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ideologta de género: sus I peligros y alcance Detrés del uso cada vez més difundido de la expresidn «género», en vez de la palabra «sexo, se esconde una ideologta que pretende eliminar la idea de que los seres humanos se dividen en dos sexos. Esta ideologta quiere afirmar que las diferencias entre el hombre y la mujer, mas allé de las obvias diferencias anatémicas, no corresponden a una natu- raleza fija, sino que son produeto de la cultura de un pats 0 de una época determinadas. Segiin esta ideologia, la diferencia entre los sexos se considera. como algo convencional- ‘mente atribuido por la sociedad y cada uno puede «inventarse» a s¢ mismo. Desaparece la diferencia entre lo que esta permitido y lo que esta prohibido en este dmbito. El ’. Las afirmaciones citadas podrfan pare- cer suficientemente reveladoras sobre la peligrosa agenda de los promotores de esta «perspectiva>. Sin embargo, existen atin otros postulados que las «feministas, dde género» propagan cada vez con mayor fuerza: «Cada nifo se asigna a una w otra categoria en base a la forma y tamafio de sus Grganos genitales. Una vez hecha esta asignacién, nos convertimos en lo que la cultura piensa que eada uno es, mujer o var6n, Aunque muchos crean que el hombre y la mujer son expresién natural de un plano genético, el género es producto de la cultura y el pensa- miento humano, una construceién social que crea la verdadera naturaleza de todo individuo»’. Asi para las feministas de género, este «, 70. L. Guner— P Wesastrn, «The Dangers of Feminity. en Gender Diferences: Sociology of Biology? 4 Gender Outlae, 115. 596 minis? (Quien rbé el feminism?) con el fin de distinguir el feminismo ideologfa radical surgido hacia fines de los aiios 60, del anterior movimiento fe- minista de paridad. He aqui las palabras de Hoff Sommers: «El feminismo de paridad es sencilla- mente la ereencia en la igualdad legal y moral de los sexos. Una feminista de equidad quiere para la mujer lo que quiere para todos: tratamiento justo, au sencia de diseriminacién, Por el contra~ rio, el feminismo de género es una ideo logia que pretende abarcarlo todo, segtin la cual, la mujer norteamericana esta presa en un sistema patriarcal opresivo. feminista de equidad opina que las Beng pees ce eee es ers jer; la feminista de género a menudo piensa que han empeorado. Ven seitales de patriarcado por dondequiera y pien- san quel situain se pon par Pero esto carece de base en la realidad norte- americana, Las cosas nunca han estado mejores para la mujer, que hoy conforma €1 55 % del estudiantado universit mientras que la brecha salarial contin cerréndose>", Al parecer, este «feminismo de género» tuvo una fuerte presencia en la Cumbre de Pekin. Asf lo afirma Dale O'Leary, autora de numerosos ensayos sobre fa mujer y participante en la Conferencia de Pekin, quien asegura que, durante to- das las jomadas de trabajo, aquellas mu- jeres que se identificaron como feminis- las abogaron persistentemente por incluir la «perspectiva del género» en el texto, por la definicién de como roles socialmente construidos y por el uso de «género> en sustitucién dé mu- Jer ode masculino y femenino. Entrevista a C. Hove Souwens, en Faith and Freedom 992 IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS Y ALCANCE De hecho, todas las personas familiar das con los objetivos del «feminismo de ‘g6nero> reconocieron inmediatamente la conexién entre la mencionada ideologia yel borrador del Programa de Accisn del 27 de febrero, que incluia propuestas aparentemente inocentes y términos par- ticularmente am! NEOMARXISMO En palabras de Dale O'Leary, la teorfa del «feminismo de género» Se basa en una interpretacion neo-marxista de la historia, Comienza con la afirmacién de Mars de que toda la historia es una lucha de clases, de opresor eontra oprimido, en una batalla que se resolverd solo cuando los oprimidos se pereaten de su situa cién, se alcen en revolucién e impongan una dictadura de los oprimidos. La so- dad serd totalmente reconstruida y emergerd la sociedad sin clases, libre de conflictos, que asegurard la paz y pros- peridad ut6picas para todos. O'Leary agrega que Frederick Engels fue quien senté las bases de la unin entre el marxismo y el feminismo. Para ello cita cl libro El origen de la familia, la propie- dad y el Estado, escrito por el pensador alemian en 1884, en el que sefala: «El primer antagonismo de clases de la histo- ria eoincide con el desarrollo del antago- nismo entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monégamo, y la primera opresién de una clase por otéa, eon la del sexo femenino por el masculino»’, Segtin O'Leary, los marxistas ¢lasicos crefan que el sistema de clases desapa- recerfa una vez que se eliminara la pro- piedad privada, se facilitara el divorcio, RB Sate Internation c1is, The Origin ofthe Family, Property and the blishers, New York 1972) 65-66. se aceplara la ilegitimidad, se forzara la entrada de la mujer al mereado laboral, se colocara a los nifios en institutos de cuidado diario y se eliminara la religion, Sin embargo, para las «feministas de gé- nero», los marxistas fracasaron por con- centrarse en soluciones econémicas sin alacar directamente a la familia, que era Ja verdadera causa de las clases. En ese sentido, la feminista Shulamith restone afirma la necesidad de destruir la diferencia de clases, mas atin, la diferen- cia de sexos segurar la elimina cin de las clases sexuales, se requiere que Ia clase subyugaa las mujeres) se alee en revolucién y se apodere del eon- trol de la reproduccién; se devuelva a la mujer la propiedad sobre sus. propios Cuerpos, como también el control feme- nino de la fertilidad humana, incluyendo tanto las nuevas tecnologias como todas Jas instituciones sociales de nacimiento y cuidado de ninos. Y asf como la meta fi- nal de la revolucién socialista era no solo acabar con el privilegio de la clase econd- a, sino con la distincién misma entre clases econémicas, la meta definitiva de la revolucin feminista debe ser igual- mente ~a diferencia del primer movi- iento feminista- no simplemente acabar con el privilegio masculino, sino con la distinci6n de sexos misma: las diferencias cenitales entre los seres humanos no ten= rd ya una importancia cultural», CUANDO LA NATURALEZA ESTORBA Es claro, pues, que, para esta nueva «perspectiva de género>, la realidad de Fuuestont, The Dialectic of Sex (Bantam Books, New York 1970) 12. 597 IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS ¥ ALCANCE, Ja naturaleza incomoda, estorba y, por tanto, debe desaparecer. Al respecto, la propia Shulamith Firestone decia: «Lo natural no es necesariamente un valor umano. La humanidad ha comenzado a sobrepasar a la naturaleza; ya no pode- mos justificar la continuacién de un tema discriminatorio de elases por sexos sobre la base de sus origenes en la natu- raleza. De hecho, por la sola razén de ragmatismo empieza a parecer que de- hemos deshacernos de ella Para los apasionados defensores de la nueva perspectiva», no se deben hacer distinciones porque cualquier diferencia es sospechosa, mala, ofensiva. Dicen, ademés, que toda diferencia entre ef veaiey es ee cnn Japor consiguente iene que sex cam: biada, Buscan establecer una igualdad total entre hombre y mujer, sin conside- rar las naturales diferencias entre am- bos, especialmente las diferencias se- xuales; més atin, relativizan la nocién de sexo de tal manera que, segtin ellos, no existirfan dos sexos, sino més bien mu- chas «orientaciones sexuales», Ast, los mencionados promotores del « nero» no han visto mejor opcién que clararle la guerra a la naturaleza y a las opciones de la mujer. Segtin O'Leary, las cfeministas de genero» a menudo deni- gran el respeto por la mujer con la misma vehemencia con que atacan la falta de res- peto, porque para ellas el «enemigo» es la diferencia, Sin embargo, es evidente que no toda dife- rencia es mala, ni mucho menos irreal. Tanto el hombre como la mujer —creados a imagen y semejanza de Dios tienen sus propias particularidades naturales, que ddeben ser puestas al servicio del otro, para aleanzar un enriquecimiento mutuo. Esto, " Finesoxe, The Dialectic of Sex, 1. 598, claro esta, no significa que los recursos personales de la femineidad sean menores, que los recursos de la masculinidad; sim- plemente significa que son diferentes, En tal sentido, si aceptamos el hecho de jue hombre y mujer son diferentes, una De ae er ‘mujeres que participen en una actividad en particular podria ser, mas que una muestra de discriminaeién, el simp! flejo de esas diferencias naturales entre hombre y mujer. No obstante, ante la evidencia de que es- tas diferencias son naturales, los propul- sores de la «nueva perspectiva» no cues tionan sus planteamientos, sino mais bien atacan el concepto de naturaleza, ‘Ademds, consideran que las diferencias de «género», que segtin ellos existen por construccién social, fuerzan a la mujer a ser dependiente del hombre y, por ello, Ja libertad para la mujer consistiré, no en actuar sin restricciones indebidas, sino en liberarse de «roles de género soc mente construidos». En ese sentido, Ann Ferguson y Nancy Folbre airman: «Las feministas deben hallar modos de apoyo para que la mujer identifique sus intere- ses con la mujer, antes que con sus debe res personales hacia el hombre en el contexto de la familia, Esto requiere es- tablecer una eultura feminista revolucio- naria auto-definida de la_mujer, que pueda sostener a la mujer ideolégica y ‘materialmente fuera del patriarcado. Las redes dle apoyo anti-hegeménico material y cultural pueden prover sustitutivos imujer-identificados de la produccién sexo-afectiva patriarcal, que proporcio- nen a las mujeres mayor control sobre sus cuerpos, su tiempo de trabajo y su sentido de sf mismas»", © A, Pencuson ~ N, Fount, «The Unhappy Mariage of Patriarch and Capitalism, en Women and Revolution (South End Pres, Boston 181) 20, IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS ¥ ALCANCE Con dicho fin, Ferguson y Folbre dise- jian cuatro areas clave de «alaque>: 1) reclamar apoyo econdmieo oficial para cl cuidado de los nitios y los derechos re~ productivos; 2) reclamar libertad sexual, que incluye cl derecho a la preferencia sexual (dete~ chos homosexuales/lesbianos); 3) el control feminista de la produceién ideol6giea y cultural (es importante por- que la produceién cultural afecta a los fi- nes, el sentido de sf mismo, las redles so- ales y la produccién de redes de crianza'y afecto, amistad y parentesco social); 4) establecer ayuda mutua: sistemas de apoyo econdmico a la mujer, desde redes de identificacién Gnica con la mujer, hasta juntas de mujeres en los sindicatos que lichen por los intereses femeninos en el trabajo asalariado”. UNA BUENA EXCUSA: LA MUJER Luego de revisar la peculiar «agenda fe- minista», Dale O'Leary evidencia que el propésito de cada punto de la misma no es mejorar la situacién de la mujer, sino separar a la mujer del hombre y destruir la identificacién de sus intereses con los de sus familias. Asimismo, agrega la perta, el interés primordial del femi- nismo radical nunca ha sido el de mejo- rar directamente la situacién de la mujer ni aumentar su libertad. Por el contrario, para las feministas radicales activas, las mejoras menores pueden obstaculizar la revolucién de clase sexo/género. Esta afirmacién es confirmada por la fe- minista Heidi Hartmann, que radical- mente afirma: «La cuestidn de la mujer © Fracusoy Fours, «The Unhappy Marriages numea ha sido la cuestign feminist. Esta se dirige a las causas de la desigualdad sexual entre hombres y mujeres, del do- minio masculino sobre la mujer>". No en vano, durante la Conferencia de Pekin, la delegada canadiense Valerie Raymond manifesté su empefio en que la cumbre de la mujer se abordara, parad6- jicamente, «no como una conferencia de Ta mujer», sino que «los temas debian enfocarse a través de una dptica de gé- nero». Asi, dice O'Leary, la «nueva perspec tiva> tiene como objeto propulsar la agenda homosexual/lesbiana/bisexual/ transexual y no los intereses de las muje~ res comunes y cortientes ROLES SOCIALMENTE CONSTRUIDOS: Para tratar este punto, tomemos la d nicién de «género» senalada en un yor lante que se hizo circular en la Reunién del ComPrep (Comité Preparatorio de Pekin) por partidarias de la perspectiva en euestisn, «Género se refiere a los 10- les y responsabilidades de la mujer y del hombre que son determinados social- mente, El género se relaciona con la forma en que se nos percibe y se espera que pensemos y actuemos como mujeres y hombres, por la forma en que la soc dad esta organizada, no por nuestras ferencias biol6gicas>. Vale sefialar que el término rol distor- siona la discusién, Siguiendo el estudio de O'Leary, el rol se define primar mente como parte de una produccién teatral, en la cual una persona, vestida especialmente y maquillada, representa HL, Hawotans, “The Unhappy Manage of Marxism and Feniniames en Women and Revalation, 5. 599 IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS ¥ ALCANCE, un papel conforme a un libreto escrito. El uso del término rol o de la frase roles desemperiados transmite necesariamente la sensacién de algo artificial que se le impone a la persona. Cuando se sustituye ral por otro vocablo =tal como vocacién-, se pone de mani- fiesto cémo el término rol afecta nuestra percepeién de identidad. Vocacién en- vuelve algo auténtico, no artificial, un Hamado a ser lo que somos, Responde- mos a nuestra vocaci6n a realizar nuestra naturaleza o a desarrollar nuestros talen- tos y capacidades innatos. En ese sen- lo, por ejemplo, O'Leary destaca la vo- cacién femenina a la maternidad, pues la maternidad no es un rol. Cuando una madre concibe a un hijo, emprende una relacién de por vida con otro ser humano, Esta relacién define a Ja mujer, le plantea ciertas responsabil dades y afecta casi todos los aspectos de su vida, No esta representando el papel de madre; es una madre. La cultura y la tradicién, ciertamente, influyen sobre el modo en que la mujer cumple con las responsabilidades de la maternidad, pero no crean madres, aclara O"Leary. Sin embargo, los promotores de la «pers- pectiva de género» insisten en decir que toda relacién o actividad de los seres hu- ‘manos es resultado de una «construccién social», que otorga al hombre una posi- ign superior en la sociedad y a la mujer, una inferior. Segtin esta perspectiva, el progreso de la mujer requiere que se li- Frere a toda la sociedad de esta scons- truccién social», de modo que el hombre y la mujer sean iguales. Para ello las sfeministas de género> se- fialan la urgencia de «desconstruir estos roles socialmente construidos», que, se atin ellas, pueden ser divididos en tres, Categorias principalment Masculinidad y feminidad. Consideran que el hombre y la mujer adultos son 600 construcciones sociales; que, en real dad, el ser humano nace sexualmente neuiral y que luego es socializado como hombre o mujer. Esta socializacion, di cen, afecta a la mujer negativa e injusta- mente. Por ello, las feministas proponen depurar la educacién y los medios de co- municacién de todo estereotipo y de toda imagen especifica de género, para que los nifios puedan erecer sin que se les exponga a trabajos «sexo-espectticos». Relaciones familiares: padre, madre, ma- rido y mujer. Las feministas no solo pre- tenden que se sustituyan estos términos «género-espeeificas» por palabras «gé- nero-neutrales», sino que aspiran a que no haya diferencias de conducta y de responsabilidad entre el hombre y la mu- jer en la familia, Segin Dale O'Leary, esta es la categoria de «roles social mente construidos» a la que las feminis- tas le atvibuyen mayor importancia, por- que consideran que la experiencia de relaciones «sexo-espectficas» en la f rilia son la principal causa del sistema de clases «sexo/géneros». Geupacioneso profesiones, El tere ipo de «roles socialmente construidos» abarea las ocupaciones que una socie~ dad asigna a uno u otro sexo. Si bien las tres categorfas de «construc ién social» ya podrian ser suficientes, el repertorio de las «feministas de gé- nero» incluye una més: la reproduecién humana que, segtin dicen, también es determinada socialmente. Al respecto, Heidi Hartmann afirma: «La forma en que se propaga la especie es determi nada socialmente. Si bioldgicamente la gente es sexualmente polimorfa y la so- iedad estuviera organizada de modo que se permitiera por igual toda forma de expresion sexual, la reproduccién seria resultado solo de algunos encuentros se xuales: los heterosexuales. La divisién estricta del trabajo por sexos, un invento IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS Y ALCANCE social comiin a toda sociedad conocida, crea dos géneros muy separados y la ne= tesidad de que el hombre y la mujer se junten por razones econémiicas. Contri- juye asi a orientar sus exigencias sexua- les hacia la realizacién heterosexual y a asegurar la reproduecién biolégica. En sociedades més imaginativas, la repro- duceién biolégica podrfa asegurarse con otras téenieas>" EL opjetivo: DESCONSTRUIR LA SOCIEDAD Queda elaro, pues, que la meta de los promotores de la «perspectiva de gé- nero», uertemente presente en Pekin, es ar a una sociedad sin elases de sexo, Para ello, proponen desconstruir el lenguaje, las relaciones familiares, la re- prnlucin. Ta sexuaidad, a educacién, a religin, 1a cultura, entre otras cosas. Al respecto, el material de trabajo del curso Re-Imagen del Género dice lo si- guiente: «El género implica clase, y la clase presupone desigualdad. Luchar, mais bien, por desconstruir el género le- vard mucho més répidamente a la meta. Ahora bien, es una cultura patriarcal y el género parece set basien a patiarcedo, Después de todo, los hombres no goza- n del privilegio masculino, si no hu- biera hombres. Y las mujeres no serfan oprimidas, si no existiera tal cosa como Ja mujer. Acabar con el género es acabar con el patrareado, como tambien con las muchas injusticias perpetradas en nom- bre de la desigualdad entre los géne- ros», ° HanMans, , tal eomo se lee en el discurso que la Presidenta de Islandia, Vigdis Finnbogadottir, diera en una conferencia preparatoria a la Conferencia de Pekin organizada por el Consejo Europeo en febrero de 1995, Para ella, asf como para todos los demas defensores de la «perspectiva de gé- nero», urge desconstruir no solo la fami: lia, sino también la educacién, Las nifias deben ser orientadas hacia éreas no tra- dicionales y no se las debe exponer a la imagen de la mujer como esposa 0 ma- dre, ni se les debe involucrar en activi- '. MoLiEn OxiN, «Change the Family, Change the Worlds: Une Reader (Marrvabl 1990) 75 601 IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS ¥ ALCANCE, dades femeninas tradicionales. «La edu- cacién es una estrategia importante para cambiar los prejuicios sobre los roles del hombre y la mujer en la sociedad. La perspectiva del género debe integrarse en los programas, Deben eliminarse los estereotipos en los textos escolares y concienciar en este sentido a los macs- tos, para asegurar asf que nifias y nifios hagan una seleccién profesional infor- mada, y no en base a los tradieionales PRIMER BLANCO, LA FAMILIA ®. Al parecer, la principal razén del re- chazo feminista a la familia es que, para ellas, titueién basica de la socie- dad “crea y apoya el sistema de clases, sexo/género>. Ast lo explica Christine Riddiough, colaboradora de la revista publicada ‘por la institucién interna cional anti-vida «Catholics for a Free Choice» («Catélicas por el derecho a elegir>): «La familia nos da las primeras lecciones de ideologfa de clase domi- ante y también le imparte legitimidad a otras instituciones de la sociedad civil Nuestras familias son las que nos ense= ‘ian primero la religién, a ser buenos ciu dadanos... Tan completa es la hegemo- nia de la clase dominante en la familia, que se nos ensefia que esta encama el orden natural de las cosas, Se basa, en ticular, en una relacién entre el hom bre y la mujer que reprime la sexualidad, especialmente la sexualidad de la mu jer", Para quienes tienen una vision marxista de las diferencias de clases eomo causa de los problemas, apunta O'Leary, dife- renie es siempre desigual y desigual siempre es opresor. En este sentido, las «feministas de gé- nero» consideran que, cuando la mujer cuida a sus hijos en el hogar y el esposo » Jaco, «Political Philosophies, 1 ", Fubo1ouet, Socialism, Feminism and Gay/Lesbian Liberation, en Women and Revolation, 8 IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS Y ALCANCE trahaja fuera de casa, las responsabili des son diferentes y, por tanto, no iguali tarias. Entonces ven esta desigualdad en el hogar como causa de desigualdad en la vida publica, ya que la mujer, cuyo in- terés primario es el hogar, no siempre tiene el tiempo y la energia para dedi- carse a la vida pitblica. Por ello afirman: «Pensamos que ninguna mujer deberia tener esta opcidn. No deberfa autorizarse ‘a ninguna mujer a quedarse en casa para suidar a sus hijos. La sociedad debe ser totalmente diferente. Las mujeres no de- ben tener esa opcidn, porque, si esa op- cidn existe, demasiadas mujeres se deci- diran por ella»®. Ademas, las «feministas de género» in- sisten en la desconstruccién de la fami- lia no solo porque segtin ellas esclaviza a la mujer, sino porque condiciona social- mente a los hijos para que acepten la fa- milia, el matrimonio y la maternidad como algo natural. Al respecto, Nancy Chodorow afirma: «Si nuestra meta es acabar con la divisin sexual del trabajo, en la cual la mujer maternaliza, tenemos que entender en primer lugar los meea os que la reproducen, Mi recuento exactamente el punto en el que debe intervenirse. Cualquier estrategia ara el cambio, cuya meta abarque la li- in de las restricciones impuestas por una desigual organizacién social por snes, debe tomar en cuenta la necesi dad de una reorganizacién fundamental del cuidado de los hijos, para que sea compartido igualmente por hombres y mujeres». ua caro que, para los propulsores jel «género», las responsabilidades de © ¢, Horr Souwens, Who Stole Feminism? Shaster, New York 1998) 257 ® N, Cllowonow, The Reproduction of Mothering (Univer sity of California Press, Rerkeley 1978) 215. mon & Ja mujer en la familia son supuestamente cenemigas de la realizacién de la mujer. El entomo privado se considera como se- cundario y menos importante; la familia y el trabajo del hogar como «carga», que fafecta negativamente los «proyectos pro- fesionales» de la mujer. Este ataque declarado contra la familia, sin embargo, contrasta notablemente con Ja Declaracién Universal de los Dere- cchos Humanos promulgada, eomo es sa- bido, por la ONU en 1948, En el artieulo 16 de la misma, las Naciones Unidas de- fienden enféticamente a la familia y al matrimoni 1) Los hombres y las mujeres, a partir de Ja edad nuibil, tienen derecho, sin res triceién alguna por motivos de raza, na- cionalidad o religién, a casarse y fundar una familia; y disfrutarin de iguales de- rechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolueién del matrimonio, 2) Solo mediante libre y pleno consenti- miento de los futuros esposos pod con- traerse el matrimonio. 3) La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene dere- cho a la proteceién de la sociedad y del Estado, Sin embargo, los artifices de la nueva «perspeetiva de género» presentes en la cumbre de la mujer pusieron al margen todas estas premisas y, por el contrario, apuntaron desde entonees la necesidad de «desconstruir> la familia, el matrimo- nio, la maternidad y la feminidad misma para que el mundo pueda ser libre, En cambio, los representantes de las Plincpales naciones comprometidas con a defensa de la vida y los valores fami- liares que participaron en Pekin alzaron su voz en contra de este tipo de propues tas, sobre todo, al descubrir que el docu mento de la eumbre eliminaba arbitraria- mente del vocabulario del programa las 603 IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS Y ALCANCE palabras «esposa», «marido», «madre», «padre». Ante tal hecho, Barbara Le- deen, Directora del Independent Women Forum, una organizacién de defensa de la mujer ampliamente reconocida en Esta- dos Unidos, seialé: «El documento esta inspirado en teorias feministas ultra radi- cales, de viejo sello conflictivo, y repre~ senta'un ataque directo a los valores de la familia, el matrimonio y la femineidad>. El Papa Juan Pablo TI, por su parte, tiempo antes de la Conferencia de Pekin, ya habfa insistido en seftalar la estrecha relacién entre la mujer y la familia, Du- rante el encuentro que Sostuvo con Ger- trude Mongella, Secretaria General de la Conferencia de la Mujer, previo a la cum- bre mundial, dijo: «No hay respuesta a prs hie: oo hLrhLhL familia [...|, Para respetar este orden na- tural, es necesario hacer frente a la con- cepeién errada de que la funcién de la maternidad es opresiva para la mujet Lamentablemente, la propuesta del Con sejo Europeo para la Plataforma de Ac cin de Pekin fue completamente ajena a las orientaciones del Santo Padre, «Ya hora de dejar en claro que los estereoti 10s de géneros son anticuados: los hom bres ya no son inicamente los machos que Sostienen la familia ni las mujeres, solo esposas y madtes. No debe subest- marse la influencia psicolégica negativa cde mostrar estereotipos femeninos»*, Ante esta postura, O'Leary eseribe en su informe que, si bien es eierto que las mujeres no deben mostrarse tinicamente ‘como esposas y madres, muchas sf son cesposas y madies, y por ello una imagen positiva de la mujer que se dedica solo al trabajo del hogar no tiene nada de malo, Sin embargo, la meta de la perspec © Counet. oF Euworr, Equality and Demoerae: 604 del género no es representar auténtica- mente la vida de la mujer, sino una esle~ reotipificacién inversa, segtin la cual, las mujeres que «solo» sean esposas y ma- dres nunca aparezean bajo un prisina fa- vorable. SALUD Y DERECHOS SEXUALES REPRODUCTIVOS En la misma linea, las «feministas de gé- nero» incluyen, como parte esencial de su agenda, la promocién de la «libre eleceién» en asuntos de reproduecién y 7 eleceién de reproducciény es la expre- sidn clave para referirse al aborto a soli- citud; mientras que «estilo de vida» apunta a promover la homosexualidad, el lesbianismo y toda otra forma de sexuali- dad fuera del matrimonio. Asf, por ejem- nl, ls representantes del Consejo Euro- peo en Pekin lanzaron la siguiente propuesta: «Deben escucharse las voces de mujeres jévenes, va que la vida se- xual no gira solo alrededor del matrimo- nio, Esto lleva al aspecto del derecho a ser diferente, ya sea en términos de es- tilo de vida -ia eleceién de vivir en fami- Tia 0 sola, con o sin hijos- o de preferen- cias sexuales. Deben reconocerse los derechos reproductivos de la mujer les- biana»®. Estos «derechos» de las lesbianas, in- cluirian también el «derecho» de las pa- rejas lesbianas a concebir hijos a través de la inseminacién artificial, y de adop- tar legalmente a los hijos de sus eompa- jieras. Pero los defensores del «género» no solo proponen este tipo de aberraciones, sino Cove. Eunorr, Equality and Democracy, 25. IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS Y ALCANCE que, ademas, defienden el «derecho a la salud» que, en honor a la verdad, se aleja por completo de la verdadera salud del ser humano. En efecto, ignorando el derecho de todo ser humano a la vida, estos proponen el derecho a la salud, que ineluye el derecho a la salud sexual y re- productiva Paradéjicamente, esta «sa- lud reproductiva» incluye el aborto y, por tanto, la «muerte» de'seres humanos no nacidos. No en vano, las «feministas d nero» son fuertes aliadas de los ambientalistas y de los demégrafos. Segiin O'Leary, aun- (que las tres ‘eologias no concuerdan en todos sus aspectos, tienen en comin el oyecto del aborto. Por un lado, los am- jientalistas y los demdgrafos consideran esencial, para el éxito de sus agendas, el sstricto control de la fertilidad y para ello estén dispuestos a usar la «perspec- liva de género». La siguiente cita de la Division for the Advance of Women (Di- visin para el Avance de las Mujeres) propuesta en una reunién organizada en consulta con el Fondo de Poblacién de la ONU, revela la manera de pensar de aquellos interesados primariamente en que haya cada ver menos gente que vea el «género»: «Para ser efectivos a largo plazo, los programas de planificacién fa- i deben buscar no solo reducir la fertilidad dentro de los roles de género existentes, sino mas bien cambiar los ro- les de género afin de redler dale Asi, los «nuevos derechos» propuestos por las «feministas de género» no se re- ducen simplemente a los derechos de «salud reproductiva», que, como hemos mencionado ya, promueven el aborto de un ser humano no nacido, sino que, ade- ® Division ror Tue AbvANcEMENT OF Wout, Gender Perspective in Family Planning Programs mds, exigen el «derecho» a determinar la propia identidad sexual. En un volante que circulé durante la Conferencia de Pekin, la ONG International Gay and Lesbian Human Rights Commission (Co- misién Internacional de los Derechos Humanos de Homosexuales y Lesbianas) exigié este derecho en los siguientes tér- minos: «Nosotros, los abajo firmantes, hacemos un llamado a los Estados miem- bros a reconocer el derecho a det la propia identidad sexual; el derecho a controlar el propio cuerpo, particular- mente al establecer relaciones de intimi- dad; y el derecho a escoger, dado el caso, cudndo y con quién engendrar y criar hi- jos, como elementos fandamentales de todos los derechos humanos de toda mu- ier, sin distingo de orientacién sexual». Esto es mas preocupante atin si se toma en cuenta que, para las «feministas de énero», existen cinco sexos. Rebecea J. Zook, docente de derecho en la Univer- sidad de Toronto y redactora del aporte oficial de la ONU en Pekin, sefiala, en la misma linea de sus compafieros de bata- Ila, que los géneros masculino y feme- nino serfan una «construccién de lidad social» que deberian ser abolidos Increiblemente, el documento elaborado por la feminista canadiense afirma que «los sexos ya no son dos, sino cinco», y por tanto no se deberfa hablar de hombre mujer, sino de «mujeres heterosexua- Jes, mujeres homosexuals, hombres he- terosexuales, hombres homosexnales y xualles», La «libertad» de los propulsores del «género», para afirmar la existencia de cinco sexos, contrasta con todas las pruebas cientificas existentes, segiin las cuales, solo hay dos opciones desde el punto de vista genético: o se es hombre 0 se es mujer, no hay absolutamente nada, cientfficamente hablando, que esté en medio. 605 IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS Y ALCANCE ATAQUE A LA RELIGION Si bien las «feministas de género» pro- mueven la «desconstruceién» de la fami- lia, la educacin y la cultura como pana- cea para todos los problemas, ponen especial énfasis en la «desconstruceién» de la religin, que sein dicen es In ssa principal de la opresién de la mu ier. Numerosas ONG acreditadas ante la ONU se han empefiado en criticar a quienes ellos denominan «fundamenta- Tistas» (cristianos catdlicos, evangélieos y ortodoxos, judios y musulmanes, 0 ‘cualquier persona que rehtise ajustar las doctrinas de su religion a la agenda del «feminismo de género»). Un video pro- motor del Foro de las ONG en la Conte: rencia de Pekin, producido por Judith Lasch, sefiala: «Nada ha hecho mas por cconstrefir a la mujer que los credos y las censefianzas religiosas». De la misma manera, el informe de la Reunién de Estrategias Globales para la Mujer contiene numerosas referencias al fundamentalismo y a la necesidad de contrarrestar sus stipuestos ataques a los derechos de la mujer. «Toda forma de fundamentalismo, sea politico, rel ‘cultural, excluye a la mujer de las nor mas de derechos humanos de aceptacién internacional, y la eonvierten en blaneo de violencia extrema, La eliminacién de estas pricticas es preocupacién de la co- munidad internacional». De otro lado, el informe de la reunién preparatoria a la Conferencia de Pekin “organizada por el Consejo Europeo en fe- brero de 1995, incluye numerosos ata- ques a la religion: «El surgimiento de toda forma de lundamentalismo religioso se considera como una especial amenaza al disfrute por parte de la mujer de sus derechos humanos y a su plena parti pacién en la toma de decisiones a todo 606 nivel en la sociedad», «”, Queda dicho que para el «feminismo de género» la religion es un invento hu- mano y las religiones principales fueron inventadas por hombres para oprimir a Ias mujeres. Porello las feministas rad ales postulan la re-imagen de Dios como Sophia: Sabiduria femenina. En ese sentido, las «tedlogas del feminismo de género» proponen descubrir y adorar no a Dios, sino a la Diosa, Por ejemplo, Carol Christ, autodenominada «tedloga feminista de género», afirma lo suiente: «Una mujer que se haga eco de ja afirmacién dramética de. Ntosake Shange: “Encontré a Dios en mf misma lo amé ferozmente”, esté diciendo: “El poder femenino es fuerte y creative” Esta diciendo que el principio divino, el poder salvador y sustentador, estd en ella misma y que ya no verd al hombre o a la gura masculina como salvador», Igual de extrafias son las palabras de lisabeth Schussler Fiorenza, otra «tes- loga feminista de género» que niega de raiz la posibilidad de la Revelacién, tal como se lee en la siguiente cita: «Los textos biblieos no son revelacién de ins piracién verbal ni prineipios doctrinales, sino formulaciones hist6rieas,...Andlo- gamente, la teorfa feminista insiste en que todos los textos son produeto de una. cultura e historia patriareal androcén- Ademés, Joanne Carlson Brown y Carole R. Bohn, también autodenominadas te6- ‘Covent. Boor, Bquality and Democracy, 13 Counci. oF Eunors, Equality and Democracy, 16 ©, Cunst, Romansrit Rising, 277 Samussize Potenza, Jn Memory of Her (Crossroad Neve York 1987) 15. IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS Y ALCANCE logas de la «escuela feminista de g nero», alacan directamente al cris nismo como propulsor del abuso infantil «E] cristianismo es una teologia abusiva que glorifica el sufrimiento, ,Cabe asom- brarse de que haya mucho ‘abuso en la sociedad moderna, cuando la imagen teolégica dominante de la cultura es el “abuso divino del hijo” - Dios Padre que exige y efectia el sulrimiento y la muerte de su propio hijo? Si el eristianismo ha de ser liberador del oprimido, debe pri- mero liberarse de esta teologta". Por todo ello, los duetos de la «nueva perspectiva» promueven el ataque fron- tal al cristianismo y a toda figura que lo represente. En 1994, Rhonde Copelon y Berta Esperanza Heméndez elaboraron un folleto para una serie de sesiones de trabajo de la Conferencia Internacional de Poblacién y Desarvollo de El Cairo. El folleto atacaba directamente al Vaticano por oponerse a su agenda, que entre tras cosas inclufa los «derechos a la sa ud reproduetiva» y, por consecuencia, al aborto. «Este reclamo de derechos hu- manos elementales tropieza con la oposi ‘én de todo tipo de fundamentalistas re- josos, con el Vaticano como lider en la organizacion de oposicion reli salud y a los derechos reproductivos, in- cluyendo hasta los servicios de planifi- cacién familiar». Contrarias a todas estas posturas de ata que y agresién a la religién, a la Iglesia, al Vaticano, son las pos de la mayoria de ‘mujeres del mundo que, segtin el informe de O'Leary, defienden sus tradiciones religiosas J. €amtsow Bnowy — C. R. Bons, Christianity, Pax vires, and Aba: A Feminist Critique, 26. °° R, Corruon ~B, E, Hens4norz, Sexual and Reproduc- tive Rights and Health as Haman Rights: Conerpts and Swrateges: An Invodacton for Aesctsts (Human Rights Series, Cam 1991) 3 como la mejor de las protecciones de los derechos y la dignidatl de la mujer. Mus jeres catdlicas, evangélicas, ortodoxas y judias agradecen, en particular, las ense~ anzas de sus credos sobre el matrimo- nio, la familia, la sexualidad y el respeto 1 la vida humana. a Santa Sede, por su parte, sefialé, en los meses previos a Pekin, el peligro de Te tendencia en el texto planteado por la ONU, a dejar de lado el derecho de las mujeres a la libertad de coneiencia y de religién en las instituciones edu- cativas, ConcLusiOn En palabras de Dale O'Leary, el «femi- nismo de género» es un sistema cerrado contra el cual no hay forma de argumen- lar, No puede apelarse a la naturaleza, ni ala razén, la experiencia, 0 las opiniones y deseos de mujeres verdaderas, porque, Seguin las «feministas de género», todo esto es «socialmente construido». No im- porta cudnta evidencia se acumule con- tra sus ideas; ellas continnarén insis tiendo en que es simplemente prueba adicional de la conspiracién patriarcal masiva en contra de la mujer. Sin embargo, existen muchas personas que, quizé por falta de informacién, atin no estan al tanto de la nueva propuesta y de los peligrosos alcances de la misma, Vale la pena, pues, conocer esta «pers peetiva de género» que, segtin informa ciones fidedignas, en Ia actualidad no solo est tomando fuerza en los paises desarrollados, sino que, al parecer, tam- ién ha empezado a filtrarse en nuestro medio, Basta revisar algunos materiales educativos difundidos no solo en los co- legios del pais (Pert: NUR), sino también en prestigiosas universidades, 607 IDEOLOGIA DE GENERO: SUS PELIGROS Y ALCANCE Ahora bien, en Estados Unidos, el «f minismo de género» ha logrado ubicarse cen el centro de la corriente cultural nor- teamericana, Prestigiosas universidades y colleges de los Estados Unidos difun- ‘den abiertamente esta perspectiva. Ade mas, numerosas series televisivas norte- americanas participan difundiendo el siguiente mensaje: la identidad sexual puede «desconstruirse» y la maseulin dad y femineidad no son més que «roles de géneros construidos socialmente>. Si tomamos en cuenta que el avance de las tecnologias ha logrado que dichos programas eon toda la nueva «perspec- liva de género» Ieguen diariamente a los paises en vias de desarrollo, principal- mente a través de la television por cable, sin descartar los muchos otros medios, que existen en nuestro tiempo, esto nos ppone ante un nuevo reto que debe ser en- frentado lo antes posible para evitar las, graves consecuencias que ya esté ocasio- nando en el Primer Mundo, Mas atin, cuando, en palabras de O"Le- ary, la «desconstruccién» de la familia y el ataque a la religién, la tradi valores culturales que las «femin g6nero» promueven en los pi sarollo, afectan al mundo entero, Oscar Alzamora Revoredo

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