diferenciar un perfodo human{stico- clasico (siglos XIV, XV y XVI) y uno humanistico-tardio (siglos XVI ex., XVIL y pri- mera mitad del xvi), Durante el primero, se pueden distinguir cuatro versiones: una cuidada, que se lama “redonda” 0 “formada” (figuras 2.28 y 2.29); otra “cur- siva miniscula” (figuras 2.30 y 2.31), por lo general de buena factura, pero de mayor cursividad e inclinacién; otra “cancilleresca” (figuras 2.32 y 2.33), que ori- ginariamente es una simplificacién de la escritura g6tica propia de cancilleria ita- liana, gracias al influjo de la “humanistica redonda”, y que durante el siglo xv se convertira en una variante de Ja “humanistica cursiva”; y, finalmente, las “mer- cantiles” y “notariales” (figura 2.34), que, formadas de las goticas cursivas a fina- les del siglo XIII y tras adquirir un desarrollo notable en la segunda mitad del xv, son exponentes de Ja gran libertad personal e individual alcanzada en la sociedad en cuanto al sistema escriturario. adnan reemreecetees eo ibe faxo doelbel wifo ferma op guns m e po chara nprefe tlfixo bel uelo sedis ocak | TCR mmeyoraa gs come stinien O rebefiaadungue aredirlamede.| | Sasidormde axerninaas Lancbe Figura 2.28, Figura 2.29, 46 Parte I: Paleografia letra declan delabiq: m emechunm afeulenen smnia X poculines. Coc 09: fart mn wemercaihim. qui grntre appllatuy. HW KATW KOIRIL deg hag degen he deme araare ip rertemenet Al Figura 2.30, cerry dein rt mi Ll oe eng bee 7 aT pai me,rxcejer di oleh jensamiclon ‘odes Fememas neces rent fc tabebor per dle wilh Lote dates paca 85. pagucafe steno fap | Figura 2.31. concordin exten dala queteen.aQesmediel feiiter.delas Tontas echnaficns MC Legunt om ftcho exe de \ Sie simp ‘Sabo: pda tesceniedeen mest corres Ken aterm bles Bea guy nang Aedang -ducader abage queenettaviene jy am nda compre Fender. enlas pas Figura 2.32 fice « potcamome wisi} e fem eftam on #8 conresa rads Bee caeet len efit Lemna oon co ae eed reese na obs ey & mi cremate! rege e: oenaleees Se Gece Rice ‘ic ebve deaqnage Corda ef {ert Johor Leaguellaion prandufime mone[peane ie @ danas Sess pabame calle fefeamroni i Figura 2.33. te eb mcmns Lore who wok Pomaate fre heme han mimnme aren genio SF TEP BA greet ee Sones a2 eles Figura 2.34, Capitulo 2: Ciclos escriturarios 47 A partir del siglo XVI nos encontramos con tipos nuevos que conviven con los clisicos y que reciben el nombre de “humanfsticos corrientes” (figuras 2.35 a 2.37), los cualés admiten distintas variedades y grados de cursividad y, en determinados modelos, parecen depender mas de las g6ticas cursivas y aun de las procesales, en grado menor, que de la propia humanistica cursiva Vener rae onvef Cote fem pt monte Post tp ees yey fang eta — ete for yeas Depts pm Figu Figura 2.36 Figura 2.37. 2.2.6. Perfodo contempordneo En la etapa contemporinea (segunda mitad del siglo XVuI al XX) es mas apro- piado diferenciar las escrituras atendiendo a su nacionalidad o su pais originario que a la propia grafia, aunque su génesis siempre esté en Ia escritura humanisti cursiva. De este modo, se puede hablar de letras “ i inglesa, francesa, alemana, etc., cada una con sus caracterfsticas propias, que la hacen diferente de las demas. Asi, por ejemplo, mientras la bastardilla espanola (figura 2.38) se distingue por su trazado vertical, robusto y libre, y por la perma- nencia de trazos y su bonito clarooscuro, la inglesa (figura 2.39) se caracteriza por su inclinacién hacia la derecha, la sencillez de trazado y su variedad de elementos curvos airosos y elegantes; finalmente, la francesa (figura 2.40) presenta Ifneas sueltas y rotundas, con abundancia de trazos curvos. EL NACIMIENTO DE LA ESCRITURA LATINA: LA ESCRITURA EN EL MUNDO ROMANO A, B. Sanchez 3.1. Intreduccién La historia de Roma, y, por tanto, la de su escritura, arranca en el afio 754 a ., en que la leyenda ubica la fundaci6n de la Urbe por Romulo, y se extiende has- tael 467 d. C., en que, con el traslado de la sede imperial a Constantinopla, se da oficialmente por concluida la Historia del Imperio Romano Occidental. Son por lo tanto més de 1200 afios, demasiados para considerarlos como un conjunto homogé- neo, Tradicionalmente, los historiadores dividen la Historia de Roma en tres perio- dos desiguales en cuanto a su duracién, caracterizados por el régimen politico: — La Monarqufa (754-509 a. C.).. — La Repiiblica (509-29 a. C.), con sus grandes guerras y sus inmensas con- quistas. — El Imperio (29 a. C.- 467). Para la historia de la Escritura, sin embargo, esta divisiGn, establecida en fun- cidn de criterios puramente politicos, no es en absoluto adecuada, En su lugar esté generalmente aceptada otra divisién, tripartita también, fundamentada sobre crite- rios culturales y sobre todo en funcidn del grado de evolucién del alfabeto. Estos tres perfodos son: — Ciclo arcaico de la escritura romana (ss. VIl-Ill a. C.). — Ciclo clasico (ss. 11 a. C-1l d. C.). — Ciclo nuevo (ss. 11-vil d. C.). 48 Parte |: Paleografia abcde ghiltmig gure | wayn.0I2345 6989 Wo [Stes ee eet Sor Siti ura peat wath; dite tera me utes pouron natitl’y ilga spared bls aie wate be ee spopare dt bere vaguiale t dare: ob isto dante fiw db abt une tes de gd hana dee td ues perth gue at bb Figura 2.39, Figura 2.40.

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