Este poema describe una escena en la playa en Pentecostés. La gente se encuentra acostada en filas como si estuvieran en ataúdes, pálidos y absorbiendo el aire como una medicina. Un caballo atado observa a la gente y el mar exhibe sus algas como sedas sumisas. Nadie parece disfrutar del día y un policía señala un acantilado vacío donde mariposas y gaviotas rompen su formación mar adentro.
Este poema describe una escena en la playa en Pentecostés. La gente se encuentra acostada en filas como si estuvieran en ataúdes, pálidos y absorbiendo el aire como una medicina. Un caballo atado observa a la gente y el mar exhibe sus algas como sedas sumisas. Nadie parece disfrutar del día y un policía señala un acantilado vacío donde mariposas y gaviotas rompen su formación mar adentro.
Este poema describe una escena en la playa en Pentecostés. La gente se encuentra acostada en filas como si estuvieran en ataúdes, pálidos y absorbiendo el aire como una medicina. Un caballo atado observa a la gente y el mar exhibe sus algas como sedas sumisas. Nadie parece disfrutar del día y un policía señala un acantilado vacío donde mariposas y gaviotas rompen su formación mar adentro.
Arcos de estuco, montones de roca solendose en filas, Ojos sin prpados o huevos petrificados, Adultos metidos en atades, con medias y chaqueta, Plidos como el lardo, sorbiendo el aire Enrarecido de la nada como un medicamento.
El caballo atado a su estaca de cromo observa
Atravesndonos con la mirada, rumiando la brisa con sus cascos. Tu camisa de flamante lino Se infla como una vela. Las alas de los sombreros Desvan el centelleo del agua; la gente holgazanea Como en un hospital.
Noto el olor a sal, eso s.
A nuestros pies, el mar, con sus bigotes de algas, Exhibe sus glaucas sedas, Inclinndose sumiso como un oriental de la vieja escuela. Tampoco a ti te hace gracia nada de esto. Un polica seala un acantilado vaco,
Verde como un tapete, donde unas mariposas de la col
Rompen su formacin mar adentro, igual que las gaviotas, Mientras nosotros merendamos bajo el hedor a muerto de un espino. Las olas baten y laten como corazones. Encallados bajo las flores espumosas, yacemos Mareados, resecos y febriles.