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2 Caracteristicas generales del desarrollo del gesto grafico Hemos hablado en el capitulo anterior que. uno de los fines fundamentales de la ‘xpresién pléstica es el desarrollo dela utoexpresién del nifio. Expresién de acuer- so a su propio nivel {Intelectuel, emocional, Nisico, estético, ete.) es decir, que para que ‘exista un desarrollo arménico en la madura- ‘ln tlene que darse una correspondencia entre el desarrollo psicol6gico y el desarro- lio del gesto gréfico, lo cual nos conduce Girectamente # una pregunta: 4Cémo conocer el nivel de desarrollo del gesto grafico del nifio? ‘A medida que los nifios cambian, crecen sprenden, varia su forma de expresion. Aungue el grefismo, como luego veremos, comienza a una edad diferente en cada nif, ‘segin los aprendizajes y motivaciones reci- Dibujamos con el cerebro y, por consiguiente, e! cuerpo entero se halla presente en el gesto. P. Chauchard 2.1. Las etapas griificas bidas, y aunque en su grafismo se dan dife- rencias individuales de origen expresivo y ‘caracterial, existen unos rasgos evolutivos generales y una serie de pautas comunes que nos indicen el estadio de desarrollo grafico del nifo, y nos sirven para saber si éste esté autoexpreséndose o utilizando es- ‘quemas ajenos. Los estudios de tipo longi- tudinal y comparativo de esas pautas comu- Nes, tanto desde el campo de la psicologia (Wallon, Arnheim, Widlécher...) como de la pldstica (Luquet. Lowenfeld, etc...) han dado lugar a la determinacin de etapas evoluti- vas del desarrollo grafico. 20ué son las etapas? ‘tdneamente en nifios de la tal, y que se identifican por una serie Utilidad de las etapas A pesar de su posible artificialidad, ef parvulista no puede prescindir de su cono- ‘cimiento ya que proporciona indicaciones imprescindibles sobre la evolucién det nifio, ¥ que @ nivel préctico se traduce en la po- sibilidad de: Generaimente aparecen los primeros tra- 208 en cuanto un nifio esté en condiciones de sostener un lépiz. ‘EI garabato no consiste en unos trazos ‘cuslesquiera producidos sobre una superti- en realidad son trazos determinados por Ia estructura de palanca que constituyen el pee ast Ratan ) de las articulaciones: hombro, codo, 20 a) Conocer el nivel expresivo del nifio y relacionarlo con su nivel psiquico y su nivel de conocimientos. b) Programar objetivos que so corres- pondan con el grado de desarrollo grafico del nifo. ©) Detectar problemas individuales de tipo visual, motriz, espacial, afectivo, etc, Existen distintas clasificaciones de tas ‘etapas graticas segin sea la escuela que las analice. Hemos optado por recoger los rasgos comunes de todas, buscando la ma- nnera de simplificarlas y huyendo de entrar fen andlisis complejos y profundos que re- Guieran conocimientos especializados. Por otro lado, el lector debe tener en ‘cuenta que las Indicaciones en meses 0 afios que aqui se especifican tienen cardc- ‘er aproximativo, y que los mejores baremos ‘son siempre 10s derivados de la observa- ‘cién directa y sistemética de la evolucién del_gesto grafico en cade nino realizeda, fen_particular, por el maestro, En este tomo contemplamos solamente as etapas correspondientes a las edades ‘coneretas de tres, cuatro y cinco afios, que ‘siguiendo la terminologia mas utilizada son: + etapa del garabato, + etapa preesquemitica, 2.2. Etapa del garabato ‘Mmufieca, pulgar, més la intervencién cre- ciente de la actividad perceptiva y el contro! visual (P. A. Osterrieth) >. Podemos dividir fa etapa del garabato en tres sub-etepas 0 estadios de desarrollo mo- * BratiotZazzo: Tratedo de Psicologia del nfo t VI. "En principio es el movimiento por et mo- El nifo traza lineas sfaa2e paar barrie, eee cr nloats burl a 70 coi Fig. 2. Trazos realizados por un hifo de 18 meses.. La entrada en juego de la articulacion code, mediante su movimiento de flexion izquierda) - extensién (derecha), produce Fig. 3. Barrido reolizedo por un ‘nibo de 20 meses. 9 OB: cit, pla. 3. Moms toe = 8 me, sla simple hombro © del antebrazo en torno al produce trazos impulsivos, lanzados lneae o ligeramente curvos de longitud va: riable, pero que @ menudi tos bordes Gel papel« (PA. Osterleth). como resultado el garabato de vaivén con- tinuo conocido como «barrido». El siguiente paso madurativo se produce el movimiento de avance y retroceso del por la coordinacién del’movimiento de «ba- _brazo, lo que origina el garabato «circular». ‘rido» (flexién-extensién del antebrazo) con Fig. 4. Garabato circulor reali zado por una nifia de 28 meses. Por ultimo, la combinacién de los dos mo- articulacién de la mufiecs, produce la for- vimientos anteriores con un tercer movi. macién de bucles y trazos cicloidales. miento, la rotacién del puto, a partir de la movimiento y, por tanto, la desmembracion do los trazos. El niio estaré entonces capa- citado para realizar combinaciones de gare batos independientes. Aunque en este pro- ‘ceso existe un dominio coordinativo paula tino, a medida que el nino va dando comple- jidad a sus trazos por la combinacién de los distintos movimientos, se denomina époce del garabato sin control porque la caracte- ristica principal es que el nifio mira hacia ‘otro sitio mientras garabatea. Es decir, el ‘control es puramente motor, no existiendo lun control visual del gesto. Es importante tener en cuenta que el ta- mafio de los movimientos guarda relacion con el tamafo del nifio y que el brazo de ste puede describir un arco de treinta a cuarenta centimetros, por lo que es nece- sario proporcionarle soportes no menores & ‘estas medidas, que limitarian o interrumpi- rian su trazo. El garabato es siempre un reflejo del des- arrollo fisico y psiquico; el nino que garaba- tea no intenta representar la realidad. En esta etapa no deben exigirsele tareas que roquieran un control motor preciso. «Un niifio de dos anos no puede coplar un circu- Jo aunque algunos sean capaces de coplar una linea» (Lowenfeld). 2, Garabato controlado Esta época del garabato se caracteriza por Ja entrada en juego del nivel perceptivo. Se lama garabato controlado porque el nifio se da cuenta de- la posibilidad de control, lo que no excluye, como més arriba hemos ‘anotado, la existencia de un control motor anterior Unos sels meses después de inicarse la actividad dat trazado, | nifio descubre la relacién, la conexién entre sus movimientos y el trazo realizado, «Después de haber se- guido a la mano, el ojo comienza a guiarla» (Lowenfeld).. El observador poco entrenado no encon- traré grandes diferencias entre los garabo- tos desordenados y los controlados de. un ‘mismo individuo, ya que no se distinguen por la densidad, extension espacial, pro- i6n, etc., sino por la actitud del nifio hacio ‘el movimiento que realiza su mano. El me- Jor indicio de que ha dado el «paso de gi- gantes al que se refieren los especialistas, es decir, que controla su gesto gréfico, es la atencién cada vez més acentuada que presta ai movimiento de su palanca y @ la hella que deja. Es en el intento y el logro de dirigir Ia ‘mano «hacia un trazo ya realizado» —con- trol simple para L. Lugart— y en la posibi- lidad de entrenarse en la realizacion de figuras cerradas —scontrol dobles— que abarca el principio y el final del trazado, donde el nifio nos esté diciendo que con trola su gesto. Con estes posibilidades, el nif estaré en condiciones de ejecutar ta: eas que ‘requieran control y coordinacién precisas. Este control sobre el gesto grafico ‘se verd afianzado por el dominio que adquie- re sobre el ambiente en el que se desen- welve. 3. Garabato con nombre Ya sea Lowenfeld con la «superposicion de la significacién representativa @ la ci- nestésica»; Luquet con «el descubrimiento de la somojanza accidental a la represen ‘taci6n deliberada»; Kellogg con la acumule- clén de percepciones, y Lucart con Ie rela cién entre actividad gréfica-actividad orel fen lo que todos estén de acuerdo es en Ia necesidad de respetar y esperar el momen to en que el nifio esponténeamente ponga nombre a sus garabatos. Es interesante recalcar mente, ya que $e ¢

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