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EL HOMBRECITO DE MAZAPN
Haba una vez un viejecito y una viejecita que se sentan muy solos
porque no tenan hijos. Un da la viejecita hizo un Hombrecito de
Mazapn. Su chaquetita la hizo de chocolate y el gorro y los zapatos de
dulce azcar reluciente.
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Nada ms salir del colegio la tarde del lunes, Roxana dej la mochila en
casa y se baj al parque a jugar con sus amigos.
As que se olvid de que quera pintar el gusano.
Cuando lo record, dej de jugar y corri a su casa. All se sent en el
suelo de su habitacin, dispuesta a dibujar, aunque ya era tarde y tena
poco tiempo.
Adems, no saba cmo empezar, y se lo dijo a Mam.
Ella, para que hiciera bien el dibujo, le aconsej:
-Observa con atencin las partes de su cuerpo y dibjalos por trozos.
-Vale -asinti Rosaxa.
-Fjate -seal Mam con el dedo-:
Esa es la cabeza, con ojos, dos antenas y las mandbulas. Detrs de la
cabeza van tres anillos con patas, las ves?
-Vale -dijo Roxana.
-La otra parte del cuerpo -sigui Mam mientras recorra con su dedo al
gusano- tiene cinco pares de patas. Pero no funcionan como patas.
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RUIDOS RAROS
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El caso es que, esa tarde, el gusano teja y teja el capullo, de forma que
Roxana se puso cada vez ms nerviosa y fue incapaz de terminar el
dibujo.
Durante la cena estuvo tan callada que Mam le pregunt:
MONSERRATH PAEZ HERNANDEZ
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EL DIBUJO PERFECTO
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-Es que me fij mucho en l cuando lo vi en mi sueo, ja, ja! -les deca
Roxana a sus padres, y ellos se rean con ella.
La noche del viernes acab de colorear el dibujo y les pregunt:
-A que es perfecto? A que vais a regalarme el estuche de rotuladores?
Pap y Mam estuvieron de acuerdo en que era perfecto y lo colgaron en
el cuarto de Roxana y cerca de la caja de caa.
Tambin estuvieron de acuerdo en lo del regalo.
La maana del sbado, cuando Roxana se despert, lo primero que hizo
fue mirar el dibujo, y a continuacin se levant para ver el capullo.
Nada ms tocar la caja, una mariposa sali volando de ella.
-La mariposa, la mariposa! -chill Roxana, tan fuerte y
escandalosamente que sus padres acudieron a todo correr.
La mariposa volaba por la habitacin, y sus alas multicolores brillaban a
la luz del sol.
Roxana comprendi entonces que lo mejor era que volase libre, y la dej
salir por la ventana mientras exclamaba a coro con Mam y Pap:
-VALE, VALE, VALE!
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