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Mitologia del narcotraficante en México Luis A. Astorga A. Noy y Ava [’ He ap | Ql 1 | LBD E SD SV! “> hy WSs | rel: ’ Pn eT A ye ses iy TLS AED UD o ERG i i ! en Oo HEGH. TOD He Swe % Ou caved! YD : “Pele HOS KO DERE Als FOS SOKA hy i ee ora ea AL RA _ apem eli RAR “ AEE Sm RON, (& CUS) we ws © ¥ Ry RE, cc BAS a hh A Re eg a MITOLOGIA DEL "NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO Luis A. Astorga A. Primera edicién en Plaza y Valdés, enero de 1995 Primera reimpresién en Plaza y Valdés, octubre de 1996 Segunda reimpresién en Plaza y Valdés, 2004 "No existen fendmenos morales, existe solamente una Interpretacion moral de los fenodmenos" Mas alld del bien y del mal F. Nietzsche © Luis A. Astorga A. © Universidad Nacional Autonoma de México © Plaza y Valdés, S$. A. de C. V. Derechos exclusivos de edicion reservados para Plaza y Valdés, S.A. de C.V. Prohibida la reproduccién total o parcial por cualquier medio sin autorizacion escrita de los editores. Editado en México por Plaza y Valdés, S.A. de C.YV. Manuel Maria Contreras, 73. Colonia San Rafael México, D. F., 06470. Teléfono: 5097 20 70 editorial@plazayvaldes.com Francesc Carbonell, 21-23 Entlo. 08034 Barcelona, Espafia Teléfono: 9320 63750 Fax: 9328 04934 pyvbarcelona@plazayvaldes.com ISBN: 968-856-386-2 impreso en México / Printed in Mexico INDICE Introduccion 2... ee 9 I. Masalladelbienydelmal ............ 15 II. Limites de las clasificaciones ........... 23 HI. Enfoques ........ 0.000.000 eee 29 IV. Lo pensable y lo enunciable ............ 35 V. Algunas condiciones sociohistéricas de posibilidad .. 2... 45 VI. Arquetipos 2.2.0... 00... 00000008, 69 Vil. Corridos: ética, estética y mitologia ......, 91 VIII. Cultura, violencia, identidad y catarsis .. 2... 135 INTRODUCCION P.. lo menos desde finales del siglo XIX, diversos gobiernos europeos y estadunidenses empezaron a considerar el cultivo, trafico y consumo de ciertas plantas y algunos de sus compo- nentes y derivados como tema de interés, preocupacién y de intervencion estatal. Problematizado y abordado por ellos de diferentes maneras a través del tiempo, el fendmeno conocera dos formas dominantes de intervencion, resultantes de esque- mas de percepcion que privilegian ya sea la salud 0 el aspecto juridico-policiaco. La idea subyacente es que un cuerpo fisico y un cuerpo social sanos son necesarios para el mantenimiento del orden y el logro del bien comin. Desde un principio, ambas formas de intervencion coexistie- ron y tuvieron un peso especifico muy desequilibrado. En la actualidad el modelo juridico-policiaco, desarrollado amplia- inente e impuesto por los gobiernos estadunidenses, se ha con- vertido en el patron universal a seguir, en algunos casos pot convicciones convergentes y en otros por presiones evidentes o cufemizadas, transfiguradas en algunos discursos politicos en constancia del autoconvencimiento. En México, el discurso oficial acerca del trafico de farmacos prohibidos establece -desde finales del régimen anterior (82- 88), y como eco de las tesis reaganianas— que éste debe ser cousidetado como asunto de “seguridad nacional” y de salud, y 9 INTRODUCCION Pp ot lo menos desde finales del siglo XIX, diversos gobiernos europeos y estadunidenses empezaron a considerar el cultivo, trafico y consumo de ciertas plantas y algunos de sus compo- nentes y detivados como tema de interés, preocupacién y de intervencion estatal. Problematizado y abordado por ellos de diferentes maneras a través del tiempo, el fendmeno conocera dos formas dominantes de intervencion, resultantes de esque- mas de percepcion que privilegian ya sea la salud o el aspecto juridico-policiaco, La idea subyacente es que un cuerpo fisico y un cuerpo social sanos son necesarios para el mantenimiento del orden y el logro del bien comin. Desde un principio, ambas formas de intervencién coexistie- ron y tuvieron un peso especifico muy desequilibrado. En la actualidad el modelo juridico-policiaco, desarrollado amplia- mente e Impuesto pot los gobiernos estadunidenses, se ha con- vertido en el patron universal a seguir, en algunos casos pot convicciones convergentes y en otros por presiones evidentes o cufemizadas, transfiguradas en algunos discursos politicos en coustancia del autoconvencimiento. En México, el discurso oficial acerca del trafico de farmacos prohibidos establece -desde finales del régimen anterior (82- 8), y como eco de las tesis reaganianas— que éste debe ser considerado como asunto de “seguridad nacional” y de salud, y 9 Luis A. Astorga A. su combate como “razon de Estado”. Generalmente, ésta se ha invocado para combatir a todos aquellos designados como ene- migos por quien ha sido instituido como la figura legitima para expresarla e imponerla, o pata anular otros contenidos que ya no se consideran validos o pertinentes. Si los contenidos son multiples, en un Estado determinado solo existe un numero limitado de agentes sociales que pueden invocarla legitimamen- te y en algunos es unicamente uno. La “razon de Estado" es el arbitrio legitimado por excelencia. Basta la voluntad de quien la encatna y una declaracion publica y en forma para establecer el contenido histéricamente finito de la abstraccion. Hay gobiernos que estarian tentados a invocar la “razon de Estado” para asignarle un contenido opuesto al del combate al trafico de farmacos prohibidos, y otros que han actuado preci- samente en ese sentido, en algun momento, sin necesidad de invocarla (Bolivia, 80-81). La "razon de Estado” es también valida en su ambigiiedad: por la cantidad de funcionarios inmis- cuidos. La lectura ambigua no la sugiere el propio discurso, construido precisamente para evitarla, sino el mundo de la expetiencia sensible. En cuanto a la “seguridad nacional", se ha empleado como formula conceptual detras de Ja cual esta la idea de un poder corruptor externo que mina las instituciones politt- cas y civiles, y olvida que desde el interior de algunas institu- ciones, especialmente las orientadas hacia la coaccion, se ha organizado sin “contaminacion” exterior el funcionamiento ex!- toso de lo que se combate. Sin una ruptura con el esquema y las categorias de percepcion dominantes, la produccion simbolica acerca del trafico de dro- gas y los traficantes esta condenada a elaborar problematizacio- nes limitadas a una matriz de sentido legftima: el discurso performativo —que crea las cosas al nombrarlas— de la “razon de Estado”. El lenguaje de autoridad que ésta genera no explica, determina, impone un cierto sentido con pretensiones universa- 10 MITOLOGIA DEL "NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO les. En ese dominio epistemolégico no hay debate posible sino circularidad y disciplinamiento intelectual, orden en el terreno simbolico, complemento del orden buscado en el terreno social al neutralizar de manera esporadica, permanente o definitiva al arquetipo del criminal moderno, “sea quien sea”, peto con una clerta predileccion, a juzgar por la frecuencia estadistica, por aquellos cuyo perfil social, econédmico y cultural muestra que son menos criminales que los que realmente son: una mas de las formas estructurales de la solidaridad invertida, potencialmente explotable politicamente con programas ad-hoc de duracion Incierta. Las estimaciones acerca del dinero del trafico de drogas y las estadisticas de encarcelados por delitos contra la salud y deco- misos privilegian lo cuantitativo sobre lo cualitativo. El dinero es el fin y las drogas el medio mas rentable. Términos como camorra, peégre, maffia o yakuza, que designan originalmente y primordialmente un cierto tipo de grupo social, tienden a ser desplazados por el de “cartel”, palabra que designa una organi- zacion de tipo basicamente econdmico. Hay sin duda una exa- geracion al atribuirle el nombre de “cartel” a todo grupo organizado o no dedicado al trafico de drogas. A menos que las autoridades cuenten con pruebas, desconocidas por el publico, que les permitan designarlos de esa manera. En realidad, se basan en especulaciones, intuiciones, hipotesis y deducciones a partir de elementos fragmentarios y raros: la palabra de algun informante al que se le ha prometido proteccion oficial o la reduccion de la condena; una hoja suelta que mostrarfa una supuesta estructura organizativa; o la constatacién temporal de que los diferentes grupos conocidos no se eliminan entre si. La transformacion del lenguaje apunta a la creacién de un campo semantico con vocacion universalista, cuyos principales signi- licantes son extraidos de la economia y del derecho: “cartel” y narco”. I] ral Luis A. Astorga A. La distancia entre los traficantes reales y su mundo y la pro- duccion simbdlica que habla de ellos es tan grande, que no parece haber otra forma, actual y factible, de referirse al tema sino de manera mitoldgica, cuyas ant{podas estarlan represen- tadas por la codificacién juridica y los corridos de traficantes. Asi, el codigo empleado en este trabajo para su retraduccion tampoco escaparia completamente a la naturaleza del mito, en el sentido de Lévi-Strauss. Decia Bufinel que le bastaba ver el primer minuto de una pelicula para saber como iba a terminar. De la produccion simbélica dominante acerca del trafico de farmacos prohibidos y los traficantes, el socidlogo, una vez realizada la necesaria — ruptura epistemoldgica, puede decit algo equivalente. Nada mas facil y comodo que abordar problematicas como la mencionada con esquemas maniqueos, que se ignoran como tales, alimenta- dos por el pensamiento substancialista y las categorias de per- cepcidn del sentido commun. Sin duda, una especialidad rentable pata escribas de “empresarios morales” y aspitantes al manda- rinato en el campo académico. Buhuel mencionaba también que cuando el material con el que contaba pata realizar una pelicula era insuficiente introducia suefios, igual o mas importantes, y en todo caso indispensables, para el resultado final de la obra, como recordaran los cinéfilos. Esto hace pensar en la situacion que se le presenta al socidlogo cuando analiza el tema del trafico de farmacos prohibidos y los traficantes: observa la produccion simbolica pertinente para el objetivo trazado, sintetiza lo con- sultado, ve los limites de lo acumulado y recurte a los corridos. El socidlogo no puede abordar el tema de manera heterodoxa sin despertar sospechas de todos los bandos y bandas en pugna, de ahi la dificultad para explorar la vida de los verdaderos traficantes: en el mejor de los casos corre el riesgo de que se le considere “soplén” en potencia o “complice". Asi las cosas, el material con e] que trabaja consiste generalmente, por no decir 12 MITOLOGIA DEL "NARCOTRAFICANTE’ EN MEXICO totalmente, en imagenes mediatizadas —arquetipos construidos socialmente~; entre éstas hay una que todavia es accesible y, a urerenela de las demas, se encuentra mds cercana al mundo de a tracantes: los corridos que se anuncian como de “mafia” o . No es seguramente la mejor forma de acercarse a su cosmovi- sion y a sus fundamentos éticos, pero es una de las posibles, esta allt y no es menos digna de interés que otras. Ademas permite ilustrar —de manera minima~, con el apoyo de las experiencias vividas durante muchos ajfios en Sinaloa, entrevistas explorato- flas —-mas ilustrativas de percepciones individuales sobre el tema global en un momento determinado, pero no infrecuentes en los mismos medios sociales de origen—y platicas informales un enfoque relacional que evita caer en la unica alternativa que dejan los puntos de vista oficiales, dentro y fuera del Estado, y No pocos de los corridos de traficantes: la condenao la apologta Para quienes estan acostumbrados a pensar en temas como el trafico de farmacos prohibidos y los traficantes con los esque- mas y categorias de percepcion dominantes (en el discurso oficial y sus vatiantes en la prensa, radio, television, circulos académicos y reportajes novelados), les resultara quizé sorpren- dente y a algunos hasta inutil y sin sentido su cuestionamiento Lo mas dificil en sociologia es enfrentarse a las certezas del sentido comun, sobre todo en un terreno donde un fenodmeno social sumamente complejo es reducido a una simple lucha de buenos contra malos. . Las anotaciones y cohstrucciones teoricas que orientan la Investigacion y que se desprenden de ella no estan alli pata cubrir un requisito de formalidad académica, o por el placer de hacer mas pesada o “distinguida” la lectura, como podrian pensar aquellos lectores no acostumbrados a las reglas del juego del campo académico: son herramientas propias de la disciplina y del campo cientifico. Cuando se trata de ciencias sociales y 13 Luis A. Astorga A. particularmente de la sociologfa, no se duda en pedirle al autor una adaptacion de su lenguaje al de un mitico “lector medio”. En otras palabras, se le pide que abandone precisamente aque- llos elementos de su trabajo que matcan la diferencia entre la ciencia y la opinion o el ensayismo; se le pide que olvide el producto del esfuerzo cientifico por romper con el sentido comun. En el fondo, se Je pide que haga literatura o periodismo, o de preferencia una combinacion de ambos, pero no sociologia. Se ignora la logica propia, la particularidad, las diferencias esenciales entre cada uno de esos campos de la produccion simbolica. La curiosidad, el interés y una disposicion favorable para jugar con las reglas propuestas son indispensables para leer este trabajo, que espero motive a pensar de otra manera y a diversi- ficar los analisis de un tema poco estudiado en México. 14 I MAS ALLA DEL BIEN Y DEL MAL E. uno de sus famosos aforismos Nietzsche sefala: "no existen fendmenos morales, existe solamente una interpretacion moral de los fenédmenos”.! Posicién contraria a una tradicion fi- losofica inspirada en Kant productora de especulaciones acerca de la “cosa en si”, ejemplo de "pequefio incubo imaginatio” como lo llama en la Genealogia de la moral. Para el autor Ia moral en s{ no existe, no hay fenodmenos que sean malos O buenos en si mismos. Es el ser humano concreto quien atribuye Juiclos de valor a los distintos fenédmenos. Pero no todo set lumano tiene el poder de crear juicios e imponerlos simultanea- inente. | E] Juicto acerca de lo “bueno” y de las acciones "buenas” dice Nietzsche, tiene su origen en los “hombres distinguidos”, los “poderosos”, en aquellos que son “superiores por su situa- ction y elevados sentimientos”, quienes se consideraron a sf inismos como “buenos” y a sus acciones “buenas”, en oposicién 1 odo aquello que consideraban "bajo, mezquino, vulgar y ' IK Nietzsche, Par-deld bi at: 1 OF. » far-dela bien et mal, Paris, Gallimard (Col. Idées), 1971, 15 Luis A. Astorga A. ‘ populachero”. “De lo alto de ese sentimiento de la distancia se arrogaron el derecho de crear valores y determinarlos".2 Al analizar la etimologia de la palabra “bueno” en diversas lenguas, afirma que su sentido en todas ellas se deriva de una ‘misma transformacion de ideas: “la idea de ‘distincién’, ‘noble- za’, enel sentido de rango social, es la idea madre de donde nace y se desarrolla necesariamente la idea de‘bueno’ en el sentido de ‘animicamente distinguido’, y la de ‘noble’, en el sentido de ‘tener un alma de esencia superior’, ‘animicamente privilegia- do’. Y este desarrollo es siempre paralelo a aquel que termina por transformar las nociones de ‘vulgar’, plebeyo’, ‘bajo’ en la de ‘malo’”.3 - Sefiala algunos ejemplos de lo que llama “la transformacion del concepto politico de la preeminencia en concepto psicolo- gico”: la nobleza griega designada por el poeta Teognis como "los veraces”: modificacion subjetiva, dice, de la palabra esthlds (“noble”) que significa “alguien que es, que tiene realidad, que es real, que es verdadero”. Y la casta sacerdotal, los “puros ,en contraposicion a las demas castas, los “impuros", términos a partir de los cuales “se desarrolla posteriormente una diferencia entre ‘bueno’ y ‘malo’ en un sentido que ya no esta limitado a la casta”.4 | Al igual que Nietzsche, Durkheim nos pone en guatdia contra la comodidad y el maniquefsmo que permean las creencias del sentido comin. Nos invita a renunciar al habito de juzgar como buenas o malas en si mismas y para todos los tipos sociales a instituciones, practicas y maximas morales.> En una linea de 2F. Nietzsche, La généalogie de la morale, Paris, Gallimard (Col. Idées),1964, p. 28. Subrayado original. 3 Ibid., p. 31. 4 Ibid., pp. 33, 36. | | 5 Cfr. Emile Durkheim, Les régles de la méthode sociologique, Paris, P.U. F., 1981, p. 37. 16 MITOLOGIA DEL “NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO razonamiento cercana analiza lo que parece incontestable a los ojos de los criminologos: el caracter patolégico del crimen. Escribe: “Un hecho social es normal para un tipo social deter- minado, considerado en una fase determinada de su desarrollo, cuando se produce en la media de las sociedades de esta especie, consideradas en la fase correspondiente de su evolucién”.6 Afirma que el crimen tiene todos los sintomas de la normalidad, porque aparece ligado a las condiciones de existencia de toda vida colectiva, de ahi que una sociedad exenta de crimen sea imposible. El crimen, continua, “consiste en un acto que ofende ciertos sentimientos colectivos, dotados de una energia y clari- dad particulares”. El derecho penal existe, segiin él, para proteger los sentimien- tos colectivos de un pueblo. La condicion del éxito de éstos reside en Ja intensidad con que los resienta la comunidad entera y en la fuerza que ésta genere para movilizarlos e imponerlos. Pero esos sentimientos no son undnimemente compartidos. La unanimidad y la uniformidad de criterios es imposible. Entre las razones que anota para explicar la diversidad de las conciencias se encuentran el medio fisico, los antecedentes hereditarios y las influencias sociales. De esas divergencias, prosigue, habra algunas que sean consideradas por la “conciencia comin” como de caracter criminal porque se alejan del “tipo colectivo”. Y si ésta tiene fuerza y autoridad pata debilitar esas divergencias, entonces las marcara como criminales. De todo lo anterior deriva que el crimen no tiene nada de morbido y que el criminal no es un pardsito o un ser radicalmen- te asocial, sino un “agente regular de la vida social”. Sin embar- go, en las conclusiones de ese apartado parece marcar un compromiso personal con el hombre de Estado y con el derecho penal, como si éstos estuvieran por encima del fenomeno ana- © Ibid., p. 64. Luis A. Astorga A. lizado y cuyo objetivo fuera precisamente la busqueda del mejoramiento de la sociedad, de una especie de “evolucion moral”./ Por su parte, Canguilhem escribe: "lo anormal no es lo que no es normal, sino otro normal [...] El hombre normal es el hombre normativo, el ser capaz de instituir nuevas normas, incluso organicas [...] Entre 1759, fecha de aparicion de la palabra normal, y 1834, fecha de aparicion de la palabra norma- lizado, una clase normativa ha conquistado el poder de identi- ficar -bello ejemplo de ilusion ideoldégica— la funcion de las normas sociales con el uso que ella misma hacia de aqueilas cuyo contenido ella determinaba”. En fin, “el concepto de dere- cho, tratese de geometria, moral o técnica, califica lo que resiste a su aplicacion de torcido, tortuoso © de izquierda”.® Bourdieu? ha sefalado ya el poco espacio que se le ha dedicado al efecto propio del derecho en las reflexiones acerca de las relaciones entre lo normal y lo patologico. El derecho, dice, es "instrumento de normalizacion por excelencia”. Con el tiempo puede pasar del estado de ortodoxia al de doxa, en el sentido de "adhesion inmediata a lo evidente, a lo normal, como cumplimiento de la norma que se anula como tal en su realiza- cion”, A ese efecto de normalizacion le llama también “efecto de 7 Tbid., pp. 64-75. 8 George Canguilhem, Le normal et le pathologique, Paris, P.U.F., 1966, pp. 87, 135, 177, 183. Benveniste anota: "Lo que es derecho se opone en el orden urvado; ahora bien, como derecho equivale a justo, urvado, sera identificado con pérfido, menti- ya indo-europea” (E. Benveniste, Le vocabu- | 2, Paris, Ed. de Minuit, 1969, moral a lo que es torcido, ¢ honesto, su contrarlo, torcido, c roso, etc. Esa representacion es laire des institutions indo-européennes, VO p. 14). 9 Véase Pierre Bourdieu, "La force du droit. Eléments pour une sociologie du champ juridique", en Actes de la Recherche en Sciences Sociales, n° 64, septiembre de 1986, pp. 3-19. 18 - MITOLOGIA DEL "NARCOTRAFICANTE’” EN MEXICO universalizacion”, que considera como uno de los mecahismo a través de los cuales se ejerce la dominacion simbolica: consa. pra los ptincipios practicos del estilo de vida simbdlicamente dominante bajo la forma de un conjunto formalmente coheren . i reglas oficiales. Reglas destinadas a ser observadas por to- esti eens Sociales independientemente de sus diferencias El derecho es también, dice, "la forma por excelencia del poder simbolico de nominacion que crea las cosas nombradas en particular los grupos”. Los agentes sociales que monopolizan la construccion de sus contenidos y la comercializacién de los servicios que de alli se generan son los juristas. La constitucion del campo juridico es inseparable de la instauracion de ese ti- po de monopolio por esa clase de profesionales del derecho. E] funcionamiento de ese campo esta martcado por una retorica de la autonomia, la neutralidad y la universalidad desde hace si- glos, senala. La adhesion de los profanos a la creencia en las do primeras, referidas tanto al derecho como a los juristas, con ti tuye el fundamento mismo de lo que llama la “ideolo A; fe. sional del cuerpo de juristas". ee Pero no de cualquier parte del espacio social surgen los principios practicos o las rei#indicaciones éticas, continua, que los Juristas someten a un trabajo de formalizacién y generaliz clon. En realidad, “el verdadero legislador no es el redactor de la ley sino el conjunto de agentes que, determinados por los intereses y las coacciones especificas asociadas a sus posiciones en los diferentes campos (campo juridico, pero también campo re tgloso, campo politico, etc.), elaboran aspiraciones o reivin- ) icaciones privadas y oficiosas, las hacen acceder al estado de problemas sociales’, organizan las expresiones (atticulos de pr sa, obras, plataformas de asociaciones o partidos, etc.) ) las presiones (manifestaciones, peticiones, tramites ete ) destina. das a ‘hacerlos avanzart’. Es todo ese trabajo de sonstruccién y 19 Luis A. Astorga A. de formulacién de representaciones lo que consagra el trabajo juridico, agregandole el efecto de generalizacion y universali- zacion que encierra la técnica juridica y los medios de coercion que ésta permite movilizar”. Sefiala también que los intereses, valores y visién del mundo de los juristas son muy similares a los de los dominantes, de ahi que las probabilidades de desfa- vorizarlos en sus opciones plasmadas en los textos juridicos sean muy teducidas. O pata decirlo en términos de Berger y Luckmann, "quien tiene el gatrote mas grande tiene la mejor oportunidad para imponer sus definiciones de la realidad”.10 Un ejemplo ya clasico de estudio sociolégico donde se entre- mezclan los aspectos mencionados anteriormente es el realizado por Howard Becker!1, al desarrollar en su libro Outsiders lo que llama la “Teoria interaccionista de la desviacion”. El autor sena- la que cuando una etiqueta como "desviado” es tomada como valida en si misma, en realidad se estan aceptando los valores del grupo que hace el juicio. La desviacion, dice, es una creacion social: “los grupos sociales crean la desviacion al crear las reglas cuya infraccion constituye una desviacion, y al aplicar esas teglas a gente en particular y etiquetarlos como outsiders [...] El desviado es aquel a quien la etiqueta le ha sido aplicada con éxito; la conducta desviada es la conducta que la gente etiqueta de esa manera”. La desviacion no es una esencia sino el resultado de una interaccion. Es por ello que un sujeto puede ser visto por otros como outsider, continua, pero a su vez este puede considerar como outsiders a quienes lo juzgan, y desarro- llar ideologias que explican por qué él y los suyos estan en lo cierto y quienes los desaprueban y castigan en el error. La actividad desviada se aprende socialmente. E] individuo 10 Peter L. Berger y Thomas Luckmann, The Social Construction of Reality, London, Penguin University Books, 1971, p. 127. 11 Howard S. Becker, Outsiders. Studies in the Sociology of Deviance, New York, The Free Press, 1973. 20 MITOLOGIA DEL "NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO empieza entonces a participar en una “subcultura” organizada en torno a esa actividad. Asimila y recrea la vision que se gene- ra en ese mundo; se reconoce y lo reconocen como miembro; su identidad es creada y modelada a imagen y semejanza de sus colegas. El rechazo a las instituciones y reglas morales del mun- do convencional tienden a formar parte de los razonamientos que hacen los grupos desviados de su propia practica, anota. La creacion de reglas y su reforzamiento, dice, es un acto emptendedor, de ahi que a los agentes sociales interesados en ello les ame “empresarios morales” y a Ja accion que realizan “empresa moral”, porque lo que se proponen es “la creacion de un nuevo fragmento de la constitucién moral de la sociedad, su cédigo de lo bueno y lo malo”. EI prototipo del creador de reglas serfa el reformador-cruza- do. La calificacion le parece adecuada porque en general, dice, cree que su misiOn es santa, se apoya en una ética absoluta en la que todo es totalmente malvado, por lo que cualquier medio esta Justificado para realizar sus objetivos. Quienes dominan las “cruzadas morales", agrega, son aquellos que estén colocados en los niveles mas altos de la estructura social, lo que implica un doble reforzamiento de su poder. Los cruzados que tienen exito al crear la regla, crean al mismo tiempo y en virtud del mismo acto un nuevo grupo de“outsiders. Sin embargo, se les presenta una paradoja: el éxito de la cruzada deja a los cruzados sin vocacion, lo cual los lleva a convertirse en descubridores profesionales de maldades si no quieren abandonar su razon de ser. En fin, cuando analiza algunos aspectos pertinentes del pro- ceso social que dio origen a la prohibicion del opio y de la marihuana en los Estados Unidos, observa que la creacion e im- posicion de la regla creo al mismo tiempo al outsider, el merca- do negro y a la institucion policiaca encargada de combatirlos. En un estudio no menos clasico que el mencionado, Goffman analiza una forma de categorizacion social relacionada estre- 21 Luis A. Astorga A. chamente con las reflexiones anotadas anteriormente: el estig- ma. El término, dice, fue inventado por los griegos “para refe- rirse a signos corporales con Jos cuales se intentaba exhibir algo malo y poco habitual en el status moral de quien los presentaba [...] En la actualidad, la palabra es ampliamente utilizada con un sentido bastante parecido al original, pero con ella se desi ena preferentemente al mal en si mismo y noa sus manifestaciones corporales”. Y agrega, “el normal y el estigmatizado no son personas, sino, mas bien, perspectivas”.!2 Otra forma de negat la vision substancialista y maniquea de los fenomenos sociales y de los juicios de atribucion. 12 Erving Goffman, Estigma. La identidad deteriorada, Buenos Aires, Amo- rrortu Editores, 1980, pp. 11, 160. 22 II LIMITES DE LAS CLASIFICACIONES E. hecesario retener las anotaciones epistemoldgicas citadas para empezar a abordar el estudio del “narcotrafico” y de los “narcotraficantes”. De las palabras surge un primer problema. Dice Escohotado que el término “narcotico”, proveniente de} griego narkoun que significa adormecer y sedar, era hasta prin- cipios del siglo XX aplicado sin connotaciones morales a sus- tancias inductoras de suefio o sedacién: “Al incorporar un sentido moral, los narcoticos‘petdieton nitidez famacologica y pasaron a incluir drogas nada inductoras de sedacion o suefio, excluyendo una amplia gama de sustancias narcoticas en senti- do estricto”.!3 Le parece mas apropiado recuperar la palabra y el significado que inventaron los griegos (phdrmacon) para referirse a sustancias que podian ser remedio y veneno al mismo tiempo. En esa doble propiedad !levaran inscritas sus posibles derivaciones éticas: los farmacos seran buenos 0 malos depen- '3 Antonio Escohotado, Historia de las drogas, vol. 1, Madrid, Alianza Editorial, 1989, p. 19. 23 Luis A. Astorga A. diendo de las dosis y de las formas de uso, pero no en si mismos, ni en funcion de quienes los utilizan. El término compuesto “narcotrafico” incluye una palabra (trafico) que tiene un doble significado: uno peyorativo y otro positivo. En el primero se le da el sentido de “comercio clan- destino, vergonzoso e ilfcito”; en el segundo, se entiende como "negociar” (traficar con), que nos lleva a “negocio” del latin negotium (nec-otium), “ausencia de ocio”.!4 Los usos sociales del primer sentido anotado parecen ser los dominantes, especialmente cuando se refieren al teérmino com- puesto. El segundo y la coexistencia de ambos parecen casi inexistentes e impensables si nos atenemos a la produccion simbélica dominante en ese terreno. Una imprecision concep- tual de principio se combina, en el caso de “narcotrafico", con un efecto universalizador de imposicion de sentido. Se habla de “narcoticos” para referirse incluso a sustancias que no lo son y de agentes sociales ("narcotraficantes”) considerados como crtl- minales, pero menos como hombres de negocios, o ambas cosas a la vez. Los términos significan solo en parte lo que pretenden abarcar, pero por su dominio simbolico pueden hacer creer que lo que en realidad hacen esta condensado en lo que dicen. Trafico y traficante de farmacos prohibidos parecerian ser de- signaciones mas apropiadas, si retenemos el sentido completo y original de los términos. El fenédmeno del “narcotrafico” parece ser un asunto que se ubica de manera especial en el dominio de una moral social historica, entendida no como esencia trascendente que se mate- tializaria en determinados momentos por quién sabe qué meca- nismos misteriosos, sino como una construccion social elaborada por agentes de carne y hueso en una época determi- 14 Para mayores detalles acerca de la palabra, su formacion y significado véase Emile Benveniste, Le vocabulaire des institutions indo-européennes, vol. |, Paris, Minuit, 1969, pp. 139-147. 24 MITOLOGIA DEL “NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO nada, incorporada como una segunda natutaleza e impuesta mediante un trabajo continuo y tenaz en forma de cédigo ético con pretensiones universales, plasmado particularmente en el derecho, y la utilizacion de la violencia legitima. En una sociedad determinada, los agentes sociales norman su conducta en funcion de cédigos preestablecidos producto de la historia. Historia convertida en leyes e instituciones, e historia incorporada en forma de habitus, como dice Bourdieu. Si bien el contenido de los codigos es cambiante, Jo invariable es la division general binaria: lo bueno y lo malo. Seres humanos, actos, cosas y pensamientos son asi clasificados y desplazados de uno a otto lado segiin las personas, grupos, culturas y épocas. Son criterios variables y sdlo tienen valor relacional, no en si mismos. No hay pues plantas ni agentes sociales intrinsecamen- te malos y perversos. Lo malo, lo perverso, lo criminal, etc., son Juicios eticos creados socialmente, mas o menos incorporados e Instituctonalizados. Son juicios relacionales e histéricos y su éxito depende del resultado de una relacion de fuerzas. Lo que antes no se prohibia, ahora sf; y quienes se dedican al cultivo y trafico de plantas y derivados ilegales o consumen los productos prohibidos son estigmatizados en funcion de la crimi- nalizacion de sus actividades, que tiene sus origenes en un momento histérico determinado. El consumo de élites y de mar- ginales se convierte en consumo de masas: cambian las escalas de la produccion y del consumo, asi como las de lo permitido y lo prohibido. Desde el Estado, pero como resultado de plantea- mientos de ciertos grupos sociales que han logrado convertir su ethos en politica, se impone una acci6n tutelar, una guia moral y lasalvaguarda de lo que ha establecido que deberia ser la salud de los habitantes; y represiva, sustentada en y derivada del monopolio de la violencia legitima. | Ciertas plantas y sus componentes no siempre han sido per- cibidas como dafiinas al organismo humano y no slempre han 25 Luis A. Astorga A. existido prohibiciones implicitas o explicitas y generalizadas. Han surgido en diferentes épocas, por diversas razones y al plantearlas:se ha pensado en ciertos grupos sociales y no otros. Quienes deciden genetalmente no se perciben como suscepti- bles de caer en alguna de las categorias estigmatizadas: se piensan por encima de todas. A través del tiempo y las culturas algunas plantas y sus com- ponentes quimicos cuyo cultivo, comercializacion, financia- miento, consumo, etc., se consideran hoy en dia actividades ctiminales, no lo eran antes, aunque se tengan noticias de prohibiciones aqui y alla.!5 Los periodos de aceptacion son mas frecuentes que los de prohibicién. El viraje que ha sido codifi- cado en nuestros dias en leyes penales es el producto de un proceso histérico reciente, de problematizaciones que encuen- tran eco y sostén en el Estado de bienestar!® y son paralelas a su desarrollo y transformacion. A su vez, esas problematizacio- nes no son ajenas a cierto tipo de efectos facilitados por la combinacion de la ciencia y la tecnologia: p. e., la invencion de la aguja hipodérmica (1850) y los avances de la quimica, en patticular la creacion de substancias a partir de las plantas estigmatizadas por unos y alabadas por otros (morfina, 1805; cocaina, 1859; heroina, 1874, comercializada y publicitada in- ternacionalmente por la firma Bayer en 1898 como remedio para la tos!7). Farmacos cuyos efectos sobre el organismo son mucho 15 Por ejemplo: el café fue prohibido un tiempo en fa Rusia zarista con penas de tortura y mutilacion. En Egipto (1378-1393 D.C.) existio la pena de arrancar un diente a los fumadores de haschisch. En China, se expiden alrededor de 40 decretos, entre 1729 y 1836, contra el opio y se establecen penas de estrangu- lamiento, decapitacion o mutilacién del labio superior para los fumadores (Véase A. Escohotado, op. cit., vol. 2, pp.28, 96, 280; también Christian Bachmann y Anne Coppel, Le dragon domestique. Deux siécles de relations étranges entre l'’Occident et la drogue, Paris, Albin Michel, 1989, p. 56). 16 Cfr. Bachmann y Coppel, op. cit., pp. 31, 74. 17 Jbid., pp. 108-109. 26 MITOLOGIA DEL “NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO mas potentes que los producidos por las formas de consumo habitual conocidas hasta entonces. De ahi el surgimiento de in- toxicaciones y dependencia que empiezan a preocupar cuando el consumo se extiende socialmente. Aquella vision equilibrada acerca de los farmacos, que algu- na vez compartieron ciertas culturas, va a ser desplazada por el dominio cada vez mayor de otra vision que retiene principal- mente los aspectos negativos y que extiende a los agentes sociales que no los perciben de la misma forma. Este fenémeno que algunos han llamado “cruzada farmacolégica” (Escohota- do) y otros “demonologia toxicomaniaca” (Bachmann y Cop- pel), va a tener como principales apoyos a militantes religiosos ortodoxos, protestantes sobre todo, juristas, policias y ciertos sectores del cuerpo médico. Se construye asi parte de la vision de un nuevo orden moral y social valido no solamente pata un pais en particular, sino para el mundo entero. Los “emptesatios morales”, como dice Becker, mds activos en ese terreno surgen cn los Estados Unidos, al mismo tiempo que ese pais empieza a destacar como lider en la escena internacional. Promueven las conferencias internacionales donde se discutita y codificara la prohibicion de cierto tipo de farmacos y las formas de combatir su produccion, distribucién y consumo. Establecen un “modelo de intervencién” (Bachmann y Coppel). Al prohibir lo que antes era permitido se traza el limite que separa lo criminal de lo que no lo es, lo legitimo de lo ilegitimo. los empresarios y los consumidores de antes, se convierten en (raficantes” y en “enfermos” o "viciosos”. Se crea asimismo a los especialistas encargados de combatir ese tipo de crimen y a vse tipo de criminales. E] mercado no desapatece; al contrario urge el mercado negro. Continuan la oferta y la demanda ast vomo la diversificacién de las mercancias y la formacién de verdaderas corporaciones que para sobrevivir y dominar en su lvtreno se enfrentan entre s{ y con quienes los combaten de 2/ Luis A. Astorga A. diversas maneras: acuetdos para reparticion de tertitorios, fu- sion de las corporaciones, eliminacién fisica de los adversarios mediante el uso de la violencia armada, y otra mas sutil pero no menos eficaz como es el establecimiento de relaciones organi- cas de corrupcion con quienes los combaten desde la legalidad, a saber policias, jueces y politicos. Se llega incluso a negociar acuetdos cupulares entre jefes de corporaciones y dirigentes politicos, militares y de servicios secretos a cambio de favores mutuos en situaciones patticulares.18 La invocacion de la “razon de Estado” sitve también para justificar todas las hipocresias. 18 Por ejemplo, para el desembarco en Sicilia en 1944, el gobiemo estadunt- dense pidid ayuda a Lucky Luciano. Dos afios después fue liberado por servicios rendidos a la patria con la condicion de irse a Italia. Otros autores dicen que no existe una confirmacion del papel desempenado por Luciano, pero no niegan la colaboracion entre la mafia siciliana y las fuerzas militares estadunidenses. En la guerra de Indochina, los militares franceses controlaban la produccién de opio. En la misma region, la CIA empieza a intercambiar armas por opio desde los afios cincuenta (Bachmann y Coppel, op. cit., pp. 393, 459, 460; A. Escohotado, op. cit., vol. 2, pp. 344-345; Raimondo Catan- zaro, El delito como empresa. Historia social de la mafia, Madrid, Taurus Ediciones, 1992, p. 184, nota 17). O la colaboracion entre los traficantes y el ejército colombianos contra el M-19 y gente de izquierda, a raiz del secuestro de una hija de Fabio Ochoa en 1982 (Cfr. Fabio Castillo, Los jinetes de la cocaina, Bogota, Editorial Documentos Periodisticos, 1988, pp. 113-114; Alvaro Camacho Guizado, Droga y Sociedad en Colombia, Bogota, CIDSE- Universidad del Valle Fondo Editorial CEREC, 1988, pp. 119-120). 28 Iil ENFOQUES EF; tl asunto del trafico de farmacos prohibidos, los estudios que dominan Ja escena estan, valga la expresion, “indexados” a las areas que los gobiernos estadunidenses han designado como prioritarias, es decir a sus agendas particulares y a sus categorias de percepcion: relaciones bi o multilaterales y aspectos juridi- cos, policiacos, militares y técnicos. Muy atras vienen los rela- tivos a la educacion y a la salud, y al final los estudios propiamente sociolégicos, que ademas de raros son poco y mal difundidos, | El enfoque bi o multilateral es una resefia de datos y declara- clones oficiales donde los estadunidenses construyen la vision de su gobierno, desde éste 0 la academia, y los estudiosos y luncionarios de otros paises hacen lo mismo desde la posicién contraria, EJ resultado es facilmente previsible: imputaciones mutuas 0 Hlamados a la colaboracién, segun las coyunturas y (ambién los intereses e inclinaciones de quienes conforman los bandos. Los estudios hechos en los Estados Unidos reflejan general- mente un mayor interés por la historia oficial u oficiosa del lcnomeno en los paises involucrados que la inversa. Podria 29 ___Inis A. Astorga Av ee decirse que esos estudios son "“creativos”, en el sentido de creacion de una determinada vision de las cosas, mientras que los de los demas son “reactivos”, es decir que no existen por si mismos, sino en funcion de un esquema ya preestablecido y solo para atribuirle generalmente lo contratio al contenido de la percepcidn original que sitve de referente. En la vision estadunidense oficial acerca de los farmacos prohibidos prevalece un enfoque basado en una teoria economi- ca que privilegia la oferta sobre la demanda. Se atroga ademas el derecho de atribuir juicios éticos a otros paises y se evita aplicarlos a si mismo. Se construye asi una vision desde una posicion de fuerza donde se es juez y parte, lo que permite imponer las reglas del juego, ignorarlas pata si y cambiarlas a conveniencia. Al analizar la produccioén simbolica dominante acerca de lo que se considera "narcotrafico”, uno se encuentra recurrente- mente con dos efectos: el efecto “botellita de jerez”, caracteris- tico de los discursos oficiales (desde la burocracia, la academia o el periodismo) de los diversos gobiemos, particularmente de los de ambos lados del rio Bravo; y el efecto "Burundanga’, que implica rebotes multiples, pero con limites implicitos marcados pot quienes establecen y manipulan las reglas del juego. El "narcotrafico” ha sido tipificado como delito. No obstante, la disminucion de la actividad no parece estar a la orden del dia. Se estara presentando acaso un proceso de conversion criminal que da la impresion de crecet y abarcar cada vez mas esferas de la sociedad o se estara gestando una moral social contraria a la actualmente dominante? ,Por qué, por ejemplo, los campesinos pobres de las serranias no solo no denuncian a los traficantes que financian las siembras de plantas prohibidas en sus reglo- nes, sino que ellos mismos aceptan formar parte del negocio? ;Cémo se crean las condiciones para que comunidades enteras se dediquen al cultivo de esas plantas? No se puede alegar solo 30 MITOLOGIA DEL “NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO la Ignorancia, la pobreza o el terror de las armas, aunque variables Jueguen un papel muy importante. | me es ke vemninos economicos, es evidente la mayor rentabilidad ‘ uana, la amapola o la coca, respecto a cualquier otro cu tivo, pero quedatse alli implicaria atribuirles a los campesi- hos solo un ethos economico y no otro, como si no tuvieran conocimiento de las implicaciones legales (lo cual sucede) como SI sus valores morales no existiesen, o como si en la Vranas de estos el cultivo de plantas prohibidas hubiera tenido ete stempre mas Importancia que el de otros. En fin, como si n principio ya hubiese estado inscrita en su naturaleza una propension hacia una determinada racionalidad econdmica convertida en unico principio moral. En el fondo parece dibu- jarse un pragmatismo ético bastante flexible que Nevado a sus ul mas consecuencias podria derivar en el ethos econdmico d Itheralismo puro. mee Analizar el fendmeno como un problema de victimas y victi- narlos no parece tampoco lo mas apropiado. EI narcotrafico” constituye un campo en si mismo donde existen relaciones divisiones particulares entre los agentes sociales que lo confor. man, Hay cooperacion voluntaria y no sdlo coaccion Ha vompetencia y bastante feroz, como en cualquier otro cam 5 nde exista algo qué disputarse, pero también hay alianzas Tennbicas entre grupos para enfrentar tanto a la competencia ue * me los representantes de la legalidad que los com- - £n la cima de los enfrentamientos, hay dos cddigos éticos ue Cntran en colision. Por un lado esta un ethos econdmico “estado puro: la ganancia cueste lo que cueste y a costa de To ue seas y por el otro, una estructura legal que impone sanciones " hide ne talisme" que ha codificado lo permitido y biel O, que tiene el monopolio legitimo para establecer he we as del juego, que percibe mas alla de lo aceptado el riesgo perder precisamente ese monopolio; o el riesgo de enfrentar 31 Luis A. Astorga A. un poder “paralelo” que no se contentarla con ganar unicamente en ese terreno. Colombia seria un caso limite. El gran traficante como simbolo empresarial parecerfa una herejia y sin embargo comparte muchos elementos comunes con el empresario tipico. Podria incluso decirse que es mayor el riesgo que corre el traficante que el empresatio comun, porque aquél actiia fuera de la ley y artiesga su propia vida. El ethos del gran traficante en términos de liberalismo econdmico es mucho mds “puro” que el del empresario tipico, pues esta _desprovisto de toda moral que no sea la que crean el dinero y el poder. Ademas, esta dispuesto a romper todas las barreras imaginables para lograr que su producto llegue a los consuml- dores, y todo ello sin ningun discurso justificatorio de su acti- vidad, a excepcion quiza de los corridos donde se habla de traficantes. Paraddjicamente, son los grandes traficantes quie- nes encarnan el ethos empresarial idealizado por el neolibera- lismo en boga y han sido también los pioneros de la apertura comercial “moderna’.!9 En esta logica, el trafico de drogas viene a set una forma contemporanea de acumulacion origina- ria, donde se ha pasado de una produccion en pequena escala a una modalidad del agrobusiness y a la creacién de verdaderas corporaciones multinacionales. 19 Dice Hobsbawm que "en funcion de ellos mismos y de los principios de Adam Smith los consorcios de inversionistas de Medellin no se percibirian como més criminales que los aventureros ingleses y holandeses en el comercio de las Indias (incluido el opio), quienes organizaron sus cargas especulativas de manera muy similar” (Eric Hobsbawm, "Murderous Colombia”, en The New York Review of Books, 20 de noviembre de 1986, p. 35). En la revista Fortune se dice que “el comercio con drogas ilicitas es probablemente la industria que crece mas rapidamente y es incuestionablemente la mas rentable” (Louis Kraar, "The Drug Trade", en Fortune, 20 de junio de 1988, p. 27). Véase también Mario Arango Jaramillo, Impacto del narcotrafico en Antioquia, Medellin, Editorial J. M. Arango, 1988. El autor habla alli de lo que él denomina “el empresario contrabandista de drogas”. 32 MITOLOGIA DEL "“NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO El volumen de los capitales, la complejidad de las transaccio- hes financieras y la diversidad de los campos de inversién del dinero del trafico de drogas, sugieren una gtan capacidad de organizacion, de direccion, de administraci6n y de compra y sometimiento de conciencias. Sugieren una cierta eficiencia empresarial que no ha tenido que ser aprendida en instituciones prestigiadas de educacién superior. Muesttan, por otro lado, que no es requisito indispensable el haber militado en algun parti- do politico para montar una extensa red de conexiones politicas y policiacas, necesarias para el éxito de la actividad. Las anotaciones anteriores muestran ya la pertinencia de abordar el fendmeno desde otras perspectivas menos sujetas a intereses inmediatos y a efectos de las modas o de la mercado- tecnia. Las visiones diferentes son sin duda menos rentables en la logica de] mercado actual de la produccién simbolica. En Mexico, se han lanzado a la circulacién en este metcado vatios productos individuales y colectivos principalmente desde el Estado y la academia. Los medios de comunicacion han difun- dido ambas producciones de manera muy desigual con ventaja para el primero, y solo en casos aislados se han intentado construir, consciente e inconscientemente, ottas visiones, como enun cierto periodismo de investigacion y reflexion y en aquella produccion musical que se anuncia como corridos de “mafia” o de “contrabando”, muy conocida, difundida y apreciada princi- palmente en el norte de México. En ese panorama no muy amplio y desigual es comin encon- (rar trabajos que parecen emanaciones directas de asesores gubernamentales... sin nombramiento. Apologias de las medi- das gubernamentales centradas en la utilizacion del ejétcito y la policia judicial federal para combatir principalmente al ultimo eslabén de la cadena (campesinos pobres, desempleados, ’bu- tros", “mulas", “pizcadores de manzana”, “poquiteros", “pucha- dores”, etc.). Observar teatralizaciones montadas en los campos 33 Luis A. Astorga A. militares donde se queman, se dice, toneladas de droga, incluso en la ya supercontaminada atmosfera del D. F. (,Nos estaremos "horneando” sin darnos cuenta?); o puestas en escena en las oficinas de la PGR donde se “quema” a presuntos traficantes y se muestran, en el mismo plano visual, los objetos sin los cuales la designacion no tiene sentido: drogas y armas. O el funciona- miento de los medios de comunicacién como apoyo para la reproduccién de una vision uniformizadora. También hay recuentos histdricos de las presiones estaduni- denses hacia regimenes politicos mexicanos, o de otras nacio- nes, para que combatan la produccién de drogas. Discursos de la autoponderacién y del autoelogio de funcionarios de un sexenio determinado, que tienen en las acciones realizadas por otros funcionarios de sexenios ulteriores sus propias condicio- nes de validez. Exorcismos declarativos que afirman que Méx1- co es solo un “trampolin” del trafico de drogas. Descalificacion de quienes acusan desde el extranjero a funcionarios civiles y militares. Acusaciones que no se hacen desde el intettor proba- blemente por el miedo a desaparecer para siempre, pues los acusados son los que monopolizan la ejecucion de la ley: la del sentido juridico y la de la selva o ley fuga. En fin, existen también inventarios de las redes institucionales estadunidenses encargadas de elaborar la politica antidrogas. 34 IV LO PENSABLE Y LO ENUNCIABLE EF... formas existentes de abordar ta problematica —los limi- tes de lo pensable— son asimismo una muestra de algo que generalmente se olvida y que es indispensable incluir en todo trabajo sociolégico que aspire a ir mas alla de los lugares comunes: la produccion misma de sentido sobre el mundo social que contribuye a su construccion. E] sentido es elaborado desde diversas posiciones sociales y el resultado son los puntos de vis- ta, los cuales se presentan y se perciben como legitimos o ilegitimos. Reducidos entre si a esa dicotomia, se producen yse enfrentan continuamente en el terreno simbolico. En esa dialéc- lica, las practicas y los valores inherentes a esas posiciones y esquemas de percepcion se disputan la supremacia social. Cuando la rivalidad simbolica cuenta con un referente social de apoyo y éste va mas alla de ese ambito y se enfrenta incluso con las armas, surge una situacion que pone en juego la existen- cla misma de los bandos en conflicto. Esto sugiere una similitud formal entre los movimientos de guerrilla y el trafico de drogas, pues en los dos se dan enftentamientos con el Estado en el 35 | Luis A. Astorga A. _ terreno del monopolio de la violencia fisica y simbolica, lo cual ha dado pie para que gobiernos como el de los Estados Unidos asimilen ambos fenomenos y tiendan a tratarlos, a priori y desde hace algun tiempo, de maneta semejante. Se habla de "seguridad nacional” en ambos casos. Con una buena dosis de manipula- cién la similitud formal puede convertirse, y se ha convertido,20 en una asimilacion de sentido, en identidad semantica. Como nadie tiene el monopolio de las causas puras y Justas, y dado el pragmatismo de los agentes sociales de los campos en cuestion, tampoco seria adecuado negar a@ priori una posible cooperacion entre ellos. Lo que habria que hacer en ese caso es analizar en detalle las razones, las justificaciones y sus efectos practicos. En el caso del trafico de drogas nos encontramos desde un principio con una situacion de desequilibrio, pues la produccion simbolica mayoritaria es la legitima. La de los transgresores de la norma juridica casi no se expresa en textos escritos, sino basicamente en actos de clientelismo y en el cultivo de una hexis y un habitus -segun la terminologia de Bourdieu— particulares. Es decir, en la incorporacion de una historia social propia vivida y recreada como una segunda naturaleza, aspectos que se acom- pafian con muestras materiales de riqueza y poder. La produccion de sentido acerca del trafico de drogas y de los traficantes, se hace fundamentalmente desde un punto de vista que es el dominante y el legitimo: el gubernamental. Esie nos proporciona ya un objeto preconstruido, un dominio de signifi- cacion en el cual circulan todas aquellas producciones que 20 Véase Alvaro Camacho G. , op.,cit., Fp. 133-149, capitulo titulado "La narcoguerrilla: la construccion de una teorfa”. Menciona al entonces embajador estadunidense en Colombia, Lewis Tambs, y al senador Jessie Helms como los principales portavoces de esa teorfa. Para el cuestionamiento de las “eviden- cias” en los casos de Colombia y Peru, véase Rensselaer W. Lee Ill, “La conexion narco-guertilla”, en Revista Occidental, ano 7, n? 3, 1990, pp. 271-310. 36 MITOLOGIA DEL "NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO tespetan la norma, la regla del juego. Los corridos de traficantes como sublimacion de los enfrentamientos fisicos, éticos y esté- ticos, y el mismo estilo de vida de los traficantes, vienen a romper esa uniformidad en la produccién de sentido de ahf seguramente el éxito en ciertos grupos sociales y regiones su estigmatizacion en otros y otras. 7 Desde el punto de vista gubernamental, el trafico de drogas es una actividad ilfcita. Desde la perspectiva de los traficantes y de quienes dependen de ellos, seguin los corridos, es una forma de Vida en la que ésta se pone en juego. Para algunos es una eleccion, para otros una segunda naturaleza. Para quienes se arrlesgan y tienen éxito jugando en ambos bandos significa rqueza, poder e impunidad, pues cosechan las ventajas de los dos campos. En los corridos de traficantes, se habla de una forma de vida que ya es parte de la cotidianidad de los habitantes de varias cludades y regiones de México. Los corridos son una especie d retraduccion oral de lo visible (autos, armas, vestimenta otte, gestos, etc.) y una autocontencion de lo enunciable. No hablan, por ejemplo, abiertamente y con nombres de funcionarios ue sean traficantes ni la inversa; solo hay timidas refetencias el - licas y eufem{sticas en algunos de ellos; aunque a veces hablan de algun politico o militar real o mitico ya fallecido que jugaba en ambos bandos. Lo que relatan ya ha sido publicado on la ptensa y difundido por la radio y la television, o bien forma parte de mitos colectivos o de un trabajo de construccién de mitos Hs mu probable que algunos corridos sean hechos a peticion del inte. resado en "Inmortalizar” una cierta imagen de si mismo o de algun amigo. En los corridos se transmiten apreciaciones acerca de los traficantes y del trafico de drogas ilicitas generalment contrarias a las dominantes en los circulos gubernamentales , los que comparten la misma vision, pero que han encontrado publico en otros sectores sociales: no sélo entre los campesinos 3/ Luis A. Astorga A. pobres de las serranias, sino también entre jovenes y adultos urbanos de diferentes clases sociales con aspiraciones o no de enriquecimiento rapido. La visién gubernamental esta forjada por policias, abogados, politicos y académicos (sobre todo abogados y especialistas en relaciones internacionales). Los periodistas se han dedicado ge- neralmente a reproducirla, cuando no a magnificarla, y salvo tatas excepciones a ctiticarla y aportar elementos para juicios matizados. La visidn desde el terreno de los traficantes la elaboran los compositores de corridos, de quienes habria que conocer datos biograficos para saber qué tan cerca de ellos estan, han estado o no. Es quiza el tipo de mercado al que generalmente se han dirigido (nortenios de origen rural) y con el que se identifican, lo que los ha hecho reproducir en canciones lo que los propios traficantes (formados en el mismo universo social) escribirian probablemente de ellos mismos. El equiva- lente del "intelectual organico” para los traficantes seria el com- positor de corridos, verdadero creador de mitos constitutivos de su vision del mundo, de su filosofia, de su odisea social, de su forma de vida, de la transmutacion del estigma en emblema. Los corridos de traficantes no se escuchan solo en fiestas que ellos organizan o en cantinas: han ganado la calle y laaceptacion de otros sectores sociales. Es posible escucharlos en mercados, discotecas, casas y fiestas de particulares no relacionados con la actividad ilicita. En el gusto musical de los habitantes del noroeste de México (particularmente en Sinaloa) esos corridos han venido ocupando un lugar destacado en afios recientes. Hay jovenes de diversas clases sociales que conocen y aprecian tanto los ultimos éxitos de rock, como los corridos interpretados por algun grupo de musica nortefia o un solista acompanado por la tambora sinaloense. Los escuchan gente que porta radiocasete- ras en sus bicicletas, peatones con walkman, quienes tienen autoestéreo en auto compacto, camioneta “patona” o auto de 38 MITOLOGIA DEL “NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO superlujo. El éxito de esos grupos musicales en sus presentacio- hes en vivo ha sido tal, que no ha faltado quien se haya senti- do ofendido en su gusto porque un publico mayoritario ha preferido pagar por escucharlos, que asistir a conciertos gratui- tos de otros de un género musical diferente (salsa, p.e.). La mayoria, si no todos, de los personajes de corridos de traficantes son individuos de extraccién campesina o semiurba- ha, O que empezaron siendo pobres. No hay ninguno que siendo ya tico se haya dedicado al trafico de drogas ilicitas. Salieron del anonimato al hit-parade del traficante ideal tipico, gracias al lugar que Ilegaron a ocupar en la jerarquia interna o al que le atribuyen los corridos. No seria exagerado afirmar que esos corridos son una especie de memoria histdrica y cddigos de orlentacion ética para quienes se dedican a esa actividad o aspiran hacerlo: narran sus epopeyas y las luchas entre los héroes y los villanos, categorias que no corresponden a las de las versiones gubernamentales. En su mayoria originarios de regiones rurales, especialmente serranas, los traficantes acompafian su existencia con la misica de su gusto: corridos nortefhos y tambora sinaloense. Los corti- dos de traficantes tienen en un principio la musica norteha como acompanamiento, pero contribuyen a valorizat también la mu- sica tipica de una regidn donde han surgido algunos de los traficantes mas conocidos: Sinaloa. Ese gusto musical le dio una proyeccion mayor, al incrementar la demanda, a esos géneros musicales?! y también produjo una modificacion en los conte- nidos tradicionales de las canciones acompahadas por Ja tambo- *t En Colombia, por Ja influencia del gusto de los traficantes antioquefios, “Hasta la terrigena musica ha revivido, en la expresion de la Hamada misica de carrilera, que es la expresién sentimental del campesino recientemente urbanizado, con cruda y elemental letra y aire de corrido mejicano” (Mario Arango Jaramillo, op. cit., p. 30). El autor no cita ejemplos. El gusto de Carlos Lehder por la musica de John Lennon seria una excepcidn. 39 Luis A. Astorga A. ra. Sin embargo, al multiplicarse las zonas de cultivo de ama- pola y marihuana en México nada impide que surjan corridos acompafiados por otros géneros musicales existentes y caracte- tisticos de otras regiones. Alestablecerse en las ciudades, los traficantes serranos trans- portaron consigo una ética y una estética que les es particular: una forma de cultuta donde el culto de la violencia dirigida hacia todos aquellos considerados como impedimento pata la realiza- cién de sus fines ocupa un lugar destacado en la jerarquia de sus valores. Ante la ilegalidad de su actividad, las maneras de repto- ducirla y mantenerse en ella son el convencimiento, la corrup- cidn, cuando es necesaria, de quienes han sido nombrados pata combatirlos y el uso de la violencia armada. Otra forma de reproduccion, indirecta pero no menos importante aunque no tan consciente como las anteriores, se manifiesta en el terreno simbolico, en los corridos como expresion particular de su cultura, o de su estado de barbarie si se considera la cultura dominante como /a cultura. Alli se refleja parte de su historia real y también parte de su propia mitologia, los valores que defienden y le dan sentido a su existencia, asi como aquellos a los que se enfrentan, quiénes los encarnan o representan, y las interacciones que dan como resultado el éxito o el fracaso de aleuno de los bandos en pugna, y por lo tanto de su ethos. Segun la odisea relatada por los corridos, los personajes son hombres y mujeres con atributos como valentia, fiereza, osadia, astucia, etc. Por lo que independientemente de su actividad y posicion frente a la legalidad, o tal vez precisamente por ello, son dignos de respeto y merecen un lugar en el recuerdo, en el panteon de los traficantes ilustres: son valorados por los suyos. La pérdida de un personaje es una tragedia; desde el punto de vista contrario significa una profilaxis social. Desde el punto de vista gubernamental se ha venido constru- yendo en los ultimos afios un arquetipo del traficante, que estaria 40 . MITOLOGIA DEL *NARCOTRAFICANTE’ EN MEXICO tepresentado por una combinacion de Félix Gallardo y Caro Quintero: poca o nula educacion escolar, origen campesino o semicampesino, desalmado, prepotente, ci{nico, pero también habil, discreto y astuto. La presentacion oficial de los traficantes presos ante las camaras de television y fotdgtrafos de la prensa escrita, es también el montaje de un arquetipo ético y estético; ademas de criminal es “naco” (sin rasurar, despeinado, desvela- do, sucio, en camiseta o con la camisa abierta, sosteniendo un arma, etc.). Montaje que es objetivacion de las tesis de Cesare Lombroso (L’Uomo Delinquente) y de las técnicas fotograficas de presentacion publica de los delincuentes, inauguradas por Alphonse Bertillon, ambos del siglo x1x.22 En el montaje, se re- fleja y se pretende imponer una idea ya incorporada por quienes lo realizan: por el aspecto, no se puede ser otra cosa mas que un criminal, un “narco”. Para realzar las diferencias, los funciona- rios encargados de presentarlos publicamente aparecen vestidos con traje y corbata, aseados y bien peinados. | Se ha establecido una especie de arquetipo del mal, teprodu- cido de manera insistente por los medios de comunicacion, y ademas se ha creado un dominio de significacién donde el significante “narco” funciona como un multiplicador lexicold- pico, independientemente de su sentido etimologico (hay que ver aqui el efecto universalizador de la concepcion juridica acerca de los “narcoticos”). Ese multiplicador lingiiistico ejerce lal fascinacion, que quienes caen bajo su embrujo no diferencian ya las designaciones con fundamento en la realidad de la piro- lecnta verbal, cuya unica razén es el simple placer de acoplar letras. Las diferencias de lenguaje entre la letra de los corridos y la vision oficial (el limite seria la codificacién juridica) mar- can las distancias socioculturales entre los productores de una tip ata mayor informacion sobre la vida y obra de esos personajes véase Pierre Nurmon, Médecins et assassins a la Belle Epoque, Paris, Seuil, 1989. 41 Luis A. Astorga A. y otra vision. Los arquetipos que generan reproducen en el nivel cimbolico esas distancias, y en cierta medida la percepcion y valoracién de las trayectorias sociales mas probables: criminal o héroe. Al monopolio de la violencia legitima detentado por el Esta- do, le acompafia el monopolio de la violencia simbolica: es en esos dos terrenos que se da, cuando sucede, el enfrentamiento entre el Estado y los traficantes. El 2 de marzo de 1987, el gobernador de Sinaloa presento un Programa Estatal de Justicia y Seguridad Publica. Alli sealaba lo siguiente: “he convocado a la industria radiofénica al cambio en su programacion, supri- miendo la exaltacion a la violencia (...) Realizaremos acciones similares con la televisién y la prensa escrita”.2> Los corridos de traficantes eran uno de los motivos de preocupacion. Ni entonces ni en la actualidad los discos y casets han desaparecido de las discotecas, supermercados, tianguls y puestos ambulan- tes, ni han dejado de encontrar compradores. La prohibicion fue pata la difusion no para fa comnetcializacion. Los mecanismos de vigilancia no parecen haber sido muy estrictos, suponiendo que hayan existido, pues en el canal de TV de Culiacan se anunciaba (diciembre de 1990) un negocio de venta de camio- netas, ubicado en la colonia Tierra Blanca, con el fondo musical del corrido “La camioneta gris’. Esa prohibicion no especificaba si en ella estaban compren- didos también los corridos de Florentino Ventura y los que alaban las hazafias de otros policias y militares. Pues si bien es cierto que éstos son incluidos en los discos y casets que se anuncian como “corridos de mafia”, valoran al contrario, que es una forma de valorar al bando en el cual se encuentra, 2un cuando en tétminos cuantitativos los cortidos dedicados a trafi- 23 Cfr. Eleuterio Rios Espinoza y Juan José Rios Estavillo, Sinaloa, Sociedad y Violencia, México, Ediciones El Caballito, 1991, p. 65. 42 MITOLOGIA DEL "“NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO cantes sean mayoritarios. Tampoco si la prohibicién era exten- siva a canclones de otro género musical como “Amapola” interpretada incluso por Julio Iglesias; 0 “Marijuana boogi " uno de los temas de la pelicula Zoot suit. a En otro ambito, encontramos un ejemplo de la objetivacion de Ja tesis victima-victimarios arquetipica. El Consejo Nacio- nal de la Publicidad (CNP) ha lanzado una campania contra las drogas apoyada en Yuri, Mijares, Vicente Fernandez y ultima- mente Andrés Garcfa ("yo nunca he sido un santo, ni lo seré”) isa campafia esta inspirada en aquella que una funcionaria cstadunidense invento para los esposos Reagan, especialmente para Nancy Gust say no!, septiembre de 1986). El CNP echa mano de gente conocida del medio artistico mexicano para relatar minidramas al estilo de la televisién privada: de un campesino (“Jacinto Labrador”) que sembraba plantas >rohi bi- das, y de un pintor (”Juansoll”) y un rockero (“Rocky”) ue estan cn la carcel y ademas son farmacodependientes. Pero spor qué ho de un empresario o banquero ejemplar dedicado al "lavado’ de dinero? ,Por qué no de algun policfa, militar o funcionario ue vende proteccion a traficantes, o que suele guardarse la dro- rade mejor calidad para consumirla é] mismo, compartirla con los amlgos © hasta traficar por su cuenta? ;Por qué no al dn publicista del CNP? En fin, la lista podria ser muy large sepuramente no faltarfan nombres ingeniosos para desiznar a cada uno de esos personajes. Parece ser que para el CNP los nicos agentes sociales involucrados son campesinos pobres artistas O Jovenes con aspiraciones artisticas. En realidad su vision rectea y refuerza la percepcién dominante al limitar los casos posibles. one ees morales” de la campaiia privada contra las drogas ue Stas, como también aquellos que recomi " ojo" a los infantes contra los vosibles vanees sertialee de ndolescentes y adultos pedofilos: el “Chapulin Colorado”, "Cha- 43 Luis A. Astorga A. belo”, "El Tio Gamboin” y otros miembros distinguidos de la "eran familia televisa". Los “guias morales” no son personas sino personajes, es decir personas ficticias, cteaciones de los mass-media. De ali lo artificial, pues si bien nunca hemos visto a ninguno de esos personajes “arponeatse”", "darse un pericazo”, un “toque”, ingerir unos “diablitos", etc., frente a las camaras 0 ante un publico en vivo, tampoco sabemos si en lo privado lo ha- cen o lo han hecho, si jamas lo han hecho, o si alguna vez lo VY hicieron y ya no. En el mensaje se presupone la creencia com- a Eanes" ——-- ALGUNAS CONDICIONES SOCIOHISTORICAS DE POSIBILIDAD Eres la flor mds bonita que esta sembrada en el campo, una linda amapolita que has inspirado este canto” “Amapolita morada”, en Espajiol. Ejercicios., Quinto grado, SEP, 1972. P... {por qué el éxito de los corridos de traficantes en entidades como Sinaloa? Sera porque despiertan al traficante que muchos Hevan dentro? ;Porque el cultivo y trafico de plantas prohibidas y sus derivados es ya alli una actividad normalizada”? ¢Porque introducen un punto de vista diferente tespecto al trafico y a los traficantes? ;Porque crean nuevos mulos y arquetipos sociales locales facilmente identificables? 44 45 Luis A. Astorga A. . ,Porque forman parte de una cierta identidad social? Hay sin duda muchas otras preguntas posibles, algunas sin respuesta, otras con respuestas aproximativas. Pata movertse en este ultimo terreno es necesario recordar ciertas condiciones sociales histo- ricas de posibilidad. Segiin Escohotado, ni la amapola, ni la marihuana, para hablar de plantas que se cultivan en México, son originarlas de América: ambas fueron introducidas por los conquistadores. En Asia, hay tegistros escritos acerca del opio de hace cinco mil afios y se han encontrado restos de fibra de caflamo en China que datan de hace seis mil afios. Sefiala también ejemplos de los usos sociales de esas plantas a través del tiempo en diversas culturas como la griega, romana y arabe. Menciona especial- mente los usos del opio como tratamiento medicinal, ingerido de diversas maneras entre Jas cuales destaca la triaca, mezcla de di- ferentes especias, opio y miel, consumida generosamente por dinastfas imperiales. En forma menos elaborada, los pobres utilizaban el opio como panacea. Respecto a la manhuana, afirma que por Galeno se sabe que era ofrecida en reuniones sociales “para incitar a la hilaridad y el disfrute”.24 En Europa, Paracelso (s. XV-XVJ) se inspira en la triaca pata elaborar compuestos medicinales a base de oplo: specific anodyn y otro superior Ilamado /audanum. Postetiormente, al- rededor de 1660, ef médico inglés Thomas Sydenham crea un producto con menos componentes que el primero y lo designa con el nombre del segundo. Entre los consumidores de opio célebres se encuentran Richelieu, Luis XIV, Pedro de Rusia, Federico de Prusia, etc. Ya en el siglo XIX, los usos son muy variados: para aliviar males pulmonares, dolor de muelas, para el cansancio, para calinar el hambre, etc. En las farmacias, los 24 A Escohotado, op., cit., vol. 1, pp. 69, 76, 89, 172, 175, 257. 46 MITOLOGIA DEL “NARCOTRAFICANTE”-EN MEXICO productos a base de opio llevan etiquetas con leyendas como: el aniquilador de sufrimientos” o “el amigo de las mu jetes”. 25 Al igual que en Europa, también en el México del siglo XIX y probablemente desde antes, se consumfa laudano otros preparados a base de opio, ademas de vinos con coca y oi arri llos patentados de mariguana, como se puede comprobar ficil. mente en publicaciones especializadas de Ja época las jarmacopeas Mexicanas -la primera fue publicada en 1846— y Os anuncios en las paginas de algunos periddicos y revistas del D.F. y de provincla en ese periodo. Para tener una idea aproxi- mada de la dimension del fendmeno basta citar las estadisticas del porfiriato concernientes a las importaciones de opio entr 1888 y 191] : las cantidades maximas y minimas oscilaban entre casi ochocientos kilos y cerca de doce toneladas. Esas cifras solo son comparables con las cantidades de opio —reales principalmente potenciales—decomisadas y destruidas en el 5 en los ultimos ocho afios (1983-1991), si se acepta el acto de lusionismo estadistico de la Procuraduria General de la Re - blica (PGR) que transforma la erradicacién de cada hectitea sembrada de amapola en "destruccién” de lKg. de herofna. La sran diferencia es que a principios del Siglo XX México contaba con poco mas de 15 millones de habitantes y el consumo de liuda ) hoy otfos compuestos opiados, ademas de otros farmacos ya mencionados, era legitimo y usual.26 lean von OP., is PP. 27, 28, 32, 36, 40. Clientes de los i Francia: Appollinaire, Dali, Picasso, Blai , , Dali, , Bialse Cendrars, ware Jarry, Max Jacob, Jean Cocteau, etc. (/bid., p. 208). Personajes const. " ores regulates de laudano: Goethe, Novalis Goya, Byron, Keats, etc. (A HEC j 3 : | cote O: OP cit., vol. 2, p. 31). En gran parte, los ejemplos de los autores os de H.G. Behr, Weltmacht Droge. Das Geschaft mit der S Uusseldorf, Econ 2 Aufl, 1980 er eel ith (* ' < | I ws | ae a Parmacia, organo de difusion de la Sociedad Farmacéutica Mexi- an PY icada desde 1890, revistas como Gaceta de Policia y La Semana ‘traaa (D.F.); periddicos como El Demécrata Sinaloense y El Correo de la 47 Luis A. Astorga A. En San Francisco se expide un decreto (1875) que prohibe el uso del opio en los fumaderos: la medida concierne unicamente a los chinos. La ley federal de 1887 prohibe a los chinos importar opio y la de 1890 reserva para los estadunidenses el derecho de transformar el opio bruto en opio para fumar. La Opium Poppy Control Act de 1942 prohibe el cultivo de ama- pola en los E.U., excepto bajo licencia. En Inglaterra (1868) surge una campafia de salud publica con el fin de impedir que se den calmantes a base de opio a los nifos. En 1874 se crea una sociedad que luchara por la supresion del comercio de esa subs- tancia y en 1891 el parlamento lo condena . En 1908, un decreto reglamenta la importacion y venta del opio en Francia. En 1911 ya no existen los fumaderos en ese pais.*7 Por lo menos desde 1878 existia ya una preocupacion en México por controlar las denominadas "sustancias peligrosas” (morfina, sus sales y el opio, por ejemplo). En 1883 se agrega la mariguana a esa lista. En cuanto al laudano, el Codigo Sanitario de 1892 sefiala que quienes pueden prescribirlo son los médicos, farmacéuticos y las parteras. En 1920, las autori- dades sanitarias implantan la prohibicion del cultivo y comer- cializacion de la matiguana, considerada como uno de los productos que “degeneran la raza”. El cultivo de la adormide- ra se permite, al igual que la extraccion de sus productos, previa solicitud ante las autoridades. El 8 de enero de 1925, el presi- dente Calles expide un decreto, que deroga el del 23 de junio de 1923, donde se fijan las bases pata la importacion de opio, Tarde (Mazatlan, Sinaloa); Comercio Exterior de México. Estadisticas Eco- nomicas del Porfiriato, El Colegio de México, México, 1960, p. 214; Diario Oficial, 30 de enero de 1992. El analisis de los usos y percepciones sociales de los farmacos mencionados es parte de otra investigacton . 27 Bachmann y Coppel, op., cit., pp. 38, 198, 220, 228, Enciclopaedia Britan- nica, 1973, pp. 993-996. AS MITOLOGIA DEL “NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO morfina, cocaina, etc, En 1926, el Codigo Sanitario prohibe el cultivo y comercializacién de la mariguana y la adormidera.28 En México, al igual que en E.U., la formula opio-chinos fue también utilizada politicamente. Gonzalez Navarro menciona las acusaciones antichinas en Sonora antes de 1900 y las presio- hes de gtupos de poder local para impedir la inmigracion china, especialmente en el norte y noroeste del pais, en los afios 10, 20 y 30 de este siglo, y las respuestas del poder central. Relata que los comités antichinos los acusaban de muchas cosas entre las cuales el ser opidmanos. En el programa del Club Democratico Sonorense, dice el autor, cuyo secretario era desde 1911 Plutarco Elias Calles, “des- tacaba la prohibicion de la inmigracion china, vigilancia de su higiene, clausura de sus casas de juego y prohibicidn del oplio”. Ya como gobernador de Sonora, en 1916, prohibe la inmigracion china “por considerarla nociva, inconveniente e inadaptable”. Ul gobernador siguiente, Adolfo de la Huerta, ratificd esa pro- hibicion. En 1920, la diputacion sinaloense pidio al gobierno {cderal que se impidiera la entrada a los “habituales fumadores de opio”. En 1925, el Comité Antichino de Mazatlan, que con- taba con veinte mil socios, “pidid la expulsion inmediata de los chinos residentes en el pais”. E] gobierno federal habia prohibi- do la inmigracion china desde 1921.29 Sin precisar fechas, el historiador sinaloense Herberto Sina- pawa Montoya afirma que los chinos Hegaron a Sonora y Si- haloa huyendo de las dificiles condiciones de vida que conocie- ron en las minas de cobre de Santa Rosalia, Baja California Sur ¢xplotadas por la Compagnie du Boleo desde 1885. Senala que ilgunos entraron a Sonora via Guaymas y otros a Sinaloa via ® Véase La Farmacia, 15/ VI/ 1891: 15/ VII Vé ; 1891; 15/ VIII 1892: Vv . Mario Oficial, 15) lf 1920. es ‘” Véase Moisés Gonzalez Navarro, Poblacion y Sociedad en México (1900- 1970), vol. I, México, UNAM, 1974, pp. 57-74. 49 Luis A. Astorga A. Playa Colorada, municipio de Angostuta. "Ellos trajeron la semilla de la amapola, la sembraron en sus huertos y el producto lo destinaron para su uso personal [...] la mayorla se encerro en sus sordidas madrigueras para satisfacer un vicio muy arral gado que se transmitia de padres a hijos en la patria lejana y pobre . A raiz de las campafias antichinas de 1927 en Sonora y Sinaloa, cuando era presidente de la Republica Plutarco Elias Calles, que provocaron la expulsion de la mayoria, los chinos se recluyeron en el, ghetto, donde su adiccion al oplo se recrudecio. Pronto el cultivo de la amapola se hizo ya con fines de cometcializacion ante una demanda cada vez mas fuerte por ta segunda guerra mundial; y luego ciertos chinos asesorafon a campesinos sina- loenses pobres para la explotacion de la amapola a gran nivel”. Los lugares donde se concentro su cultivo fueron las zonas serta- nas. Agrega, "la amapola se convirtio en el recurso mas socorrido de los que flagelados por miserias ancestrales 0 por aventureros hambtientos de fortuna rapida quisieron cobrarse cuentas atrasadas y ascender en la escala social con el lubricante del dinero oO Seguin Juan Manuel Romero Gil, los primeros quinientos chinos Hlegaron a las minas de El Boleo a principlos de 1904, cuando la fuerza de trabajo mexicana comenzo a escasear. En 1908 desembarcan en las costas de Guaymas grupos de chinos que se negaron a seguir trabajando en esas minas. Sefiala tam- bién que fue durante el gobierno de Ramon Corral en Sonora (1887-1891 y 1895-1899) cuando Ilegaron a esa entidad un gran numero de chinos para trabajar en las minas y la construccion del ferrocarril. Por su parte, José J. Gomez Izquierdo anota que en 1886 y 1887, la Compafifa Mexicana de Navegacion del Pacifico llevo a Sinaloa 285 chinos para trabajar en las minas de Concordia, Bacubirito y Rosario. Cien regresaron a China y 30 Herberto Sinagawa Montoya, Sinaloa, Historia y Destino, Culiacan, Edito- rial Cahita, 1986, pp. 22-23. 50 MITOLOGIA DEL “NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO 31 se fueron para San Francisco.3! Sin pruebas de lo que afirma, Sinagawa solo repite la hipstesis mas difundida acerca de la in- troduccion del cultivo de la amapola en Sinaloa, sin percatarse que desde 1886 ya aparecia la adormidera blanca entre la flora de la entidad. La relacion causa-efecto todavia estd por demostratse. Héctor R. Olea, historiador nacido en Badiraguato, Sinaloa, también atribuye a los chinos la introduccién del cultivo de amapola en Sinaloa, traida al pais por los espafioles pero cono- cida tardiamente en la region, dice. Seguin él “las mafias chinas, amparadas por este convenio [Tratado de Amistad, Comercio y Navegacion, firmado por los gobiernos de México y China en 1893, o en 1899 segtin Gomez Izquierdo], dedicaron a sus miembros al trafico de drogas estupefacientes; en esa época no habia juez que se atreviera a condenar a un oriental, ni inspector de sanidad capaz de ordenar la clausura de los fumaderos de opio y la destruccion de enormes plantios de amapola y adormi- dera que crecian, a la vista de todo el publico, en las huertas aledafias a la ciudad de Culiacan y en el pueblo de Jess Maria [...] En Sinaloa, en la década de los afios veintes y principios de los treintas, hubo tragicos encuentros entre las mafias chinas por el control del comercio del opio”. El autor se refiere a las sociedades Chee-Kung-Tong y Lung-Sing, esta Ultima fundada por el Partido Nacionalista Chino, de las cuales afirma que su rivalidad politica "en el fondo agitaba cuantiosos intereses por el predominio del mercado del opio”.32 Olea no aporta pruebas, > Cfr. Juan Manuel Romero Gil, E! Boleo, Santa Rosalia, B.C.S.: un pueblo que se negé a morir (1885-1954), México, Universidad de Sonora, 1991, pp. 161-162; J.M. Romero Gil, Mineria y Sociedad en el noroeste porfirista, Culiacan, Sin., DIFOCUR, Serie Historia y Region, 5, 1991, pp. 45-46; José Jorge Gomez Izquierdo, El movimiento antichino en México (187]-1934), México, INAH, 1992, p. 57. "2 Héctor R. Olea, Badiraguato, visién panordmica de su historia, México, H. Ayuntamiento de Badiraguato/ Direccién de Investigacién y Fomento de Cultura Regional, 1988, pp. 74, 77-79. 51 Luis A. Astorga A. s6lo repite lo dicho por los periddicos en la época de las campahias antichinas. En un trabajo que, en la parte dedicada a México, analiza la influencia de la politica antidrogas del gobierno de los Estados Unidos en la de los gobiernos mexicanos en los ahos 30 y 40, William O. Walker III atribuye a un funcionario estadunidense, H. S. Creighton, en ese entonces representante especial del Departamento del Tesoro en México y anteriormente agente aduanal en San Antonio, Texas, la afirmacion de que los chinos habrian empezado la produccién de opio hacia 1925, pero que los mexicanos controlarian ya (1943) el 90% de las operaciones. El funcionario agregaba que en su opinion el gobernador de Sinaloa, coronel Rodolfo T. Loaiza, no hacia esfuerzos concre- tos para restringir la produccion. En realidad, la fecha presunta mencionada corresponde a la necesidad de encontrar un referen- te que se pierde en la leyenda o que se afianza segun la creencla en la autoridad de quien emite la tesis. El 27 de junio de 1944, el viceconsul estadunidense en Du- rango E. W. Eaton, envia una carta confidencial al Secretario de Estado en Washington. En ella informa acerca de la destruccion, realizada por el ejército, de plantios de amapola en la sierra de Durango y en el municipio de Badiraguato, Sinaloa. La noticia estaba contenida en un reporte enviado a su oficina por los Servicios Sanitarios Coordinados de Durango El viceconsul habia también remitido ese documento al representante del Tesoro a través de su embajada. Sefiala que en el informe se habla de la falta de cooperacion de los habitantes de esa region con el ejército y que en el lugar de destino la gente sabia con dos dias de anticipacion la llegada de las tropas. Seguin un funcionario mexicano, los soldados temian emboscadas o ser asesinados en Durango a su regreso por los propietarios de los plantios. Dice tambien que segun sus infor- mes el Mayor Gorgonio Acufia, originario de Metates, Durango, y asignado a la 9* zona Militar con sede en Culiacan, Sinaloa, 52 MITOLOGIA DEL “NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO seria el intermediario entre los cultivadores y los compradores de opio. Estarta ademas asociado con un estadunidense (cuyo nombre no menciona), que visitaba frecuentemente el puerto de Maza- tlan, quien financiaria a los productores de Sinaloa y Durango. Asimismo, reporta un articulo (no cita fecha) aparecido en el periddico Excélsior donde se dice que los asesinos del goberna- dor sinaloense Rodolfo T. Loaiza (21 de febrero de 1944) ha- brian sido miembros de un grupo que controlaba la produccién de opio, originarios de Badiraguato, quienes se habrian sentido traicionados por el gobernador.33 Una revision hemerografica de febrero de 1944 a junio (Ex- célsior) y Julio (El Correo de la Tarde, Mazatlan) del mismo ano, muestra que en ninguno de los dos se menciona el posible origen badiraguatense de los presuntos asesinos y traficantes de opio. De hecho, el periddico mazatleco ni siquiera menciona la tesis difundida por Excélsior. La primera vez que se publica esa version (23/II/44) se citan como fuente las platicas de diputados en los pasillos de la Camara. La segunda (18/III/44) aparece como una “casi” confirmacion de la negacion de la tesis del asesInato pot motivos politicos. Y la tercera (13/VI/44) es un articulo de Luis Spota, quien escribe: "[una] persona que acaba de llegar a Mazatlan y que conoce a fondo el ‘caso’ Loaiza We Wi . Vease William O. Walker III, Drug Control in the Americas, Albuquerque, niversity of New Mexico Press, 1981, pp. 167, 205, 209. A fines de los afios Ireinta (38-39), el Director de la Camparia contra el Alcoholismo y otras loxtcomanias del Departamento de Salubridad, Doctor Leopoldo Salazar Viniegra, defendia la tesis de considerar a los viciosos como enfermos y no como delincuentes. Entre sus proyectos estaba la creacion de un dis oncari vontrolado por Salubridad para tratar a los adictos, a algunos de los cuales se les habla ya extendido una auforizacién a través de su oficina para que aquirieran sus dosis en las farmacias de manera le gitima. Su actividad iba contra de la tesis jurfdico-criminal defendida por los Estados Unidos. Sélo urs lieciocho meses en su puesto debido a las presiones externas e internas (Ibid pp. 123- 126; La Prensa, 22/1, 4/1V/1939). ” 53 Luis A. Astorga A. proporciond a este reportero sensacionales datos sobre los an- tecedentes y origenes del sonado crimen [...] el informante declara que los presuntos asesinos a quienes se persigue, son totalmente ajenos al crimen [...] El declarante elabora una ver- sién crefble: Loaiza tecibid ochenta mil pesos que le ‘obsequia- ron’ los traficantes de opio de Sinaloa, para asegurarse impunidad y poder recoger libremente la cosecha de adormidera a principios de afio; el gobernador acepto el dinero sin compro- meterse en nada; luego solicité los servicios de alguna policia capitalina para que artasara los plantios, cosa que se hizo. El dinero guardolo la ahora victima en un ropero de su propia casa y manifesté a varios de sus colaboradores que pensaba destinar- lo a la terminacioén de una escuela”. | "Los traficantes burlados planearon la venganza, que se eje- cuté brutalmente una noche de carnaval. Al mismo tiempo que Loaiza cafa -y este es un detalle poco conocido-, ‘manos misteriosas’ saquearon su residencia oficial en Culiacan”. "BE botin consistio en los ochenta mil pesos y una coleccion de treinta y un magnificos relojes de pulsera, que Loaiza guarda- ba en el mismo armario [...] {Quién cometio el crimen? Cual- quiera menos ‘El Gitano’ y ‘El Culichi’ [...] La captura de los profugos es inminente -la captura y, quiza, la muerte, con lo que se cettara un oscuro capitulo de los crimenes politicos mexica- nos”. De la “casi” confirmacién de que el crimen no era de esta naturaleza se paso a la equivalencia de las dos hipotesis. Otra es la version de El Correo de la Tarde. Este periodico publicaba siempre, o casi, en primera plana la noticia de algun crimen o alguna historia local de aparecido(a)s 0 escapes mila- gtosos de la muerte, narrados por personajes mazatlecos o de las rancherias cercanas. El 23 de febrero de 1944 publica la noticia del asesinato de Loaiza, ocurrido dos dias antes en el patio Andaluz del Hotel Belmar, durante las fiestas de carnaval (el periddico no aparecio ni el 21 ni el 22 a causa de las fiestas). 54 MITOLOGIA DEL "NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO Desde un pfincipio, testigos presenciales identificaron a “El Gitano” (Rodolfo Valdés o Valdez) como el asesino. En el periddico mazatleco se habla seguido de ese personaje y del poblado de Agua Caliente de Garate como su refugio y fortaleza. También de "El Culichi"” Sandoval, ambos identifica- dos como jefes de “gavillas” o de “alzados” que operaban en el sur de Sinaloa. Sin embargo, no se les menciona como trafican- tes de opio. En cambio, si se habla de un fumadero de opio en Mazatlan, “regenteado por un chino muy ladino”, un “hijo de Confucio”, donde otros chinos se reun{an para viajar a los “pa- raisos artificiales”. Se dice ademas que el chino tenia sus culti- vos de amapola en San Ignacio, El Habal y El Quelite, poblados cercanos a Mazatlan (17-18/II/44). El periodista José A. Jimé- nes (a) "Nicanor”, en su columna “Con la pluma del diablo”, escribe: "De México estan pidiendo informes del ‘pool’ mari- guanezco” (18/III/44), pero no da mas detalles. Se afirma que "El Gitano” y Manuel Sandoval (a) "El Culi- chi”, conocidos también junto con su gente como “los del monte", eran brazos armados de los terratenientes del sur de Sinaloa. En esa region, hay quienes recuerdan que en esa época se les mencionaba asimismo como gente que controlaba cultivos de amapola y marihuana.34 Por el momento, no hay estudios que M4 Entrevista con José Manuel Leon Cristerna, socidlogo sinaloense y estudio- so de la region sur, Mazatlan, Sinaloa, 14/XIJ/1990. Esos recuerdos le han sido ransmitidos por algunos ancianos. Seguin esos testimonios, alrededor de los inos 30 y 40 se habria utilizado una infusion preparada con el bulbo de la amapola para dormir a los nifios; también la goma de opio untada en la punta de los cigartos para fumar. En 1951, y no antes, después de haberse fugado de la prision en Mazatlan, se vincula publicamente en la prensa a "El Gitano” con el traficante extranjero Max Cossman en el “trafico de enervantes” (Cfr. La Voz de Sinaloa, 23/X1/1951). Cossman habia sido detenido en el D.F. en 1949. Al afio siguiente se escapé de la prisién. Segun la prensa, era “el mas famoso contrabandista internacional de opio , ” . haat y sus derivados” (Cfr. El Culiacdn, 1fIV/1949). ( Diario de 55 Luis A. Astorga A. permitan la emision de un juicio bien fundado relacionado especialmente con este ultimo aspecto. Con "El Gitano” sucedia lo mismo que con los personajes famosos sentenciados por trafico de drogas: todo mundo sabia donde se encontraba excepto las autoridades encargadas de aprehenderlo. El Coronel Atalo de la Rocha Ta gle —quien reapa- recera en la escena politica sinaloense como colaborador cetca- no de Toledo Corro durante su mandato— fue nombrado Inspector de Policia de Mazatlan una semana despues del ho- micidio de Loaiza. Duro alrededor de dos meses y medio en el cargo y posteriormente fue nombrado para el mismo puesto en Culiacan. El Correo habla de él como un “advenedizo aventu- rero”, “elemento logrero y malagradecido”, “elemento nocivo’, “altaneto”, etc. Le reprocha las intrigas contra el alcalde maza- tleco, Jesus I. Escovar, y su inaccion contra “El Gitano”. Un dia, dos de las personas cercanas a "E] Gitano”, a taiz de una disputa en su cantina de Agua Caliente, le disparan con escopetas y cae herido. Alli mismo es aprehendido y trasladado a Mazatlan donde recibe atencion médica. Posteriormente es llevado a Lecumberri. “Siempre negé haber sido la mano crimi- nal. Pero otros gatilleros que anduvieron cerca de él lo desmien- ten y lo condenan” 35 escribe quien fuera secretario taquigrafa del ex-gobernador Enrique Pérez Arce (1951-1953) y secretarlo particular de Toledo Corro en la Presidencia Municipal de Mazatlan y también del ex-gobernador Sanchez Celis (1963- 1968). En efecto, el 5 de diciembre de 1952 el famoso personaje _ 35 José Maria Figueroa Diaz, Sinaloa, poder 1831-1986, Culiacan, Imprenta Minerva, 9# edicidn, 1986, p. 116. EI pi rismo y el arreglo de diferencias a tiros parecen haber sido cosa comun en esa época. El 10 de abril de 1944 el propio presidente Avila Camacho sufrio un atentado. Poco después, al militar que le disparo casi a quemarropa se le aplico la ley fuga, segtin El Correo de la Tarde, o fue muerto al tratar de huir de la encontraba, segun la version de Excelsior. y ocaso de Sus gobernadores: stole- prisién donde se 56 MITOLOGIA DEL "NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO _______ MITOLOGIA DEL "NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO es heri cone ne “n ian, aprehendido y posteriormente traslada- Coa ine Ve | de la penitenciarfa del D.F. Pero el ex-funcio vida algunos antecedent espude del es es televantes. Casi un afio rimen, el 16 de enero d " ena, le e e 1945, “El Gitano” es anecet a fe a prision militar de Santiago Tlatelolco. Al se habian hecho negociaciones d | ) esde antes ann 3 pata que se a meata ie trasladado por tierra, en perfecto estado de salud ee ror aa Mazatlan y de alli a la capital del pais en un a Fuerza Aérea Mexicana. D 3 Gitano” y el Secret . Dos dias después, "El ario de la Defensa, General La ‘rd ae re nsa, eral Lazaro Cardenas, - ron une plates a solas de mas de una hora. Posteriormente gar haber sido el autor materi rial del crimen, "El Gi ” om ; itano seus al Boremadon sinaloense General Pablo Macias Valen e ser el autor intelectual. E] ico. | . El escandalo politico f usculo. Mz Ic «| apoyo de otros o herahee ent se “cfendio y ademas conto con el apoyo de otros p re los cuales se encontraba s i | pene ‘ont su hermano. Final oie Al . Finalmente, _ vane » Spence la accion penal en su contra en ‘ . e diciembre de 1945, "El Gi " ted , Hel , Itano” es trasla- 2 a Mazatlana la prision del cerro del "Vigia" y en esa ciudad se le n Fee aentencia a Manos de carcel el 26 de agosto de 1946 (otras | ablan de 30 anos). Anos mas tard | ‘ , ‘de, el 14 de mayo de 19 se escapa de la prision ‘ haviete y desde 1951 se asegura ‘ . 195 que se le ha vist se muigna zona de influencia sin que nadie lo moleste.36 . 9 + . ‘ von reconsiruccion de este episodio historico no hay que ato significativo que Enrique Pefia Bati ( de la Asociacio ti ) Francisco | Melons nan n Politica Nacional F , rancisco I. Mad ne n adero, nos nae 3 onan jorante el mandato del multicitado gober sanchez Cells), mantuvo en su icili mn } : propio domicilio a los res de sendos crimenes. Me refiero a Rodolfo Valdez, alias ‘ Cfr. El Correo d | " é la Tarde, 17,19/1 . Vit, V ‘ fi: r , j /1/1945; 5,7,9,10,2 a 3,18/IV/1945; El Demécrata Sinaloense, 12/IV y I LSII/1945: Lo Veg de Sinaloa, 28/VIII/1946 oy. > , 23/X1 (uliacan, 15/V/1949, /AYI951, 8/XN/1952, 9/VI/1953; El Diario de 57 Luis A. Astorga A. el “Gitano”, acusado de la muerte del gobernadot Loaiza, y de Hugo Izquierdo Ebrad, acusado de la muerte del senador Angulo n la Ciudad de México. -Ambos fueron sentenciados a muchos e nas afios de prision y a pesar de ello estando putgando sus condenas, Sanchez Celis, increiblemente, obtuvo su custodia, we oe i bai ilidad” (Proceso, n° , - ‘6 en libertad bajo su responsabi : - bién Miguel Angel Félix Gallardo, en su epoca “e re judicial estatal, trabajo con el ex-gobernador con ez Ce como guardaespaldas de sus hijos Foe n’ OD. an _ | dor se le atribuyo El asesinato del goberna fe | aes ith Maximino Avila Camacho, ivales politicos: los Generales blo Macias Valenzuela, posterior pobernador we oe). ye | abria trama " diente” mazatleca, en cuyo seno sé | roca fot” como venganza por el homicidio de uno de sus iniembros Alfonso Tirado, ex-alcalde de Ma zatlan y con mens posibilidades para disputarle la gubernatura a Se od tra ie i junio de 1938, ene! bar de habia sido asesinado el 10 de junio , ears nee lacd ien fuera jefe de la po hotel Rosales de Cullacan, por qu . poe 1c] del Coronel Alfredo Delg j | del estado en el gobierno | } N37 1940) -amigo y apoyo politico de Loaiza~, Fey local (1917) y ex-presidente municipal de Culiacan o t se "La Onza”, orlginarto de Alfonso Leyzaola Salazar (a) | ; nn i : te personaje con lama g de Enmedio, Badiraguato. A es con oe ibui dor de 157 homicidios y 1a “Lig nario se le atribuian alrede Revolucionarios Sinaloenses”, en carta al presidente dein ve Uiblica (Il/VII/38), lo acusaba a su vez de proteger sem ra 1° Ne marihuana en Badiraguato, a la sombra del g0 ema’ : Enviado a decomisar un cargamento de goma de oploa an i de los Caballeros, Badiraguato, es "carraqueado en “ i °- res y colgado por sus coterraneos el primero de abril de . i | ~] 15. . gueroa D,, Op.; cil, pp. 114 . | 58 MITOLOGIA DEL “NARCOTRAFICANTE” EN MEXICO Segun la version del procurador de justicia durante la gestion de Macias, la de Sanchez Celis (1963-1968) y parte de la de Labastida Ochoa (1987-1992), Manuel Lazcano Ochoa, el ase- sino de Loaiza fue “El Gitano” y Macias no tuvo nada que ver. Dice que la muerte del gobernador fue producto de la venganza de la familia de Alfonso Tirado. Se le atribuye también a grupos politicos rivales de Macias el estar detras de las noticias apare- cidas en la prensa nacional, donde se le menciona como jefe del trafico de drogas en el noroeste.39 Fundadas 0 no, ese tipo de imputaciones parecen formar parte indisoluble de la vida polf- tica de Sinaloa desde hace varias décadas. No hay elementos para pensar en su desaparicion. En resumen, la frecuencia de menciones a los chinos y asus habitos atribuidos, y la ausencia de otras referencias alternativas o no exploradas, le ha dado fuerza a la hipotesis de que fueron ellos quienes introdujeron el cultivo de amapola en Sinaloa y otras entidades de] noroeste -entre la flora de Sinaloa aparecen ya en los datos censales de 1886 las adormideras blancas, que contienen un opio muy rico en morfina, y entre los extranjeros tesidentes en la entidad (436) encontramos , por ejemplo, a 45 chinos, lo cual no implica una relacién automatica de causa- cfecto, dedicados a oficios tales como za patero, cocinero, cami- Graficas Sinaloenses, 1990, pp. 127-135. El autor es. originario de Batopito, Badiraguato. Véase también Héctor R. Olea, op. cit.,p. 83. Cfr. Manuel Lazcano Ochoa, Una vida en la vida sinaloense, Los Mochis, Sinaloa, Talleres Graficos de la Universidad de Occidente, 1992, pp. 68-84. Su version de la aprehensién y traslado de "El Gitano” ai D.F. olvida lo mismo que la de José Ma. Figueroa. Pero afiade un dato interesante. Segun él, “El Gitano” fue trasladado a la prisidn de Mazatlan durante el mandato de Sanchez Celis y gracias a las gestiones de éste “por compromiso con algunos familiares”. Ia a entender que en realidad no estuvo preso en el puerto sino viviendo Itbremente en Culiacan, aunque “oficialmente” murio en prision; J. M. Figueroa 1). op. cit., pp. 119-120. Cfr. Excélsior, 11/1/1947, el desmentido de la PGR y la respuesta del gobernador Macias (El Tiempo, Culiacan, Sin., 18 y 1 2/K1/1947)., 59 Luis A. Astorga A. sero, lavandero y platero, distribuidos entre Culiacan (15), Ma- zatlan (28) y El Rosario (2), ademas de un turco, un hindu, un africano y 4 farmacéuticos radicados en Mazatlan, tres de ellos hermanos y de nacionalidad italiana y un aleman40-. En reali- dad, la escasa informacion al respecto no petmite otta cosa mas que la inconformidad por Ja ausencia de algo mejor fundado, o bien la creencia absoluta en los escritos de los autores, algunos de los cuales no se distancian lo suficiente de las leyendas que inspiran la construccién de sus particulares visiones historicas. Por otro lado, respecto al asesinato de Loaiza, en ningun mo- mento se menciona publicamente el origen badiraguatense de los ptesuntos culpables. La tesis parece haber sido introducida por el vicecopsul estadunidense en Durango por otras razones, entre las cuales sugerir Ja idea de la peligrosidad politica de los traficantes de opio de ese municipio, al privilegiar la tesis de su vinculacion directa con el crimen. O quiza solo hacia eco a platicas privadas con politicos mexicanos, interesados en la difusion de esa tesis para el mejor logro de sus objetivos en la entidad. iPor qué Badiraguato, region conocida por sus riquezas mi- netales desde el siglo XVI? El desaparecido abogado badiragua- tense Raul Valenzuela Lugo, conocido también como “Consul de Badiraguato”,4! quien atendio a campesinos serranos en su 40 Cfr. Alfonso Luis Velasco, “Geografia y Estadistica del Estado de Sinaloa”, en Geografia y Estadtstica de la Reptiblica Mexicana, t.ll, Mexico, Oficina Tipogrdfica de la Secretaria de Fomento, 1889, pp. 12-13, 20-46, reproducido en Sergio Ortega y Edgardo Lopez Manion (compiladores), Sinaloa: textos de su historia, vol. 2, México, Instituto de Investigaciones José Ma. Luis Mora, 1987, p. 143; Memoria General de la Administracion Publica del Estado, Culiacan, Imprenta Estereotipica de Tomas Ramirez, 1886. 41 Los pobladores de San Javier, su lugar de origen, dicen: “a él lo consulta- bamos pa’todo, y con dinero y sin dinero él nos atendia y nos ortentaba, por eso muchos, aqui y alla abajo en Culiacan le Namaron el consul de Badiragua- to” (Oscar Lara Salazar, op. cit., p. 102). 60 MITOLOGIA DEL "NARCOTRAFICANTE’ EN MEXICO despacho, seniala la dificultad para precisar una fecha de intro- duccion del cultivo de la amapola en Sinaloa, pero afirma que entre 1940 y 1950 se observa una intensificacion del cultivo ara el trafico en Badiraguato, debido a la segunda guerta mundial ala hecesidad de los Estados Unidos para abastecerse de heroi- ha. Atribuye la introduccion del saber hacer tespecto al proce- samiento del opio a un chino radicado en Jesus Marta “municipio de Culiacan, peto en los limites con el de Badira- guato~ quien después se trasladé a Santiago de los Caballeros para transmitirlo a otras personas, lo que implicé posteriormen- te la multiplicacion de sembradios en todo el municipio. Afirma que los mismos jefes de las campanas contra las drogas enviados desde México en los afios cuarenta “fomentaron tales activida- des Tyjando un tributo a los campesinos, primero en especie segun la Importancia de Ja comunidad, y en afios subsecuentes en efectivo”, de ahi que hubiese cultivos de amapola practica- mente en todas partes y a la vista de todos. Continta. “nuestra gente obraba de buena fe, crefa que no constituia delito la slembra de la amapola, la adormidera y, anos después, la mari- guana”.42 Al abogado le preocupaban "los abusos, arbitrarieda- des y vejaciones de que son objeto los campesinos y sus familias en el combate a los estupefacientes”. Y comentaba: “vienen conmigo [...] para que los defienda, da ldstima escuchar los lamentos de esa gente, en su mayor patte ignorante, a grado tal que ni siquiera saben que cometen ilicitos, pues lo nico que petsiguen es ganar unos centavos para comer” 43 Una persona entrevistada en Badiraguato (7/X11/90) recuerda haber visto por primera vez la planta de amapola cuando tenia alrededor de 6 6 7 afios (afios 40). Cuenta que hasta su padre 4 ? r Raul Valenzuela Lugo, El cultivo del opio en Badiraguato, publicado por el periodista Enrique Rui . 80.85, que Kuiz Alba, 1979, citado por Héctor R. Olea, op. cit., pp. 13 plati Platicas con José Ma. Figueroa, citado por Oscar Lara S., op. cit., p.105 6]

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