El siguiente artículo analiza el papel que sdesempeñaron las mujeres en los movimientos insurgentes durante la década de 1980 en Chile, específicamente al interior del Frente Patriotico manuel Rodriguez
Título original
¿Mujeres en armas o en la periferia? Participación política de las mujeres al interior de la organica frentista ( 1983-1988)
El siguiente artículo analiza el papel que sdesempeñaron las mujeres en los movimientos insurgentes durante la década de 1980 en Chile, específicamente al interior del Frente Patriotico manuel Rodriguez
El siguiente artículo analiza el papel que sdesempeñaron las mujeres en los movimientos insurgentes durante la década de 1980 en Chile, específicamente al interior del Frente Patriotico manuel Rodriguez
UMUJERES EN ARMAS 0 EN LA PERIFERIA? PARTICIPACION POLITICA
DE LAS MUJERES AL INTERIOR DE LA ORGANICA FRENTISTA (1983-1988).
Pamela Urra Sanchez’
Abstract
El siguiente articulo analiza el papel que desempefiaron las mujeres en los
movimientos insurgentes durante la década de 1980 en Chile, especificamente al interior
del Frente Patriético Manuel Rodriguez. Creemos que su participacién consolidé patrones
de subordinacién dentro de 1a militancia partidaria, posiciondndolas en lugares
determinados dentro de la orgdnica segin su género sexual. En respuesta las mujeres
resignificaron su participacién, validando la “accién” politica como el eje principal de su
militancia.
Resumen
Desde los afios sesenta el Cono Sur estuvo afectado por un estallido de golpes de
Estado transformando el desarrollo politico y social en relacidn a las décadas anteriores. La
recepcién de la Guerra Fria, en un continente marcado por la desigualdad y la pobreza,
permitié la germinacién de nuevas formas de luchas politicas, considerando una diversidad
de colectivos u organizaciones guerrilleras que se caracterizaron por la inclusién de la
violencia como “la” estrategia de lucha,
Estas agrupaciones que segiin ciertos sectores de las ciencias sociales, la politologia
y la historia, subvirtieron las précticas al interior de la izquierda latinoamericana
constituyendo vanguardia en lo politico, mantuvieron los mismos patrones de organizacién
y participacién de las bases que el sistema patriarcal imponia. De hecho, la idea de
" Licenciada de la Universidad Andrés Bello. Actualmente estudia Pedagogia en Historia en el Departamento
de Estudios Pedagégicos de la Universidad de Chile.‘vanguardia revolucionaria més que ser un frente amplio, que abarcara la masa y lo popular,
qued6 remitida a figuras masculinas, relegando a las mujeres a una invisibilidad politica.
La cteacién del Frente Patridtico Manuel Rodriguez como brazo armado del Partido
Comunista Chileno, de hecho, extrapol6 las mismas précticas politicas del partido. Esto no
significd prohibir la participacién femenina, mas bien expresé los limites de accién de ellas.
dentro del colectivo. Estas acciones que la mayoria de los casos ha estado destinada a
tareas consideradas propia de las mujeres como, por ejemplo, secretariado, logistica,
intervenciones piblicas, ete., pero alejadas de la ejecucion de violencia politica;
paraddjicamente senté las bases para que las mujeres militantes del frente pudiesen ser
parte de la resistencia o grupos patamilitares.
Palabras claves: género, violencia politica, militancia, vanguardia, politizacién, Frente
Patriético Manuel Rodriguez.
{MUJERES EN ARMAS 0 EN LA PERIFERIA? PARTICIPACION POLITICA
DE LAS MUJERES AL INTERIOR DE LA ORGANICA FRENTISTA (1983-1988).
Durante la década de 1980, el Partido comunista chileno dio un “vuelco militar” en
lo que respecta su formacién como Partido bajo la creacién de su brazo armado: el Frente
Patridtico Manuel Rodriguez (FPMR). Este iltimo respondia a la Politica de Rebelion
Popular de Masas que durante el contexto dictatorial bused la desestabilizacién del
régimen pinochetista. El operativismo del FPMR se desarroll6 bajo las acciones violentas y
subversivas implantadas, estructuradas y llevadas a cabo por los militantes frentistas,
demostrando el grado de organizacién aleanzada por el mismo aparato.
Cuando en 1980 el Partido Comunista Chileno (PCCh) reconoce todas las formas de
lucha para defenderse de fa tirania y acabar con el régimen militar, la violencia armada fue
aceptada como accién politica directa del brazo frentista, motivados a defender al pueblo y
ayudando a cooptar la fuerza que destruyera la dictadura, Sin embargo esta violencia no se
remitié solo @ une forma de lucha, sino que se hizo efectiva en otros aspectos. intemos del
aparato, Asi la violencia se vio reflejado en el grado de participacién que alcanzan las
mujeres militantes en los operatives internos y en la misma organizacién, cuando en ladécada de 1980 la violencia armada fue efectiva segiin los fines esperados por el PC y su
brazo armado, pero paralelo al discurso implantado, la violencia se desarrollé a nivel
wcional, desencadenando una serie de diferenciaciones en Ja militancia interna del
Violencia Simbélica
La
lencia desarrollado como forma de lucha, siendo validada e institucionalizada
por el Gobierno y por los partidos, es solo una cara de la moneda. Al interior de ellas,
transversalmente, se tensaron las relaciones entre hombres y mujeres, cuando estas tiltimas
dejan sus hogares para luchar por la patria. Los partidos reproducian Iogicas tradicionalistas
que hicieron de la participacién politica de las mujeres, un complejo proceso de
politizacién. La violencia, para el caso de las mujeres fue desarrollandose de manera
simbélica, pues no eta una violencia fisica, sino que atentaban contra el sujeto-mujer,
relegéndola a tareas y roles similar a los que ellas desarrollaban en su espacio, su hogar.
Este elemento quedé reflejado en los medios periodisticos de fa época. Segiin el
testimonio de “Tamara” (Cecilia Magni Camino) registrado en la Revista Hoy en 1988,
indica que las diferencias al interior de Ia organizacién frentista son cada vez menores,
asimilando que en la sociedad se dan los mismos elementos importantes de machismo.
“Hay diferencia en tu organizacién entre ser hombre y mujer?
Tienden a disminuir, a ser cada vez menores. Se dan los mismos elementos
que hay en la sociedad en general y hay elementos importantes de
machismo, pero siempre son menores. Cuando uno empieza a trabajar, eso
es real; pero luego tiende @ ser secundario que uno sea mujer. En el
combate, en la vida diaria.””
Lo expuesto anteriormente, queda reflejado de forma paralela en el trabajo de Cherie
Zalaquett (2009), “Chilenas en Arnas”, enfatizando que las actividades de la comandante
‘Tamara, al interior de la organizaci6n, fueron en el drea logistica, Como lo fue para el caso
* Revista Hoy. Aflo XIl, n° $90, Del 7 al 13 de noviembre 1988. Seccién; Nacional. pp 15-17.de la operaci6n siglo XX, donde fue encargada de proporcionar la base operativa dentro de
la accién paramilitar. A diferencia de su compafiero el “comandante Emesto” (José Joaquin
Valenzuela Levi), quien fue designado jefe de la operacién, Sin embargo, las experiencias
de militantes que no optaron a cargos directivos, si lograron insertarse a las filas frentistas
La finalidad de estas mujeres no era estar abi en las ciipulas, era formar parte de un cambio
social. Es lo que efectivamente, Garretén (1990) reconoce como una de las motivaciones
que tienen las mujeres al insertarse en politica.
Desde esta perspectiva, Celia Amorés reconoce este tipo de violencia interna como
una violencia psicoldgica, desarrollada en las sociedades tradicionalistas, patemalistas y
jerarquizadas, en donde el control hacia la mujer es ejercida tanto en el espacio pablico
(mundo laboral y politica) como privado (hogares). Desde este punto, la accién politica de
Ja mujer se ve limitada por la constitucién de normas culturales que tiende a naturalizar los.
fenémenos socio-culturales. En ella, lo piblico ha sido construido y naturalizado como una
condicién propiamente masculina (Amor6s, 1990).
Al naturalizar esta concepeién de violencia, Ja cultura va reproduciendo pricticas
por medio de las acciones discursivas que construyen un sentido de mundo basado en las
divisiones de género. Bajo la misma explicacién, en las organizaciones formatives de
indole diferente, como los partidos politicos, la violencia simbélica es condicionante para
explicar los sistemas paternalistas que se dan a su interior, presentindose de forma
indirecta e intertextual, entendiéndola como un ejercicio de dominacién.
Sin embargo la violencia de género a la que aludimos en esta parte de la ponencia,
es s6lo una parte formativa de los constantes trabajos realizados en toro a la mujer, que
durante el dltimo tiempo han ayudado a los historiadores a compenetrar los estudios
historicos. Marta Torres (2004) considera que cada vez que se realiza un trabajo sobre la
violencia, se dificulta los estudios por la invisibilidad a la que es relegada a mujer,
denoténdola como una categoria secundaria en Jos estudios histéricos. Hay dos factores
que reproducen este sistema violentista, el primero de ellos es en base a la esfera publica,
En este espacio Ja exclusién de a mujer, permite que el hombre sea el encargado de todos
os asuntos piblicos. El hombre como encargado de la politica, de la guerra, de la
profesionalizacién laboral, ete, El segundo espacio, la esfera privada, tiene directa relacién.con lo doméstico. Conocido en teorfa como la légica de oposicién o binomio, se centra en
una perspectiva bésica y paternalista, donde a las mujeres le adjudican caracteristicas como
Ja maternidad, 1a familia, el sentimentalismo, Ja naturaleza propiamente tal por su
capacidad de reproducir. Para Neva Milicic este factor es reconocido como una dicotomia,
desde donde subyace Ia creencia, que es inherente a la naturaleza femenina, de estar sujeta
al hombre y que su espacio es lo doméstico (1990. pp 110).
Mujeres militantes. Una categoria secundaria,
Otro factor que podemos desprender de la violencia simbélica, y que compenetra en
si misma a esta, es la “discriminacién de género” a la que es sometida la mujer. Desde aqui
el posicionamiento natural, conferido a la mujer, se explica por la invisibilidad que han
tenido las mujeres como sujeto politico, y el no reconocimiento de su accién politica. La
lectura realizada se ha hecho en base a la representacion de la mujer, segin patrones
culturales adyacentes en una sociedad tradicionalista, De esta manera, han surgido
interpretaciones erréneas a los cambios sociales y culturales que durante el siglo pasado
han ido formuléndose. La nula capacidad para integrar el campo de estudios a los nuevos
sujetos, ha mantenido a las Ciencias Sociales y les Humanidades en un campo de reflexién
un tanto apartado a los cambios. En el caso de la prictica, la integracién politica de la
mujer implica una socializacién violenta, pues su insercién en politica a través de los
partidos u organizaciones, implica tensar las relaciones entre los sujetos, y quienes optan
por ostentar el poder de manera hegeménica se ven amenazados, pues el nuevo sujeto entra
en disputa con fo estructuralmente planteado.
Con respecto a lo anterior, se ha visualizado el concepto de “discriminacién
genérica” desde diversos puntos, transformando a este tiltimo en una idea més elaborada,
Asi Julieta Kirkwood (1981) en su trabajo “Chile: 1a mujer en la formulacién politica”,
plantea que la incorporacién de la mujer estuvo determinada por el perfodo dictatorial de la
década de 1970. Asi el contexto enmarca las pretensiones hegeménicas, negando todo tipo
de progresismo y cambio social por parte del poder politico. Desde aqui también surge por
parte de las mujeres, cuestionarse por el sentido de la democracia para la mujer, cuando elproceso de invisibilidad a la que ha sido sometida, tanto por el sistema patriarcal como por
los mismos campos de estudio, ha caracterizado su proceso en base a la discriminacién de
género. Por otro lado se postula que esta discriminacién se adhiere hasta tres tipos de
exclusién. Marfa Teresa Valdez (1987. pp.8) contextualiza en este sentido dictatorial, que
la mujer sufte una “doble dictadura”, o para el caso de esta investigacién una doble
discriminacién. “Por un lado la dominacién patriarcal expresada en su hogar o familia
donde vive subordinada a su pareja, padre o hermano, y bajo la dictadura de Pinochet
como todo el pais”. En una tercera instancia Cherie Zalaquett (2011) postula que desde
1970 a 1990 se consolidé un proceso simulténeo de incorporacién de las mujeres a
organizaciones militares regulares como las FF.AA. (ejéreito, aviacién) como también a
organizaciones irregulares o politico militares (FPMR, MIR, MAPU-LAUTARO). En este
proceso se reconoce que las mujeres latinoamericanas son protagonista anGnimas, pero que
por su condicién femenina se enfrentan a una triple situacién de marginalidad; afrontan la
subordinacién jerdrquica de las relaciones de géneto (comin en las sociedades
latinoamericanistas), Ia estructura jerérquica de la sociedad reproduce asimétricamente la
organizacién interna de los movimientos armados en los cuales ellas militan, ¥ por ultimo
su posicionamiento ideolégico y politica por los cuales lucharon, oponiéndose a la
ideologia politica y econémica, desafiando Ia institucionalidad legal, Io que las inserta en
un terreno delictual, Reformulando lo expuesto estos tipos de discriminacién a los que se
ve enfrentado la mujer, Elsa Chaney (1983) lo expone bajo un concepto; mujer como
categoria secundaria, Entendiendo a este iltimo que la imagen de 1a mujer en politica,
queda relegado a un papel subordinado e inferior, mimetizado con el papel representado en
la vida social y politica,
El problema de la discriminacién de género implica, a su vez, entenderlo bajo las
mismas légicas de subordinacion presentes a lo largo de todas las organizaciones y
movimientos politicos. Teniendo presente que en el caso de este estudio, el FPMR como
brazo armado del PCCH, reproduce los planteamientos politicos y sisteméticos de su base
partideria, por tanto su linea ideolégica en base al marxismo representa las relaciones depoder en base a ia lucha de clases (dominadas y dominadoras). Desde los partidos politicos
nunca se considers establecer telaciones diferentes en tanto a la participacién femenina. Si
se hablé de renovar las posiciones en cuanto a la praxis politica y a la ideologia para forjar
una vanguardia al interior del Partido, pero nunca se entendié que los desafios de este
proceso requerfan una renovacién interna, y entenderlo bajo una logica dinamica, forjadora
de nuevas identidades, sino que se mantuvieron en un proceso estitico, reproduciendo la
misma organizacién de sus bases partidarias
Otro punto caracteristico es que al asumir los sujetos su militancia transformaba sus
identidades, reconociéndola una parte de su transformacién, Compenetrar las filas del
frente o de cualquier organizacién politico militar implicaba una instrumentalizacién del
militante, Esto es entendido, bajo la idea de que sus militantes son como objetos,
capacitados para lanzarse contra el enemigo, son cosificados y subordinados directamente
bajo su funcién social
Otro elemento que ingeria en la militancia femenina, y la insereién de la mujer en
politica propiamente tal, tiene que ver directamente con el interés que tiene la mujer sobre
la politica, La insercién de las mujeres al interior de la orgénica correspondia a una
conviccién propia, desde donde el interés por la politica se revierte a la actividad en si, ya
que por medio de ésta se puede concebir al contenido politico como una forma de atraer
mayor participacién politica de la mujer. Asi, la problemética de 1a politica entendida
como Ia resolucién de los problemas de la gente es fo que permite mayor cooptacién de
mujeres al interior de los partidos y organizaciones,
Desde aqui, 1a integracién de la mujer bajo su activismo politico, permite replantear
el discurso impartido por el Partido y cuestionarlo desde su base frentista, EL FPMR
siempre consideré que la lucha de la mujer implicaba liberarla del yugo patemalista, y de
una sociedad viciada. “Luchar por la revolucién social implica incluir a todos los
patriotas”. Sin lugar a dudas la lucha por la revolucién social involucta a todos los patriotas
y entre ellos a miles de mujeres, es decir, que la tarea por la Liberacién Nacional es
también el inicio de una tarea muchas veces olvidada, que es la liberacién de la mujer deJas influencias de una sociedad viciada” Coincidiendo con Gilda Waldman (2011),
aseguramos que la insercién de las mujeres en organizaciones revolucionarias izquierdistas
era por conviccién propia, ya que una militancia les oftecia la posibilidad de canalizar sus
inguietudes y poder estar en accién, respondiendo a las convulsiones. Por ende la
militancia estaba sustentada en Ta accién més que en el discurso, posibilitindoles Ia opeién
de cambiar los destinos de su pais paralelo a su propio protagonismo en la lucha por Ia
transformacién social que aparecia ya como impostergable.
Conclusiones
El aprendizaje adquirido por el PCCh a lo largo de su trayectoria politica, permitié
reformular sus pricticas, marcando un quiebre en su pragmatismo institucional posterior
al golpe de Estado en 1973. Las condiciones politicas y sociales que se fueron gestando
durante el periodo de la Unidad Popular, fueron determinantes en la construccién politica
de los propios partidos, movimientos, organizaciones politicas, y la de sus propios
militantes.
Sin embargo la tendencia a homologar a estos sujetos bajo una misma militancia,
sumergiendo a las mujeres bajo una Idgica paternalista implicé, por un lado, cuestionar
estas practicas politicas, ya que la accin realizada por rodriguistas -hombres y mujeres-
los diferencié en el desarrollo de su militancia y en los espacios donde esta se llevaba a
cabo.
Desde otro punto, las ideas discursivas que implantaron el partido y el aparato,
distaron mucho de construir en la prictica una vanguardia, considerando lo que esto
implicaba, De esia manera muchos de los nuevos sujetos politicos, como las mujeres, que
se integraron a luchar por la causa anti-dictatorial y que se integraron al aparato, vieron
limitado su accionar politico pues no encajaban con la estructuracién paternalista que se
desarrollé tanto al interior del Partido como en el aparato. Todo esto rompia con la légica
vanguardista que intent6 articular las nuevas bases de Ja sociedad, pues en este proceso de
Jo que llegaria a ser el pais, las mujeres fueron invisibilizadas.Si bien, los inicios de la participacion de las mujeres fue muy baja cuantitativamente
al interior del FPMR, su accién politica como militante y su constante trabajo, fue abriendo
camino a través de estas rigidas estructuras, ayudando a que su actividad fuese catalogada
positivamente al interior de la orgénica, sin que el fin de éstas fuese Hegar a las etipulas del
aparato, sino més bien a ser parte de una lucha.
Referencias bibliogréficas. (libros, articulos, documentos en linea)
Fuentes primarias:
Revista “El Rodriguista", Archivo Fondo Documental Eugenio Ruiz-Tagle. En Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO.
Revista “Hoy” Archivo de fuentes Vicaria de la solidaridad,
Fuentes seeundaris
Amords, C. (1990) Violencia contra las mujeres y pactos patriarcales. En: Violencia y
Sociedad Patriarcal. Virginia Maquieira y Cristina Sanchez (Comp.). Madrid: Editorial
Pablo Iglesias.
Alvarez Vallejos, R. (2009) Los hermanos Rodriguistas. La divisién del Frente Patridtico
Manuel Rodriguez y el nacimiento de una nueva cultura politica en la izquierda chilena,
1975-1987. Revista IZQUIERDAS. Aito 2, n° 3.
Butler, J. (1998). Actos performativos y constitucién del género: un ensayos sobre
fenomenologia y teoria femenina. Buenos Aires: paidés,
Chaney, E. (1983). Supermadre. La mujer dentro de Ia politica en América Latina
(2°edicion). México: Fondo de Cultura Econémica.
Fernandez Nifio, C (2009). Y ti, mujer, junto al trabajador; la militancia femenina en ef
Partido Comunista de Chile. Revista IZQUIERDAS. Aiio 2, n° 3.
Foucault, M. (1992), ET orden del discurso (Trad. A. Gonzales Troyano) Argentina:
Tusquets editores. (Original en Francés, 1970)
Garretén, M, A. (1990). Espacio pablico, mundo politico y participacién de la mujer en
Chile. En ¢Existe la Vocacién Politica de la Mujer?. Chile: Ediciones EMINARI
Idini Flores, M. (2007). El Frente Patriético Manuel Rodriguez: cotidianidad y militancia
(1983-1990). En: Proposiciones 36. Entre el sonido y Ia furia, juventudes rebeldes de ayer
y hoy. Chile: Ediciones SUR10
Kirkwood, J. (1981). Chile: la mujer en la formulacién politica. {en \inea] Documento de
trabajo programa FLACSO. Santiago de Chile. Ntimero 109, mayo de 1981, Disponible en
hitp://cronopio.flacso.cl/fondo/pub/publicos/1981/DT/001127.pdf [2011, 15 julio]
Martinez, P. (2011) Las particularidades de la militancia femenina en la politica
revolucionaria de los afios 70. Revista digital de la asociacién de Historia Oral de la
Reptiblica de Argentina, Aito 2, n°2.
Milicic, N. (1990). ,Qué factores influyen en la participacién politica de la mujer?. En
¢Existe la Vocacién Politica de la Mujer? Chile: Ediciones EMINART
Montecino, Sonia. (1997). La palabra dicha. Escritos sobre género, identidades y
mestizaje. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias sociales, Coleccién de libros
electrénicos. Serie: Estudios.
Pascualli, L.(2008) Mandatos y voluntades. Aspectos de Ia militancia de mujeres en la
guerrilla, Revista Temas de Mujeres, del Centro de Estudios Histéricos e Interdisciplinario.
Sobre la Mujer. Facultad de Filosofia y Letras. Universidad de Tucumén, Afio 4, n°4,
Rodriguez, G. S. (2009). Americalatina -30 aniversario de la revolucién Sandinista, [en
linea]. Disponible en: http//www.alterinfos.org / material puesto en linea por Barémetro
Intemacional. (2011, 24 de noviembre}
Saldias, C. (2003). Nacer en Primavera I. Santiago: Ediciones Rodriguistas.
Torres Faleén, M. (2004). Violencia Social y violencia de género.[en \inea] Esta
publicacién corresponde a la Ponencia Foro Las Dignas-PNUD El Salvador. Disponible en
http://wwow.cnm. gov.ar/generarigualdad/attachments/article/158/Violencia_social_y_violen
cia_de_genero.pdf. (2011, 21 agosto}
Valdés, T. (1987) Las mujeres y la dictadura militar en Chile . Material de discusién. Programa
FLACSO- Santiago de Chile, n° 94,
Verdugo, P. y Hertz, C. (1996). Operacién Siglo XX (17° edicién). Chile: ediciones
Omitortinco.