Você está na página 1de 103
MODELOS CONSTITUTIVOS UTILIZADOS EN GEOTECNIA EDUARDO ROJAS GONZALEZ * MIGUEL P ROMO ORGANISTA * * Investigador, Instituto de Ingenieria, UNAM 21 2.2 2.3 24 25 2.6 3.1 3.2 3.3 3.4 41 4.2 4.3 RESUMEN NOTACION INTRODUCCION MODELOS PLASTICOS La teoria plastica Modelos de Tresca y von Mises Modelo de Mohr-Coulomb Modelo de Mroz-Prévost Modelo de Dafalias Modelo de Lade MODELOS DEL ESTADO CRITICO La teorla del estado critico Modelo de Cambridge Modelo de Pender Modelo de Sandler MODELOS ENDOCRONICOS La teoria endocrénica Modelo de Valanis Modelo de Bazant MODELOS INCREMENTALES HIPOELASTICOS Teoria hipoelastica Modelo de Kondner-Duncan Modelo octolineal CONCLUSIONES BIBLIOGRAFIA FIGURAS 25 25 27 32 35 39 39 ay 45 49 49 53 55 61 65 71 RESUMEN En este trabajo se presenta una recopilacién de algunos de los modelos constitutivos que mayor aceptacién han tenido dentro de la literatura especializada. Cada modelo ha sido clasificado en una de las siguientes categorias: plastico, del estado critico, endocrénico o hipoelastico. Esto, a pesar de que el estado critico es una teoria fundamentalmente plastica y de que algunos modelos poseen caracteristicas que podrian situarlos en uno u otro grupo. Posiblemente una clasificacién mas adecuada es la que se describe en la seccién 5.1, pero dado que el concepto de zona tensorial no se encuentra atin difundido, se prefirié adoptar la denominacién comin que se le da a cada modelo. Ademis de presentar las bases tedricas empleadas por cada modelo, se ha puesto especial atencidn en mencionar el tipo de solicitaciones que son capaces de simular, asi como las criticas y reconocimientos que han recibido de diversos autores. Asimismo, se muestran algunas de las comparaciones tedrico experimentales de cada modelo, con el fin de que el lector se forme una idea de los resultados y grado de precision que se puede esperar de cada uno de ellos. Sin embargo, debe tomarse en cuenta que la mayor parte de estos resultados generalmente representan las mejores aproximaciones que los autores han logrado con su modelo. Por tanto, Gnicamente podran obtenerse resultados similares cuando se empleen materiales y se apliquen solicitaciones si Finalmente, este trabajo no pretende presentar un panorama exhaustivo de los modelos constitutivos para suelos, ni siquiera de las diversas tendencias que actualmente existen para el desarrollo de estos, sino unicamente dar una visién general que permita introducir al lector al cada vez mas especializado mundo de los modelos constitutivos. NOTACION En cada uno de los modelos presentados en este trabajo, se ha conservado la notacién utilizada por cada uno de sus autores, con el fin de que no surjan confusiones si el lector consulta los articulos originales. Ademds, en cada seccién se indica el significado de la notacién utilizada. Por otro lado, la siguiente notacién es comiin para todos los articulos: c cohesién del suelo D tensor velocidad de deformacién Ey matriz eldstica E, U, médulo tangente o de Young en la direccién i f funcion de fluencia g potencial plastico ocr grado de preconsolidacion = (0, + 20,V/3 esfuerzo medio efectivo q=9,-% esfuerzo desviador presién de poro vA relacién de Poisson en las direcciones j, k 5, delta de Kronecker 0 matriz unitaria do, tensor incremento de esfuerzo efectivo Oy) Oy, Os esfuerzos efectivos principales en las direcciones 1, 2 y 3 primero, segundo y tercer invariantes del tensor de esfuerzos efectivos tensor de esfuerzos desviadores * segundo y tercer invariantes del tensor de esfuerzos desviadores de, tensor incremento de deformaciones ey &y deformaciones principales en las direcciones 1, 2 y 3 v deformaci6n volumétrica deformacién elastica e deformacién plastica & deformacién viscosa 1 5 735 tensor de deformacién desviadora Angulo de friccién interna 1. INTRODUCCION Un modelo constitutivo ideal para los suelos seria aquel que estuviera basado en las caracteristicas tanto mecdnicas como fisicoquimicas de las particulas, en el cual pudieran considerarse los giros, deslizamientos y deformaciones de cada particula que conforman al material. Un modelo con estas caracteristicas podria representar el comportamiento de cualquier tipo de material como arcillas, arenas, limos y aun plasticos o metales. Sin embargo, es claro que el estado actual de conocimientos no permite atin enfrentar algunos de los retos que exigen dichos modelos. Es por esta razén que actualmente la mayor parte de los modelos estudiados se basan en comportamientos macroscépicos de los materiales y, por tanto, generalmente son validos Unicamente para el tipo de material estudiado y para cierto tipo de solicitaciones. ‘Aparentemente el camino que deben seguir los modelos constitutives para suelos, todavia es muy largo y debe ser atacado por dos frentes: tanto desde el punto de vista microscépico como macroscépico, ya que ambos procedimientos proporcionan informacién valiosa sobre el comportamiento de los materiales. Para elaborar un buen modelo constitutive debe comenzarse por comprender la fisica basica del comportamiento del material estudiado y a partir de ahi establecer, en la 2 forma més sencilla posible, la formulacién matematica que contenga los aspectos mas importantes de dicho comportamiento. En la 6poca actual no es conveniente utilizar modelos constitutivos generales de un gran namero de pardmetros y tiempo de cémputo. Resulta mds practico emplear aquellos modelos sencillos que utilizan pocos pardmetros, de facil determinacién y tiempos de cémputo razonables, aunque estén restringidos a cierta clase de materiales y sean validos unicamente para cierto tipo de solicitantes. Tal es el caso de los modelos del estado critico y gran parte de los modelos plasticos. Sin embargo, esto no quiere decir que el desarrollo de los modelos generalizados deba abandonarse, puesto que el extraordinario impulso que actualmente tiene la computacién en todo el mundo, posiblemente permita que el uso de dichos modelos pueda generalizarse dentro de algunos afios. 2. MODELOS PLASTICOS 2.1 La teoria plastica Las bases de la teoria plastica surgieron a partir del estudio del comportamiento en tensién de los metales. Una curva tipica de tal comportamiento se idealiza en la fig 2.1.1, Desde el origen hasta el punto A se considera que el comportamiento del material es elastico lineal. A partir de ese punto comienzan a aparecer deformaciones plasticas © permanentes y por esta razén al punto A se le denomina punto de fluencia. Sin embargo, también se observa que para lograr un incremento de la deformacién del material es necesario aumentar el esfuerzo actuante, lo cual indica que hay un endurecimiento plastico del mismo. Si en el punto B el material es descargado se observard una recuperacién elastica de la deformacién (e*) para lo cual este sigue una trayectoria con la misma pendiente de la carga inicial. De acuerdo con lo anterior, la deformacién total puede descomponerse en una parte elastica mas una parte plastica (€*): e-e+e (2.1.1) donde la parte eléstica esta dada por = Ey Oe (2.1.2) siendo Ej la matriz eléstica. Un aspecto importante de las deformaciones plasticas, es el hecho de que al ser irreversibles, su valor va a depender de la trayectoria completa de los esfuerzos aplicados. El concepto de punto de fluencia puede generalizarse, de tal manera, que es posible considerar que en el espacio de esfuerzos, todo el conjunto de puntos de fluencia conforma una superficie llamada superficie de fluencia. Asi, dicha superficie establece la frontera entre el comportamiento puramente eldstico, donde nicamente existen deformaciones reversibles, y el comportamiento plastico donde las deformaciones son irreversibles. La ecuacién de dicha superficie puede expresarse como f(a.) = 0 (2.1.3) donde o,, representa las seis coordenadas del estado de esfuerzos. Por otro lado, se considera que cualquier estado de esfuerzos puede quedar dentro o sobre la superficie de fluencia pero nunca fuera de ella, es decir fl) < 0 (2.1.4) A esta relacién se le conoce con el nombre de condicién de consistencia. Esta condicién trae como consecuencia que la superficie de falla pueda ser considerada como la superficie de fluencia, como generalmente ocurre. Por otro lado, si se requiere considerar el fenémeno del endurecimiento pléstico de los materiales, entonces la superficie debe cambiar de tamafio y/o de posicién. A la primera propiedad se le denomina endurecimiento isotr6pico y a la segunda, endurecimiento cinemético. Ambos tipos han sido esquematizades en la fig 2.1.2. Hasta aqui se ha establecido que un modelo pléstico requiere de: 1) Laecuacién que establece la forma de las superficies de fluencia en el espacio. de esfuerzos. 2) Las reglas de endurecimiento que establecen la mecanica de los cambios de tamatio 0 posicién de las superficies de fluencia. Sin embargo, para completar el modelo plastico, es necesario establecer alguna relacion entre el estado de esfuerzos y la deformacién plastica, para lo cual se utiliza el concepto de flujo plastico el cual esta definido en forma similar al flujo liquido. De acuerdo con esto, es posible definir un potencial plastico g(g;) en cualquier punto de la superficie de fluencia, de tal manera, que la direccién del incremento del flujo esta dada por la direccién del gradiente maximo del potencial plastico en el punto donde el estado de esfuerzos hace contacto con él. Esto quiere decir que la direccién del incremento de la deformacién plastica sera la perpendicular del potencial plastico en el punto del estado de esfuerzos, es decir de®, = Bm, (2.1.5) con 8 ns (2.1.6) ba. $8 30, 9 siendo @ un escalar positivo y m, el vector normal al potencial plistico. Sin embargo, dada la dificultad de establecer el valor de la funcién g, es comin asimilarla con la ecuacién de la superficie de fluencia ya que esta condicién asegura la unicidad y la estabilidad de la respuesta del modelo. En tal caso, se dice que la regla de flujo esta 6 asociada a la superficie de fluencia y, por tanto, el vector unitario normal a la superficie de fluencia esté dado por of ny = bo, (2.1.7) (%- z 30, doy Por medio de la ecuacién anterior es posible establecer la direccién del incremento de la deformacién plastica pero atin falta establecer su magnitud. Para ello, es necesario recurrir a los criterios de carga y descarga. Se dice que el material se encuentra en carga cuando la direccién del incremento de esfuerzos apunta hacia afuera de la superficie de fluencia. Si apunta hacia adentro, se considera que e! material se encuentra en descarga. También se considera que entre ambos estados existe una condicién intermedia denominada de carga neutra, que establece la condicién de continuidad entre la carga y la descarga. En el caso de la carga neutra, la direccién del incremento de esfuerzos es perpendicular al vector normal de la superficie de fluencia, es decir n, do, = 0 (2.1.8) Por otro lado, en el caso de una carga neutra la magnitud de la deformacién plastica también es nula, de tal manera que de acuerdo con la ec 2.1.8 puede plantearse la siguiente relacion (aef, - aef)'” yy 2 4 doy (2.1.9) donde H representa un parémetro de proporcionalidad, el cual se denomina médulo plastico y puede obtenerse a partir de algunos resultados experimentales. Al utilizar las ecs 2.1.6 y 2.1.8 es posible obtener la relacién 8 do ae 1 Bf 8% 7 (2.1.10) iH boy, Of . Of 80, 60, A partir de esta expresin y de conocer las condiciones en que se realiza el ensaye, es posible establecer el valor del incremento de la deformacién plastica. La regla de endurecimiento isotrépico del modelo puede introducirse en las ecuaciones al considerar que cuando se aplica un incremento del desviador dS,, el radio de la superficie fluencia debe crecer una cantidad dk, es decir 35\dS, = 2kdk (2.1.11) En el caso del endurecimiento cinematico es posible considerar el movimiento de la superficie de fluencia por medio del vector de posicién a, de tal manera que puede plantearse la ecuacién (5; - a,)d5, = (5; - a) da, (2.1.12) donde da, indica el cambio de posicién de la superficie de fluencia debido al incremento del esfuerzo desviador dS,. Hasta aqui se ha hecho referencia a una sola superficie de fluencia. Sin embargo, nada impide considerar que exista mas de una superficie y que cada una de elas posea propiedades o médulos plasticos diferentes. En tal caso, el modelo se denomina de superficies multiples, las cuales pueden estar sujetas a las mismas reglas de endurecimiento isotrépico y/o cinematico. En este ultimo caso se considera que cuando una superficie hace contacto con otra, este debe hacerse en forma tangente con lo cual se asegura la unicidad en la respuesta del modelo. Una vez establecidas las ecuaciones de las superficies de fluencia, de la regla de flujo y de las reglas de endurecimiento, es posible aplicar el modelo para simular la respuesta del suelo bajo ciertas condiciones de carga. Generalmente, la trayectoria de solicitacién se introduce por pequefios incrementos y para cada incremento se calculan los nuevos médulos plasticos considerando el estado de esfuerzos del material y en tal caso el modelo se denomina incremental. Con objeto de lograr que las ecuaciones de un modelo plastico sean validas en cualquier sistema de referencia que se adopte (condicién de objetividad), es comin escribir estas ecuaciones en funcién de los invariantes del tensor de esfuerzos. Por otro lado, dado que se considera que la forma de la superficie de fluencia no se ve afectada por el valor del esfuerzo medio (p = (0, + 0, + 0})/3), entonces en su definicién Gnicamente intervienen los esfuerzos desviadores cuyos invariantes no nulos son Is € Is, es decir fils, bd) (2.1.13) donde bs = 16,5, -5, 5) (2.1.14) 2 ly = det (S,) y = 0; - pd; (2.1.15) La gran mayorla de los modelos constitutivos que han sido desarrollados para simular el comportamiento de los suelos estan basados en la teoria de la plasticidad. En las 9 secciones siguientes se presentan algunos de los modelos que mas ampliamente han sido reconocidos dentro de la literatura internacional. Es importante sefialar que la generalidad de estos modelos plasticos utilizan superficies de fluencia de expresién matematica sencilla (el circulo es muy empleado) con el fin de simplificar las expresiones del modelo constitutive. Ademés, generalmente emplean la regla de flujo asociado a pesar de que existen evidencias experimentales que indican que dicha regia no se cumple. Es por esta razén, que Wroth (ref 13) ha dicho que no es posible esperar buenos resultados de los modelos plasticos para un cierto material hasta que no se determinen con precisién la forma de su superficie de fluencia y de su potencial plastico Por otto lado, la experiencia ha demostrado que los modelos plasticos presentan graves deficiencias al tratar de simular aquellos fenémenos que involucran la les (ref 17). anisotropia de los mate 2.2 Modelos de Tresca y von Mises Estos modelos han sido utilizados con éxito para establecer el estado de esfuerzos que produce el flujo plastico en los metales, y se presenta aqui porque a partir de ellos se han desarrollado los modelos plasticos para los suelos. El criterio de Tresca establece que dicho flujo se obtiene cuando el esfuerzo cortante maximo aplicado sobre el material alcanza el valor critico k, es decir 1 2 Ir ~ ol a 1 K = maximo de ) 5 |92 ~ %5| (2.2.1) 1 2 | - ol 10 Esta misma relacién se puede expresar en el plano de esfuerzos desviadores como IS, - SI 12 k = mdximo de \ |S, - S;| (2.2.2) IS, - 53] de tal manera que su representacién en el plano desviador es la de un hexdgono, tal como lo muestra la fig 2.2.1 (a). Su representacién en el espacio de los esfuerzos principales es el de un prisma hexagonal que tiene como eje la trisectriz tal como se sefiala en la fig 2.2.1 (b).. En términos de los invariantes del tensor desviador I,5 € las, esta superficie plastica puede expresarse como Al}y5 = 27P ss = 36 K??,5 + 96 k'lg - 64k° = 0 (2.2.3) El criterio plastico de von Mises considera que la superficie de fluencia es circular cuando se representa en el plano de los esfuerzos desviadores, y por tanto, este criterio puede expresarse por medio de la ecuacién by = 2 (2.2.4) En el espacio de esfuerzos principales se representa por medio de un cilindro de radio k (fig 2.2.2 (b)). En estos dos criterios se considera que el material es isstropo, es decir, que posee las mismas propiedades mecanicas en cualquier direccién, esto es "1 f(y, Oy 03) = f-0, Oy a) (2.2.5) El criterio plastico de von Mises ha sido ampliamente utilizado debido sobre todo a la sencillez de sus expresiones y a que sus predicciones se acercan mucho a los resultados experimentales. Este criterio sigue siendo aplicado con éxito en el caso de los suelos preconsolidados donde al valor critico k se !e denomina cohesion. Es interesante sefialar que este modelo esta basado en el principio de la maxima energia de distorsién por unidad de volumen, el cual ha sido ampliamente observado en los metales isotrépicos. 2.3. Modelo de Mohr-Coulomb Cuando un suelo esté normalmente consolidado, se ha observado que su resistencia es funcién tanto del esfuerzo medio aplicado como del angulo de friccién interna del material. En estos casos, el criterio de Mohr-Coulomb se adapta bien al comportamiento del material a la ruptura. Dicha norma puede expresarse como |o,-0)| - (0, + a) sen @ 1 ° |o,-0,| -(0, + 0) sen B (2.3.1) ' ° | 7, -0;| -(o, + 0,) sen B Estas ecuaciones definen una pirémide hexagonal irregular cuyo vértice se localiza en el origen del espacio de esfuerzos principales, tal como se muestra en la fig 2.3.1. Este modelo sigue siendo ampliamente utilizado en geotecnia cuando se desean establecer los esfuerzos a la ruptura en obras térreas. Por medio de una amplia serie de ensayes, efectuados en aparatos verdaderamente triaxiales y utilizando diversos tipos de suelos, se ha logrado observar que la 12 superficie de falla real para los suelos no difiere mucho de la considerada por la teoria de Mohr-Coulomb. 2.4 Modelo de Mroz-Prévost Este modelo utiliza el concepto de superficies de fluenci: miiltiples las cuales son de forma circular y circunscritas entre si en el plano desviador. Estas superficies pueden aumentar de tamafio (endurecimiento isotrépico) y desplazarse de su centro (endurecimiento cinematico). Ademés, se emplea la regla de flujo asociada, con lo cual se completa el modelo. Las superficies de fluencia pueden representarse por medio de la ecuacién 3/2 S,S,-k? = 0 (2.4.1) siendo k el radio de la superficie de fluencia, Sin embargo, dado que las superficies de fluencia pueden desplazarse, la ec 2.4.1 debe escribirse como 3/A(S; - a, (Sy - a) -k? = 0 (2.4.2) donde ay, representa las coordenadas del centro de la superficie. Cada superficie de fluencia lleva asociadas un médulo plastico H, (ec 2.1.9) de valor constante. En un material isotrépico, las superficies de fluencia se encuentran inicialmente concéntricas. Cuando se aplican los primeros incrementos de carga, el punto que representa el estado de esfuerzos del material comienza a desplazarse hacia el perimetro de la primera superficie y durante este proceso se utiliza el médulo plastico asociado a esa primera superficie. En el momento que el estado de esfuerzos rebasa la primera superficie, el médulo plastic pasa a ser el de la segunda superficie y asi sucesivamente. Cuando el estado de esfuerzos hace contacto con una superficie, esta 13 es arrastrada segin la direccién del incremento del esfuerzo, de tal manera que las superficies de fluencia van quedando tangentes entre si con un punto Unico de contacto, lo cual garantiza la unicidad en la respuesta del modelo. La ultima superficie representa la ruptura del material y, por tanto, tiene un médulo plastico asociado de valor nulo. Si antes de alcanzar la ruptura se invierte la direccién de la carga, entonces se toma el médulo plastico de la primera superficie hasta que el estado de esfuerzos rebasa su perimetro, tomandose el médulo plastico de la segunda superficie y asi sucesivamente. La fig 2.4.1 (a) muestra la posicién inicial de las superficies de fluencia. En la fig 2.4.1 (b) se ve cémo las superficies se han desplazado al efectuarse el primer semiciclo de carga en un ensaye de carga alterna. De acuerdo con la ec 2.4.2, cada superficie puede representarse por medio de una ecuacién del tipo {3/28 a4! )(S rar}? =O. (2.4.3) donde m representa el ntimero de la superficie de fluencia. Por medio de las coordenadas del centro de cada superficie, es posible considerar la anisotropia de los materiales, puesto que al existir un comportamiento esfuerzo-deformacién diferente en carga y descarga, las superficies de fluencia se encuentran inicialmente desplazadas como lo muestra la fig 2.4.1 (a). Por otro lado, se considera que las posiciones y tamaiios iniciales de las superficies de fluencia también toman en cuenta la historia de cargas que ha sufrido el material desde su formacién. Todas las superficies pldsticas pueden trasladarse en el espacio de esfuerzos sin cambiar de forma y consecuentemente tocan y empujan a otras superficies pero sin intersectarse, Cuando el estado de esfuerzos alcanza la superficie plastica f,,, todas las superficies interiores a ella (fy fy, «= fys) Son tangentes entre si en el punto de contacto M y en tal caso debe cumplirse la siguiente condicién (m1) 0) - 5 - 7 Ejumnue (2.4.4) oO 14 Para completar el modelo, puede considerarse que las superficies de fluencia cambian de tamario y que su médulo plastico asociado también puede variar por medio del valor A, que es un escalar relacionado con la deformacién plastica desviadora A = § (2/3 de?, der)” (2.4.5) donde de, = de, - 1/36,de,) (2.4.6) Las variaciones del médulo cortante asociado y del tamajio de la superficie plastica se presentan Gnicamente después de la primera inversion de carga y tienen por objeto considerar el efecto de la historia de cargas sobre el comportamiento del suelo. Los parametros del modelo se pueden determinar a partir de los resultados de dos ensayes triaxiales no drenados; uno en compresin y otro en extensién. Dichos pardmetros son: 1) Posiciones y tamafios iniciales de las superficies plasticas asi como de sus médulos cortantes asociados 2) Pardmetros que determinan la magnitud de! cambio en el tamafo de las superficies y en los valores de sus médulos asociados. Este modelo puede emplearse para simular el comportamiento de suelos bajo condiciones no drenadas y de carga alterna, aunque también se ha usado en ensayes de corte simple. La sencillez de sus ecuaciones permite instrumentarlo con facilidad en programas de elementos finitos. También puede utilizarse para el caso de suelos preconsolidados y anisotrépicos puesto que se considera que tanto la preconsolidacién como la anisotropia inicial del material quedan representadas por las posiciones iniciales de las superficies de fluencia. 15 En la fig 2.4.2 se presentan una serie de comparaciones teérico experimentales para el caso de ensayes ciclicos de corte simple (a y b) y ciclos triaxiales (cy d), tanto bajo deformacién controlada (a y ¢) como bajo esfuerzo controlado (b y d), efectuados sobre la arcilla de Drammen con un grado de preconsolidacién de 4. En la fig 2.4.3 se muestran en forma més detallada los resultados de uno de los ensayes de corte ciclico bajo deformacién controlada. 2.5 Modelo de Dafalias Este modelo tiene la particularidad de establecer el valor del incremento de la deformacién plastica en funcidn no solo del valor del incremento y de la direccién del esfuerzo, sino también de toda la historia de cargas que ha sufrido el material hasta el momento actual. A este tipo especifico de modelos plasticos se les ha denominado hipoplasticos y son capaces de considerar los fendmenos de anisotropia inherente e inducida, preconsolidacién y viscosidad El modelo parte de las ecuaciones plasticas tradicionales y considera la regla de flujo asociado. Asi, a partir de las ecs 2.1.1, 2.1.2, 2.1.7 y 2.1.10, es posible obtener la ecuacién — Fae Eat Eun Ent), (2.5.1) K, + Lay Eats bes donde aes ¥” 8a, y K, representa el médulo plastico. A estas ecuaciones queda asociada una superficie limite, la cual representa el estado de esfuerzos de ruptura del material. Dicha superficie se representa en el plano de 16 los invariantes anisotrépicos del tensor de esfuerzos (I", ), por medio de dos elipses unidas por una hipérbola (fig 2.5.1 (a)) donde P= 0, 5, (2.5.2) (2.5.3) siendo primer invariante del tensor de esfuerzos anisotrépicos J’ segundo invariante del tensor de esfuerzos desviadores, anisotrépicos &, vector unitario anisotrépico Ss 1/3 V6"; (tensor desviador anisotrépico) (2.5.4) Si l= 0,6, (2.5.5) (2.5.6) Sy = a - 173 16, (2.5.7) entonces los ejes I* y J* representan los valores de los invariantes del tensor de esfuerzos | y J, girados un cierto dngulo (fig 2.5.1 (b)). Por medio de este giro, es posible considerar parte de la historia de cargas aplicadas sobre el material. A esta posibilidad de giro de los ejes se le ha denominado endurecimiento anisétropo, puesto que por medio de esta propiedad es posible considerar la anisotropia de los 7 materiales. En tal caso, es conveniente expresar las ecuaciones de la superficie limite por medio de los invariantes anisotrépicos del tensor de esfuerzos (I"y J). As{, por ejemplo, la ecuacién de la primera elipse se escribe =P Fe(@-1) (* »k2 “) + (Ry? | 0 (2.5.8) (a) | donde T* y J@ representan los valores de los variantes I y J* obtenidos sobre la superficie limite por medio de una regla de mapeo radial (fig 2.5.1). IF, representa el esfuerzo maximo de consolidacién, y N(a*) y R son pardmetros del modelo. En la misma forma se establecen las ecuaciones de la segunda elipse y de la hipérbola. La orientacién inicial de la superficie limite depende de la historia de consolidacién de! material asi como de su anisotropfa inherente. Si el material es inicialmente is6tropo, los ejes I" y * corresponden con | y J (fig 2.5.1 (b)). El giro de los ejes se introduce en el modelo por medio de la ecuacién 2 ye 1 2 5a] 5 Sj = At le, as (Lyy ae (2.5.9) donde A* es una funcién que controla la velocidad de rotacién de la superficie limite. Ademas de este tipo de endurecimiento, se considera el endurecimiento isotrépico y el de distorsi6n, el cual genera una serie de alargamientos o ensanchamientos de la superficie limite por medio del pardmetro R, cuyo valor esté dado por > C,H Oy (2.5.10) 18 donde C, es un pardmetro del modelo y 4%, la parte desviadora del tensor 6°,. La mecanica del modelo es la siguiente: para cada incremento de esfuerzo se determina el nuevo estado de esfuerzos al cual queda asociado un punto en la superficie limite, por medio de la regla de mapeo radial. En funcién de la distancia entre el estado de esfuerzos y el punto asociado, se calcula el valor del médulo plistico K, para ese estado de esfuerzos. Ademés, el valor de este médulo esta influido por los diferentes tipos de endurecimiento considerados, los cuales se presentan segtn la historia de cargas aplicadas sobre el material. Al conocer el valor del médulo plastico, es posible utilizar la ec 2.5.1 para calcular el valor del incremento en la deformacién. Los pardmetros del modelo, para un suelo isotrépico y normalmente consolidado, pueden obtenerse a partir de los resultados de dos ensayes triaxiales no drenados; uno en compresién y otro en extension. Algunos de estos pardmetros se obtienen directamente; sin embargo, otros pueden obtenerse solo por prueba y error, procurando que los resultados tedricos se aproximen lo mejor posible a los experimentos. Este modelo puede simular con un buen grado de precisién el comportamiento de los suelos, tanto en condiciones drenadas como no drenadas en materiales otrépicos 0 anisotrépicos, normalmente consolidados 0 preconsolidados y sujetos a carga monoténica 0 alterna. En la fig 2.5.2 se muestran algunas comparaciones teérico experimentales para el caso de un material arcilloso fabricado con una mezcla de caolin y bentonita, con diversos grados de preconsolidacién. La fig 2.5.3 presenta el mismo tipo de resultados pero para un caolin puro. 19 2.6 Modelo de Lade Este modelo esté basado en los resultados experimentales obtenidos en cdmaras verdaderamente triaxiales utilizando la arena de Monterrey. A partir de estos resultados se obtuvo la superficie de falla mostrada en la fig 2.6.1, la cual esta definida por medio de la ecuacién P,-k, 1 = 0 (2.6.1) donde 1, ¢ |, representan el primer y tercer invariantes del tensor de esfuerzos, respectivamente, y estén definidos como = On + Op + Os (2.6.2) I, = 0182033 + 20203013 - (Ons + C1) + FF vd (2.6.3) k, es un pardmetro que depende de la relacién de vacfos de la arena. Debido a que los resultados experimentales muestran que la regla de flujo asociado, no se cumple para suelos granulares (ref 25), se consideré un potencial plastico distinto a la superficie de fluencia aunque de expresién similar B= P-kh (2.6.4) donde k, es un valor constante. De esta forma, el incremento de la deformacién plistica puede obtenerse con la relacién de, = dn (2.6.5) 30, siendo dA el parémetro de proporcionalidad 20 A partir de las ecuaciones anteriores es posible conseguir la siguiente relaci6n entre el incremento de la deformacién plastica y los esfuerzos det, 3k,(12) ~ (Oy + O53) + 0% an kl) ~ (033 + 04) + of defy ait, [TAO ~ On, * 05) * oh ase) ders 204, 035 ~ 20)9 Oy de’, 20 0,3 - 20,2 025 de, 2033 O12 ~ 2033 Oy Por medio de una serie de ensayes en compresién y en extensién, donde se establezcan las direcciones del vector incremento de deformacién plastica, es posible determinar la ecuacién para calcular el valor de k,. Dicha ecuacién es k, = Af + 27 (1-A) (2.6.7) donde f=PA, (2.6.8) y A un pardmetro que se determina experimentalmente. Para completar el modelo se fundamenta una regla de endurecimiento isotrépico, por medio de la cual es posible calcular el valor de dA. 21 El modelo requiere de nueve parametros, los cuales pueden determinarse a partir de los resultados de una serie de ensayes triaxiales no drenados efectuados en compresién, bajo diferentes esfuerzos de consolidacién. Este modelo puede simular con suficiente aproximacién los fendmenos de no linealidad, influencia del esfuerzo medio, influencia de la trayectoria de esfuerzos y fendmenos de expansién. Puede aplicarse a diversas condiciones de solicitaci6n, como ensayes de corte y torsién, y estados de esfuerzos verdaderamente triaxiales. Recientemente, se han introducido algunas modificaciones a la teoria original, para poder simular con mayor precisién el comportamiento de las arenas. Dentro de las modificaciones més significativas puede mencionarse la consideracién de dos potenciales plasticos diferentes: uno de colapso y otro de expansién, de tal manera que la deformacién total esta dada por de, = de’; + de“ + de®, (2.6.9) i 4 donde e*, representa la deformacién eldstica; ¢', y €®, las deformaciones plisticas de colapso y de expansién, respectivamente. A estas deformaciones plasticas se le han asociado una superficie de fluencia de tipo cubierta 0 "cap" y una superficie cénica con vértice en el origen del espacio de esfuerzos, las cuales se muestran en la fig 2.6.2. La deformacién plastica de expansién se calcula a partir de una regla de flujo no asociado, mientras que la componente de colapso, a partir de un flujo asociado Para la superficie de fluencia (y potencial plastico) de la deformacién de colapso, se ha considerado la siguiente ecuacién g=P, +24 (2.6.10) 22 donde 1, e |, son el primero y segundo invariantes del tensor de esfuerzos, respectivamente, los cuales estn definidos como = On + O22 + Os (2.6.11) Vy = 20742 + O43 + O23) ~ (Gp. + F720) + F330) (2.6.12) De esta forma, la relacién esfuerzo-deformacién de colapso puede escribirse como de}, dey desl aw, | Oss = —t (2.6.13) de5,} fe | O23] de, om on) donde dw, representa el incremento de trabajo por unidad de volumen. Para la deformacién de expansién de suelos no cohesivos se ha establecido la siguiente relacién para la superficie de fluencia f= (Pilly -27) . /P,)™ (2.6.14) donde |, representa el tercer invariante del tensor de esfuerzos definido como Ih = Oy10:2053 + 2042033031 - (O02 + InP + Fn0*na) (2.6.15) 23 para el potencial plastico se ha considerado By = P,- (27 + a PA, (2.6.16) siendo 7, y m pardmetros del modelo y P, la presién atmosférica. Sin embargo, a pesar de estas modificaciones, el modelo ha sido inadecuado para simular el comportamiento de las arenas cuando se aplican grandes ciclos de carga. De la misma manera, no es capaz de simular el comportamiento de los suelos anisotrépicos, lo cual representa una seria limitante para el caso de arenas. Los pardmetros del modelo pueden obtenerse a partir de un ensaye de compresion isotropic y tres ensayes triaxiales drenados en compresién, con diversos esfuerzos de consolidacién. Este modelo ha sido criticado por el uso simultaneo de la regla de flujo asociada y no asociada, lo cual puede provocar problemas de unicidad (ref 31). Sin embargo, ha lo utilizado con éxito para simular el comportamiento de arenas sueltas o compactas sujetas a cargas monoténicas. En las figs 2.6.3 y 2.6.4 se muestran las comparaciones teérico experimentales de ensayes triaxiales, monot6nicos y a deformacién controlada para dos tipos de arena 3. MODELOS DEL ESTADO CRITICO. 3.1 La teorfa del estado critico Esta teoria se basa en el estudio de los mecanismos de disipacién de la energia dentro del esqueleto del suelo, asi como de la observacién del comportamiento macroscépico de los materiales. Asi, por ejemplo, cuando un suelo normalmente consolidado es ensayado bajo diversas condiciones de carga, es posible obtener dos tipos de curvas caracteristicas de ese material. La primera en el plano (p, q), representa la llamada linea de falla (fig 3.1.1 (a) y la segunda en el plano (v, In p), la linea de consolidacién virgen isotrépica, paralela a la cual corre la linea de ruptura del material (fig 3.1.1 (b)), que se produce cuando la deformacién crece indefinidamente y la relacién de vacios se mantiene aproximadamente constante, con tendencia hacia un valor asintético. Al agrupar las curvas 3.1.1 (a) y (b) es posible establecer una linea en el espacio (p, 4, V), denominada linea del estado critico, la cual se muestra con trazo grueso en la fig 3.1.2. También es posible trazar una envolvente de todas las trayectorias de respuesta del material, cuya parte superior tendra la forma mostrada en la misma figura y que se le denomina superficie limite. 25 26 De acuerdo con Schofield y Wroth, un material se encuentra en el estado critico cuando al mantener su estado de esfuerzos constante, su deformacién crece indefinidamente sin variacién apreciable de su volumen. En concordancia con las figs 3.1.1 (a) y (b), es posible establecer las ecuaciones q-= Mp (3.1.1) VA =v, + Alnp (3.1.2) ywevekinp (3.1.3) donde M representa la pendiente de la linea de falla (fig 3.1.1 (a)). v. el volumen del material en el estado critico, cuando se aplica una presién media unitaria. vA y y, el valor del volumen para una presién media unitaria y A y k las pendientes de la linea de consolidacién en carga y descarga, respectivamente (fig 3.1.3). A partir de las ecs 3.1.1 a 3.1.3, es posible establecer la ecuacién que representa la superficie de fluencia, cuando el material es ensayado a volumen constante 4 sin(2y=1 (3.1.4) Mp Pa donde p,, significa la interseccién de la linea del estado critico con la superficie de fluencia. Por medio de las relaciones 3.1.2 y 3.1.3, es posible establecer la ecuacién de la superficie limite, la cual esté compuesta por una familia de superficies de fluencia, tal como se observa en la fig 3.1.2. Dicha ecuacién es lal = Me (+2 - v= Alnp) (3.1.5) 27 A partir de estas relaciones es factible implantar los modelos |lamados del estado critico. Este tipo de modelos han podido simular con sencillez el comportamiento de las arcillas normalmente consolidadas; sin embargo, han requerido continuas modificaciones para simular adecuadamente el comportamiento del material bajo carga alterna y los fenémenos de expansién. 3.2 Modelo de Cambridge Este modelo, propuesto inicialmente por Roscoe, Schofield y Wroth y modificado posteriormente por Burland, parte de las ecuaciones del estado critico a las cuales se agregan las condiciones especificas de un ensaye para obtener la respuesta tedrica del material. Asi, para un ensaye no drenado, en el cual» = 0 , la ecuacidn 3.1.4 se escribe Mp _ Mp yp, (Po ja) = M2 inp, - 21m p) = “2 in |” (3.2.1) lal = , ; (s@ - a) (s - @®) - x, (4.3.5) vie , @ — af) (SP - ap) - #, (4.3.6) donde H, y H, son dos pardmetros del modelo que modifican la influencia de los factores desviadores del tipo von Mises $, ¢. De esta manera, las ecuaciones 4.3.2 y 4.3.3 pueden escribirse como o da (4.3.7) as = 2G, de, ~ (sf? - af) a3.n i i ae 2) 2) _ 4,2) ds)? = 2G, de, - (Sy? - af) = : (4.3.8) Al considerar dos unidades endocrénicas, es posible simular adecuadamente el comportamiento del suelo, tanto para pequefias como para grandes deformaciones. Por otro lado, el concepto de salto cinemético permite modelar mejor el comportamiento esfuerzo-deformacién de un material cuando se aplican ciclos irregulares de carga. El salto cinematico se produce cuando se pasa de carga a descarga o bien de descarga a recarga. En el modelo se simula cambiando bruscamente el centro de las superficies de fluencia hacia el punto del estado de esfuerzos donde se produce a inversién de la carga (puntos 1 y 2 en la fig 4.3.2). Por medio de este concepto, ha sido posible modelar adecuadamente la pendiente de la curva esfuerzo-deformacién al producirse una inversién de carga. Ademas, bajo 48 este concepto, fue factible que los modelos endocrénicos satisficieran el postulado de Drucker, el cual asegura la estabilidad y solucién unica del modelo. El salto cinematico se introduce en el modelo haciendo a”, = S, g® . 52 i i ie (4.3.9) i después de cada inversion de carga. El modelo requiere de 18 parémetros los cuales pueden obtenerse a partir de los resultados de ensayes triaxiales monoténicos y bajo carga ciclica. Por medio de dicho modelo es probable simular el comportamiento de suelos no cohesivos en condiciones drenadas ya sean ensayes triaxiales o de corte simple, obteniéndose resultados adecuados tanto en carga monoténica como ciclica. En la fig 4.3.3 se muestran las comparaciones teGrico experimentales para una serie de ensayes de corte ciclico, efectuados con una arena seca sujeta a diversos esfuerzos verticales y diferentes amplitudes de los ciclos. 5. | MODELOS INCREMENTALES HIPOELASTICOS, 5.1 Teorla hipoelastica Una forma como se pueden clasificar la mayor parte de los modelos constitutivos, es a partir del némero de zonas tensoriales que se evaléian. Una zona tensorial puede definirse como una regién del espacio de solicitaciones (generalmente se considera el espacio de esfuerzos) en la cual la funcién que liga el incremento de esfuerzos con el de las deformaciones permanece constante; es decir, que en esa regién del espacio se estima que la direccién del incremento de esfuerzos no afecta la forma de la funcién G, dada por de, = G, (do,) (5.1.1) La ec 5.1.1 representa la formulacién general de todo modelo hipoeléstico y fue establecida por Truesdell (ref 41) a partir de la teorfa de la mecdnica de los medios continuos. Dadas las irreversibilidades plasticas de los suelos, G, deberd ser una funcién no lineal de tal manera que cumpla con la condicién 49 50 -G,(do,) + G,(do5) (6.1.2) Para poder simplificar el desarrollo del modelo no se consideran los efectos viscosos del material, por lo cual la velocidad de aplicacion de la carga no influye en su comportamiento y entonces puede escribirse G,Qdo,) = 2,(doy) (5.1.3) Es decir, que la funcién G, es homogénea de orden uno con respecto a do, y por tanto aG,(do,) SEO? aay ado,) G,(do,) = M,,(do,)do, (5.1.4) donde Myg es una funcién homogénea de orden cero, de manera que nuevamente puede escribirse G, (dog) = Muy Nae) ida doy = May (wdoB (5.1.5) es decir, que la funcién G, depende tanto de la direccién del incremento de esfuerzo como de dicho incremento. 51 Si ahora se considera la definicién de zona tensorial, puede aceptarse que en una zona Z VueZ=M (uy) = M* 6.1.6) Por otro lado, en la frontera entre dos zonas tensoriales, debe satisfacerse la condicién de continuidad, es decir Vue Z,~Z, de = M® do = M? do (6.1.7) Esta condicién de continuidad se cumple, en la mayor parte de los modelos plasticos, por medio del concepto de carga neutra. En el caso en que el modelo constitutivo posea una sola zona tensorial, la ec 5.1.5 se escribe: de = M(x) do = M' do Wu, do (5.1.8) A este caso pertenecen todos los modelos elasticos lineales y no lineales. Cuando se considera la existencia de dos zonas tensoriales puede hablarse de una zona de carga y otra de descarga, como en los modelos plasticos de potencial simple, donde se considera que en carga existe una matriz elastoplistica y en descarga una eléstica es decir de = M2 do en carga 65.1.9) 52 de = Mi dg en descarga 5.1.10) Estos modelos pueden considerar una variacién continua de los médulos plésticos del material, en funcién de la historia de solicitaciones (modelo de Dafalias) o bien una variacién discontinua (modelo de Prévost). Los modelos plasticos de doble potencial (Lade) establecen Ia existencia de cuatro Zonas tensoriales, al considerar que existen dos potenciales plasticos diferentes, uno que estima las deformaciones volumétricas irreversibles y otro las deformaciones desviadoras, es decir de = de® + dey + dey (5.1.11) con 28, %, a Be Fy de? = © Dr Fy dg, de = & Pd Sd Hy = 30 30 1 M4" i a 30 2 (5.1.12) Asi, esta consideracién aunada al criterio de carga y descarga (a 0 ¢ a = 1), produce cuatro combinaciones de la matriz elastoplastica, es decir, establece cuatro zonas tensoriales (fig 5.1.1). El modelo de Ishihara divide la superficie de falla de Mohr-Coulomb en seis zonas tensoriales tal como lo muestra la fig 5.1.2, dependiendo del valor de los esfuerzos principales. 53 Otros modelos subdividen el espacio de esfuerzos en ocho zonas al considerar que cada uno de los esfuerzos principales puede estar actuando en carga o en descarga, es decir, que las combinaciones pueden ser (1,4+1,+1), (-1,+1,4+1), (41,-1,41), (41, 41-1), G1,-1-+1), (41,-1,-1), €1,41,-1) y ¢1, llamado octolineal, que se presenta en la siguiente seccién de este capitulo. 11). Esto sucede en el modelo Finalmente, puede considerarse e! caso de los modelos que usan una infinidad de zonas tensoriales, a los cuales se les conoce como incrementales no lineales, entre los cuales se encuentran los modelos endocrénicos y del modelo octolineal generalizado. 5.2 Modelo de Kondner-Duncan Este modelo establece una ecuacién hiperbélica para definir la curva esfuerzo desviador-deformacién axial, de tal manera que al derivar esa ecuacién con respecto a la deformacién, es posible obtener el modulo tangente o médulo de Young E, para diferentes valores del esfuerzo desviador. Esta relacién se escribe 1 — RG = sen 0) (1 DP & p (23)" 65.2.1) 2¢ cos @ + 20, sen @ “lp. donde R, representa la relacién entre el esfuerzo desviador de pico y el desviador residual médulo de carga P, presién atmosférica eae cohesi6n y Angulo de friccién interna, respectivamente 54 Pa el valor xP, (2) representa el valor inicial del médulo de Young. Cuando se aplica una descarga o una recarga, se considera que el médulo de Young toma el valor (5.2.2) donde K,, representa el médulo de descarga y recarga. Por otro lado, se considera que el médulo volumétrico B esté dado por Ia relacin (5.2.3) donde K, representa el médulo volumétrico del material y m es un exponente generalmente diferente de n. De acuerdo con esto y para el caso plano, el modelo puede escribirse como: 4G, 3B+E 3B-E 0) |4#u 3b (5.2.4) do,,| = —-?_ |3B-E 3B+E 0} |de, | 9b-E hd do, 0 0 Ede, Como se observa, este modelo considera unicamente dos zonas tensoriales (una de carga y otra de descarga) sin ninguna etapa de transicién, lo cual provoca serios problemas de continuidad. Su importancia reside en que fue uno de los primeros modelos adaptados a programas de elementos finitos, para simular el comportamiento de grandes masas de suelo, como son las cortinas de las presas de tierra. 55 En las figs 5.2.1 y 5.2.2 se presentan algunos resultados tedrico experimentales obtenidos para dos ensayes triaxiales drenados, efectuados en arena densa y suelta respectivamente. 5.3 Modelo octolineal Si el elemento M,s(u) de la ecuaci6n 5.1.5 se desarrolla en serie, puede escribirse 1 2 3 Magltty) = Map * Magy Uy + Mans My My t~ 6.3.0) al despreciar los elementos de orden superior a dos y de acuerdo con la ec 5.1.5 la 5.1.1 puede escribirse como de, = May doy + Le Me Taat Marr 404 do, (5.3.2) Para poder representar la ec 5.3.2 en una forma sencilla, es necesario establecer las, siguientes cuatro hipétesis: 1) Se considera que el modelo es ortotrépico, es decir que el material presenta diferentes propiedades mecdnicas con respecto a tres planos perpendiculares entre si. Por medio de esta hipétesis es posible anular o establecer relaciones entre algunos elementos de las matrices M'ap y M’opy 2) Se evaliia que la relaci6n no lineal es Gnicamente valida para los incrementos normales de esfuerzos y deformaciones; es decir que la no linealidad no incluye a los médulos de corte. Esta condicién puede expresarse como. 56 M2,, = 0,VB,y24 6.3.3) 3) Finalmente, no se consideran los términos cruzados, es decir Mi, = 0 VBey (5.3.4) De acuerdo con esta hipétesis, la ec 5.3.2 puede escribirse como de,, do,, do," dey| = A |do,,| 1 B |(do,,)? (5.3.5) |do| de 3 doy, (do,,)* donde |\do| = do, do, (5.3.6) Si se define la matriz N como Blo do, o (5.3.7) entonces la ec 5.3.5 puede escribirse 357 (de,, doy, ide,| = N|doy, (5.3.8) de,, doy, 4) Se considera que los elementos de la matriz N pueden obtenerse a partir de las derivadas de las funciones f*, g*, y h*, donde el signo (+) se utiliza cuando existe un incremento del esfuerzo (carga) y el (-) para un decremento (descarga). De esta manera, se pueden definir los valores de Uy, Vit, y V'4, los cuales representan el médulo de Young en la direccion k, y las relaciones de Poisson en las direcciones j, k y I, k, respectivamente, es decir (5.3.9) (5.3.10) y de acuerdo con la ecuacién 5.3.8, la matriz para el caso de un incremento de la carga en las tres direcciones (N+) puede escribirse como Ys (5.3.11) 58 De la misma manera puede definirse la N’, la cual se obtiene cuando se aplica una descarga en las tres direcciones. De acuerdo con las ecs 5.3.7 y 5.3.11, es posible obtener las siguientes relaciones (ref 26) A= (No + NY (5.3.12) BW) - Mp2 (5.3.13) Finalmente, al definir las funciones f*, g* y h*, es posible calcular los valores de U'*, en cualquier instante. Por otro lado, la continuidad de la respuesta del modelo en sus diferentes zonas tensoriales esta garantizada por la continuidad en carga-descarga de las funciones f*, g* y h*. El modelo requiere de once pardmetros que pueden obtenerse a partir de los resultados de dos ensayos triaxiales drenados 0 no drenados, Ademés, otros dos parametros de forma se pueden obtener ajustando los resultados tedricos con los experimentales, iguiendo algunos procedimientos sencillos, es facil generalizar el modelo para que pueda simular fenémenos como la anisotropia, la preconsolidacién y la viscosidad, aunque a costa de aumentar el ntimero de parametros del modelo. Puede asimismo, simular el comportamiento tanto de las arenas como de las arcillas bajo carga monoténica o alterna (ref 26). 59 Uno de los mayores inconvenientes que presenta este modelo es que la matriz N de la ec 5.3.8 no es simétrica, de tal manera que al introducir el modelo en programas de elementos finitos el consumo de tiempo es excesivo y por tal motivo su uso ha sido muy restringido. Un aspecto interesante de este modelo octolineal es que facilmente puede generalizarse a uno no lineal (ref 27). De las comparaciones te6rico experimentales se ha encontrado que el modelo puede sufrir algunas inconsistencias cuando se tratan de simular solicitaciones de cortante. Por otro lado, pueden surgir problemas de no convergencia para ciertos intervalos de los parémetros de! modelo (ref 35). Por ultimo, aun al aplicar ciclos moderados de carga-descarga la trayectoria de respuesta en esfuerzos efectivos siempre se desplaza hacia el origen indicando la licuacién del suelo, aun en el caso de las arcillas. En las figs 5.3.1 y 5.3.2 se presentan algunas comparaciones te6rico experimentales para el caso de un caolin sometido a una serie de ensayes triaxiales drenados en carga monot6nica y alterna. En la 5.3.3 se muestran los resultados de una serie de ensayes no drenados en carga monotonica para el mismo material. 6. CONCLUSIONES Del estudio de los modelos constitutivos presentados en este trabajo y de las comparaciones teérico experimentales aportadas por sus autores, se pueden establecer las siguientes conclusiones: 1) La teoria de la plasticidad, la cual ha mostrado una amplia capacidad para simular el comportamiento de los sélidos cristalinos, parece requerir de modificaciones importantes cuando se desea adecuarla al comportamiento de los suelos, el cual depende de su composicién mineralégica, de su historia de formacién y de su historia de cargas. A pesar de que la plasticidad clasica ha dado algunos buenos resultados para simular el comportamiento de los suelos bajo ciertas condiciones, parece inevitable que los conceptos de normalidad y de flujo asociados deberan desecharse o modificarse para poder simular adecuadamente el comportamiento de los suelos bajo cualquier condicién de solicitacién. Sin embargo, debe tenerse cuidado de no caer en los problemas de unicidad e inestabilidad que se han encontrado cuando se hace uso de otras reglas de flujo, sobre todo bajo condiciones dindmicas (ref 34). No obstante, esto no quiere decir que la teoria de la plasticidad deba ser desechada 0 que tenga que ser excesivamente complicada y manejar una serie de funciones no 61 62 3) conocidas 0 un grupo complejo de superficies de fluencia sino, més bien, que requiere de la formulacién de nuevos mecanismos que provengan de un amplio conocimiento del comportamiento de los suelos. Los modelos del estado critico han demostrado ser adecuados en la simulacién del comportamiento axisimétrico de los suelos normalmente consolidados (modelo de Cambridge) 0 preconsolidados (modelo de Pender) ademas de su simplicidad y del bajo ntimero de parametros requeridos. Sin embargo, su generalizacién atrayectorias tridimensionales no parece una tarea sencilla. Por otro lado, la derivacién hacia los modelos con cubierta (0 de cap) ha permitido cubrir un espectro mas amplio del comportamiento de los suelos y le ha dado una mayor versatilidad, de tal manera que pueden cubrir los aspectos de jimensionales. anisotropia y carga alterna, para ciertas solicitaciones tri Empero, los modelos del estado critico, al ser basicamente plasticos, no escapan a los problemas que impone el uso de las reglas de flujo sean estas asociadas © no asociadas. Los modelos endocrénicos han mostrado algunas ventajas sobre el resto de los modelos en cuanto a simular el comportamiento ciclico de los suelos; no obstante, parece evidente que atin requieren de ciertas modificaciones y adecuaciones, puesto que como lo ha establecido el propio Valanis, el modelo original viola la segunda ley de la termodindmica provocando problemas de inestabilidad. Las versiones actuales de estos modelos han logrado corregir este problema, pero todavia quedan por resolver otros, como los problemas de unicidad en la solucién de problemas de propagacién de ondas. Aunque el mismo Valanis no considera que este tipo de problemas sean relevantes en la aplicacién del modelo (ref 19), otros autores opinan que estos aspectos deben ser clarificados antes de continuar con su desarrollo (ref 29). Otro aspecto de este modelo que ha sido criticado, es que requiere de una excesiva capacidad de memoria cuando se integra a un programa de elementos. 4) 63 finitos, puesto que toda la historia de deformacién en sus seis dimensiones debe ser almacenada para calcular cada nuevo incremento. Los modelos hipoelasticos surgen de la teorfa establecida por Truesdell en 1955, donde establece una relacién entre el tensor velocidad de aplicacién del esfuerzo y el tensor velocidad de deformacién por medio de una funcién tensorial g. La idea basica de estos modelos es la de tratar de identificar esa funcién por medio de los resultados de laboratorio realizados en probetas de las cuales se conoce toda su historia de cargas. A partir de ahi, es posible determinar el comportamiento para cualquier trayectoria de solicitacién, por medio de interpretaciones con las trayectorias conocidas. Al utilizar una serie de pardmetros, es posible ajustar la funcién g al caso especifico de un material. En general, los modelos que consideran un comportamiento tridimensional requieren de un gran ntimero de pardmetros y de grandes capacidades de memoria, asi como de tiempos de cémputo excesivos cuando son integrados en programas de elementos finitos, por lo cual estos modelos no han tenido aplicaciones practicas importantes. Actualmente, un modelo constitutivo para suelos Ginicamente puede resultar de utilidad cuando logra satisfacer las siguientes condiciones: a) Su algoritmo asegura la estabilidad, unicidad y continuidad de la respuesta. b) Es objetiva, es decir, no depende de un sistema de referencia especifico. ° Es capaz de considerar diversas condiciones de frontera. d) Demanda cantidades razonables de memoria y tiempo de cémputo. e) Requiere un ntimero razonable pequefio de pardmetros los cuales, preferentemente, pueden obtenerse a partir de los ensayes usuales de laboratorio 0 de campo y ademés tienen un significado fisico. 64 Por otro lado, los aspectos de generalidad del modelo para considerar cualquier tipo de material y cualquier trayectoria de carga, no resultan ser importantes. Finalmente, se puede comentar que la plasticidad y modelos del estado critico analizados en este trabajo no han dado todavia una respuesta definitiva al modelado del comportamiento de suelos. Es necesario continuar el desarrollo de modelos, los cuales por mutacin y seleccién conduciran a una mejor representacié6n matematica de su comportamiento, BIBLIOGRAFIA Anandarajah, A M y Datalias, Y F (1986), Bounding Surface Plasticity, III Application to Anisotropic Cohesive Soils, Journal Engineering Mechanics, 112(12), EUA, 1292-1318 Ansal, A M, Bazant, Z y Krizek, R J (1980), Endochronic Models for Soils, International Symposium Soils Cyclic Transient Loading, Swansea, ed Balkema, Reino Unido Bazant, Z P, Ansal, A M y Krizek, R J (1982), Endochronic Models for Soils, Soil Mechanics Transient and Cyclic Loads, John Wiley and Sons, Reino Unido Bazant, Z P, Krizek, R J y Schieh, Ch (1983), Hysteretic Endochronic Theory for Sand, Journal Engineering Mechanics, 109(4), EUA, 1073-1093 Burland, J B (1965), The Yielding and Dilation of Clay, Geotechnique, 15(2), Reino Unido, 211-214 Carter, | P, Booker, | Ry Wroth, C P (1980), A Critical State Model for Cyclic Loading, International Symposium Soil Under Cyclic and Transient Loading, ed Balkema, Swansea, Reino Unido Chambon, R y Darve, F (1980), Incremental Constitutive Equations for Soils and Applications to Cyclic Loadings, Soils Under Cyclic and Transient Loading, ed Balkema, Swansea, Reino Unido, 399-410 Dafalias, Y F y Herrmann, L R (1968), Bounding Surface Plasticity Il: Application to Isotropic Cohesive Soils, Journal Engineering Mechanics, ASCE, 112(12), EUA, 1263-1291 65 66 10. Dib 12. 13, 14. 15. 16. Dafalias, Y Fy Herrmann, L (1980), A Bounding Surface Soil Plasticity Model, Soils Under Cyclic and Transient Loading, ed Balkema, Swansea, Reino Unido, 335-346 Dafalias, Y F (1986), Bounding Surface Plasticity |: Mathematical Foundation and Hypoplasticity, Journal Engineering Mechanics, ASCE, 112(9), EUA, 966- 987 Dafalias, Y F (1987), An Anisotropic Critical State Clay Plasticity Model, Constitutive Laws for Engineering Materials, ed Elsevier, EUA, 513-522 Darve, F, Rojas, E y Flavigny, E (1985), On a Constitutive Description of the Cyclic Behaviour of Clays, Proc 5” International Conference Numerical Methods Geomechanics, Nagoya, Japén, 349-364 Dane, F, Flavigny, E y Rojas, E (1986), A Class of Incrementally Non-Linear Constitutive Relations and Applications to Clays, Computers and Geotechnique, 2, Reino Unido, 43-66 Darve, F y Chau, B (1987), Constitutive Instabilities in Incrementally Nonlinear Modeling, Constitutive Laws for Engineering Materials, ed Elsevier, Tucson, Arizona, 301-310 Duncan J M y Chang, C Y (1970), Nonlinear Analysis of Stress and Strain in Soils, Journal Soil Mechanics Foundation Division, ASCE, 96 (5), EUA, 1629- 1653 Gudehus, G y Kolimbas, D (1979), A Constitutive Law of the Rate type for Soils, 3% International Conference Numerical Methods in Geomechanics, Aquisgran, Alemania, 319-330 17, 18. 19, 20. 21 22. 23. 24. 25. 67 Gudehus, G (1984), Introduction, Results of the International Workshop on Constitutive Relations for Soils, ed Balkema, Grenoble, 3-8 Gudehus, G (1984), Evaluation of the Workshop, Results of the International Workshop on Constitutive Relations for Soils, Grenoble, 489-494 Gudehus, G y Kolymbas, D (1985), Numerical Testing of Constitutive Relations for Soils, 5 International Conference Numerical Methods in Geomechanics, ed Balkema, Nagoya, Japén, 63-82 Houlsby, G T, Wroth, C P y Wood, D M (1982), Predictions of the Results of Laboratory Tests on a Clay Using a Critical State Model, Results of the International Workshop on Constitutive Relations Soils, ed Balkema, Grenoble Lade, P V y Duncan, J M (1973), Cubical Triaxial Tests on Cohesionless Soil, Journal Soil Mechanics Foundation Division, ASCE, 99(10), EUA, 793-812 Lade, P V y Duncan, J M (1975), Elastoplastic Stress-Strain Theory for Cohesionless Soil, Journal Geotechnical Engineering Division, ASCE, 101(10), EUA, 1037-1053 lade, P V (1978), Prediction of Undrained Behavior of Sand, Journal Geotechnical Engineering Division, ASCE, 104(6), EUA, 721-735 Lade, P V y Oner, M (1984), Elasto-Plastic Stress Strain Model, Parameter Evaluation and Predictions for Dense Sand, Results of the International Workshop on Constitutive Relations for Soils, Grenoble, 159-174 lade, P V (1987), Behavior and Plasticity Theory for Metals and Frictional Materials, Constitutive Laws for Enginering Materials Theory and Applications, ed Elsevier, EUA 68 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34, Marti, | (1982), A Consulting Engineer's View of the Objectives of Soil Constitutive Models, Results of the International Workshop on Constitutive Relations for Soils, ed Balkema, Grenoble, 485-487 Mendelson, A (1968), Plasticity: Theory and Application, Mac Millan Company, New York Mroz, Z (1982), On Isotropic Hardening Constitutive Models in Soil Mechanics, Results of the international Workshop on Constitutive Relations for Soils, ed Balkema, Grenoble, 489-496 Mroz, Z (1984), On Isotropic Hardening Constitutive Models in Soil Mechanics, Results of the International Workshop on Constitutive Relations for Soils, Grenoble, 463-469 Nemat-Nasser, S (1984), Rate Type Relations, Results of the International Workshop on Constitutive Relations for Soils, Grenoble, 471-475 Pender, M J (1978), A Model for the Behaviour of Overconsolidated Soil, Geotechnique 28(1), Reino Unido, 1-25 Pender, M J (1980), Cyclic Mobility - A Critical State Model, Soils Under Cyclic and Transient Loading, ed Balkema, Swansea, Reino Unido, 325-334 Pender, M J (1982), A Model for the Cyclic Loading of Overconsolidated Soil, Soil Mechanics-Transient and Cyclic Loads, G N Pande y O C Zienkiewics editors, John Wiley, Reino Unido Pooroshab, H B, Holube, | y Sherborne, A N (1966), Yielding and Flow of Sand in Triaxial Compression: Part |, Canadian Geotechnical Journal, 3(4), Canada, 179-190 36. 37. 38, 39, 40, a. 42 69 Prévost J H (1975), Mathematical Modelling of Monotonic and Cyclic Undrained Clay Behaviour, Norwegian Geotechnical Institute, Report 51412, Noruega, 1-21 Prévost, J H y Héeg, K (1977), Plasticity Model for Undrained Stress-Strain Behaviour, Norwegian Geotechnical Institute, N° 118, Noruega, 27-33 Prévost, J H (1978), Plasticity Theory for Soil Stress-Strain Behavior, Journal Engineering Mechanical Division, ASCE, 104(5), EUA, 1177-1194 Prévost, J H (1978), Anisotropic Undrained Stress-Strain Behavior or Clays, Journal Geotechnical Engineering Division, ASCE, 104(8), EUA, 1075-10909 Prévost J M (1979), Mathematical Modeling of Soil Stress-Strain-Strength Behavior, 3 International Conference Numerical Methods in Geomechanics, Aquisgran, Alemania, 347-362 Prévost, J M (1987), Modeling the Behavior of Geomaterials, International Short Course on Constitutive Laws for Engineering Materials, Theory and Applications, Tucson, Arizona, 1-35 Rojas, E, Romo, M P e Hiriart, G (1988), Comportamiento Mecanico de Suelos: Leyes Constitutivas (segunda etapa), Instituto de Ingenieria, UNAM, informe interno N° 8515 Rojas, E, Romo M P e Hiriart, G (1989), Modelo Constitutivo para Simular el Comportamiento de la Arcilla del Valle de México, Series del Instituto de Ingenieria, UNAM, N° 522 70 43. 44, 45. 46. 47. 48. 49. Sandler, | S y Rubin, D (1987), The Consequences of Non Associated Plasticity in Dynamic Problems, Constitutive Laws for Engineering Materials, Theory and Applications, ed Elsevier, Tucson, Arizona Sandler, 1S, DiMaggio, F Ly Baladi, G Y (1976), Generalized Cap Model For Geological Materials, Journal Geotechnical Engineering Division, ASCE, 102(7), EUA, 683-699 Schofield, A y Wroth, P (1960), Critical State Soil Mechanics, McGraw Hill, Ltd, Reino Unido Truesdell, C y Noll, W (1965), The Non-Linear Field Theories of Mechanics, Handbook of Physics, vol III (3), ed Springer, Berlin Scott, R F (1984), Plasticity and Constitutive Relations in Soil Mechanics, Journal Geotechnical Engineering Division, ASCE, 111(5), EUA, 563-605 Valanis, K C y Read, H C (1982), A New Endochronic Plasticity Model for Soils, Soil Mechanics-Transient and Cyclic Loads, John Wiley & Sons, Ltd, EUA Valanis, K C y Read, H E (1987), Endochronic Plasticity Basic Equations and Applications, International Short Course on Constitutive Laws for Engineering Materials, Universidad de Arizona, Tucson, Arizona Fig 2.1.1 Curva esfuerzo-deformacién de un metal sujeto a tension Fig 2.1.2a Endurecimiento isotrépico 71 72 Fig 2.1.2b Endurecimiento cinemético Fig 2.2.1 Criterio plastico de Tresca Fig 2.2.2 Criterio plastico de von Mises (a) Fig 2.3.1 Criterio plastico de Mohr-Coulomb Fig 2.4.1 Modelo plastico de superticies miitiples de Mroz-Prévost ——— Experimental Tedrico oa -% £2.43 % %=1.30% 70.35% os 75 © Experimental Tedrico ol + o —» 1 10° 10% 10° 10% 1 10" 10? 10 10% N(ciclos) N (ciclos) (a) {b) (o,-O,)/2 04, (a,-o,)/204, 10 — Experimental 7 © Experimental —— Teérico Tedrico o.s| os oO. 9 < €y=0.2% S S oa 3 ol =0.75% 2 é & 02 S02 | o| { g-o2 §-0.2 = 3 (€y))2 0.75% Bog Boat (ev) = 3% 1 1 -0.6! i ~ 1 10! 10* 10> 10% 1 10 10° 0 10 N (ciclos) N (ciclos) (ce) (d) Fig 2.4.2 Ensayes ciclicos de corte con: (a) deformacién controlada, (b) esfuerzos controlados y ciclicos triaxiales con (c) deformacién controlada y (d) esfuerzos controlados, para la arcilla de Drammen (OCR = 4) op 76 co oOo 0 Tz /Py oal oak | | oat -08 70a 7020020806 No) oaf 722) /P I oa |__| ° “os -04 02 0 of 0& 06 Na) 03 T2/P1 o2 oa o -01 -02 ° 0.25 0500.78 7.00 p/p, Fig 2.4.3 Ensaye de corte ciclico a deformacién controlada 77 Hipérbola Ndcleo eldstico 1° F(P?,J°,a2,R,12)=0 (b) Fig 2.5.1 Superficie limite y regla de mapeo radial para material (a) istropo y (b) anisétropo 78 250 a(kPa) 200] 180 r09] 50) ° 30 wo 50 200. 250-300-350 ~~<400 P (kPa) Oe 5 Ss €\(%) €\(%) Fig 2.5.2 Comparacién te6rico experimental para diversos ensayes triaxiales en compresién no drenada 0.40 resion e 20) a/pp | comoresi ocr:s er ocr:8 ulk Po) o o.20f- as ok 5 8 2 -2ob sh Compresidn 0.10] PolkPa) 300 386 414 \ ock 5 8 12 Experim, 0 0 & ocr=12 Teérico olkPa) 380 386 414 Experim. © 0 teerie : ocr 6 0 \ q ei) 52 44 oe worl orn ns . Teérico 69] » \ Nt WOME ~0.20f- aX 20 \ LL Extensién OCR=6 Extensidn PolkPo) $52 414 A 100} Experim. a # -0.40) 4 1 L L L Tedrico — oe a0 6 (%) Fig 2.5.3 Comparacién tedrico experimental para diversos ensayes triaxiales en compresién y en extensién no drenada Superficie de falla ‘Superficie de fluencia Fig 2.6.1 Forma de las superficies de fluencia y de falla para el modelo de Lade 79 80 He Incremento total de la deformacidn plastica Deforma de expansidn Deformacién pldstica de colapso JE 05 fF by Fig 2.6.2 Obtencién de la deformacién plastica seguin el modelo de Lade 1500}- , = 1500}- . _ Compresién triaxial g Compresién triaxial ‘% ¢ =43.0° S $ =42,8° S = 80 KN/m? z = 200 kN/m? 2 S = 00! © oooh. 1000} © i009] S 5 509} (a) g4 aa — Ew e L i eo 10 €(%) 1800]. 2 1 1000} 1 Compresidn triaxial e $ =43.5° = 300 kN/m? 509] = 4 = + F +2b €(%) €(%) Fig 2.6.3 Comparaciones teérico experimentales de cinco ensayes triaxiales drenados efectuados en una arena densa 81 82 (kg/om?) are z a: (kg/em?) =o z q Fig 2.6.4 70 20 30 40 50 ot oy p=— 3 (kg/cm?) Comparacién teérico experimental para una serie de ensayes triaxiales no drenados efectuados en arena 83 Vector incremento de deformacién pldstica pel Inp Fig 3.1.1 Comportamiento caracteristico de las arcillas i < vB eA My Fig 3.1.2. Superficie limite en la teoria del estado critico 84 Compresign virgen “K Yo Tr Estado critico L > pel Po inp Fig 3.1.3 Obtencién de los parametros v,, 4 y T del modelo a Regla de flujo 2 no asociada Regla de flujo asociada Q OP, Po PoP P (a) (b) Fig 3.2.1 Superficie de fluencia de Roscoe-Hvorslev 85 a(kN/m?) 309] zoo re ee re ‘y 4B 0. 1 L J 1 — ° joo 300-300-400 10 20 p(kN/m?) €(%) (a) {b) Fig 3.2.2 Comparaciones teérico experimentales para un ensaye triaxial no drenado (OCR = 1) a(kN/m?) {kN /m?) 300}- 200) 200 fp PIO OC 109) 109] 1 1 1 1 % 100 200 10 20 p(kN/m?) € (%) (a) (b) Fig 3.2.3 Comparaciones tedrico experimentales para un ensaye triaxial no drenado (OCR = 2) 86 a(k Pa) 140] 100} oT z 3 ae €\(%) (a) q(k Pa) 140 @=———— Estado critico 160 180) 220 260 300 (b) 340 (kPa) Fig 3.3.1. Comparacién teérico experimental para un ensaye triaxial no drenado efectuado sobre un caolin 87 u(k Pa) /Ges al 0.80 200} 0.68 0.48 109} 0.20 o 0 TO0o 2000 Ciclos Fig 3.3.2 Comparacién teérico experimental para una serie de ensayes triaxiales ciclicos no drenados efectuados sobre Ia arcilla de Drammen 1000 - cond Ciclos €\(%) 0 1000 2000 Ciclos Fig 3.3.3 Comparaciones teérico experimentales para una serie de ensayes ciclicos triaxiales no drenados con diversos grados de preconsolidacién 89 Envolvente /—Criterio de de falla 7 / Non Mises Regia de flujo _———— asociado > _7—Cubierta eek “% Reglo de flujo asociade Fig 3.4.1 Envolvente de falla y cubierta segin el modelo de Sandler Deformacidn pldstica esfuerzos Cubierta —_ Dilatancia Movimiento de la cubierta Fig 3.4.2 Mecanismo de comportamiento del modelo de Sandler 90 Qe pldstica La cubierta alcanza elestado de esfuerzos Fig 3.4.3 Limite de la dilatancia 240 oy (psi) | ~-—— tedrico 160) yop-—— Experimental Fig 3.4.4 Comparaciones teérico experimentales para una arena deformada axialmente 1 s(k Pa) 50. 92 / fy %e) 3 Ciclo 1 s(kPa) 50: J 4 4 y (%) (c) Ciclo 10 s(kPa) 50: Ciclo 2 s(kPa) 50: vy (%) 03 (d) Ciclo 300 Fig 4.2.1. Comparaciones tedrico experimentales para un ensaye de corte ciclico con esfuerzo vertical de 192 kPa 93 Fig 4.3.1 Acoplamiento de dos unidades viscoelasticas de Maxwell Fig 4.3.2. Ensaye de carga ciclica 94 59/2184 sozsarysa sajualajlp UO 091|2}2 2402 ap sadesua ap ayias bun eued sajequauujiadxa 02119) sauo|seredWioD EEF B14 008 91919 OL 91919 2 01919 191919 008 01919 OL 91219, Zo1919 L 91919 zo zo (x a4, Kuso) 20. 20 (Bz ie sbalisoys ‘ca! #90 990 oaks 590. 590 (He (% ‘oslysd) uplopwsoyap ap pnyjdwo ony sil(js02 MM (Bu selysaya ‘achyed)a upioowsojap ap pnyijdwo ofog =o 38d 000Z="0 384 0006 3sd 00¢="0 95 29 familia de super- ficies de carga 18 familia de super- ficies de cargo Fig 5.1.1 Modelo plastico con cuatro zonas tensoriales 96 Criterio de falla de Mohr-Coulomb Fig 5.1.2. Modelo pléstico con seis zonas tensoriales 8 8 _ o—4 Experimental S —--7 Calculado a) © 1 e4 2 ° o 2 4 0 02 04 06 08 03 (kg/om?) 1 (%) Fig 5.2.1 Comparaciones te6rico experimentales para una arena densa sujeta a trayectorias complejas de esfuerzos 8 o — 03 (kg/om?) o——~ Experimental = Caleulado Fig 5.2.2 3 (kg/em?) €; (%) Comparaciones tedrico experimentales para una arena suelta sujeta a trayectorias complejas de esfuerzos 97 pp OIE oie 520 € 0.05 &y oork 25 oy Tesrico —— oy ee 20] me -010 008-0020 doa 008 ore DIS 020 1 Fig 5.3.1 Comparaciones te6rico experimentales para una serie de ensayes triaxiales drenados monoténicos y de carga alterna efectuados en un caolin 99 u rt -01) 0.08 -0.05}- I &v -oork [a 010-008-002 0002 008 10 or ore, 1 Fig 5.3.2 Comparaciones teérico experimentales para una serie de ensayes triaxiales drenados monoténicos y bajo carga alterna efectuados en un caolin 100 oh Tecrico —— Exp. 4,¥ OW Toe OSE OG oe Oe Oe 020 Fig 5.3.3 Comparaciones tedrico experimentales para una serie de ensayes monoténicos no drenados

Você também pode gostar