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46 Kristeva Juli, “Woman's Time,’ in Signs, Autumn 1981, vralated by Alice Jardine and Harry Blake pp. 13-85 Marky Eli, EW de Cousin, New Pench Fen nioms an anthology, Schoken Books, New York, 1981 Shoat Haine: 4 Pstmtun oftheir Own British Women elias from Bron to Lessing, Princeton Univer s Brew Prineeton, 1977. : ack, Paticia Meyer: The Femaie Imagination, New You 1975. - ne Van Herik, Judith, Freud on Feminity and Fait, University of California Press, Berkeley, 1982. 7 Woolf, Virginia 4 Room of One's Own, Harcourt Brace Jova novich, New York, 1957 ‘TRETAS DEL DEBIL Josefina Ludmer No hablaremos de ta escrtura femenina con rétulos ni sgencraliaciones universaizantes, Con esto queremosdecir que Fechazamos lecturas tautoldgicas:e sabe que en ladistribucién historiea de afectos, funciones y facultades (tansformada en mitologia,fijadaen la lengua) tocé ala mujer dolor y pasion | Contra ran, concreto contra abstracto,adentro conta mundo, feproduccidn conta produccin; leer estos atributosen el len-| fsunjey la literatura de mujeres es meramente leer lo que pri fhero fue y sigue siendo inscripto en su espacio socal. Una) posbilidad de romper el circulo que confirma la diferencia en! Io socialmentediferenciado es postular una inversin leer en el discurso femenino el pensamiento abstrato, la cieneia y la politica tl coma se filtran en los resquicion de lo conocido. abiaremos de lugares. Por un lado, un lugar comtn de a critica: la Respuesta de Sor Juana Inés de la Cru a Sor Filote: por otro un lugar especific: el que ocupa tina mujer en el Exmpo del saber, en una sittacion historia y discursva preci- Sa. Respecto de los lugares comunes (Ios textos clsicos, que parecen decir siempre lo que se quiere lee: textos déciles 2 as Inutaciones), interesan porque constituyen campos de lucha donde se debaten sistemas e interpretaciones eneriges; su rev sion periddica es una de las maneras de medi la ansformacion Fistriea de los modos de lectara (objetivo fundamental de Ia teoria critica), Respeco del lagarespecifico, strata deotrotipo de discordancia arelacidn entre el espacio que esta mujer seda ¥ ocupa, frente al que le otorga la insituciony la palabra del Sw: hos movemos, también, en el campo de las relaciones Sociales la produccion de ideas y textos. Leemos enesta cara Le 48 ciertas tetas del débil en una pesicién de subordinacién y marginalidad Como se sabe, ésta es la respuesta a la carta que le envié el Obispo de Puebla (con Ia firma deSor Filotea de la Crtr), quien habia publiado por su cuenta un escrito polémico de Juana (contra el Sermén de Antonio de Vieyra sobre las finezas de Cristo, un escrito teol6gico y polémico) con el titulo de Carta Atenagériea. Juana responde y agrailece esa publicacién, Narra algunos episedios de su vida ligados con su pasidn por ei saber, y finalmente polemiza sobre la interpretacion de una sentencia de San Pablo que dice: callen las mujeresen las iglesias, pues no les es permitido hablar. Laescritura de Sor Juana es una vasta méquina transforma: dora que trabaja con pocos elementos; en esta carta la matrir tiene s6lo tres, dos verbos y la negacisn: saber, decir, no. Modu Jando y cambiando de lugar cada uno de ellos en un arte de la variacin permanente, conjugando los verbosyytranstiriendo la negaciOn, Juzna escribe un texto que elabora las relaciones, postuladas como contradictorias, entre dos espacios (lugares) y acciones (practicas): una de las dos debe estar afectada por lt negacién si se encuentra presente la otra. Saber y decir, demucs- tua Juana, constituyen campos enf-entados para uta mujer, toda simultancidad de esas dos acciones acartea resistencia ¥ castigo. Decir que no se sabe, no saber decir, no decir que st sabe, saber sobre el no decir: esta serie liga los sectores aparente- ‘mente diversos del texto (autobiogra‘ia, polémica, citas)y sirve de base a dos movimientos fundamentales que sostienen las tetas que exeminaremos: en primer lugar, separacidn del ‘campo del saber del campo del decir; en Segundo lugar, reorga- nizacién del campo del saber en funcién del no decir (callar), Primero: separacién de saber decir. Juana escribe al Obispo que loque le demord la respuesta era no saber responder “algo digno devos" y “no saber agradeceros" la publicacion de su propio texte, Juana dice de entrada que no sabe decir. Elno saber conduce a silencio y seliga con él; peroaqui se tata de un no saber decir relativo y posicional: no se sabe decir frente al que est arriba, y ese no saber implica precisamente el reconoci- miento de la superioridad del otro. La ignorancia es, pues, una relacin social determinada transferida al discurso: Juana no sabe decir en posicién de subalternidad. Las voces dé las auto. +idades supremas lo confirman: Sants Tomas “callaba porque 49 nada sabja decir digno de Alberto”; a la "madre del Bautista se Je suspendid el discurso" cuando la visité “la Madre del Verbo", y Juana afiade: “S6lo responderé que no sé qué responder solo agradeceré diciendo que no soy capar de agradectros”. Este €8 también un lugar, un locus retérico denominado "'modestia afectada”; no nos interesa como tal sino en la medida en que ‘magnifica al azo y lo marca con un exceso que produce no saber decir La carta de Juana contiene, por lo menos, tres textos: 1) lo que escribe directamente al Obispo; 2) lo que se he leido como su autobiografia intelectual, y 8) 1a polémica sobrela sentencia de Pablo: calten las mujeres en la iglesia, Tres ronas en cons. tante relacion de contradiccién, tres registros signiticantes que transforman el sentido de los enunciadas. Todo le dirigide al Obispo implica la aceptacion plena del lugar subalterno asig: nado socialmente y el intento de callar, no decir, no saber (dice, or ejemplo, ena confesién que dirige al Obispo, queentro.en religion para “sepultar con mi nombre mi entendimicnto sactificérselo s6lo a quien me lo dio”, pues habia pedido a Dios que le quite Ia inteligencia, “dejando s6lo lo que basta para Suardar su Ley, pues lo demés sobra, segiin algunos, en una ‘mujer; y aun hav quien diga que dafia”. Pero en el interior del texto autobiogrifico afirma casi inmediatamente que ented en religién por la “total negacién que tenia al matimonio"), Aqui, en la biografia, escribe que calla, estudia y sabe. Nos interesa ésta en Is medida en que dibuja otro espacio del texto, el propio, despojado de retérica, y donde escribe lo que no dice en las otras zonas. Su historia, que ella narra como historia de su Pasion de conocimiento, aparece para nosotros comauna pica autobiografia popular o de marginales: un relato de las practi- cas de resistencia frente al poder. (Observemos ademas: un ‘género menor, la autobiografia, en el interior de otro, la carta.) Nos interesa la primera escena, que emerge como el punto de Partida de su episemofilia: cuenta que engafio ala macstra "le ije que mi mace ordenaba me diese leceién") y que guatdd silencio ante la madre: “y supe leer en tan breve tiempo, que ya sabia cuando lo supo mi madre..." “y yo lo callé”. Su primer encuentro con lo escrito se condensa, en la biografia, en no decir que sabe. = “"La autoridad materna y el superior se ligan asi estrecha- ‘mente: son esos a quienes no se dice, al Obispo por no saber 50 decir, yalamadre“y yolo call, creyendo que me azotarian por abel hecho sin orden” El sitento contitaye su capaci de resistencia ante el poder de tos otzox Lo mismo acute com as sscttura sgradas que Sor Flot le aconseja toda Juana isltera el no decir por no suber y ahora, ora vr, por miedo al Castigo; hablar de asuntossagrados se fe hace impoutble “por temor y reverencia", por peligro de hereia: "Defen eso ora quien lo enienda, que yo no quicroruido con el Santo Otic, ussoyignoanteydemblode decralguna proposcion nase: Bante o tore la genuinaintligencia de alg lugar" (Una Aigresinagul Surge la relacion dela Respuesta con el unio texto que, segin eseribe Juana alli mismo, exribse por gue El Sueno. Primero Suef La Resbuesta puede lees eno de $3 cortes como un comentario al poema en la medida on ge te desarolluna tori del conocimiento y del mpalso ei, temolégieo,y ala ver posula la impostilidad de capa fo Absolut, Tanto la Respuesta coma el Primero Sueffosesbren con lemma del mutism yel silencio, nel poema el silence se consttuye, ademas, en punto final. en la cambre el entende ‘aiento,perplejo, calla) Hay ai tes instancias superioces: la madre, el Obispo y el Santo Oficio, que imponen temor y eneran ne dec doct ‘que se sabe (a la madre), decir: ‘que nose sabe decir(al Obispo), y to decir porno saber el campo de la teologa) En el primer caso ella estaba en proceso de saber, en el segundo care a Respuesta yexhibe en cits st saber, y en el trceto se mace preisamente la Carta Atenagorica a propesivo de cuya publ Cacion escrbe éta El movimiento conssteen despojse da Palabra plblica esa zona sefunde con el aparato discplinarie, ¥ su no decir surge como dinar de tna préctica que aparece como prohibida. Juana decide entancesqueel publica pata sis alko del decir, no le interesa. Lo que una cultura postuls como su zoma valorada y dominant, all es donde Jaana dice ‘no sé", no igo, me abstengo, y marea ota ver que dean escribir, publica (que ahora consiayen tna sere) es ong exigent que proviene de los otros s¢ liga con i violencia “Y, ala verdad, yo nunca he exci, sno violentada forza sélo por dar gusto a ouos: no sélo sin complacencia, sino con posi repugnancia El decir pablico esté ocupado por la autoridady a violen cia: otro esel queda yquitala palabra, El Obispo pablie(y ela 31 4 la ver que agradece protesta: no quiero publicar, me fuerzan): el Obispo escrike (y ella: no sé responderos); el Ob'spo ordena estudiar lo sagrado (y ella: no sé, tengo miedo). Juana, en tanto ‘mujer, dice que es aquella a quien se otorga y sequita y se exige Ia palabra (pensemos en la confesién), no quien latoma como su duefia. Nos interesa especialmente el gesto del superior que — consiste en dar la palabra al subalterno; hay en Latinoamérica una literatura propia, fundada en ese gesto, Desde la literatura .gauchesca en adelante, pasando por el indigenismoy los diver- 508 avatares del regionalismo, se trata del gesto ficticio de dar la» palabra al definido por alguna carencia (sin tierra, sin escri- tura), de sacar a luzsu lenguaje particular, Ese gesto proviene de Ja cultura superior y esta a cargo del letrado, que disfraza y ‘muda su vor en la ficcién de la transcripeién, para proponer al débil y subaltemo una alianza contra él enemigo comin, Es ‘muy posible que la publicaidn de la carta respondiera precisa- ‘mente a lanecesitad del Obispo de enfrentar actros. El gesto del Obispo, que se distraza de Sor Filotea de la Cruz para escribir a Juana, es la wansferencia a la carta del gesto de la publicacién de la palabra del débil: €1 tapa su nombre-sexo para abrir la palabra de la mujer y publica, dindole nombre, el escrito de Juana (ella, a su ver, dio la palabra a los indios en sus poemas) Pero el dar la palabra y el identficarse con el otro para consti-, ‘wir una alianza implican una exigencia simultdnea: el débil’ debe aceptar el proyecto del superior. El Obispo, quehorizonta- liza las relaciones con Juana al tomar nombre femenino, quiere recuperarla para el campo sagrado y que abandone lo que no cuadra a la religién. Si se llama Filotea (amante de Dios) es Porque desde ete lugar es posible escribir a Sor Filosofia (amante del saber, autora de la Carta digna del saber ateniense), El seudénimo del Obispo y la publicacién del texto-polémica constituyen la deiinicién misma del proyecto que tiene para Sor Juana. Y alli es donde ella erige su cadena de negaciones: no decir, decir que no sabe, no publicar, no dedicarse alo sagrado. En este doble gesto se combinian la aceptacién de su lugar subalterno (cerrarel pico las mujeres), y su treta: nodecit pero © saber, o decir que no sabe y saber, o decir lo contrario de lo que sabe. Esta treta del débil, que aqui separa el campo del decir (la ley del otro) del campo del saber (mi ley) combina, como todas las tcticas de resistencia, sumisién y aceptacién del lugar asig- nado por el otro, con antagonismo y enfrentamiento, retiro de 52 colnboracion = Juana hace entrar en contradccin saber y decir xe ese punto de parti de a cadena decontradieciones que proliferan fel texio. Su lugar propiocsel del esto el saber sexe 6S "fuera sjena" "No mio ea incinacion a lay leas" no Ssuadio para dec, enseiar ni escribin sino “para ignorae menos" eubredeallencoelepacio dl saber: fos ibvosson mudos ("sora silencio de mis libros", “teniendo solo por maestro un libro mudo” dice en tono de qua) Ia Lectura se desarrlla desde San Ambrosio, maesto de Son Agustin. sin habla, Desds esa otra red, donde se juega ya no su detest su «verdadera pts, Juana evcribe sobre el silencio femenino, Segundo movimiento: saber sobre el no decir, Este movie riento implica una reorganiacien Gel campo del saber, Para discatr la sentencia de Pablo sobredl silencio de las mujeresen Iniglesa, erige una doctrina dela lecture (no propia, over siva sino estrctamente escolastica) que niegala division entre Saber protano y saber sobre elms alla en un arbol de ls Ciencias (ala manera del de Raimendo Lisi en cuyacospide se encuentran los textos sagrados. Para Megara ellos} la teologia, como leaconseja ef Obispo, dice que “hay que subir por fos esaiones de Tas lencas y as artes humanasy orgie zcbimo enlnlrt cl exlo dela Reina elas Ciencias quten sin ho ibe do anil” ¥ ener: gi et, en, aritmética, rometra,arquitectura, historia, derecho, misica astrologia. Bus ciencias estén encadenadas unas con otras, En registo de st biogratia cuenta les difcultades que avo para Cstudiar estas ciectas(esclavas, puesto que snllas No hay altura} le prohibieron darante tes meses el estudio, pero (el keto de Ia resistencia) “atinque no estudiaba en libro, eat diaba en todas las comas que Dios cid, siviéndome elias de letras, de libro toda esta maquina universal" Siempre posible entonces, anexar otro espacio par l saber. Nosélo no hay division ene saber sagrado y prolano, sino que no hay division ent extudiaren libros yea realidad. Ha descubierto sears naturales” mientras Rusabar "Veo que un huevo se une frien a manteeno aceite, porelconttatio,sedespedara nel almibar" Y finalmente, ci la medida em que no hay Aivisién ninguna en su campo, noes posibleeseindar mujeres ¥ hombres pars el saber, que solo admite Ia iferencia entre necos,igorantes,soberbios por ua lado, ysabios ydoctos por 53 lotto. Juana encontré un espacio pues situado mas alla de lay” Giferencia de los sexos. ¥ el conocimiento, adquirido en silen io, le permite leer de otro modo la sentencia de Pablo sobre el silencio que deben guardar las mujeres: en la iglesia primitiva, dice, ellas se ensefiaban doctrina unasa otrasen los emplos,y el rumor de conocimiento confundia a los apdstoles cuando pre- — dicaban, Por ex Pablo les mandé callar. "No hay duda que ara Ia inteligencia de muchos lugares es menester mucha historia, costumbres, ceremonias, proverbios y aun maneras de hablar de aquellos tiempos en que se escribieron, para sabet sobre qué caen ya qué aluden algunas locuciones de las divinas letras”, Juana nos da aqui una leccién de critica literaria ¢ ideolégica; la verdad dogmstica ¥ el régimen jerdiquico, nos ice, borran de lo escrito Ia huella de la historia’ a partir deuna ircunstancia concreta y dada, se erigié un dogma autoritario y eterno, una ley trascendente sobre la diferencia de lossexos. Este es su saber y decir sobre el silencio femenino. Finalmente, acepta que las mujeres no hablen en los piilpi- tos y en lecturas piblicas, pero defiende la enseianza ye «studio privado (defiende su escrituraen verso la pelemica con Vieyra). Aceprar, pues, la esfera privada como campo “propio dela palabra de la mujer, acatar la division dominarte peroala ver, al constituir esa esfera en zona de la ciencia y laliteratura, negar desde all la divisién sexual. La teta (otra tipica tctica del débil) consisteen que, desde el lugar asignado y aceptado, se ‘cambia no s6lo el sentido de ese lugar sino el sentide mismo de Jo que se instauraenél. Comosi una madre o ama de casa dijeva ‘acepto mi lugar pero hago politica o ciencia en tanto madre 0 ama de casa. Siempre es posible tomar un espacio desde donde se puede practicar lo vedado en otros; siempre es posible anexar “otros campos e instaurar otras territorialidades. ¥ esa prictica de traslado y tansformacién reorganiza Ia estructura dada, social y cultural: la combinacién de acatamiento y enfrenta miento podian extablecer otra razén, otra cientificidad y otro sujeto del saber. Ante la pregunta de por qué no ha habide mujeres fildsofas puede responderse entonces queno han hecho filosofia desde el espacio delimitado por la ilosofia casica sino desde otras zonas,y si se leeo escucha su discurso como discurso {ilosofico, puede operarse una wansformacién de la reflexion, Lo mismo ocurre con la préctica cientifica y politica, Desde la carta yla autobiograffa, Juana erige una polémica 54 erudita. Ahora se entiende que estos géneros menores (cartas, autobiografias, diarios), escrituras limites entre lo literario y 10 no literario, lamados también géneros de la realidad, sean un “campo preferido de la literatura femenina, Alli se exhibe-wa dato fundamental: que los espacios regionales que la dominante ta extraido de lo cotidiano y personal y ha const como reinos separados (politica, cieneia, filosoffay se constituyen en la mujer a partir precisamentedeloconsiderado personal y son indisociables de él. Y si lo personal, privado y Cotidiano se incluyen como punto de partida y perspectiva de los otros discursos y pricticas, desaparecen como personal, privado y cotidiano: ése es uno de los resultados posibles de las “tretas del débil PERSPECTIVAS

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