Você está na página 1de 22
REVISTA DE DERECHO ¥ JURISPRUDENCIA EDICION BICENTENARIO DOCTRINAS ESENCIALES DERECHO CIVIL OBLIGACIONES TOMOTL RAL TAVOLARI OLIVEROS DiRECTOR we Fsta obra se terminé de imprimir et 28 de diciembre de 2009 © Copyright 2009, Editorial PUNTOLEX S.A ISBN Obra Completa 978-956-8541-84-2 ISBN Tomo 1 978-956-8541-86-6 Inseripeién N° 187131 Registo de Propiedad Intelectwal de Chile “THOMSON REUTERS PUNTOLEX ‘Av. Lib, Bemardo O'Higgins 1302, ofiina 41, Santiago ‘Mesa Central (562) 361 3400 - Fax (562) 361 3405 ‘wot puntolex.c Impresoen Argentina Derechos Reservados PRESENTACION Doctrinas Esenciales, Edicién Bicentenario, es una obra que contiene una cuidada seleccién de los articulos de destacados juristas y académicos, que a lo largo de cien afios se han publi- cado en la prestigiosa Revista de Derecho y Jurisprudencia de la Editorial Juridica de Chile. Esta obra comprende las tematicas mas relevantes del derecho chileno, cuya evolucién queda de mani- fiesto al consignar los trabajos con criterio temnético y no cronol6gi- co, cuestién que resulta gravitante al momento de analizar la problemética juridica actual. Eltexto que entregamos en esta oportunidad corresponde aun tema del Derecho Civil, referido a los diferentes aspectos doctri- narlos que presentan las Obligaciones, ala luz delos comentarios ‘yanilisis de autores nacionales como Fueyo Laneri, Lopez Santa Maria, Claro Solar y Alessandri Rodriguez, entre otros, y de la traduccidn de clasicos del derecho tales como Demogue, Planiol yMazeaud, ‘THOMSON REUTERS PUNTOLEX en coedicién con la Editorial Juridica de Chile entregan al mundo juridico chileno esta publi- cacién en el aiio del bicentenatio, convencidos de que constituye una obra histérica, en la medida que recoge cien afios de labor intelectual de los juristas chilenos més reconocicios, y la pone a disposicidn en un formato de lujo. THOMSON REUTERS PUNTOLEX Editorial Juridica de Chile LOS ARTICULO: 1490 Y 1491 DEL CODIGO CIVIL (1) JORGE GONZALEZ VON MAREES nie: Rj Doct Ta XV Nea. 5.6808 (Gia Westaw-Chller ser 2008 ANTECEDENTES HISTORICOS 1, Bl wea que nos proponemos Analigat en el presente trabajo es tal vez uno de los ands interesantes de nuestro derecho civil, canto por ser las dispostcfones con que encabe- zamos estas lineas creacién netamente original de! legisledor chileno, ‘como por la importancia que ellas tienen en la practica juridica, Los articulos @ que nos referimos dicen como sigue: “Art. 1490. Si-el que debe uina cosa mueble a plazo, 0 bajo candicién suspensiva o resolu toria, la enajena, no habra derecho dle, reivindicarla contra terceros po- seedores de buena fe" Art, 1491, "Si el que debe un inmueble bajo condicién to enajena, 010 igrava con hipoteca, censo 0 servidumbre, no podré resolverse la enaje- acién o gravamen, sine cuando la condicién constaba en el titulo res: pectivo" “inscrito, u otorgada por escritura paiblica’. [Antes de entrar al anélisis de las disposiciones vigentes, haremos un. répido estudio sobre su origen y gestaciGn, y sefialaremos, al efecto, las numerosas modificaciones que sucesivamente les hizo el distinguido re- dactor de nuestro Cédigo Civil, don Andrés Bello, hasta darles su forma definitiva, ya transcrita, Este pequefio examen, ademas de no carecer de interés dados Jos valiosos antecedentes con que contamos para hacer lonos serviré para comprender on soguida con mayor claridad las pala- bras del egislador. 2, Una simple lectura de los actuales articulos deja de manifiesto que cel fin que sus preceptos persiguen es amparar a las terceras personas de buena fe que pudieran ser injustamente perjudicadas por la aplicacién rigurosa de los perjuicios generales que reglan la teoria de las condi- clones. Segtin esos prineipios, el efecto normal de la condicién, una vez cumplida, es retrotraer las cosas al estadlo en que se encontvarfan si elle no hubiere existido; de manera que todos los actos juridicos que al dere- cho condicionat se refieran, celebacos por el poseedor de él en el tieipo intermedio entre ef nacimiento de ese dereche y el cumplimiento de la condicién, se resuelven junto con la resolucién dle aguel derecho cond cional Era la teorfa ungnimemente aceptada por cédigos y tratadistas en Ja época en quic el seiior Bello dio comienzo a su monumental tarea de redacrar un Cédigo Civil para nuestro pais, Asi, por ejemplo, el Cédigo de Napole6n, que sirvié de modelo al senor Bello para ie confeceién de! nnuestio, deefa, al hablar de esta materia, en su articulo 1163, atin vigente: "La condicién resolworia es aquella gue, una ver cumplida, acarrea Sa revocacién de la obligacidn y vuelve a dejar las cosas en el mismo estado quest a obligacién no hubiera exiscido”. Rogron, por su parte, comentan. do este articulo, se expresaba en los siguientes ¢érminas: “Asi, todas las cenajenaciones hechas por el xereedor a quien la Cosa habia sido trans- ferida, las cargas, as hipotecas impuestas sobre esta cosa, dlesaparecen; porque es de principio que, desde el momento en que los derechos que se tenian sobre una cosa se extinguen, todos los que se han constituido sobre esta misma cosa se extinguen igualmente: Resoluti jure dantis, solvitur jus aceipientis (0, Con estos antecedentes, no es de extrafiar que don Andrés Bello si- guiera, en sus primeros proyectos, el camine hasta entonces por todos aceptado, y diera, en consecuencia, a las disposiciones que con esta ma. teria se relacionaban una redaceién. en armonia con dichos principios. 43. BL primer proyecto de codigo civil en que se toca esta cuestidn, esel que comenzé a publicarse en el Areucanio ntimeto 627, correspondiente al 26 de agosto cle 1842 y que contiene Ia parte referente a los contratos obligaciones, continuacion del proyecto anterior, que trataba de la su- ‘esidn por causa de muerte, publicado en el mismo “Araucan” en los aos 1641 y 1842, Este segunda proyecto de los contratos y obligaciones convencionales continué publicandose en dicho periédico, con varias interrupciones, hasta el niimero 800, correspondiente al 19 de diciembre de 1845, fecha en que la publicacién termind bruscamente (2), Bl artiewlo 14 del Titulo 111 De las obligaciones condicionales del pro- yeoto de 1842-1845 dive como sigue: Art, 14, Los gravémenes impuestos (2) Rogron. Code Civil Espliqné. Comentario al art 183. los elactos de este artculo esta: muy ateruiados por las disposiciones del a 2279 demo Cio dela Ley de 23 de marzo de 1855, sobreansergeiones hiporecatas, (2) Obras de don Andeés Bello, Edie6n del Consejo de Instrucclén Piblice. ‘Tomo XIL Inwoducelén, pagina | sobre la especie qite se posee bajo una condicién resolutoria, y sila espe- cle fuere raiz, las enajenaciones que, en el intervalo entre el contrato y el evento de la condicién, se hubieren hecho de ella, se resuelven y anulan por el evento dela condicién, Mas, en el caso de Ia enajenaciin, el acreedor podré a su voluntad perseguir la cosa enajenada, 0 pedir que io indemnice el éeudor; y eieg do uno de estos medios, no podra después recurrir al oto. Lalectura cle este articulo da a entender que la primera idea del sefior Ballo fue seguir la corrlente general, segiin Ia cual la condici6a resoluto- via debe obrar siempre retroactivamente; la frase “se resuelven y anulan por el evento de la condicién” asf lo manifiesta Es interesante observar la distinciGn que el ilustre redactor del pro- yecto hizo en el primer inciso del articulo transcrito, al referitse prime- ramente sélo a los gravaimenes de las cosas en general poseidas bajo con. dicién resolutoria yen seguida a las enajenaciones de las especies ratces poseidas bajo dichacondicidn. ;Culera el objeto que esta distinci6n per soguia? La respuesta resulta un tanto dificil; sin embargo, padria encon- trarse, tal voz en que, al igual que on ol Codigo Francés, tuvo intencién ot sefior Bello de establecer en nuestra legislacion, para los bienes mucbles, el conocido principio consagrado por el articulo 2279 de aquel eédigo, cen virtud del cual el dominio de las especies muebles se adquiere, salvas algunas excepciones, de pleno derecho con la posesién, cualquiera que sea el titulo de adquisicién (en fait de meubles, ln possessidn vat ttre). En este caso, aunque se resolviera el derecho del poseedor condicional, laaceién reivindicatoria intentada contra el tercero vendria a esteellarse con el preceptoen cuestion. Igualmente interesante es la disposicién del inciso segundo, que da derecho al acreedor para optar entre la reivindicacién y la indemniza- cid de perjuicios; pro, “elegido uno de estos medios, no podré después recutir al ot” 4,Tenemas 2 continuacién el llamado "Proyecto de 1847", que contic~ ne el “Libro de las contratos y obligaciones convencionales’, impreso en Santiago, en agosto de ese aio (3). El articulo 44 de este proyecto - Titulo TIL “De las obligaciones condieionales corresponde el articulo 14 del proyecto anterior. Con algunas innova ciones. Dice el referide articulo: [Art 44, Los gravamenes impuestos sobre la especie que se debe bajo condicisn suspensiva, o que se posee balo una condiciin resolutoria, y sila especie fuere raiz o mueble precioso, Jas enajenaciones que, en el (8) Obras de don Andrés Ballo Op. cle ot GOnRiLeZ VON Mantes intervalo entre el contrato y el evento de la condicién, se hubieren hecho de ella, se resuelven y anulan por el evento de le condicisa, “Mas, en el caso de la enajenacién que se anula, el acreedor podré ‘a su voluntad perseguir la cosa enajenada, o pedir que le indemnice el doudor,y elegido uno de estos dos medios, no podré después recurrir al Sicomparamos esta redaccién con Ia del proyecto anterios, notamos que ellas difieren tin tanto, Primeramente, paxece que el sefior Bello cre- 6 necesario incluir en la disposicidn a las especies "que se deben bajo luna condicién suspensiva’, distinguiéndolas, por consiguiente, de las ‘que “se poseen bajo uina condicidn resohutoria’. Por nuestra parte, no ve- mos el objeto de esta distincién y estimamos que hay redundancia en estas frases, pues, ambas situaciones son, en realidad, s6lo una mism lo que se debe bajo condicién suspensiva se posee bajo condicién reso- utoria, y vieeversa, Equipard, en seguda, el sefior Bello los “muebles preciosos” a las es pecies raices, en el sentido de que, eratandose de unos u otras, se resol vverfan las enajenaciones que de ellos se hubieran hecho en el intervalo entre el contrato y el evento de la condicién. Pensaba, tal vez, el distin- guido redactor del proyecto excluir, en atencion a su valor, a esa clase de muebles del prineipio general a que més arriba hemos hecho referencia. 5. Bl articulo del Proyecto de 1847, tal como lo dejamos coplado, su ftié posteriormente diversas maditicaciones, algunas de ellas sustan: cfales, que sintotizan las muchas evaluciones que en la mente del setior Bello experiments la teoria all sustentada. Tenemosa la vista el ejemplar impreso de este proyecto en que don Andrés Bello, de su puto y letra, estampé las numterosas correcciones que sucesivamente fue haciendo a sus articulos, y que dieron por resultado la publicacién de un nuevo pro: yecto, el aio 1853, Con el auxilio de una lente hemos logrado deseifear estas anotaciones, que creemos de interés reproducit, dada su raro valor histérico y de hermenéutica (4), 6. Parece que el sevior Bello, al revisar una vez més el artiewlo que consideramos (44 del Proyecto de 1847), comprendié Ia redundancia de las expresiones “la especie que se debe bajo una condiciOn suspensiva, 0 que se posee bajo tuna condicién resolutoria’, por la razén ya apuntada; (4) Flejemplar a que nos seferimas y oxo que mencionamos més adelante, nos fueron facilitados por don Alitedo Sante Maria Sy forman parte de fa biblioteea det x Presidente de Ia Repibliea don Domingo Santa Maria, hoy de don Ignacio Santa Maria. Encontramos en el primero de estos jemplares fa siguiente ebservacién, es- impada con tint: "Todas es notas que contiene el presente proyecto "iuevon dicta tlasoeseritas porel§.D. Andrés Bello, autor dé. Sant mayo £2.de Lae, (Firmodo) ROpaso a esto se debe, sin duida, que se decidiers « suprimir, tarjéndola, In frase "se debe bajo una condicion suspensiva, o que” delarticulo, que volvié a quedar en su primitiva forma del Proyecto de 1842-1845. Con todo, esa redaccién tampoco satistizo a don Andrés Bello, quien, después de hacer al articulo unas cuantas pequefias correcciones defor ‘ma; opto por darle otra, enteramente nueva. La disposicibu, eonsidera- blemente acortada, queds como sigue: “Art, 44, Los geavémenes impuestos sobre la especie que se posee bajo wna condicién resolutoria, como prendas, hipotecas, 0 censos, se resuelven y anulan por el evento cela condicién, Accontinuaeidn, en articulo separado, que signé 44 b,, se refirié ala situacion especial de engjenaeién, y dis ‘Art. 44 b, Sise enajena la especie raiz 0 mucble precioso que se po- see bajo condicidn resolutoria, el acreedor, cumplidala condicién, podré reivindlicar la especie o mueble, y tendré derecho a que se le indemnice de ios costas dela reivindicacién y de los deterioros culpables. “Posiré también el acreedor renunciar fa reivindicacién, y pedir que el deudor le inderanice de todos los perjuicios sufridos. Pero elegido uno de estos dos medios no podrs recurrir al otto, ia cosa enajenada no fuere propiedad raiz 0 inueble precioso, s6lo tendré derecho a la indemnizaci6n de perjuicios” 6) 7. Todas las correceiones y modificaciones inttoducidas hasta aqui sélo habian variado la forma del articulo primitivo, dejando mas o me: nos intacto el fondo, es decir, el espfritu de la disposicion, Bruscamente, sin embargo, en un nuevo borrador, encontramos que ya no se limit6 el sefior Bello a hacer meros cambios externos al anterior proyecto, sino {que invieti6 completamente la teorfa en 6 contenida, Este nuevo borre 5) esp eet mo cso hy cao pegs pinto neo, ada nod otal psec abo se fdacado pass complemen aad posit Las copes en equ Je cate caadeelensjenador de logue debiabalo conden soho vi deios que hablar poder: Fe tacndose forts ose bles cuted el enjendor os que hes ply evtrabtenlendosedelnensenscion i Gt Bree pscedon que tooconncnictocely concn o con median seaport staraente responsible de os deters cue mis Motudiera cou ee tae de os deters preducide no so el que esjns to que posajo condiaan esl sn el que adqulsia cn naenadl “conden do todo tts el chajntot Yo que cba bj condita resi bltrcetposaor qv avo eqnocmento de coreg e gue cou meal ignca desu part pado ene dor, estampado a mano, wn poco mas abajo del articulo impreso y cuyas rnumerosas enmendaduras dejan constancia de las ortas fantas vacila- clones que al redactarlo experimenté su awor, dice ast Art. 44. Siel que debe una cosa bajo condicién suspensiva la engjena ‘la grava con hipoteca, prenda, censo o servidumbre, la enajenacién 0 gravamen se resuelve o anuila, cumplida que sea la condicisn. Coa todo, sila cosa fuere raiz.o mueble precioso que se distinge fécil- mente de los de su especie, subsistird la enajenacién (0 gravamen) (6) y el deudor indemnizaré al acreedor. Pero sila condicion fuere porestativa de] deudar, subsistird en todos casos le enajenaciéa o gravamen (7) Stel que posee cuslqulera cos bajo condtein resohatoria la enajena ola grtva se seguir las isms reglas(Sovigy 120 Signe a continua siéninnevoatieso, 4 eomplemento del precedent. “Art. 4b, Lox ss capone nel pge dae ede con spent ria. (Code Civil 1183, con el coment. ce Rogron). Pati Basta comparar esta nueva letra del articitlo 44 con Ia precedente para percibir el contraste entre una y otra disposicién. Segcin las prime- ras redacciones, la regle habia sida que s6lo procedfe accion reivindica- torla contra los terceros poseedores cuando se uatara de inmuebles 0 muebles preciosos; en cambto, por el nuevo proyecto, la aceién reivindl- ceatoria, ¥ ble precioso”, En otras palabras, las doctrinas de uno y otra proyecto san ab- solutamente opuestas. ble por regia general, no lo es "sila casa fuere raiz 0 Pot lo que se refiete al diltimo Inciso del articulo, ya hemos manifes. tado la redundancia que, a nuestro juicio, hay en distinguir al deudor (8) bajo condicién suspensiva del poseedor bajo condicién resolutoria 8B. Con estos antecedentes llegamos al Proyecto de 1853, donde nos encontramos con los articulas 1686 y 1657 (Libro TV, Tilo 111). La pri- mera de estas disposiciones contiene, refundida, a teorfa general ya sus- tentada en el ensayo que acabamos de analizat. Dice este precepto: "Art, 1666. Si cl que debe una cosa bajo condicién suspensiva la ena- jena o la grava con hipoteca, prenda, censo 0 servidumbre, la enajena- cléno gravamen se resuelve cumplida que sea la condicién. (6) La palabra “gravamen” ostétarjada en ese inciso, pero no on los dem {@) Este tneso aparece "tarjado"tegramente. ee (@) Enel capitula siguiente analizaremos a propiedad de esta expresién, * Sie] que posee cualquiera cose bajo condicién resolucoria a enajena aguiran las mismas reglas’ olagrava, se 5 Insiste, como seve, el sefior Rello, en distinguir al poseedor bajo con Aicidn resoluroria del deudor bajo condicién suspensiva, Por lo que respecta al segundo de esios articulos, 1667, puede ob- sorvarse desde lttego que ya se acerca mucho @ muostro actual articulo 1491, puesto que, sin aceptar ahora la excepcidn absoluta que para los inmuebles y muebles preciosos se consultaba en Ja tiltima modificactén senalada del articulo 14 del Proyecto de 1847, conserva esta limitacién a la regla general para el caso de los inmuebles y tratandase de terceros ‘adquirentes de buens fe, en ciertas y deierminadas circunstancias. Este articulo esta concebido en los términos siguientes ‘arts 1667, La cesolucién de que hablan los dos articulos preceden- tes (9), no dara derechos contra terceros ele buena fe, que hayan adquirt do inmuedles que se debian condicionalmente a otras personas, sino en tl caso de haberse inscrito en el registro del conservador de bienes raices Jas escrituras de los respectivos contratos condicionales. To mismo se aplica a los derechos de censo, nipoteca o servidusbie, constituidos a terceros de buena fe, sobre Inmuebles que se debian | con. dicionalmenie-a otras personas. So reputardn de mala fe los terceros que, antes de Ia adquisicién del inmueble, o de un derecho real en él, hayan tenido noticia de ka con cién suspensiva o resolutoria a que estaba afecto el inmueble 9, AL igual que el de 1847, el Proyecto de 1853 fue muy corregido y modificado por don Andrés Bello, Tenemos también en nuestras manos celejemplar de este dltimo proyecto en que e! sefior Bello anoté personal- mente los cambios quee creyé necesario hacerle ‘ome ios anteriores, ubo que sufi el articulo 1667 Enprimerligas, varias Correcciones. Por la primera de ellas, quedé como sigue: “Art, 1667. La resolucién de gue hablan los dos articulos precedentes no perjudica- ria terceros de buena fe, que bayan adguirido inmuebles que se debfan condicionalmente a otras personas, sino en el caso de haberse inscrito tenel registro del conservador, los respectivos titulos condictonales salvo si éstos se hnbieran otorgado antes de! dia en que haya empezado a ser obligatoria !a inscrip (@) © otso articulo a que se ahude es el 1665 que correspond al 1489 del cédigo. “Lo mismo se aplica a los devechas de usuisucto, uso, habitacién 0 servidumbre constituidos en ellos’ Bl rercer inciso no sulrié alteracién, pero fue completado con este otro: La noticia sera dada por un ministvo de fe puiblica a nombre de cual ‘quiera que tenga wn inierés actual o eventual en le cosa’ Como las demas, tampoco satisfiz0 :cién al senor Bello pues le tarj6, y rehizo mas abajo el articulo en los siguientes térmlnos: "Art, 1667, La resolucin de que habla el articulo precedente no per- judicaré a terceros de buena fe que hayan adquirido Inmuebles que se debian condicionalmente a otvas personas, o derechos reales eonstitui- dos en ellos, (sino en el caso de hallarse inscrizos en el registro del con- setvador los respectivos titulos condicionales)" La frase entre paréncesis hue a su ver tarjada y el articulo completado con este inciso’ ‘No podra alegarse buena fe por parte de los tercero silos respectivos titulos condicionales se hallaban inscritos en el registro de conservador altiempo de transferfiseles lus inmuelles de-cunstietfeseles los derechos reales silas personas a quienes se debian los inmuebies les notificaron ‘oportunamente la condicién a que estaban afectos”. 10. En este punto de su trabajo, el sefior Bello volvié a cambiar una vermés de opinién sobsela materia, Hsttmnd, sin duda, el ilustre codifice dor quela excepeién hecha hasta entonces alos tereeros de buena fe para eleaso de enajenaciones 0 gravamenes de inmuebles, era equitative y de justicia hacerla extensiva a las enajenaciones de especies muebles, era equitativo y de justicia hacerla extensiva a las enajenaciones de especies muebles de cualquiera clase ¥ modifico a este efecto, sustancialmente, el articulo 1666, ya transcrito sustituyendo en é! al principio general la siguiente regla de excepcién “Art. 1666. Si el que debe una cosa mueble a plazo, o bajo condicién suspensiva 0 resolutoria, la enajena, no habra derecho de veivindicarla contra terceros poseectores ce buena fe” Como se ve, corresponde esta redaccién exactamente ala del articulo 1490 del texto definitive del Codigo Civil, 11. Porsu parte, el articulo 1667, para quedar en armonfa con la nue- va forma de la disposicidn precedente, hubo de ser modificado una vez mis en su texto. En efecto, en una papel pegado ala pagina respectiva del proyecto impreso, enconteamos el siguiente nuevo borrador: “Art. 1657, Siel que debe un inmueble a plazo o bajo condicién resolutoria, la enaje- ules 1 ms 2 na, ola grava con hipoteca, censo 0 servidumbue, no podra resalverse La enajenacién o geavamen, sino en los casos siguientes: L. Cuando la condlicién o plazo constaba en el rtulo cespectivo, ins- crito,uotorgado poreseritura piblica, (yIaenajenacién ola constivucién del gravamen se verifico en los 30 dies subsiguientes a la inscripcién o escritura. 2. Cuando el acreedor, antes de la enajenacién o la hipoteca, censo o servidumbre, lnubiere interpuesto protesta contra cualquiera de estos actos, y notificandolo por un por un periédice del departamento 0 de- partamentos que se hallare fijados en tres de los parajes mas piiblicos de cada uno de ellos. “3, Cuando la referida enajenacidn constitucién se haya verificado en los 20 dias subsiguientes a la fecha de a inscripetdn o eserittra, sna ceferidla inscripeidn 0 escritura la, ..expres6 el pago del pre- cio o fa otra obligacidn a que estaba sujeto el adquirente, cesaré toda ac cl6n del acreedor contra texceros poseedores del inmueble, o la hipote- ca, aunque en realidad no se hava hecho (10), Después de una nueva revision de este articulo, el senior Bello cre y6 conveniente conservar sélo los dos primesos néimeros del borrador lranscrito, agregando, eso si, al primero de ellos la frase que hemos co: plado entre paréntesis y que corresponcle al ntimero tercero. En cuanto al iltimo inciso, puede observarse que tiene en el fondo, mucha analogis con el segundo del articulo 1876 del Cédigo. En Ia forma indicada, hizo el seftor Bello sacar en limpio la disposi- ci6n. Sin embargo, en sw afin de perfeccionar el proyecto definitive que habria de reprosentar aa aprobacién del congreso, el ilustre codificador corrigié una vez mas el artfculo que, refundido, quedé como sigue Art. 1667. Si el que debe un inmueble bajo condicién resolutotia, lo cenajena, 0 lo grava con hipoteea, censo 0 servidumbre, no podra resol verse Ja enajenacién o gravamen, sino cuando la condicién constaba en eltivulo respectivo, inserito, u otorgado por eseritura publica. ‘Como es fécil observarlo, la anterior redaccién sélo se diferencia de Jadefinitiva en que en ésta se suprimié con muy buen acuerdo, anuestro juuiclo, (1) el adjerivo “resolutoria” después del sustantiva condicién, (10) Debide a a pequenieay poce claridad de la letra del stir Bello ya las co receiones que hizo a este inciso, No estamas del todo seguros sla redaccldn cans: rita eorresponde fielmente al orignal. El espacio con puntos suspensivos cores: onde a una palabra entre ineas que nos fue imposible descifrar. (11) Véase mas adelante nota dela pagina 8. A. Analisis General 12, De la sola lectura dle estas disposiciones y de sus antecedentes hist6ricos, que ya conocemos, se desprende que ambas se refieren a los diversos aspectos de una misma cuesti6n juridica, En atencién aesta cir cunstancia, optamos por estudiar conjumtamente los dos preceptos; que sou bien pudieron,# nuestro jo, quedar comprendides en un séla articuto, Slexaminamos el articulo 1490 podemos observar que la ley contem- pla en esta disposicion el caso det deudor a plazo o bajo condicién, de una cosa mueble, que, antes de cumplirse la condicidn o vencer el plazo, enajena dicha cosa a wh tercero. Pueden presentarse aqui dos situacio: nes:0 el tercer edquirente lo fue de buena fe, os decir, gnoraba, al tiempo de Ia adquisicion, la existencia de la obligacin modal o lo fue de mala fe, 0 sea, conocia la existencia de dichs obligacién, En presencia de estas dos obligaciones, quiso e! legislador proteger al tercero que hubiere ad- quirido la especie de buena fe, y neg por esto toda zecién en su contea; concedié, por el contrario implicitamente, accién selvi coma, los terceros que hubieren adquieido la cosa cle mala fe. Las palabras del articutlo 1491, aunque menos precisas que las del 1490, envuelven; con relacién a los inmuebles, In misma idea de aquél, como la veremos mas adelante. 13. SI bien a primera vista lu interpreracién que hemos dado a las disposiciones en estudio parece la Ginica razonable y de acuerdo con su. tenor literal, un ligero y elemental raciocinio nos demostrara que la idea del legislador no pudo, en ningiin caso, ser las que dichas disposiciones parecen manifestar ‘Tanto del articulo 1490 como de! 1491 se desprende, segiin lo hemos ‘manifestado que si una persona debe una cosa a otra bajo tal o cual mo. dalidad, y enajena dicha cosa, podra aquel a quien se debia la especie, es decir, el acreedor, una vez vencido el plazo o cumplida la condicién; reivindicarla contra el tercer poseedor que, en el momento de adquirir la especie, tuvo conocimiento de la obligacién modal que ligaba a su. causante. Un sencillo ejemplo aclarard los conceptos. Supongamos que uuna persona, A, ha contraido con otra, B, la obligacién de transferirle el dominio de cierto objeto cumplida determinada condicién; A es, en con- secuencia, deudor condicional de B: sila condieion se cumple, A queda obligado a transferir a B el dominio de ese objeto, y B, en su calidad de acreedor, tiene derecho para exigir de A el cumplimiento de la obliga- ci6n, Ahora bien, de los articulos que analizamos se desprende que siA, tos antes de cumplirse 1a condicién, enajena la cosa a un tercero, C, pot elacreedor una vez, cumplida la condicion, reivindicar la cosa contra C, si éste, al momento de adiquiriria two conocimiento de la existencia de Ja obligacién condicional de A, a favor de B asi esta constaba en la forma prevenida en el articulo 1491, sea que se trate de una especie mueble © de un inmueble, Si analizamas el ejemplo que precede, nos encontramos con la st- guiente curiosa situacion juridica; B, antes de verilicarse la condicién, era acteedor condicional de A y, verlticada aquella, pas6 a ser acreedor puro y simple; adquiri6, en consecuencia un derecho personal pata ob- ener de su deucoria entrega del objeto debido, es decir, el cumplimiento dela obligacién, A, sin embargo, no puede hacer a B iradici6n del objeto, porquie lo ha enajenado aC, haciendo legitimo uso ce su derecho de do: ‘minio, En esta situacién, B, que no puede obtener la especie de A, e: facultado, segtin las disposiciones que analizemos, para reivindicarla de nanos de C, su actual poseedor. Lo que, en otros términos, quiere decir {que B, simple titular de un derecho personal contra A, esté facultade, sin ‘embargo, por la ley para dara este derecho cardeier real, y perseguir, pot ‘consiguicnte, la oopecte miema, «i ésta ba pazado a terceras manos 14. Es posible lo anterior, dentro de los principios de nuestra legisla- cién civil? Sabemos que In accién reivindieatoria salvas excepciones que no vie~ nen al casos sélo puede ejercitarla el .propietario o dueno de una cosa que no esta en posesién de ella, contra el actual poseedor (art. 889 Céd, iv). Ahora, en el caso propuesto, B no es ni ha sido nunca propietario, de ia cosa que A le debe: sélo tiene contra éste, como ya hemos dicho, tun Derecho personal de crédito, jus ad rem, para obligarlo a transferirle el dominio de esa cosa, a a que le indemnice los perjuicios consiguien tes, en caso de Incumplimiento o de mora. gDe dénde nacetia entonces, ese derecho de dominio que a ley parece conierira un simple acreedor? {Con qué titulo podra ejercitar B acciGn reivindicatoria contra el posee- dor de una cosa sobre fa que no tiene ni ha tenido nunca un derecho real y que sdlo sele debe por otra persona? Es esto sencillamente un absurd, y sila voluntad de la ley fuera I sehalada, habria el logislador echado por tierra, de una sola plumada, toda la teoria de los derechos reales y personales, y con elle, gran parte del edificio de nuestra legislaci6n civil. 15, Por las anteriores consideraciones debemos coneluir que el sen: tido de las disposiciones en estudio no puede ser el que se desprende de st tenor literal, y que la interprezacion de las palabras del legislador debe ser otra, que no esté en pugna con Ios principios generales que in- formaron en su labor al distinguide cedactor del Cédigo, Por otra parte, tanto Jos cribunales como los comentadares ce estos precepios han con- cordado undinimemente en la Interprecacién de sus términas y dandoles siempre, por lo que a esta cuestidn se refiere, el unico sentide aceptable que ellos tienen en derecho. Si nosotros, a riesgo de pasar por sutlles, hemos podido Hlegar a interpretar las palabras del legislador en forma de Hegar a conclusiones tan inaceptables como la que hemos analizado, es por que estimamos que en un estuclio critico como el presente es preciso considerer todas las situaciones, ms atin si se toma en cuenta que en el caso en cuesti6n la fel interpretactin del lenguaje de la ley debe condu. cir forzosamente a! resultado a que a nosotros nos candujo, 16, Bs evidente que en nin mento iuvo la intencién don Andués Bello de dar en estos articulos alcance real 2 una accldn exelusivamente personal, como os fa que tiene el acreedor conte su deudor para exigir el cumplimiento de la obligacidn, y estimamos, por eso, que no hay en todo més que un defecto de redaccidn, consistence en el empleo, poco acertado, « nuestzo jtticio, del termino “deber". Bfectivamente, Ia palabra "debe’, empleada en ambas disposiciones, hace pensar, como es natural, en el concepto de obligacién, cs decix, de derecho personal, presto que la acepcién juridica de esta palabra es estar obligado a hacer 0 a dar algo. Bsindudable, sin embargo, quel sentido que el redactor del Cédigo qui 50, en este caso, dar a dicha palabra no pucio ser el comatin y corriente en ellenguaje juridico, y que, lejos de querer significar al dendor ordin: ‘que ha contraido una abligacién a favor de otra persona, es dectr, al deu- dor en el sentido juridico y prociso de la palabra, al referirse aquila ley al ‘que “debe” tal o cual cosa no ha podido sino significar al propietario poseedor condicional oa plezo, 0 sea, ala persona que tiene un derecho real de dominio sobre ese cosa; pero limitado ese derecho por un plazo 0 el evento de wna condicién. Asi se desprende de la redaccién general de ‘estos artieulos y de Ia idea de reivindicacién que ellos llevan envuelta, y as{ también se deduce de la lectura de los primeros proyectos del senior Bello, en que, como tavimos ocasién de ver, se refirié claramente, no al deudor, sino al poseedor condicional. Aplicando esta segunda interpretacién al ejemplo puesto mas arriba, tendrfamos que A seria duefio del objeto hasta el momento de verificarse elhecho que constituye la condicién: cumplida ésta; A perderia su dere- cho de dominio, el que pasarfa a B. Este, por su parte, verificada la con- dicién, estaria facultado, segtin los principios generales, en su calidad de propietario no poseedor, para ejercitar la accion reivindlcatoria inhe- rentea su derecho de dominio, con el objeto de entrar en posesidn legal de la casa. Porlo tanto, silos articulos 1490 y 1491 no existieran, el tercer adquitente, C se veria, en todo caso, privado por B de su posesién en vir- ud del efecto retroactive que produce ta condicion una vez cumplide, efecto que, ya lo hemos dicho, trae como consecuencia la resolucién de todas las enajenaciones y actos de disposicién en general efectuados por el poseedor condicional antes de cumplirse la condicién. El legislador, empero, por consideraciones de equidad y conveniencia social, creyé det caso nogat, en aquellos articuios, la accién reivindicatoria en contra de los terceros de buena fe. 17. Creemos iniitllinsistir sobre este panto, cuya evidencia, como ya observamos, no ha sido contestada hasta ahora. Preciso es reconocer, con todo, que los comentzdores de estas disposiciones del Cédigo incu- rien generalmente en el mismo error del legislador y aceptan sin reser- vvas el lenguaje por él. empleado (12). Copiamos a continuacién algunas de las lineas que @ esta materia dedica don Arturo Alessandri R,, en st obra “Della compra-venta y de la promesa de venta’ Dice el sefior Alessandsi, refiriéndose a la condicién resolutoria técita por falta de pago del precio en el contrato de compra-vente: EI comprador que no ha pagado el precio es deudor de le cosa bajo condiviéu suspensiva porque st nolo paga oportunamente se resuelve su dorecho y nace el del vendedor, a quien debe resticuirla. Su derecho a la cosa es, por lo tanto, eventual. Desde el momento del contrato se produ- cen dos situaciones: el comprador adquiere la cosa con [a condicién de pagar el precio oportunamente parano perderla; y el vendedorla entrega con la condicién de que vuelva a su poder si no se paga aquél. Al mismo tiempo que el comprador la adquiere, contrae la obligacién de entregarla al vendedor si no paga el precio. Luego, éste tiene un derecho a ella en ‘suspenso: es aereedor de la cosa bajo condicién suspensiva, siendo, a su. ‘vez, el compracior, deudor de la misma en esa forma. La condicién con siste en la falta de pago del precio. Sieste se paga, la condicién falla; pero sinose paga, se ha cumplido y el comprador debe restituirla al vendedor. sta obligacién de restituir la cosa que contrae el comprador es la canse- cuencia del articulo 1489 de Cédigo Civil que dispone que en todo con- ‘ato bilateral se subtiende la condicién resolutoria de no cumplirse por una de los contratantes lo pactado, porque, como dijimos, la condicién resolutoria en el fondo no es sino una condici6n suspensiva. Queda pues establecido que el comprador es deudor dot inmueble vendido (13). Estamos de acuerdo con el seftor Alessandri en que el derecho que el comprador tiene sobre la cosa eventual: si no paga el precio oportu- (12) Vease, sin embargo, la obra de don Fernando Vélez “Estudio sobre ef [Derecho Civil Colomasiano’ tome VI pig. 109, Nos. 42 ysiges. (13) Alessandr, Dela compra-ventay dela promese ce venta, tomo Il, pig. 815, Ney 238, Jonge GonzAuez VON Mantes namente, se revuelve su derecho y nace el del vendedor; el comprador _adquiere la cosa con la condicion de pagar el precio oportunamente para no perderia, yel vendedor le entrega con la condlicién de que vuelva asa poder sino se paga aquél. No podemos sin embargo aceptar sus palabras cuando dice que el comprador, al adquirir la cosa, contrae la obligacién de restituirla al vendedor si no paga el precio en la forma debidea, es de- cir se constituye deudor condicional de la cosa con relacién al vendedor, quien es el acreedor de la misma en esa forme. Como ya lo hemos expuesto, no puede, a nuestro modo de ver, ha- Diarse aqui de obligacitn, ni de deudor y acreedor Porlas razones que dimos més artiba, ni el comprador que no ha pa gado es deudor de la cosa bajo condicién suspensiva, ni el vendedor es acreedor de ella bajo dicha condicién: no hay aqui obligacién, ni dere- cho personal de ninguna especie. Desde el momento en que el vendedor efecttia la tradicién de la cosa al comprador, este se hace dueno de ella; pero su derecho de dominio no es pleno, sin restricciones, sino que est limitado por el evento de la condicién, potestativa o mixta, deno pagarel precio en el tiempo debido: siesta condicién negativa se cumple, el dere- ‘cho de dominio del comprador se resuelve y renace con retroactividad, el del vendedor. Lejos pues de ser la relacién entte el vendedory el compra: dor que no lia pagado el precio de la venta la de un simple acreedor con ‘su deudor (en lo que a a cosa vendida se refiere) es mucho més estrecha ya que constituye, podrfamos decir una especie de fideicomiso en que el vendedor es el fideicomisario y el comprador el propietario fiduciario, 18. Debemos concluir, después de lo expuesto, quela redaccién dada por el legislador a las disposiciones que analizamos no es exacta, juri- dicamente considerada. Més acertado y de acuerdo con el espiritu de Ia Aisposicién habrfa sido a nuestro juicio, conservarla exprosién “st el que pose un inmueble (o mueble). etc., empleada por el sefior Rello en sus primeros proyectos, La letra de la ley habria quedado, asi, mas de acuer- do con su intenetén, 19. Explicado ya el sentido de las palabras della ley en cuanto al fondo de la cuestidn, cabe preguntarse que razén de ser tienen ciertas diferen- cias de forma que presentan los articulos 1490 con el del 1481, observa- remos que hay entre uno y otro dos marcadas diferencias de redaccién, asaber 1. Elarticulo 1490 dice “no habrd derecho de reivindicar” la cosa, que €1 1491 preceptiia que “no podra resolverse la enajenacién o gravamen’; Los ARTICULOS 1990 ¥ HDL ost COMIGO EVIE 239 2. Bi articulo 1490 habla del que debe una cosa mueble “a plazo, 0 bajo condicién suspensiva o resolucoria’, en que el articlo 1491 sélo se refiere al que debe un inmueble bajo condicion” 20. El primer punto no ofrece, en realidad, mayores dudas ni dificul- tades, Al decir et legislador “no podr resolverse la enajenacién o grava- men” no ha quetido sino expresar la misma idea que en el articulo pre- cedente, eso si que, traténdose en este caso también de la constitucién de hipotecas y otros gravémenes, no creyd propio el sefior Bello emplear el érmino “reivindicar’, y opt6, creemos que con razén, por ode “resol- ver", empleado hasta entonces en todos sus proyectos anteriores. ‘Sin embargo, la redacci6n del sefior Bello adalece de un serio defecto, pues, al decir “no podiré resolversc la enajenacién parece entenderse que el legislador hubiera concedico al interesado la facultad de interponerla accién resolutoria directamente contra el tercero, y dado, en consecuen- cia, a esta accién un cardcter real, que no tiene, Copiamos en seguida un parrafo muy explicito de la obra ya citada del sefior Alessandri, en que pone de relieve este defecto de redaccién “Bl articulo 1491 —dice el senor Alessandri— comtiene un gravisimo error de redaccién. Dice que “no podra resolverse la enajenaeién” con lo {que parece dar a entender que el Cédigo concede la accién resolucoria ccontta los terceros poseedores, haciendo creer asi que esta accién es real ‘que puede ditigirse dircctamente en su contra. Pero como hemos visto, ella es meramente personal contra el compradar y sélo resuelta el con: ‘rato hay accin real contra los terceros. Los contratos se restelven entre Jas partes que los han celebracio, Como esos terceros no han intervenido en él, nilran contratado con el vendedor, éste no tiene nada que resolver con ellos. Su titulo deriva del titulo del comprador. Una vez cesuelto éste, se resolveré el del adquirente y de ahi que al resolverse aquél se resuelve éste, Esees elespfritu de esadisposicién, pero en maneraalgunaexpresa, como ereen algunos, que la accién resolutoria es realy que puede inten tarse contra los terceros. Por eso es preferible la palabra “reivindicacién” que emplea a propésito de los muebles el articulo 1490, ya que la accién que va, contra los terceros es de esa especie y no resolutoria 4)”, Encontramos muy justificada esta critica. Sin embargo, no estima: ‘mos que la, palabra “relvindicaci6n’ sea, como en articulo 1490, te que mejor cuadre ala disposicién. Fl cédigo, repetimos, habla en este articu- Jo de la constitucién de hipotecas y otros gravamenes, y si bien es cierto que todos los derechos reales son reivindicables, es precisa tener presen- ‘te que no se trata en esta caso, de una reivindicacién proplamente tal de esos derechos, sino que de su extincién. Optamos pues como el sehor (14) Alessondri Tomo Ul, pég. 814, N° 1770. Bello, por e! término resolucién, eso si, que en lugar de deci no podré resolverse dirfamos simplemente como el mismo senor Bello lo hizo en otros de sus proyectos no se resolverd la enajenacién o gravamen, dando a entender con esto que dicha resolucién no proviene de la accién inten tada directamente contra el tercera, sino que es el efecto legal e inme- diato de la resolucién del derecho del causante, La aceién reivindicatoria sélo es la consectiencia cle esas resoluciones. 21, Nos queda por considerar Ia segunda diferencia de redaccién se- ftalada, Antesde entrar aestudiaria en detalle, creemos el caso recordar las vacilaciones que el sefior Bello experiments al redactar los diversos proyectos, en lo que dice relacidn con el punto que tocamos vimas en el estudio de los antecedentes Histéricos de estas disposiciones, que en sus proyectos emple sucesivamente el sefior Bello diferentes expresiones para indicar la situacion a que descaba referrse, y son las siguientes : "st el que posee bajo condicién resolutoria’, ‘si el que debe bajo condicion suspensiva’, ‘si et que debe bajo condicidn suspensiva o posee bajo con- dicién resolutoria’ siel que debe a plazo 0 bajo condicion resolutoria si el que debe bajo condicién y, finalroente, en el texto definitivo si el que dobe a plazo, o bajo condicién suspensive v resolutoria (art, 1490) y “shel que debe bajo condicién’” (art. 491). Esta variedad e incertidumbre en el lenguaje nos prueban que el sefior Bello no estuvo completamente po. sesionado de los principios que en estos preceptos quuiso hacer tmperat, confirma esta opinién ef andlisis que a continuiacién vannos a hacer de las varias sicuaciones contempladas por el legislador en el articulo 1490, 22. Ya hemos visto que al referirse ia ley al que “debe" tal o cual cosa no ha querido significar a la persona que se ha obligado para con otra a hacerle tradicién de dicha cosa sino a aquella que siendo propietaria de una especie mueble o inmueble, esté sujeta, sin embargo, a perder su derecho de dominio por el vencimionto de un plazo o el evento de una condicién, Partiendo de esta base, tenemos que ¢l asticulo 1490 prevé tres situaciones diferentes: 4) La del que os duefio de una cosa mueble plazo, es decir, hasta da cierto, determinado o indeterminado; ) La del que es duefio de una cosa mueble bajo condicién suspensi vary 6) La del que es dueno de una cosa mueble bajo condicion resoluto- Pasamos a estudiar detenidamente cada una de estas tres situacio- nes. 28. a} Comienza la ley por contemplar el caso de sma persona que ha adquitido a plazo la propiedad de una especie mueble, y enajena dicha especie ances de venderse aqueél, Fl slo enuneiado de esta situacin manifesta que el legislador in- curtis aqui en un error sumamente grave, que afecte al fondo mismo de la cuestion, Se eoloca en efecto, la ley en ta sittacion de una persona que tiene su derecho de propiedad sobre una cosa limitado por eierto plazo, vvencido el cual ese derecho pasaaun tercoro; ahora bien: es un prinelplo fundamental de nuestra legislaciéa civil que el derecho de dominio no pueda ser constituido hasta dfa cierto, es decir, Iimitado por un plazo. Esta idea, ademas de estar en pugna con a esencia misma del derecho de dominio, la ha techazado expresamente el propio legislador, al referirse alassignaciones restamentarias a dia (Codigo Civil - Libro it, tuto TV, parrafo 3) Dice el articulo 1087 del Cédigo Civil “ia asignacién hasta d to, sca determinado o no, constituye un usufructo a favor del asignata rio’; disposieién que es también aplicable alos actos entre vives, segiin le proviene ol arricnlo 1408 del misma Catiga. Tenemns, entonces, 4 lo transferencia 6 transmlsién del dominio sobre una cosa hasta un cierto, determinado o no, (plazc), constituye sélo un usufructo a favor del adquirene, Siendo, por lo unterior, el que “debe una cose a plazo”, como dice el articulo 1490, sélo un mero usufructuario de esa cosa, resulta del todo imposible que pretenda enajenarla, ya que nadie puede enajenar vali: damente una cosa ajena. En el mejor de los casos podria esta persona enajenar el goce de su derecho de usufructo, pero como este derecho y consecuentemente también su goce, se extingue con el vencimiento del plazo, consolidéndose con Ia nula propiedad no cabe ni fa més remota Idea de reivindicacién de parte del nudo propietario que nada tendria que reivindicar. A 1o més podrfa exigir que se Ie hiciera ontrega material del objeto y esto de cualquier detentador de él, de buena o mala fe. Porlas observaciones que preceden, debemos concluir quelareferen- cla que el articulo 1490 hace al que “debe una cosa a plazo" es exrénea, ¥ debié, por lo tanto, ser eliminada por la Comision Revisore del proyecto de don Andrés Bello. 4. b) Llegamos a la segunda de las situaciones contempladas en la Aisposicién que anelizamos: es ella la det duefio de una cosa bajo con icin suspensiva, que la enajena antes de verficarse el hecho de que pende le condicion |AGn a riesgo de contradecir, ademés cel sefior Bello, a autores emi- nentes, como Laurent, Baudry-Lacantinerfe, Planiol y muchos otros, nos acrovemos a afirmer que, como la anterior, es ésta una situacién impo- sible, tanto juridicamente considerada, como desde el punto de vista de los hechos. Sabemos que es de Is esencia dle la condicién suspensiva, como su. nombre lo indica, suspender Is adquisici6n de un derecho. ;Cémo po- dria, entonces, poseerse ese derecho bejo tal condicién? El articulo 582 del Cédigo Civil nos define et dominio dicfendo que es “el derecho real en una cose corporal, para gozar y disponer de ella arbitrariamente”, por otra parte, el articulo 1479 del mismo Cédigo define le condicisn sus- pensiva como aquella que, mientras no se cumple, “suspende la adqui- sicién ele un derecho". Tendriamos, entonces, que “deber tuna cosa bajo condicién resolutaria’, 0 sea, ser duefio de una cosa bajo condicién sus- pensiva, significaria, ni mas, ni menos, ser propietario de esa cose y no serlor tener el derecho de gozar y disfrutar, ete. y poder ejercitarlo, y ¢la vez tener ese derecho en suspenso, es decir, no tenerlo. Lacontradiccién, como se ve, no puede resultar mas palpable, ya que aceprar esa situacton equivaldrfa a aflrmar y negara ke vez ua anise hecho. 25, Para robatir las anteriores objeciones podria tal vez argitirse que el legislador no se ha referido precisamente en este caso al dueio actual de una cosa, pero bajo condicisn suspensiva, situaciones que como he- mos demostrado, son absolsttamente contradictorias sino al caso muy diferente, por cierto, del que sélo tiene un derecho de dominio on su penso, es decir, una mera expectativa de adquirirlo, y que, en estas eir- cunstancias, enajena la especie, ‘Tan Inaceprable, sin embargo, es ésta inteligencia como la preceden te, porque quien sélo tiene una expectativa ningtin derecho adquirido tiene; no podria, en consecuencia, enajenar mis que esa expectativa, y esta enajenacién, considerada la cuestién desde nuestro punto de vista, ennada afectarfa a terceros. 26, Podria atin hacerse valer un argumento, a prineca vista abrumme- dor, en contra de la afirmacién, que hacemos que es juridica y material mente imposible la existencia actual yefectiva de un derecho de dominio bajo condieién suspensiva, Este argumento lo constituye nada menos que a propia ley, que reconoce expresamente esta clase de dominio. Dice ol articulo 680 del Cédigo Civil: “la tradicién puede transferir el, dominio bajo condicién suspensiva o resolutoria, con tal que se expres afirma, pues, categdricamente ia ley que se puede ser dueno bajo condi- Los anricuLes 1490, 1491 Det Copiga CAL 25 cidn suspensiva,¥, segtin el conocido aforis no puede el hombre negarlo, legal, lo que la ley afirma, A pesarde lo concluyento, el argumento.no tiene mayor valor. Segain dicha disposici6n, la tradicién puede transferir el dominio bajo condi- cidn suspensiva; pero, repetimos nosotros, ;cémo es posible transferir un derecho y suspender a la vez su adquisicion hasta que se verifique determinado acontecimiento? Si alguien transfiere vélidamente el do minio de tal 0 cual cosa a otra persona, quiere decir que ésta se hace duea del objeto; no hay suspensién ni término medio posibles: por- ‘que, ols tradicién se verificay transfiere el derecho, ono se verifiea yno transfiere nada, Fuera otra la realidad, nos verfamos forzados a aceptar que dos personas pueden ser separadamente duefios actuales dela tota- lidad de una cosa, y que, en consecuencia, podria aparecor el dominio de tun inmueble inscrito en el Registro del Conservador de Bienes Rafces a nombre de estas dos personas, sin que por esto se las considerara como ddueios proindiviso: una de ellas seria duenio actual puro y simple, y a otra también lo seria, pero bajo condicién suspensiva Cieemos quello dicho basta para no dejar duudas acerca ely alse de esta segunda situacién. 27.) Réstanos por considerar ol terver caso, es decir el del duesio de tuna cosa bajo condicién resohutoria, que la enajena antes de produeirse el hecho eventual de que depende la extincidn de su derecho. Esésta, en realidad, la nice, situacién que juridicamente puede pre- sentarse, y por eso sélo a ella nos referimos al interpretar mas arriba el lenguaje del iegislador. Como ya hemos tenido ocasién de decitlo, segiin los principios generales, el evento de Ia condicién resolutoria trae como consecuencia la extincién del derecho para la persone que lo poset, ¥ su nacimiento efectivo para quien hasta entonces sélo habla tenido la expectativa de adquirinlo. Dijimos también que el efecto dela condicién, tuna vez cumplida, es retrotraer las cosas a su estado primitiva, de tal manera que la resolucién del derecho sujoto a condicién acarrea la de todos los actos de disposicion ejecutadas sobre él en el tiempo interme- Gio, Ahora, siaplicamos estos principios al caso en estudio, tendrfamos como también hemos visto que, ¢ no existir los articulos 1490 y 1491, et due adquiriera una cosa de quien tinicamente fuera duefio condicional della, adquirira, igualmente, so un dominio condicional sobre dicha cosa, yestarfa sujeto a perder su derecho por la eircunstancia de verifi- carse a condicién que limitaba el de su causante. Los referidos artfculos han atenuado estos efectos en la forma dicha Ate cis Debemos concluir, pues, que les frases “a plazo” y "bajo condicion resolutoria’ (15), que la ley emplea en el articulo 1480, estan de més, yha- brfa bastado, para los efectos de esa disposici6n; el término “condicién’, sin otro aditamento, tal como en el articulo 1491. (Concluiedy 15) Obsérvese que decimos condicién resolutoria"; hemos hecho notarya que ‘deber’ como dice Ia ley, bajo esta condicidn equivale a ser peopietario bajo condl- LOS ARTICULOS 1490 Y 1491 DEL CODIGO CIVIL (1) JORGE GONZALEZ VON MAREES Facater RD} Doct ‘ira Westaw chile: DOSE ron V0 X06 B.Aleance. Hemos procurado estabiecer en 103 ntimeros precedentes el sentido de tas palabras del legisladot; quédanos por determinar su aleance, A primera vista, esta ditima cuestién no parece ofrecer mayores di- Acultades puesto que la logiea nos dice que los referidios articules serdin aplicables siempre que se tenga un derecho de dominio condicional. 0 sea, siempre que se “deba” una casa mueble o inmueble bajo condicién y se enajene o grave dicha cosa, La cuestién no es, con todo, tan sencilla, Sin duda alguna, si fueran las disposieiones de los articulos 1490 y 1491 las Unicas que reglamentan en ef Codigo Civil tos efectos de la ena- jenaci6n de las cosas que se deben " condicionalmente a otra persona, ef problema no offeceria mayores dificultades, y no habia lugar a vacile clones, Empero, la situacién es otra, Hay, efectivamente, en el mismo Cédigo, un tituloentero en que ete sgistador ha regiamentado minuciosamente el dominio condicional ylos ‘efectos que produce la enajenacién o gravamen de los ebjetos que sélo ‘se paseen condicionalmente. Las disposiciones a que nos referimos son Jas del Titulo VIM del Fibro TI del Codigo Civil, que habla de la propiedad fiduciaria Enese titulo, articulo 733 y siguientes, define la ley fa propiedad fidu- ciaria como aquella que esta sujeta al gravamen de pasar a otra persona, por el evento de verificarse una condicién: la situacién corresponde, por Jo tanto, exactarnente, ala del que “debe” condicionalmente una cosa a otro, contemplada por los articulos 1490 y 1491. Agrega el artfculo 73 que el fideicomiso, es decir el derecho de dominio condicional, no pue- de constituirse sino por acto entre vivos, otorgado por instrumento pi blico, 0 por acto testamentario; y este dominio, constituido en la forma prescrita, queda sometido a las disposiciones de dicho titulo. Dado Io anterior, nos enicontramos con el siguiente problema: sila ley determina detaliadamente en el tinulo de Ja propiedad fiduelaria las condiciones a que esta propiedad queda sometida y ios efectos que pro- ducen las enajenaciones o gravamenes de las cosas que se poseen fidu- clarfamente, es decis, condicionalmente, (arts. 751 y 757 Cod. Civ), ysi cen ese mismo ticulo expresa categdricamente que este especie de domi: nio sélo puede constituirse con jas solemnidades que alli se exigen, ma- nifestancio as{ que todo dominio condicionel constituido por el bombre dobe regise por dichas disposiciones, zen qué casos podran tener apli- cacin los articulos 1490 y ¥491, que se refleren preelsaniente a la misma ‘cuestidn? ;Cémo armonizar ést0s preceptos con aquellos? 29, Para resolver esta aparente diffculrac, ebernos observa que los. preceptos del articulo 735 no son, en el hecho, un absolutos como pudtie- 1a parecer a primera vista, Dice ese artieulo que la propiedad fiduciatia, condicional, slo puede constitufrse con las formalidades aif prescritas, ydispone de este modo que siempre que et hombre, por un acto volunt rio y expreso, establezca sobre cierta osa un derecho de dominio condi- clonal a favor de otto, quedara este derecho sometido a las disposiciones de aquel titulo. Pero, nos preguntamos nosoiros, zs6lo por la voluntad manifiesta y determinada del hombre puede generarse ei dominio con- dicional, o hay casos en que este dominio tiene su origen en los preceptos legales? La respuesta a esta pregunta es bastante sencilla, Sabemos que los contratos bilaterales llevan, por disposicién de la ley (ats. 1489 Céd. Civ), envuelta la condicidn resolucoria de no cumplit- se por uno de los cantratantes lo paciado. Bn virtud de esta condicida, quel de los contratantes que ha cumplido su obligacién, sin que el otro cumpla, por su parte, la suya, tiene derecho de ejercitar la accién reso- lutoria del contrato, que, coma lo indica su nombre, provoca la resol clén de éste, y con ella In extinetén de tadios los derechos que pudievon adquirir las partes como consecuencia de ese contrato, Segtin esto, sila obligacion de una de las partes consistié en ta transferencia del domi- nio de una especie 0 cuerpo cierto, hecha esta transferencia, ese derecho de dominio lo adquirid el otro contratante; pero, como éste atin no ha cumplido su respectiva obligacién, queda pendiente, desde el momento de la transferencia, la condicién resolutoria establecida por la ley, o que hace que el derecho de dominio edquirido por ese contratante, que no ha ‘cumplido, sea sélo condicional, por cuanto esté sujeto a resolverse si se verifica la condicién negativa de no cumplir, por su parte, lo pactado. Resulta deo expuesto que, fuera des fideicomisos propiamente ta- les, constituidos por la voluntad expresa del hombre, hay otra especie de dominio condictonal,instituido por la ley. Ahora bien: hemos visto que el primero, os fideicamisos, se rige en todo, exclusivamente, por las dis- posiciones del tfulo respectivo; fuerza es conelutr, entonces, que, por lo que las enajenaciones y gravamenes se rofiere, son aplicables al segun do, ys6lo al, los precepios de los articulos objeto del presente estuctio, 0. Tenemos, pues, que los precepcos de los artfeulos 1490 y 1491 slo son aplicables a ciertos casos de resolucién de contcatos bilateraies por falta de cumplimiento de unadelas partes. No es dable, en consecuencia, por las consideraciones gue ya hemos hecho, aplicat estas disposiciones alas transmisiones condicionales de dominio por acto testamentario, que deben regirse por los preceptos del titulo de la propiedad fiduciaria; lo mismo debemos decir de Jes adguisiciones condicionales de dominio por actos de particién o de transaccién, porgue, no resolvitndase estos actos por incumplimiento de las obligaciones en eliosimpuestas, lo por declaraciones expresas dicho dominio puede ser constituido y debe, por {o tanto, zeglse por las mismas disposiciones. Tampoco son aplicables estos articulos a las donaciones, porque, si por uma donacién se transfie re expresamente un dominio quees slo condicional, 6te se rige por las reglas ya dichas, ysi la donacién se resuelve por falta de cumplimiento de las obligaciones impuestas al donatario o por cualquiera otra causa, los efectos que esta resoluctin produce sobre los terceros poseedores cle Iacosa donada quedan sometidos, por disposiciin expresa dela ley, alos preceptos del artieulo 1432 del Cédigo Civi Adin mas, dentro de los contraios bilaterales, sélo en la compraven- tay la permuta, estas disposiciones son aplicables, por ser, segin en- tendemos, los tinicos en que una parte se obliga a ransferi ala otra el dominio de una especie © cuerpo cierto, y, par lo tanto, los tinicos que, resuetos, pueden dar lugar @ accién reivindicatoria de la especie 0 ala resolucién cel gravamen constitaido en ella por el contratante moroso 0 lun tercero. La ley, por fo demas, en ambos casos se ina remitido expresa- mente a estas disposiciones (artieulos 1876 y 1900 Céd. Civ). 31. Hay, con todo, otro caso en que nuesteos precepios tienen ap ci6n, yes en el de resolucién del contrato de venta por el pacto expreso de retroventa agregado a él Es ésta una excepeién ala vegla general que hemos dado, puesto que el pacto en cuestién no se subentiende jamés en clcontrato de venta y debe expresarse siempre; por consiguiente, segin lo dicho mas artiba, este pacto, para que pudiese surtr efectos contra tercoros, es decir, para que dejara de ser un simple Lazo personal y cons- tituyera wna limitacién del dominio del comprador, deberia regirse, en st constitucton y efectos, por las disposiciones det titulo dea propiedad fiduciatie. Sin embargo, por mandato expreso de la le, le son aplicables los articulos que estudiamos far, 1882 Céd. Civ) los 1490 y 149% sélo son aplicables a io 1) Resolucién del coniraio de compraventa por falta de pago del pre Gio, cuniquiera que sea la forma en que se produce la resolucién () del contvato de permutacién por incumplimiente de 2} Revolucion tuna de las partes; 3) Resolucién del contraio de compraventa a consecuencia del pacto especial de retroventa Diremos, para terminar esta materia, que, siendo el contrato de per matacidn y el pacto de retroventa muy 1ar0s en la prictica, la aplicacién de tos articulos rema de este trabajo se reduce casi exclusivamente al caso, bastante frecuente, de resollcién del contrato de compraventa por incumpliniemte de la obligaciGn dl comprador (2. 38, Establecido ya el alcance general de esios articulos, correspén- denos ahora considerar los diferentes casos particulares en que, dentro do aquellos limites, ellos son aplicables Sabre esto, sahemos ya que las disposiciones dichas reglamentan los efectos de la condicién resolutoria respecto de terceros, sea gue se trate de “cosas muebles" 0 de “inmue: bes’, respectivamente, Veamnos, pues, ol alcance de estas tiltimas expre- siones. Porlo que a la primera de ellas se rafiere “cosas muebles no presenta mayores dificultades. Comprende a todos los bienes muebles, sin distin- Ci6n, siempre que puedan enajenarse y ser relvindicados en seguida. En cuanto a Ja segunda de fas expresiones citedas ni a detenernos en ella algumos instances. B] senor Alessandti, al comentar este punto, dice lo siguiente: Blasticulo 1491 se aptica a todos aquellos bienes que segtin la ley tie~ nen la calidad de inmuebles, sean corpotales o incorporales. Se aplica, por lo tanto, a los bienes raices, a las minas, a los regadores de agua y a los derechos de usufructo, uso, habitacién o fideicomiso cuando recaen. sobre inmuebles, « las servidumbres, censos y herencias (3). () También podsian tener aplicacién cuando lo resoluetén del eonsrato fuere dobida a falta de cumplimiento del veadecor ye precfohublere consistido en cierta Suma de dinezo y uno o mis cuerpus cetos. (@) No subemos que ante nuestos triounales estos aplicacién (G3) Alessandri, Tomo IL N.° 1783. Pig 860, No podemos acepta sin to nipido examen la afirmacion queen el precedente pairrafo hace el seiior Alessandr a) Bienes raices, nninas y regadores de agua, Nada se opone, anuestro juuicio, para ineluir todos estos bienes erre los inmuebies considerados por ef articulo 1491 b) Derechos de usulructo, También creemos aplicable fa disposicién a estos derechos, salvos, naturalmente, las casos en que el constituyente haya prohibido expresamente su ces ©) Derechos de uso y habitacién. Contra la opinidn del sexor Alessandri, nos utrevemas a declarar que estos derechos no quedan incluidos entre los Inmuebles a que se refle re el articuio en cuestidn, desde que elios no sélo son inalienables, sino que no pueden sallr de manos de su poseedor ni siquiera a titulo preca. rio fart. 819 Céd. Civ}, Esta, pues, segiin creemos, en el error el senor Alessandri, 4) Fideicomisos. La propiedad fidueiaria no se diferencia en nada, ‘por Io quo a aste printo toca, de la plona propiedad. Asi, sise resuelve al contrato de compraventa de un inmueble de que el vendedor era sélo propietario fiduciario, éste, si continta siéndalo podra reivindicar dicho Inmueble contra terceros poseedores siempre que lo permitan los pre- ceptos del articulo 1491. Bn ninguna forma lesiona esto los derechos del fideicomisario, quien, realizado el evento que constituye el fidetcomiso, tiene, en todo caso, la accién de restituctén contra terceros, @) Servidumbres. Estos inmuebles, por el hecho de ser inseparables el predio a que pertenecen (art. 825 Cad. Civ), no pueden ser enajena- dos independientemente de aquék: siguen siempre la suerte de! bien raiz de que forman parte. Por eso, contra la afirmacién del senor Alessandri, ccreemos que, consideradios estos derechos aistadamente, les es inaplica- blela disposicién del articulo 1491 ) Censos. Parece no haber ineonvenionte para aplicarles este arti culo, en cuanto derechos reales sobre inmuebles. El caso carece de in- terés. 1g) Herencias, En su cardcter de inmuebles, les es tainbién aplicable el articulo 1491. Ast, SA, poseedor de una herencla, vende todos sus dere- chosen ellaaB, quien, antes de pagar ol precio de la venta, los transfiere, su vez, a C, en su totalidad 0 en. una cuota, podra A, resuelta la venta por incumplimiento de B, proceder contra Cen conformidad al articulo 1491, y relvindicar, en su caso, el derecho de éste, junto con todos los bi nes que haya adquirido en virtud de él, sean éstos muebles o inmuebles. ‘sin embargo, siB ha enafenado a das dele universalidad, deberé estarse ala calidad de muebles o inmue- bles de aguéllas, para los efectos de la acci6n reivindicatovia que pudiera intentar A, 2 s6lo una 0 mas especies determina 34, La disposicidn del articulo 1491 no se aplica a los inmuebles por destinacién cuando se enajenan separadamente del predio a que adhie- ten, Se desprende asi del articulo 571 del Codigo Civil, que preceptiia que dichas cosas se reputan muebles para el efecto de la constitucién de un derecho sobre ellas a otra persona que el duefio. Por consiguiente, debe aestas cosas aplicarse el articulo 1190, aun cuando posteriormmente hayan readquirido su calidad de inmuebie por destinacién en otro pre: dio, ya que debe stenerse a la calidad de la especie en el momento de la enajenacién y no a Ia que sve al constituirse el derecho condicional 0 ala que adquitis posteriormente. Por ejemplo: A, paseedior condicional de un fundo, enajena a B un love de animales de labranza de ese predio. Cuando A adlquirié el fundo dichos animales tenian ef eardicter de in- muebles por destinacion, pero al enajenarlos ¢ B readquirieron, segiin el precepto del articwlo 571, su earderer naaural de muebles. Ahora, cum- plida 1a condicion, ;podria el causante de A reivindicar estos animales contra B, pretextando que la condicién constaba en el titulo de A y que ellos eran inmuebles al tiempo de constitutrse el derecho condicional? jo le seria preciso probar especialmente Ia male fe de B, on conformidad alarticulo 1490? (Partimos, nacuralmente, de la base de que losanimales vendidos sean individualizables, y se encuentren, pongamos por caso, atin en el predio reivindicado). La cuestion podria prestarse a dudas, pero, como ya lo hemos manifestado, creemos que el segundo proce: Gimiento es el que esta dentro de la equidad y el espiritu de la ley, que quiere salvaguardia los derechos de los tercerns poseedores de buena fe. En el caso de los insnuebles la ley presume que el tercer adquirente tuvo conocimiento de Ia condicién cuando ésta constaba en el titulo respec: tivo, porque para adquirir ese inmueble debié revisar dichos titulos; por el contrario, no ocusre esto cuando lo que el tercero adquiere son bienes ‘que no necesitan, estrictamente, ni escritura privada para ser vendidos como los animales a que nos hemos referido en el precedente ejemplo, y, en consecuencia, seria injusto y perjudicial para la marcha regular delos, negocios desposeer a ese tercero sin antes probar fehacientemente que tuvo conocimiento de la condicién. 35. Es requisite esencial para que los artictlos 1490 y 1491 puedan ser aplicados, que Ia cosa mueble debide bajo condicién haya sido enajena. da por el “deudor”, o que el inmueble, en, idénticas circunstancias, haya sido enajenado, o gravado con hipoteca, censo o servidumbre. Si comenz: mos por considerar el articule 1490, debernos preguntar- nos qué aleance (ene el térmnino "enafenacién" que en él emplea la ley Atendida la amplitud de esa expresi6n, que, on el lenguaje jurédico, no sélo comprende las transferencias de dominio, sino, por regla general, la constitucién rle cualquier derecho real que lo limite, podria ereerse que el legislador le ha dado también aqué esa amplia acepeién. Aunque de escasa importancia préctica, la cuestién no carece de interés teérico. Por nuestra parte, no titubeamos en afirmar que dicha disposicién sélo alcanza a tas transferencias de dominio, Para ello nos basamos, en primer lugar, en que ésa y no otra fue Ja intencién del sefior Bello al re- dactar los articulos en estudio, como ficilmente se desprende de la lec- laura de todos sus proyectos, que ya conovemos, en que Siempre tuvo cuidado de distinguir las enajenaciones propiamente tales de la constitucién de derechos reales 0 gravamenes; esto mismo se deduce del fenguaje empleado en el articulo 1491 y de la comparacién entre ese articulo y el 1490. Ademaés y este argumento estimamos decisi- vo al expresar la ley que no habré derecho de reivindicar la cosa contra terceros poseedores de buena fe, manifiesta claramente que sélo se re- flere alas ansferenclas de domIto, desde que ellas tnicamente hacen perder Ia posesién dela, cosa, Confirmanuestra opinién aeste respecte lo establecido por laley para el caso de Ia dacién en prenda de una cosa sobre la que sélo se tiene un dominio condicional, es decir, que se “debe” bajo condieién a otra per ona. Sogtin dicha disposieién articuo 2406 del Cédigo Civil, el derecho de prenda se extingue "cuando en virtud de wna condicéén resolutori se plerde el dominio que: el que dio la cosa en prenda tenia sobre ella’. No excepciona la ley de este efecto al acreedor de buena fe, quilen sélo tiene derecho para exigir que el deudor le entregue otva prenda de igual ‘omayor valor, o le otorgue otra caucién competente, y en defecto de una woira, le cumpla inmediatamente la obligacién principal, aunque haya plazo pendiente para el pago. 36, Pasemos shora al articulo 1481, Aqui nos encontranos con que la ley hace extensivos sus efectos no sélo@ las enajenaciones de los inmue- bles poseidas bajo condicién, sino, ademas, alos derechos de hipoteca, censo o servidumbre que sobre ellos hubiere consttuido et propieta condicional. Aunque, a nuestra modo de ver; Jas palabras de Ia ley son claras y terminantes, se discute entre los comentadores y ha dado lugar a fallos contradictorios de nuestros tribunales fa cuestlin de sila enu- rmeraciGn de los graviimenes, que hace éste articulo, es taxativa, 01 6l es aplicable también a los demas derechos reales que pueden constituisse sobre inmuebles, a saber: usufructo, uso, habitacién y fideicom Asi, segtin el seftor Alessandi, la disposieion es aplicable también cen aquellos casos. Se afirma para opinar de este modo en que, a su ju ‘lo la enuneiacién que en ella se hace no es Iimitativa, sino que “parece ‘que se ha hecho por via de ejemplo’. Agrega, que sise sostuviera que di cho articuto es linitativo, se comprenderian esos derechos en ta palabra ‘enajena’, que, en su acepelia nis amplia, comprende toda limitacion o desprendimiento directo o inditecto de! dominio, y la constitucién de un usufrucio 0 de un fideicomiso es una de esas limitaciones. No habrfa tampoco, termina, ninguna razén para exeluir de ese articulo derechos de una naturelezi igual a los que menciona, por 10 que, en todo caso, se les aplicaria par analogia (4) 37, Una vex mas diserepamos de opinién con el sefior Alessandri, Hemos atirmaclo ya en oto Tugar que las reglas dadas por Ios articulos 1490 y }491 son excepetones al principio general, sustentado por nuestro Cédigo, del efecto retroactivo de las condiciones. Aqui podemos agre- {gar que dicho principio esta corrohorado expresamente, entre otras, por las disposiciones de tos ari 108, 885 y 2406 del mismo Codigo Civil, que establecen que los fideicomisos, usufructes, servidumbres y prendas se extinguen por la ro2olueién del derecho del ronstitnyente. Sabemos, ademids, que es una tegla esenctal de hermenéutica el que las. disposiviones que sélo son aplicables a los casos que expresamente sei lan, y nunca por analogia en consecuencia, por las razones dadas, los at ticulos 1490 y 1491 no pueden aplicarse, segiin creemos, sino tinica yex- clusivaiente a los casos en ello expresamente sedaiados. Por otra parte, sila chumeracidn que hizo el senior Bello séla lo fue por via de ejemplo, por qué dio, entonces, al articulo una redaccidn que, lejos de “parecer” metamente enunciativa, es precisa y categ6ricat ;Por qué no conservé la letra de los proyectos, y dijo, v. gy, "o les impone algiin gravamen, como hipoteca, censo o servidumbre’, 0 algo parecido, que no hubiera dejado lugar a dudas de ninguna especie? gpor que se refirié el sefior Bello en el proyecto definitivo tinicamente a Ios gravémenes de hipoteca, censo y servidumbre; siendo que en uno de sus diltimos borvadores habia he- cho extensiva la disposicién también a los derechos de usufructo, uso y abitacién y en otro, alos derechos reales en general constituidos sobre elinmueble? Nos parece evidente que la respuesta logica a estas progun- tas es que el redactor del Cédigo, después de algunas vacilaciones, opt6 ‘por no hacer extensiva la excepcidn del articulo 1481 a los derechos re- feridos Contra esta opinién seria posible argtir, como lo hace el sefior Alessandri, que al no mencionar el sefor Bello estimarlo innecesario ¥ superfluo, desde que ellos se encuentran abarcadas general por el térmi no “enajena’, cuyo amplio significado no era desconocido para el sabio {4) Alessandsi Tomo IL.N°1788. pig 865, codificadoz. A esto respondemos que en el presente caso el argumento carece de eficacia, pues, como sin lugar a dudas se desprende dei articu Jo 1290, gemelo del 1481, ha empleado aqut el sefior Bello el verbo “enaje~ nat” como sinénimo de transfestrel dominio, desde que no seria acepta- ble suponer que el ihastre redactor, con si extraordinario buen sentido, dieraa esa expresisn alcance diferente en uno y otro articulo. Ain mas, contra la asescién de que ne hay fundamento logico para excluira los derechos de fideicomiso, usuftucto, uso y habitaci6n de los preceptos de este articula, puesto que todos constituyen limitaciones del dominio, podemos responder que tal vez no sea esto tan exacto. Mediante tn ligero examen, es fitell observar que, al referirse a las hipotecas, censos y servidumibres y atenuar para estos gravamenes ios efectos de la resolucién del derecho del constituyente, sélo ha hecho extenst ellos derechos limitativos del domt nio cuya existencia no mporta una suspension dol ejercicio del mismo, ‘como, por él contrario, acurre con Jos derechos de fideicomiso, usufruc to, uso y habitacién, Aquellos gravamenes no constituyen obstacul al: _guino para que el propieiario det predio a que afectan continiie en el goce plono y absoluco de su derecha de dominio, y atin algunas de ellos son hasta beneficiosos para el normaly tranquilo desarrollo de la vida de los negocios, de tal manera que su brusca extincién seria, en muchas acasio- nes, petjuidicial a las intereses colectivos. Por el contrario, los derechos de fideicomiso, usufructo, use y habitselén como el mismo senior Belio lo expresa en el mensaje con que el proyecto definitivo fue presentado al \greso embarazan Ia circulacidn y entibian el espititu de conserva cidn y mejora, que da vida y movimiento a la industria, y es, por fo tanto, muy preferible que el dominio se radique absoluta y definitivamente en luna sola persona, a seguir inanteniendo esos derechos, que lo limitan en forma sumamente grave ra laley su restricetén a {La anterior soluciéx nos parece tanto mas conveniente cuanto por ella sdlo se vendran a perjudicar, en la gran mayoria de los casos, perso. nas que han adquirido su derecho a titulo gratuito, como lo son, porregla general, los fidelcomisarlosy usuftuctuarios; no sucederia lo mismosise adoptara a solucién contratia. Porlo demas, nuestra opinion estd confirmada porel texto delarticu- Jo 1490, que, como vimos, sélo se extiende a las transferencias de domi- nig, ¥ esto, sin duda, porque todos los gravamenes y derechos reales s0- bre especies muebles (prenda, usulructo y uso) importan forzosamente a suspensién del ejercicio del correspondiente derecho de propiedad, 38, En cuanto a la otra alegactén que hace el sefior Alessandri, de que aun cuando los fideicomisos y usuructos no se hallaren compren: didos en la disposteién del articwlo 1191, éste les sevla slempre aplicable tratindose de fa resolucion del contrato de compraventa, por disponer expresamente ei articulo 1876 que la resolt.cién por no haberse pagado €l precio no da derecho al vendedor contra tereeros poseedores, sino en conformidad a los articuios 1490 y 1491, le encontramos un tanto forzada y falta de base. Segiin la interpretacion del sefior Alessandii, al decit la Jey que no habré derecho para obrar contra terceros sino en conformidad aos referidos articulos, ha querido signiticar que para que el vendedor pueda dirigirse contra otra persona que no sea el comprador es: preciso que el no pago del precio conste en el conrato de con aun cuando el derecho del tercero no sea de Ios entimerados en aquellos articulas, En otras palabras, estima el seRor Alessandri que en el caso en cuestion son aplicables los articulos 1490 y 1491 s6lo en cuanto deter minan los requisitos que la ley exige para que la condiicién suria efectos contra terceros, pero no en cuanto limitan su aplicacién a los casos que esas disposiciones enumeran (5) ‘Como hemos dicho, esta interpretacién del senor Alessandsi la es- timamos haste cierto punto arbitraria a nuestro juicio, el longuaje de la loy no puede aor més claro, y al expreear que el vondedor, no tendré ac n contra terceros “sino en conformidad a los articulos 1490 y 1491" no ha hecho el legisiador, segtin enteridemos, otra cosa que deckarar que el comprador que no he pagado el precio estipuiado en el contrato esté en la situaeién contemplacia en esos articulos, es decir, “debe” bajo condi- clon al vendedlor ia cosa de que éste Ie hizo tradiciOn en cumplimiento de su respectiva obligacién, y que, por consiguiente, es aplicable aqui uno a oto de los preceptos referidos, segiin los casos. En térmninos mas breves, estimamos que lo dicho aqui por la ley tiene el mismo alcance de lo ex- presado mas adelante en el articulo 1882, sobre los efectos que el pacto de retroventa produce contra texceres. Viene a corrohorar lo que decimas la redaccién del artieulo 2054 Proyecto de 1853, Decia el senor Bello en dicho articulo que “la re por no haberse pagado el precio da derecho al vendedor contra terceros poscedores, en los casos en que pueda tener lugar la reivindicacién’, y estos casos eran los expresadios en el Articulo 1667 del mismo proy to, Ademés, en une de las modificaciones posteriores hechas por el mis imo sefior Bello a ese iiltimo articulo, dispuso que si en Ja inscripcién 0 escritura se habia expresada el pago del precio cesaria, Toda accién del acreedor contra terceros poseedores del inmueble,o ala hipoteca, y nil Uusufructuario, ni el duet del derecho de uso o habitacién es poseedor del inmueble dado en usulructo 0 gravado con alguno de esos derechos, (©) Alessandel, Tomo th, Ne 1788. Pig. 466 39, Cabe preguntarse, todavia, silos articulos 1490 y 1491 tienen api cocién en los casos de transmision hereditaria de las cosas que s6lo se oseen bajo condicién, Por nuestra parte, no vacilamnes en contestar en. forma negativa Bs universalmente aceptado, en efecto, que la transmisién heredi- taria no puede considerarse como enajenacidn desde que ef heredero constituye, en derecho, la misma persona det difunto, de la que s6lo es una continuacién. Consecuencia de esta stipervivencia ji personalidad del difunto es que el heredero no puede adquirit mas de: rechos de los que aqueél tenia, y, por lo tanto, si alguno de esos derechos: era sélo condicional, légico es que continde siéndolo atin después de la transmisién, cualesquiera que sean las cireunstancias. ‘A mayores dudas podria, tal vez, prestarse el caso del heredero a ‘quien Ja cosa ha sido adjudicada en el acio de particién de la comuni= dad hereditaria, y que alegara buena fo y su caracter de tercer poseedor de la especie. Empero, dicha excepcién tampoco es eveptable, porque !a adjudicacién en acto de partiei6n no importa enajenacion, ni constituye nuevo titulo, Elasignatario, segiin el articulo 1344 det Cédigo Civil, sere- puta haber sucedido inmediata y exclusivamente al difunto en todos los efectos quele hubieran cabido; de modo que si éste tenfa séla un derecho condicional, resoluble, iguales derechos haba adquirido aquél. Lo dicho se entiende, naturalmente, sin perjuicio de las acciones que el asignata: rio perjudicado pudiere hacer valer comtra sus coherederos. 40,Porlas consideracioneshechas en losmtimetos precedentes, debe- mos conclair que los articulos 1490 y 1491 s6lo son aplicables a las trans: ferencias a terceros de las especies poseidas bajo condicién, y en cuanto a los graviimenes constitulddos sobre ellas, s6lo a las hipotecas, censos y servidumbres, Deben comprenderse en las transferencias de dominio ns enajenaciones a terceros por veuttas forzadas hechas por autoricad de Ta justicia, ya que no hay raz6n legal para exclutelas, En todos los demas casos de limitactén del dominio de estas especies, en cxtalquiera de sus formas, sea por la constitucidn de un derecho de fi- deicomiso, usufructo, uso 0 habitacién, o porla retencién o embargo de la especie decretado por el juez antes de la Resolucién, rige el principio general, tantas veces enunciado, salvo que la ley disponga lo contrario. ¢. Bfectos. 41, Hasta aqui sélo hemos hecho un andlisis més o menos detallado de los dos articulos, para establecer los casos en que tienen aplicacién. Correspéndenos ahora estudiar sus efectos principales. Si comenzamos por el articulo 1590, vemos que en é} ha hecho el le- gislador, para el caso que alli contempla una regla general de la excep- cl6n y relegado aquélla a la condicion de esta ditima. Dispone, en efecto, ta ley en esta disposicidn que el abjeto que se “debe” bajo condicién no podré reivindicarse contra terceros poseedores de buena fe y con esto declara implicitamente que dicho objeto séle es seivindicable contra los terceros poseedores de mala fe. Ahora, como en derecho la buena fe se presuume y la mala fe debe sor probada por quien la alega, resulta, en de- finitiva, que Ia especie mueble sélo seré reivindicable en los casos en que el interesado pruede la mala fe de su contendor Cabe preguntarse ahora, cuindo el poseedor se considerara como de mala fe y cudindo no, puesto que es ésce el punto capital de la cues UiGn, Dado el espiritu de ts disposicién y zentendo en cuentala definicién que el articuslo 706 del Cédigo Civil da del poseedor de mala fe, es facil concluir que para el presente caso debe considerarse como poseedor de mala fe al que, en el momento de adquirir la cosa, tuvo conocimiento de la condicidn que limitaba el dominio de su antecesor. ¥ decimos “en el ‘momento de adquirir Ia cosa”, porque pretender que el tercero debe ser considerado de mala fe por el sélo hecho de no ignarar la existencia de la condicién, aunque haya venido a cerciorarse de elle mucho tiempo después de haber entrada en posesisn de la cosa, seria negar todo efecto alarticulo, que resuitarfa completamente imutil, desde que bastaria que, en cualquier momento, el vendedor si consideramos el caso de la venta notificara al tercero de ia falta de pago del precio, para que éste se coma men poseedor de mala fe y estuviera condenado a perter la cosa, 42, Pasemos ahora al artfculo 1491, Vemos, en primer lugar, que este precepto envuelve, en el fondo, el mismo principio del anterior, eso sf ‘que con la notoria diferencia de que establece aqui la ley una presun- cidn de derecho, es decir, que no admite prueba en contrario, segtin la cual el tercer poseedor es considerado siempre de mala fe si la condi cién constaba en el titulo respectivo, inserito uw otorgado por escrittira piiblica, Presume la ley que cuando Ia existeneia de la condicién consta ena forma dicha es forzoso que el tercero haya tenido conocimiento de ella al adquirir el Inmueble o constituirse el gravamen a su favor, dados la publicidad de los protocotos notariales y el deber elemental de quien adquiere un inmueble o cualquier derecho real sobre él de conocer y e3- tudiar los respectivos titulos. Si omite esta precaucién, justo es que en seguiida pague las consecuencias de su desidia, 43, Se ha discutido en nuestros tribunales sobre el alcance que tiene a expresidn “constaba’ en el (culo, que emplea el articulo 1491, y st en. el caso de la compraventa es preciso que en el contrato se diga expresa- mente que se resolverd si no se paga el precio, o si basta que en la escrl- ‘ura haya constanela de que aquél atin no ha sido pagado, Para noso- tros esta cuiestion no ofrece mayores dudas, y no titubeamos en afirmat, como, por lo demas, jo han hecho unénimemente la Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones de toda la Reptiblica, que basta que en el titulo haya constancia de la falta de pago del precio, puesto que este incumpli- ‘miento implica la existencia de la condiei6n. Asi 10 dispone la ley expre- samente y con absoluta claridad en el artfculo 1489 del Cédigo Civil. No ereemos necesario insistir sobre este punto, tanto mas cuanto que el sefior Alessandti, en su obra tantas veces citada, lo estudia detent- damente, con gran acopio de razones y jurisprudencia (6). 44, Porlo que dice relacién con determinar cudl esl “ctulo respect vo" aque el legislador se ha querido rferir, casinos parece abvio airmar ‘que él el inicial, es decie, aquel que dio origen a dominio condicio- nal. Asse desprencle claramente del inciso primeso del articlo 1661 del Proyecto de 1853, en que manifestaba el sefor Bello que la resolucién no datia derechos contra terceros “sino en el caso de haberse inscrivo en el Rogistro de Conservador de Bienes Raices las escrituas de, los respecti- ‘vos contratos condicionales". En consecuencia, aunque el titulo del tercero contra quien se reivin- dica esté muy distante del titulo de quien “debfa " el inmueble bajo con dicién, y aunque en el de su inmediato antecesor no conste condicion de ninguna especie, siempre sera condenado a restituir el inmueble oa perder ol gravamen constituldo a su favor, sel reivindicador prueba que Ja condicidn constaba en el primitivo titulo. Esto, que a primera vista pu- diera parecer Injuste y poco equitativo, no lo es si se considera que quien adquiere un inmuebleo un gravamen real sobre él, si desea evitarse sor- presas desagradables para el futuro, no sélo debe constatar la integridad yllimpieza del titulo de su causante directo e inmediato, sino remontar- se, sies posible, hasta los treinta afos anteriores a la fecha de su propio titulo, puesto que sélo pasado ese lapso de tiempo el poseedor adguiere Ja plena seguridad de que su posesién constituye realmente un derecho de dominio inatacable. 45. Exige, ademés, la ley que el titulo en que consta la condicién esté inserito u otorgado por escritura puiblica. Este requisito del articulo 1481 hha dado lugar a cavilaciones de parte de los comentadores, quienes no han acertado a explicarse la razén de ser de la frase “u otorgado por es: critura pitblice’, En realidad, es preciso reconocer que esa frase esta de mis en la disposicién, porque, desde que la ley se refiere al que posee un inmteble bajo condicion y no pueden poseerse esos bienes sino median- tela inscripcién en el Conservador del titulo respectivo, es fuerza con- (6) Alessandri, Tomo ll. N° 1773, Pég. 823. cuir que siempre elvitla condiional debe estar inserito, Mientras no lo est el duefio de dno es poseedor del inmuble, anngue se haya esten- dido escritara pitblica de transfevencie: slo dene esa persona un dere cho personal para exigir que la otra partele hage tradicidn del inmueble yyno puede, en consecueneia, enajenarlo ni gravatio vélidamente, Por otra parte, los tiutlos traslaticios del dominio de inmuebles ator gatlos por actos entre vivos deben siempre constar por eserititra publica, de modo que la conjuncién “u’, que une a “inserlto” con “atorgado’, no tiene ninguns rezén de ser: le escritura pablica no puede faltar. Ademés, como lo tinteo que la ley exige es que la eondicién coaste en el titulo, no hay necesicad de que ella misma esté inscsita, y slendo, como vimo: absolutamente indispensable que el titulo a que ta ley se refiere esté ins. ciito, sin que ella necesite declararlo expresamente, debemos concluir que toda la frase final de este articulo, “inserito, w otorgado por eseritura publica’, es absolutamente suiperfia, En conse stimamos que muy bien pudo el seftor Bello rematar la disposicién en le palabra “res: peciivo", sin que esto hubiera alterado en un apice cl aleance del precep. Dada la original redaceién que comentamos, en que la conjuncién, 'u” aparece separada por una coma de Ia palabra “inscrito’, en ugar de ligatla directamente con “otorgado’, podria ereerse que suitid aqut el se- or Bello una paralogizacién y hubiera querido expresar que cuando se teatara de enajenacién serfa necesario que el titulo se hallara inscvita, y que, por el contratio, cuando solo se twatara de un gravamen, bastaria la escritura piblica. Hemos visto yz la impostbilidad dle hacer esta distin cién otra explicacién seria que el sefior Bello hubiera reservado la expre- sién “u otorgado por eseritura puiblica” para el caso de la constitucién de un derecho de servidumbre sobre el inmueble “debido” bajo condicién, sin advertir que confundia asf el titulo del poseesior condicional con el del tercero. 46, De las anteriores consideraciones se desprende que cuando la condicién no constaba en el t{eulo respectiva, o sea, en el titwo de quien “debfa” el inmueble bajo condicién, no se resolveran los derechos que terceros hayan adquirido posteriormente siempre que sean de los que comprende este articulo aunque se resuelva el cel primitivo poseedor condicional Puede ocurrit que Ia condicién, sin constar en el “titula respective", se halle expresada, sin embargo, en otra escritura ptiblica; ajena a aqué- Ila, En este caso, hay quienes sostienen que basta la inscripetén de la se- gunda escritura para que quede cumplido el requisito legal, y afecte, en ‘consecuencia, esa condicion a terceros. Pornuestra parte, afirmamas que esta doctrinaesinaceptable, Lou laley exige es que la condicién conste en el rivuio,y, en el caso propiiesto, la segunda escritura, aun cuando se la inscriba en ol respectivo regis. tro del Conservador, no forma parte del titulo de! poseedor condicional mientrasno se cumpla con el requisite del articulo 1707 del Codigo Civil, 0 sea mientras no se anote esta contraescritura al margen de la primera ‘yo conste, ademas, dicha anotacidn en la copia autorizada del titulo en fatencién a la cual obra el tercero. Llenadios estos requisitos, fa segunda eseritura pasa a formar parte del titulo, por lo tanto, la condicién consta enél 47, La redaceidn poco fellz del articulo 1491 cuando dice “no podeé resolverse Ie enajenacién 0 gravamen’, que ya tuvimos ocasién de con: siderar, ha hecho creer a algunos que el interesado puede intentar di rectamente st accién resolutoria contea el tercero, actual poseeclor de! inmueble o del derecho real que lo grava. Esto es sencillamente un ab> surdo, Tanto en el easo del articulo 1490 como en el det L491, debe ser declarada de antemano por la justicia la tesoluci6n del detecito del pri mer poseedor condicional, y s6lo una vez resuelto el contrato primitive puede interponerse contra el tercero la correspondiente accidn real. El ‘que obrara de oto modo e intentara la accidn resolutoria directamente contra el actual poseedor, aria aesa accién como lo hemos sostenido wn, cardcter real, que no tiene en nuestro derecho; en consecuencia, el terce +0 podiria oponer a la demanda, con pleno &xito, la excepcién perentoria de no ser legitimo “contradictor en el juicio”. ‘Tampoco seria dable interponer directamente la accién reivindi- catoria sin antes haber obteniclo ta resolucién del respectivo contrato, [Puesta que esa accién s6lo compete al propietario de la cosa, y mientras quel a quien ésta se “debe” bajo condicién no obtiene judicialmente la resolucidn del derecho del “deudor’, no puede pretenderse dueni, ya que por el hecho de verificarse la condici6n no se resuelve auttométicamen- te el derecho del actual poseedor, sino que es preciso que la justicla, en sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, constate y declare dicha resolucién en forma legal. La Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones sustentan undnimemente la doctrine que dejamos expuesta, y han re- cchazadio siempre las aeciones resolutorias intentadas directamente con- tra los terceros poseedores, como también las acciones reales diigidas ‘contra ésios, cuando en la demanda no se ejercfa ala vez la accién de re- solucién del contrato condicional, dirigida contra legitimo contradictor, 0 cuando el demandante no probaba haber obtenido con anterioridad, por sentencia ejecutoriada, la resolucién de dicho contrato, 48, Para terminar este trabajo, debemos preguntamos todavia qué reglas se aplican, una vez vencido el tercer poseedor en el juicio reivin- dicatorio, para establecer las prestaciones mutuas que se ceben ambas partes. Sobre este particular dice el sefior Alessandi' Laregla general en materia de restituciones es que nadie esta obi doa entregar sito lo que ha rvcibido u obtenida desde el diaen que enti’ en posesidn de la cosa. De ahi que el tercer adquirente cle quien ceivindi- cael inmueble el vendedor s6lo dobe los fratas de la cosa, es responsable de los deterioros y tiene derecho a las mejoras, como poseedor de mala fe, desde el dia en que lo entré a poseer. ¥ es poseedor dle mala fe, porque por ef hecho de conscar la condicién que gravaba el derecho del compra- dor en el titulo de éste, la ley lo reputa que ha contratacio a sabiendas de su existencia, que es lo que constiiuye aqueélla’ {7 La doctrina del se Seguin ella, ol \or Alessand ri nos merece algunas observaciones. ‘eto, por el hecho cle haber tenido conocimiento de la condicién cuando adquiri6 ta cosa, debe ser consicerado como poseedor de mala fe para los efectos de las prestaciones miutuas. A esto contesta: mos nosotros que cuando la ley habla en el titulo de la relvindiencién de poseedor de mala fe, se refiere 2 aque! poseedor que sabe positivamente 0 estd obligado a saber que 4 no es propietario, sea porque adquirié su posesién fraudulentamente, sea porque la adquirié de quien no tenia fe cultad de enajenaria, sea por cualquier otro vicio que le fue conocido debié conocer (art, 706 Céd, Civ}, Ahora, el exer poseedor que adquirié la cosa a sabiendas de que quien se la enajenaba séla tenia wn dominio condicional de ella, no por eso dejé de adquitit su posesién de quien te- hia facultad para enajenzr la especie, y tanto esasi que no sélo adquiris laposesién de la misma, sino también el dominio, con todas sus acciones yderechos. De esto titimo resulta que, mientras pendia la condicién, ere eltercero la tiaica persona que tenia clerecho a paseer esa cosa, y habria podido, en dicho intervalo, refvindicar Ia especie contra cualquiera otra persona que la hubiera poseido, atin contra el actual reivindicados. Pues bien, consecuencia légica de ese derecho de dominio es que pudo el tercero aprovecharse logitimamente de los frutos que la cosa pro- dujo desde que entsé a poseetla haste que tuvo noticias del cumplimien- todela condicién. Sifuera de otto modo, es decir, sil excero debiera ser consideradio como poseedor de mala fe desde que entréa paseer la cosa, seria preciso concluir que el propietario legitimo de ella no tiene derecho a poseeria, nia gozarla, puesto que decir "poscedor de mala fe" eslo mis mo que decir poseedor injusto, poseedor sin, derecho. (7) Alessandsi,Yomo HN 1791, Pag 6, Ahora, si bien es cierto que el legislador ha expresado en estos ar- tdetilos que In cosa seri reivindicable contra los terceras poseedores dle mala fe, no debe tomarse esa expresién en su sentida estricto de posee- dor fraudulento, como hemos visto, sino en el otto, muy diferente, por clerto, de poseedor que al adquirir la cosa tuvo conocimniento de la con- dicién ¥, por lo tanto, del riesgo que iba a correr su derecho, pero que no por eso dejé de poseer legitimamente. Son éstas dos situaciones muy diversas, y creemos, por consiguiente, que dice mal el sefior Alessandri al afirmar que el tercera debe ser considerado como poseedor de mala fe on la liquidacién de las prestaciones mutuas y esta obligado, en esta virtud, entre otras cosas, no sélo a restituir los frutos que la especie pro- jo descle que entié en posesién de ella, sino ademas, los que el dueio hubiera podido pevelbir con mediana inteligencia y actividad. Olvida el, sefior Alessandri que ese ducno lo era, precisamente, al momento de la percepcién, el propio tercero, y que, a pesar de haberse cumplide con posterioridiad la condicisn y resuelto su dominio, el efecto retroactive de aquélla no lloga hasta el extremo de privarle de los frutos percibidos en el tiempo intermedio, como lo dispone el articulo 1488, Segiin dicho ar- ticulo, seria preciso que ta ley hubiera establecido expresamente que el rercero, wuts de la wusa, esté obligado a devolver los frutos que perci bi6 en el tiempo intermedio, to quela ley no dice, ni puede deciren parte alguna, por ser notoriamente injusto, En el caso que nos ocupa, las disposiciones a que alude el sefior _Alessandtl sélo serén aplicables desde que el tercero fue notificado de la demand de resolucién interpuesta contsa el primitivo poseedor condi: ional, ya que puede decirse que sélo desde entonces posey6 a sabiendas de que iba a perder su derecho. Por consigulente poniéndonos en el caso de la compraventa no bastarfa, para estos efectos, que el terccro hubiera tenido conocimiento, con anterioridad a la notificacidn de la demanda de resolucién, de la mora del comprador, puesto que esta clrcunstancia xno implicarfa por sila resolucién de su derecho, por canto el vendedor pudo intentar Ia accién de cumplimtento del contrato en lugar de la de resolucién, como pudo también extinguirse posteriormente ia deuda del ‘compracior, por cualquiera circunstancia. 49, Después de las observaciones hechas, podria creerse que, puesto que no aceptamos que se considere al tercero como poseedor de mala fe para los efectos de la liquidaciOn de las prestaciones mutwas, somos de opinién de que se le considere como poseedor de buena fe hasta ol momento en que le fue notificada la demenda de resolucién. Esto, por cierto, seria tanto o més injusto que aquéllo y podria prestarse a grandes abusos de parte del tercero que se hublera impuesto extrajudicialmente del rlesgo inminente que corria sui derecho. Por esa, sidecimos que no pueden imputarse al cercere, en toda sit amplitud, las cargas que en é4, ticwlo de Ia reivindlicacion se imponen a los poseedores de mala fe, no queremos eon ello significar que equpa- ramos st situaci6n a la del poseedor que creyé buenamente que la cosa le pertenecia sit: mayores limitaciones que las que le ley impone a todo 1 fraude, af vieTo sabia que su dominio estaba limitado por el evento de una condicién, que lo haria pasar @ otra persona. En esta situacién, es claro que estaba obligado a ‘conservarla cosa y a mantenetla en condiciones de que pudiera aprove- ccharse de ella su eventual sucesor dominio, ya que, aunque posefa sin ning inn embargo, se nos preguntara hasta dénde alcanza esa obligacién cial de la cosa? gQué dispo siciones legales deberdin aplicarse para determinar las indemnizaciones que reciprocamente puedan deberse et reivindicador y el tercero? decuidar ¢ impedirla desteuccisn total o 9 Para contestar a esas preguntas nos bastara cecardar Jo que con in= sistencia hemos repetito en este trabajo, a saber que la situacidn del que “debe” una cosa bajo condicién, y de quienes detivan su derecho de éi y no se hallan en, ias excepciones de los articulas 1490 y L491, es la de un propietario fiduclario, Betublecido esto, podemos coneluit Ficilien- te que es en el titulo de la propiedad fiduciaria donde debemos buscar aquellas reglas. Ellas, en efecto, se encuentran determinadas en los arti culos 754, 756 y 758 del Codigo Civil, cuyas disposiciones, en sus partes pertinentes, son, a nuestro juicio, las aplicables al presente caso. No queremos terminar este trabajo sin antes manifestar que cuales quiera, que sean los defectos, mis 0 menos graves que adolecen los arti- culos que aqui hemos analizado, la doctrina sustentada en ellos por el le gislador chileno, aparte de ser muy practica, esta de acuerdo con los més modernos principios de justicia, y resuelve de una manera altamente equitativa una situacidn delicada y diftl, que ha venido discutiéndose desde los remotos tiempos del Derecho Romano. Podenios observar con satisfaccion que casi (odas as legislaciones civiles modernas posteriores ale nuestra han adoptado principios semejantes a los del Codigo Civil, y es indiscutible que todas ellas deberdn consagrarlos tarde 0 temprano. Bs éste un laurel mas para fa memorfa de! genfal redactor de nuestro primer cuerpo de leyes, DE LA NATURALEZA Y DE LOS EFECTOS DEL DERECHO EVENTUAL (I) RENE DEMOGUE eens ft] Dorin, tno Nae. 2. wt (Chea Westaweciter ingens ‘Comolo hemos demostrado anteriormente 2}, hay una serie de casos en que los diversos elementos de fos actns juridicns, en lugar de coexistit, se realizan sucesivamente: habré ev uni momento dado consentimien- to de las dos partes, mds tarde se formard el objeto del acto juridico, en otro momento se concluiré el contrato principal det cual podtra no set nis que mi accesorio fa convencidn anterior; en otto instante, estando eleoutate cuncluldy, una delas partes, que necestilba una aurorieacton para adberirse é él, en raz6n de su ineapacidad, llegar é obtenerta, Esta constatacién general nos demuestra ¢! abandono del sistema romano de lu unidad de tiempo. Nos encontrarnos, salve algan cepciones, con el principio de la sucesién posible en los elementos del contrato (3). Es preciso ahora estudiar las consecuencias de este nuevo io le dexeche. sHabré que decir que hey derecho eventual desde el dia en que existe uno o dos de estos elementos? No lo creemos, Hay que hacer una dlstin- cidn entre los elementos del derecho: e1 art{culo 1108 es una disposicién engafadora al darnos una lista de elementos esenciales para fa valldez de las convenciones, havia creet que todos tienen Ia misma importancia para el nacimiento ce mi derecho. Sin embargo, no es ast En los elementos para la formaciGn del derecho convencional, o mas exactamente del derecho nacido del ucuerdo de voluntades (lo que com- prende los contratos vel testamenta, el cual en el fonda no es quizas sino lun contrato entre un vivo y un muerto, siendo el testamento la oferta, y la aceptac del lead ia adhesin la oferta), uno solo es esencial; (2) Profesor agregadoa Ia Facultad ce Derecho de la Universidad de Lille 2) Vanteulo: Des droits eventels es des hypotheses ou ls prennentnalssance, (Revue, 1905, p. 723) 1G) ¥. Chausse, Dela sétroscsvite dans les conditions, (Revue ertique, 1901, p. 530)

Você também pode gostar