Você está na página 1de 7
Jn don o como algo producido en libertad, de tal mane- idad no pertenece al mundo; no representa un fragmento del mundo, sino aso podemos emplear el puesto que retine todos los posibles Elser humano de hoy, mientras conduce su coche, enciende la radio, Se procura isfaccién y la tranquilidad de saber tiene que ial mundo, también el mi jo antes explicado, e sentido mas pronunciado, y desde un doble punto de vista: junqque estemos sentados en cat vemos efectiva consumidores medios de radio y te mos» asi es porque nos es servido genes. Nos convertimos asf en mir poder sobre un mundo fantasma, tal EL MUNDO COMO FANTASMA Y COMO MATRIZ. I, EL FANTASMA Se nos entrega el mundo a domi puestos sobre la mesa para nos iguntae: los acontecimientos retrans asa de los destinatarios? )Cémo estén los des- lost ;Realmente presentes! te presentes? ;Ausentes? ;De qué manera estan present ausentes? po auederarelejado de manera exresa. En lenge alorane, exe Ursiase se exresa de manera uy opruna mest a pelabra nacho bien se pinta ua agen rach conto sun med, o se prodice Sh desputs i, como cops doy deserts codsidd,o presencia bien a magen pce Inula magic 0 come uns es, un ble trade a desoparecer una vee sland en 0 bien ea un med a sporbamos— ana ‘0 un protortipo Portes qu el hombre mantene cont! mundo, es duo que Se pueda lamar imagenes» ala ffuraciones fue earecen este destase. Ahora bien, exte tipo Ge fiuracion 7 fn su caso, ya no se puede hablar nas cosas represenadss, aunque ‘cto a los acontecimientes que representan, muestran, como el telescopio, lo que esté presente. ;No impli- ca esto epresencian? Son imagenes las figuraciones que imuestran lo que esté presente? -seyine yvonne a cme desputes ere romounccn ou sa man, 11956) 57 Este problema no ha pasado desapercibido, pero no ha sido formulado de manera satisfactoria. Lo que se ha hecho es recu- é tanténeae, y se ha cret funcién de imagen, la instanténea ests més cerca de los monu- las momias, que de los fantasmas televist- vos. Dé estos dltimos ya no se puede afimmar que retengan nada, puesto que no solo aparecen al mismo tiempo que los acontecimientos que reproducen, sino que también desapare- ‘cen al mismo tiempo que ellos; es decir: que tienen una vida tan corta como las acontecimientos, ano sey, car ex, que tdneas, son como instante para el instante, o sea, similares pues éstas son simulténeas y sincré- la; desde junténdose, constituyen juntos (= concrescunt) y después para indicar la mer ineidad form: el hecho de que una persona y ct partan el mundano instante sostenie bs eancons no sélo escus © sobre los ora- ismas y a los los que antes no te obligac’ uno responder a nadie, hable quien hable, /n0s personalmente la palabr ‘en ninguno de los aco ceuyo euido ica, por esen- arrebata todo poder? La omnipresencia con que se nos obsequia, ;no es el presente del que no es libre? El no esta mas bien ausente, porque se le trata ‘no puede tener nada pno es aquel que no se, de ninguno ‘También esto parece de nuevo razonable. ¥ tamente comprensi preguntas y declarara amos es alg jempo bajo el nombre de ‘apar Por clara que parezca, su argumentacién ‘empezar —y ésta es una constatac! ‘mos oft no es una imager de la mas jque la masa misma no nos alcanc Este oponente se equivoca. Lo que reci pples imagenes, Pero tampoco estamos fos estan al mis ‘que un oponent n'y hagan como si no meno conocido desde fenomenol ‘que se rel ‘obra de ate (un drama, ido su cay ‘apariencia—adoptamos una nada de estética: quien escucha un partido de lo percibe como algo que del arte, puesta ‘creada por ‘oldgica; porque los acontecimientos emp presentes y ausentes, fempo reales y aparentes, estén ahi y, al mismo tiempo, no lo estan; en resumen, porque son fantasmas imagen y Jo que represent traliada del pres Lr osusanci on samsung, 111956) 38 fe de presente mor a ites que alcanzan nuest Pero la television no logra esa amy P izonte hasta tal punto que ya no reco~ Zamente presente, y recibimos los by {que realmente deberian aparente que hemos aprendicl lado que ain me concieme. tinned uc ho post te de fo irelevante. Cada imag raz6n: sSoy ahora, y no s6lo yo, la yo, el acontecis ,, por medio de fenémeno que va mi ‘con la imagen. Se fo», Y por medio de ese «soy 19, Las mercancias son juicios camuflados. _mercancias, Los famtasmas son, pu de un pre- 10 —porque por lo sepenyaesoepenmepmsnpresncion anto, no todo fantasma es un juicio o un prejuicio. Admitamos que no todos los fantasmas hacen propaganda de una manera fan penetrante como el candidato Si fin'2, Sin embargo, lo que porque, dacio que son mercancias, extrafio. Qué pueden te Je pertenece al mk La respuesta a esta pregunta es: el predicado, Toda mercancia, si esta expuesta y se oferta —y silo 1 4 ropa apcoga, Se ns recomend con 3 Cidn. Esté en el excaparate como el prejuicio visible de su propia ‘cualidad. Ciertamente, en una proposicién del tipo «5 es ps, se ceualidad, en todo caso no nect muchas veces en el texto p ces arreglada. Y que haya (lo que se «desprendes de ella, iad real 0 supuesta) etd hasta tal punto desligado de ella y sobresale y se destaca ‘como caracteristica atrayente de tal manera que ya no es la : do rece taper pecive dade Pea Perspect et enege dela ‘de juicio de la mercancia.es, pues in Sien apartados anteriores hemos constatado que el efecto nx Consiste en que recota la ths peetad en ars pate det quero sha Waid. del escaparat ents, pero a quien el predicado expuesto debe sacar de su isenciay para convertrlo en comprador. Pero esta rho rompe el paralelismo de las dos situaciones. Ya hemos constatado, al principio de es saber, que es un que es bign es aplicablea ls fantasmas.Ellos también son dec sobre los acontecimientos, aunque se presenten como [os acon- tecimientos mismos, tos en desnudez y ataviados con el ‘adorno de la falta de predicados». Dado que ningtin juicio es menos sospectoso, mas discreto y seductor que aquel que Supuestamente no es sino la cosa misma, el fraudulento poder de fos fantasmas radica en su tenuncia al cualiicado esquema de «5 €es px. Lo que consumimos al escuch Sion no es la escena misma sino su preparaciGn, no es la supues- ta cosa §, sino su predicado p. En resumen, es un prejuicio que parece con forma de imagen que, como todo prejuicio, oculta Sti cardcter de juicio; pero, dado que furtivamente evita al consumidor el esfuerzo de tener que juzgar por sf mismo. De hecho, el consumidor tampoco considera esta idea, no mas que frente a otras mercancias preparadas como, por ejemplo, un bote ide conserva que contiene uta cocida, que compra para no tener que cocerla ‘Lo que hemos afirmado sobre la n saber, que nos roba libertad porque nos muestra lo ausent fen su version de producto acabado, predeterminado, preparado Y reducido a predicados, 0 ni siquiera nos to mu eacin ‘mayor validez para {que juzgar nosotros {que no podemos imped lidad misma. sy, si cabe, alin m: ‘que confundamas el juicio con la rea- | 24. Los fantasmas no son solamente mat del mundo: sé reproduccién de Lo etealmente exi mica no es, pues, ri mente la suma de product tos no deseados por a demand ya los que el or pralor debe acomesarse en certo vend, aungue protec, todo prodcto parece avergonarse, cual alma, de esr enes enado a un cuerpo de tl Weal ¢s aplicable no los ps producen los productos fisicos, sino bajada; es decir, también a la’ mat semisionese, 0 sea, a los acontecimientos. Tal y como acontecen «por naturaleza» y como aconteci- ‘mientos singulares, no sirven para nada; son materia icarse y, dado que seria absurdo. ia bruta, «ser pasados tampoco se preguntaba que frutas originales se. la. maquina pasadora o trturadora para acabar conwi idose en mermelada. Por el contraro, lo que experimentamos ‘concepto de verdad del producto y de la mercar 1 de dar buen resultado, encuentra su realizacion més gro que afrontar, La perfec ‘mo 0 queda aingin Excepto por el efecto invisible que consiste en que tuna vez mas conwvierte al consumidor en un hombre de m: todo sigue como antes de qué visién. No hay nada de lo que d huestro pan es un producto arti prima, el cereal, que, aunque atin ya crece de la manera més conveniente para su post ‘como producto. Lo esencial para la agricultura, es ial produccién en masa, no es solamente la elabo: el primer estadio de dduccién. ¥ esto mismo también puede afirmarse del sector de la pproduccién al que pertenecen las eemisioness, Su materia p ‘se compone en gran medida de acont bién se intenta cultivarlos, es decir, hacer que sucedan de tal i 1 i ' i manera que sean aptos para cumplir su funcién de productos acabados, y se intentaotorgares, desde el principio 0 Io antes posible, cualidades dptimas de reproducibiidad: es deci, se pprocura que puedan servr sin difcultad como modelos de sus Janza de sus reproducciones. Los acontecimiento del dia deben satifacersolicitamente a sus propias copias. Realmente ya hay tecimientos que s6lo suceden como suceden ‘como emisiones; hay incluso acontec- dos como emisiones. Ya no es posible saber, en semejantes jueces, testigos, y abogados. quiza los estén viendo diez millones de per hacer teatro se vuelve poderos! fo, la pantalla y el consumo de fantasmas son ellos idades sociales de tales dimensiones que pueden tenrentarse a la mayor parte de las otras realidades y determinar real» y «cémo sucede realmente», Los ver- Kraus crefa destapar ya un escéndal: mente desconocida esta i pervertida, entre modelo y reproduccin: frente a sus miles de proyecciones, los modelos, TB Ka Rusa ed on dr Pes 900, Ks “oda de eisai Amores cond taco conta ls tcedoe burs in dea or dose oor ges oe a. ecscusene es wan, 11956) 65 las estrellas de cine reales, no valen nada; tal y como caminan en, sino que adquie- convierten asi en la tales eacontecimientos originales» interesa tan poco al ser huma- ‘no contempordneo —tamibién convertido en copia— como la ‘matriz de imprenta le interesa al lector de un libro 0 al prsione- +0 de la caverna platénica le interesa apoderarse de la Idea. Lal

Você também pode gostar