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era un factor que ayudaba a lograr alimentos y a procrear, por tanto este rasgo fue
favorecido por la evolucin, y ha llegado a nuestros das.
Es decir, somos agresivos por naturaleza. Lo mismo podemos observar en casi
todas las especies, donde existen luchas entre sus miembros por territorio y por
control de las hembras. Sin embargo esta violencia rara vez termina en la muerte
de un oponente, parecen existir ciertas reglas tcitas de combate.
Todas las sociedades han tenido algn tipo de tradicin de combate, los griegos, los
romanos, los egipcios, mltiples artes marciales en las sociedades orientales, y en el
fondo, parece que los humanos, siendo conscientes de los beneficios de la violencia,
pero a la vez de los peligros de la agresividad desenfrenada, la impulsiva, la que
genera guerras y genocidios, hemos optado por generar una vlvula de escape a
nuestra agresividad natural y estrs interno, canalizndola como una expresin
fsica bajo ciertas reglas, y asociada a cdigos de honor.
Muchos estudios demuestran que las personas que practican algn tipo de lucha
(artes marciales, boxeo,) tienen mejor autoestima, ms disciplina, ms
autocontrol y menos posibilidades de implicarse en cualquier tipo de crimen. Como
deca Miyamoto, el fin ltimo de saber luchar es no tener que hacerlo.
El cuerpo de un luchador
Suficiente filosofa. En realidad la idea que quiero compartir hoy tiene ms que ver
con el cuerpo que deberamos tener para luchar, ms que la lucha en s, y cmo
entrenar para lograrlo.
Sabiendo que las peleas fueron parte de la evolucin humana, y en muchos casos
marcaron quin sobrevivi para procrear y quien no, parece lgico pensar que
tener un cuerpo listo para luchar, aunque nunca sea necesario, es una buena idea,