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Tal contenido corresponde al de os sectores sociales medios, de esta sociedad, Pero, por eso mismo, nadie puede pensar setiamente que de ellos pueda originarse un proyecto nacional con autonomia histaries alternativa a los proyectos de la bur questa o 2 os del proletariado y el campesinado. ‘Los sectores sociales medios son atravesedos por todas las, ccortientes ideolégieas, que expresan los intereses sociales basi cos que se articulan en la sociedad. Su conducts politica no puede ser. por consiguiente, ni homogénea para cada uno de sus ‘grupos, ni consecuente para uno cualesquiera de ellos. El pre dominio de una determinada conducte, en un determinado mo: ‘mento, depende del predominio que uno 0 més grupos puedan haber cobrado en esa coyuntura y de la relacién politica que Estos tengan alli con las clases bésicas de la sociedad. Esa situacion, a su vez, es determinada por el tipo de rela cones politicas que tengan entre si las clases basicas en eso coyuntura, asi como de los mecanismos e instituciones conere- ‘asen que la influencia de cada una de aquellas, pueda ejercerse sobre los grupos medios que marcan la linea predominante de conducta del resto de ellas en ese momento. No es, por eso, idéntica la conducta concreta que se puede esperar de los gr pos de autoridad intermediaria, como las Fuerzas Atmadas y la Burocracia Tecno:protesional, con la que puede esperarse de ‘otros grupos sociales medios no ligados a esas instituciones, @ pesar de que e! contenido social de ambos tipos de grupos me- dios es basicamente @! mismo. Si colocamos ahora estas cuestiones, en relacion con los ccondicionamientos y tendencias sefaladas en el esquema prece: dente sobre las alternativas de cambio en la dominacién impe rialista, se puede percibir que la chance que cada una de las alternativas que se han subrayado como las inés importantes ppuedan llegar a tener en el caso peruano, dependen, hoy dia, ante todo del modo como se desenvuelvan las relaciones po ‘cas entre las clases bisicas y, por fo tanto, del modo cbmo stas logren, 0 no, tener presencia hegem@nica en la determi: nacién de la conducta concreta del Estado peruano, En otros términos, del desarrollo de 1a lucha de clases en esta sociedad Ciertos inteligentes observadores de la actual situacién pe ‘uane, como el Prof. Erie J. Hobsbawm (4), no obstante reco nocer que Ia orientacién nacionalista de este regimen no lege hasta ser definidamente antiburguesa, puesto que esté cierta + mente en favor de un desarrollo capitalista nativo aunque bajo el control de un sector estatal dominante, conciuye que la inexistencia de una burguesta nacional ta debilidad de las em- ‘preses privadas, obligard a un crecimiento del sector estatal has- ta equiparar ala situacion peruana ala que hoy existe en los pot ses de Europa del Este, En tal caso, arguye, podria ser perti rrente discutir la deseabilidad de amplias burocracias estatales, fen Una sociedad subdesarrollada; pero a menos que se asuma que lo que hoy existe en esos paises (Bulgaria o Rumania, por ejemplo} es el capitalismo, eso$ problemas no son suficientes para calificar un regimen como “burgués-reformista” En tal virtud, segin Hobsbawm, la estrategia de desarrollo que los ge- nerales elaboran puede ser debatibie, pero no puede ser calif cada de “proimperialista” y “procapitalista" (5) La esperanza del Prof. Hobsbawm repose, pues, no tanto en las caracteristicas reales del “modelo peruano” actual, sino en luna supuesta inviabilidad de éste por la inexistencia de una burguesia nacional. Sin embargo, tal vez no es prudent ir tan figero en este problema. Porque, sin duda, un asunto es inexistencia de una burguesia nacional, cuyo hecho se ha trata (414. Hotsbgium: Peru: The Peculiar “Revolution”, oubiicado en Now York Review of Boake, 16 de ciiembye de 1971. (Ha sidp rr ‘ducigo y publicade en Lime, en of Suplemento Politico de La Cro ‘ice, fale oficiaeta oe Lima). (51E.. Hobstawm, op. ci 2 do en estas paginas de mastrar y explicar por el curso neocolo- nialista del imperialisma en este pais, y otro asunto enteramen te diferente es la simple negaci6n de la burguesia en esta socie dad abil como es, indudablemente, comparads con la brasileia © mejicana, la burguesia peruana existe no, desde luego, como nacional, sino en tanto que burquesia neocolonial, salvo los estratos de mediana y pequeiia burguesta urbana y rural, sin ceapacidad de competir con la anterior, Negar simplemente la cexistencia de aquella burguesia porque no es nacignal, seria también una mera "devaluacién del lenquaje". A menos natu ralmente, que el Prof. Hobsbawm probara que lo que existia en el Peris antes del actual regimen, era solamente un conjunto de sectores medios y de proletariado y campesinado, y la Unica burguesfa ere la extranjera imperialista for otra parte, nO se ve porqué debe descartarse automat sumente la inviabilidad del fortalecimiento, dentro de ciertos Ii mites, de los grupos urbano-industriales dé la burguesfa nativa, “i al mismo tiempo se admite la palmaria realidad de los esfuer 208 del regimen militar, para ineentivar el crecimiento de Ia em: presa privada nativa en todas las areas de actividad no incluicas fenel exclusive control estatal, ¥ esas no son de poca importan Cia: Ia industria estrictamente manufacturera, la construccién, el comercia interno y los servicios. Se puede admitir sin dificultad, que el desarrollo de la bur: quesia nativa privada, podria no aleanzar la magnitud neces pparaerigitse como dominante frente al sector estat, si se man tiene la tendencia de desarrollo del capitalismo de estado. Pero no se justfica descartar, en la presentes circunstancias, la posi: bilidad, de una prolongada coexistencia en una economia capi talista, de un sector estatal dominante con un sector de empre: sa privada importante aunque subordinada al primero, y atin més, en estrecha asociacién con él. Y, ademés, si bien desde el punto de vista de las tendencias de largo plazo, existen las ba- Ses para avizorar el crecimiento del sector estatal,éstas no son suficientes como para esperar que eso ocurra a un plazo proxi: mo y sobre todo, en la magnitud neceseria para generar una si tuacién andloga a la que existe hoy en Europa del Este. El Prof, Hobsbawm adelanta, quizds, demasiado sus deseos sobre la realidad. Si, todos estos elementos son puestos en relacidn con la tendencia del regimen militar a asociar a la burguesta imperia: lista a los proyectos del Estado, no sélo financieramente sino tn la produecién misma y en la gestion de las empresas (minas, petréleo, principalmente, y en la comercializacin internacionat de minerales), la perspective propuesta por Hobsbawm aparece todavia més incierta Por todo ello, el Prof, Eric J. Hobsbawm, brillante historia dor del capitalismo briténico del siglo pasado, no acierta al co- loca en una apenas parcialmente correcta visién de la realidad peruana (inexistencia de una burguesia nacional), 0 en el nivet de la psicologia de los generales (“las intenciones de los gene- rales no son dudosas”), sus buenos deseos para el curso “antin perialista"” y “anticapitalista de la “peculiar revolution” perus: Si, las intenciones cuentan, Pero, como el propio Hobsbawm admite, ni aquellas son tan claras ("Sin embargo, fas medidas de los generales no son intentados para ser anti-business"), ni hhay porqué olvidar el adagio de los antiguos chinos, que ense fiaba que de buenas intenciones est empedrado el camino del infierno. tra es pues la arena en ls cual esta historia seré decidida: '2 dela lucha de cases. Una vez mas, de las relaciones politicas en: tre la burguesia (imperialista y nativa) y el proletariado y el campesinado, y de las relaciones politicas que con cada uno de ellos tengan los especiales grupos medios que hoy detentan el poder, depende Ia orientacién que en adelante pueda quiar la conducta del actual regimen y el carécter del proceso en sv

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