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EL FANTASMA DEL INGENIERO EJECUTADO Z De prisionero politico a soviético En las primeras horas posteriores a la toma del poder por los guardias rojos, en medio de la noche, estuvieron en peligro las vidas de Palchinsky y demas altos cargos del Gobierno provisional. Uno de los partidarios de los bol- cheviques que se precipitaron en la Camara de Malaqui- ta, enfurecido al ver que el jefe del gobierno, Alexander Kerenski, se habia escapado, gritd: «j{Pasemos ahora mis- mo por la bayoneta a todos estos hijos de puta!»! Pero el bolchevique que mandaba el destacamento armado, Vla- dimir Antonov-Ovseenko, aquieté al grupo al afirmar que «Los miembros del Gobierno provisional quedan detenidos. Seran encerrados en la Fortaleza de Pedro y Pablo. No consentiré que se les haga ningtin dafio»? Or- dené que los prisioneros fueran escoltados fuera del Pa- lacio de Invierno y conducidos, por el puente sobre el rio Neva, a la fortaleza-prisién situada a poca distancia. En cuanto el grupo desembocé en la oscura calle se vio rodeado por una turba de seguidores de los bolchevi- cargos del Hn aquel ade varios distintos. os y marineros bolcheviques que ocupaban la de Pedro y Pablo, al ver la multitud que avan- 4 ellos, pensaron que los atacaban y respondie- n rifagas de ametralladora. En el panico general 6, lo mismo los ministros del gobierno que la que los amenazaba echaron a correr para cu- Como fuese, los marineros y guardias rojos en- 8 de escoltar a los prisioneros consiguieron recu- y los empujaron a cruzar el puente de prisa y e a salvo dentro de la fortaleza.3 Una vez dentro, Palchinsky y los demas altos cargos eron contados, se les tomé el nombre y se los condujo as celdas del Bastién de Trubetskoi, una seccion anti- ia de la fortaleza que habia alojado a varias generacio- nes de disidentes rusos (entre ellos, muchos afios atrds, a Piotr Kropotkin, el mentor de Palchinsky). Alli Pal- thinsky se vio entre muy diversos prisioneros, algunos de los cuales habfan sido encerrados antes del derrocamien- to de la monarquia, hacia meses. Durante los siguientes euatro meses Palchinsky vivid con estos hombres, cuyas lealtades politicas se repartian heterogéneamente entre el socialismo, la monarquia y la democracia liberal. En- tre los prisioneros de mayor renombre estaban Mijail ‘Tereschenko, hombre de negocios ucraniano y ex minis- tro de finanzas y de asuntos exteriores del Gobierno provisional; Vladimir Purishkevich, un dirigente de la faccion reaccionaria en la asamblea legislativa anterior a la revolucion, la Duma; Pitirim Sorokin, un eminente socidlogo que luego seria profesor de la Universidad de Harvard; Vladimir Sujominoy, ministro de guerra en el gobierno zarista desde 1909 hasta 1916; y Fedor Kokosh- finy Andrei Shingarey, destacados miembros del Parti- do Constitucional-Demécrata. Los prisioneros estaban confinados en celdas peque- fias, frfas y sucias, cada una con una ventana de gruesas rejas.4 El régimen cotidiano era estricto pero no inhu- mano. Levantados a las siete de la mafiana, los prisio- neros recibian agua caliente, un poco de azticar y un cuarto de libra de pan. A mediodia se les daba agua ca- liente, algo de col y un trozo de carne. A las cuatro de la tarde tomaban el té. A las siete recibian mas agua ca- liente en lugar de cena. Desde las ocho hasta las diez se permitia a los prisioneros mezclarse e intercambiar ru- mores. Las celdas tenian cables eléctricos pero sdlo ha- bia corriente alrededor de una hora al dia. Estaba per- mitido recibir correo a diario y visitas semanales. Nina Alexandrovna visitaba a Palchinsky con regularidad y se Ilevaba los articulos que él seguia escribiendo. Uno de éstos, sobre la recuperacién de la vida econémica en Rusia, se publicé de hecho, aunque alguien borré la re- ferencia de Palchinsky a «la vista desde la ventana de la celda».° Palchinsky y sus compafieros de prisién tenian per- mitido asistir a la iglesia en la catedral de la fortaleza, conocida en todo el mundo por ser el lugar donde se en- terraban los zares. Algunos prisioneros no eran religio- sos, pero el desplazamiento a la catedral, donde se colo- caban entre las tumbas de las figuras mas famosas de la historia rusa, era un acontecimiento que aguardaban con impaciencia. Varios de ellos conocian bien la historia de Rusia y entretenfan a sus compafieros con detalles sobre 50 El fantasma del ingeniero eiecutada las carreras, a menudo sangrientas y venales, de los pasa- dos gobernantes de su pais. Al principio de estar en la prision, el estado de Ani- mo de Palchinsky era bastante positivo. Habia conocido anteriormente las celdas carcelarias por dentro, lo mis- mo que cierto ntimero de sus camaradas, y estaba segu- ro de que sobreviviria. Fue elegido starosta, o jefe, de un grupo de prisioneros que vivia en estrecha proximidad dentro de las celdas de la fortaleza (Kishkin, Tereschen- ko, Rutenberg, Avksentev, Sorokin y Shmelev). El 28 de octubre de 1917 escribid a Nina Alexandrovna: «Estate tranquila y no te preocupes. Como tt sabes, cuanto peor _ Se ponen las cosas més sereno y mejor me siento yo... Por favor, no hagas nada especial por mi.» Dos dias mas tarde comentaba: «Después de la vida de perros de los liltimos ocho meses estoy descansando ¢ incluso me place que nadie me sea préximo.» Inclufa en esta a un dibujo de su celda, la nimero 43 del ravelin »evskii, una fortificacién aislada con dos malecones efan del baluarte. Diez dias después escribia a su a que los carceleros le estaban permitiendo leer al- / periddicos, sobre todo el periddico del partido evique Pravda. Pese a saber que las cartas las leian ‘ores, decia que Pravda estaba «lleno de menti- y bromeaba sobre las «sucias manos» por las que pa- in sus Cartas antes de llegar a su mujer.” Pronto se deterioré la situacién de los detenidos. El idante Pavloy, el director de la prisién, advirtié a nos que los soldados y marineros militantes ame- etrar en la fortaleza y asesinar a los «diri- /tégimen» que suponian alli escondi- De prisionero politico a soviético 5L Palchinsky, Kokoshkin y Shingarev, fueron asesinados de este modo después de haberlos transferido al hospital de la prisién para tratarles la tuberculosis, donde resulta- ron més accesibles a los revolucionarios agresivos. Al co- nocerse el espeluznante suceso se desplomé la moral de los encarcelados. EXCARCELACIONES A comienzos de 1918 el gobierno bolchevique iba adop- tando una actitud cada vez mas tolerante hacia los «espe- cialistas burgueses», cuya ayuda se necesitaba para la eco- nomia y para la guerra civil. Palchinsky salié de la Fortaleza de Pedro y Pablo el 7 de marzo de 1918. No lle- vaba mas de tres meses fuera de la prisién cuando volvié a ser detenido el 25 de junio de 1918, sin acusarlo de nada concreto. Esta vez fue retenido durante casi nueve meses. Estando Palchinsky en prisién un grupo de Socialistas Revolucionarios de izquierdas, afiliados a un partido te- rrorista con el que Palchinsky estaba en total desacuerdo, atentaron contra la vida de Lenin; en represalia, el go- bierno soviético anuncié que se fusilarian 122 prisioneros importantes, entre ellos Palchinsky, si moria algun diri- gente soviético. No obstante, Palchinsky escapé una vez mas a la muerte, volviendo a ponerse de pie como el juguete a que lo habia comparado su medio hermana Julia diez afios antes, Un socialdemécrata suizo lamado Karl Moor, que conoefa la obra técnica realizada por Pal- en Europa, eseribié a Lenin instandole a que lo Le i ) escribid a su vez a Grigori be cir yk a El fantasma del ingeniero ejecutado Zinoviev, responsable de la policia secreta en el distrito de Petrogrado:® El camarada Karl Moor, un suizo, me ha enviado una lar- ga carta en la que me pide que Palchinsky sea puesto en libertad por la razén de tratarse de un destacado técnico y organizador, autor de muchos libros, etc. He oido y he lefdo que Palchinsky ha sido especulador, etc., en los tiempos de Kerenski. Pero no sé si hay o no pruebas contra Palchinsky. De qué tipo son? ¢Es algo serio? ¢Por qué no se le ha aplica- do la amnistia? Si es cientifico y escritor, no se le podria dar —no habiendo acusaciones graves en su contra— un trato es- pecial (por ejemplo, detencién domiciliaria, un laborato- tio, etc.)? jo habia acusaciones graves contra Palchinsky y sus ta- tos lo hacian idéneo para la nueva politica soviética e emplear a los especialistas del antiguo régimen en las s industriales. Palchinsky volvié a ser puesto en li- rtad el 17 de marzo de 1919. Durante los siguientes acho © nueve meses estuvo temeroso de ser detenido y refirid vivir con unos amigos de Moscu (1. M. Gubkin I. Rabinovich) mejor que en Petrogrado, donde se- diendo su esposa. pio, como la gran mayoria de los especia- ologia inmediatamente después de la revo- c yatfa por los bolehe- De prisionero politico a soviético 3 poder. Poco a poco, sin embargo, él y muchos de sus colegas se vieron atraidos por determinados aspectos del nuevo sistema politico y econémico de los soviéti- cos. Los bolcheviques estaban empefiados en crear una economia planificada, en industrializar y en favorecer la ciencia y la tecnologia. Parecian deseosos de aprove- charse de los servicios de ingenieros y cientificos. Pal- chinsky habia sido socialista desde mucho antes de la revolucién y durante la Primera Guerra Mundial se ha- bia habituado, como administrador de las industrias bé- licas, a la idea de una economia dirigida. Después de todo, tal vez pudiera trabajar con los nuevos gobernan- tes de Rusia. Se ofrecié voluntario para colaborar con los nuevos organismos planificadores que proliferaron inmediata- mente después de la victoria bolchevique y pronto estu- vo muy atareado. A las pocas semanas de salir de la pri- sién, a mediados de marzo de 1919, asesoraba a varios organismos soviéticos. Es irénico que empezara a traba- jar para el gobierno bolchevique al mismo tiempo que esquivaba a la policia permancciendo alejado de su casa de Petrogrado. Nina Alexandrovna le escribia a menudo desde Petrogrado y le aconsejaba que no lamase la aten- cin, sugerencia que él ignord; Palchinsky se mantenia en constante contacto con las autoridades econémicas y militares de Mosct. El 23 de abril de 1919 Nina Alexandrovna le escri- bid que la Cheka (policia secreta) habia detenido re- temente a uno de sus conocidos y lo instaba a «ni muiera pensar en volver a Petrogrado».? Mas adelante ara informar de un rumor que habia oido. Se- sus informantes, Lenin habia recomenda- i } 54 El fantasma del ingeniero ejecutado _ do en una reunién del Comité Central del Partido que _ Palchinsky fuera nombrado comisario de comercio ¢ _ industria, pero se habia echado atrds ante las objecio- fies; uno de los que estaban en contra pregunté con ironia: «¢Por qué no Miliukoy?», lider de los liberales, _ ministro de asuntos exteriores en el Gobierno provisio- nal y famoso oponente a los bolcheviques.! Si bien re- sulta muy divertido pensar que al mismo tiempo que insky eludia a la policia el lider de los bolchevi- lo tenfa en cuenta para un alto puesto en el go- © Sovictico, la historia probablemente no es cierta. apreciaba las cualidades técnicas de Palchinsky ereia que politicamente no merecia confianza c lo tanto, lo mas probable es que no lo recomen- 4 para un puesto de tanta responsabilidad.’ Los r tradictorios rumores acerca de Palchinsky son un i Searle de la confusién del momento. E118 de junio de 1919 Nina Aleksandrovna daba -euenta de una historia mas ominosa para Peter. La po- habia estado en el inmueble de su piso de Petro- 0 y preguntado: «:Vive aqui Palchinsky?» Un veci- bia replicado: «Hace mucho tiempo que no vive » Nina Alexandrovna agregaba en su carta a Pe- wan mea: 8 eran exactamente esos policias —de la policia lo- la secreta— no se sabe. Pero los muy malditos no dado de ti. laro que no puedes vivir en Peter[sburgo] du- : . El que estés trabajando en Mosed 4, — aetué de consejero en una multitud de grandes proyec- De prisioners politico a soviétice 55 malo. Lo mejor de todo seria que tu nombre no se men- cionase en ninguna parte ni a nadie. Pero, al mismo tiem- po, tus buenos trabajos para ellos significan que no pue- den censurarte por saboteador. Un poco mas adelante, en la misma carta, Nina comen- ta que estaba leyendo Jean Christophe de Romain Ro- lland y le habfa impresionado por la similitud del héroe de la novela con Peter: «He aqui algunas frases que tan- to os describen al uno como al otro: “Tenfa un inque- brantable deseo de vivir, de actuar... Seria preferible vi- vir una vida plena y consumirla pronto que reservarse.’ Y también: “Era una de esas personas que desean mante- nerse activas hasta cl momento en que no quede nada por hacer, hasta el limite de lo posible’. Yo te veo a ti exactamente asi.» CONSEJERO DEL GOBIERNO SOVIETICO En realidad, Palchinsky estaba manteniéndose activo hasta el limite de lo posible, esforzindose por conjuntar sus ideas sobre la planificacién industrial con las aspira- ciones bolcheviques. Se sentia especialmente estimulado por el plan de electrificar toda Rusia en unos pocos afios y aceptaba la idea, muy popular en su tiempo, de que una economia socialista con planificacién central seria capaz de electrificar mucho mas de prisa que la economia capi- talista.!* Pasé a ser profesor del Instituto de Mineria y struc 56 El fantasma del ingeniero eecutado sobre el rio Dniéper, el trazado de mapas de densidad de poblacién y de depésitos minerales, la construccién de fe- rrocarriles y minas, asi como de puertos fluviales y ma- ritimos.'4 Debido a su capacidad era buscado por mu- chos organismos gubernamentales de planificacion. En seguida se convirtid en uno de los ingenieros mas cono- cidos de la Rusia soviética, ocupando el cargo de presi- dente de la Sociedad Técnica Rusa y siendo miembro del presidium que gobernaba la Asociacién de Ingenie- ros de Todas las Rusias. Durante todo este periodo desa- wollé una asombrosa actividad, escribiendo docenas de articulos e informes para los comités gubernamentales. _ En 1922 reanud6 sus juveniles contactos anarquistas al tratar de rendir un homenaje publico a la memoria de Kropotkin, tras lo que volvié a ser encarcelado, esta vez durante dos meses.'° De nuevo fue rescatado por un alto ‘cargo, en esta ocasién por Gleb Krzhizhanovski, presi- dente de la Comisién Estatal de Planificacién (Gos- ), quien aguardaba ansiosamente un informe que ia encargado a Palchinsky sobre la industria metalir- a, Palchinsky habfa seguido trabajando en el encargo vido mientras estuyo en prisién. El 16 de enero de , dos dias antes de la entrega del informe, Krzhiz- ski eseribié a las autoridades de la policia mosco- «Considerando que el consejero permanente de la i6n Estatal de Planificacién, ingeniero P. A. Pal- tiene pendiente la entrega de un informe en el dional el 18 de enero de este afio a las tres de sobre la cuestién de la recuperacién de la meta~ vidio que tiene especial importancia en en f | ] De prisionero politica a sovittico 57 Revolucionario] que ponga en libertad al camarada Pal- chinsky a la antes mencionada hora para que pueda cum- plir el encargo que se le ha hecho.» Era la tercera vez que salia Palchinsky de una prision soviética y se ocupé casi de inmediato del encargo reci- bido como consejero de la industria. Rapidamente se puso a trabajar y pronto volvia a ser uno de los ingenie- ros més solicitados de Rusia. Viajaba constantemente y en todas partes abogaba por la causa de la industria y la mineria. A principios de la década de 1920 uno de los amigos de Palchinsky era Maurice Laserson, un francés experto en finanzas que estaba colaborando en la organizacién del Banco del Estado. Laserson cuenta que en una reu- nidn celebrada en mayo de 1923 pregunté a Palchinsky si no le daba miedo volver a ser detenido. Palchinsky re- plicd: «Me he quedado aqui porque estoy deseoso de tra- bajar aqui. Este es mi sitio. No creo que tenga nada que temer después de todo lo que ya he pasado. Ya no lucho contra ellos, zpor qué tendrian ellos que eliminarme? Y si llega mi hora, bueno, ya conoce usted el proverbio tuso: ‘No se muere dos veces, pero una es inevitable’.» Segtin Laserson, Palchinsky hablé de «la necesidad y la obligacién que incumbian a todos los intelectuales rusos —ahora que, al parecer, el régimen soviético habia pasa- do de la destruccién a la reconstruccién— de servir a su pais, por mucho que odiaran o despreciaran a este régi- men impuesto por la fuerza».'7 En su empefio por promover la mineria en la Union Soviética, Palchinsky incluso escribid poemas que lefa en reuniones festivas de los ingenieros de carrera. Sin la ily ( pierde en la traduccion, citaré parte del po- ElLfantasma del ingeniero ejecutada leido en un banquete de los ingenieros del Institu- de Mineria en 1925:"8 tros creemos en el poder de la ciencia, fivanza vigorosamente por la vida, onfiamos en que nuestros descendientes vecuerden con benevolencia, que se dedicaron a la minerfa. le tanto tiempo ha ardido en nuestro interior, hemos sufrido por ser oprimidos, nos ha obligado a forzar nuestras fuerzas, todo quede dicho en este discurso obado con el campanilleo de las copas. ‘la actividad minera crezca, ‘el Instituto florezca y brille, jean mas firmes nuestra unién y nuestra labor, inteligente, eficaz y basada en la destreza. o por la prosperidad de la mineria! ‘TOS CON EL PARTIDO COMUNISTA taba impaciente por colaborar con las au- étieas y el Partido Comunista en la plani- industria y en el mayor fortalecimiento de © opuso resucltamente a que el Partido se ninguna de las organizaciones a que perte- una tajante distincién entre los intereses de ais, por los que estaba decididamente, y los tido Comunista, a los que se oponta, le 1924 la Asocia [ rf “Wee 4g De prisionero politica a sovittica 59 nieros de ‘Todas las Rusias, en la que ocupaba un alto puesto, se vio obligada a aceptar el control del Partido, incluida la lista de candidatos déciles a los puestos direc- tivos, se dio de baja en la asociacidn.!? Cuando més tar- de se le pregunto si volveria a afiliarse, replicé: «Para mi pesar, no hay ni que hablar de que regrese... mientras la asociacién no parezca volver a ser una organizacién de ingenieros libres y no se deshaga de los dirigentes que le han sido impuestos y la han privado de su cardcter.»” Convencido de que los miembros del Partido preten- dian apoderarse de todas las organizaciones en que fue- ran admitidos, Palchinsky hizo por mantenerlos fuera del Instituto de la Superficie y las Profundidades de la Tierra. Cuando el destacado gedlogo ¢ ingeniero petro- quimico I. M. Gubkin, que formaba parte del Instituto, manifest6 en 1921 que tal vez ingresara en el Partido, Palchinsky le escribi6 que semejante paso «tendria inte- rés para el Instituto».21 Poco después Gubkin se afilié de hecho al Partido Comunista y participé activamente en la creacidn del sistema de control del Partido en otras va- tias organizaciones, entre éstas la Academia de Ciencias, en la que-fue uno de los primeros miembros electos co- munistas.?? Los modales directos de Palchinsky le granjearon no ‘ocos problemas. En los primeros afios veinte fue nom- " miembro permanente del Gosplan y asistia regu- Jarmente a sus sesiones. Sin embargo, en febrero de 1924 el presidente del Gosplan, G. M. Krzhizhanovski, se dis- 6 por las frecuentes criticas de Palchinsky a la politi- Partido, Enterado del enfado de Krzhizhanovski, y le eseribié una carta en la que dimitia de su ‘in duda que ieeabbanosi se 60 El fantasma del ingeniero ejecutado 6 aliviado al no tener aquel tabano dentro de su or- izacion formal, pero al mismo tiempo le reconocia su nto al instarlo a seguir trabajando en el Gosplan en ndicién de consejero, que fue lo que hizo Palchinsky. In 1926 Palchinsky hizo un viaje de 12.000 kiléme- ros por el Asia central soviética, sesenta y cinco dias en , en vapor, a caballo y a pie. El gobierno soviético le g6 hacer una estimacidn del potencial de la indus- del petroleo y del gas. Estaba tan dispuesto a criti- “las practicas industriales de los soviéticos como lo bia estado a criticar las zaristas. Reprobaba, en espe- lo que él denominaba la «psicologia del gran chorro oz0 petrolifero)» de los administradores de la indus- | petrolera, que querian perforar pozos que fueran es- culares e impresionasen a los altos cargos de Mos- a) en tanto ignoraban las grandes cantidades de carbon que muchas veces resultaban fuentes de energia rentables.2* Palchinsky se mantuvo escéptico en lo e a las directivas que ignoraban las condiciones , igual que habfa reaccionado antes de la revolu- do criticaba al gobierno zarista por importar opa occidental piedras para cimientos y maleco- ue podrian haberse obtenido facilmente muy cer- ontinud defendiendo a los trabajadores contra la 1 empresarial. Escribié en 1927 que la industria ta soviética tenia «demasiadas normas adminis- y muy pocas normas de seguridad».?6 Crefa que inistradores de las refinerias de petréleo habla- iado de prevenir los robos y el gamberrismo y ) poco sobre proteger a los obreros de incen- ones. El robo y el gamberrismo, afirmaba, J in ocuparse las leyes De prisionero politico a soviétice 6r penales. La obligacién especifica de los administradores de plantas y de los supervisores de las obras consistia en proteger las vidas de los trabajadores.27 Palchinsky era un hombre independiente ¢ incluso testarudo que se negaba a hacer una valoracién de los problemas antes de haber recogido pacientemente todos los datos relevantes. En 1928, después de iniciarse el primer plan quinquenal, que insistia en la importancia de la mejora de la productividad, el Consejo Supremo de Economia (VSNKh) pidié a Palchinsky que recomen- dara nuevos emplazamientos para minas en la region de Cheliabinsk.?* Palchinsky se puso a la tarea con su acos- tumbrada minuciosidad, solicitando numerosos datos sobre los depésitos carbonfferos, los sistemas de trans- porte y las densidades de poblacién. En abril se le pi- did que se apresurara para cumplir los estrictos plazos establecidos por las autoridades superiores. Palchinsky replicé friamente que ni siquiera habia recibido todos los datos solicitados por él, algunos de los cuales eran esenciales para hacer valoraciones, y que por lo tanto no le era posible apresurar la terminacién del proyecto.?’ Su tnica: concesién consisti6 en posponer la solicitud de que se le pagara. PLANIFICADOR INDEPENDIENTE DE LA INDUSTRIA SOVIETICA En la década de 1920 Palchinsky elaboro su propio pro- ama para la industrializacién de la Union Soviética. dpednuto de la Superficie y las Profundidades fa funcado en 1916, promovis la re- 62 El fantasma del ingeniero ejecutado vista que publicaba, reunid a su alrededor un grupo de ingenieros con similares inclinaciones y escribid un constante raudal de editoriales y articulos en los que postulaba el progreso planificado de la industria soviéti- ca, que se basaria en buena medida en las incomparables riquezas mineras de las tierras de la Unién Soviética.*° En febrero de 1922 organizé el Club de Mineros de Mos- ct, una organizacién voluntaria, con el objetivo de so- pesar con independencia los proyectos mineros, y que daba a conocer informes periddicos. Manteniéndose al tanto de la literatura extranjera sobre su campo, lefa y re- censionaba obras en inglés, francés, aleman e italiano.3! No obstante, Palchinsky no se limito a copiar las ideas de los autores extranjeros sino que, por contra, desarro- Haba sus propias concepciones especialmente aplicables a Rusia. Resaltaba que la revolucién habia superado mu- chos de los obstaculos a la industrializacién con que an- tropezaban los ingenieros. Creia que el nuevo régi- soviCtico ofrecia posibilidades para planificar la (tia con las que no hubieran podido ni sofiar los in- 8 del periodo zarista; en realidad pensaba que los ers sovicticos, libres de los patronos capitalistas, tener mayor influencia en la nacién que los inge- 4s de ninguna otra parte. Esperaba que los ingenie- | soviéticos pudieran llegar a desempefiar las mismas ones que los financieros y empresarios bajo el capi- 32 unque Palchinsky alabara la idea de la planificacién ereia que el plan centralizado debfa ser muy ge- rmitir muchas variaciones locales, Debia dejar Ja iniciativa Las condiciones loca- = a De prisionero politico a sovittico 63 tencia de transportes por via acuatica, de trabajadores formados y de materiales de construccién, darfan lugar a distintas soluciones a problemas que a primera vista pa- recerian similares.* Si se utilizaba leita o carbon para ali- mentar las calderas de vapor de los ferrocarriles soviéti- cos no debia dictarse desde Mosct, escribio; por el contrario, el combustible debfa obtenerse localmente y atendiendo a los precios. Los planificadores de la economia soviética de finales de la década de 1920 estaban divididos entre los partida- tios de la planificacién «funcional» y los partidarios de la planificacién «regional». Los planificadores funcionales creian que se debia planificar desde el centro, Mosct, y pensaban en términos de ramos enteros de la economia, como la industria siderirgica, sin tener demasiado en cuenta las diferencias locales. Los planificadores regiona- les creian que la planificacién debia desarrollarse «de abajo hacia arriba» y que debia basarse en meticulosos estudios sobre las caracteristicas de las distintas localida- des: depésitos minerales, centros de poblacién, redes de transporte, servicios culturales y recreativos, etcétera. Palchinsky estaba a favor de una combinacién de ambas posturas, pero sus informes ponian mayor énfasis en la planificacién regional. Su atencién a las condiciones lo- eales estaba orientada a contrarrestar la tendencia a ig- norarlas de los planificadores de Mosci, sobre todo con- forme los dirigentes comunistas concentraban cada vez mas el poder en la capital. Palchinsky creia que habia que acerearse a las provincias, estudiar la situacidén exis- iente —no slo de los recursos naturales sino también de seres humanos— y luego planificar la industria de tal » que | itiera muchas variaciones basadas en las Tithe 64 El fantasma del ingeniero ejecutado caracteristicas de los concretos lugares. Se impacientaba con los funcionarios del Gosplan que lo acusaban de «paralelismo» cuando reclamaba por igual estudios fun- cionales y regionales. Tal era la tarea del Gosplan, insis- tia él, la de combinar las dos perspectivas. Parte del énfasis de Palchinsky en las diferencias lo- eales procedia de su formacién como ingeniero de mi- , una especialidad muy apegada a la especificidad par, pero también a que él creia que la planifica- ntralizada y a ciegas era ineficaz e injusta. No gia el crecimiento de la industria de un modo roductivo sino que también atropellaba a las nes locales ¢ ignoraba su situacién y necesida- etas. Hseribiendo en 1922, Palchinsky criticaba rigurosa- mente la propensién de los bolcheviques a las empresas rescas: la fe de los dirigentes en que los mejores 98 siempre seran los mas grandes. Se lamentaba de ideologfa que consideraba reliquias del pasado la pe- ha industria, los talleres, los trabajadores manuales y artesanos. Preguntaba retéricamente: «Es posible ir locomotoras, buques trasatlanticos, puentes y itescas presas hidraulicas en los talleres pequefios o eentros de manualidades? Desde luego que no. cesitamos fabricas gigantescas para disponer 5 botones y de buenos calcetines, de material de servicio de mesa, de ropas, etc.? Desde luego Hizo un alegato a favor de la combinacién a de toda clase de industrias y talleres. La iétiea, advirtis, debfa tener un objetivo que alld de crear una industria pesada. También una sociedad ond plier in todas las De prisionero politica a soviético 65 necesidades de los seres humanos, objetivo que no podria conseguirse sin heterogeneidad en el tamaiio, el estilo y la organizacién. Mientras estuvo exiliado en Europa occidental antes de la revolucién, a Palchinsky le habia impresionado que, incluso en la industria pesada, las operaciones a pequefia escala fueran a veces las més eficientes. Escribié en 1911, por ejemplo, que en la industria carbonifera britdnica las mayores aportaciones no eran los resultados conjuntos de las grandes minas (de mas de 1.000 trabajadores) sino el total de lo que sumaban las minas de tamafio mediano (de entre 100 y 1.000 trabajadores). Estas tiltimas pro- ducian el 70 por ciento del carbén britdnico mientras que las otras producian el 28 por ciento.% Como consejero de los planificadores de la industria soviética después de la revolucién, Palchinsky se man- tuvo en la misma linea de razonamiento. Sefialaba que las empresas de tamafio mediano y pequefio a menudo presentaban ventajas sobre las grandes.** Muchas veces es més facil sustituir la maquinaria en las instalaciones de pequefio tamafio. La supervisién suele ser mas facil y exhaustiva. Quienes trabajan en plantas pequetias y medianas suelen comprender mejor los objetivos ulti- mos de la empresa. Las plantas pequefias, sacaba la conclusién, tenian la ventaja psicolégica de que nor- malmente todo el personal se sentfa interconectado de manera organica. Algunas plantas han de ser grandes por necesidad. Puesto que Rusia no tenfa capital para promover estas instalaciones, Palchinsky reconocia que el dinero tenia que llegar del extranjero. En 1922 propuso que la Aso- a d enieros de ‘Todas las Rusias actuara como El fantasma del ingeniero ejecutado -consejero sin lucro de una sociedad por acciones que tra- _jera a Rusia las inversiones extranjeras.3’ Mas tarde _ abandon la idea y advirtié que debian «controlarse ri- osamente»** las concesiones a extranjeros. Como so- lista le preocupaba que los capitales extranjeros se volvieran demasiado importantes dentro de la economia ética, La cautela con que defendia Palchinsky la in- sion extrajera encajaba perfectamente con la Nueva Econémica de los afios veinte, pero provocé cri- ndo las concesiones extranjeras fueran cancela- inal de la década. LA INGENIERfA HUMANITARIA factor individual de mayor importancia para las deci- nes tecnolégicas, sostuvo Palchinsky, eran los seres anos.*” Conseguir la industrializacién y una alta produetividad no era posible, recalcé repetidamente, sin nos trabajadores bien preparados y la adecuada provi- 1 de sus necesidades sociales y econémicas. La inver- ensefianza promovia la industrializacién mas que rsién equivalente en equipamiento técnico, que el trabajador sin formacién o descontento nutilizaba el equipo.*? Unicamente agregar nue- pos, sin atender a la moralidad y la capacidad de jadores, constituirfa un gran despilfarro. No se ner a los seres humanos por manos alquiladas dividuos creativos, con necesidades culturales jiles, La preocupacién por satisfacer las necesi~ trabajadores no es tan sélo un principio éti- De prisionero politico a soviético 67 Palchinsky observ6 en 1926 que, aunque la industria tusa se habia recobrado de los dafios sufridos durante la guerra y la revolucién, algunas empresas eran mucho més eficientes que otras.*! Estas diferencias no dependfan de las disponibilidades de equipo ni de la tecnologia. Algu- nas de las industrias mas productivas estaban peor equi- padas que otras menos productivas."? Las diferencias procedian de los trabajadores: de lo preparados que estu- vieran, de lo bien tratados que fueran, de lo que les inte- resara su trabajo.’ Preocuparse de los seres humanos, aconsejaba Palchinsky a los administradores rusos, «dara mas frutos que cualquier otra cosa».“* La reconstruccién y expansion de la industria rusa debfa basarse en una «te- novacién interior» que no se lograria mediante la impo- sicién de un ritmo marcado desde arriba ni mediante la importacién de tecnologia extranjera. Palchinsky crefa que la Rusia socialista tenia la opor- tunidad de desarrollar una industria mas humana que la de ningun otro lugar. Si bien Palchinsky admiraba a los trabajadores norteamericanos, por ejemplo, pensaba que los empresarios de la industria de Estados Unidos esta- ban demasiado exclusivamente interesados en los benefi- cios y que la sociedad norteamericana era demasiado egocéntrica. En lugar de la doctrina Monroe, «América para los americanos», Palchinsky proponia un nuevo principio: «El mundo para los seres humanos que lo ha- bitan.»*° Paraddjicamente, Palchinsky y algunos de sus colegas no marxistas del Instituto de la Superficie y las Profun- didades de la Tierra eran mas eriticos con los métodos umericanos de management que los mismos lideres [ mary } que tomaron el poder en 68 El fantasma del ingeniero ejecutado Rusia en 1917 estaban deseando utilizar los ultimos mé- dos de management industrial y buscaron orientacién en las doctrinas de Taylor y Henry Ford. Taylor habia mtroducido en las primeras décadas del siglo unos estu- os sistematicos de los movimientos y el tiempo de rea- lizarlos que revolucionaron el funcionamiento de la ma- naria industrial. También racionalizo la forma de usar juuinas y herramientas los trabajadores y el disefio de es industriales. Henry Ford introdujo los princi- la produccién en serie y de la cadena de monta- la fabricacién de automédviles. Puso en practica su n Highland, Michigan, en 1913, cuatro afios an- que llegaran al poder los bolcheviques. La aplica- los métodos de Taylor y de Ford en las fabricas nericanas mejoré la productividad pero también enté la presidn cronométrica con que trabajaban los ‘AOS. -«fordismo» y el «taylorismo» se convirtieron en o§ habituales en el léxico de los industrializadores © El propio Lenin sancioné la nueva admi- de la industria cuando afirmaba en 1918: introducir el sistema taylorista y los sistemas icos norteamericanos para aumentar la producti- del trabajo a todo lo ancho de Rusia.»” Alexei director del Instituto del ‘Trabajo en los aiios engaba a los trabajadores soviéticos: «Tomemos revolucionario [habido] en la Rusia soviética, ‘le el pulso de la vida estadounidense y hagamos ee como crondémetros,»** ot doa de su colegas ingenieros estaban De prisionero politico a soviético 69 preocupaban los efectos aturdidores que podrian tener para los trabajadores la imposicién de los métodos de Taylor y Ford. ¢No se consideraria al trabajador de la ca- dena un mero par de manos, o una pieza de la maquina, mas bien que un individuo??? Ellos opinaban que una aproximacién socialista a la racionalizacién (en mayor medida que la perspectiva capitalista) no debia limitarse a poner el énfasis en los sistemas de tiempo y movi- miento, persiguiendo la forma mas eficaz de ponerle una tuerca a un tornillo, sino que también debia mejorar la formacién y el bienestar de los trabajadores. Los trabaja- dores que se beneficiaran personalmente de las mejoras estarfan deseosos de encontrar mejores métodos para en- samblar un articulo y colaborarian voluntariamente con la direcci6n a este fin.*° Cuanto mas estudiaba Palchinsky el taylorismo, més criticamente lo vefa, y propuso la «ingenierfa humanita- ria» para sustituirlo*! La esencia de la ingenieria huma- nitaria consistia en elevar los conocimientos de los tra- bajadores hasta tal grado que los primitivos métodos del taylorismo, pensados para trabajadores sin experiencia, fueran innecesarios. Los trabajadores bien informados, crefa Palchinsky, serian duefios de su trabajo, no esclavos del mismo. Para lograr el objetivo de disponer de trabajadores bien formados, Palchinsky propuso una gran red de es- cuelas para obreros financiadas por el gobierno pero su- pervisadas por las asociaciones de i ingenieros como la Sociedad Técnica Rusa. El gobierno soviético no veia ninguna raz6n para crear escuelas especiales fuera del varato educativo normal y era suspicaz ante las asocia- 8, muchos de cuyos socios, como 70 El fantasma del ingeniero efecutado Palchinsky, no estaban afiliados al Partido Comunista. Sin desanimarse, Palchinsky peled de firme y sin éxito en defensa de sus ideas educativas, incluso escribien- do en 1925 una apelacién al dirigente del Partido Lev ‘Trotski (Palchinsky no se habia enterado de que la in- fluencia politica de Trotski estaba ya empezando a des- vanecerse).°2 hit AMBICIONES PARA EL FUTURO lehinsky era un hombre refinado que se enfrentaba a lox problemas técnicos con una notable amplitud de s, Tenia presentes en estas cuestiones tanto la pre- ‘ocupacion por la eficacia propia de un ingeniero como la preocupacidn por la justicia propia del partido poli- fico prerrevolucionario, el de los Socialistas-Revolucio- narios, con que habfa simpatizado. Incluso le preocupa- los perjuicios que ocasionarian a los bosques rusos excesivo uso de madera en la construcci6n y como uistible; pensaba que el gobierno socialista debia ‘més capaz que el capitalista para encontrar una so- n a estos problemas medioambientales.*? Sin em- Palchinsky también podia ser tozudo y prestarse lefender a los directores de empresa contra lo que onsideraba una excesiva normativa medioambiental. ejemplo, se opuso tajantemente al borrador de un yecto destinado a poner término a los desperdicios ambientales que se producfan alrededor de las de los pozos de petrdleo en nombre de que era trictivo y dificultarfa excesivamente las tareas rvs tab ahs eeamipopsisa}>) De prisionero politico a soviético pe Palchinsky pretendia que los ingenieros desempefia- ran un papel muy ambicioso. Queria que los ingenieros aplicaran una nueva forma de anilisis social a los pro- blemas de Ja industrializacién y crefa que, con objeto de que asf ocurriera, habia que cambiar el papel de los in- genieros en la sociedad. Antes se asignaba al ingeniero un papel pasivo dentro de la sociedad: las autoridades superiores le pedian que hallase soluciones a los proble- mas técnicos. Ahora Palchinsky sostenia que el ingenic- to debe emerger en forma de activo planificador econd- mico e industrial, indicando dénde debia producirse el desarrollo econdémico y qué forma debia adoptar.55 Por ejemplo, el ingeniero al que se le solicitasen planes para crear una gran presa hidroeléctrica sobre un rio de pri- mera importancia debia preguntarse si una presa era el procedimiento 6ptimo para obtener electricidad. ;Cual era el mas idéneo de los distintos métodos de generar electricidad? Si se disponia de carbén en las inme- diaciones, quizds fuera preferible una planta termoeléc- trica. La respuesta a la pregunta planteada dependia del anilisis de los factores locales y de valorar todos los efec- tos —econémicos, sociales y ambientales— de cada opcién. La visién que tenia Palchinsky del nuevo ingeniero soviético se basaba en la firme y justificada conviccién de que adoptar una perspectiva amplia con respecto a la tec- nologia tendria como resultado empresas industriales mas eficientes y trabajadores més satisfechos. El nuevo modelo de ingeniero también era atractivo para su orgu- llo profesional. Edwin Layton observé que los ingenie- ros estadounidenses de la misma época exhibfan una -wobsesiva pre cidn por el estatus socials. Pal- n El fantasma del ingeniero ejecutado chinsky y sus colegas estaban deseando promover al in- niero a un nuevo lugar prominente dentro de la socie- tad y creian que el Estado soviético, con su énfasis en la industrializaci6n planificada y centralizada, proporcio- haba oportunidades muy por encima de lo habitual para esta promocion. _ Sin embargo, pese a toda su sofisticacién en cuestio- nes técnicas, Palchinsky entendid mal el decurso politi- de la Unidn Soviética. Sus ambiciones para los inge- jeros sélo podrian realizarse en una sociedad que tizase a las distintas profesiones un alto grado de omia y cuyo gobierno estuviera dispuesto a escu- Opiniones emitidas desde fuera de los circulos ales. Como él mismo descubriria, Stalin tenia una concepcion muy distinta de la sociedad y de la indus- trlalizacion. wh: EL ESTALINISMO SE ENFRENTA A PALCHINSKY Un historiador con la ventaja de ver las cosas retros- ivamente podria prever la colision entre el programa hinsky para la industrializacion y el que estaba tando el Partido Comunista. Las tensiones entre la de Palchinsky y la del Partido Comunista se agu- | una vez alcanz6 Stalin el poder absoluto a fina- of afos veinte. La cuestién principal era la auto- litica. Los comunistas nunca habfan permitido pos profesionales tuvieran el tipo de autono- ntearan las amplias preocupaciones que Pal- ul enie WARM DS IL de De prisionero politico a soviético 73 Una vez hubo Stalin establecido su control sobre el sistema politico y econdmico soviético, las propuestas de Palchinsky tuvieron rapidamente mas problemas. A Pal- chinsky le gustaba decir que un buen ingeniero no podia realizar milagros sino sdlo obtener el maximo de lo po- sible.” Stalin, por el contrario, promovid una campafia ideoldgica para el progreso econdmico que establecia ob- jetivos crasamente irreales que precisaban un esfuerzo sobrehumano. Insistid en la construccién de gigantescas centrales hidroeléctricas que consideraba imponentes tanto por su escala como por su simbolismo revoluciona- tio, a despecho de las condiciones locales que tanto con- taban para Palchinsky. Stalin exigio que las instalaciones industriales fuesen de gran tamaiio, preferiblemente las mayores del mundo; una politica industrial que los ob- servadores occidentales calificarfan mas tarde de «gigan- tomania». Palchinsky mantuvo que el tamafio no era de por si una virtud.%* Stalin estaba bien dispuesto a obligar a las gentes con escasa educacién del campo a llevar a cabo tareas en las nuevas industrias para las que no esta- ban calificadas. Los resultados fueron altas tasas de acci- dentes y una produccién de mala calidad, hechos que se recogen graficamente en las memorias sobre la época.5? Los trabajadores recolocados carecian de los debidos alo- jamientos, sobre todo en invierno. Las altas tasas de mortalidad debidas a la exposicién a los elementos y las enfermedades constitufan un coste aceptable para Stalin, _ pero para Palchinsky eran sefial de irracionalidad, de in- eficacia y de injusticia. Mientras Palchinsky se pronunciaba a favor de la mo- deracién, diciendo: «No somos magos, no podemos ha- \ cosa», Stalin sostuvo que «No hay fortaleza El fantasma del ingeniero ejecutado los bolcheviques no puedan tomar por asalto».6 Y ntras Palchinsky defendia que el factor humano era maxima importancia para la industrializacién, Stalin ayaba que la «tecnologia decide en todo».“! Hay algo § que un poco de ironia en la llamada de atencidn del _ingeniero profesional sobre las necesidades humanas por encima de la tecnologia mientras la cabeza del Partido _ ponia el énfasis en la tecnologia por encima de todo lo demas. _ La fuente mas importante del conflicto entre las dos _ personas fue la desconfianza que sentia Stalin por los es- _ pecialistas que habian estudiado antes de la revolucién. Bralin habfa formado parte de la comisién investigadora _ de las huelgas de los cuerpos docentes universitarios y de _ los ingenieros inmediatamente posteriores a la revolu- ~ cidn, y consideraba que la inéelligentsia técnica estaba _ compuesta de saboteadores en potencia.” A ojos de Sta- Palchinsky no sdlo estaba en desacuerdo con cémo i industrializarse la Union Soviética sino que tam- ibergaba peligrosas ambiciones. Palchinsky incita- ingenieros a participar activamente en politica; n de Stalin sobre el asunto se puso de manifies- na entrevista con H. G. Wells en 1934: «El inge- ‘el organizador de la produccién no trabaja como ria, sino que se le ordena... No debe pensarse que Mligentsia técnica puede desempefiar un papel in- iente,»® osible hacerse una idea de cuan orgulloso se sen- insky de su profesién de ingeniero, y del alto » asignaba a la ciencia y a la tecnologia, a partir lor de una carta existente en el archivo y fe- De prisionero politico a soviético 6s recer dirigida a Alexei Ivanovich Rykov, en aquel mo- mento primer ministro de la Unién Soviética. Palchinsky afirma en la carta que la ciencia y la tecnologia son fac- tores mas importantes para conformar la sociedad que el mismo comunismo. Este siglo, escribe, no es el de la in- ternacional comunista sino el de la tecnologia interna- cional. No hemos de dar la palabra a una Comintern sino a una «Tecnintern». Sus amigos lo convencieron, con mucha razén, de que no echara la carta al correo. Aunque Palchinsky era el ingeniero que con mas co- herencia abogaba por una concepcién alternativa de la industrializacién y del papel de los profesionales de la in- genierfa, otros ingenieros mantenfan actitudes simila- res. Uno de los focos del pensamiento tecnocratico ruso en los afios veinte era la publicacién del Heraldo de los Ingenieros (Vestnik inzhenerov), dirigido por I. A. Ka- linnikoy, que ocupaba cargos de responsabilidad en la ensefianza de ingenieria, entre otros la presidencia de la famosa Escuela Técnica Superior de Moscu.® Mas tarde Kalinnikov seria acusado, junto con Palchinsky, de ser uno de los cabecillas de Partido Industrial. En 1927 Kalinnikov ayud6 a organizar un grupo de discusién, el Circulo sobre Cuestiones Generales de Tecnologia, que proclamaba la intencién de desarrollar «una visién del mundo completamente nueva y totalmente adaptada a la cultura técnica contemporinea». Uno de los portavoces del Cfreulo, el ingeniero P. K. Engelmeir, convocé a los ingenieros a unirse «no sdlo segin lineas sindicales sino también sobre fundamentos ideoldgicos»."” Que Engel- ir no nombrase el marxismo en relacién con esta nue- gar a las inmediatas eriticas de los ided- munista, BUTI El fantasma del ingeniero ejecutado Otra fuente del movimiento tecnocratico soviético la constituian los asesores técnicos del aparato central de planificacién econémica. Dependiendo del Consejo Su- premo de Economia Nacional (VSNKh) habia una Ad- ministracién Cientifico-Técnica responsable de desarro- llar orientaciones para la politica de investigacién y desarrollo industriales.°8 Palchinsky trabajaba en esta ad- Ministracion. Estos ingenieros defendian que no sélo se caran métodos cientificos al desarrollo econdmico so- ico sino también a campos como la psicologia indus- al y cl management. Segtin uno de sus documentos, «el pertenece a los ingenieros-administradores y a los istradores-ingenieros».© Fue ésta la frase que mas nte utilizarian los criticos del Partido contra los in- emieros con grandes efectos, como prueba de que los ingenieros se sentian superiores a la clase obrera. Convenfa a Stalin, en su lucha por el poder politico — absoluto, que uno de sus principales criticos, Nikolai ‘Bujarin, estuviera vinculado con el campo tecnocratico.” ‘Hasta vinculacién no era una conspiracién antisoviética una mera coincidencia de puntos de vista al mismo mpo que una conexidn burocratica. Bujarin y su cole- en el Partido con ideas afines, A. I. Rykov, defendie- n muchas veces a los ingenicros y sus opiniones sobre plinificacién de la industria. Bujarin incluso repitio futuro pertenece a los ingenieros-administradores y a diministradores-ingenieros».’! Mas atin: durante un tiempo Bujarin dirigio la Administracién Cienti- Téenica, De modo que Stalin tuvo oportunidad de dos golpes: uno contra su antiguo rival y otro que consideraba las arrogantes aspiraciones de Be a tdat De prisionero politico a soviético n Y golpeo con tragicas consecuencias. Poco antes de la detencién de Palchinsky en abril de 1928, un grupo de ingenieros fue acusado de sabotear unas minas de carbén préximas a la ciudad de Shajti, en el Caucaso septentrio- nal.”? En mayo, los ingenieros de Shajti fueron llevados ante los tribunales, cinco de ellos condenados a muerte y seis a cadena perpetua, treinta y ocho a condenas de en- tre uno y diez afios, y cinco salicron absueltos. Luego, unos dos afios después de la detencidn de Palchinsky, en- tre el 25 de noviembre y el 7 de diciembre de 1930, ocho destacados ingenieros soviéticos fueron sometidos al Ila- mado proceso del Partido Industrial bajo la acusacién de haber conspirado durante los afios veinte con obje- to de derrocar el poder soviético.’> Palchinsky, que ya ha- bia sido ejecutado en secreto, fue acusado de encabezar la conspiracién. Estos hechos sélo fueron el principio del reinado del terror entre los ingenieros soviéticos, varios miles de los cuales fueron detenidos. Sdlo habia en aquellos momen- tos alrededor de diez mil ingenieros en toda la Unién So- viética. Al final, las detenciones ascendieron a un 30 por ciento de los colegas de Palchinsky, la mayor parte de los cuales fueron enviados a campos de trabajo, con muy po- cas posibilidades de sobrevivir. Los mas afortunados fue- ron destinados a prisiones especiales de investigacién y desarrollo, donde las autoridades centrales les asignaban tareas. La novela E/ primer circulo, de Alexander Solzhe- nitsyn, describe uno de estos laboratorios carcelarios crea- dos en la estela del proceso del Partido Industrial.”* Ja esposa de Palchinsky, Nina Alexandroyna, supo después de la muerte de su marido que también ella co- ‘iia peligro, puesto que los familiares de los «enemigos El fantasma del ingeniero eecutado del pueblo» eran encarcelados a menudo. Para empeorar las cosas, los antiguos amigos de Nina en Mosct y Le- hingrado tenfan miedo de confraternizar con ella, no ran a convertirse en sospechosos. El 16 de agosto de 9 escribio a la viuda de Kropotkin: «Me he quedado fin fondos y nadie me ha prestado ninguna ayuda, todos rehtiyen y me temen... Y he descubierto lo que son amigos ahora. Con muy pocas excepciones.»”> Buscd nimato al huir a las provincias rusas, donde acep- empleo como enfermera de infima categoria. Bien y firme defensora de los derechos de las muje- # y después de la revolucion, se le hizo dificil @ a su nueva vida. Una noche asistié a una sala atografica de la localidad donde proyectaban una sobre la revolucién rusa. Para su horror, en elicula aparecia su marido, Peter Palchinsky, y era ca- eado de enemigo de la revolucién. Una persona del © que apenas la conocia grité: «jTenemos una Pal- entre nosotros!», y sefialé a Nina Alexandrov- n seguida fue detenida por la policfa local y desa- ecié en los campos de concentracién. Ht L INFORME POSTUMO DE LA POLIC{A Whe SECRETA ‘ ipo de actividades y opiniones de Palchinsky pa- mis delictivas a la policfa secreta soviética? zDe } concretos lo acusaron? Las respuestas a estas se basan en el informe de la policia secreta so- o Industrial que se halla en la biblioteca de ‘ie quale . leony i een fe De prisionero politico a soviético 79 En este informe se describe a Palchinsky como el ca- becilla de los «ingenieros parasitarios» que intentaban restaurar el capitalismo en la Union Soviética. Los cen- tros de la conspiracién antisoviética eran el Instituto de la Superficie y las Profundidades de la Tierra y el Club de Mineros, dos entidades creadas por Palchinsky. Una importante acusacién contra Palchinsky y sus organiza- ciones consistfa en haber insistido en publicar «detalla- das estadisticas» sobre las industrias mineras y petroleras, que podian ser utilizadas por organizaciones antisoviéti- cas. De modo que las autoridades soviéticas estaban adoptando frente a las estadisticas la misma actitud que adoptara el gobierno zarista cuando Palchinsky habfa in- vestigado la «cuestion laboral» en la cuenca del Don du- rante el cambio de siglo. El gobierno zarista lo castigé con el destierro a Siberia, el gobierno soviético opté por detenerlo y ejecutarlo. Muchos de los interrogatorios llevados a cabo por la policia secreta a los «ingenieros parasitarios» hacen pen- sar en una especie de crénica medieval que se hubiera es- crito ante todo para edificacién moral: no aportan datos fidedignos sino que, en su lugar, exponen los mitos que la policfa secreta quiso inventar. Se califica a los ingenie- ros de traidores que habian sido comprados por compa- fifas occidentales, como la Shell Oil o la Nobel Com- pany, y que obedecian érdenes recibidas del extranjero sobre como destruir la industria soviética. Eran increi- blemente avariciosos y estaban dispuestos a hacer cual- quier cosa por dinero, Utilizaban cualesquiera medios es © ilegales— para realizar sus fines. Capitaliza- iones internas del Partido, como las que fo El fantasma del ingeniero ejecutado ‘soviético al borde del colapso. Sus planes de desarrollo condmico tenian por objeto sabotear la industria sovié- y retrasaban el crecimiento al proponer metas mini- mas. Nadie puede atestiguar que todos y cada uno de los _ ingenieros detenidos por las autoridades soviéticas con motivo del proceso del Partido Industrial estuvieran ab- solutamente libres de culpa, pero las pruebas apuntan avasalladoramente hacia su inocencia. Sobre Palchinsky, el supuesto cabecilla, ahora tenemos acceso a sus docu- _ mentos personales, borradores y discursos, cartas perso- nales a sus parientes y detalladas descripciones de sus contactos comerciales y particulares. Dado que era un _ coleecionista compulsivo de sus propios documentos personales, entre los papeles se incluyen billetes de tren, vecibos, notas tomadas en reuniones profesionales y re- fleciones ante articulos y libros, con pasajes subrayados y ciones al margen. En ninguna parte de esta ingen- Hormacion encontramos ningtin indicio de que tra- contra los intereses de Ia industrializacién soviéti- el contrario, hallamos abundantes pruebas de que 6 por todos los medios posibles. -mediados de la década de 1920 Palchinsky se ha- onvertido en entusiasta partidario de que la indus- cién se realizase dentro de una economia socialis- ejor que en la capitalista. En 1926 preguntaba: o puede haber ninguna comparacidn entre el desa- por ejemplo, de las regiones con petréleo y carbén eapitalismo y bajo el actual orden social?. . . Slo alizacién de la superficie y las profundidades a permite las opciones ideales is una econo~ i 1 naliz; 78 De prisionero politica a soviético 8r Pero fue precisamente el entusiasmo de Palchinsky por estas nuevas posibilidades que ofrecfa el socialismo lo que lo condujo a creer que los ingenieros, no los capita- listas propietarios de las fabricas y las minas, deben de- sempefiar un papel importante a la hora de crear planes de desarrollo econémico. El principal objetivo que Pal- chinsky asignaba a su Instituto de la Superficie y las Pro- fundidades de la Tierra era el de «ayudar al desarrollo econémico de Rusia mediante el estudio de los recursos naturales y proyectando su uso més racional».”” De ma- nera similar, la funcién del Club de Mineros, también fundado por Palchisnky, era la de procurar asistencia al gobierno soviético para evaluar los proyectos mineros a fin de «conseguir la maxima objetividad».® Retrospecti- vamente Palchinsky puede resultar ingenuo al creer que el gobierno soviético apreciaria este asesoramiento, lo mismo que se habia equivocado con el gobierno zarista cuando le envid sus apreciaciones sobre las minas de la cuenca del Don, pero sus intenciones eran ayudar a su pais mediante el aumento de la capacidad industrial y del bienestar del pueblo. a La primera industrializacion soviética La vida y muerte de Peter Palchinsky aportan claves vi- vidas para entender los fallos de la politica soviética de industrializacién. Palchinsky sirve perfectamente como ejemplo del tipo de ingenieros que fueron aniquilados a comienzos de la historia soviética y que més tarde se echarian dolorosamente en falta. Su sino y el de los in- genieros con las mismas ideas de finales de la década de 1920 tuvo un efecto negativo sobre la industria soviética durante muchos afios; exactamente igual que la compa- rable eliminacién de los campesinos emprendedotres, los llamados udaks, fue un perjuicio para la agricultura. Cuando Gorbachoy, Yeltsin y sus colegas se esforzaron en dar nueva vida a Ja agricultura y fa industria a finales de los afios ochenta y principios de los noventa, tuvieron que remontar los persistentes efectos de apartar de la economia a sus mejores representantes y sustituirlos por individuos que estaban decididos, a cualquier precio, a eludir el sino de sus predecesores. 84. i El fantasma del ingeniero efecutado Desde comienzos del primer plan quinquenal en icos que defendian él y sus colegas fueron sistematica- mente ignorados. Habian sostenido ellos que en una so- ciedad socialista la industria debia conceder la maxima prioridad a los trabajadores y a la poblacién local, pues sin trabajadores sanos, formados y bien motivados la ex- co industrial seria ilusoria y estaria condenada al aso. ‘También subrayaban que la expansién industrial - debia dirigirse de acuerdo a principios racionales y estar planeada a largo plazo. El plan quinquenal, tan celebra- do en la Union Soviética y en el extranjero, no sdlo ig- _ horaba estos principios sino que constituia una traicién al entusiasmo de los trabajadores que se enrolaron en la construccion del socialismo. La industrializacién soviética impulsada en los ulti- Mos anos veinte y primeros de los treinta coincidid con _ la mayor crisis del capitalismo. Mientras Estados Uni- log y los paises industrializados bregaban con la Gran lepresiOn, la Rusia socialista se desarrollaba a una velo- dad frenética. Los corresponsales occidentales en Mos- enviaban crénicas sobre las heroicas consecuciones de 08 Mineros soviéticos, de los sidertrgicos, de los torne- ai, de los que construfan los canales navegables y las is hidroeléctricas. Ocurriendo esto en un momento que los parados hacfan colas ante los comedores de La leficencia en Detroit, en Manchester y en Pittsburgh, ra ichos observadores occidentales el esfuerzo in- ador soviético suponia una visién del futuro so- lista de toda la humanidad, Todavia hoy el recuerdo | acontecimientos sigue siendo fuerte fuera de la Unidn Soviética, Y tod 1927, antes de morir Palchinsky, los principios tecnolé- La primera industrializacion soviética 85 medida sin examinar el acierto técnico y social de tales grandes obras. Aunque este libro no puede pretender lle- var a cabo una nueva evaluacién general, bastenos ahora con saber que los grandes proyectos de industrializacién soviéticos estaban repletos de defectos desde el punto de vista técnico, constituian un flagrante despilfarro de la fe de los trabajadores soviéticos que los sufrian y tuvie- ron un espantoso coste en vidas de los que trabajaban en ellos voluntaria o involuntariamente. Los defectos técnicos no se desconocian en aquel momento. De hecho, los ingenieros formados antes de la revolucién, como Palchinsky, enumeraron la mayor par- te de los problemas antes de que se iniciaran los proyec- tos y proporcionaron armas a quienes los calificaban de saboteadores 0 «parasitarios». Las pruebas indican, no obstante, que la mayor parte de los ingenieros proceden- tes del antiguo régimen estaban entusiasmados con las potencialidades que ofrecia una economia socialista pla- nificada y sdlo se manifestaban contrarios a las opciones irracionales de la direccién estalinista. Tres de los proyectos monumentales de los primeros planes quinquenales consistieron en la construccién de la mayor central hidroeléctrica del mundo en el rio Dnié- per (Dneprostroi), la construccién de la mayor planta si- dertirgica del mundo conjuntamente con la ciudad de Magnitogorsk (Magnitostroi) y la excavacién, en un tiempo récord, del canal del mar Blanco que comunica- ba los mares Baltico y Blanco (Belomorstroi). Los in- nieros veteranos participaron en los tres proyectos. Pe- Palchinsky trabajé en dos de ellos, en Dneprostroi y Magnitostroi, ¢ hizo comentarios sobre el tercero, Be- ai (el -stri deviva de stroika, proyecto de El fantasma del ingeniero ejecutada construccién). Sus colegas ingenieros que serian encar- celados después de su muerte fueron los principales ase- es en las obras de Belomorstroi. Resulta esclarecedor echar una rapida mirada al papel que desempefié (0 no nsiguid desempefiar) la asesoria técnica en cada uno de estos proyectos. LA GRAN PRESA DEL DNIEPER (DNEPROSTRO1) La central hidroeléctrica proxima a Zaporozhye, en el tio Dniéper, instalada encima de la impresionante presa Lenin, fue una de las grandes obras legendarias del pri- mer plan quinquenal. Fue el precursor de otros grandes proyectos de construccién realizados en la primera in- dustrializacion soviética: entre otros, la ciudad sidertrgi- Magnitogorsk, la ciudad carbonifera de Kuznetsk nal del mar Blanco. todos estos proyectos gigantescos, la planta hi- ica del Dniéper era probablemente el mas deli- sde el punto de vista técnico. Fue precedido de iilisis mas cuidadoso que la mayoria de las demas andes obras, se bas6 menos en mano de obra carcela- tilizé mas maquinaria para ahorrar trabajo y los ad- inistradores soviéticos estaban mejor dispuestos a es- ar a los especialistas —lo mismo extranjeros que iciudadanos— que en el caso de la mayor parte de los eriores proyectos. El coronel Hugh Cooper, el in- jeniero norteamericano disidente (al que conocia Pal- | ), fue un importante asesor del proyecto, lo mis- que otros varios ingenieros alemanes,'! Tomaron La primera industrializacién soviética 87 parte un cierto nimero de empresas extranjeras. Cooper y los demas especialistas insistieron en que se utilizaran grandes gruas y otros equipos modernos, trayéndolos del extranjero. Dneprostroi también se beneficid mucho de las fuerzas de miles de trabajadores soviéticos que verda- deramente deseaban ayudar a construir la nueva sociedad socialista. Por ser el primero de los grandes proyectos, el proyecto de la presa del Dniéper también dejé mas espa- cio que los posteriores a las opiniones disidentes. A prin- cipios y mediados de la década de 1920, cuando se esta- ba planeando la presa del Dniéper, todavia era posible que un ingeniero plantease cuestiones técnicas sin ser in- mediatamente tachado de «parasitario» y que un inge- niero extranjero propusiera cambios en los planes de construccién sin ser acusado de estar al servicio de los in- tereses del capital extranjero. Sin embargo, cuanto mas a fondo se examina el pro- yecto de la presa del Dniéper, mas se da uno cuenta de que, también éste, padece todos los defectos de los pos- teriores, si bien en menor grado. La decision de construir la presa supuso un fracaso econémico y resulta atin més discutible desde una perspectiva ética o social. Dnepros- troi sentd la pauta de abusar de la mano de obra y de las poblaciones locales, que atin seria mds evidente y fla- grante en los proyectos posteriores, lo que contribuyé a la desilusién de los trabajadores soviéticos a lo largo de décadas. Sdlo fue la primera de las muchas experiencias que gradualmente, fueron reduciendo el apoyo de los obreros y los campesinos al gobierno soviético. De haber sido estudiados con mas cuidado todos los stes, sociales y econdmicos, de la presa del Dniéper, y berse sopesado los beneficios de una tinica central 88 El fantasma del ingeniero ejecutado eléctrica hidroeléctrica con los que rendirfan varias cen- trales menores, incluyendo centrales térmicas, probable- _ mente se habria tomado otra decisién. Estas alternati- vas, que ahora se ven més deseables casi sin lugar a dudas, fueron planteadas por los ingenieros rusos duran- te las primeras etapas de la planificacién. La decisién fi- nal de levar adelante la gigantesca presa no estuvo basa- da en andlisis técnicos ni sociales, sino en las presiones ideolégicas y politicas. Stalin y los altos dirigentes del Partido Comunista querfan la mayor central que se hu- biera construido hasta entonces para impresionar al _ mundo y a la opinién soviética con su logros y los del fu- ture orden social comunista. Como observara Anne Rassweiler, historiadora del proyecto: «Nunca se demos- 16 su racionalidad econdmica... Es evidente que la de- cisién de construir Dneprostroi se tomé por otras razo- nes,»? _ Muchos ingenieros, entre ellos Peter Palchinsky, ad- virtieron contra la apresurada decisién de seguir adelan- fe con la gran presa. Quizds quien se manifesté con ma- f franqueza fue R. E. Klasson, especialista en energia rica. Sefialé la abundancia de abastecimientos de on cerca de la propuesta presa y apunté que la deci- n de construir una central hidrocléctrica o una térmi- debia depender del calculo de los costes sociales y momicos. Mantuvo que en cualquier caso se necesita- la una central térmica, puesto que el caudal del Dniéper permitia generar electricidad entre diciembre y febre- . Ademias, normalmente el agua fluia tan despacio que turbinas tendrfan que ser grandes y por lo tanto ca- realidad, las mayores que se hayan construido Adicionalmente, los ocasionales aiios secos obli- La primera industrializacion soviética 89 garfan a depender de centrales térmicas, incluso en los meses de verano. La recomendacion de Klasson era co- menzar por construir una o dos plantas de vapor e ir am- pliandolas de acuerdo con la demanda eléctrica de la re- gién, combinando las centrales hidroeléctricas y las térmicas segtin fuera necesario.4 Palchinsky previno al gobierno contra la planificacién de enormes centrales hidroeléctricas, como la de Dne- prostoi, sin tener en cuenta la distancia entre ddénde se usaria la energia y dénde se generaria. Las probables con- secuencias, predijo, serian un enorme coste para trans- portar la energia y la disminucion del rendimiento. 'Tam- bién lo consterné que se Ilevaran a la practica los planes sobre Dneprostroi antes de haber concluido la confeccién de mapas geolégicos, hidraulicos y topograficos. Ademés, ningtin buen estudio se habfa realizado sobre las corrien- tes de aguas superficiales y subterrdneas de la zona. En consecuencia, nadie sabia exactamente la extensién que anegaria la presa de 35 metros de altura. Para despejar el terreno que ocuparia el embalse, mas de diez mil aldeanos fueron obligados a abandonar sus casas. En su mayor parte eran menonitas alemanes, cam- pesinos présperos e industriosos. Las pérdidas que supo- nian estas tierras no estaban incluidas en las estimacio- nes del coste de Dneprostroi. Muchos afios después, un sobresaliente hidrélogo ruso calcularia que el heno que se recolectaba anualmente en aquellos terrenos habria producido, de utilizarlo como combustible, tanta energia como generaba la central hidroeléctrica.’ Aun admitien- do que haya en esto alguna exageracién cometida a pos- Hi, la pérdida de estas tierras supuso un gran coste Hii Deiat. Dpoiult| j fag ot 90 El fantasma del ingeniero ejecutado Junto al gasto econémico de dejar estas tierras de la- bor sin cultivar, estaba el coste humano que recaia en los propios campesinos y que no tuvo en cuenta ninguno de los planificadores soviéticos. Personas muy religiosas y con una riqueza en tierra y ganado por encima del nivel medio, los menonitas eran tenidos por adversarios ideo- ldgicos del orden soviético. Incluso antes de inundar sus tierras, sus edificios fueron incautados para barracones de trabajadores y a ellos se les ofrecid empleo como mano de obra en la presa. Si se prestaban a este cambio de estatus, se los consideraba trabajadores voluntarios, como la mayoria de los casi cuarenta mil trabajadores que acudieron alli. Algunos menonitas hicieron bien la transicidn, aceptando lo que entendian como la voluntad de Dios. Otros se opusieron, fueron detenidos y pasaron a formar parte del contingente de mano de obra forza- da, que nunca fue tan numerosa en Dneprostroi como en la mayor parte de las demas grandes obras. La mano de obra carcelaria iba al tajo con guardias armados y se _ la destinaba a los peores trabajos. La presa Lenin se construyé sobre un rio que discu- a por tierras de aluvion, a diferencia de la mayor par- e de las centrales hidroeléctricas de otros paises, y una horme cantidad de gente y una gran extensién de sue- ~ lose vieron afectados por el embalse resultante. Los pos- _ feriores proyectos hidroeléctricos soviéticos persistieron -@n esta practica, incluso a mayor escala. La construccién la central hidroeléctrica de Rybinsk requirié realojar / aldeas y 7 ciudades. Un autor ha estimado que los ses de estas centrales eléctricas inundaron 120,000 netros cuadrados, una extensidn equivalente al cud- c de Belgica’ Lin La primera industrializacion soviética gr Inicialmente los constructores de Dneprostroi pro- metieron proporcionar adecuadas viviendas y servicios culturales a los obreros. Conforme fue avanzando la obra, retrasandose con respecto a lo programado y exce- diendo de lejos los costes previstos, las necesidades de los trabajadores fueron cada vez mas omitidas. En la época en que el proyecto se realizaba a toda velocidad, los obre- ros vivian y trabajaban en condiciones miserables: «Los alojados en barracones se quejaban de que la nieve en- traba por todas partes. Los alojados en tiendas de cam- pafia soportaban temperaturas inferiores a -13 grados centigrados y los vientos huracanados del verano de 1929 arrancaron las tiendas. El hacinamiento, la oscuridad y el ruido eran endémicos. Los servicios sanitarios eran insu- ficientes y se congelaban los meses de invierno.’ En los meses posteriores las condiciones empeoraron y fue esca- seando cada vez mas la comida. Habia que descargar la harina en las panaderias de noche y con proteccién ar- mada, para evitar los robos. La pobre alimentacién con- tribuy6 a que se desencadenaran enfermedades. La tu- berculosis, el tifus, las fiebres tifodeas y la viruela infestaronlos barracones y las tiendas de campafia. Na- die sabe hasta el dia de hoy cudntas personas murieron. A pesar de estas privaciones, se concluyeron las obras y se puso en funcionamiento la gran presa. Se convirtid en un simbolo del orden socialista y fue el elemento central del pabellén soviético en la Exposi- cién Universal de'Chicago de 1939. Destruida y re- construida dos veces durante la Segunda Guerra Mun- dial y varias veces ampliada con posterioridad, sigue ncionando actualmente y es una de las seis presas hi- El fantasma del ingeniero ejecutado _ ‘Todavia se desconoce la eficacia o utilidad de las cen- _trales hidroeléctricas del rio Dniéper. Lo mismo que no fe hicieron los pertinentes estudios previos a la cons- fuecién, tampoco se ha hecho ninguna evaluacién com- -Pleta desde entonces. Cualquier evaluacién de este tipo leberia abarcar el entero abanico de impactos ocasiona- dos, los econdmicos, los sociales y los ecoldgicos. Los logistas soviéticos sefialaron en 1980 que: «El dinero ul@ se gasta en controlar la erosién de las orillas de los nbalses del Dniéper y para combatir las algas verde- ules aparentemente indestructibles ha superado las as a corto plazo que en un momento rindié la cen- eléetrica.»® Tal vez no se deba acusar a los originales yectistas de la central de no haber tenido en cuenta efectos ecolégicos, puesto que poco se sabia en sus tiempos de los dafios que causaban al medio ambiente embalses. Pero ignoraron a sabiendas que Palchinsky companeros criticos respecto a la presa instaban a ir y completar los estudios sobre los efectos so- Y econdmicos de tan gigantesco proyecto. \ CIUDAD DEL ACERO DE MAGNITOGORSK i» (MAGNITOSTROI) ny 9 se inicid la construccién de un gigantesco com- altos hornos, hornos Siemens-Martin y fabricas do que al concluirse producirfa todos los afios Acero como toda Gran Bretafia. El complejo a del emplazamiento de uno de los de- mas ricos del pais, Hamado la Montafia La primera industrializavi6n sovittica 93 en las brijulas de los primeros exploradores de la region. En realidad una serie de cinco colinas, la zona de la Montafia Magnética no sdlo era notable por la riqueza del hierro que contenia sino también por la accesibilidad a los minerales metaliferos. Parecia razonable erigir la mayor siderurgia de la Rusia soviética en este milagro geoldgico. Pero gera verdaderamente el mejor emplazamiento para una siderurgia tan grande? En articulos publicados en 1926 y 1927, Peter Palchinsky se lamentaba de que el gobierno soviético fuera a emprender planes para la construccién de enormes instalaciones mineras y de refi- no en Siberia oriental, en los Urales y en Ucrania sin ha- ber hecho los convenientes estudios sobre los recursos geoldgicos, las disponibilidades de mano de obra, las con- diciones econdmicas de los transportes ni sobre las di- ficultades para proporcionar el adecuado alojamiento a los trabajadores. Sefialaba que, aunque todo el mundo se maravillaba ante la riqueza de los minerales de la Mon- tata Magnética, nadie habia hecho atin un estudio con- cienzudo sobre la cantidad de hierro que contenia.’? Era muy posible que al cabo de unos cuantos afios se agota- ra el mineral y que fuera preciso, para abastecer la mayor siderurgia del mundo, un costoso acarreo de minerales procedentes de otras regiones. Indicaba que no habia carbén accesible cerca de la proyectada ciudad de Magnitogorsk, de modo que desde el principio habria que trasladar en ferrocarril el com- bustible de los voraces altos hornos. También sefialé que én no disponfa de vias acuaticas, aunque el trans- gua era c 0 el medio menos caro para 94 El fantasma del ingeniero ejecutado _ bon. En otros paises, por ejemplo en Estados Unidos, _ observaba concretamente, las siderurgias no estan situa- las cerca de los grandes depésitos de mineral férrico de Ja Mesabi Range de Minnesota ni de la Marquette Ran- ge de Michigan, sino a cientos de kilémetros de distan- cia, en Detroit, Gary, Cleveland y Pittsburgh, ciudades todas con abundante mano de obra, las tres primeras co- nunicadas por via fluvial con las fuentes de mineral y la tima situada muy cerca de enormes depdsitos de car- on. El coste de construir la ciudad de Magnitogorsk y § fibricas podria ser tan grande, continuaba Pal- sky, que serfa més juicioso aumentar la produccién le acero a partir de depésitos con minerales de menor iqjueza pero cercanos a lugares con mejores recursos en fuerza de trabajo y transportes. Palchinsky estaba bastante entusiasmado con la idea construir un gran complejo sidertirgico y no descar- iba la posibilidad, pese a sus propias, dudas, de que gnitogorsk fuera el sito indicado para ponerlo. Pero tenia que la decisién de proceder a la construccién ebia esperar a que se concluyeran los estudios exhaus- 08 sobre el proyecto, que crefa posibles de llevar a cabo | bastante poco tiempo. La eleccién del emplazamien- para una instalacién industrial debia fundarse en mul- ples factores, ninguno de los cuales —como por ejem- ) la localizacién de la materia bruta— puede ser inante. Pidié que se levantaran cartas gravimétri- icieran mediciones magnetométricas y calculos 8, y defendid el uso de los nuevos métodos transporte de mercancfas. Y una vez mas recordé 1 tico que el factor mas importante de to~ 8 8 umanot uados aloja- i ne ee La primera industrializacion soviética 95 mientos y servicios urbanos a los trabajadores eran pre- rrequisitos de un complejo tan gigantesco. Las preocupaciones de Palchinsky por cl emplaza- miento en Magnitogorsk fueron ignoradas. El gobierno soviético anuncié que el nuevo complejo sidertirgico es- taria equipado con la tecnologia m4s moderna y sobre- pasarfa a sus competidores occidentales en tamafio y ca- lidad. La ultima palabra de la época en produccién de acero eran las instalaciones de la United States Steel en Gary, Indiana, y las de Magnitogorsk iban a ser mayores y mejores. Para realizar este objetivo, el gobierno buscé ingenieros norteamericanos, algunos procedentes de Gary, para que ayudaran a proyectar las fabricas. A los ingenicros extranjeros no se les preguntd si Magnito- gorsk era el sitio adecuado para tal complejo industrial; sélo se les pidié que aconsejaran sobre cémo construirlo. Los ingenieros norteamericanos se alojaron cerca de la proyectada instalacién, en una concreta colonia llamada «Amerikanka» donde disfrutaban de lujos no accesibles a sus contrapartidas soviéticas, como casas particulares con servicios modernos e incluso con pistas de tenis. El gobierno soviético prometidé que los trabajadores tendrian pronto similares gajes, que la propuesta «ciudad jardin» de Magnitogorsk proporcionaria las mejores vi- viendas para obreros del mundo. Fue llamado el arqui- tecto aleman y urbanista Ernst May, que terminaba de acabar su obra innovadora en Frankfurt, para que dise- fara la nueva ciudad.'? May era un muy decidido parti- dario de proteger a los trabajadores contra los efectos de- letéreos de la polucién industrial por el procedimiento de separar la industria de las zonas residenciales mediante es verdes, No obstante, hasta que fuera posible 96 El fantasma del ingeniero efecutada realizar sus planes, los trabajadores fueron alojados en tiendas de campafia y barracones. La ciudad jardin nunca se edificd. Las presiones de los dirigentes de Mosctt para que se cumplieran los ar- duos programas de obras y las cuotas de produccién die- ron la ultima prioridad a la construccién de viviendas para los trabajadores. Los doscientos mil trabajadores que fueron levados a la ciudad siguieron viviendo, en su mayoria, en barracones, tiendas de campafia y cabafias de barro, en condiciones de suciedad y privacién, sin fontaneria interior y rodeados de alcantarillas descubier- tas, La tentativa de Ernst May de edificar su «ciudad so- cialista» separada de la polucién industrial quedé limita- da por la burocracia y por tiltimo fue atacada desde la prensa. Las viviendas provisionales de los trabajadores, que pronto se convirtieron en permanentes, quedaban diveetamente en el camino de los humos de los altos liornos. En 1934 May huyé de la URSS desilusionado, doliendose de que en Alemania, bajo el gobierno de Hit- ler, y en la Union Soviética, bajo el pufio de Stalin, la shumanidad haba entrado en un periodo de decadencia similar al de los tiempos medievales».!! Mucho peor que la vida de los obreros ordinarios de Magnitogorsk era la de unos treinta mil Au/aks, campe- sinos desposeidos por la colectivizacion de la agricultura y ttasladados como prisioneros a cientos de kilémetros ava trabajar en la edificacion de la ciudad del acero. Mrabajaban vigilados por guardias armados y hacian las tareas mas pesadas y desagradables, Sin suficiente comi- da ni vestico, alojados en tiendas de campafia, se estima que murio un 10 por ciento de ellos en el primer invier- no! Mas tarde se instalaron en barracones que acogfan Peter Palchinsky en Ia exporicién sobre actividades y comercio minero que monté en Turin, Italia, 0 1911, Sobre In boca cle In mina, el emblema de los ingenieros de minas rusos. Peter Palchinsky alrededor de 1909, cuando vivia en Europa occidental y trabajaba en su estudio en cuatro voliimenes sobre los puertos maritimos. Las fotografias que hay encima del escritorio son de puertos y barcos. Nina Alexandrovna Palehinsky en Ia época en que se casé con Peter, en 1899 Nae n 4. pea ened ne Os Pane a SO ch Los inicios de la construccién de la mayor presa hidroeléctrica del mundo, Dneprostroi, sobre el rio Dniéper. Peter y Nina Palehinsky on Rusia alrededor de 1916, después de regresar del exilio on Buropa occidental, ‘Tabajadares montanda an searaenls, ja toma de ania de ana firbina, en Daeprsstial, 1902. 1790 Lorne! Hugh L. Cooper, que habfa formado parte del Cuerpo de Ingenieros del Ejército iB F | a Ps ig ¥ de Petaddos Unidos, delante de la gran presa de Dneprostroi, que él ayudé a construix. hay 1929; trabajadores exeavando en la Colina Magnitka, emplazamiento de la mayor planta sidertirgica del mundo, la de Magnitogorsk. Un joven obrero de Magnitogorak, 1941 lt BCECOMIHbI| Un albanil de Magnitagersk, 1941, Los carteles que tiene detrie dicen: «A toda velocidad campletarenios el plan quinguenal en cuatre afiogs e elnfarmaiios de que proseguinios 1a eunsttucelin de los elmienins de una econamila soclalieta. La eanstruceiin del socialise en nuestre pals proseguird liasta eninpletarses. LAKE ONEGA LENINGRAD-ARCHANGELSK SEA ROUTE BEFORE CANAL WAS BUILT es UENINGRAD-ARCHANGELSK SEA ROUTE AFTEX ‘CANAL WAS BUILT ge weire sea-saitic sa nouTE El canal del mar Blanco acortaba la travesia naval entre Leningrado y el mar Blanco. Construccidn de un alto horse en Magnitogorsk, do y antiguo «parasitarion que ejercis de ingeniero jefe del canal del mar Blanco, 1932. DL Jrustaley, ingenicro en en las obra Primeros vapores en el canal del mar Blanco, 1933. Vista aérea de la central nuclear de Cherndbil después de iniciarse las reparaciones, septiembre de 1986 ‘onstruccién del ferrovarril Hyilkal-Amur eerea de Seyeroballealsk, 1979, La primera i industri talizacion soviética 97 a 30 o 40 familias cada uno. Estos barracones continua- ron siendo el domicilio de los «antiguos kulaks» y de sus hijos durante décadas; hasta finales de los afios sesenta y principios de los setenta no se mudaron los supervi- vientes a edificios de apartamentos.? En una fecha tan tardia como 1989, el 20 por ciento de los apartamentos de Magnitogorsk era de tipo comunal, cada familia ocu- paba un dormitorio y todas compartian la cocina y el bafio.!4 Después de que Gorbachov acometiera sus reformas de la Unién Soviética, a mediados de la década de 1980, los residentes en Magnitogorsk comenzaron a investigar por primera vez su propia historia. En 1988 un antiguo kulak que habia sido levado a Magnitogorsk como pri- sionero, siendo nifio, describié la experiencia: Tantas como unas cuarenta familias fueron estrujadas en un tnico vagén de mercancias con las ventanas enrejadas. Solo era posible sentarse, no tenderse. Para las necesida- des fisiolégicas habia un cubo de madera. Durante tres dias, mientras el tren iba de camino, hubo una ola de ca- lor. Dentro del vagén el ambiente era sofocante. Durante dia y medio no se abrié la puerta... Las madres tenfan hi- jos muertos entre los brazos. Cuando Ilegamos a Magnitogorsk habia un carro jun- to a las vias. Nos lo temimos: no era para los vivos. Sélo del vagdn en que viajamos nosotros se retiraron cuatro ca- daveres. De otros vagones sacaron mas... Nos instalaron en tiendas de lona, seis familias en las grandes y dos en las pequefias. Las tienclas estaban numeradas. El primer mes todos vivimos en esas tiendas y, por supuesto, el agua atra- 98 El fantasma del ingeniero efecutado vesaba la lona. Debajo del suelo la tierra estaba congela- da, La gente se envolvia en abrigos de picles, en pieles de animales, en todo lo que habja traido de sus aldeas. tas historias no encajan con la mitologia oficial sobre construccién de las grandes acerias de Magnitogorsk, s€ presenta como la proeza de millares de «entusias- ‘de voluntarios que acudieron al lugar a colaborar en mstruccién del socialismo. A finales de los afios nta, la prensa de Magnitogorsk, finalmente libre, tla: «¢Quién construyé Magnitka? :Los prisioneros entusiastas?»'¢ Paraddjica o tristemente, la respues- tia la pregunta era que los dos. Una de las caracteristi- ~ cas de la industrializacién bajo Stalin fue la coexistencia del trabajo voluntario con el forzado, del heroico autosa- erificio con la coaccién por la fuerza. Fue una dicotomia Wisional ¢ inestable que sélo pudo ocurrir en una so- acl que estaba simultaéncamente sobrellevando una volucién social con un importante apoyo desde abajo po que era esclavizada desde arriba. o de los entusiastas que fue a colaborar en la cons- _ ion de Magnitogorsk, el joven norteamericano Scott, dejé un notable relato sobre los cinco afios paso alli!” Hijo de dos bien conocidos radicales mericanos, Scott Nearing y Nellie Seeds, John e dirigié ala Unidén Soviética en la cumbre de la én, buscando una alternativa al declinante capi- Aunque lo consternaron los suftimientos y la que encontré en Magnitogorsk, Scott también zo de la dedicacién y el herofsmo de ae de ( | wale clespués La primera industrializacién soviética 99 de regresar a Estados Unidos: «La gente estudiaba, pen- saba en el futuro y se esforzaba por construir algo en lo que por lo menos muchos de ellos crefan.»18 La ideologia soviética justificaba la coexistencia de trabajo carcelario y trabajo voluntario al presentar a los kulaks como enemigos del socialismo que merecian su condena al mismo tiempo que se celebraba a los trabaja- dores voluntarios en tanto que adelantados del nuevo or- den, Pero en ultimo término la coerci6n, las privaciones y la injusticia, que eran endémicas en el nuevo régimen, destruyeron incluso la fe y la confianza de sus partida- rios. John Scott pas6 a ser un inflexible critico de la Union Soviética una vez vuelto a Estados Unidos. Al final los trabajadores de Magnitogorsk fueron presa de la apatia que caracterizé a la mayor parte de la mano de obra so- viética. En 1987 el joven historiador Stephen Kotkin fue el primer norteamericano que vivia en Magnitogorsk desde los tiempos en que habfa residido allf John Scott, en la década de 1930. Encontro una ciudad sucia y descorazo- nadora situada alrededor de acerias irremediablemente anticuadas: Lejos de ser la ciudad jardin del socialismo que habian confiado en crear Scott y muchos ciudadanos soviéticos, Kotkin observ «alcoholismo arraigado, repe- tida escasez de bienes de consumo, una severa crisis de vivienda que se prolongarfa bastante en el futuro, un mercado negro ubicuo, unas infraestructuras urbanas rui- nosas o inexistentes, una polucién casi inconcebible y una catdstrofe sanitaria imposible de exagerar».!? 100 El fantasma del ingeniero ejeeutado EL CANAL DEL MAR BLANCO (BELOMORSTROI) La construccién del canal del mar Blanco, otro de los mayores proyectos del primer plan quinquenal, fue una pesadilla. No sdlo ignoré los principios técnicos de Pal- chinsky y sus colegas sino que también constituy6 una indecente violacién de los derechos humanos. En las obras de la presa del Dniéper, el trabajo forzado sdlo te- fifa un papel secundario. En el gran proyecto de la ciudad del acero de Magnitogorsk trabajaron muchos mis pri- _ fioneros de los que participaban libremente, pero todavia solo sumaban una parte de la mano de obra. En la cons- truecién del canal del mar Blanco casi todos los trabaja- dores, desde los ingenieros supervisores hasta los infimos peones manuales, todos eran prisioneros, detenidos por rizones ideolégicas mas bien que convictos de verdade- tog delitos, Operaban bajo condiciones de inimaginable _ crueldad; aproximadamente doscientos mil de ellos mu- rieron en menos de los dos primeros afios de obras, a una media de diez mil al mes (la tasa era mucho mas elevada en él invierno Artico ¢ inferior en los meses de verano). _ 1 objetivo del canal del mar Blanco era comunicar _ los mares Baltico y Blanco, un suefio que se remontaba | los tiempos de Pedro el Grande. Los buques que hacian ‘tayecto entre Arcingel y San Petersburgo se veian gados a rodear Escandinavia por el peligroso norte océano Atlintico y el mar Biltico, una travesfa que a varios dfas, incluso semanas. F1 zar Pablo 1, a co- 408 del siglo xix, encargé un estudio de viabilidad it Jos obsticulos Way La primera industrializacion soviéti IOI que presentaban los terrenos rocosos de Carelia por don- de habria de pasar el canal. Stalin retom6 el asunto en la década de 1920 y hablo de las ventajas que reportaria a la industria de la Union Soviética un canal navegable por buques trasatlanticos que uniera la regién de Carelia con Leningrado. Ademis, sefialo, facilitaria trasladar de un lado a otro los buques de las flotas del Baltico y del mar Blanco. Los canales, como las centrales hidroeléctricas, eran simbolos idéneos de la construccién del socialismo. El canal del mar Blanco pasé a ser tema de libros docu- mentales (escandalosamente falsificados) y de novelas. Incluso se puso tal nombre a una popular marca de ciga- rrillos. Las versiones sobre la construccién del canal que se publicaron en la Unién Soviética ignoraron por com- pleto los costes humanos del proyecto. La traduccién al inglés de uno de estos libros, que glorifica la construc- cién del canal y oculta sus crueldades, fue calificada de «divertida» y «emocionante» por el embaucado autor in- glés que escribié la introduccion. Stalin era gran admirador de las obras de canalizacién y estaba fascinado por el papel de los ingenieros en tales proyectos, sobre todo de los ingenieros cuya pericia era necesaria pero en los que no cabfa confiar debido a sus ideas politicas. Dos de sus novelas preferidas antes de la revolucion eran La estrella roja y El ingeniero Menni, de Alexander Bogdanov.”! En estas obras de ciencia-fic- cién, los constructores del socialismo en el planeta Mar- te tenfan que fiarse de un ingeniero llamado Menni, edueado antes de la revolucién socialista, que era al mis- mo tiempo brillante y traicionero.?? Menni recomienda sii del canal que intencionadamente retrasa las wea El fantasia del ingeniero ejecutado obras y ocasiona la muerte de muchos trabajadores. Menni es detenido, se rectifican los errores y se comple- ta el canal. Stalin creia que, tenidos bajo vigilancia, in- luso los técnicos hostiles podfan ser obligados a que iportaran sus capacidades para beneficio del Estado. Sin n para justificar las opiniones de Peter Palchinsky, stas en un ensayo de 1921: la coaccién impuesta agenieros y trabajadores daria lugar a fallos, incluso a iltados «monstruosos».?5 ingenieros que dirigieron el proyecto —N. I. ustaley, O, V. Viazemski. A. G. Ananev, V. N. Maslov, \, Verzhibitski y K. M. Zubrik— no tenfan permiti- liseutir la coherencia intrinseca del proyecto en sf. el canal se helaria la mitad del afio y que tal vez fue- ta mas razonable la modernizacién del ferrocarril exis- te, utilizable todo el afio, no formaban parte de los 8. En tanto que prisioneros, a los ingenieros sdlo aba permitido hacer sugerencias a sus supervisores les sobre el trazado del canal y sobre los métodos struccién. Los ingenieros plantearon dos opciones el trazado. La «variante occidental» cruzaria por s denominados Vodorazdel y Segozero y habria mado con los rios Segezha y Kumsa. La «variante tal» atravesaria cl lago Vyg y utilizaria el rio Vyg dragado, Las ventajas de la opcién occidental ‘seria mas profundo y tendria asegurado el abas- nto de agua. Las desventajas eran que se tardaria | en precisaria mas presas y mas equipa~ ) ANIZACOS, 2. ah ie La primera industrializacién soviética 103 de la variante oriental, que dependia en mayor medida del deshielo de la nieve en primavera, no fuera suficien- te, sobre todo en afios que nieva menos. El trazado occi- dental, con mayor profundidad, podria utilizar grandes presas de cemento para asegurar el abastecimiento de agua incluso en los afios secos. En respuesta, se les dijo a los ingenieros que tenia que estar terminado por com- pleto en el extremadamente corto plazo de veinte meses y que no se podria utilizar equipos mecanizados ni ce- mento, puesto que eso requeria gastos en divisas extran- jeras. Todos los materiales de construccién quedaban li- mitados a madera, tierra y piedra. Todo el trabajo lo realizarian personas humanas y caballerias; ni excavado- ras ni griias mecdnicas como las que se habian utilizado en Dneprostroi ante la insistencia de Hugh Cooper. La vulnerabilidad politica de los «especialistas bur- gueses», que estaban presos, hacia que su posicién fuera insostenible: si los ingenieros seguian defendiendo el tra- zado occidental del canal, sabian que serian acusados de querer sabotear el proyecto, lo mismo que el ingeniero Menni, o de tener lealtades econdémicas con el occidente capitalista al que habria que comprar los equipos. Aun- que ya estaban encarcelados, podian ser adicionalmente castigados: mediante el traspaso a los trabajos manuales mas duros, el traslado a cualquier otra prisién ¢ incluso la ejecucién. Contra su mejor criterio, dieron su asenti- miento al trazado oriental y se volcaron a supervisar a cientos de miles de prisioneros que utilizaban los mas imitivos medios de construccién. La jerga del campo de concentracién constituye una saredstica deseripeién de los métodos de trabajo.74 Un mor» era una plataforma de madera sobre , 104 El fantasma del ingeniero efecutado cuatro rodillos de madera que arrastraba un par de caba- los o una docena de prisioneros. Una «gria hidrdulica» era una grita de madera que utilizaba caballos. Una «ex- cavadora» consistfa en una cuadrilla de trabajadores, muchos de ellos mujeres, provistos de carretillas. Las grandes piedras se removian envolviéndolas en grandes redes de cuerda y haciendo que las arrastraran caballos o prisioneros. Los Arboles se derribaban de la misma ma- nera. Se ordené a los ingenieros que construyeran las pare- des del canal con la minima cantidad de cemento y me- de modo que se utilizaron cestos de madera rellenos y piedra. En invierno, el hielo alcanzaba a me- los eestos y, al deshelarse en primavera, era menes- ter reconstruir los cestos. Los ingenieros requirieron me- tal para las compuertas de las esclusas, pero de nuevo se les negé. El ingeniero Maslov discfié unas compuertas de madera que sdlo funcionarian durante unos cuantos afios, antes de pudrirse.?° Los prisioneros vivian en tiendas de campafia o en barracones de madera, a veces incluso a la intemperic. 1 alimentacién era insuficiente para sobrevivir. Mucho _ después, unos pocos supervivientes escribieron sobre la muerte) de los trabajadores forzados. D. P. Vit- C deseribié el trabajo en invierno: «Al final de la nada laboral habia cadaveres abandonados sobre los os de la obra. La nieve les cubria la cara. Uno de habia acurrueado debajo de una carretilla volca- habia cubierto las manos con las solapas y se ha- elado hasta morir en esta postura, Alguien se -congelado con la cabeza hundida entre las rodi- congelados estaban recostados el uno contra la ,P La primera industrializacién sovidtica 105 espalda del otro... Por la noche salfan trineos a recoger- los.»26 El 1 de mayo de 1933 el jefe de la policia secreta, Genrij Yagoda, informaba a Stalin de que el canal habia sido terminado puntualmente. En julio del mismo afio Stalin y varios de sus principales ayudantes hicieron un crucero por el canal en un pequefio vapor. Desde el principio el canal del mar Blanco no cum- plis las expectativas. Tenia tan poca profundidad, inclu- so en los afios de copiosas nevadas, que era inservible para buques trasatlanticos. El paso de grandes buques, una de las justificaciones de la obra, era imposible. Al cabo de pocos afios comenzaron a desmoronarse las pa- tedes y a desintegrarse las compuertas. Después de la Se- gunda Guerra Mundial se emprendié la reconstruccion de todo el canal. En muchos lugares, el nuevo canal dis- curria paralelo al anterior, de manera que tuvo los mis- mos problemas de escasez de agua, pero por lo menos eran mejores los muros y las compuertas de las esclusas que estaban hechos de metal. En 1966 Alexander Sol- zhenitsyn paso un dia de verano en el canal; durante dos horas sdlo pasaron dos gabarras con carga de madera y que iban en direcciones opuestas.’” Los vigilantes de las esclusas admitian que el trafico por el canal era escaso. Pero el Belomor siguid formando parte de la leyenda de la industrializacién soviética.

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