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Lia Moe ree) Pee an earn Soe Sa rl een fever ei et) Pen ee et % 3 a 3 8 3 a 2 & 3 Q VII. Capitalismo y democracia: primera aproximacién ‘SE iuPOn que haga otr conta paws tescca, resid por una cons tataciGn: al igual que la democraca, también el capitalism es un cconcepta con estructura de parecido de familia, Desde este punto evista, y salvo que se opere a un atisimo nivel de abstraccién, no thay un “eapitalismo” sino muchos “capitalism Para plsar un texto todavia actual que escibieron en 1903 Dusk: heim y Faugonnet, empecemes por deci que los indviduos tatan de enriquecerse en el interior de colectividades que son bastante dlistintas entre sf; y que tanto la naturaleza como el éxito de sus cesfueros dependen de las paricularidades de lacoletividad don de e llevan a cabo. Ponggimoslo ahora en términos un poco més precsos. Cuando ‘6 individvos no buseas la rguesa como un fin en sf miso sino para warla como un medio que les permit obtener mas quer, los lamamos capitalsas. Técnicamente, tener guardaos dinero u otros bienes noes tener capital aungue el lena de todos los dias pre fiera nombrarlo as. Porque el capital noes un objeto material si- non proceso; ¥ deja de sero cuando este proceso no oes En a expresinparadigmatica, el pracesa del que hablo consiste cena continua tansformacién del dinerg en mereanefas que, as vez, se convierten luego en més dinero Este es el sereto de la de ‘nominada acumulaci capitalist, 0 sea, dela constante metamoe fosis del dinero-inversién en dinero-gananeia. Lo cual significa ‘que cada ves que hablamos del capital estamos aldiendo implicit « pawoceaca mente también a las redes de relacionesy de actividades sociales que dejan que esa metamorfoss se produaca al mismo tiempo que la con- diclonan.Y son éas ls redes que se tele ydestejen "en el interior {ecolecividades que son bastante distintas ent 'No tinicatteste eso, Contra lo que suponian Adam Smith y el propio Marx, tales redes que involucran alos distintos agentes feconémicos~ nunca componen de modo esponténeo un sistema autosostenido. Esto toma indispensable la accién del Esta end versosniveles para organizar los mercados, la adminstracion de Justicia, la seguridad, ef cumplimiento de los contests, el eégimen dle moneda y de crédito, la ofera de mano de obra, las relaciones centre trabajadores yerpresarios, es servicios de infaestructura, Lcomercio exterior, lis inanzas, las pauras de crecimiento urhano. Y aquellas redesy esta accidn son el resultado de negociaciones y de luchas pasadas y presertes yrequieren maltiples justificacio- nes politics, ideologies e inclusive tea, conforme a as tradicio- nes de la "colectivided” de que se trate, a us marcesisixwcionales vyalos confictos coneretos que se susciten Por lo tanto, son diferentes las colectividdes y también las mo- dalidades que en ells asumen los procesos de acumulacisa capi lista con fo cua la forma concreta que toma el capitalismo en cada lugar es fnalmeateel resultado de “un sistema de valores y costum bres heredado de tiempas inmemoriales’, para usar palabras del an- tnopsloga francés Emmenwel Todd. De ah que tampoco haya habido “una” revolucidn burguesa sino varias que ls regimens capita: listas puedar parecerse ence sf pero nunca sean igual. ‘Sucede algo similar con las clases sociales, sus estructuras, ss -taciones sus enfrentamientos: son siempre el resultado de historias particulates, que segn los niomentos les dan un protago- nismo mayor a cierton actors ya cies prictieasy extablecen com diciones de produccign y de recepcin mas favorables para algunos discuscsque para otos. Solo quienes imaginan que hay “un” cx Pitalismo pueden suponer que hay igualmente "un" sistema de cla CCAITALISNOY DEMOCRACIA PRIMERA AFRORIMACION sesy “una” pata tipica de conducta esperable de cada una de las ‘clases sociales, como fuera posble conocer de antemano la con- ‘iencia los comportamientos que deben serlesatibuidos alos grandes empresaris, alos pequefios comerciantes 9 los trabajar lores del campo y la ciudad. {Céimo se vincula todo esto con el tema de la democracia? Re- confemos ante todo que marsistas y no marxstas sempre han coin- ido en adie que, histricamente, el capitalismo y la democracia hhan marchado juntos, ya sea en términos armoniosos 0 conflict vos, Cansenso que se extendis a aceptar que las rlaciones de mer ceado constituyen fa base material de la democracia liberal 0 representativa, Por cierto, la valoracin ha sido muy distnta: para tno, este tipo de demotracia aparece como ta mscara mis eficaz de la explotacgn y se vuelve as "la forma Iigica de gobierno bur ‘gucs" (Engels); para orfos,en cambio, se trata del régimen politi ‘co que mejor corporia los ideales dela libertad. EL hecho es que, en los tiempos moderos, no huboregtmenes po- litios democrticos ances del esablecimiento del captalismo; y que ‘hoy exsten democracias consolidadas en tcos los alss capitalis- tas avanzados, Dicho de oera manera, puede haber capitalismo sin dlemocracia pero, hasta ahora 0 ba habida democraca sin capita- lismo, lo cual, primera vista, no deja de sr astante cutis. “Por qué! Porgue el capitalismo ya democracia no son, poe de~ finicidn,sitemas necesariamente complementarios el primero se sustenta en el derecho de propiedad y pate de una situcicn de de- sigualdad para reprodicela a escala ampliads; la segunda, en cam- bio, da priordad alos derechos de cidadanta para rodos y reconoce ‘lalibertad ya la igual como sus ds piedras angulares. Pores Ta dominacién capitalist aftonca una tnsin inevitable cuando de- be articulare con un régimen politica democriico;y no logra ha cetl sino se establece un compromiso. Cerro entonces la pausa seRalando que, por el momento, este ccompromniso slo ha echado rafces mis © menos ylida en ciettos contextoscaptalisas particulars, Osea que, cuando se tratan las felaciones entre capitalismo y democraca, resulta siempre indie: Pensableespecificar de que formas concretas de capitalism de de- mocracia se est hablande, VIII. La alquimia keynesiana PUES BIEN: en la posguerta, en los pases capitalists que luego se tan conocidos como centrales o avanzados (y que hoy actian co- mo objetos de referencia de los parecidos de familia de la ‘democraci), se les pu dar sna carnadura més o menos razonable (aunque desigual) ols principios de la Declaraion de 1948, que en el esto de mundo o fueron implementados muy pacialmente 0 56- 1b quedaron en buencs deseos En exo, los aftossombrios dela Gran Depeesin y del perfodo de entreguerrastuviron aun peso indudable. Si al finaliar la Pei ‘mera Guerra Mundial eran muchos loe que ofaban con volver al ‘mundo anterior a 1914, cuando concluyé la Segunda, a nadie se Te acura (niente los victorosos ni entre los derotados) regesar ‘la dolorosa década del treinta, Esas, por ejemplo, que yaen noviembre de 1940, en medio de ‘bomnbardeos que tan silo en ese mes matagon a més de 4500 ingle- ses, un primer minsto conservador como Winston Churchill le en- ‘comendaba en Londres a William Beveridge, un iberal progresist, {que analisse las mejores maneras de luchar en el futuro contra los efecto sociales def crisis econsmica de la dccada anterior y dela fuerra entonces en cuso.” El informe Beveridge se publics en 1947 y ya desde el prslogo ef autor adveria qu el Estado debia preocuparse por el bienestar "Un today Churchill ye pedente oeamerian FD Ras fi stun almost Car ht Ali fat cams ao de piles ob {dels Ae iy uel bre Elena apace ‘Sept en ls Cadel Neves Ue del conjunto de los ciudadanos no porque los icostuvieran que set _generosos con los pobres sino porque ése era el nico modo en el ‘ual la sociedad podia protegerse de sf misma 'Nos hallames en los inicios de lo que en Europa se llamar des ‘puss el "Estado de Brenestao”, que iba a alcanzar su plenitud en la ‘cath del setenta Para eatonces, ls pases de la Organizacicn ‘ara la Caoperaciga yet PesaralloEconémico (OCDE) destinahan, ten promedi, la mitad o mas del resupuestopblicorgtos soca: les ¥en varios de ellos parecta haberseconsimado una felis unig entre el liberalismo econémico y a socialdemocracia ~0, como solia decir. H, Marshall, alumbraba “un tipo de eapitalismo aban dado por una inyeecisn de socialismo"-. Junto con La dramatica experiencia de la guera,conteibayeron a esto elementos diversos, que sirvieron para apuntalar el cima cultural de la nueva época. Ast, en esas naciones el factor demo~ _rifico results muy favorable; a inlacin se mantuvo extremada- ‘mente baja la gente se habia acostumbrado a pagar impuests altos durante el confictobélico, etc Pero, sin dda, los ds grandes pi layes del Estado de Bienestar en formacicn fueron el fords y el eynesianismo, El primer, sinénimo de mecaniacidn, produccin industrial en ‘masa, ytaylorismo, ereé las condiciones necesarias para que lor continuos aumentos de productividad pudiesen ser acompatiados Por mejor sostenidas en ls salaries. A su ves, tales mejoras fue ron uno de los efectos principales de ese notable milagra kevnesia ‘no en virtud del cual los inteesesparticulaes de los trabajadores ‘se transmutaron en intereses generales de la sociedad sia que és dlejara de ser capitalist, De ah que el pleno empleo (eatén de una ° Bhypianetne gu sled gus op on aon ent ec te.pr comin tiger cmc destin mel ope oe Sires wore Sc mado Se eat oe lms ate mts Rab ‘pal essai por ager rf, aor eb cao ses {eli Sepa etc dal ees yan ll satu SNES 3 alta demanda efectiva) se convirtieseen la preceupacin dominan. {ede la politica econsmiea, como no lo habia sido anes ni ose ria despues; y que, de results de ell, en Tos aos sesenta la tas media de desocupacisa de Europa Occidental haya podido osc laren torno al 15 Elefecta de estos proceso fue que, en los patses los que aludo, Ia liberalizacion del comercio internacional que se instruments en 1944 en Bretton Woods" con los tipos de cambio fijos estuvo sania a politics piblicas que, mas que amortiguar los desequilibros «qe se generaban, se ocypannn de proveer seguridad y servicios so ‘als al conjunto de la pablacin, financando el gasto a eaves de sistemas tibutarios que fueron adquiriendo un sesgo claramente re distributive, "En sitess, que sin perjuicio dela persistencia de muy conside- rubles desigualdades econémicas de génerooracales~se gener ast, tn erculo viroso de crecimiento econimico y de prosperidad co cial una verdadera "edad de oro” que duré mas de un cuarto des slo y que permitis que, en buena medida, se levasea cabo en esos lugares la que Hobstawm designa como "la revolucién mis dest <2, ripiday profunda en los asuntos humanos de la que se eenga ‘constancia histrca" ‘Noes poco, Y una de las consecuencias mayores de esa trans formacién fue el surgimiento, por primera ver, de eso que Robert Castel llama la “sociedad salarial", es deci, no simplemente una sociedad capitalists en la cual la mayoria de los trabajadores son asilariados sino una sociedad del pleno empleo, crecientemente hhomogénea y donde el trabajo asiariado goza del tats, de la di nidad y de Ia protecci6n que le brindan tant la empresa como el Estado. Se afirmaba, de este modo, un acceso bastante generaliza % a i ConfoenioMoncoia France ea Nacons Uris cele en 1944,en Bron Wooly qn engen a Fond Menta nema ease marl wticoe cnr eco can i cone Tien lr ores cdo aun nuevo tipo de seguridad, liga ahora al trabajo y no ya solamente la propiedad. En otras palabras, parecta el equivaen: te contempordinea de ese farmer ue habfan idealizado Rousseau ¥ Jefferson. Y junto con é, las condiciones para el compromiso po Titico en que pudo cimentarse lo que se designa muy grificamente | como demecracia cialis IX. Marshall y los ciudadanos El socialismo B ‘SEOUN insiné més ariba, Gran Brctaiatuvo un papel pionero en ‘6s carmios (aunque no seria luego el lugar donde mise avanca ria en ellos). Y ue justamente allt que ocurtié otro de los episo- dos dela décadn del cuarenta que dese incorporara mi expesicn. Me tefiero a la serie de conferencas sobre la civdadanta que dicts “Thomas H. Marshall en la Universidad de Cambridge en 1949 y {que han servo hasta hoy para defini los principales contomnos de Marshall era un socilogo destacado, con una considerable expe- Fiencia como académico y como funcionario. ra también un hete- dero de las tadiciones del socialismo ético inglés, fuertemente orientadas desde el siglo XIX a promover por distntos medios la Jqualdad social. Noes extraio, entonces, que se volviewe un con- ‘vencidodefensoryestudiso del Estado de Bienestar, que el gobier- no laborista de Clement Atlee habia comencado a cmstrui un par de aos antes." ' Beunavien nid aro ea de ac quel Pais Coren ts des del pore 145, haa rela dees lr bens > ‘es oa pr del porn del Er tense Eel ms Pu {Caro cari, Weston Chel sede un lanes ‘Ss acm 94 gu neva Heal pote J i abr cnet {suse pines pn para elenalcinieno de ana Cea bins Pee cla, ots en ea accosted qe no aka 6 soon ‘Seyin angumentarta Marshall alg tiempo después, existen dos tipos de socialismo, a ls que llamé simplemente Ay B. El “socia lism A” es evolucionarioy anticapitalisay iene poco interés en la politica social a la que concibe bisicamente como una estrata- sgema de la clase dominante para mantener bajo control el des contento popular. El *socialismo B", en cambio, combina los princios de politica social props de Tos liberales mis avanzados ‘con una disposcin a confiar en la potenctalidad yen la eficacia de Ia accidin del Etado. Para este socalismo, que era el suyo, la pollti- ‘2 social no resulta un mero complemento dela politica econémi- ‘ca sino que esti por encima de ella y tene por misién correie “as sdeficienclas inherent ala economla de mercado". O sea que alli donde para Schumpeter el scilismo era un horkonte técnica sis- ceptible de maximiza el producto, para Marsball coneiuia un ho- ‘izonte moral que impulsabaa rece las desigualdades, [Las mencionads conferencias de Cambridge tuvieron des gran- des méritos. Por una parte, dotaron de cietos ancajes insttucio rales concretos alos derechos bumanos que un ao antes habian proclamado lay Naciones Unidas, poniendo a la verde manifesto que eles derechos sf son tealizables si se dan determinadas con- dliciones materiales. Por tra parte, establecieron el carécter multi «dimensional dela nocién de ciudadanva, compuesta come minimo por tes element: el cil el politico y el sca Lacxploracicn de Marshal se cents exclusvamente en la evo~ lucién histérica de su pats, donde ya desde el siglo XVI tados los Ihombres eran considerados libres. Y fuea esta matris de libertad _que se le freon sgreganda con el tiempo sucesvos derechos ex Peefficos. En rigor, como sabfa nuestro autor, el cao inglés tuvo tuna evolucién particular, muy dstinea a lade ls pases de Euro- pa continental. Ast por ejemplo, mientras que en estos tltimes se instal desde fines de la Edad Media un sistema de representa id por “estados”u “érdenes” (Ia nobleza, ls guildas de comer- ‘antes o artesinos, et.) Inglaterra preseevé el antiguo principio e representacin territorial, que a a fcilitar después una tran- sicidn mucho mis suave hacia yn eégimen unifieado de liberals smo demecritic. Pero, sobre todo, ya desde lor sos vty Xvi fa fey habia emer- sido allé como una de las eas centzales de conilicto en la lucha contra el absolutismo mondrquico que levaban adelante los seo ‘ese a tetra. Es un punto de singular imporeancia porque ene i- elo siguiente ~cuando, sein Marshal, se fueron definiendo los contenidas del componente cl de la ciudadana- Ia aristoracia ‘haa valerse precicamente de lainterpretacicn de las leyesy de los situs de la Justicia para consolidee se egemont” [Notese que esta altima afimacion no contradic lade Marshall En el siglo xvi, al ergiea la ley como principal ideologia leg smante del orden establecido los seoresoptaton por una institu cidn dotada de una Logica especial, que era portadora de reglas particulares de equidad y de universal y que, en sltimainstan- «ia, no podta quedar reervada para su uso exelusivo. Si, por una parte a ley sevfa para protegerlas del poder avbierario del rey, Por fa otra, era suscepuible dese utiliza a la ver por los hombres “comunes en su propia defensa, tal como ocuri, Dicho de otre mor do el hecho de que las relaciones de clase fuesen mediadas por la ley genet efectos espetficos ysupuso que al mens en pate, que ‘nes mandaban también tyieran que suboedinare a ell, 0 pena de «que esa mediacién apareciese como un puto engao.® 2 E915 ear ingl EP Thompson pict ieee ten nine "ox ema (Wis al He), neal mie lie ad 5 Cate ans el vy aml et ca eat ls wie fas yore una ape gun onli oc, sce Som ‘can negli mete ky Cotsen, ‘then den vat Yang pen pes es, flee ree ‘er 150 as deal coal desea seman re ‘i igudamlo ln pono hegemonisascescn E cnt come son ston me time dt omens me ose De esta manera, gracias alas normasjurdicas y ala accin de ls jueces,cobraron una forma cada vex més general las liberta es de palabra, de pensamiento y de cults; y, obviament, el de ‘echo mismo a acceder ala justia. Enel campo econsmico, las profundastransformaciones en curso dieron un gran impulsoal de recho de propiedad, al derecho acelebrarcontratos yal derecho 2 trabajar. Al mismo tiempo, insttuir est dlrimo devecho supuso aque se derogaran todos los estatutos 72a regulaciones que lo res: tringian y, ala ves, que fos eibunalesteinterpretasen ls diversos Ihabitosy costumes locales conttariosasuejereicio. En tts pa fabras, nos enconramnos en los prtaes de la modemnidad, cuando entra en escena el trabajador libre y se echan las bases de es igual- dad contractual sob la que el capitalismo levantara su propia e- tmuctura de dsigualdad Por su parte, ete arduo proceso condujo a una escalada de en- frentamientos ente la arstoracia y la burgues, que pugaaba por hacer también suyas las prerrogativas de woes y compete por car 08 piblicos. Pero, nucvamente, ef potencial universalista de estos reclames lew 2 que pidamente los traajadores los tomaran co- sno propios, todo lo cual conwertira al siglo XX inglés en el pert so formatvo del clement pico dela ciuadania en sentido ampli. Fueron sus simbolos las Actas de 1832 y de 1867, que extendieron. limitadamente el derecho al voto masculino y que tecién culmi- narian con el sfragio adult universal paa ls varones en 1918 y para las mujeres en 1928 Es decir que el ciudadano que ya era ibe para eabaar, naa g- nar dineto, para ahorrarlo y para inrercilo, ahora se volvi libee ‘también para participa en la cosa publica, como elector 9 como legido.¥tfos tribunales de juscciaconsttuian deste el ilo XVI [a inetitucin mis directamente asociada con los derechos civiles, cl parlamentoy lo concejos locales serfan desde enconces dos de las instituciones ms inmediatamente involucradas en Inglaterra «con las derechos politicos MARSHALL YLOSCIUDADANOS ° Llegamos,fnalmente, al tercer conjunto de derechos que sein ‘Marshall, deinen a la ciudadanta y que resulean caracteristicos Sel siglo. Se trata de su componente social, cuya singular nove: dad ya destacamosy conviene que consideremos ahora en toda su sdimensic, Noes que antes no hubiesehabido derechos sociales, Desde 1795, en el surde Inglaterra, el llamado “sistema de Speenhamland” por ejemplo, garantzaba un salario minim, brindabasubsidios fa miliares y estaufael “derecho aviv". Peto no era ms que un re siduo del viejo orden, una traba premodera y precapitalisca ala libertad de mercado, que fracas rotundamente en sus objetivo y {que terming siendo horrida pr br Revolucién Industrial. La rem Plaz6 la Ley de Pobres de 1834, que no slo secuiduba muy bien de cualquier interferencia en la rlacicn salaral sino que planteaba ls ayuda a los necesita como lo otro de la ciudad: quienes la recibian perdan automiticamente sus derechos civilesy politicos, esto es, dejaban de ser ciudadanos. La premisa era que, por defi ‘in, cualquier ciudadano disponta de los medios para valese por ‘{ mismor pores, las primeras Leyes de Fabrica protegian excl ‘amente a las mujeres y a ls nifioe, que no calificaban como cite dadanos Marshall muestra cémo todo esto empieza a cambiar cvando se «stablece le elucaciin primatia obligntoriay pdblica, que debe set vista, nos die, “no como el derecho del nino a ira la escucla sino ‘com el derecho del cudadano adulto a haber sido educada", Pe 10 sin duda, el Estado de Bienestar el que va coloca a ls de. ‘echos sociales a igual nivel que ls ottos dos elementos dela cixladanfa puesto que introduce “un derecho universal aun inge- so eal que no guada proporcién con el valor de mercado de quien lo reclama” y pone a cargo de la auroridad pica la obligacisn be hacerlo efectivo. De ah que cant la escuela como los ervicicy sociales se cuenter entwe las instituciones mas ipias de este tercer + componente, ® peMccRscrs Ahora entiende mejor que Marshal ablase del surgimiento de un nuevo tipo de captalismo, “ablandado por una inyeecign de so ‘lism Apuntaba a ese “enriquecimiento general de ln sustan- ‘Gia conereta ead civiizada” que estaba ocurriendo gracias ala fncorporacion de criterios de solidi alt donde sélo habia te {do hasta entonces la competencia individualist en el mercado." Es to kaa generar en adelante eres tensiones entre ls tres elements ‘ela ciudaani, dados ls distins valores que los inspita El espriu esencal del Estado Leap Manal en itera ifs ee tay sungu estan sas en el caso patil Bitin, Trane ene scbre spas ranformacone fundamentals th ene el del pone en argc democrt seater caalsar nanandoe Ala very por eo mmo, Siena aprender de faa be ve Ee tMetlands dee el comin os alles on a se cee ite de deechse ae fas propiladscomunessuficien- tes puruadeincion cnn dela demacacia! Hay de sfalamlento el propo Mantall qu nos aywarins da ca opus Son expciaienteimprtante in eb Interns cnces cast no esha pes tenn Elpeunew'e-egiamente norma convene qoelo en face No hy an prince uve determine cuales son ls 2 an tl cat go pp Aden Sy ian ss a eee tet ade Tana snes mr co ne ete de mannan mora res Sev tatnnr stones somes trp peo mt. see itesates keno we rpsetocne east Cae eile ples memes deg ete EES SS samt ee ums pode derechos y los deberes de los ciuladanos, decfa Marshall en 1949, Existen slo saccades donde la ciudadaniaes una insttucién en desarrollo y donde ha cobrado forma ‘a “imagen de una ciudada- ria ideal en relaci a la que pueden medline los logros yhacia a ‘cuales posible dig las aspiraciones’. Y, en esos lugares, esta ima gem ha guiado una marcha con altibajos en procura de una mayor ‘guided y de a inclusign del maximo amero posible de perso- “nas como ciudadanos plenos, en potesion y disfute de todos sus derechos El segundo pasajecorresponde a una conferencia de 1962, en la ual Marshall criticaha ls distersiones que habia experimentado el samo de Bienestara causa del ascens de la sociedad de consumo, cxyo materialismo individualist erosiona continuamente la soi daridad.® Afirmabe alle que el Estado de Bienestar ns consttuye, sin embargo, un concepto general ni tampoco un tipo eal porque ‘ss tasges Se modifican sequel lugar la época, dle manera que no existe una estructura tnica que le sea propia y que pueda repu- tase como a oncaona.o la correcta. Lo que silo define, en cambio {7 vuelvo a subrayar) el “spt esncia” quel ania y que no cexotro que el del “socialism BY; y exo, insist, ia implica rech sar al capitalism sino reconocer que hay alguns aspects de "una vida civlzada que estén por encima de ély que deben ser realiza ds renands 9 sstituyendo al mereado” hemos completa yampliar esta shia hservacign de Marshall, para conectarla mejor con la primera. Es que al centrarse ex. eh concepto de ciudadanta, sus analisistuvieron uns parad6jiea propension a relegar un tema tan erucal como el del Estado que ‘comatituye, sin embargo, el revés de la trama de aquel concep. 2 al de Benen ai neds Mapa en ioe ee let eset ies Ea Farce On Beta encanta de ‘ras cones ution eed om rasp de ines ect mens pop cle “ venocracs El papel de la burguesta (Con lo cual retorno ami interrumpido relato acerca de las nacio- ‘nes capitalist avanzadas. En coneonancia con lo anteriog, ss con. figuraciones y sus trayectoras han sido indiscutblemente dispares Y abundan las clasificaciones que procuran dar cuenta de eta diver- sd: paises de industrilizacin temprana, media o tarda fas abiertas 0 cerradas; capitalism renano versus capitalism ‘norteamericano; etc Pero hay al menos un rao que les ha sido co- ‘main a todas ellas en un periodohistrico dererminado, a pesae de las diferencias que me ocupé de destacar en las paginas que antece- den -y de muchas otras ue podrtanficilmente aadise~ Seguin vimos, urante los aos prosperos dela posquerta ya rt mes diversos se fueron levantand en los més ics de los pats ca pitalistas eas construcciones imponentesy sin duda heterogéness alas que se les ha dado el apodo genérico de Estados de Bienestar. ‘Asentadas sobre combinaciones vatables de fordismo y de keyne- Sianismo, aparecieron de este modo las primera “sciedades saa- ‘ales dela historia. ¥ fue en ellas donde se hizo realidad el catalog ‘marshalliano de los derechos de ciudadant, incr mas pr el éxito econémico que por aque hhablaraelsocislogo inglés En una etapa bastante ulterior, se democratizaron ls pases ca pitalistas pobres de la Europa meridional. Habfan cambiado noto- Fiamente para entonces las circunstancias ecoeximica intemacionaes ¥ycomenzaba a prevalecer en Occidente otto climaideolégico. Pe- rw pese allo y aque el pleno empleo habia dejado de sr la meta prioritaria de gobiernos ahora tenazmente empefiados en coma tira inflacion, tambien allf mejor la situacin de los tabajadores yy tarmbién all una panoplia de derechos sociales se sum los de- rechos eiviles politicos. {Se sostene a ipsesisclasita ala ur de la evidencia? En bue- ‘na medida si pero con moaifieacionesy agregados. Ya indiqué el CCAPTALIGHOY DEMOCRACIA SEGUNDA APRONBMACICN Impacto que tuvo en esto la guera, tanto sobre los vencedores co ‘mo sobre los vencidos, aunque por razonesdistinas. Por ota par ‘te, poco andar los propiosfuncionaros de los Estados de Bienestar fueron quienes se ocupaton de proponer nuevas medidas sociales ‘que, ala ver, le servian para que su poder se afianzaray creciese. ‘Sin embargo, es igualmente clara el papel decisivo que desem- ppefaron los sindicatosy los partidos socialdemdcratas en los pai- ses escandinavos yen la Gran Bretana de Beveridge. Lo mistno sucedi6 en Alemania Federal, Austria e Itai, s bien en estos ca- xervinieron ademas orginizaciones populares de ots signs politicos. Yel fenémeno iba aepetirse més tarde en Portugal, Gre- ciay Espa ‘Como suele pasar, Estados Unidos constnuye la excepeisn, dada ‘una evolucin social y politica que fue siempre muy distnta de la ‘europea. Con todo, vale la pena tomar nota de un par de cosas. La primera, que es también el sitio donde menos se desarolls el Esta- do de Bienestar. La segunda, que la seguridad social fe instaurada ‘por Roosevelt a mediadas de ls aftos trenta en respuesta ala mi- i yal descontento crecientes que habia generado la Gran De- presin La tercera, que este exquema recié fue modernizado por Kennedy y por Johnson en la década caliente del sesenta, cuando, ‘entre otras coms, se intensifies el movimiento por los derechos ci viles.¥, por ultimo, que los estudios mas serio sobre el tema de rmuestran que siempre ha existido ali una relacin directa entre la fuerza de las movilizciones populares y la ampliaciém de las pres- taciones sociales del gobiemo, De cualquier manera, ya indiqué e5- mo, por crs vias (ineluida la cei de ls sindiatos), también en 8e pats se fe materializando un equivalente por lo menos parcial del catélogo marshalliano. ‘Sincerio, entonces, esta parte de mi argumento: en el periodo «que va desde el fn de la guera hast las postrimerfas dels afios se fenta, con obvias vaiaciones, en todos los aise centrals y de- :mocrtico-representativos de Occidente(comprendidos los menos

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