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Ante la experiencia del duelo por la pérdida de un ser querido, se ha intentado categorizar
la sintomatología por la cual pasan la mayoría de las personas en esta situación. De cierto que
muchos pasamos por gran dolor cuando fallece alguna persona cercana, y el propósito de la
que es probable serán parte de la vida de la persona que acaba de pasar por una pérdida. Al
explicar los procesos del duelo, los cuales pretenden dar la “solución al dolor” de la persona, se
definen algunos términos importantes para comenzar la discusión del tema. Dichos términos son
la pena, el dolor, la aflicción, el luto y el duelo, los cuales varían de significado y aplicación
ven en las expresiones inmediatas ante la pérdida. Pienso que se pueden definir como las
sentimiento ante la noticia; la primera reacción. Creo, sin embargo, que al pasar la pérdida no
siempre se sienten, pues hay momentos en que la realidad es otra para la personas y podrían
sentir incluso todo lo contrario a angustia. Pero continuando con la perspectiva del ensayo, la
solución del duelo y la “recuperación” de la persona que pasa por la pérdida. Las prácticas
sociales en torno al duelo, el significado de la muerte y su posteridad (lo que viene después de la
muerte) varían según la cultura y se supone rijan la proyección del luto. Como bien explica el
la realidad.”
haber perdido alguien, mas los sentimientos de haberle sufrido, extrañado y eventualmente
superado. No es que la persona olvide a quien murió, sino que pasó por el proceso de duelo y
Existen tres modelos principales que explican el fenómeno del duelo: el psicoanalítico, la
duelo como una labor que se desarrolla a través del abandono gradual de las ligaduras que atan la
libido con el muerto y se transfiere esa energía libidinal a otra persona o sujeto. El segundo
modelo teórico se basa en los estudios de Bowlby que visualiza la pérdida como el detonador de
muerto. Por último, el tercer modelo teórico es el de transición psicosocial, que incluye tanto al
sería un proceso gradual de otorgarle sentido a los que ha ocurrido y, de esta forma, modificar las
debe ser considerado patológico aunque se trate de un estado que impone considerables
desviaciones de la conducta normal. Dice que el mismo deberá desaparecer por sí solo. Sin
embargo, el duelo puede convertirse en patológico, cuando las ligaduras que atan la libido con el
muerto no se desplacen hacia otros. Propone que las tendencias a perturbar o intentar cambiar
moderna. Es decir, que los intentos de controlar el dolor para hacerle un bien a la persona, puede
disciplinas o enfoques, como la psicología cognitiva y la etología. Según Bowlby, el duelo es una
respuesta adaptativa que se basa en el valor del apego a la sobrevivencia. A pesar de que el
contexto del duelo y las condiciones sociales son importantes, si existen lazos con el fallecido,
no se logrará un duelo “normal”. Bowlby establece cuatro fases principales del duelo: la primera
ira. La segunda fase es la de anhelo y búsqueda de la figura perdida, donde la persona pasa por
planear actividades para el futuro. Eso implica que la persona ya esta reorganizando su vida, lo
cual pertenece a la cuarta etapa. Aquí la persona debe reconocer y aceptar la perdida, además de
dar una nueva forma y significado a la vida. Bowlby comparte con el psicoanálisis la pulsión de
vida y la importancia de los lazos afectivos, relacionales, establecidos con el objeto amado.
Neimeyer (2002) intenta explorar los desafíos comunes que caracterizan la experiencia
humana de la perdida y los problemas particulares que plantea. Señala que hablar de las “etapas”
del proceso del duelo puede inducir a error. Se debe considerar la individualidad y variabilidad
circunscrita a la persona que vive la pérdida. Establece unos patrones para describir la anatomía
del duelo: la evitación, que dificulta la plena consciencia de una realidad que resulta demasiado
patrón de la asimilación, que supone que luego de la primera fase se experimentan soledad y
tristeza con toda intensidad. Por ultimo, la acomodación implica una mejoría en el
construcción de un mundo social, destrozado tras el evento. Neimeyer rechaza que las personas
pasen por una secuencia universal de etapas y que los procesos de duelo deben acabar con una
“recuperación”.
que argumentan que es posible entender que exista una “multiplicidad de formas validas a través
de las cuales las personas hacen sentido de, y viven la experiencia de la pérdida”. Marqués
establece que según estos, el duelo es un fenómeno que involucra que cada individuo pueda
identificar sus propias tareas de duelo y, a su vez, pueda negociar a su forma el proceso de vivir
diariamente luego de la perdida. Creo que mi postura radica cerca de los postulados pos-
de desarrollo sin tener necesariamente que considerar categorías. Ellos destacan que hay que
“considerar qué es lo que hace más o menos capaz de vivir y enfrentar la pérdida, a cada
necesario por el cual pasan las personas que sufren una pérdida para transitar la misma
eficazmente. Ante esta visión se puede desprender otra que sugiera que hay una manera de pasar
por una pérdida de manera ineficaz y no saludable. Existen modelos que consideran el duelo a
Según Serrano (2002), “en el duelo saludable, el logro del proceso de reajuste se
determina por el nivel en que se es permisible expresar los sentimientos de tristeza y pérdida, a la
vez que el coraje, la culpa y el alivio.” Esta visión del duelo no complicado o saludable es
respaldada en el mismo ensayo cuando dice que “la perspectiva dominante en estos estudios es
que las sociedades que promueven la expresión abierta de dolor son aquellas en las que se
Por otro lado, según Rando (1984) el duelo patológico se refiere a algún disturbio en el
proceso “normal” hacia la solución del mismo. El mismo parte, obviamente, de la premisa de que
hay un proceso normal de solución del duelo. Y si el duelo tiene solución, está infiriendo que es
un problema. Es probable que esta noción de “normal” de Rando coincida con lo que Serrano
Ambas visiones, aunque antagónicas, parten de la premisa de que el duelo surge por la
estudio es la psicología, pienso que debo dejarme llevar por la visión de que el duelo no es un
proceso patológico, sino un proceso subjetivo que esta sujeto a la situación individual de cada ser
humano; sujeto a la interpretación de cada cual hacia la pérdida, la muerte y la vida. En caso de
que la persona necesite ayuda, no le sugeriría que las fases del duelo y la superación son tales las
establece Ross, sino que, desde su interpretación y perspectiva de la situación encuentre la
solución personal e individual que surgirá a través de su propio interés. Hay que analizar cada
caso por separado, identificar las necesidades, circunstancias y opciones que existen para cada
individuo y entonces partir a buscar una solución que vaya más allá de lo preestablecido.
expresarse abiertamente ayuda a aliviar el sentimiento de pérdida, podemos inferir que el dolor
que sienten muchas personas durante el duelo es percibido como un mal. Dice la autora que
“desde la perspectiva, el dolor es entendido como algo que debemos ‘curar.’ Sin embargo, el
significación de tales experiencias”. Se entiende que la visión del dolor como un mal es errónea
y que en muchos casos lleva a la desesperación por intentar solucionarlo como un problema.
Según Marqués “el ser humano se duele porque está vivo y no porque está enfermo”, lo cual
sino una necesidad del ser humano. Estoy de acuerdo con sus palabras cuando dice que el dolor
y, a su vez, manifestar la profundidad propia del ser humano.” La perspectiva hacia el dolor
humano debe ser restablecida en la vida como algo natural y necesario si queremos entender el
hacia el dolor humano cambia, no habrá necesidad de establecer síntomas para el mismo, sino