padres de Luis (cinco años) y de Othon (dos años) tienen pocos puntos en común.Maximiliano es un erudito concienzudo y opaco. María es una mujer de aire libre: ella lanza la moda del alpinismo (Plon).
Luis II, el rey loco de Baviera
Este niño con un tambor es el príncipe Luis en 1852. A los ocho años se muestra sobre todo apasionado por los juegos de construcción y el dibujo (Plon).
Luis II, el rey loco de Baviera
La familia real hacia 1860. En esta foto un poco rígida, Maximiliano ha deseado, por convencionalismos, que su esposa sostenga un libro abierto, como si hubiera sido sorprendida en su lectura. Ahora bien, ella confiesa: “Jamás abro un volumen y no puedo entender cómo es de Baviera Luis II, el rey loco posible pasar tanto tiempo leyendo” (Col. R. Commault). Un documento raro: la reina y sus dos hijos a la mesa. Imagen burguesa, escena cotidiana, momento íntimo. Maximiliano acaba de morir. Luis II es rey y jefe de familia. (Col. R. Commault) Luis II, el rey loco de Baviera El joven rey Luis II de Baviera, muy seductor, hace latir innume- rables corazones femeninos. En vano. De repente, en 1867, se compromete con su prima Sofía, hermana de Sissi. Pero después de seis meses de hacerle una ex- traña corte, Luis rompe el noviaz- go, consciente de su homosexua- lidad cada vez más afirmada. Sofía, que se casará con el duque de Alençon, perecerá heroicamen- te en el incendio del Bazar de la Caridad. (Snark Int.)
Luis II, el rey loco de Baviera
Richard Wagner. Su encuentro con Luis II, en 1864, es el prin- cipio de una increíble novela que se puede seguir a través de su correspondencia, una de las más bellas que existen. Durante más de veinte años, el rey de Baviera ha sido su protector. Luis II, uno de los más grandes mecenas del siglo XIX, salvó a Wagner. (Hachette).
Luis II, el rey loco de Baviera
Bismarck. El Canciller de Hierro, quien no era hombre de fáciles cumplidos, estimará siempre a Luis II. Lo considera “bien dotado y penetrado del sentimiento de su futuro”. Frente a la ascensión prusiana, el joven rey de Baviera sabrá preservar la independencia de su país. (Snark International).
Luis II, el rey loco de Baviera
La unidad alemana está hecha. Pero el imperio alemán es dominado por la Prusia protestante que debe contar con la Baviera católica. El 16 de julio de 1871, en Munich, Luis II y Federico de Prusia pasan Luis II, el rey loco de Baviera revista a las tropas. (Staatsbibliothek Berlin). El rey de Baviera pone el ma- quinismo al servicio de los sue- ños. En su tren especial azul y oro, verdadero palacio rodante, este asombroso vagón-salón prefigura la decoración pesada de sus castillos. (Col. R. Commault)
Luis II, el rey loco de Baviera
Para evadirse lejos de los hombres, Luis II parte en crucero por el lago de Starnberg. Hace arreglar un pequeño vapor al que bautiza Tristán en honor a Wagner. Más tarde, en el mismo navío, Sissi lo acompañará mientras huye del mundo. (BN-Plon) Luis II, el rey loco de Baviera Luis II de Baviera de 1862 a 1885 o las metamorfosis de un rey. Reunidos como secuencias de un filme, estos documen- tos muestran la espectacular transformación del monarca. El príncipe heredero en 1862 se convierte, a los dieciocho años y medio, en uno de los soberanos más seductores de Europa. Alto, delgado, esbel- to, tiene mejor aspecto en uni- forme que en traje civil. El tiem- po pasa. Una caída de caballo que le impone una cierta inmo- vilidad, un apetito de ogro, ex- cesos en la bebida y, sin duda, un desarreglo glandular, tornan al rey irreconocible.
Luis II, el rey loco de Baviera
Abotagado, hinchado, el cuerpo pesado y torpe, se convierte en un gordo descuidado. Sólo la mirada ha seguido siendo casi la misma. Los ojos alzados hacia lo inaccesi- ble son un signo de evidente esqui- zofrenia. Pero hacia el fin de su vi- da los ojos adquieren una fijeza ca- si insostenible. En la última foto- grafía del rey vivo -aún no tiene cuarenta años- se descubre la mi- rada de la locura. (Bildarchiv Preussicher Kulturbesitz).
Luis II, el rey loco de Baviera
Los castillos de Luis II de Baviera son de dos tipos: aquellos donde vivió de niño y aquellos que hizo construir. Nymphenburg, a las puer- tas de Munich, donde Luis II nació el 23 de agosto de 1845. Era la resi- dencia deLuis verano II, el reyde locola defamilia Baviera real. (Plon). Hohenschwangau, que se diría escapado de un cuento de Walter Scott, se alza al pié de los Alpes bávaros. El joven Luis II pasa allí su infancia, fascinado por la leyenda que hechiza esos lugares, Luis II, el rey loco de Baviera la Neuschwanstein, el primer cas- tillo construido por Luis II, es también el más fantástico por su concepción y su situación. Esta falsa fortaleza medieval se ha convertido en el símbolo más cé- lebre y turístico de Baviera. Desde Hohenschwangau (al fon- do, a la derecha), Luis II vigilaba su construcción a partir de 1869. Es obra inacabada. (Fremdenverkher - Bayern).
Luis II, el rey loco de Baviera
Linderhof, el castillo más pequeño de Luis II. Esta imitación del Trianón de Versailles, en el corazón de un parque alpino de treinta hectáreas, es una vi- sión encantadora. Luis II, el rey loco de Baviera Herremschiemsee. En medio de un lago, sobre una isla, Luis II, admirador incondicional de Luis XVI, ha construido su Versailles. La exactitud histó- rica (reconstrucción de la Escalera de los Embajadores) llega a los riesgos del “pastiche”; su Galería de Luis los II, Espejos mide el rey loco veintidós metros más que de Baviera la En el parque de Linderhof, Luis II construye una falsa gruta para crear la ilusión de Venusberg, en Tannhäuser. En el lago artificial cu- yas aguas están iluminadas por pi- las, el rey solitario navega en una concha dorada... (Col. Part.)
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La emperatriz Elizabeth de Aus- tria, Sissi, prima de Luis II. Ocho años mayor que él, fue la única mujer que comprendió al rey de Baviera. Fue una de las damas más bellas de su tiempo y una de las más perspicaces. Por Luis II sintió una ternura mezclada de preocupación. Él la llamaba “La Paloma”, y ella le decía “El Águi- la”. Su hijo Rodolfo murió en la tragedia de Mayerling, en 1889. Sissi pereció bajo el puñal de un anarquista italiano en 1898, a ori- llas del lago Leman. (Roger - Viollet).
Luis II, el rey loco de Baviera
A partir de 1871, decepcionado por las guerras y la política a las que llama “pamplinas del Estado”, privado de la presencia de Wagner exiliado en Suiza, Luis II abandona Munich para refugiarse en las montañas de Baviera. Por senderos nevados se desliza el trineo real, llevando al rey de los Alpes. Una campesina cuenta esta aparición inolvidable: “Para mí era un arcángel... Sólo oía el piafar de los caballos que sacudían sus arneses de plata. Sus collares ornados de campanillas sonaban en mis oídos como carillón de campanas. Las bestias cubiertas de espuma sacudían sus crines, penachos de plumas blancas danzaban sobre sus cabezas...” (Bildarchiv Preussicher Kulturbesitz). Luis II, el rey loco de Baviera El doctor von Gudden, médico alienista, presidía la comisión que declaró loco al Rey. Su comportamiento en el arres- to, la internación y la muerte del Rey siguen siendo sospechosos. (Ullstein).
Luis II, el rey loco de Baviera
El 13 de junio de 1886, a las diez de la noche y a orillas del lago Starnberg, se recuperan los cuerpos del rey de Baviera y de su psiquiatra. Con esta doble muerte, un enigma histórico se plantea. Comienza la leyenda del rey loco. (Dibujo aparecido en L´Illustration del 26 de junio de 1886. (Col. Snark International). Luis II, el rey loco de Baviera
Isabel la Católica: Reino de Castilla, 1451. Nace la enérgica mujer y excepcional gobernante bajo cuyo mandato se logrará el descubrimiento de América y la reconquista de Granada.
Juana la Reina: Europa, siglos XV y XVI. Juana I de Castilla, traicionada por todos, vive apasionadamente una trágina historia de amor, ambiciones y soledad.