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Tradueeion: Elisabetn B, Casals eelona, diciembre de 1986 fesion México, 1989 ‘resion Barcelona, febrero de 2000 fas ediciones en Paseo Bonanova, 9 121" 198022 Barcelona (Espana) Tel, 93 253.09 04 rico: gedisa@gedisa.com /won gecisa.com ISBN: 84 74322626 Deposiio legal: 8, 7.218/2000 Impreso por: Ramanya Valls. S.A Verdaguer. 1 - 08786 Capellades \mpreso en Espana Spain RECONOCIMIENTOS Ge algunos acertijos que aq numero de sugerencias provs cordar su nombre pero desat go la esperanza de que lea estas migo. para que yo pueda agradi Jos de ajedrez trabajo en el manuscrito. Es impos consurmada con mayor cuidade y habil A miesposa Blanche ya la memoria de mi hermano Emile 3 de mi querido amiga Theodore Shedlovsky RICONOCIMEENTOS oo 7 INDICE Una nota para el detective ajedn PRIMERA PARTE SMIRLOCK HOLMIS [N IL TABLERO Di AJ OREZ Un problema de direocin . Una agradable variacion Un pequetio ejereicio {De qué color i tro problema monocromitico t Una cuestién de supervivencia . i EL misterio de la pieza faltamie i jNo puede hacer eso! Dos bagatelas oe La bromta de sir Reginald 20s. Nos devuelven la visita . : , i E] problema de Mycroft | Un problemita de ublcacion i “Para conocer el pasad Un problema sin resolver SEGUNDA PARTE: LAISLA DE MARSTON A bordo Hl enigina del juego de ajedrer indio . 89. a 95 Otro problema de ubicacion Holmes pone fin a una disputa UNA NOTA PARA EL DETECTIVE AJEDRECISTICO 8 escalofriantes Suponga que | lego jams a la oct EPILOGO. : G 142 LOS PROBLIMAS De MORIARTY ¥ 145 APENDICE 1. LOS PROBLEMAS Di MORIARTY... 147 153 SOLUCIONES 4 LOS PROBLEMAS DE MORIARTY... 165 | En primer lugar. en rn designadas por le riba, el rey blanco esté en f2, e 10 en #3, la dama blanca esta en 6 y pu $s peones en b? para sa ? La Gnica posibilidad es que el alfil originalmente en cl haya sido comido en su casilla original sin haberse movido, y que el alfil en g3 sea en realidad un alfil promovido. (Después de todo, un pedn no se corona pidiendo s6lo reina; también puede co- ronar pidiendo torze, alfil o caballo.) Por lo tanto, la afirmacion de que ningtin pe6n jamés legs El problema de més arriba, como aquel propuesto en la tapa, es un ejemplo muy simple del tipo de acertijos considerados por Sherlock Holmes en este admirable manuscrito. Dichos problemas corresponden al campo conocido como anilisis retrospectivo. Di ferentes del tipo de problema de ajedrez mds convencional (que se basa en el nlimero de jugadas en que las blancas ganan), estos pro- blemas se basan solo en la historia pasada de una partida. Es fasci- la variedad de preguntas que proponen estos acertijos. Por mplo, se podria pensar en una posicion en la que una de las 4 caida (o representada por 14 puesta en la casilla), y el problema consiste en imaginar cual es Ja pieza. Por otra parte, se pueden proponer posiciones de las cuales se deduce que una de las piezas del tablero es promovida, pero es imposible decir « (De hecho, jexiste una posicién en la cual no se puede ni siquiera determinar si la pieza promovida es blanca o negra!) Incluso es posible, como veremos més adelante, probar que las blancas tienen un jaque mate en dos jugadas a partir de cierta posicién, pero al mismo tiempo jes imposible de demostrar! Aun: que patezca increible, es verdad Fstos problemas son fascinantes andlisis en un rezonamiento completamente deductivo. Podria asegurarse que se encuentran en el limite entr y elajedrez (de hecho, a veces se los ha de- do problemas de ajedrez-Iogica). Tienen mucho de vondi- fueron de una gran atraccién para Holmes. ho, es la tinica clase de problemas ajedreci Ib atencién, So: mos afortunados de que la exposicién de Holmes sobre este tema en la primera parte del lib lector que s6lo sepa cémo se mueven seguir sus explicaciones paso por paso. Se habra convertido en casi tun experto en este tipo de razonamiento para cuando Hegue a la segunda parte, y estard bien preparado para ayudar a Holmes a lo- lisis retrospectivo. Al mismo tiempo podrd resolver un curioso mis terio de doble asesinato. Es una gran suerte que Holmes haya sido tan adepto a este recisticos. Si no hubiera podido resolver uno lescubrira cual), este manuscrito nunca se hi ya que de ese modo habria cafdo en una trampa i'a de Moriarty y perdido su vids antes, incluso, de que ‘sera al doctor Watson RAYMOND M. SMULLYAN Primera parte Sherlock Holmes enel tablero de ajedrez UN PROBLEMA DE DIRECCIC {Qué fe parece si nos damos una vuelta por el drez? ~-dijo Holunes una tarde. ub de aje exelamé asombrado. - jNo sab tipo convencion demasiado el ajedrez como juego: de ngeiGn por los j 4Y qué es el sjedrez, si toes un juego? - pregunté, atonito, Hk ‘omo cuslquier otra en la vida real, Es més, las he liosas para deserrollar esos poderes de pura deduc ciales para desenvolverse en sit Digame mas -tepliqué co! ue tengo en mente, Watson, es lo siguiente: en una pa imbos jugadores estén concentrados exclusivamente en Sn que son esen. real de \ds comunes —las blancas debe mover ¥ dar jaque mate en um nimero determinado de jugadas- se pone tami éste favorezca su propia posicion, A ‘os problemas mayo todo el énfasis en hacer algo para controlar el future. Ahora bien, aungue los mejores problemas de esta clase me inspiran el fundo respeto. - jmuchos son obsas de arte en verdad ingeniosas’ el tipo de estrategias que involucran, si bien int de mucha utiliad en mi propio taba Me temo que gue 1 ofrec que n que propor 1 pasade con curiosi- rtunidad me gustaria mucho i igo. Watson” Quién sa ‘una situaei6n real que ilustre mi teoria Me parecid un lea, asi que tome mi sombrero y jun- tos nos ditigimos al club. Este estaba vacio, con excepcion de dos personas: el Coronel Marston, a quien vonocsamas bastante bien, y un distinguido caballero de aspecto inteligente, cuyo porte era muy agradable y graci ose de pie de ajedrez. (Por tal vez encontremos levantindose de la mesa de aje- aun gran sir Reginald Owen, Acabamos de terminar una partida muy excéntrica y poco comin, Las jugadas fueron completamente peadas por ambas partes, aunque pectectamente legales, por su- puesto. Asi parece -repl la siguiente: fjome presentarles a usted y al doctor Watso dre amig ; Holmes, mirando el tablero. La posi Norte & & e ho & & Sud {Por qué sera, Marston ~dijo Holmes~ que cada vez que lo encuentro jugando al ajedrez, siempre parece estar jugando con las blancas? 18 Marston se rid, pero de repente se puso serio. ~Pero Holmes, eémo diablos supo que estaba jugando con las blancas? Estoy se- fhuro de que la ultima jugada se hizo algunos minutos antes de que ated o Watson entraran en la habitacion. Entonces, ,cémo es post ile que lo supiers? Tal vez, dijo sir Reginald con una sonrisita maliciosa su amigo lo supo por la simple razén de que tiene usted una pieza blunca apretada en la mano. NNo ereo que e50 sirva de evidencia -protesté~. ;Por qué no podia haber sido una pieza comida del adver En realidad, ~se ri Holmes la observacion de sit Reginald as excelente, He observado que cuando un ajedrecista esté acari: ‘iando distraidamente una piera en el curso de la pa ces de diez esa pieza es una de las propias {A qué se debe? -prepunté de explicar, Watson: creo que es un tesia anconseiente, Tenemos una cierta renuencia psicologiea natu ral-a manipular lus piezas del adversario, De todos modes, o cierto es qu mos nuestr3s. propias piezas, Sin embargo, ésa no fue mi pista 1 Marston brid la mano silo después del comentario de sir Reginale, no vide qué color era la pieza que Marston estaba sosteniendo. Y ue la hubiera visto, mi deduction solo habria side una p dad, y no le habria dicho a Marston con tanta seguridad que es taba jugando con las blancas. fn este caso. mi deduccion fue mu- cho mas definida: estaba seguro de que Marston jugaba con las blancas {Pero cémo? —suplicd el Coronel Marston ueve ve- 0 de vor con los ojos chispeantes Creo que sera que traten de resolver este pequeio misterio ustedes solos, Estoy seguro de que cualquier dfa de éstos, Marston, volvere Mos a entcontrarnos, y si para est entonces no lo ha descubierto, se ra un placer para mi decirselo. ;Pero me temo que la solucién le atecerd muy elemental! Marston y sir Reginald se concentraron problema y en discutir toda clase de alocadss ‘mento después nos fuimos, luego de estrechar nuevo amigo, sir Reginald. nsamente ep eb idades. Un mo: mano de auestro 19 Holmes —dije cuando salimos~ me muero de curiosidad éCémo lo supo? Podemos discutirlo cor (ranquilidad esta noche frente a un tablero de ajedrez. Mientras tanto; qué le parece una vis seo y después una buena cena en Agosino Varias horas més tarde nos ubicamos comodamente en Baker Street. Holmes con su bata favorita y fumando su amads pipa {No es una maravilloss coincidencia dijo, rigndose entre dien: tes _que tan poco tiempo después de nuestra algo abstracta conver is retrospectivo? retrospectivo? - pregunté fe descubrir una sola pists! Cuando dije esto. Holmes es huabitacion cExamin No se me ocurri6 pensar en eso admi Mi querido Watson dijo Holmes. rigndose m o. No era necesario examinar todo habita simplemente al tablero. gil tablero? ;Y qué ten‘a de raro el tablero? Pues, la posi¢ién, Watson, la posicidn, {No recuerda algo recuerdo que en ese momento ia nme parecid absolutamente inusual, ;peto no vo emo se puede deducir ‘650 que Marston jug6 con las blancas! Al oft esto Sherlock se puso de pie, - Reconstruyamos la po: dijo Holmes después de armar el tablero come je no puede deducir qué lado es sicién ba al pectiv s esto un ejemplo de lo que usted llama “anal pregunté ejemplo perfecto replicé Holmes que es extremadamente elemental. Pero fijese pista? inque debo decir ve ni una 20 =Ni una —dije con tristeza. A primera vista pareceria que las blancas estan en el lado sur. ;Pero sélo a simple vista! Sin iugar a dudas la partida esta en sus momentos finales, en que no es extratio que uno de los reyes sea Mevado ai extremo opuesto del tablero. De manera que las blancas podrian estar en cualquiera de los dos lados. ~,No hay nadz en la situacién que le lame k son? ~inquirié Holmes con desesperacién Miré el tablero nuevamente. —Supongo peculiaridad que probablemente lame la atencién de y es que el rey negro se encuentra en jaque del alfil bl veo qué relacién tiene es0 con descubrir qué lado es blanco. Hol mes sontid, regocijado. —Tods Ia relacién del mundo, Watson. —que es la forma corta de “andlisis retrospectivo” dear ¢! pasado. pasado, Watson! Si las negras Jaque, ,cudl pudo haber sido la ultima jugada de tas blancas? Volvi a mirar el tablero y repliqué: Pues, podria muy bien haber sido el pe6n blanco en e5 que scababa de moverse de e4 y que descubrio el jaque del alfil. Este hecho, por supuesto, supone que las blancas son sur. Pero por otto lado, también podria ser que las blancas fueran norte, en cuyo caso la Giltima jugada fue del peén de d4 a d5. No veo nada definitivo para decidir entre las dos posi- bilidades, Muy bien, Watson, pero si es verdad, como usted dijo, que Ja Gltima jugada de las blancas fue con uno de lo peones en e5 0 44, entonces, jcudl pudo haber sido la jugada de las negras inme- diatamente anterior a ésa? Volvi a mirar y repliqué: ~ Evidentemente con el rey negro, ya que es la tinica pieza negra en el tablero. No pude hiaberse movi- do de b8 6 b7, por eso debe de haberlo hecho de a7 para salir de jaque jImposible! —exclamé Holmes. Si hubiera estado en a7, habria estado en jaque de la dama blanca y del otro alfil blanco en 5 a la vez. Si [a dama hubiera jugado Ultimo para dar jaque, las egras ya habrian estado en jaque del alfil Si el alfil hubiera mo: vido dltimo, las negras ya habrian estado en jaque de la dama. Este Jaque imposible se conoce técnicamente en andlisis retrospectivo como aque imaginario’. Pensé por un momento, y me di cuenta de que Holmes te: nia raz: soy Emomees —exclamé-- la posicion es simplemente impo- sible! De ningin modo ~se rié Holmes~. Es slo que no ha con: sidetado todas las posibilidades, Escuche, Holmes, usted mismo blancus no pudieron haber movido tltimo. — (Yo no probé nada de es0, Watson! este punto ya me estaba poniendo impaciente. Vamos, Holmes, acaba de probar a ani entera satisfaccidn que el rey negro no pda haber movido iiltimo. Gierto, Watson, probé que el rey negto no pudo haber mo- vido iltimo, pero esto no es pruct: nte para asegurar que das negras no tuvieron la iltima jugada Pero, —grité— jet cey es la unica pieza negra en el table La Gnica pieva en el tablero ahora -corrigio Holmes - jpe €30 no significa que el rey haya sido la tnica.pieza negra en el ediatamente antes de la ultima jugada de las blanc Por supuesto -repliqué— jqué estiipido! Las blancas en la hima jugada pudieron haber comido una pieza negra. Pero -ex- clamé, ms confundido que nunca- cualquiera de los peones en eS 6 d4 que haya movido iltimo no comid ninguna pieza! a de probar que las Lo cual s6lo prueba -uijo Holmes, rigndose— que su conje- tura original de que la altima jugade de fas blancas fue con uno de es0s dos Peanes es incorrecta. Incorrecta! —exclamé, perplejo~. ,Cémo puede ser? jEntonces se me ocurrié! — jPor supuesto! ~grité victorioso. iQué tonto no haberlo visto desde el principio! La tltima jugada de Js bfancas fue con el peén desde 82 que comis una pieza negra en h3. Esta toma simulténeamente jaqueo al rey negro y comié una pieza negra, iy fue esa pieza cualquiera que haya sido - la que hizo la jugada anterior! jBuen Watson, pero me ie pen blanco hubiera estad ber Hegado a esa el He aqui otro acertijo! En este momento dije: —Realmente, hora estoy completamente convencido de que la post. sirve! Situn Real jBren, bien! ksta es otra prueba de Jo que siempre’ digo nviccién. no imports cusin firme, no siempre intia de ver jPero hemos agotado fodas las pos exchimé Todas menos uma, Watson: que resulta ser la correcta Me parece que ya hemos cubierto todas las estoy seguro de que hemos com imposible! Holmes se puso serio. La l6zica jo, muy frgil, Aungue es podeross cuando se la rrectamente, la mis minima desviaci6n del estricto razonamiento puede provocar kas mis desistros. encias, Usted ‘probar’ que la posiciOn es impusibie, Me gustaria que solutamcnite ferminante de yste he mo se dard cuenta de su es algo may usted ;Seguramente el alfilen hwo movio Otra vez si —uijo Holmes, Y por supuesto el otto al uieron haber movido s10 limo! Hasta ahora estoy de completo acuerdo con usted obser- vo Holmes, nguna pieea jNo! -exchuns ff sin por completo errénea! lace s6lo un minuto grité, fuera de mi las piezas blancas en Si -dijo Hol no las piezas fcera cel tabl A esta altura, estaba empezando a dudar de mi cordura. Alto ta bien, Holmes -diie con completa desesperacién si las blancas mes con jabilo jFsa es una eonchi- 3B ultimo. la pieza que acaba de mover debe estar en el ta blero, ya que las negras n para poder comerla. . que Yo Sepa, no salen del tablero solas! dijo Holmes. jy ab estd su error! te Momento, pestaiieé y me pellizqué para convene: de que estaba despierto. Tratando de controlarme, ud dije: —,De verdad quiere haverme creer. ajedrez una pieza puede dejar el tablero sin haber sido co Si replico Holmes. Hay una y solo una que puede hacerlo se de pica dije, con un hondo suspiro de alivio.. Por su que esti en hl que las blancas son niorte. {Pero como es que eso deja la do estaba en g? y con 0 la jugada anter Muy bien, Watson —dijo Holmes con una sonrisa tr Hay una sola cosa que me preocupa, Holmes: ;Por (© pudieron haber te Holmes muy cuidadosamente- esa pregunta de la psicologia y la probabilidad, y no con verdades absolutas. Nunca se supon bien, sino que ha jugado legalmente. Asi que, a jgador ha jugado que sea improba es posible, nte fue climinado debe debe haber sido la jugada que efectiva- dicho r imposible, lo que queda, la verdad, 4 UNA AGRADABLE VARIACION ver mas cort Dos noches sorpresa: una vi nuevo a Marston, agradgba cada vez més a medida que lo conoe Después de una ronda de sentador brandy, Marston No nos lev mucho tiempo, Holmes, nuestro Cor cho el crédito, Después de todo, Holmes, fui yo quien hizo esa ju ttada tan poco ortodoxa de coronar un alfil. Pero nos levé un poco Ue tiempo darnos cuenta de que desde el punto de vista de es po inguna otra dltima jug dijo: - Sabia que lo re conta Jes averca de una curiosa que enconte cuando estaba usted jugando con sir Reginald n puree do a la siguiente posivion que vi hace dos ta. - Y Holmes arreglo el tablero como Marston. no es ast a que a fas pudo haberse movi de la que pudo haber de eS, comiendo un pe supuesto, acababa de mover desie U7. La de las bluncas fue c desde e4, La posicion hace un par «Le molestaria rep Para ada replicd sir Reginald. Marston: ésa es una posi (6n, mi primer pens a tinica. Cuando vi esta posi der 2 los jugadores en esta partida? "Sus ma No, {pero por qué R BR jes0 signi- : fo a 26 la siguiente secuencia de jugadas para traer el n presente: TAS jaque Ros 2PeeS jaque Peds 3 PxP al paso jaque iY ast fue como Holmes supo cudl lado era cual! simple para m UN PEQUENO EJERCICIO smbre “problem: Como puede ver, Watson, ninguno de los dos lados esté en jaque mate, ni siquiera en jaque. Y se nos da la pauta de que su la- do es blanco, Ahora bien, la pregunta es: Dado que las negras hi- cieron la ultima jugada, cual fue esa iltima jugada y cudl la de las lancas? Pensé durante un momento, luego dije: -Holmes, lamento ser un alumno tan lento, ;pero la situacion nuevamente parece im: posible! Evidentemente el negro acaba de salir de jaque desde a pero no veo cémo la blanca pudo haber movido su alfil para dar jaque! No estd mal, Watson, jno estd nada mal! Veo que esta em: pezando a pensar. ;Pero por qué sigue con ese persistente habito de olvidar que una jugada puede involucrar una pieza comida? Entonces, por supuesto, lo vi. - Esté bien, Holmes, esta bien La Giltima jugada del negro fue con el rey desde a7 comiendo una pieza blanca en a8. Dicha pieza debe de haber movido antes de eso desde la diagonal de gl a a7 para descubrir el jaque del alfil. ;Cul podria ser esa pieza? Pues evidentemente un caballo, que habia movido de b6 a a8. Por lo tanto la dltima jugada de! negro fue de 7 a a8, comiendo un caballo blanco. Comecto dijo Holmes. De repente se me ocutrié otra cosa: Holmes, - dije~ era realmente necesario en este problema el dato de qué lado era blan- 0 Por supuesto —replicé Holmes. Si no nos hubieran dado esa informacion, entonces habria habido una segunda solucién. un peén blanco podria haber acabado de coronarse alfil Aleunos minutos después pregunté: —Holmes, ;todos los problemas retrospectivos se solucionan teniendo en cuenta en pri ‘mer lugar cual fue la ultima jugada? ~j0h, no! —contesté Holmes--. En muchos de estos mas no hay manera de asegurar cudl fue la iltima jugeda. Sin em- bargo, se puede determinar una jugada 0 secuencia de jugadas que haya tenido lugar en algin momento en el pasado de Ia parti- da, aunque cusindo ocurrié con precisiGn no se puede asegurar ni es relevante para la solucién del problema 30 {Puede darme un ejemplo” preg rante unos minutos, al cabo de los cuales arreg! on & & eek ke as ® 5 a B Blancas-12 La pregunta es: jen qué casilla fue comida la dama blanca? Observé la posicion. y razoné de la siguiente manera: Bien, H eo que Jas blancas no tienen su dama, ni am- bos alfiles. ni un caballo. Ahora bien, se pueden justificar des pie- 2us comidas von los peones negros en e6 y h6: el primero 4 ellos proviene de d7 y comié una pieza en e6, y el segundo viene de 27 y comié una pieza en h6, Pues bien, ninguno de los dos alfiles pudo haber salido del tablero al ser comido por estos peones, ya que el fil que estaba en cl estaba encerrado por los peones en b2y d2 que alin no se han movido, y el que estaba en 11 estaba protegido por los peones en e2 y 82 —Bien, Watson ~tercid Holmes— me alegro de que haya podi- do verlo usted mismo: Elemental, mi querido Holmes —no pude evitar bromear- Sin embargo, creo que mi razonamiento no me lleva mas adelante. Est bien, ahora vemos que las piezas blancas comidas en ¢6 y h6 son: la dama y uno de los caballos. Por lo tanto la dama blanca fue comida o en e6 0 en h6, pero no me doy cuenta de por qué la dama no pudo haber sido comida en cualquiera de esas dos casillas y el caballo en la otra. 31 Bien -dijo Holmes.. en ese caso tendré que proporcionar: le algunas pistas en forma de preguntas. Uno de los puntos princi pales al resolver estos problemas es hacerse las preguntas corr Entonces, ;qué pieza fue comida por et peén blanco en b3? Evidentemente un alfil negro —aseguré las negras. Bien. Ahora viene la pregunta crucial: ,Qué pieza fue com: da primero, el alfil negro o la dama blanca? ‘No veo manera de saberlo —rep Entonces, hégase la pregunta de esta manera: la dama Janca fue comida antes o después de la pieza comida en b3 por el peon blanco? Observé la posividn otra vez, y empecé a ver cl La dama blanca —dije- salié al tablero via casilla a2, por lo tunto el pen en b3 comié su pieza primero para dejar afuera la dama. ¥ puesto que el pedn comié un alfil, entonces el alfil fue co- mido antes que la reina Exacto —dijo Holmes Y esto, 10 nos resaelve el probl ma? -No veo por qué. Bien, creo que la proxima pregunta es la sigui en 8 fue comido anies 0 después que la pieza en e6? El peén en e6 comid su pieza antes —contesté~ para dejar te: jel alfil —Correcto —dijo Holmes. Ya tiene todas las piezas del rom pecabezas, Watson; s6lo le falta unirlas ! La toma en e6 fue hecha antes de 4 para ser comido en b3, lo cual a su vez su 5 antes de que la dama blanca saliera para ser comida. Por lo tanto. la dama blanca no fue la pieza comida en e6, En otras pala- bras, la secuencia fue la siguiente: primero el vaballo fue comido en 6, Iubgo salié el alfil negro y fue comido en b3, luego la dama blanca salid, y ésta debe de haber sido la pieza comida en h6. Asi ‘que la dama fue comida en hé. —Muy bien, Watson dijo Holmes, alentindome—. Creo que con un poco mis de prictica, estard en condiciones de hacer andli- sis retrospectivo. | 2DE QUE COLOR? «el probll Jigada, © + ih, no, para nada! contests Holmes que surgen a veces son de naturaleza mucho mds intrigante y ex céntri {Puede darme un ejemplo? —inquiri Holmes pens6 durante unos minutos. No uno lo suticien- temente elemental para que usted comprenda en el nivel en que se encuentra... jPero espere! ;Se me acaba de ocurrir un problema ideal para usted! Con una curiosa mirada divertida, Holmes dispuso algunas piezas en el tablero. — jEspere, Watson, la posicién no esti completa! dijo Holmes mientras se dirigia a una repisa y trafa una cajita que siempre me habia llamado la atencién —. Siempre tuve la idea, Watson, de que usted estaba a punto de preguntarme qué hay en esta caja, pero la buena educacidn se lo impidié. ;Me equivoco? Pues, es verdad, Holmes —confesé. muchas veces me pre gunté cual seria el contenido de esa caja, Ahora, Watson, jveamos! Con el gesto de un nifio travieso de un mago, lenta y algo melodramaticamente quité la tapa y sacd, joh sorpresa! un peon Dicho peén eta de idéntica forma a cualquiera de los peones del juego de ajedrez de Holmes, con la nica diferencia de que este edn estaba pintado ia mitad de blanco y la mitad de negro. {Donde diablos consiguié eso” ~pregunté, riéndome. Lo guardo, Watson, somo recuerdo del problemita que estoy por mostrarle, A’ es ubic6 el en g3, y ésta era la posic Negras.1 62 * | Blancas-3 64 En esta partida dijo Holmes~ ninguna pieza o peén ha movido de una casilla blanca a una negra, ni de una una blanca, La pregunta es: de qué color es el pedn ei Eso es facil -bromeé—. jEI pesn en g3 es blanco y negro! No, en serio - se rid Holmes ,qué color de pen ~-blanco © negro - debe colocarse en g3 para que la posicién sea compatible con las condiciones dadas? Observé el tablero, pero no pude descubrir pronto se me ocurtié una idea: — Usted dice q ha movido de una casilla de un color a la de otro cunstancias, ;cémo pudieron haber movido los cabailos: = jBuena acotaciin, Watson! Evidentemente, jnunca movie guna pista. De inguna pieza se 0 estas ci ron! Entonces, ,gué les pudo haber sucedido? Obviamente fueron comidos en sus respectivas casillas Esto me parecté un poco extraiio, por decirlo de alguna ma- neta, pero pertenecia al campo de la posibilidad. — Es ése un indi- cio para hallar la solucion? —pregunté No, Watson, no para este problema, otros problemas de este tipo. —Entonces estoy & oscuras por completo; no veo ninguna pis. junque sf lo es para ta 34 La pista —hizo notar Holmes ~ esté en la posicion del rey blanco. iEI rey blanco! ~exclamé.— El rey blanco pudo haber veni 4o de cualquiera de las cuatro easillas a3, aS, ¢3 6 ¢3. si ~dijo Holmes— pero cémo pudo salir de su casilla Cada vex mejor replies Holmes se resuelve el misterio de nuestro peonci No veo como, Holmes —repliqué, pero repentinamente me di cuenta, ;Por supuesto! La Gnica forma en que el rey pudo haber movido de g1 hasta sv posicidn actual es via fas casillas h2 y g3 el pedn en g3 es blanco, tiene que haber venido de h2, jy de esa forma el rey nunca podria haber salido! Asi que el misterioso peon debe ser negro. Ahora, Watson ~dijo— jesté empezando verdaderamente a comprender is retrospectivo! De esta manera, no 35 OTRO PROBLEMA MONOCROMATICO 0s problemas monocromat © sea los proble- e que acabamos de considerar, en los cuales se da mo pauta que ninguna pieza movio de una casilla blanca a una ne- ra, 0 viceversa, estos monocromiticos a veces conducen a las si ones mis extrailas que se pueda imaginar. He aquy uno, W cual jhasta la pregunta es avombrosa! mas de Negras-1 — & Blancas-3 En esta partida vida de ui blanco hi coronacién. Lo miré estupefacto. De verdad. es demasiado! prosiguid H 36 ‘A Holmes lo deleitaba mi consternacién. No, Watson, este problema de verdad tiene una solucion. jDéme alguna pista! —rogué. ~Ya le di una —replico Holmes. {Cuindo? — pregunté, confundido, En el diltimo problema —contestd.— Recuerde nuestra con versacion acerca de lo que les ocurtié a los caballos, No les daré un relato detallado del didlogo que siguié, sino simplemente les diré la solucién que me extrajo Holmes mediante sus preguntas socriticas. Los cuatro caballos faltantes fueron comidos en sus casillas originales. Entonces, ;qué piezas los comieron? No hay problemas para justificar los caballos blancos ni el caballo negro en g8. El Gni- co problema es ef caballo negro en b8. {Qué pieza blanca pudo ha berlo comido? No pudo haber sido Ia dama en d1, ya que se mueve s6lo en casillas blancas. No pudo haber sido el a fos peones en b2 y d2 no movieron para dejarlo salir. Ciertamente no pudo ser el alfil en fl, porque ese alfil mueve en casillas blancas. Por fo tanto, si el caballo en 8 fue comido por una dama o un ab debe haber sido comido por una dama o alfil promovido. Siel caballo fue comido por un pedn, jen ese caso debe haberse corona do! Ahora bien, el caballo no fue comido por el rey blanco, ya que le tomarfa al rey por lo menos catorce jugadas llegar al caballo y volver. Y por supuesto no fue comido por un caballo, ya que los ca- ballos no pueden mover. La iinica posibilidad por considerar es una torte, {Por qué no pudo el caballo negro haber sido comido por la torre en al? Esta es la mejor parte del problema. La razn es que las torres ~ya que cada una est confinada a un color— s6lo pueden mover un numero de casills hacia adelante, hacia atris o hacia los costados. En particular, las torres en al y hl nunca pudieron haber estado en la segunda, cuarta, sexta u octava hileras, Por Io tanto, si el caballo negro fue comido por una torre, entonces esa torre era promovida, Lo cual agota todas las posibilidades, y verios que cada una de ellas involucra la coronacion de un pen blanco. QED, 37 UNA CUESTION DE SUPERVIVENCIA imo problema que Holmes me mostrd ese dia fue otro monocromético. —Antes de abandonar estos monocromiticos, Watson -dijo— quiero que considere uno mis. Es tinico en muchos aspectos. La solucién no es para nada ‘compleja’: de hecho, s6lo oculta una idea simple, Pero no se Hega a dicha idea mediante un icado proceso de razonamiento; s6lo puede comprenderse Lleno de curiosidad, observé a Holmes arreglar la siguiente posicidn Negras-1 & Blancas-4 fabia un alfil blanco ubicado entre las ca: yendo que se trataba ‘de un descuido, estaba a cuando Holmes me detuvy: - jNo. no, Wats inte el problema’ jkn qué casilla, e3 6 e4. est esta partida es monocromitica? llas e3 y e4. Cre. 10 de moverly, se es precisa 38 Miré hacia el tablero con impotencia. mientras Holmes se guia hablando, evidentemente disfrutando sus propias palaby Lo hermoso de este problema —d é jeantadoramente abstracto ;De hi jguna manera, le diré que podn lugar de uno blanco. O podri yuna renciat Adem, lugar de tes. En realidad nit siquiera es necesario que s js6lo necesitan ser de diferentes colores! De he inte hasta podria quitar el alfil del ta: ero y exponer él} problema de la siguiente manera: En esta par- jocromitica, existe gar del tablero. a, esta en una casilla blanca o en una negra jLejos de ayudarme, esta informacion me confundié: mis adyacentes: wgrego con sontisa trius nu Hobnes con un poco de me conté el cuento de! leén y el oso. Un leén y un oso con ferocidad y se estaban devorando el uno al otro. Por uno se otro, yy no quedé nada de ninguno de los dos! Eso es una pista” —pregu Les, quien tal vez m0 me oy, pro uy joven en esa epoca, tuve el suficiente se niet la ley de la conservacién de la mater la era completamente absurda, lama usted una pista? ~repets Pues si, Watson, si observa con cuidado. ,N continué Holmes, con inusual intensidad~ de que sie Viera en el color equivocado, existirfa exactamente la misma impo- sibilidad? Vea, suponga que el a Eptonces, ;qué pieza en las ca pieza que estuvo en una casilla negra? Pe rey blanco ni los peones, jya que nunca moviero: le Ia siguiente manera: un ejército de piezas igui: - Aunque era ido comin para en y darme cuenta de viviente? jS6lo el alfi Ué mudo de admiracion mas extra Por estd en u i verdad, Holmes, este es 1S me Haya enseniado! ; de verdad parecia que el iedn y el oso se de 40 EL MISTERIO DELA PIEZA FALTANTE jerto dia jrecuerda que retrospective, usted dijo tes, des iasmo es admirable, aprender Pero estaba escrito. Not sorprendente demostracion es en el desayuno con und carta en Watson dijo al mismo tienrpo que agitaba la carta. ;Le gusta n de sir Reginald ‘Asi que si usted y ef doctor W: arfamos encentados de te atson quis! ticular ansioso por ver ia bibliot voald. ya que me habiaa contado que nuestro an Imes y yo entramos en esa habitacion, s6 antes: dos eabal uubicados en un rineon alejado en partida de ajedrez pregunté Hol bia ros de apariencia muy distinguida es a medida que nos acered Por supuesto que no ~contesté uno de los caballeros con agrado, mientras levantaba la cabeza. Cuando Megamos al tablero nesa de ajedrez ~ la posicién era la siguiente: Negras-10 6 11 Dor ve Blancas-10 611 En h4 habia una moneda en lugar de una pieza de ajedrez {Puedo preguntar —dijo— por qué estén usando ui Tugar de una pieza? Pues, los hijos de sir Reginald estuvieron jugando con las piezas esta tarde -respondié el mismo caballero— y el mas peque- fio, sin darse cuenta, se lev6 una de las piezas y la perdié en algtin lugar en esta enorme casa. Creo que los sirvientes han estado bus- céndola por horas, pero atin no ha aperecido, Sin duda ~dijo Holmes—. :Y qué pieza era? En ese momento, para mi sorpresa, el otro caballero —que evidentemente era el mayor se puso de pie y dijo: — {Usted es el sefior Sherlock Holmes? moneda en 2 si —contesté mi amigo. Y él, supongo, es su amigo el doctor Watson, Si —repuse. Es un placer conocerlos ~dijo con genuino entusiasmo Permitame presentarme: mi nombre es Arthur Palmerston y éste es mi hermano, Rober. jLos dos somos grandes admiradores su- os! ¥°8" {como supo que yo era Holmes? No hay ningiin misterio ~-dijo el sefior Palmerston rién dose. Bajo lis circunstancias no se necesita ser Sherlock Holmes pata reconover a Sherlock Holmes. {Bajo las circunstancias? —pregunto Holmes ‘ior Holmes ~continud - jrecuerda usted al artista Jo. seph Adler’ Holmes fruncié el ceno, pensando Si-r inte to de seis esc Palmerston, -Y exe Ayer du: 1 derive hacia usted. Tomé un trozo de papel y en ese mismo momento hizo una ja quien yo nunca habia visto! Algin dia es placer de poder mostrirsela, senor Holmes, A pesar cin de los rasgos, jel parecido interior es en ve {Creo que lo habria reconocido en cualquier parte de! mundo TAh! dijo Holmes. Ahora. sefior Palmerston, todavis ‘no me ha dicho cudl es la pieza faltante. A lo cual contest6 en broma Robert Palmerston: Si de ver dad es usted justed deberia poder decimos a no sotros cual es Holmes, de decirse que ésa sea una de tal naturaleea que por Holmes pens6 por un momento. ~De verdad, caballeros, esta apuesta es muy injusta —injusta para aatedes-. Yo podria simple- mente adivinar cuil es la pieza, y dado que acertaria con una pro babilidad de uno entre diez, y ustedes me ofrecen ventaja de cien ‘uno, entonces por supuesto ganaria la apuesta, pero no teria justo de mi parte aceptarla. Palmerston se corrigié y dijo: —Lo que deberia haber dicho, sefior Holmes, es que le apostaré cien 2 uno que no podrd saber cual es la pieza. ~LY como puede usted saber si yo sé? —inquirié Holmes, Quiero decir —continué Paimerston— que le apuesto cien @ uno que no podré decimos correctamente cuil es la pieza, y pro- bamos que tiene que ser esa pieza y no otra, Holmes lo consider6, luego respondi6: —No es mi costumbre gpostar, seflor Palmerston, pero debo decir que este desafio m: ‘tiga. Muy bien, jacepto! Digame cudnto tiempo me permite {Cuinto tiempo necesitaria? —inquirié Palmerston, iMedia hora seri@ razonable? —pregunt6 Holmes. —Por supuesto ~contest6 Palmerston.— En realidad, mi her ‘mano ¥ yo nos estébamos poniendo duros de tanto estar sentados a la mesa de ajedrez, y creo que una caminata de media hora por el jardin nos haria mucho bien. Cuando regresemos, seftor Holmes, le puedo asegurar que nos complacerd si gana la apuesta. —Hablan do de esta manera, dejé la biblioteca, seguido por su hermano. Cuando los dos Palmerston se fueron, Holmes comenzé de inmediato a estudiar la posicidn con el ojo escudrifiador de un Sui la, El problema me parecié demasiado dificil, asi que me retire y comencé a cutiosear entze tos libros. Los excelentes informes que ‘me habjan dado no eran exagerados. Por ejemplo, habia una prime. ra edicién del Caracteristicas por el Honorable Anthony Cooper, conde de Shaftesbury, completado en 1710. Hacia mucho tiempo ue este libro estaba agotado, y muy dificil de hallar en cualquier ‘tea edicin. Me ubiqué con comodidad, dispuesto a leer una me- dia hora. Sin embargo, quince minutos mas tarde, Holmes exclamé con voz de triunfo: — jLo tengo, Watson, lo tengo! ;No puedo es pear a que los caballeros regresen! Dio i casualidad que no regresaron quine: tos més tarde. —No se alarme, Holmes sino cinco minu dijo el mayor de los Pal 44 merston- todavia le quedan diez minutos, ,0 es que nuestra pre- sencia lo molestaria? Para nada, caballeros solvé el problemita ;De verdad! iEs sorprendente' contest Holmes en realidad ya re- exclamé Palmerston con genuina sorpress obert y yo discutimos Ia situacion atuera mo se dard cuenta ahora, Holmes, los dos hicimos jugadas alo- icas, aunque, por supuesto. perfectamente legales, imos a la conclusion de que hab lo las mis pequetas contests les todavia estan visibles. Y son este misceris 508, los tres i de pic, disert wversitarios. nera pista comenz6 f e la torre en d Esto me detuvo p. de que la dltima jugada del blanco debe haber si- a negra en d8 ¥ coronindase os Sentamos & parecia un profesor di Robert Palmerston. é&u fue una de mis jugadas Pues bier ruiente pregunta que con en a8 habia comido el Holmes continus a - haber movidi tbrir este jaque. Por i 7a desconocida fuera las casillas e8, 8 6 e8 para des volver a interrumpir. —Por lo tanto continuo Holmes~ la pieza debe haber sido un caballo o un alfil -Un momento —dije, olvidando mi decisién.— jCémo es Posble que sea un caballo negro, x ya hay dos caballos negros enel tablero? —Digame, Watson —dijo Holmes algo irritado~ por qué siempre descarta la posibilidad de una subcoronacién? ~Sintién- dome mas tonto que nunca, decidi por segunda vez limitarme a escuchar. Por supuesto podria haber sido un caballo —prosiguié ‘Imes. S6lo que si lo fue, entonces éste o cualquiera de los otros 4dos caballos negros debe haber sido promovido. Por alguna oculta raz6n, Arthur Palmerston empalidecié al oft esto. ~Por otro lado olmes~ si fue un alfil, debe haber sido un alfil pro- continu: movide. En este punto nuevamente no pude contenerme: pregunté. Porque —contest6 Holmes, esta vez con mds cortesfa - el alfil original en £8 cay6 en su propia casilla, ya que ninguno de los poenes en e7 y g7 ha movido para dejarlo salir. Claro” repliqué Pues bien continu Holmes en este punto me di cuenta de que en algin momento en el transcurso de la partids, un ped blanco también se habia subcoronado. Es sorprendente! —dijo Arthur Palmerston.— En efecto, subcoroné, y esa fue una de mis jugadas excéntricas. Robert y yo predijimos que descubriria la subcoronacién de Robert, {pero ‘me sorprende que haya encontrado pistas que lo guiaran hasta la mia! (Por qué? Son elementales —dijo Holmes~ de verdad elementales. La parte mas interesante del ardlisis esta por venir. Ahora bien, a esta altura esaba en condiciones de deduei que le peza fatante era {Cémo? —inquirié Robert Palmerston. -No podia ser una torre o una dama negras, ya que en ese aso ambos reyes estarfan ahora simultdneamente en jaque Ya veo. No po negro, que ya ss peon te, no 46 pudo haber sido otro caballo negro, ni el alfil en #8 ni, por to, otto aifil promovido, ya que esto involucruria una cor catra, y S6lo faltaun peén negro, Por lo tanto la pieza dese debe ser bla ;Brillante! ~asegurd Robert Palmerston —Ahora viene la parte di dijo Holmes. inca es? Evidentemente no puede ser un peon, .on blanco que falta se coroné torre. En conse nocida es una dama, una torre, un alfil o un caballo, AI principio traté de eliminar posibilidades una por un: tuve éxito. En este punto empecé a sospechar con tristeza qu problema no tuviera solucion, jPero repentinumente tuve una idea! Si resultaba —y resulté jpodria eliminar tres de las cuatro posibilidades de un solo golpe Primero me pregunté cudl de los peones negtos se habia coronado. No tuve problema: el pen en a6 venia de b7. los peones ber venido desde ¢7 y d7, por Io tanto el peon tan: {Qué piew ya que el dni Ia desce iado derecho por Ia fila h, ya que el pedn bl tanto el pedn negro comié por pieza. No pudo haber comido mas de una pieza ya qu ezas blancas en el tablero descon 4. hora sabemos es blanca, Po! Una de ellas fue comida por el peén en a6; tras tres fueron con das por el pedn en c4, que a su vez vino de 17. Esto ju de las cinco faltantes, por lo tanto el pe6n en h7 no pudo mido més de una. De esta manera, este pedn comid exactamente una pieza, la cual se coroné en gl “Saben -interrumpié Arthur Palmerston. realmente es al g0 extrafio lo que se siente cuando nuestras jugadas pasadas hy sido rastreadas con tanta precisin por la Igica mds inflexible! Bien —dijo Holmes riéndose~ el final ya esté casi a la y ahora viene la parte mas delicada de todo el andlisis. Por razon me dejé intrigado la siguiente pregunta: sabemos que el pen en h7 comié una pieza blanca en algun lugar de la fila g, pero, jen ‘qué casilla? A primera vista pareciera que fue en g2 detrds del pen blanco en g3. Pero, jes eso necesariamente cierto? ,En realidad no 47 pudo el pedn en g3 haber venido de #2, dejando la fila g libre para el avance del pe6n negea? Bien, supongimos que el p rnte vino de f2, en ese caso comid una pieza. E50 signi el ped en d& hora bajo ia forma de una tore 2. hbiendo para it desde g2 hasta c6, y una més para it desde c7 Esta posibilidad entrana un total de seis piezas negras comidas ra, hay exactamente seis piezas nepras que faltan, jasi que a primera vista lo que dije pareceria posibl 2Y por qué no es posible? —preguaté Ah, Watson! ~contest6 Holmes casi con perversidad debemos olvidar que el alfil negro en £8 nunca salié al tablero, sino que fue comido en su propia casill Por supuesto —repliqué ilidad jincluiria una pieca que el pedn en g3 no vino desde £2 edn negro coronado si comic una pieza en g2. {Por qué habla con tanto lujo de detalles? —pregunté. ~ {Que si es relevante? —dijo Holmes, casi gritando— ;Re- levante!” {Esto resuelve todo el problema! —exclamé con aire de triunfo. Como? —pregunté. Porque g2 es una casilla blanca, Por tanto, el pedn blanco coronado comié en una casilla blanca. ¥ el pedn en a6 comid su pieza en una casila blanca. Y el peén en c4 comi6 sus tres piezas cen casillas blaneas. Entonces todas las cinco piezas blancas faltantes fueron comidas en casillas blancas. Pero, la Unica pieza blanca que no puede ser comida en una casilla blanca es el alfil en cl. Si la pieza desconocida en h4 no es el alfil que acabo de mencionar, e ices este alfil tendria que ser una de las cinco piezas faltantes, comida en una casilla blanca: lo cual es imposible. Por tanto, 10s, Vuestra misteriosa pieza es un alfil blanco. Los tres permanecimos sentados, enmudecidos. Habia sido una de las deducciones légicas més sorprendentes que yo hubiera visto. Si para mr todo esto fue sorprendente, puedo imaginarme i efecto pavoroso que debe de haber tenido en los jugadores que jodo momento sabian que se trataba de un alfil. ¥ en ese mo a8 40 }NO PUEDE HACER ESO! Un mes mis tarde recibi Aceptamos gustosos. La reuni Ja ocasién anterior. Id nos evs a la bibl anos P: 08 otra in acion de sir Reginald mucho mas pequeia que en también probar que a pieza y sostenia que Holmes habria ganado, 50 -Todo depende de como se defina J2 pa jo.~ Después de todo, las pruebas son de dos cl inductivas. La palabra “deductiva’ no se mei puesta. Si Holmes hubiera abie rices continu Arthur Palmerston treinta y una piezas en la caja y en el tablero, se habr dad de la pieza faltante sin lugar a dudas. Seguramente, resente Io habria considerado una ‘prueba’ habia estado ob: wuspendida de los Palme antes. agreg6 sit Reginald {Por qué no lo co st Los dos hermanos volvieron a sus asientos origi tablero, Ocurrié como un minuto antes de que ninguno de los dos joviera. En ese momento Robert Palmerston puso li mano izquier da en el rey y la derecha en la torre y estaba a punto de enrocar. 1a cabeza y estaba a punto de decir algo cuando de su silla como un tigre y dijo: ~ jNo, no. seitor Pal ! Antes de mover, por favor desdoble una vez este papel a lo que escribi tomé el papel y leyo: “;No puede entovar! jReak nte no puede!™ Creo que nunca en mi vida vi a h Por Dios. wien i Holmes, rigndose si desdobla istevivs se cesolve! Robert P: s estaba estudiand ston ha estado estudind. astro, Anticipo que can; rd enrocar, js6lo para probarme!”” ikAcelente brome! —dijo sir Reginald, rigndose estrepito- iRealmente excelente! Y ahora agreg6 algo més sv dria explicarnos ¢) otto misterio? ;Cémo supo que él no puede enrocar? ;Utiliz6 métodos deductivos o inductivos? Puramente deductivos -dijo Holmes riendose. Excepto por el hecho de que vi ta tltima jugada del blanco en et mome de entrar en lu biblioteca. {Se dio cuenta usted de ¢ merston’? Pues, si, clazo —respondié el mas joven de los Palmerston Si usted no hubiera visto la Gltima jugada del blanco, entonces no podria haber sabido gue no puedo enrocar. Correcto ~asegurd Holmes.— Slo que ,e6mo supo usted es0? —inquirié Holmes al dirigirse a Robert Palmerston. 4, Holmes —fue la respuesta también yo, en este ulti retrospective. jEspléndido! —exclamé Holmes. jRe En ese caso, supongo que ya dedujo mi andliss. -Asi lo creo dijo Robert- pero me pust de sus propias labios para ver si concuerda con el mio. 2 Lspléndido -repitid Holmes. Ahora, en primer lugar ve: 1os que los peones blancos han comido las seis piezas negras f tunes: el peén en aS comid dos, aquél en 23 comié una y a fn hS, tres. Ahora bien, la Gltima jugeda del blanco no fue con un Sesn (ya que fue con un alfil), de ahi que dicha jugada no inclu; tina pieza comida. Por lo tanto, justo antes de la iltima jugada del blanco, no habfa otras piezas negras en el tablero. Esté claro —dije esen as, €5 nono ~ ;Por qué no? ~ pregunto sir Reginald. Por lo siguiente: el pedn negro en a3 comié por lo menos ies piezas, si vino desde d7; comi6 cuatro piezas, si vino desde e7. El pedn en g6 comid una pieza. Esto justifica por los menos cuatro de las cinco piezas blancas faltantes. De ahi que el pedn en e5 no comid dos piezas. Hasta aqui estoy de acuerdo —dijo sir Reginald. Pues bien, eso significa que eS no vino desde £6, ya que en ese caso tendria que haber pasado por 7, comiendo dos piezas —Cortecto ~dife. —Por otra parte, no pudo haber venido desde d6, ya que en ese caso hay dos posibilidades: 0 provino de e7 —comiendo, otra vez, dos piezas- 0 vino desde 47, en cuyo caso a3 debe haber vent do desde ¢7 y no desde d7, y todo esto involucraria seis piezas co midas, incluso g6, lo cual serfa demasiado. Bien —dijo Robert Palmerston Por lo tanto —continué Holmes~ si ¢S movi dltimo, que haber venido desde e6 6 €7. No pudo haber sido desde ¢6 ya ue estaria poniendo en jaque al rey blanco. Y no pudo haber ve~ ido desde e7 ya que en ese caso ol alfil negro en 8 no podria haber salido al tablero para ser comido por un peén blanco. exclamé sir Reginald Ahora bien continuo Holmes~ sabemos que ¢5 no movi6 iltimo, En consecuencia —suponiendo todavia que ni el rey ni la torre negros movieron ultimo la Gltima jugada fue relizada con lino de los peones en g6 6 a3. Y ahora voy a probarles que en cual: 33 quiera de 10s dos casos, el rey negro mo vio en la partida, en cada caso por diferentes razones. Bien, supot Bamos que 6 movid iiltimo desde F7. Entonces ef rey negro debe haber movido antes para dejar salir a la torre negra del rey para ser comida por un peén blanco. Muy inteligente ~observé. Esa fue Ja parte més ficil, Watson. Ahora bien, supongamos que 43 hizo la iltima jugada. Tiene que haber venido desde a4 iAhora viene la parte interesante! Puesto que a3 habia estado en a4, tiene que haber venido fin: desde 47, comiendo tres pi peon en g6 comid tro de las vinco piezas bla 5 blancas. Alora, el alfil de te estaba en cl pass a algiin momento pre- en una casilla blanca. Por lo tanto, ¢ cas faltantes fueron comidas en ca: la dama blanca, que asi que 20 Fue com ro aqui surge un probler el poon en 23 movid iltimo, el peda fo tayo que mi ue ya se hubiera al at. En resumidas cuentas. caballeros, o el rey m Wo. ¥ en este caso el ne imo. en DOS BAGATELAS v yo. Holmes. escolar travieso. hablar: dijo esta Tue gue’ mas intesesantes que hayit de los problemas retrospectivas son de esta clase 1 primer problema retrospectivo fue un ‘no enroque’ De {Lo recu (6 sir Reginald con interés. Por supuesto -sespondio Holmes pero creo que es dema sido si ra que les interese, una simple bagatela {Por qué sdos? erti- do saber emo se inivié en estos problemas y comparar su habilidad principiante con la nuestra. Muy bien. No quisiera desordenar ald, {. claro ~contesté sir Ri cerrado von Mave.-. Desde el os perdieron el alfil, no q) ld, dirigiéndose @ un armariv idente del mes pasado, cuando los mos causar inconvenientes a nues io juego y un ta: mesa cercana. Holmes acomods 55 5 57 haber pasado por d2, puesto en jaque al rey bi over. Esto se contradice con el heche de qi snrocar. En resumidas el rey, eni 58 LA BROMA DESIR REGINALD En lo que respecta a la poesia dijo Humpty Dumpty, extendiendo una de sus grandes manos~ sé recitar poesia tan como cualquiera, si debemos hablar de ese tema Oh, no necesitamos hablar de ese Alicia, con ta esperanza de que no comenzara Ja pieza que voy a recitar —prosiguits haciendo caso or de s five eserita exclusivamente para su entreten en pensh que on exe caso tenia fa obligacion de charlo, entonces se senté y dijo: —Gracias~ con un poco de tri tera, se apresurd LEWIS CARROLL de Rot NOS DEVUELVEN LA VISITA Una semana mas tarde sir Reginald, acompatiado por los her- manos Palmerston, nos devolvieron la visita, Dicha visita no fue inesperada; Holmes ya habia dispuesto una posicion en el tablero de ajedrez antes de que ellos llegaran. Estabamos esperandoios, sen- tados al calor del fuego. y Holmes tenia una sonrise de oreja oreja. Por qué se sonrie como ef proverbial gato de Cheshire? qu Oh, Watson —contests Holmes, riéndose tengo una bromi- de revancha para sir Reginald, jy no veo el momento de presen- iar su reaccién! De hecho, no tuvimos que esperar mucho tiempo: casi en ese mismo momento la sefiora Hudson hizo entrar a nuestros tres invir tados. Vaya, vaya, Holmes, ,qué es lo que veo? inquiri6 sir Reg nald, acercéndose al tablero que Holmes habfa dispuesto. Sir Reginald, ;éste es un problemita compuesto exclusiva- mente en sw honor! El blanco debe mover y hacer jaque mate en una sols jugada Muy interesante —dijo sir Reginald antes de disponerse a estudiar la posicién—. {No tenfa idea de que un problema que se resuelve en una sola jugada pudiera ser un desafio! Sir Reginald puso toda su atencién en el problema. Momen- tos después sacudié la cabeza y dijo: —Me temo que me ha venci- do, Holmes, jen verdad no puedo resolverlo! La tinica forma en que el blanco puede siqtiera /aquear al negro es con el caballo en 84 que, 0 mueve a h6 0 come el caballo en f6. ;Pero en ninguno de los dos casos hay jaque mate! {Estd seguro? — pregunté Holmes. = iPor supuesto! —contest6 sir Reginald. En el primer ca- so. el negro puede mover a hi; en else eT vaballo blanco con tn peén No, no puede dijo Holmes riéndose— jpor sorren en direccién opuesta! Si su lado fuera realmente blan » parece a simple vista. jentonces cémo pudier de lugar el rey blanco y su dama? 1 dijo sir Reginald con una risa Pero ahora, sefior Holmes — prosiguio jes oportunidad de recuperar mi honor! Este proble: sda una idea que, segin creo, lo dejard stdnito a us efecto -dijo Holmes, quien evidentemente estaba de h ‘mor para un desafio. Sélo le pido un favor --continud sir Reginald ~. La idea se ‘me acaba de ocurrir, y no he tenido tiempo de ultimar detalles Tendré que hacerlo 10 que si me observan mientras lo hago, tendrn una bi pista En ese caso —contestd Holmes sugiero que los cabs ¥ Yo nos retiremos al otro extremo de la habitacior, y de esa ma- era Solo usted podrd ver el tablero. La idea para este problema proviene de un acertijo si Sam Loyd en El acertijo americano, por 63 Negras-13 ung torre en suc negra y el ue la dama blanca ( 32) ninguna pieza como par n a2 se corond. No en a8. Y de abi que la rocar. por vencidos: 67 1 comidas por nada es ag peén en h6). Por © puede enrocar; se podria e EL PROBLEMA DE i MYCROFI rey blanco hubiera sido comida puede demostrarse 's después de que hube solucién, sin éxito. 68 69 Un pedn negro se c que el blanco puede enrocar fica que un pen negro se corond de entocar solo del lado del rey. al, de ahy que el blanco pue UN PROBLEMITA DE UBICACION cuando sucudia la cabeza desilusionade. Justo en ese momento, el blanco puso la ma y estaba @ punto de mever. Un momento, por favor mes. ;Seria tan amuble de di a (Una partida norma? — pregunt sia decirme, sefior, qué es para usted una partida normal? ida en la n peda cual ningin peén se subcorona, una partida en la cual solo pidis dama. bi esta partida ha sido lo que echo, hasta ahora no hubo ninguna co: Gracias dijo el blanco, y se disponia a co: partida, pero repe sorprendide. Pero, jcomo lo supo, sefior” ;Como supo dénde estaba el peor Porque usted tuvo la amabilidad de decizmelo dijo Hol: mes, riéndose: evidentemente disfrutaba de la soxpresa del jugador {Que yo se lo dije? - inquirié el blanco, més aténito que nunca. Pues, si —contesté Holmes.- Por supuesto no en forma explicita, sino implicita. No me directamente, sino por ferencia. Este comentario no parecié haber esclarecido la situ jon a los jugadores. Holmes prosiguié: —Pronto me di cuenta de que s6lo por la posicién no era posible colocar el peda en su lugar: habia tres cosas que debia saber. En primer lugar. no sabia con seguridad qué lado era blanco, aunque por supuesto pod) adivinar. En segundo lugar, no sabia a quién le tocaba jugar. E tercer lugar, no sabia si habia habido alguna subcoronacién. Pues bien, cuando vi que uno de ustedes se dispon‘a a mover una pieza lanca, supe qué lado era blanco y que era el turno del blanc coro a gentileza de decitmelo. Entonces, ;dénde esté el misterio? Pero ~dijo el negro— qué tiene que ¥ tbicacién del pedn’ todo eso con la 2 Pues - dijo Holmes en forma casual- ésa fue la parte més elemental. Mi razonamiento fue el siguiente El negro acaba de mover: cual fue su altima jugada? Eviden con el rey o con uno de los caballos. No pudo haber nguno de los caballos, ya que ningyno pudo haber movide casilla que no estuviera poniendo en jaque al r unto fue con el rey negro. Por supuesto no proc aque jaque de la torre blanca, {Cémno pudo el blanco dar e: 9 pudo haber movido su rey de b4, porque habris estado nario con el pedn en a5. Tampoco pudo haber sto, de b3. jPodria ser que la torre misma y dio el jaque directamente? Pues. orque el alfil negro que mueve en en e8. T Te Por lo tanto la ultima jugada del blanco no fue con Ja tore en 5S. Entonces la iiltima jugada del negro fue con el rey en b2, comiendo la pieza blanca en c2, que acababa de descubrir el jaque de la torre. Dicha pieza blanca sdlo pudo ser un caballo en ba © un alfil en 53. La primera posibilidad se descarta, ya que hay dos caballos blancos en el tablero, y no hube ninguna subcorona- tion, Por lo tanto la iltima jugada del negro fue con su rey en b2, comiendo un alfil blanco en c2. La casilla original de este alfil es de ahi que el pen ambiguamente ubicado entre g2 y h2 debe estar en h2, porque de otro modo el alfil no podria haber dejado su B casa orginal. Lo cual prueba, cabaleros, que el pein comespoa- dea h2, Una admirable cadena de razonamiento ~observ6 el blanco. —{Dijo usted —pregunté el negro que ésta era la parte ele mental? —Bueno —contestd Holmes, a manera de disculpa~ tal vez deberia haber dicho apenas elemental Momentos més tarde Holmes continué: En realidad, caba- Heros, esta posicién es casi idéntica a una que presencié hace algin tiempo. -Utilizando el tablero y las piezas de una mesa cercana que se encontraba vacia, dispuso lo siguiente: Negras-9 ry = ait ae a ag a & t @ 428 auas | Blancas-11 Las condiciones son las mismas que antes, esto es: es el tur no del blanco y no ha habido subcoronaciones. La posicién difie- re de la anterior en lo siguiente: el pe6n que antes se encontraba ubicado ambiguamente ahora se encuentra en g2, mientras que el eon que antes sg encontraba en c6 ahora est ubicado ambigua- mente entre ¢6 y d6. La pregunta es: jel pein est ubicado en c6 Gendo? Pues, en d6, por supuesto —respondié uno de los jugadores en forma ininediata. Su nombre era Fergusson, y més tarde descu- brimos que era un excelente lbgico. {Por qué? ~pregunté Holmes. Porque contest Fergusson ~ sie tendo lu misma situacién imposible de antes. ibacelente! exclimé Holmes. pero quisiera saber als 4s, Lo que realmente quiero saber es, ,cdmo el hecho de que el ee eee cians ede dicha imposibilidad? que su pregunta no es lo Jbtener una respuesta precisa Fs verdad, es verdad -admitié Holmes-. Bien, déjenme evles la pregunta de esta manera: jcudl fue eXactamente la ada del blanco? sa sf que es una pregunta pr Déjeme ver Lo que sucedi Ree antes establece que si el rey jera en o6, hhabri isa contest Fer fue lo siguiente negro acaba de comer o puede 2. Por gro fue con el rey de b2 2 c2, pero Por lo tanto ta ugada del blanco debe haber sido ‘re en bS moviendo horizontalmente y comiendo una pie za negra en dich casilla. ;C que antes, no pudo 1 una torre. Pero un pedi © que no podis ser una dat una dama, que dio jaque al rey que ahora se encuentra en bS © tanto Is ultima jugada del blanco fue con I torre en bS, moviendo 1 Si el lector encuentra esta explicacion dificil de seguir, sugiero que coloque ef rey negro en b2, la torre blanca que ahora se encuentra en b5, en cS, ra en co: ésta era la posicidn tres juzadas atris. Luego la siguiente Secuencia nos leva a la posicién actual: (1) dama nogra a bS, ja- que; (2) torre en eS come dama:(3) rey a ¢2 os 5 we 4 Blancas-i2 & a Me pregunto -continué Holmes si podremos deducir en qué casilla debe ubicarse el pedn. Creo que podemos asegurar que el banco es como se indica. Al principio. debo confesar, me parecié imposible de resol- ver. Peto los cuatro estudiamos con cuidado la situac a poco la solu jos en. sus casi comidas en b6 y c6 fueron el alfil y el caballo blancos def rey fue comido, evidentemente, en 06. Las pieza comida en la al tablero hasta después de la toma en 06. Asi que el all 16 ido para luego ser >ARA CONOCER EL PASADO” -Es_ algo curioso —observé Holmes algunas noches més tarde~- que para conocer el pasado, a veces se debe conocer prime: ro el futuro. jOh! ~contesté, tratando de adivinar el significado de este comentario tipicamente enigmtico.- jPodria ser un poco mas preciso, Holmes Si , tengo en mente un incidente muy especitico. Tuvo lugar como resultado de dos sucesos recien- tes. Uno de ellos fue nuestra pequena aventura del peon ambigua- mente ubicado. El otro fue el hecho de que uno de mis casos me condujo esta mariana a un laboratorio de investigaciGn. En la ofi- cina del director haba un Ietrero que me Ilam6 la atenci PARA CONOCER EL PASADO, SE DEBE CONOCER PRIMERO EL FUTURO. Estos dos incidentes me recordaron lo siguiente: hace alre- dedor de siete meses estaba trabajando en un caso muy seri clave del cual sabia que encontrarfa en una de las tantas habitacio nes de la casa de lord Bottomley. Fui de visita una noche a la casa pero descubri, decepcionado, que habia una fiesta. Sin embargo lord Bottomley, quien tenfa especial interés en ver el caso resuelto, fue muy amable y de gran ayuda. Me present como invitado, y mas tarde me dijo en privado que podia sentirme en libertad de accién para continuar con mi investigacién en cualquier parte de Ie casa Pues bien, Watson, después de revisar algunas de las habita: ciones vacias, por fin hallé Ia pista que buscaba. El problema ya estaba resuelto. Quiero decir, resuelto hasta tanto recibiera cierto 8 mensaje del detective Lestrade. Solo tenia que aguardar hasta reci: bir dicho mensaje, que estaba seguro corroborarfa mis propios 2908. No me sentia muy sociable esa noche ni con ganas de unirme 4 los invitados. Para pasar el tiempo, caminé despacio por las habi- taciones de un ala algo desierta de esta casa fascinante. Llegué a tuna habitacion algo pequefia, una especie de biblioteca-estudio. En el centro habia una partida de ajedrez sin terminar. Dos ciga- rros al apagados indicaban que fos jugadores acababan de reti- arse, Con gran sorprese, Watson, descul mno de los peones estaba ubicado no en el limite entre dos casillas sino en un rincon entre cuatro casillas: 04, c5, d4 y d5! La posicin era esta: Negras 2 Blancas-4 * jVayal” —me dije- “como se puede ser tan descuida- 40?" De todos modos, pensé en deducir en cual de las.cuatro ca sillas debfa estar el pedn, y luego divertirme un poco dejando una ia a los jugadores si es que volvian —diciéndoles dénde debia ubicarse el pedn. Pero pronto me di cuenta de que, como estaban has coms, el problema no tenia solucién. Tenia sobradas eviden- ls, con las que no lo aburriré, para justificar qué lado era blanco. 79 Estaba mis confundido que nunca. Holmes continué: —En ese mismo momento of pasos detrés de mi, y una voz dijo: “Una casa de verdad hermosa, pero ahora continuemos con nuestra par- con lo cual des caballeros entraron en la habitacin, me salu. daron con una inclinacién de cabeza, y se dirigieton a la mesa de ajedrez. Estaba encantado de que hubiera alguna esperanza de re- solver este misterio, cuando de repente vi que el mayordomo en el cottedor se dirigia hacia donde yo estaba, Fui a su encuentro rapidamente y me dijo. —Senor, To he estado partes, Hay un mensaje urgente para usted afuera, e1 pido fui hacia donde me habian indi mente s¢ de nergencia, asi que Regresé a la el resto de la noche para bitacion para esclarecer et misterio ajedre- n embargo cuando llegué descubri. para mi jugadores es ahora en los pasos preliminares de una nueva jTodas las huellas borradas! Pero entonces tuve una idea: tos —pregunié— jles molestaris decirme quiéa gano la ints partida? Yo contesté uno de ellos. jLo cual, Watson. resolvia el @ muy elemental, y creo que Te gustaria probar la solucién Me detuve a pensar un momento, estudiando la posicion que Holmes habia reproducido para mi nes —dije de repente creo que inadvertida 0 deliberadamente me ha ocultado una evi dencia vital Por supuesto que no —aseguré Holmes, Mi querido Holmes dije - ;se da cuenta de que ni siquiera me dijo si el negro 0 el blanco habia ganado? Por supuesto que no -co irrelevante. De hech 13 Holmes. E siquiera yo supe si fue el neg: el blanco, ni necesité saberlo. Podrfa haber imaginado que fue el blanco, ya que las blancas parecen estar ganando, pero no pregunté si el blanco o el negro habia ganado, sino solo cudl de los dos ju gadores habia ganado. 80 Pensé en esto, pero no pude descubrir Ge qué manera podia wante el saber qué persona habia ganado, Finalmente dije es, creo que tendré que pedirle una pista, Suponga que hu biera sido el otfo jugador quien Ie dijera que habis ganado. ;Inclu ese caso habria descubierto la solucion Por cierto -asegur6 Holmes. Y la solucion, ,habsia sido la misma o diferente? La misma, por supuesto. He aqui un gran interrogante, Holmes -dije por fin temo ye tendré que darme por vencide ‘een bien Sho Holmes. En realidad, este es el tipo de problema, ct20, que Sino se resuelve de inmediato ao se resuelve Funca, La verdad, Watson, es ésta: pedi mds informacion de la que hecesituba en realidad, No deb%s importarme qué lado ganara, y or supuesto ta ‘qué persona ganara, sino solamente que al: a no termind en tablas. Ya lo veo, Holmes~. Luego se me ocurri6 otra ide Holmes, la validez de su solucién, gpresupone que la dtima jugada del blanco fue con el peén en c4, que acababa de mover de c2? 2Qué evidencia tenia de que esta ers la Gltima jugada del blanco? est sazonando mal, Watson! jMi solucién no presupo- ‘nia esta jugada, sino que probaba que esta debia haber sido la dL tima! Si ésta no hubiera sido la Gltima jugada, entonces la posicion habria terminado en ahogado, lo cusl no sucedid. Un simple caso de reductio ad absurdum, Entonces, Watson —continué Holmes con na risita— no es divertido odmo a veces sucede que pata conocer el pasado, primero se debe conocer el futuro? 8) ESTUDIO DE JAQUES IMAGINARIOS igunas partidas mne llamé la Wodrd el blanco enrocar en esta posicién? —pregunté, rigndome.— No es que vea alguna razén por la que podria hacer! wa En realidad, Watson, el problema anterior es la segunda oportunidad en que nos encontramos con una situacién en [a cual lo que aparenta ser_un jague imaginario puede, en cambio, ser el resultado de una subcorcnacién. La primera, recuerde. fue la ulti- wa jugada del blanco en nuestro pequeiio misterio de la pieza te. El tablero que acabo de disponer contiene otros dos ja: ‘ques seudvimaginarios que a veces engafian a las personas. Holmes continu: ~En esta posicién, el negro pudo haber venido desde cualquiera de las casillas a6 y c6. La coronacién de un caballo podria justificar ambas posibilidades. Si el negro vino de c6, significa que un peén blanco desde b7 avanz6 hasta en un caballo. Si el negro vino de a6, entonces lun pen blanco desde a7 comié una pieza en b8 y se convirtio en un caballo. 84 UN PROBLEMA SIN RESOLVER Watson, manana debo partir a Europa me dijo inesperadamente una noche en Baker Street -. Tengo a tun caso de importancia internacional, y no tengo idea de cuan Probablemente sean is semanas, ¥ tal {Qué haré para tener aventuras ajedrecisticas? —pregunté con tristeza Watson —dijo Holmes de buen humor- creo que ya esté en condisiones de andar solo. Sélo mantenga los ojos abiertos y mente alerta. Pero antes de partir, Watson —continud- quiero discutir con usted un problema que he tenido en mente y que no he podido solver. 4Y usted espera que yo lo resu dulidad, No, Watson, ni siquiera estoy seguro de que alguien pueda resolverlo —respondid pensativamente.— De hecho, no estoy segu- ro de que tenga una solucién bien definida. La solucién parece en- contrarse en algin lugar en el limite entre el ajedre. losoffa, a lingBistica, la seméntica y Ja ley -Parece una combinacién muy intrigante —contesté. Por favor permitame verlo Antes debe conocer el trasfondo histérico dijo Holmes. Hace poco estuve investigando la evolucidn del ‘juego de ajedrez. Las reglas han cambiado muchas veces con el correr de fos si- B8los. En este caso, el dltimo cambio es el relevante ~{Cual es ese cambio? —inquin Se refiere a la regla de coronacién de los peones. Antes de ima modificacién, la regla decfa: “Cuando un peén llega a la pregunté c 8S coctava casilla, se convierte en cualquier pieza con excepcién de un peén o un rey". Sin embargo, la vieja regla no decia que el peén debia coronarse con una pieza del mismo color. iY por qué alguien querria coronar una pieza del color ‘opuesto? ~ pregunté con mi caracteristico sentido préctico. =No lo sé, Watson, pero ése no es el punto. Creo que las re. glas de un juego como el ajedrez deben ser absolutamente claras © inequivocas. Por supuesto que no es probable que una persona quiera coronar una pieza de diferente color, pero pwede suceder en un raro caso en que hacerlo sea para propio beneficio, De hecho, esto sucedié una vez, y ésa fue la razén por la cual se modifies la regla, Sucedi6 durante un torneo, y el blanco dio jaque mate al rey pidiendo caballo negro. 4Cémo sucedié? —pregunté. ~Pues, fue algo asf —dijo Holmes, mientras disponia las pie- 2as en el tablero de la siguiente manera: Negras.2 Blancas-3 Habia muchas otras piezas en el tablero, pero éstas son su- ficientes para ilustrar la posicién. Tal como esté, e! blanco no pue- de ganar en una jugada si Ia partida se juega de acuerdo con nues- tras actuales reglas de coronacidn, pero antes de la modificacién el blanco gana de una sola jugada avanzando el peon y coronén- dolo caballo negro. 86 De todos modos vontinué Holmes. no me habria impor tado si dicho caso nuriea hubiera surgido en una partida teal. Cuan: do tropecé con esta modificacién. lo primero que pensé fue jqué jesta sera para los analistas retrospectivos componer problemas je acuerdo con las reglas arcaicas de coronacién de peones! Espero Ign retrospectivista futuro lo haga Entonces —prosiguié— se me ocurrié el siguiente « os que la siguiente partida se jugo en los ti se permitia coronar un diferente color. prob! ena Negras-3 L_ ae Blancas-3 Ahora, suponiendo que sea el turtio del negro y que el ne- su rey. Mi pregunta es. Puede enrocar el negro? ica alti en a8. Se da como pauta que el rey negro no movie: a crucial es, entonces, si puede o no decirse que la torre ronada mov Me pregunto si las reglas de enroque son lo te exactas como para resolver ese punto sugeri Tal vez no lo sean, Watson, pero no estoy seguro. La regia de enroque parece ser razonablemente explicita: El enroque esta Permitido siempre y cuando: uno, ni el rey ni la torre hayan mo- negra 87 vido: dos, el rey no esté en jaque; tres, el rey no pase por sobre hhinguaa casilla en jaque. Las condiciones dos y tres se cumplen ramente; e] problems estd en la condicién uno. Se nos dice que el rey no movid, por lo tanto el problema, como usted lo sefalé, esti en la torre, Me atreveria a decir que la torre coronada todavia no turo tiempo de mover, de alii que el negro puede enrocar. ~Y yo me atreveria a asegurar lo contrario —dije~ . Diria que la torre negra de la dama tue sacada del tablero cuando fue comida, y devuelta al tablero cuando se la repuso por medio de la coronaciOn. Asi que dirt que la torre si movi. GPero es en realidad la misma torre? pregunté Holmes. — jEso si que es un problema! Estoy seguro de que diferen. tes lectores serdn de diferentes opiniones con respecto a este punto. Holmes y yo nos pasamos toda la endolo, pero por supuesto no Ilegamos a ninguna conclusién detinitiva. Profundi- 2amos este problema un poco mis en algin lugar en i segunda parte. Mientras tanto, es um momento apropiado para cortar el det 6 a8 Segunda parte Laislade Marston ABORDO Mayo 3, 1895. Aqui estamos, Holmes y yo, a bordo de un buque de lujo con destino a una islita en las Indias Orientales. To- do sucedié como sigue. Dejé al lector la noche antes de la partida de flolmes hacia Europa. Estuvo ausente durante més 0 menos tres meses y medio ¥y regres6 inesperadamente la semana pasada: el 28 de abril. Era lun hermoso dfa, y yo estaba paseando por el parque. —Sabia que lo encontraria aqui ~dijo la vor familiar a mix espaldas.— Llegué a casa hace dos horas, con todas mis vatijas, no fo encon- tré, y me imaginé que aprovecharia un dia como éste. ~ jCaramba, Holmes —contesté con alegria— no sabia que habia vuelto! ;Cuénteme todo acerca del viaje! —Después —dijo Holmes, riéndose... Por ahora, digame, jle {nteresaria hacer un viaje a las Indias Orientales? iLas Indias Orientales! -contesté aténito— {Esté usted bromeando? {0 el caso fo obliga a ir? No, no —contesté Holmes.— Conclué con ese asunto feliz mente en Europa. Result6 ser mucho menos intrigante de lo que yo habia anticipado: de hecho, fue un caso de rutina, Auin asi, ‘mi presencia fue vital y todos los criminales han sido capturados Entonces, repito, jle interesaria hacer un viaje a las Indias Orien- tales? — Pero el costo! —protesté. jMi actual cuenta bancaria No soportaria semejante Iujo! =Da la casualidad, Watson, de que el viaje no nos costara ni un centavo, y es posible que obtengamos, ademés, alguna ganan- cia. —Cuénteme mis ~dije con creciente interés. Por supugsto —contesté Holmes pero, Primero almoreamos? Apenas desayuné esta manana. wé le parece si a Cerca de una hora més tarde, cmodamente ubicados en una terraza al aire libre, después de un buen almuerzo y un relato com. pleto del reciente caso, Holmes continué: ~Pues bien, Watson, todo tiene relacién con el coronel Marston. ;Recuerda que hace lun tiempo compré la case de su hermano en una isla muy pequesia en las Indias Orientales? recuerdo. Sabe usted por qué la compro? Supongo que como lugar de descanso. En parte, Watson, pero ésa no es toda la historia. ;Sabe algo de los'antepasados de Marston’? Absolutamente nada —contesté, Pues bien, su bisabuelo, el capitén Marston, fue un indivi duo bastante famoso. En calidad de qué famoso? —inquiri ~Pues, a decir verdad, fue famoso como pirata. iPirata! —dije, at6nito. {Dijo usted famoso 0 infame? agregué con una sonrisa Supongo que los dos adjetivos son aplicables, aunque per. sonalmente prefiero pensar en él como famoso. jEn verdad eva una perse especial En qué sentido? - pregunté un poco escéptico El era, Watson, del tipo de Robin Hood: robaba a los ricos a dar a los pobres, De todos los bucaneros de la historia es para | ms simpético. Pero por supuesto, no justifico su evidente alta de respeto por la ley. Sin embargo. si hemos de ser justos, de- bo agregar que para ser un forajido, jera muy humano! En primer lugar, en sus piraterias no se derramaba una sola gota de sangre: de hecho, no hay evidencias de que ni siquiera haya hecho uso de violencia fisica con nadie. En segundo iugar, nunca suqueaba todo el casgamento de un batco: trataba a sus prisioneros con la maxima consideracion: y para él era cuestién de honor ver que siempre es tuvieran a salvo. De hecho, mis de una vez arriesg6 su vida pot eso! En tercer lugar, siempre rescataba a cualquier buque en pelic gro. Como dije, fue el bucanero mas humano que jamds haya cono- cide. Hace un tiempo hice una minuciosa investigacidn sobre él continué Holmes y estoy convencido de que su vida seria el te- a para Une magnifica novela histérica, Era un individuo muy cul 92 to; tenia la mania de coleccionar manuscritos raros y pasion por el ajedrez. : Creo que esta siltines pasion suya puede ser relevante para nuestra prOxima aventura ; Nuestra aventura, Holmes? —pregunté con una sonrisa decidiendo por mi? Creo que realmente sentira deseos de ir, Watson. cuando escuchie el resto de la historia Soy todo vidos ~confesé. Pues bien, el viejo capitin Marston regal6 casi todo el bo- tin a las familias necesitadas. Una parte, sin embargo, la guar ¥ sreemos que enterré la mayor parte poco antes de su muerte én ki pequetia isla en fas Indias Orientales, donde habia hecho su hogar. Fs jolmes durante afos ha estado en ha esta- sla - continu n del hermano de] coronel Marston, Edward. S in lugar a dudas que el tesoro esta enterrado en alain poses: ble lugar Je Ia isla, y el valor y el contenido de diche tesoro se aproxi- im a las doscientas mil libras en oro y joyas. Pero no se sabe en ab- soluto donde esta enterrado, y la excavacion de toda la isla costaria cis de lo que vale. De manera que el tesoro ha permaneci 0s. Ahora bien —continué Holmes . la ultima vez que el coro- nel Marston estuvo en Londres -cuando tuvimos nuestra '¢ gjedrecistica con él y con sir Reginald — me dijo, algunos s tarde, que Edward se acababa de casar eon una mujer nor en Boston. Por lo mano en una sum: ue si alguna vez se encontra- € los dos cho, queria vivir cerca de su famili ward vendio toda la propiedad a su mente pequefa, con la condicién de esoro, éste seria dividido en partes iguales en hermanos, jora viene la parte mds emocionante, Watson! Have una Paris recibi un mensaje del coronel Marston de que exis esperanza de encontrar el tesoro, y pide nuestra ayuda, je Marston encontré entre los volimenes raros de la biblio- capitiin un mapa oculto entre las paginas de uno de los ma vs. No estoy seguro de los detalles, pero Marston eree que el apa podrta resolver el misterio. Esti en Is forma de algunos dia- 33 gramas de ajedrez, con mensajes adjuntos en una especie de cécigo. Marston dijo que lo que se necesita es una combinaciGn de cripto- sarafia y andlisis retrospectivo. Asi que no: ‘todos los gastos pagos, sin importar si localizamos el tesoro Y si lo logramos, él y su hermano nos prometen una generosa por cién, iY aqui estamos, pasajeros de primera clase, con destino a las Indias Orientales! sido excelente, y el viaje promete ser delic juega en todas ‘or supuesto, proporcionar aventura ajedrecistica con que nos encontremos. El lector que haya seguido fielmente las aventuras en ls pri- mera parte ya posee un grado de competencia considerable en and retrospectivo. De manera que des: de manera diferente. Mas especificamente, no in siones junto con iva, sino que propondré los problemas, para que el lector solverlos solo. Sin embargo, daré to- das as s0 bro. de ciones al final del 94 EL ENIGMA DEL J JEGO DE AJEDREZ INDIO Mayo 4, Hoy tuvimos nuestra primera aventura ajedrecisti ca, iy vaya si fue extraordinaria! Hay a bordo dos hermanos, 1 bien cutioso juego de ajedrez, proveniente d rocer la forma de las piezas ‘a princi forma de eletantes de b: ugar de los acostumbrados blanco y lores de este juego son rojo y verde, Rojas-15 habjan abandonado la partida por un momen arco. Algunos otros entusiastas del ae Pxtrafo juego ¥ se pregumtaban cual de fos colo 95 96 OTRO PROBLEMA DE UBICACION 7 HOLMES PONE FIN A UNA DISPUTA Cuando aparecié Alicia, os tres acudieron a ella para resolver 1, Auestion, -y repitieron ante ells et argumento pero, como todea fablaban a la vez, te fue muy dificil descubrir qué era lo que de- céan con exactitud. LEWIS CARROLL Holmes ya tiene fama como detective , y nuestra préxima aventura, slo contribuyé a aumentar su fama, una partida abandonada, con algunos iscutian si el negro podia entocar © no, Negras-i5 Mayo 8. jA bordo, ajedrecistico! Se habla mucho de él la cual fue bastante cémica, Nos encontramos cot jugadores alrededor que di Blancas-14 Uno de los observadores sostenia que el negro podie enrocar del lado del rey pero na det de ta dama; otro, que el negro podia 98 de ninguno de lo: Jados. Al tres observadores habia estado pre ELCASO DEL PEON CAIDO debe estar e 100 2 DESDE DONDE? lol 0 ¢DIFICIL? Mayo 14. Hoy Holmes y yo nos to} partida abandonada s con la siguiente Blancas-i4 Observamos a posicidn durante un momento. Esta parece wna posicion di “gar —obsel “Esa est Johnson. “ jHubiera preferido que fuera imposible!” 103 ~Podria hacer un comentario similar acerca de esta posi cién, De hecho podia decir: “;Diffcil? ;Ojald fuera imposib Sin embargo, no es necesario que lo diga, ya que en realidad la posicién es imposible! No tengo la menor idea de quién jug6 esta partida, pero quien haya sido ciertamente no conoce las reglas del ajedrez. {Como supo Holmes que esta posicién es imposible? 104 REFLEXIONES DE NLOGICO Mayo 16. intadora sorpresa! Es posible que el lector recuerde al légico Fergusson en fa primera parte y lu aventura del ubicado al descuide, Pues bien, esté a bordo. Holmes y yo mos el di entero charlando con él. ;1s una persona e naria! Se interesa por sofia y las mate Frege. logicos dij Holmes « Fer- gusson cha of aquél de la oe habitada por caballeros y cane lias Los Caballeros siempre di ment habia tres hab vido pregunto a A i desconocido preguntd a B: “;Qué dijo A?” B cantesta: En ese momento C dijo al desconocido jendo'” El problesia consiste en determinar .y si C es caballeto 0 canalla i. es un aceriijo muy conocido -contesto Fergusson. B... ‘n momento interrumpi, --No habfa oidy este prob! antes, Puede darme un minuto para resolverlo? . por supuesto contest Fergusson. Reflexioné durante yomento. al cabo del cual Hegud a ls siguiente solucién: Si a que Cy B deben de ser upuests: 0 sea. y ef otto canalla. ,Cudl es . sino que A df que era canal 10 que era canalla” Por cierto que fa mentido diciendo que era canalle n los Y si A era canalla, nunca habrfa dicho la verdad: que era canalla. Por lo tanto A jnunca dijo que era canalla! De ahi que cuando B dijo que A dijo que era canalla, B estaba mintiendo. Por lo tanto Bes canalla y C caballero. Correcto dijo Fergusson. Seber —continud hay un punto en este problema que nunca me ha gustado esto es, que C #5 irrelevante...irrelevante en el sentido de que en el momento en que B habld, ya se podia deducir su naturaleza sin saber lo que C dijera, Por supuesio no hay nada de malo con esto. pero Io consi Gero ina debilidad estética, Ahora bien, he pensado en una versién mejorada del mismo problema que no contiene dicho punto inde- seable. Les gustaria escucharlo? St, por supuesto dijo Holmes. res bien, en lugar de que el desconocido pregunte es caballero o canalla, la pregunta a A seria: “;Cudntos cabal hay entre ustedes?” Ung vez mis, la respuesta de A es demasiado confuse para que el extrafio la entienda, Entonces éste pregunta @ B: “,Qué dijo A?” y B contesta: “A dijo que hay ur caballero entre nosotros”. ¥ nuevamente C dice: “No le crea a B. ;estdé min- tiendo!” Otra vez el problema es: ;qué son B y C? Holmes y yo pensamos en esta version durante un momento, y concordamus en que era de verdad mejor. Creo que el lector dis- frutara tratando de resolver este problema Holmes —dije un momento después~ creo que su contro- vestido problema acerca del enroque puede ser de mucho interés para un l6gico. Por qué no se lo cuenta a Fergusson” Me interesa- ria conocer el punto de vista de un légico en este asunto. Y le contamos a Fergusson el problema sin resolver de Hol- ‘mes, el mismo que presenté s los lectores al final de la primera par- te. Expliesmos como antaho se permitfa que un pedn se coronara 4 una pieza de diferente color. ¥ dispusimos las piezas en el tablero. Holmes repitis su argumento de que el negro podia enrocar. ya que Ih torre promovids atin no ha tenido tiempo de mover. Yo repeti el mio, de que la torre habfa sido quitada del tablero y luego vuel- toa colocar. ‘A Fergusson lo divertia el problema, y elogié el ingenio de Holmes por habérsele ocurrido. En realidad dijo Fergusson 106 el problema va m: peal alli de lo que parece 2 simple a, tal coms yo fo veo, es como di jeva con tth objeto {no es cierto? Por supuesto -contesté . {Qué més podria ser una pieza tte ajedtea sino es un objeto fisico? Holmes. E} senior Holmes. segin creo, cuenta, un platénico como yo: usted tiene t rninalista, Para nosotros, los que él mismo se dé Me temo que eso sf estd mds alld de mi entendi miti-. Nunca fui muy bueno para lu filosofia, Pero el tema es importante - contests Fergusson, con en: tusiasmo creciente.. ;La identificacién nominalista de la pieza coi su mera representacién material puede conducir a serios problemas! Por ejemplo, supongamos que durante una partida alguien quitara un pe6n blanco ée su casilla y lo reemplazara por otro peén blanco del juego de ajedrez. ,Usted diria que el peon movie Pues, no confesé- . No bajo esas circunstancias, Sin em: bargo -insisti con terquedad es una situacién diferente. En el problema propuesto por Holmes, la torre negra ya ha sido comida y ha estado fuera del tablero durante algiin tiempo, para luego ser colocada nuevamente por medio de una coronacién. En esis cit- Cunstancias yo dirfa que la torre st movi6. GY como sabe usted que fue durante algiin tiempo? res: pondié Fergusson. Que usted sepa, la altima jugada de las blancas pudo haber sido con el pen en b7 y no con aquél en a7. que co- ‘mié una pieza negra en a8 y se corond torre negra: de hecho, jel peén pudo haber comido la misma torre negra con la cual se co- Toné! Supongamos que fue eso lo que sucedis, que el pedn se eoro- n6 pidiendo la misma torre negra que acababa de comer, y més ‘in, que la torre nunca habia movido previamente. En esas circuns- tancias, ,todavia dirfa que el negro no puede enrocar? Todos nos reimos con esa idea. A los légivos a veces se les ‘curren las fantasias mas alocadas. Pero es muy divertido. jento -ad- 107 Mis tarde ese misino dia. Fergusson tenia un pro taba ansioso por mostrarnos, Este problema dijo la logicw y el ajedrea de una ina te: {5 posible {Podria ser un poco més Si contesto Fergusson, Tengo en me posicién conereta. En esta posicidn puede probarse que lus blancas pueden jover y hacer jaque mate en dos jugadas. Con esto quiero decie las blancas tal. que ra sea la respuesta de las negras, lu prowima jugada de las \eus eS Un jaque mate. Y adn asi no existe ninguna primera ju pada de las Blancas tal que pueda probatse a juzgar por esa jugada que, cualquiera sea la respuesta de las negras, la proxin jugada de las blancas es un jaque mat splivito? ped dijo Holmes. El es mis apto que yo para este tipo de razonamierto abstracto, cho, este En lo que 2 tengo poco entrena clase de racona- ico altamente refinado. {Sin embargo, debo confesar que lo que usted describe suena imposible! Después de todo, el ajedrez es un juego finito; en cualquier momento de una partida existen s6lo una cantidad determinada de jugadas que pueden realizarse. Por lo tanto, pareceria que se pueden examinar en for- 12 todos Itados posibles de las proximas dos jugadas. Siuna de las po imeras jugadas de las blancas levaa un jaque mate en cada uno de los posibles resultados comenzando con dicha jugada, esto debe ser prueba de que las blancas pueden hacer jaque imate en dos jugadas y, mas ain, tiene que ser prueba para esa juga- da en particular, {Por eso estoy completamente confundido con contest Fergusion - su argumento contiene una su Uil pero engartosa falacia. Sin embargo, antes que continuar la en un nivel tan absiracto, dejenme mostrarles Is posiciém en mente. ¥ dispuso las piezas de la siguiente los. Blancas-8 Afirmo que en esta posicién, suponiendo que sea el turno de las blancas, puede probarse que el blanco puede mover y hacer Jaque mate en dos jugadas, pero que no se puede exhibir el jaque mate. Holmes y yo estudiamos la posicién durante varios minutos. De repence Holmes lo resolvid. _ ;Por Dios, setior Fergusson, tiene razon, absolutamente! ;Realmente brillante! Recuerde, Watson ~continué Holmes aquel problems gue luna vez le mostré en relacién con el lema; “Para conocer el pasado. Primery se debe conocer el futuro”. Pues bien, creo que el proble. ma de Fergusson ilustra muy bien el principio mas usual: “Para co- nocer el futuro, primero se debe conocer el pasado”, Si el lector se halla desconcertado con este punto, dejard de estarlo cuando lea la soluciéa, los UN PROBLEMA DE | SOMBRAS DEL PROMOCION } PASADO Mayo 18 (3:00 P.M.) Holmes y yo ya conocemos bastante bien a casi todos los ajedrecistas a bordo. Hoy nos encontramos | con la siguiente partida en juego: i Negras-14 = @ - am > bom Do Blancas-15 Conocfamos @ ambos jugadores. Cuando nos sentamos, pas6 un rato antes de que se efectuara la siguiente jugads. De repente ia interesante, cabalieros! Veo que hay Es cierto contesté el blanco. pero, ;c6mo diablos lo laderamente elemental —dijo WW 110 ntesto Robinson — ;lo recuerdo muy claramen wien afeitado, pilido y tenfa apariencia ascética. en su aspecto, en particulie en Ja ex scilabs lentamente de un lado hacia otro. Una descripcién muy singular dijo Holmes, anera significativa~. Y ahora digame, :por qué mi an: 1 partida de ajedrez le recordé a este individuo? Pues, fue la situacion —contesté Robinsot ‘algo de rep- n que su eara de la partida, los dos pasaron y se detuvieron a observar. No se sen- de manera amigable, como usted y el doctor Watson; el jnecieron de pie a cierta distancia y observaron. En determi nado momento el pasajero en cuiestién dijo, no a mi o al otro ju- gtdor, sino a su companero: -Curiosa partida: una de las piezas del tablero es promovida.— Aunque lo dijo en voz baja, y en un tono casi diria de conspirador, no pude evitar escuchar el comentario. me si es blanca o negra? le pregunté, Me observe con una mirada helada, y contesté: -No me estaba dirigiendo a usted. sefior.—Con lo cual él y su companero se alejaron brusca- mente. Esa fue casi la altima vez que los vi; las pocas oportunida- es en que los vimos de lejos, parecian eviternos deliberadamente, De verdad un episodio interesante dijo Holmes— si bien esagradable. Pero, sefior Robinson, todavia no comprendo pot qué este recuerdo es £27 doforoso para usted. Seftor Holmes, no le he contado toda la historia -contesté Robinson—. No me atrevo a hablar del resto. No quisiera entrometerme en sus asuntos privados dijo Holmes, poniéndose de pie Seftor Holmes, por favor signtese ~pidié Robinson. No es que el asunto sea privado; es sélo que ... pues, francamente, ime siento un poco tonto! Holmes se senté nuevamente con expresién interesada y ge nuinamente compasiva. —Usted veré —continué Robinson— en ese barco sucedieron otras coses que no pude menos que intuir estaban relacionadas con este pasajero, jpero no poseia ni la sombra de una evidencia objetiva! Sélo un sentimiento vago, aunque muy fuerte vez tenga mucha imaginacién' identes exactamente? — pregunts Pues, setor Holmes, dos pasajeros murieron s bord tancias muy misteriosas y sospechosas. Se pens6 en un asesin: y hubo una investigaci 1. Sin exnbargo, no se descul muna evidencia concluye jonto pass al a. seflor Holmes, puede muy bier que soy un ero Te aseguro que todavia ia de este misterioso pasajero ese esti refiriendo a les muertes de un tal doc ‘Dio: usted sabe todo de este asunto! -exclamé Ro. binson, casi sultando de su asiento. No todo contesté Holmes. de lo que sé ahora. Soy detective, se de saber cosas como ésta Me enteré de este asunto poco después de sucedido conti 15 Holmes, En ese entonces formé mi propia teoria, y todo lo que usted me ha dicho no hace mis que vonfirmarla. Sin embargo ain quedan dos o tres puntos que me gustaria aclarar. ;Por dad recuerda usted Ia posicion de Je pactida en el momento en que este pasajero —tlamémoslo sefior M— lo sorprendié cuando dijo a su compafiero que habia una pieza promovida en el tablero? De hecho, si ~contesté Robinson, buscando su billetera Mi compafiero y yo, después de referinnos a la incresble descortesis del par, nos preguntamos como diablos pudo saber este tal sefior M acerca de Ja promocién. Estuvimos casi una hora tratando de resol- vet este misterio, pero no lo logramos, Entonces cada uno de noso- twos hizo un diagrama de la posicién en e! momento en que el sevior M. se acercé a observar la partida. He guardado este diggrama de de entonces, y muchas veces lo estudié nuevamente, pero alin no pude resolverlo, Tal vez usted pueda, senior Holmes?, dijo, y nos ‘mostré ef siguiente diagrama e menos son, y me correspon: 13 Blancas-14 Holmes estudié la posicién durante y la cabeza. -No creo que pueda deducirse desde esta posi existe una pieza promovida ahora en el tablero que es trivial ver que debe de haber habido una promocién. ; por qué la pieza promovida tiene que estar en el tablero ahora? uijo Holmes, confundido.— Estoy seguro de poder reconstruir la posicién de manera que eso no sea as. Holmes estudio la posicién un poco més, Entonces pregunt6: Est absolutamente seguro, seiior Robinson, de que el seftor M no vio ninguna jugada de esta partida? Solo la altima, justo antes de que el seflor M. apareciera contests Robinson- aungue no creo que eso sea de 4Y cual fue la Gltima jugada? —preguntd Holmes con an siedad. Yo enroqué contests Robinson.— Jugaba con las blancas. Ah! ~exclamé Holmes ;es0 le da o} Gin! Ahora, pues, si las blancas acaban de er una lgjana posibilidad de poder probar que hay una pieza promovi+ da en el tablero. De todos modes, el problema no es trivial, y nece> sitaré un poco més de tiempo para verificarlo. ;,Le molestaria que Por supuesto que no ~contesté Robinson. Después de hacerlo, Holmes dijo: ~Y ahora, seftor Robinson, tengo una pregunta de particular importancia: {Cudnto tiempo estima usted que transcurrié desde el momento en que usted enro- 6 hasta aquél en que el seftor M. hizo a su compafiero el comenta- rio acerca de la pieza promovida en el tablero? -No mucho, seitor Holmes: dirfa que cerca de tres minutos, no mas de cuatro, Gracias, sefior Robinson, es posible que esta informacion sea de mucha ayuda. Y ahora, caballeros, si me disculpan, quisiera retirarme un momento y estudiar este problema, Holmes se alejé, y regres6 una media hora mds tarde. —Sefior Robinson —dijo— creo que no necesita preocuparse por tener mu cha imaginacidn, ;Su intuicidn fue absolutamente correcta terioso pasajero de su singular experiencia result6 ser uno de los cerebros criminales mas grande del siglo. También, entre paréntesis result6 ser catedritico Holmes —pregunté un poco més tarde cuando estuvimos so- los- ,cdmo puede estar tan seguro de que fue Moriarty? Claro que la deseripcién de Robinson coincide con la de él a la perfeccion, {pero hubo algo mas? Si —contesté Holmes. Estaba especialmente ansioso por conocer la posicién exacta por dos razones. En primer lugar, que- ria saber exactamente qué tan dificil era el problema. Pues bien, Watson, no soy un novato en lo que respecta al analisis retrospect vo, pero me Hlevd més de veinte minutos resolverlo. ;Y en este ca- 50, el pasajero lo hizo en tres 0 cuatro minutos! Conozca sélo dos personas en el mundo que piensan con tanta velocidad: Moriarty wano, Mycroft. Y ademds del hecho de que Mycroft nun sia, la deseripcin de Robinson no se ajusta en lo més mi ‘la de mi hermano —agreg6 Holmes con una carcajada En segundo lugar, Watson, estaba curioso por saber por qué ilosamente cuando Robinson le pre- ida en el tablero era blanca 0 ne- Bra. Ahora bien, a pesar del cerebro brillante de Moriarty, ;posefa la madurez emocional de un nifio caprichoso! No podia soportar |b critica, y montaba en edlera cuando se le hacia una pregunta no 11s cuya respuesta no conocfa. Estoy seguro de que si hubiera sabido la respuesta no se habria comportado tan groseramente, sino que la habria respondido de buena gana. Ahora bien, ;por qué no supo si la pieza promovida era blanca o negra? Es posible que el asunto no se pudiera determinar? Pues bien, sucede que este problema aje- drecistico tiene la particularidad de que, aunque se puede probar que hay una pieza promovida en el tablero, jes imposible deducir de qué color! Es la primera vez que veo un problema de este tipo. [Ast que ésa es la razén por la cual Moriarty no supo la respuesta. simplemente no pudo haberla deducido! Estos hechos, junto con la notable descripeién hecha por Robinson, prueban sin lugar a dudas que fue Moriarty quien estu- vo a bordo de ese barco fatidico. El iinico punto que todavia no tengo claro es el motivo del asesinato. {Qué conexin podia haber entre Moriarty y los Russell Y ahora ~continué Holmes~ permitame mostrarle la muy interesante solucién a este singular problema ajedrecistico, 116 ALGUNAS REMINISCENCIAS ESCALOFRIANTES Mayo 18 (11:15 P.M.) En este momento nos encontramos en medio de una violenta tormenta que sobrevino repentinamente alrededor de las 7:30 P.M. o este barco es notablemente estable, © hay muy poca turbulencia, teniendo en cuenta la violencia de la uvia y la magnitud de los truenos y los relémpagos. Aquéllos que alguna vez hayan pasado por la experiencia de una tormenta en alta mar sabran qué dramético y espectacular puede llegar a ser. La mayoria de los pasajeros ya hace un buen rato que se re! aron, Holmes y yo nos acostamos alrededor de las 9:30, pero nin: uno de los dos pudo conciliar el sueno. En parte se debid a la tor menta, y tal vez més atin al recuerdo de lo que sucedi6 hoy, que pesaba en nuestras mentes. Después de intentar er Vano conciliar el suefio, ambos nos levantamos, encendimos las limparas, y conti: rnuamos discutiendo sobre lo que habia sucedido. De algin modo, la tormenta era un marco apropiado para nuestra conversacion. —Lo peor de todo, Watson, es que yo tenia cierta evidencia de que Moriarty iba a tomar ese barco. Si yo hubiera estado presen- te, esta tragedia podria muy bien haberse prevenido. Pero Moriarty, con mucha inteligencia, desvié mi atencion preparando un sugesti vo y espectacular crimen para ocultar su partida. ‘No sucedi6 para la época del intento de robo de las joyas de la Corona? ~-recordé, esforzéndome por recordar. ~jExactamente, Watson! jLogré salvar las joyas de la Cor ‘ha, pero a costa de dos vidas humanas! jOjalé hubiera sido al rev Permanecimios sentados y con algo de tristeza durante un mo- mento, mientras Holmes despedia el humo de su pipa con mas energia que la acostumbrada.— ;Sabe, Holmes? —dije por fin— esta 5 Ia segunda vez que aparece Moriarty en relacién con el andlisis etrospectivo. Recuerde qué sorprendido estaba yo la primera vez: cuando usted me mostré aquel problema monocromtico que aso: 119 Elrey blanco no se muestra Y debajo del diagrama el mensaje: CIERTAMENTE POSEE UNA CAPACIDAD NOTABLE PARA HACERSE INVISIBLE, HOLMES. SIN EMBARGO, ;PUEDO HACERLE JAQUE MATE EN UNA JUGADA! Holmes me entregé el diagrama, que comencé a estudiar. Pero, Holmes —exclamé— ;no estd el rey blanco en el ta- blero! Por supuesto que no, Watson, jy ahi esté el problema! Come muy geotimente me informa Morlrty, el rey blanco es invisible. -{El rey blanco? —pregunté, sin comprender ain la verda- dera naturaleza de la situacion, iAh, Watson! —dijo Holmes, riéndose—~ gpor qué se toma las cosas tan al pie de la letra? Evidentemente en esta posicién, Moriarty se identificé con las fuerzas negras y # mi, con las blancas, Entonces aqui soy el rey blanco quien, a pesar de ser invisible. puede recibir jaque mate en una jugada {Como lo dedujo? —pregunté. —Realmente, Watson —dijo Holmes, riéndose més que antes jesto es el colmo! No se necesita deducir esto, mi nif; esta parte se basa en la intuicién: es evidente por si misma. De todos modos --continué— mi problema més inmediato era resolver este misterio lo més répido posible. ;Podia determinar- se en qué casilla deba estar el rey blanco? A pesar de mi agota- miento, me esforcé muchisimo para egar a la solucién. Si, median- te el andlisis retrospectivo surgié que el rey s6lo podia estar en una casilla. ;¥ de hecho haba jaque mate en una jugada! Entonces, Watson, en forma inesperada se me ocurrié la siguiente escalofriante idea, la cual me salvé la vida. Si se pudiera ubicar una cuadricula gigante de sesenta y cuatro casillas por sobre toda la superficie de Londres, y de esta manera encerrando Londres en un gran tablero de ajedrez, el norte representando a las negras, entonces la casa en la que planeaba pasar la noche siguiente se hallaba dentro de la misma casila en la que deberia estar el rey blanco! Todavia no sé si fue pura coincidencia o si fue parte de la 20 idea diabdlica de Moriarty, De todas maneras, no me arriesgué y cambié abruptamente mi planes part le noche siguiente. Ahora bien. debo decirle que el lugar donde habia planeado pernoctar fue volado la noche siguiente. Por fortuna no habia personas que pudieran salir heridas. Sin embargo debo confesar que la experien tia tue, para mf, desalentadora. Ya lo creo —contesté.En muchos aspectos, Holmes, creo que esta fue una de las aventuras més curiosas que jams haya teni do, Sin embargo hay algo en todo esto que me confunde terrible: mente. {Por qué diablos Moriarty le envid esa carta? jParece més ‘una provechosa advertencia que una amenaza! —jAh, Watson, ése es un misterio que yo nunca pude resol ver! Sélo caben cuatro posibilidades. La primera —que es, para mi, lz menos probable~ es que Moriarty simplemente desestimé mi capacidad para resolver el problema, Pero eso no es tipico de Mo- riarty. La segunda posibilidad es que Moriarty, aunque confiaba en que yo podria resolver el problema, simplemente como tal, no tenia razén para creer que se me ocurriria imaginar el diagrama como si fuera un mapa de Londres. De hecho, como ya le dije, Watson, no tengo idea de cémo pudo habérseme ocurrid. La ter- cera posibilidad, por supuesto, es que la correspondencia de la ca silla con la region de Londres en la que planeaba quedarme no fue- ra més que una increible coincidencia. Sin embargo, ninguna de las tues posibilidades explica ni siquiera remotamente por qué no se deshicieron de mi jla noche anterior! Ahora bien, la cuarta posibi- lidad, aunque muy extravagante, es ls tinica que también podria explicar esto ultimo, y por lo tanto es la nica que puedo tomar seriamente. Usted sabe, Watson, que a pesar de la inteligencia poco co min de Moriarty, ereo que era un psicético. Teniendo en cuenta ese desequilibrio, es tan alocado pensar que, como se divert tanto conmigo jugando al gato y al ratén y viendo como me cos! ba escapar, simplemente queria prolongar la agonfa? Para darle crédito a esta hipétesis le diré que todo esto ocurrié en nuestros Primeros encuentros, no mucho tiempo después de que nuestros camings se cruzaron por primera vez. Todavia no lo habia estorba- do en ninguno de sus proyectos principales, {No podria ser que queria jugar conmigo un poco mds, hasta que yo me convirtiera en una amenaza realmente seria? 121 UN ALFIL DESPLAZADO Blancas-14 Hab(a un alfil entre @3 y a4. Mientras observabamos, ambas partes enrocaron en forma sucesiva. Entonces Holmes colocé el al- fil en el lugar correcto No ere nada que pueda hacer me sorprenda ahora jo. Robinso: jose.— Igual me gustaria saber cmo lo supo. {Cémo? La solucién es bastante fécil UN MONOCROMATICO EXTRAORDINARIO Mayo 22. Hoy nos encontramos con lord Ashley y su esposa Jugabari una partida de ajedrez. Lady Ashley es una gran fi el ajedrez, y su habilidad por lo menos iguala la de su murido. desde una casilla negra a una blanca jAht, una partida monocromatica —observ Asi la laman? Pues bien, ¢s la tnica clase de partida que Ashley y yo. Pero ésta en particular, ademés de ser monocromética, ha sido Sumamente inusual. [a 123 Holmes estudié la posicién. {De quién es el turno? —in- quirié, shley, que jugaba con las blancas. €s una partida extriordinaria dijo Holmes.— Por un lado, percibo que ha habido una promocién. Por otro lado, un pe6n ha sido comido al paso, dijo lady Ashley. Yo también estaba sorpren- la solucién. E incluso después de EL PROBLEMA DE LADY ASHLEY Mayo 22 (algunos minutos mds tarde) — Mi esposa, Ellen, ha compuesto ella misma Blancas-S En esta partida ninguna pieza fue movida desde de un color a ura casilla de otro color. Ademés, el rey blanco ha movido dos veces. La pregunta es: jha sido reocupada la casilla hg? UN PEQUENO ENGANO Mayo 23, Nuestra tltima aventura nno dramética, fue agradable. Poco después de desembarcar. Homes y yo fuimos a caminar lord y ledy Ashley. Nos encontramos con ente Posicion abandonada: ca a bordo, si Negras-4 Blancas-6 ____~ Hay algo inteligente que pueda deducir de esza partida, se jor Holmes? inquirié lady Ashley con tono tipica y encantadors- con iCémo lo supo Holmes? Puedo asegurarle al lector que no ‘me he guardado ninguna pista. 126 EN LAISLA MARSTON 5. Matiana zarpamos rumbo 4 casa, By a de Marston, tos Pas habia un soté, do: después de haber trabujad a enorme ventana oeste estaba el escritorio dei capitén: una ia de_roble de un metro por tres, apoyada sobre dos viejos representaba la curiosa e inte hombre que era a la vez sabio y bre de mar. Todas las paredes estn cubiertas con repisas, y el.es » restante estd fleno de mapas, cartas de navegacion, manuscritos personales, télescopios de bronce, cronémetros y diversos instru- nduticos y de reconocimiento. El coronel Marston mostré a Holmes el mapa. # cTiene sentido? - pregunt6 Marston. No a primera vista ~contesté Holmes. Me temo que para buena suerte y mucho estudio. Y ahora - prosiguid— me gustaris encerrarme en esta biblio

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