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La Relacién Estética: Notas para un Andlisis de la Experiencia Estética a partir de su Multiplicidad Intencional' RICARDO PINILLA BURGOS* Resumo Propomos um programa de indagagao fenomenolégica da experiéncia estética como um enquadramento adequado para unir los miltiplos aspectos intencionais que a dimens&o estética supde em toda a sua amplitude, enquanto modo especial de relac%io com o mundo, Para uma anélise dos elementos noéticos, aqui brevemente apresentados, propomos 0 esquema de H.-R. Jaus que coloca a experiéncia estética em trés planos: 0 receptivo, o criativo € 0 catértico ou comunicativo e transformador. A partir deles propde-se uma indagagio fenomenolégica do aspecto receptivo (aisthesis) e algumas questdes-chave daf decorrentes (sentimento, prazer, ruptura, transcendéncia, concrecao), entrando em didlogo com Kant e, a partir da fenomenologia, com Dufrenne e Merleau-Ponty, entre outros. Palavras-chave: admirac&o, comunicaso, experiéncia e relagao estética, fenomenologia, Jauss, Kant, prazer, recepgao, criagao Abstract This article proposes a program of phenomenological inquiry on the aesthetic experience as an appropriate framework to unify the multiple intentional aspects that the aesthetic dimension implies when considered, in its fullest extent, as an special way of relation with the world. For the analysis of noetical elements, we adopt the H.-R. Jauss’s scheme of aesthetic experience in three vectors: the receptive, the creative and the catarsis as communication and transformation. From them we introduce the outlines of the phenomenological inquiry of the receptive aspect (aisthesis) and some key-questions it proposes (feeling, pleasure, rupture, transcendence, concretion). We develop them in dialogue with Kant and from phemonenology, specially with Dufrenne and Merleau-Ponty. Keywords: admiration, aesthetic experience and relation, communication, creation, Jauss, Kant, phenomenology, pleasure, reception * Universidad Pontificia Comillas. pinilla@chs.upcomillas.es 1. Este estudio se entiende como un primer ensayo de un estudio mayor que abordaria tuna estética fenomenolégica completa, de la que aqui se esboza su programa y su inicio. Vol o> fase 201 391-416 Notas para un Andlisis de la Experiencia Estética a partir de su Multiplicidad Intencional Jauss suscribiria estas reflexiones, pero reivindicarfa la vinculacion con el placer y esa experiencia primaria de toda comprension y reflexion en torno a lo estético, y aqui es donde radica su relectura, tanto de la historia de la experiencia estética como de su interpretacién del arte moderno. Creo que la fenomenologia de la experiencia estética debe tomar buena cuenta de esta reflexién, surgida de otro lado desde el contexto de la filosoffa hermenéutica. Como conclusién podemos decir que la experiencia estética es esencialmente relacional, esto es, nos abre a un vinculo distinto a nosotros. Ese vinculo a su vez nos transforma o trastoca nuestra relacion usual con las cosas y los Ambitos donde se desarrolla nuestro modo de vivir estéticamente,”” también nuestro modo de comprender y de saber de las cosas y estar con ellas. §5. Sobre el aspecto receptivo: la aisthesis La experiencia estética no es sélo lo que su palabra (aisthesis) indica, es decir, sensacién percepcién, recepcién etc., pero no por ello negaremos que parte importante de ella consiste en un modo especial de percepcidn. Dado los limites de este escrito, me cefiré a anotar algunos elementos sobre este aspecto; sin que esto implique, como ya indiqué, una toma de postura sobre su relevancia mayor o menor respecto a los otros planos de la experiencia estética.* Con el término aisthesis nos referimos pues al sustrato perceptivo- placentero y contemplativo en la experiencia estética. Es el aspecto mas perceptivo, pero, como demuestra Jauss en su reconstrucci6n de la historia de la aisthesis en la praxis estética,” se puede afirmar que los cambios 37. Aquf cabria plantear incluso si ese émbito no nos pone sélo en relacién con lo otro, sino con los otros. Fl tema de la alteridad y de la intersubjetividad parece que sdlo aparece en la estética clasica cuando se discute acerca de los consensos del gusto, pero sin duda una relacién de tipo estético en las acciones y relaciones con el otro, puede y debe tenerse en consideracién, renovando de modo muy sugerente un planteamiento olvidado, sino ignorado por la Estética al uso, presente en cambio como uno de los viejos temas de la filosofia griega (Plat6n) en algunos importantes planteamientos de la Hlustracién (Shaftsbury, Kant). 38, Dufrenne aborda con acierto este tema acudiendo a algunos conceptos y a las facultades clésicas del conocer. Ast, nos va hablando de la presencia, la imaginacién, la percepcién, el entendimiento, el sentimiento, la expresién y la profundidad en torno a la percepcién estética, como los elementos que configuran la “actitud estética”; o.c., vol. II, pp. 11-119, Tendré presente este andlisis, que requeriria un estudio mucho més amplio para un estudio critico minimamente plausible. 39, Jauss~O.c., pp. 117 ss. 2011 411 412 Ricarno Pinitta BuRGos y caracterfsticas epocales de cada nuevo modo de aisthesis repercuten directamente en el modo de producir y de crear una obra de arte. Efectivamente la aisthesis tiene una evolucién histérica, como toda la praxis estética y lo que podamos describir de ella se inscribird en el marco de una determinada situacién histérica. Siguiendo a Jauss en su reivindicacién del placer estético se podria empezar diciendo que la aisthesis, entendida aqui como la percepcién estética en su aspecto més noético, seria una percepcion placentera, pero como ya distinguié Kant, no equiparable a cualquier placer o encanto. La pregunta central en torno al placer estético es pues: ¢qué tipo de placer es el estético?, y como preguntas colaterales debemos preguntar: gse puede hablar de placer (estético) en obras 0 experiencias cuyo contenido sea, por ejemplo trdgico, provocativo, inquietante, 0 incluso repugnante? La clave esta quiza en distinguir dos niveles distintos: el del placer, interés 0 admiracién que lo estético despierta como tal, y la valoracion (¢moral?, ¢sensitiva?, gantropolégica?) que tradicionalmente se hace del contenido nominal de lo que esa experiencia en muchos casos puede tomar como objeto de representacién desde unos cédigos compartidos, y que no pocas veces falsea la discusi6n acerca del verdadero efecto intencional estético de una obra o una experiencia estética en general. En la aisthesis es inherente asi cierto estado de contento, Dufrenne habla incluso de “alegria”, a pesar de que la obra, como ya se indicé, tenga contenidos contrarios a toda complacencia. En la aisthesis se da un estar bien con las cosas, o una admiracién (que podria ser estupefaccién). Estamos ante algo rompiendo u olvidando el orden cotidiano y personal de nuestros intereses, y no pedimos del objeto ad-mirado nada mas que su presencia o su transcurso pleno (si es una experiencia temporal). Si las expresiones placer, contento o alegria tienen demasiadas connotaciones positivas cabria hablar de admiracién 0 aprecio como factor comin general del objeto de nuestra aisthesis. En la aisthesis reparamos y fijamos nuestra atencién; aterrizamos en la cosa concreta... no para catalogarla o domefiarla, sino para que nos sugiera a partir de su singular individualidad. Pero gqué nos sugiere el objeto de la aisthesis? En primer lugar, y como condicién de posibilidad de interpretaciones y entendimientos posteriores, el objeto estético nos sugiere una demora; un olvido inicial de nuestra situacion. Se trataria del desinterés del que hablaba ya la estética inglesa del XVIII y tematizé Kant con precision. Si en la aisthesis admiramos es porque de algiin modo el objeto nos sorprende, nos violenta en nuestro modo cotidiano de ver y de estar ante las cosas. El mismo, seguramente se muestra rompiendo la significatividad Val 67 Focs QURPF 2019 Notas para un Andlisis de la Experiencia Esiética a partir de su Multiplicidad Iniencional de su semantica comtn, tanto en un plano material inicial, como en el plano posible de sus representaciones. Laraizintencional del desinterés quiza haya que buscarlaen la vivencia de cierta soberania por parte del objeto que se nos muestra estéticamente. Este pide mucho de nosotros; nuestra fijacién o atencién, nuestra apertura perceptiva emocional y aun intelectual a su estructura especifica y a su dacién concreta, y no meramente ejemplar. Estamos cuerpo a cuerpo con la obra, estamos a gusto, y a la vez en sus manos: “El objeto estético no toma siempre tantas precauciones con nosotros en el momento en que nos impone su presencia: nos somete a él en lugar de someterse a nosotros”.“° Y todo esto lo efectuamos en un acto contemplativo y abierto sin motivo utilitario a la vista. Nos pide nuestra comprensi6n sin un didlogo discursivo claro (ante una “densidad semantica y sintactica” como diria Goodman‘*'), nos pide nuestra reflexion sin ley explicita (parafraseando el concepto kantiano de “juicio reflexionante”). Ante esta subyugaci6n, o imposicién no se da por parte del sujeto perceptor una huida, o una reconversion pragmatica del objeto al mundo propio, sino una demora y un deleite ante el fruto del mero estar, contemplar, asistir o atender el objeto estético en su acontecer. Ante él me demoro, y me abro asi a lo extrafio ante mi, que es capaz de invadir mi subjetividad, mis ansias y temores més privados, mi ahora mds puntual... no soy tanto yo subjetivizando lo que percibo sino mi subjetividad la que es objeto de juego o subyugacién, al margen en cierto modo de mi voluntad, al menos en su intencionalidad mas patente. Por todo ello quizé sea la teorfa kantiana del desinterés el primer paso o clave de entrada hacia el verdadero interés estético. Mi interés estético fia “des-interesadamente” mi percepcidn, atencion, motivacin, emocion y comprension en un objeto o situacién que me abre a una forma siempre nueva de intimidad, en algtin sentido privada, pero que en absoluto es patrimonio de la soberanta de mi subjetividad. Digamos que me trasciende. A partir de estas breves notas comenzarfan a surgir ya diversos interrogantes; no solo en relacién con otras dimensiones intencionales de la experiencia estética, ya sefialadas, sino dentro de esa misma aisthesis. La cuestién mas frecuente, a la vista de lo desarrollado, es la cuesti6n del caracter placentero o complaciente, y sus limites un objeciones. Terminaré con unas reflexiones sobre este aspecto que nos ayudaré a perfilar algo mas la riqueza dimensién receptiva de la experiencia estética. 40. Durrewne - O.c., vol. Il, p. 112. 41. Cf. Gooomax, Nelson ~ The Languages of Art, VI-S; tomado de Ricoeur, P. - La metdfora viva, Madrid, 1980, p. 312, quien realiza una interesante interpretacin metafisica de esa peculiar situaci6n seméntica 413

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