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Querido ego:

Los tiempos nos renen de nuevo. En ese malestar intenso de fugaces espacios y
temporalidades en xtasis, nos volvemos a encontrar. Aqu, en un solo lugar, con caligrafa
imbcil y morfosintaxis sencilla. Tan nimio todo, salvaguardado por centurias de vacuidades y
espejos slidos que se desvanecen tras el espejismo.
Pequitas. Una resignificacin del tiempo. Fue una angelita pero ahora es una mujer con pecas.
Dej su rastro en la historia, un rastro que tras inviernos -porque no ha habido ms que lluvias
y granizo-, se ha levantado como otra mujer ms del montn, un cuerpo deletreo y sexual
que no produce ms que carne en el mundo. Es eso: un pedazo de carne, ngel cado del cual
no queda sino su enferma fiambre. Su magna idea se resumi en lo real nfimo, un cuerpo del
mundo, de todos los que ya se engendraron, con pecas como cualquier otra, con estrabismo
como esa raza que ha parido ms especies. Eso nos deja el tiempo, querido ego. No queda ms
que rebuscar en las estepas hasta contar con otro espejismo alado que nos permita volar.
No es ms lo que mi tonta pereza mediocre me deja escribir hoy.
Sin musas no hay letra. Amn.

Noche nublada, sin estrellas, con las calles vacas llenas de ladrones pululando.
Mircoles 21 de Marzo de 2012

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