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Los moriseasaragoneses: una definiin mas al ‘Sharg al-Andalus, 2 (1995), pp. 147-161 LOS MORISCOS ARAGONESES: UNA DEFINICION MAS ALLA DE LA RELIGION Y LA POLITICA Gregorio Colds Latorre* Hace ya tiempo Femand Braudel, al tratar el tema de los moriscos en Bl! Mediterréneo y el mundo mediterrineo en la época de Felipe I, afirmaba: “es cierto que Granada y Valencia, las dos vertientes de Espata (aragonesa la una, la otra castellana) no se hicieron «cristianas» (0, como se ditfa después, rmoriscas) en las mismas condiciones ni en Ja misma atmésfera. Y ello distingue, por lo menos, dos problemas moriscos”. Y continia, “pero, mirada la cosa un poco més cerca, encontramos otras distinciones y otras zonas, segtin que los moriscos abunden mis o menos y se hallen més o menos encuadrados en Ja civilizacién de los vencedores y engarzados en ellas desde un tiempo més o menos largo'?, De esta manera transeribia en grandes trazos la diversa realidad social que presentsban los recientemente bautizados. En realided no descubria nada nuevo. Se limitaba a sintetizar en unas escuetas lineas un hecho que todos hemos dado por supuesto y sabido. Su efirmacién resultaba tan transparente que ha pasado pricticamente desapercibida, diluida en esa sensacion de pertenecer al acervo comin que acompaia siempre a tod cuestion calificada de evidente. Es claro que no todas los moriscos habfan llegado al bautismo en las rismas condiciones, ni estaban en la misma situacién respecto @ la civilizacién cristiana de la mayoria. Y no es menos cierto que la razén de esa diferenciacién estaba en el tiempo de convivencia entre las dos comunidades, en su distribucién geogréfica y en su integracién social, Sin embargo, @ pesar de las palabras de Braudel, escritas por primera vez en 1949, de baber sido aceptadas uninimemente y de ser durante affos uno do los temas més relevantes de la Historia Modema de Espafia, ls minora continiéa percibiéudose Universidad de Zaragoza, \_BRAUDEt, F., Bl Meditersineo y ef mundo mediterréneo en la época de Felipe II, México, P.C.E., 1976 (edicién en fancés en 1966, Primera odiciin en francés en 1949), % Ibidem, TM, p. 177 FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS Ne DOSSIER C4 CURSO 3° CURSO ACADEMICO 2008-09 PRECIO: 9'9Q ‘Sharg al-Andalus, 12 (1999) Gregori Colis Latorse fundamentalmente a través de su peculiaridad cultural y religiosa de filiacién totalmente musulmana, mientras sus relaciones con la mayorfa cristiana se hallaban determinadas por sentimientos de enemistad y odio como convenia a fieles de credos distintos a los que se afiadia el agravante de tratarse de vencedores y vencidos. Granadinos, valencianos y aragoneses todos eran, en definitiva, musulmenes y todos odiaban de la misma manera a los cristianos. E] mismo Fernand Braudel, a pesar de haber hablado de Ia diversidad de Ia comunidad, explicé la expulsién, en aparente contradiccién con lo que en principio daba a entender su discurso, por la imposibilidad de la sociedad cristiana de asimilar a la minoria que continuaba siendo mors como en visperas de su bautismo" Ciertamente esta representacién no es gratuita, Esta construida a partir del tinico elemento que, 4 priori se entiende comin a toda la comunidad: la fey la cultura que proporeiona su credo islémico. Ea contrapartida presenta una serie de graves inconvenientes. Afirma univoca y universalmente la condicién rmusulmana del colectivo, que invadiria todas sus actividades, a la vez que lo presenta como un todo sislado y enfrentado al cristiano, Es la imagen que ha transmitido la Espata oficial, a través del Consejo de Bstado y dela Tnquisicién, y, por tant, frato de los interes politicos yreligiosos, que de 1500 a 1600 acaudillé la monarquia hispana. Olvida que ademas de silbdito y fel, el desterado era un ente exonémico y social y, como tal, on relacién con la organizacién socioeconémica y politica de la sociedad cristiana que lo envuelve y en la que esti inserto. Tampoco se ha valorado la incidenca, los efectos de este contacto sobre el mundo de las crcencias y de la cultura. Finalmente, una parte dela historiografia ha sido victims de un eraso error. Ha otorgado a los papeles “estaales” e inquisitoriales una credibilidad que nunca dbbié conceder. Como toda documertacién politica, la del Consejo de Estado responde, ante todo, a nos determinados intereses, en este caso @ los de Ja monarquta hispana del Quinientos. En ningiin momento pretende ser testigo o dar testimonio de la realidad, de su tiempo. La Inquisicién, por su parte, necesita herejes para sobrevivir ademés de conseguir las confesiones de sus victimas, si es preciso, mediante tortura, Y siempre queda la duda, que nunca parece haberse planteado en el easo conereto de los moriscos, de Ia validez de un testimonio conseguido por la violencia, como ye en aquellos tempos se tenia claro en Aragin, “Yo, esribia Lupercio Leonardo de Argensola en 1604, cierto creo que son tantas las mentiras que los hombres flacos publican en el tormento como las verdades;y al fin yo conozco hombres dignos de mil muertes que en el tormento con su perseverancia se libraron dellas; al fin se remite 2 la lengua del reo la sentencia que se le ha de dar: 3 Bide... p. 192. Com matizaciones suscrbo el epigrafe que Francisco MARQUEZ VILLANUEVA dedics a ls fuentes en «El problems historiogrifice de los moriscos», £1 problema merisco (desde otras laderas), Madrid, Libertaras, 1991, pp. 166-171 148 Los moriscosaragoneses: una definicin mas all ‘Sharg al-Andalus, 12 (1995) los delicados o flacos dicen en el tormento lo que les dicta el dolor presente, sin memoria de la pena que, si confiesan, han de padecer, y conférmanse con el deseo del juez, que, afladiendo al dolor esperanzas y promesas (que es otro géncro de violencia), le persuade todo va encaminado a hacer justicia"®, Las carencias de la tesis que he vertebrado una gran parte de la historiografia morisca hasta estos momentos no terminan aqui, Lo apuntado cumple simplemente el objetivo de poner en entredicho su valor micntras dejo para un futuro estudio tratar, esta vez en profinndidad, toda la problemética que encicrra la cuestién religiosa de los nuevos bautizados en un mundo religioso y creyente como cl del siglo XVI Para el Consejo de Estado y el Santo Oficio toda la minoria era y vivia como moros Habla renegado del bautismo y conspiraba con los enemigos de la monarquia. Son las dos connotaciones que encierra el término morisco. De ahi su cardcter negativo. Define a los antiguos mudéjares por su condicién de revegados y rebeldes y afirma su fe y, por ende, su cultura musulmana, Por estas dos razones, por su flso cristianismo y por su taicién, fueron cexpulsados. También por eso se aplica indistintamente a todo el colectivo con independencia de su geografla y es el Gnico que se utiliza tras la expulsién cuando piblicamente han sido acusados de musulmanes y de enemigos de la corona, La condicién de criptomusulmanes, que tenian para la Inquisicién, explicaria que en su documentacién dominase el término morisco por encima de cualquier otro, Se evangeliza a los nuevos convertidos pero se desarma, se procesa o se encarcela @ los moriscos. Las negativas referencias que acaba por encerrar el término transcederin el marco religioso y politico, utilizindose, fuera del dmbito del Consejo de Estado y del Santo Oficio, para designar a los nuevos cristianos delineuentes. Asl, en Aragén, se califican de moriscos a los recientemente bautizados 0 a sus descendientes autores de actos © acciones social o politicamente reprobables. De moros se trata 4 los traficantes, nuevos bautizados, en trigo y ganado que en la feria de Alcalé no respetan la “vida”. YY moros son, asimismo, los que en dicha feria del afio 1576 resistieron violentamente (a pedradas) a los ‘guardas del general, Tambien se llama moriscos a los nuevos cristianos que asesinaron en Alba (Castilla) 1 unos corteligionarios suyos para robarles en tomo a 1600. Lupercio Leonardo de Argensola en st Informacién de los sucesos del Reino de Aragén en los afos de 1590 y 1591 titula el conflicto entre pontes de Juca y Sallent y las de Codo: De las discordias y casos entre los montafeses y mo- ARGENSOLA, Lupereio L., Informactén de los sucesos del reino dle Aragén en los aos de 1590 y 1591, en «que se advierte los yerros de algunos autores escrita por... Madrid, 1808, p. 67 (reedicion facsimiar Zaragoza, Rokle, 1991, Introduccién de Xavier Gil PujoD, Lupercto L. de Argensola escribis la obra en 1604 aunque se neg’ a publicara ante ls corecciones que le exiea introducir la censura, Permanecié inédita hasta 1808, Atrohive) D(putacibn) Zaragoza), Actos comunes 1576, Ms, 231, f. 128 149 ‘Sharg al-Andalus, 12 (1998) Gregori Coli Latome riscos’, Referencias que ilustran bien el concepto peyorative del término morisco que ya no sélo significaba al renegado de moros sino también al mal ciudadano, Para el historiador las cosas no deben ser tan simples como ya sefialé en su dia Francisco Mirquez Villanueva*, Si recurre a otros testimonios puede observar que la realidad de la minoria era mucho més compleja tanto respecto a si misma como respecto a Ia mayoria, Paraftaseando a Fernand Braudel, no habia un solo problema sino varios, EI morisco aragonés, objeto de este trabajo, tiene una personalidad diferenciada del granadino y valenciano. Frente a la pretendida indiferenciacién del aparato del “Estado”, la otra documentacién lo presenta integrado en la sociedad y en el orden politico aragonés yy posiblemente mis proximo a sus vecinos eristianos de lo que estaban sus “correligionarios” granadinos yy valencianos. Mis allé de Ia Inquisicién 0 del “ Catélica al émbito de Aragén, alli donde entran en juego otros aspectos y valores ademés de los religiosos stado”, cuando nos retiramos de la Monarqufa Universal y politicos, la consideracién y denominacién de los resientemente bautizados y de sus descendientes son bien distintas. En Jos contratos de indole diversa que se realizan ante notario, una vez superada la seneracién def bautismo que generalmente recuerda cl nombre musulmén del nuevo cristiano, la condicién religiosa de los intervinientes esté limitada a In minima expresién. En las capitulaciones rattimoniles, en los testamentos, en las procuras, comandas, etc. el descendiente de mudéjares se encuentra mayortariamente con su nombre y apllidos como el cristiano viejo sin que ningin apelativo recuerde su peculiar estado, Bl témino moriseo no aparece nunca’. Y el de nuevo cristiano, que tiene una comotacién bien distina, s6lo ocasionalmente. Cuando asi ocurre, se tiene la sensacién de que “inicamente por expreso deseo de Ia parte se recoge su condicién, No se trata de un requisito impuesto por Je sociedad crstana, lo que coostinuye un hecho para la reflexién. Sin embargo, lo més digno de resear cs que en multitud de operaciones y de actos ningin epiteto identifica al nuevo bautizado como tal. El historiador sblo tiene sus apellidos que en muchas ocasiones no fe sirven de mucho porque son totalmente cristianos, Relegado mayoritariamente el término morisco a los dominios del Santo Tribunal y del Consejo de Estado, las expresiones dominantes, utilizadas para designar a los hijos de los antiguos musulmanes, son las de nuevo convertido, nuevo cristiano 0 nuevo bautizado y de estas tres posiblemente sea la de nuevo cristiano la més usada. Con ella se fija su condicién de re- ARGENSOLA, LL, op. ct, p. 61 (MAnquez VILLANUEVA, Feo., «La criptohstoria morisea (Ios otros comversos)», El problema morisco. op. eit, pp. 1344, Id, «El problema hstorigrifco...», pp. 98-195. Debe entenderse que el autor no lo ha encontrado munca. 150 Los morscosaragoneses: una dfinicin mis alli Sharg al-Andalus, 2 (1995) ciente bautizado y, por tanto, en proceso de formacién en la verdadera doctrina y de integracién en la sociedad ctistiana, Sirve también de identificacin, cuando es nevesatio, frente a los cristanos viejos. Por eso es inseparable del mundo coneejil. Como es de todos sabido durante la Edad Media las tres comunidades que habitaban las tieras hispanas estaban organizadas a nivel municipal en aljamas y concejos. Tras la expulsién de los judios quedaron la aljama mora y el concejo cristiano, Con el deereto de bautismo de 1525 ta aljama desaparecié o se transformé en concejo, como se veré més adelante. Desde centonces la expresién nuevos cristianos designaba al concejo recientemente consttuido al mismo tiempo que lo acotaba y definia frente al de los viejos. Nuevos cristianos 0 nueva cristiandad designaré 1a pertenencia a Ia comunidad de los recientemente bautizados. En la documentacién seforial, que durante los tltimos tiempos he tratajado con el propisito de estudiar en profundidad a los moriscos aragoneses, los descendientes de los antiguos mudjares reciben sisteméticamente el nombre de nuevos cristianos cuya representacién ante el seflor, los otros concejos, las autoridades del rey 0 del reino la tiene el concsjo de los nuevos eristianos. Los cabreos, 10s censos, las concordias, las capitulaciones, etc. etc, las realiza en nombre de le minora, asentada en ocasiones en ‘un barrio del lugar, el concejo de los nuevos eristianos. Sélo después de 1610, en perfecta consonancia con lo expuesto mis ariba la expresién cristianos nuevos es sustituida por la de moriscos. Los que eran ruevos bautizados hasta el 28 de mayo de 1610 se convierten el 29 (dia en que se Tey6 el bando de expulsién en Zaragoza) en moriscos, término que irremisiblemente designara perpetuidad a la minoria Las cartas de poblacién se oforgarin para Henar ef hueco dejado por los moriscos, que en la documentacién de los respectivos sefiorios anterior al desticrro son nuevos cristianos. Los panegiristas hablarin de expulsidn de los moriscos. ‘Como he dicho, morisco es el témmino que define a la comunidad como musulmana, en su religion yen su cultura, y como tal enemiga de la cristiana. Sin embargo, « pesar de lo que machaconamente se ha insistido, ereo que es legitimo preguntarse hasta dénde eran realmente musulmanes los moriscos aragoneses y hasta dénde llegeba el antagonismo entre las dos comunidades. Para la Inquisicién, para el Consejo de Estado y para el gobierno de Felipe Il lo eran, También para quienes escribieron y alabaron 1a expulsién. Desde el siglo XVII la condicién musulmana y el odio entre las dos comunidades ha sido tuna especie de axioma sistemdticamente defendido. Conviecién tan profunda que hechos que admitian otras lecturas, mucho mas fructferas y ajustadas a la realidad, han sido utilizados para reforzar Ia vieja acusacién de renegados por la que fueron expulsados. Entre ese florilegio de hechos que permiten otras lecturas, tal vez merezea destacarse las representaciones teatrales que se hicieron en distintos pueblos moriscos en 1574 y Ia interpretacin que se les ha dado. Se trata de dos piezas en castella- 151 Sharg at-Andaus, 12 (1995) Gregorio Cols Latorre no, Auto de la destruycin de Troya y Comedia pastor de Torcato, En palabras de Francisco Yndurin, “obras de 1a mis remontada calidad literaria en la tomitica de nuestra cultura: guerra de Troya y comedia pastoril no nistica™, Su autor fue Francisco de Arellano, “sbitante en la villa de Anbel y natural de la Villa de Agreda”"”. Las obras fueron representadas al menos en Borja y Malejdn y evidentemente por moriscos en visperas de la Pascua de Navidad. En principio la representacién pas6 desapercibida, Era una mis de las actividades festivas que tenian lugar durante el invierno. Fue precisamente a raiz de la carta, que envié la Inquisicién a los comisarios y familiares, exigiéndoles que informasen “si endespués de la pérdida de la Goleta se mostré ‘muy largamente en los nuebos combertidos algiin regozijo o fiestas", cuando el comisario Marcos ‘Valforga de Borja concluyé que las comedias se habian hecho para festejar la caida de Ia Goleta ocurrida cinco meses antes. Incluso encontré una justificacion a su sospecha “se a bisto largamente por aber echo ‘una comedia de la destruicién de Troya en le qual conienfe ciertas palabras las quales ban sefialadas en 1 mesmo acto de la representacién que ba con esto”, Légicamente las obras fueron secuestradas y cnviadas a Ia Inquisicién, La actuacién del tal Marcos no fue excepcional. Por el contrario se mueve en tun contexto de denuncias generalizadas. Cada comisario respondi6 a la advertencia inquisitorial de la misma manera y cuantas fiestas hicieron los moriscos a partir de agosto fueron calificadas de celebraciones por la toma de la Goleta, 1a interpretacién del comisario de Borja es sin duda una de las posibles pero no deja de parecer sospechosamente tendenciosa y, en consecuencia, poco o nada ereible. La distancia entre el hecho de armas y los festejos, el momento de la denuncia y Ia naturaleza de las celebraciones restan verosimilitud 4 Tn acusecién que esti inducida por a Inquisicién y parece més una justficacién del eargo y una forma Leonardo de Argensola en su obra ctads, pero Lupercio no eseribié las Anotaciones a Cabrera de Cordoba sino su hermano Bartolomé L. de Argensola, quien a su vez si meneiona algunos aspectos, muy posiivos por cierto sobre los moriseos, pero no dice nada respecto a su habls y vestimenta, Las notas de Bartolomé Leonardo de Argensola a Cabrera de Cérdoba en CABRERA DE CORDOBA, L., Felipe Segundo, rey de Espana, Madrid, 1877, T Il, pp. 520-611 154 Los moriscasaragoneses: una definiciin mis ei Sharg al-Andalus, 12 (1995) las confesiones obtenidas por la fuerza, con tortura, tendrian una credibilidad limitada, También se ha sabido distinguir entre el mundo de los principios y 1a realidad, entre la teoria y la prictica, entre el catecismo, el tratado teol6gico, la obra ascética © mistica y lo que es la vida religiosa del pueblo, Pero gse ha tenido tal acttud ante los moriscos y las fuentes que hablan de su fe y de su religiosidad? La otra tesis que ha vertebrado una parte importante de Ia historiografia ha sido la del odio entre ambas comunidades. Ha sido tal su presencia en los iltimos tiempos que se ha considerado el antagonismo como el sentimiento que animaba las relaciones entre las dos partes. Sin embargo, cuando descendemos de las alturas de Ta politica y de la religion a a vida cotidiana de la comunidad aldcana o ‘2 los materialistas intercambios econémicos, el antagonismo se disuelve en unas relaciones que no difieren sustancialmente de las que mantenian Tos cristianos en su comunidad y los nuevos bautizados en lasuya s verdad que durante la centuria se encuentran conflictos que podrian argiise en contra de la tesis aqui defendida, Sin embargo, se puede replicar que por su nimero mas que contravenir confirman Ja norma general de una buena convivencia, Ademis, salvo puntuales excepciones, ni estén vinculados al grupo ni difieren sustancialmente de los habidos entre Jos propios cristianos © entre los mismos moriscos. Los altercados dentro de la sociedad jana en el Aragén del siglo XVI son tantos y tan graves y la delincuencia tan acusada que el rechazo mutuo no puede ser el argumento universal que cxplique la delincuencia entre moros y cristianos. Precisamente esa tensién social y politica, estudiada parcialmente®, explica mejor que cualquier otro argumento algunas de las medidas tomadas contra la rinorie, que incluso en un determinado momento Hega # ser su victima propiciatori. Es lo que ocurre en 1587 entre los montaiteses de Jaca y Sallent ylos vecinos de Codo. El conflicto podria ser eaificado de confesional, Sin embargo Ia cantidad de factores ajenos a los bandos, que intevienen, descarta su raturaleza religiosa como ‘nica y fundamental explicacién, El litigio, muy grave, es ante todo un cenfrentamiento entre ganaderos y labradores que, ante la inhibicién de unos y permisividad de otros, ‘termina por canalizar las graves tensiones sociales de la zona y politicas del momento. Los delitos, incluso los enffentamientos, no deben ocultar que son compaficros inseparables de uunas relaciones permanentes entre ambas comunidades que muestran una tendencia sostenida a la aceptacién mutua, al respeto ¢ incluso a Ia integracién all{ donde mis claramente podia manifestase: % Cora LATORRE, G. y SALAS AUSENS, J. A Aragén en el siglo XVI: alteraciones sociales y conflicos ppollticos, Zaragoza, Departamento de Historia Modema, 1982, 21 ste confloto esth por estudiar en profundidad, Una buena aproximacion al misino en CoLAs LATORRE, Gy SALAS AUSENS, J. A., 0p. cit, pp. 595-610. 155 ‘Sharg al-Andalus, 12 (1995) Gregorio Colis Latore cen Ia comunidad rural. Las pruebas de esta tendencia afloran inmediatamente al decreto de bautismo de 1525, El nuevo cristiano pretende ser igual que el viejo. Aspiracién que se coneretaba en un primer objetivo: pagar lo mismo. La primera percepcién que, sin duda, tenia el recién bautizado de la diferencia ue le separaba de sus nuevos correligionarios era precisamente econdmica. En los lugares de sefiorio los vviejos pagaban mucho menos que los nuevos. De ahi que eliminar este, para ellos, importante elemento de diferenciacién, fuera una de sus primeras reivindicaciones. Con parecida intensidad pretendia acabar ccon otro factor de distincién: la organizacién municipal. Con el bautismo la aljama desaparecia y, por tanto, debfa formar un solo pueblo con los viejos y estar bajo la direccién de un mismo concejo. Esta era posiblemente la aspiracién de los sectores mis acomodados de los recientemente bautizados. La misma demanda aparecié entre los cristianos viejos. Hace aos, en 1979, escribin que la dualidad municipal, coneejo y ajama, de as poblaciones con las dos comunidades se perpetué por el egoismo de los sefiores tras e] decreto del bautismo®. El concejo del lugar continué representando a Jos cristianos mientras la aljama fue sustituida por el concejo de los cristianos nuevos® que defendia los intereses de los recientemente bautizados. También sefialaba que en Caspo, Ia baila entonoes estudiads, habia habido, segin denunciaban los actos notariales, un movimiento, ue debié ser importante, protagonizado por gentes de ambas comunidades para formar un sole concejo™. Movimiento que fue abortado por el sefor, la orden de san Juan de Jerusalén a la que pertenefa Ia ciudad caspolin, entonces vill, Ahora, después de Ios investigaciones realizadas puedo afirmar que las soluciones fueron més complejasy el movimiento de integracin més amplio y de més largo sleance. En principio hay que empecar por distinguir entre realengo y seforio, En los lugares del rey la aljama desaparecié con ella los nuevos bautizados quedaron integrados dentro del resto de Ia poblacin bajo «el gobiemo y diteceién del concejo cristiano mientras su dite dirigente pasaba a estar insaculada en las bolsas de ls oficios del concejo, Bien cs cierto que, aunque el proceso de esta integraciin asi como los Aistintos cargos a los que podian accede est po estudiar, el colectivo parece que fue aceptado con todas sus consecuencis, A partir de 1526 ingresos y gastos de la aljama se integran en la administracién da viejo concsjo mientras los nuevos vecinos desempeian dintintos cargos, asst a los concejos generales 1 forman parte ds colectvo vesinal En el caso del seflorfo 1a respuesta es mas compleja. Donde sélo habia_nuevos cristianos no hubo ningin problema. La aljama se transformé en CoLAS LATORRE, G., La bailia de Caspe en los sigles XVI y XVII, Zaragoza, Institwelén Femando et Catdico, 1979, pp. 2631 %—Ihidem, p27, nota 7. Biden, p.28. 156 Los marisoosaragoneses: una definicin mas al Sharg al-Andalus, 12 (1995) concejo al mismo tiempo que desaparecian los oficios especificamente musulmanes. Empeaé a Hlamarse concejo de Muel, Alborge, Malején, ete. A partir de 1525 no he encontrado ni una sola vez la expresién aljama para referirse a una determinada poblacion que antes la hubiera tenido. Ni siquiera allf donde la poblacin era toda de nuevos bautizados, el término concejo se ha hecho acompafar del determinante nuevos convertides © nuevos cristianos. Cuando el lugar estaba poblado por las dos comunidades, 1a solucién por exceleneia, cuando fas dos comunidades tenian suficiente entidad, fue la perpetuacién de le

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