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‘SISTEMA DIEDRICO VII POLIEDROS DE SUPERFICIE RADIADA. PIRAMIDE Y PRISMA ‘Comenzamos en este tema a estudiar varios sélidos formados por superficies de diferentes tipos. Antes de ‘centrarnos en los dos primeros, la piramide y el prisma, vamos a definir y ver la clasificacién general de las superficies. Una superficie es el lugar geométrico de las posiciones de una linea, indeformable o no, llamada generattiz, que ‘se mueve en el espacio con arregio a cualquier ley. Las superficies pueden presentar infinitas y variadas formas ‘que dependerdn de las leyes a que obedezca el movimiento o cambio de forma de generatriz. Las superficies, ademas, pueden ser iimitadas o limitadas. Las primeras enclerran un volumen finite y dan lugar unciopo oie ‘coninictn se reaza una dasiiacén dea superices mi impotantes eRUPO [Faun clase SUPERACIE Planes Piano Regulares < Teva Gabo onset Polls ay Bey Desaroles eel ies) PN Dodiecaedro WS SY \eosaedro Treglres Resiados Pimide Gang cinices KX “| Raviodes Prisma ciao clindcas Alabeadas Paraboloide posse be revalucin cunas period oves Bisse DT- 18.4 4. PIRAMIDE 4.4, Definicién, Como hicimos en el tema 10 al estudiar las curvas cénicas distinguiendo entre superficie cénica y cono, hace- mos lo mismo con la pirémide, definiéndola como el cuerpo limitado por una superficie piramidal cerrada y un plano secante a todas sus aristas que en su interseccién con las caras laterales genera la base del poliedro. Una superficie piramidal (D.1) es la generada por las infinitas rectas (generatrices) que desde un punto fijo (vértice) se mueven apoyandose en una linea poligonal abierta o cerrada (directriz). Las aristas son las gene- ratrices que pasan por los vértices de la directriz. En una pirémide (0.2), las caras laterales son siempre triangulos con un vértice V comtn, y dos de sus lados, las aristas laterales, en comin con las caras adyacentes, La altura de una pirdmide es la distancia VV+ del vértice al plano de la base, es decir, a su proyeccién ortogonal sobre éste. Un tronco piramidal o piramide truncada (D.3) es el volumen que encierra una superficie piramidal cerrada y dos planos, paralelos o no. Si son paralelos, las bases son semejantes. Clasificamas las pirémides en regulares e irregulares. Las primeras cumplen dos condiciones: su base es un poligono regular y el vértice se halla sobre la pependicular a la base desde su centro, Al lado del poligone de la base se le llama arista basica, y todas las aristas y caras lalerales son iguales. Pirdmide irregular es cualquiera que no cumpla las dos condiciones anteriores. En cualquier caso, una piramide regular no es un poliedro regular. 4.2, Representacién de una pirémide y proyecciones de un punto de su superficie. Llamamos contorno aparente de un sdlido a la linea que envuelve su proyeccién sobre un plano. Puede estar formado por lineas rectas (caso de un poliedro), curvas o mixtas, pero es siempre visto. Si es un poliedro, dentro del contorno y dependiendo del niimero de aristas y de su posicién, puede haber aristas ocultas. Dibujamos las proyecciones de la pirdmide de base ABCDE sobre el plano horizontal y vertice V (D.4). El contorno aparente horizontal lo determinan los vertices ViC1B1ArE1Dr, y el vertical, el tringulo 2A2C2. En proyeccién vertical las aristas laterales VE y VD son ocultas por estar detras de las caras AVB y BVC, dibujandose, en consecuencia, a trazo discon- tinuo 0 fino. Un método seguro para saber si una arista queda oculta en alzado, es mirar en planta si el vertice del que parte (Es y Dr en este caso) esta por encima de los vértices de la base que determi= nan el contorno aparente vertical (Ar y C1). En planta, sélo la arista CD de la base queda oculta porque al quedar la proyeccién horizontal del vértice fuera de la base, dicha arista queda oculta por cuatro de las cinco caras laterales, Si nos dan la proyeccién Pz de un punto P arbitrario de la superficie de la piramide, su posicién queda indeterminada porque puede pertenecer a dos caras. Para obtener las posibles proyecciones horizontales, trazamos la proyeccién V2M2 de la generatriz que pasa por el punto, que determinara las dos proyecciones horizontals ViM1y ViM's a las que referimos la proyeccién P2 dada para obtener las dos proyecciones P1 y P’r posibles. No ocurriria lo mismo si nos dan la proyeccién horizontal del punto Q, que por pertenecer sélo ala generatriz VN de la superficie, le corresponde una Unica proyeccién vertical Qz. DT-18.2 1.3. Pirémide regular de base situada en un plano cualquiera. Retomamos el dibujo 19 de la pagina 15.6, donde representamos las proyecciones de un cuadrado ABCD conte- ride en un plano oblicuo. Dibujames ahora la pirdmide regular de base dicho cuadrado y altura 4em (D.5). Necesitamos determinar el vértice V sobre la recta r perpendicular al plano a trazada desde el centro O del cuadrado, tal que la distancia OV en verdadera magnitud sea de 4cm. Al ser una recta oblicua, en ninguna de sus proyec- clones Ia longitud de los segmentos OrV1 y (02V2 sera de dem. Como se explicé en el tema 14 (ver D.46, pag. 14.11), cogemos previamente un punto cual- quiera'M de la recta, hallando en proyeccién horizontal la verdadera magnitud O1/M) del segmento OM, sobre la que llevamos desde O7 los 4m, y del abatimiento (V) obtenemos las proyecciones Vi-V2 del vértice Queda por determinar qué aristas son vistas y ocultas. Lo primero es dibujar el conterno aparente en ambas proyecciones. Observando ala vez la planta y el alzado, vemos que las. tres aristas VA, AB y AD concurrentes en A. estan en la parte inferior de la piramide, por lo que en proyeccién horizontal quedaran ocultas. Lo contrario que VC, que esta en la parte superior y es vista en planta. En proyeccién vertical puede ofrecer dudas la arista CD, pero si no vemos que esta tapada por tres caras (My a i™~ laterales, ha de ser oculta porque de los ANC /-_tostterasapanacsiocne gato trie a dos arias wotas, Vary ~ wee eats, Vans, cosa que solo puede ccurfi Gn ut NR ini} yelozacoloaueseveastone. yarice(lampoco pueden cortarse dos cculas) ie os Hacemos lo mismo con el dibujo 17 de la pagina 15.5, representando ahora la pirdmide de base el triéngulo recténgulo ABC situado en el plano a de canto, y altura 4em (D.6). ‘Al no ser una piramide regular nos deben especi- ficar la posicién del vértice en el espacio, o bien |a altura y la proyeccién del vértice sobre el plano de la base, ‘Supongamos que tal proyeccién es el baricentro del triéngulo ABC. Para obtener sus proyecciones no es necesario hallarlo previamente sobre el tridngulo abatido en uno de los planos de proyec- cién, porque de las medianas podemos determi- nar los extremos en los puntos medios de los, lados directamente en la proyecién horizontal de los mismos. El baricentro, a diferencia del circun- centro, ortocentro e incentro, es el Unico de los puntos notables de un tridngulo que podemos obtener directamente sobre cualquiera de sus proyecciones Por ser « un plano de canto, la recta r perpendicu- lar al mismo desde el baricentro P de la base, es frontal y podemos llevamos directamente los 4cm en proyeccién vertical desde Pz. En alzado todas, las aristas son vistas, pero en planta las tres aristas VA, AB y AC que parten de A quedan ‘ocultas por estar este punto en la parte inferior de la piramide, DT- 18.3 1.4, Desarrollo de una pirémide. Desarrollar una poliedro consiste en dibujar sobre un plano todas sus caras en verdadera magnitud, de manera que estén conectadas mediante aristas en comtin. Si la pirémide tiene la base o una de sus caras en el plano horizontal o vertical, ésta ya esta en verdadera magnitud y abatiremos el resto de las caras sobre este plano, que es la forma mas facil de dibujar el desarrollo de la piramide. Sea la piramide ABCV de base triangular en el plano horizontal. Queremos dibujar su desarrollo y lo hacemos de dos maneras: abatiendo cada una de las caras laterales sobre el plane horizontal de tal forma que las aristas de la base sean las charnelas de los sucesivos abatimientos (desarrollo tipo platano) (D.7), y dibujando las caras laterales unidas por la arista comin, con la base unida a alguna de las caras (desarrollo tipo abanico) (D.8). Ve Comenzamos, por ejemplo, con la cara AVD, abatiendo solo el vértice V con char- nela A1D1. Uniendo el abatido (V)1 con las proyecciones At y D1 de los vértices A y D construimos la primera cara en verdadera magnitud. Ahora podriamos repetir el pro- ceso conlas tres caras restantes, o reall- zarlo de forma sencilla como a continua~ ciénySe explica ‘Seguimos con la cara AVB. El abatido (V)2 del verlice respecto a la charnela AsB1 se encuentra en la perpendicular a ésta desde V1 y a una D. distancia de A1 igual que la de Ar a (V), que es la verdadera magnitud de la arista VA. Por eso trazando el arco de centro A: desde(V)1 hasta cortar a la mencionada perpendicular determi- amos el segundo abatimiento de V, que uni- mos con Ar y Br para obtener la segunda cara de la pirdmide. Y asi seguirlamos abatiendo el vértice V tantas veces como caras tenga la pirée mide, de forma ordenada y en el mismo sentido, Si para dibujar e| desarrollo en abanico de Ia piramide no partimos del dibujo anterior, necesitamos obtener todas las aristas en verda- dera magnitud (por el método de distancia entre dos puntos o de giro), y construir cada una de las caras y la base por triangulacién, D bs DT-18.4 1.5. Seccién plana de una piramide. La seccién que produce un plano en una piramide (y en cualquier otro poliedro) es un poligono, cuyos vértices con las intersecciones del plano con cada una de las aristas laterales y de la base que corte. El método mas inmediato y también laborioso consiste en ir hallando una a una todas las intersecciones recta-plano que hagan falta, Sin embargo, cuando el plano sea oblicuo, simplificaremos el proceso recordando la relacién de homologia que se establece entre la base de la piramide y la seccién que un plane le produce (ver pag.8.4) ‘Comenzaremos seccionado una pirdmide por un plano proyectante horizontal (D.9) y otro vertical (D.10), para realizar luego la secci6n con un plano oblicuo (D.11). En los dos primeros casos, las inlersecciones recta-plano de las aristas son inmediatas, reduciéndose la seccién en una de las dos proyecciones a un segmento. Ademas, en todas ellas obtendremos la seccién abatida en verdadera magnitud @) be (2 b.10 DT- 18.5 ‘Siempre que la base de una pirdmide esté sobre el plano horizontal, entre las proyecciones horizontales de la base y de la seccién que produce un plano a, hay una homelogia de centro el vérlice V de la pirdmide y eje de homologia la traza a1 del plano. Hacer uso de esta correspondencia agiliza bastante la resolucién, y reduce el ndmero de lineas a trazar en el dibujo y la posibilidad de confusién por este motivo. V2 Para comenzar hay que hallar la interseccién de una arista lateral, VA Por ejemplo, con el piano a. Dicha arista est contenida en la recta r, ‘cuya interseccién 1 con el plano dado abtenemos mediante el plano auxiliar B, proyectante horizontal de r. A partir de aqui, hallamos los puntos de interseccién restantes haciendo uso de ia homologia, Recordemos que toda pareja de puntos homolégicos est alineada con el centro de homologia, y que dos rectas homolégicas se cortan en el eje. pia) oat Si el punto homolégico de Ar es 11, la homolégica de la recta A7E1 es la que une M (punto doble) con 11, y que corla en 51 ala arista VE, Determinada la pareja de homolégicos 51 y E1, seguimos el proceso de forma orde- nada hallando el punto 41, homolégico de D1, que se halla en la arista VD y en la homolégica de la recta DE, que es la que une N con 51. La interseccién de la arista VC con el plano no se puede hallar apoyandonos en la Pareja D1 y 41, porque el punto doble comin a las rectas C1Dr y a su homolégica sale fuera del papel, asi que retomamos la homologia en el sentido contrario desde 11, obteniendo previamente el punto 21, homolégico de Br utilizando el punto doble Q del eje. Determinada la proyeccién horizontal 1121314151 de la seccién, abtenemos la vertical 1222324252 refiriendo sus vértices a la proyeccién vertical de las aristas laterales, Para simpificar el abatimiento de la seccién sobre el plano horizontal, utilizaremes ahora la otra trasformacién geométrica que asocia la proyeccién horizontal de la seccién que praduce un plano en una pirdmide o prisma con el abatimiento de la misma sobre el plano horizontal: la afinidad ortogonal de eje la traza a1. Hay que abatir un sélo punto, el 1 por ejemplo, auxilidndonos en la resolucién de la recta horizontal s que lo contiene. Si el punto (1) es el afin de 11, la afin de la recta 1151 es la que une M (ahora punto doble de la afinidad) con (1), y que corta a la perpendicular al eje desde 51 en el punto (5). Ahora la afin de la recta 4151 es la que une N con (5), y (4), 01 afin de 41. Y asi continuamos obteniendo las parejas (3) y (2) de los puntos 31 y 21 respectivamente. ‘Observa que todos los puntos dobles M, N, Py Q de la homologia lo son también en la afinidad. DT-18.6 1.6. Interseccién de una pirdmide con una recta ‘Vemos dos métodos. En ambos haremos pasar por la recta un plano auxiliar que produce una determinada sec- cién plana en la pirémide; la interseccién de la recta con dicha seccién son los dos puntos de entrada y salida de la recta en el volumen. La diferencia entre los dos métodos radica en el plano auxilar utilizado. En el primer método (D.12 y 13), aplicable a las superficies radiadas (pirdmides, conos, prismas y cilindros), el plano a que contiene a la recta r pasa por el vértice de la pirdmide, por lo que la seccién que produce en el sélido es un tridngulo, dos de cuyos lados son generatrices de la superficie lateral, faciles de obtener. El plano a quedara determinado por la recta r y por otra s que une el vértice con un punto cualquiera M de r. La traza horizontal a del plano que une las trazas horizontales Hr y Hs de las dos rectas, corta en los puntos Ty 2a la base de la piramide, y las generatrices seccién V1 y V2 cortan a la recta r en los puntos E y S buscados. El segundo método (0.14) es mas general, y se aplica principalmente en poliedros. El plano auxiliar utilizado es el proyectante de la recta r que mas convenga, el horizontal en este caso. Nuevamente, la interseccién de r con la pirmide son los puntos E y S de corte de la seccién 1234 producida por el plano a con la recta r. Para determinar las partes vistas y ocultas de la recta, no siempre basta con obtener los dos puntos de interseccién con el poliedro, porque ademas del tramo comprendide entre estos. slempre oculto en ambas proyecciones, si uno de ellos no es visto en alguna de las dos, co- mo ocurre con Ez, habra otro tramo oculto por alguna de las caras laterales de la pirémide, D4 en nuestro dibujo a la derecha de Ez. DT-18.7 2. PRISMA 2.4, Definicién. Un prisma es el volumen limitado por una superficie prismatica cerrada y dos planos paralelos que cortan a todas sus aristas generando en las interseccién las dos bases iguales del poliedro. La diferencia entre una superficie piramidal y una prismatica, ambas desarrollables y radiadas, es que en ésta iltima el vértice es un punto impropio, y en consecuencia todas las generatrices y aristas son paralelas. Las aristas laterales (D.15) miden siempre lo mismo y las caras laterales son siempre paralelogramos, rectén- gulos si el prisma es recto. La altura del prisma es la distancia entre los planos que contienen a las dos bases, es decir, la distancia HH que Une cualquier vértice con su proyeccién ortegonal sobre el plano de la otra base. La seccién recta de un prisma es la producida por cualquier plano perpendicular a sus aristas laterales. Clasificamos los prismas es rectos, si las aristas laterales son perpendiculares a las dos bases, oblicuos, sino lo son, y regulares (0.16), si ademas de ser rectos, sus bases son poligonos regulares. En este ultimo caso, las caras laterales son recténgulos iguales, y al lado de la base se le llama aristas basiea del prisma, Un paralelogramo es un prisma cuyas caras son seis paralelogramos, las opuestas iguales y paralelas. Y un paralelogramo rectangulo u ortoedro (D.17) es aquel cuyas caras son seis rectangulos (caja de zapatos). D.16. Prisma hexagonal regular .18, Prisma pentagonal oblicuo bar 2.2. Representacién de un prisma y proyecciones de un punto de su superficie. Siendo las caras laterales de un prisma paralelogramos y sabiendo que la prayeccién de un paralelogramo sobre cualquier plano es otro paralelogramo, las aristas laterales de un prisma seran siempre paralelas entre si en ambas proyecciones, y las bases seran poligonos iguales, eo ok @ He Representamos un prisma oblicuo de base pentagonal ABCDE sobre el pla- no horizontal (D.18). El contorne aparente horizontal lo determinan los vérlices A:BiC:DsIiJiF1, y el vertical, el paralelogramo E2C2H2v2, En proyeccién vertical, sélo la arista lateral Des oculta porque en planta D1 es el nico vertice de la base que esta por encima de los vertices Er y Cr de los que parten las aristas EJ y CH que determinan el contorne aparente vertical En planta, las tres aristas AE, ED y EJ que concurren'en E quedan ocultas por tres caras laterales y la base superior (si queda alguna duda, observa que E pertenece ala base infe- rior y'H a la superior). Recuerda que en ningu- na proyeccién se pueden cortar dos arislas ocultas ni dos vistas, excepto en un vértice. Como hicimos en la piramide, y partiendo en este caso de la proyeccisn Pde un punto P arbitrario de la superficie del prisma, obtene- mos las dos posibles proyecciones verticales, ya que el punto puede pertenecer a la caras, AEJF 0 BCHG, Para ello trazamos la proyec- cién horizontal PiM1 y PsN1 de las dos posi- bles generatrices que pasan por P, dibujando- las luego en alzado desde Noy Ma, y refiriendo a ellas la proyeccién dada P1 obtenemos las, proyecciones verticales P2 y P’2 buscadas. DT-188 2.3, Prisma regular de base situada en un plano cualquiera. Realizamos dos ejercicios similares dibujando en ambos un prisma cuadrangular regular de 3cm de altura, el primero con la base sobre un plano ablicuo y el segundo sobre un plano paralelo a la LT, partiendo de las pro- yecciones de la base, a las que abriamos legado tras abatir y desabatir los respectivos planos de las bases con éstas dibujadas en verdadera magnitud. Para levantar el prisma de base ABCD sobre el plano a (D.19) trazamos una cualquiera de las aristas laterales, la que pasa por C por ejemplo, que por tratarse de un prisma recto, sera per- pendicular al plano a de la base. ‘Obtenemos el vértice G de la arista por giro (ver D.19, pag. 17.5), tomamos un Punto arbitrario M de ésta y girando el segmento CM alrededor de la recta vertical que pasa por C (eje de gira) hasta convertirio en frontal, Sobre la proyeccién vertical del segmento girado, en verdadera magnitud, situamos a 3cm de Cz la proyecién G'2 del vertice G girado, y deshaciendo el giro, obtene- mos las proyecciones Gzy Gr del vérti- ce por este orden, Finalmente, trazaremos desde los res- tantes vertices de la base y en ambas proyecciones las aristas laterales, para- lelas y de igual medida que CG, y unien- do los extremos EGFH completamos el Prisma dibujando las aristas vistas y ‘ocultas tal como se aprecia en el dibujo. Sila base esta en un plano paralelo ala LT el ejercicio se simplifica (D.20), porque al ser las aristas laterales rectas de perfil, sus terceras proyecciones estén en verdadera magnitud y podemos medir sobre ellas los 3cm de altura, Pepe Dibujamos la traza abatida (as) con un plano P auxiliar de perfil, y desde la tercera proyec- cidn Ds de un vértice cualquiera de la base situamos perpendicularmente la arista DsHs de 3cm de longitud. A partir de Hs determina- mos las otras dos proyecciones H y Hz de este vértice, y dibujamos en planta y alzado el resto de aristas laterales, de la misma medida yy paralelas a DH. Bs Igual que en el prisma del dibujo anterior, en la proyeccién vertical quedan ocultas las tres aristas AD, CD y DH que parten de D, y en la horizontal, las que parten de B: AB, BC y BF. DT-18.9 2.4, Desarrollo de un prisma. Sea el prisma oblicuo de base cuadrilatera ABCD sobre el plano horizontal y altura h (D.21). como hicimos en la pirdmide, dibujamos sus desarrollo de dos maneras y por el mismo método. Efe he end Dat Comenzamos, por ejemplo, con la cara ABFE, abatiendo el vertice F en (F)1 con charnela A181. Con los lados A181 y B1(F)1 de la cara abatida, y sablendo que es un paralelogramo, determinamos el vértice (E)1, 0 bien trazamos desde E1 la per-~~ pendicular a la charnela hasta cortar al lado (F)1(E):, completando asi la primera cara en ver- dadera magnitud. Ahora podriamos repetir el proceso con las tres caras restantes, o realizarlo de forma mas sencila: Continuames con la cara ADHE. El abatido (E)2 del vértice E respecto ala charnela AiD1 se en- cuentra en la perpendicular a ésta desde E1y a una distancia de A1 igual que la de A1 a (E)1, que es la verdadera magnitud de la arista AE. Por eso trazando el arco de centro A1 y radio Ax(E)1 hasta cortar a la mencionada perpendicular determina- mos el segundo abatimiento de E que unimos con AT para dibujar la segunda cara de la piramide. Y asi seguiriamos con las dos caras restantes tra- zando, por una parte, las perpendiculares desde las proyecciones horizontales H1 y Gr a sus res- petivas chamelas C1D1 y CBr, y por otra parte los arcos de centro Dry Cr de la base. Comprabamos finalmente que la construccién es correcta, porque 81(F)2 y B1(F)1 miden igual. Representamos también el desarrollo del prisma con sus cara laterales Unidas por sus aristas en comin y la base unida a una de las caras (0.22). Sino partimos del dibujo anterior, para dibujar este desarrollo necesitamos obtener todas las aristas en verdadera magnitud, y cons- ‘ruir cada una de las caras y la base por triangulacién. p22 a DT- 18.10 2.8, Seccién plana de una prisma. \Vimos en la pirémide, que obtener la interseccién de un poliedro con un plano proyectante es inmediata, porque los vérlices de la seccién quedan determinados de forma directa en una de las dos proyecciones. En el prisma, resolveremos la seccién que un plano a oblicuo le produce, de dos maneras. En la primera (D.23), como hicimos en la pirdmide, obtenemos la interseccién de una de las aristas con el plano y completamos la seccién haciendo uso no de la homologia, sino de la afinidad ortogonal de eje a1 que hace corresponder, en proyeccién horizontal, la base del poliedro con la seccién que el plano a le produce. D2 Escogemos la arista AE, contenida en la recta r, para obtener el punto 1 de interseccién de ésta con el plano «. Si el punto afin de Ar es 11, la afin dela recta ABs es la que une M (punto doble) con 11, y que corta en 21 ala arista B1F1, Determinada la pareja de afines 21 y Bs, hallamos el punto 31, afin de C1, que se halla en la arista CG y ena afin de la recta BCs, que es la que pasa por N y por 21. Seguimos la seccién hallando el punto inter- seccién 41, afin de D1, que esta en la arista DH y en la afin de la recta CDs, que une P con 31. Como comproba- in, las rectas AsD1 y 1141 se cortan en un punto Q del eje de afinidad. Una vez completa la proyeccién horizon- lal de la seccién, obtenemos la vertical refiriendo sus vértices a la proyeccién vertical de las aristas laterales Aligual que en la piramide, también dibujamos la seccién abatida sobre el plano horizontal utilizando, como entonces, la afinidad ortogonal de eje a1 que asocia la proyeccién horizontal de la seccién que produce el plano a.con el abatimiento de la misma sobre el plano horizontal. Comenzamos abatiendo un punto de la seccién, 2 Por ejemplo, mediante la recta s horizontal que pasa por él. Si el punto (2) es el afin de 27, la afin de la recta 1127 €s la que une M (también punto doble de la segunda afinidad) con (2), y que corta a la perpendicular al eje desde 11en el punto (1). La afin de la recta 1741 es la que une Q con (1), cortando en (4) ala perpendicular a at desde 41. Finalmente (3) se halla tanto en la recta que une (2) con N, como en la que une (4) con P DT- 18.11 En el dibujo 24 resolvemos la seccién mediante un cambio de plano vertical con la nueva linea de tierra perpen- dicular a la traza at del plano, de tal manera que éste se convierte en un plano proyectante vertical. El objetivo es, dibujando el nuevo alzado del prisma, obtener directamente los puntos de corte de las aristas con el plano. Al ser un cambio de plano vertical, ni la proyeccién horizontal del prisma ni la traza horizontal at varian, y la nueva traza o'2 del plano se obtiene hallande la proyeccién M'z de un punto cualquiera M de la traza az (ver 1.10, pag.17.3), Para dibujar la nueva proyeccién vertical del prisma basta obtener la nueva proyeccién C’2F'2 de una de las aristas y dibujar las tres restantes paralelas y de misma longitud, De esta manera, obtenemos directamente los puntos 1'22'23'24'2 de la seccién en la proyeccién sobre el nuevo plano vertical, que referimos primero a las proyecciones horizontales de las aristas laterales, y de éstas a las verticales. Ha E Fe DT- 18.12 2.6. Interseccién de un prisma con una recta. Como se explicé en la piramide, el método consiste en hacer pasar por la recta un plano auxillar que produce una determinada seccién plana en el prisma; la interseccién de la recta con dicha seccién son los dos puntos de ‘entrada y salida de la recta en el poliedro. En este caso (0.25 y 26), el plano auxiliar a utllizado es paralelo a las aristas del prisma, que producira en el sélido una seccién cuadrilétera, dos de cuyos lados son generatrices de la superficie lateral faciles de obtener. El plano a quedara determinado por la recta r y por otra s paralela a las aris- tas laterales que trazamos desde un punto arbitrario M de r. La traza horizontal a1 del plano que une las trazas horizontales Hr y Hs de las dos rectas, corta en los puntos 1 y 2 a la base de la prisma, desde donde dibujamos las generatrices de la superficie que cortan a la recta r en los puntos E y S buscados, 225 En el alzado, los dos puntos E y S de interseccién son vistos por pertenecer a las dos caras laterales vistas, por lo que sélo el tramo de la recta r comprendide entre ellos es aculto. Pero en la planta sélo E es visto y en consecuencia, ademas del trame E1S1, también seré oculta la parte de la recta que queda ala derecha de St dentro del contorno aparente. DT- 18.13

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