me acomodo en su seno, mi fruto ms preciado. su olor entra en mi cuerpo mi piel ligera, volatil Y la brisa, y el sueo, hacen de mi su ave predilecta. Y en calma, en la penumbra de nuestra alcoba, Habito el silencio puro y llego hasta el origen mismo del sueo - soy el huevo filosofal de su existencia ella el maz de mis sentidos-. Y poco a poco, trada de sus manos En una implosin de la maana Vaca mis ojos de penumbra y La vida sonre como un renacimiento en el tallo de sus labios.