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Civilizaciones del Hee =a Mevaieo Barbe Hacia BO a.c Procesents del Templo de la Fortuna Prigenia Palestrina. Museo Arqucoligies. dl mundo oro elise Arte griego Gencralmente, la caltura griega, y por extension sus manifestaciones artis- ticas, se considera como un capitulo aparte en la historia de la humanidad, Quign mas, quién menos, ante la vision clel Partendn y sus esculturas piensa en Homero y Troya, en Pericles y la democracia, en lt belleza de Afrodita 0 Jos devaneos amoroses del discolo Zeus, el gran dios del Olimpe. Imagen que, fen gram medida, es frato de un cierto espiritu romantico con el que, desde el siglo xvt, ¢ incluso con anterioridad, se ha venido tratando el mundo griego antiguo, y que ha condicionado en miuctas ocasiones la manera de ver, ¢ in cluso entender, su arte Son evidencia de la aflzmacién anterior, la propia terminologia y periodiza- cién que se han asignado a sus manifestaciones artisticas, ya que nombres come arcaico 0 clisico, belleza 0 idea, forman parte del lexico con el que la hhistoriografia, tanto histérica, arqueclégica 0 exclusivamente artistica, de- signa y circunscribe obras o sucesos en la Grecia antigua. Si bien es verdad que en tanto « definiciones hemos de atenernas a algutia convencién, no es menos cierto que éstas llevan implicitas, en el caso griego, unas connotacio. nes que nos predisponen de antemano al analizar las cteaciones artisticas Ast, calificar, por ejemplo, una escultuca de arcsica, significa poco menos que considerarla anticuada, vigja, cuando en realidad se tata de una obra reali- zada por una cultura perfectamente consolidada, y que como minime dura 23i 200 ative. A nadie se le ocurririaclesignar como «arcaico al arte rom nico respecto del gético, que, aunque relacionados, son sencillamente distin tos; sim embargo, esto es lo que ocurre cuando se analiza el arte griego ant gno. La razén de esta jerarquia de caricter subjetivo hay que: buscarla en Ia he ARISTOCLES: sile de Anise, acis 519, ira. 240 em de aka Atenas. Museo Arqueoiéien Nationa Guerrero de i ELsem 460-430 a.c sronce: 1.96 em te alter Reggio cs Calais, Masco Nacional sobrevaloracion del perfodo clasico, el cual, aun siendo mas importante para nosotros, no deja de ser iinicamente una etapa, quiza ln mas significative, pero sélo un momento concreto, de la gran civilizacién antigua que se dese rollé durante mis de un milenio en el Mediterrinco oriental: Ia cultura gxlega MARCO GEOGRAFICO, Aunque sometida a variaciones en el tiempo, la extensién de la cultura stiega antigua no se citcunscribe al Ambito tervitorial de la actual Grecia, De hecho, tencmos asentamientos de diferentes epocas que se distribuyen desde el mar Negro hasta las costas de la peninsula Ibérica, pasando por el norte de Arica, lo cual presupone un ctetto grado de helenizacion de sus entomos. Sin embargo, el mundo griego propiamente dicho tiene una delimitacién geogrd- fica mas precisa que abarca la Grecia continental y el Peloponeso, las istas del Egeo, las eostas ¢ islas del Asia Mener y la Magna Grecia, que se extiende por el sur de tralia y Sicilia, Postesiormente, en el periodo helenistico, y debido bisicamente a la expansion de Alejandro Magno, la cultura priega se exten- Gera hacia otras zonas mds orientales, pero sus principales niicleos siempre se mantendran en las areas arriba citadas, Hay que sefialar que en ningin caso debemos entender el concepto de mundo griego como unidad politica, pues si bien los griegos del momento eran conscientes de pertenecer a una umidn culkaral mayor -todos se conside- raban helenos-, su organizacién politica se funcaba en ciudad-Fstado, estruc- tura politico-territorial favorecida on parte, pero no determinantemente, por 1a acusada orografia del territorio, Este hecho presupane quie lo que denomi amos arte griego es una elaboracién modema, que adquiere encidad en base ala amalgama de la prodiuccisn artistica de diversos Estados, independientes entte i, y cuya evolicidn en ef tiempo, aun siendo muchas veces coincidente ‘0 corrra paralela. MARCO CRONOLOGICO ‘Teadicionalmente se atrbuia a la Megada o invasidn de los dorios, entre el 1200 y 1100 a.C., el final brusco de la eivilizacidn micénica y el inicio, a su vez, de la denominada época oscura, también conocida como Edad Media de la historia griega, cuyo final se establecia sobre cl siglo 1x 2.C. Las razones que llevaron a calificar este periodo de oscuro, se basaban en la ausencia de restos materiales significarivos, asi como en la desaparicion de la escritara y 4a inexistencia de nuclees urbanos semejantes a los micénicos, los cuales fuc~ ton abandonados generalmente, En la actualidad se tiende a tainimizar canto In Ilcgada de los dorios, si es que realmente ésta existi6, como la pretendida oscuridad del perfode subsiguiente, ya que excavaciones mas 0 menos recien- tes han puesto de relieve Ia exiscencia de una cultura al parecer bastante cone solidada y definible ya como griega. Este peréodo, denominado protogeomé- fico, se desarroliaria de los siglos x al x a.C., aunque no evolucionaria de manera uniforme por la totalidad del tervitorio griego La progresiva consolidacién de la vida urbana y de ta agricultura en det- enzo del pastoreo, determinan en parte el desarrollo del periodo siguiente: 13 el geomeésrico, que evoluciona desde el sigle x hasta mediados del vu aC. Ew festa época vemos aparecer algnes de los hechos més importantes de. la his- roria del mundo griego: empiezan las olimpfadlas y las colonizaciones, s¢ crea tun tipo nuevo de escritura basado en alfabetas semiticas y se configuran los grandes santuarios panhelénicos como Delfos, Olimpia 0 Samos, entre 0x10. Fruto de las colonizaciones y de los contactos de las ciudades griegas de la costa de Asia Menor con las grandes culturas orientales del momento, se cri gina durante esta época la lamada etapa ovientalizante (750-680 a.C), calif cativo acuiado esencialmente por la cerémicz, y que se define por la incorpo- racién al repertosio figurative del arte griege de modelos fordneos, como grilos o esfinges. ‘Tras el pericdo geoméurico y ta etapa orientalizante asistimes al naci- miento del periods arcaico, que se inicia hacia la mitad del siglo vt y se hace concluir, un tanto forzadameme, en el +80 a.C,, fecha tépica en la que fivali- zan las guerras médicas, Se subdivide generalmente en tres periolos, cmoci- dos como arcaico antiguo, arcaico medio y atcaico rectente, y cuya duracion 5 mas o menos la misme en los casi dos sigles que transcurren en esta etapa. Es el momento de la primera arquicectura monumental realizada en piedra, asi como de las escularas exentas 0 arquitec:Onieas de gran tamano. Elfin de las guerras médicas en el 480 a.C. marcard el inicio del periedo clésico, el cual tiene también un final un tanto tépico, puesto que convencio nalmente se han eseogido el 336 a.C., fecha del asesinato de Filipo Il, o bien £1523. aC, aio de la mucrte de Alejandre, como hitos que to conclayen, Trae dicionalmente se divide en dos etapas, el clasicismo del siglo v y el clasicismo del siglo wy, y se le considera ef momento culminante de La cultura griega. La razén hay que buscarla en la aparicién de grandes hombres que, en ln poli- tica, en las artes o Ia filosofia ~Pericles, Fidias, Aristoteles y otros-, marcaran no sélo la cultura de la etapa, sino el mismo desarrollo de la eivilizaciém del mundo occidental hasta el presente. La ultima fase del arte griego la configura el llamado periodo helenistice. cuya duracion se establece tambien cle modo convencional desde ¢l 323 al afio 31 a.C., fecha en que Octavio anexiona Egipto a Roma. A pesar de ello, algunos historizdores tienden a reducir esta extension y tuerzan el final del Irelenismo hacia el aiio 100 a.C., lo cual es mas «griegor, pero menos real con 1h internacionalizacién de las formas que se producen en estos momentos. Baste una mizada al arte del mundo comano y al de una buena parte de los reinos orientales de esta etapa para darse cuenta de ello. Seria injusto ¢ irreal suponer que was la dominacion romana Grecia dejara de producir manifest ciones artisticas; la fecha del 31 a.C. representa la caida del altimo reino he- lenistico, Egipto, por lo que, aun siendo convencional, es probablemente mis respetuosa con la historia. INICIOS DEL ARTE GRIEGO (DEL SIGLO XII A MEDIADOS DEL VII A.C.) Actualmente, la visidn det mundo griego posterior a la Edad del Bronce, ese perfodo oscuro que apuntibamos, parece que no responde a la realidad, 0 solo parcialmente. En primer lugar, porque en ausencia de foces de poder es- tables, como serian las ciudadelas micénicas, la poblacién parece especi zarse en labores ganaderas con un cierto abandono de las tareas agricolas. we Vietsa de Semotrada Hacia 190 a€ demo: 328 em. le sora, Pars, Museo det Liner No ha de sorprender en exceso esta atirmacién, puesto que la propia aatura- leza orografica de la Grecia continental no es Io mis lavorable para grandes extensiones de terreno cultivable, Baste recordar el origen de. las primeras oleadas de colonizacién, junto a los enormes problemas que la propiedad de la tierra acarrearé durante el periedo arcaico. En la medida que wna buena parte de la poblacién se dedicara al pastoreo, parece légico suponer un modo de vida menos sedentario y, consecuentemente, una reduccidn en Ta clabora- cion de manifestaciones artisticas monumeniales 0 muy trabajosas, las cuales necesitan para su realizacién de wna estructura social cue esté consolidada y sea estable . La segunda de las argumentaciones, en contra de un silencio artistico en el periodo protogeometrico, la proporcionan algunos hallazgos arqueologicos de significativa importancia, como la necrépelis de Lefkandi (Eubea), el santua- rio de Thermos (Etolia), 0 poblades como los de Zagora (Andros), Emporio (Quios) o Esmirna en la costa jénica. Entre las diversas estructuras y materia les localizadcs en estas emplazamientas, destaca el conocido centaizo de Lef= andi. Se trata de una figurilla de unos 35 cm ce altura que refleja de forma bastante sencilla 1a imagen del hombre-caballo y que maestr2 una decoracién de cardeter geométrico. Su dacacién entre Tos siglos x y 1x 2.C, a inicios del periodo geométrico, le confiere un valor inestimable, al confirma que, al menos en parte, el emramado mitologico griego estaha ya elaborado con an- terioridad, es decir en epoca protogeométrics El centauro es una figura que carece de paralelos en las artes orientales del momento, por lo que s¢ considera una claboracién propiamente griega Hemes de suponer, pues, que si a micios del periodo geomeirico nos encon- tramos con una figura perfectamente definida como el centauro, este hecho presupone que su conceptualizacién ha de ser anterior en el tiempo, cle ma- nera que la consideracién del periode protogeométrico como de etapa forma- tiva de la civilizacion griega deberia de ser revisada, ya que muestra elemen- tos culturalmente consolidados. ORIGENES DE LA PLASTICA GRIEGA Pocos son los ejemplos que han legado hasta hoy ¥ que permiten discernir Ja presencia de una plastica claborada en el periodo protogeoméiico, aunque ello no ha de significar a priori su inexistencia. Buena prueba es el centauro de Leffandi, pero también hay que tener presente la supuesta decoracién pin- tada que debia de existir en los revoques ce los templos o de las construccio- nes importantes, tal como muestran as maquetas vetivas de les mismes. Todos estos aspectos hacen suponer que en la edad oscura debia de existir algiin tipo de programa decorative (al menos aparece en la decoracién pit tada de la cerdmica), a pesar de que carecemos pricticamente de restos que permitan explicizarlos. * Pequena escultura y relieve Para encontrar las primmeras manifestaciones escultéricas hemos de sitwar nos en el periodo geométrico, del que existe tn numero importante de esta- tuillas realizadas en piedra, terracota, bronce o marfil. También habia meds- a tos realizados con madera —Ias xoanas- u ottos materiales perecederos que no hhan Ilegado hasta hoy. Estas pequelias figuras se elaboraban mediante ciferentes técnicas: le cera perdida, en el caso del bronec; a mano o con torno, para la terracota, o bien los cinceles, para la piedra o los pequefios relieves de marfil. La cera perdida ela técnica més compleja, pues participan en ella diversos procesos. Prime- ramente se escalpfa la figura en cera. Una vez finalizada, se recubria con un molde de barro que, logicamente, reproducia en negativo el volumen y la forma de la pieza, y que presentaba dos aberruras de diferente tamaio, ina en la parte superior y otra en la inferior, Por la superior se incroducta Jenta- mente el bronce en estado liquido, el cual fundia la cera ~que salia por el oti- ficio inferior © iba ocupando e! espacio dejado y adquitiendo 2 su vez la forma de la figura, Una vez enftiado el bronce, se abria 0 destruia el melde y se recuperaba la pequetia escultura, que hiego se retocaba. Este sistema es si- milar al que sigles més tarde se emplears en la realizacién de las grandes e3- culturas dle bronce de la época clisica. La principal diferencia estriba en que las figurillas geométricas son macizas, mientras que las clisicas estén realiza- das por partes. Esta pequefia cstatuatia geomézrica respondia a las diversas necesidades de la sociedad griega del momento. ¥ en parte, es Ia razén por Ia que de ordina- tio aparecen en lagares con alguna comnotacton sagrada, como los santuarios de Delfos u Olimpia, pero también en Ta misma acrépolis de Atenas. Asi, cabe distinguir estauulllzs culcuales, funeratias y decorativas, ¥ los sellos. Las p: meras tenfan una fameién votiva, es decir se enteegaban al tesoro de algin samtuario como respuesta o demanda de algin don especial recibico o pedido. a [a divinidad, y son las més numerosas. Las segundas podian formar parte del ajuar fumerano, aunque a veces también aparecen como exvotos. Por stt Foro. siglo w a.c. Estes eneletaetina en pats Delfes. Maceo Arquedtogien. pane, las calificadss de decorativas som figurilles o relieves que forma- bban parte de tripodes, taburetes 0 vasijas, entre ctios tipos de objets. El dl timo grupo lo constituyen aquellas figuras que presentan en su. base distintos disefios y que servian, con cierta seguridad, como firma, = Temas Existe una importante variedad temitica en Is que se pueden distinguir dos grandes grupos, las figuras de animales y las humans -bésicamente varo- nes, las cuales pueden presentarse a veces en combinacién, En este sentido destacan las vepresentactones tardias de jinetes y aurigas con sus carvos tira- dos por caballos, como muestran algunas figurillas en terracota halladas en Beocia (siglo vu a.C), Los temas pueden ser muy distintos y representar es- culturas aisladas o bien formande auténticas composiciones que en algin caso Uenen un caricter maitoldgico tal como vetnos en los restos de un peine de marfil (siglo vm a.C.) procedente de Espacta y que reproduce en selieve el Juicio de Pans. Las figuras aisladas son las mas numerosas, las que muestran mayor anti- Uedad y a su vez una mayor variacién en los temas, Asi, junto a representa. ciones de bucyes, caballes 0 cordetos, también encontrames escenas de la vida cotidiana, como el conocido fabricante de yelmos, del siglo vii aC. fign- ras bélicas como guetceros 0 autigas o sencillamente atletas. A partir de si- glo Vil a.C. se incorporarén algunos modelos de influencia oriental, como las cabezas de grifos, animales fabulosos mitad aguila mitad leon. Esta influencia oriental se concretari también en uma pérdida de rigidez y en um interés por la estructura anatémica humana, o que llevara a la realizacion de piezas cue, no cbstante su reducido tamafo y en algunos casos su escasa calidad, son eb precedente tanco formal como temético de la gran escultura posterior LA CERAMICA Si en algana manifestacién artistica podemos reseguir Ia evolicién formal de Ia plistica griega, ésta es la cerdmmica. No se trata de objetos mas o menos interesantes y que nos permiten datar épocas u otras obras. Antes al contra- fio, la cerdmica griega més que tinguna otra anterior, es fruto ce un trabajo de autor, tal como demuestran las firmas que aparecen en algunas de las pie- zas del periode clisico, y mantiene ya, desde sus inicios en epoca protogeo- métrica, un especial interés por los acabados y ett decoracisn pictsrica Los primeros ejemplos le ceramica posmicénica mantienen atin clatas si ilirudes con los micénicos, pero entre los siglos x1 y x a.C., durante el la- mado periodo protogeométrico, se produce un proceso de geometrizacion de los elementos figurativos, llegando a eliminar los por completo. Es justo decir que esta tendencia a Ia esquematizacidm ya se detecta en las etzpas finales de Ih cerdmica micénica, por lo que no podemos considerarlo estrictamente, y en ‘una primera etapa, como una innovacién, También se ha de constatar que, a pesar de ser generalizables a la préctica totalided del temitocio de la Grecia antigua, las formas cerimicas y su decoracisn no tienen una distribucion uni- forme. En otras palabras, no en todas partes y al mismo tiempo se produce la 1» Cerimica protogeométrica En la ceramica del periodo protogeométrico se abandona definitivament= 16 Gran crdera de Doyen. Hach 750 aC Terrors 58x14 em Pars, Museo del Lanne be lh decoractén figurada, concreténdose ésta en motivos eurvilinees o lineales, como circunferencias concéntricas, espirales, lineas ondulantes dentadas Es una omamentacion scbria que contrasta scbresnaneca con los motives tanto minoicas como micénicos de las etapas anteriores, pero que derota ya ‘un gusto griego, el cual se deduce, por la distribuclon sobre la superficie de la vasif, de los diferentes volimenes de los elementos decorstivos. Asi, se dis- pponen en registros horizontales que combinan ritmicamente con zonas sin decoracién o pintadas totalmente. Se crea, pues, un disefio que, aun teniendo una lectura horizontal, muestra unta ordenacisn vertical de los registros, en la que se combinan los espacios vacios color base de la picza-, semivacics con los motivas decorativos- y lenos totalmente pintados de color—, Técnicamente, los modelos mis evolucionados denotan una elaboracién de taller, deducible tanto por la habil atilizzcién del carno, como par la calidad que refleja su proceso de coccién. En cuanto a la coloracién de las piezas, po- ria hablarse de una bicromia, aunque en reclidad sélo se emplen, en los mo- tivos y bandas de color, un bamniz castafto oscuro. La combinacton de éste con el color base de 12 vasija, es lo que determina esa sensacién. bicré- mica. = Ceramica geométrica A partir del siglo x se produce timida y progresivamente Ia inclusién de motives figurados, tales como representaciones de animales 0 figuras hum nas, con Io que entrariamos en un periodo decorative nuevo: el geométrice, ‘cuyo momento culminante se establece alrededor del 750 aC. A pesar de ser un fendmeno del que aparecen evidencias en muchas 2onas de la Grecia con. tinental ¢ msular (Corinto, Argos, Creta, las Cicladas, Chipre, Italia, etc.) lo cierto es que las piezas mis significativas, las que disponen de un mayor ni mero de escenas, son dticas, y més concretamente atenienses La cerimice del periodo geométrice dispone ya de un programa técnico y decorativo muy elaborado, sefial de un proceso de asentamiento de las es- tructaras sociales y econdmicas del mundo gricgo del momento. Este pro- _grama se concreta técnicamente en el uso de un barniz marrén muy brillante con el.que se trazan loy motivos propiamente geaméuticos: circulos, zigzags, dentadas, tombos, esvasticas o meandkos; y los fignrativos: animales, fignras hhumanas aisladas, o escenas de batalla, y las prochests ~depostciin de cudd- ver-. Al principio, las figuras tanto humanas como de animales estan sélo si- Tueteadas, pero poco a poco se les van aniadienco caracteristicas que en algin ‘caso se concretan en detalles, como naviz y jos. A pesar de ello, son image- ‘nes convencionales de pequeno tamanio, realizadas sin caracteres fisicos es- pecificos que permitan su identificactén. Esta s¢ deduee por el tipo de actitad de la figura dentro de la mista escena: guerretos, plaiiideras, aurigas, muer- tos, ete. Los modelos mds interesantes son. sin duda, las grandes anforas y crdteras funerarias, que en algunes casos miden mas de 1,5 mde akura, y cuya fun cidn era servir como indicadores de las tumbas, 2 moda de estelas. La mayo- ia apareci6 en una necropolis de una antigua calle del Piteo -el puerto de Atenas-, excavada hacia finales del siglo pasado, con lo que se reafirmaria en parte, que el origen de las escenas guerreras fumeratias del periodo es prio- ritariamente atico, Algunos autores van todavia més lejos, al water de vincu. lar la aparicion de estas escenas a un solo taller ateniense, cuya duracion en ¢l tiempo se limitaria a uma generacién de artesanos Por su enorme tamaito, estas piezas cerémicas se vealizaban por partes, que st unian posteriormente, y disponian de un agujero en su base por el que ptobablemente pasaban las libaciones que se hacian en honor del diftnto Como ya sc ha indicado, dos son los tipos de escena que aparecen en la ce- rémica fumeraria geométrica, las hatallas y las prothesis 0 précesis, Las pri- eras muestran contiendas tanto tertestces como navales, en las que las fign- tas de los guerzeros aparecen en los mis diversos ademanes. Asi, los podemos ver peleando, disparando con e! arco, muriendo, remando o yendo.a caballo 0 en carro. Por su parte, Ia prothesis es estrictamente la exposicién del cadaver, la cual es acompanada por planideras y por un cortejo funerario de guerreros 4 pie, 2 caballo 0 en carro, ‘Se ha especulado sobre si estas escenas son representaciones de la vida teal o constituyen compesiciones heroieas o de significaciéa mitolégica. La unilormidad de representacidn de las figuras, jumco a la falta de atributos de las mismas, hace muy dificil averiguar si se trata de imagenes heroicas 0 10, Jo cual na debe ser un obsticulo para suponer que en su: momento pudieran ser identificadas como rales. * Cerdmica provoatica y protocorindia Dos son, principalmente, las éreas de mayor elaboracién de formas cerémi- cas: el Atice, con la ciudad ce Atenas ala cabeza, y la ciudad de Corinto, cuya sinuacidn geogratica privitegiada favorecié desde antiguo sus contactos con culturas foraneas, como los fenicios. En ambes dreas se produce una vltima fase geométrica en la que aparecen nuevos motivos orientalizantes, de cua silge del Temple ae ters Siglo W 2. Past 136 combinacién con los geométricos surgiran los estilos cerimicos conocidos como protoitica y provcorintio (710-600 a.C.), aunque este tiltimo se consi- dera en la actualidad como corintio. El estile protodtico mantiene el guste por las grandes piezas y por la pre- sencia de ciertos elementas geométricas, peto se replantea el papel de las fi- sguras, sean de animales, molégicas o humanas, al ocupar a gran tamatio la parte central y el cuello de la vasija, tal como nos muestra la eélebre hidria de Analaios 0 e) dnfora de Nesos, donde ccexisten elementos geométticos y orientalizantes. La téeniea de la incisibn favorece y realza las figuras pintades ‘en negro sobre fondo claro, al poder definir aspectos de las mismas {muscu- os, ojos, plumas, ete.) que de otra manera no podrian reilejarse Se considera la cetamica protoatica como el inmediato precedente de la gran cerdmica Atica de figuras negras del siglo vi a.C. La cerémica protocorintia muestra unes formates diferentes al dispener su decoracién sobre tazas (esquijos), jamras y pequetios vasos de perfume, aun- que con el tiompa tiende a utilizar soportes mis grandes, como créteras.o hi- drias, Las figuras tambiéa se definen mediante Incisiones sobre € color negro de hecho, se considera que el invento es corintio y no atico-, que a veces pueden rellenarse con alguna tonalidad blanca. Temdticamemte olrecen wna mayor influencia oriental, aunque también aparecen escenss mitolégicas que se disponen en la pieza a modo de registros. ARTE ARCAICO (DE MEDIADOS DEL SIGLO VII AL 480 A.C.) Hacia la primeca mitad del siglo vn, se produce en el mundo agtiego del mo- mento una serie de cambios de orden social y economico, que de manera lé- sgica incidirén en las formas y produceién de las manifestaciones artisticas. Muchos, variables y en absolute generalizibles, son esios cambios, aunque podrian coneretarse en una sola frase: la consolidacion de la vida urbana. Esa se debe en su mayor parte al desarrollo econémice promovide por las Harca- das colonizaciones, las cuales no solo facilitaron el establecimiente de colo- ros en el exterior, sino que abrieron la civilizacién griega a ioda una serie de contactos que, ala larga, iban a favorecer el establecimienta de unas formas politicas y culturales nuevas y originales. No hay que olvidas que la Grecia continenial es relativamente pabre en cuanto a materias primas, pero tam- bién loes, en términos generales, respecte 2 poseer prandes zonas apras para el cultive extensive, como sucede por ejermple con Egipt. El paso del modo de vida rural al urbano no fue facil, pues hubs que supe- rar coda una serie de problemas heredados de la anterior estructura social Asl, la propiedad de la tierra, la ejecucion de las eyes o la politica estaban restringidas a uma oligarquia que edministraba la ciudad y su territorio, Este esquema, de hecho, fue el origen del confhiero social -ba stasis que se desen- caddené cn wna buena parte de las ciuuades-Estado griegas hacia la segunda tmitad del siglo vn y que concluyé con la toma del poder por los denominados tiranos. Estos crearon e6digos legislatives escritos, perdonazon deudas y dic- ton forma, en definitiva, a una mieva estructura politica de la cindad-Fstado, que en algunos casos, com Atenas, favorecio la apauicion posterior de la de mocracia, Flfendmeno de las tiranias no es paralelizable a todas las ciuclacles sgelegas, algunas, como Esparta, nunca la tavieron, y otras, como Siracusa, fueron siempre regentadas por tiranos. En cuanto a las tantfestaciones artisticas, la aparicion de tos tranos es un aspecto que se ha de tener muy en euenta, pues con tal de tener el apoyo de la poblacicn y a su vez satislacerla ~no olvidemas que la toma del poder es por la fuerza- realizardn importantes obras piblicas (templos, eeatros, ete.) ¢ institacionalizarim fiestas y actividades de orden cultural, como representa- ciones ceatrales o concursos poéticos. Asimismo, les tiranos prestaron gene- ralmente sit apoyo al desarrollo de une clase que pedrfamos denominae «bur- ‘guesa», la cual se habia enriquecico con el camercio y otras actividades econsmicas, y que es ls responsable de gran parte de las obras artisticas de este momento, sobre todo de In escultura votiva o funeraria Sin embargo, los griegos de la época clasica guardaron un recuerdo nega- tivo de les tiranos. ¥ con este sentido peyorativo han llegado hasta nuestros dias, aunque hay que reconocer que fueron en gran parte tesponsables del prolunco cambio que afects a lz sociedad griege y a sw arc. LA PLASTICA ARCAICA Cronolégicamente, la plastica arcaica viene mareaca por Ia escultura, ya «que e» el tipa de manifestacién que mejor ha resistido hasta nuestros dias. Por el contrario, casi no hay ejemplos de pintura mural o en table Por ello se ha de recurrir a la cerémica 0 a la decoracion de tas twmbas cetruscas ~muy influidas por la plastica helénica del sur de Italia para poder analizar la evolucién formal de la pintura griega. Este método, st bien facilita tune aproximacién al fenémeno, puede falsear la realidad, pues aunque las técnicas de representacién pictorica sean similares, nunca podran ser equiva lentes, No es lo mismo, a efectos de disponer Ia pintura, una vasija cerdmica de 20 em, con sus formas redondeadas, que una pared lisa de varios metros, de anchura. Por tanto, intentar trasponer a una inexistente pintura mural las leyes de compasicion extraidas del andlisis de la cerdmica, aunque permite suponer cémo eran las gfandes creaciones pictéricas €3, en definitiva, sélo 50, una suposicién. De ahi que sdquieran una dimensin aun més notable cuando se ejemplifican las represemraciones pictoricas griegas a través de las pinturas funerarias etruscas o de las pinturas o mosaicos romanos, que, lig camente, se encuentran ¢ enonmne distancia temporal, formal ¢ ideclégica del mundo griego antiguo. Tres som las etapas con que se organiza la plistica arcaica y que coincide con los perfodos seiialados en cl marco cronoleégico general: la jomiea, que in- cluye la primera época de Ia esenltura llamada deddlica: la jenico-atica, y la dcica. Sin embargo, no estd de mas sefialar que estes términcs Hevan implicita tanto una cierta orientacidn geogrfica como un andlisis estilistic. ESCULTURA ARCAICA, De manera un tanto artificial como correcta, las manifestaciones cscukéri- cas arcaicas son susceptibles de ser incluidas en dos grandes grupos tipolégi- cos: el de las figuras exentas y el de las arquitectontcas. Al primero corres- ponderian las esculturas de ecardcter votivo, fanerario 9 culeual, mientras que en el segundo se inchuirian las figuras de los pedimentos y la decoracion en relieve de metopas, frisos y elementos arquitecténicos, como artesonados, dinteles, basas, etc = Escultura dedilica y primeras manifestaciones escultéricas, (desde la segunda mitad del siglo vn hasta el 380 a.C.) La leyenda atribuye a Dédals, arquitecto ¢ ingeniero del rey Minos de Creta, la invencign de la escutura, por le que, sigaiendo con la tradicién co- méntica que invade la historiografia del arte griego, las primeras esculturas, de €poca arcaica se denominan dedalicas. Son limitados los ejemplos de este momento de alto arcafsmo, aunque vemos ya bastante definidos los modelos escultéricos que se desarrollaria con posterioridad: los kouros o kourei, las korés o korai, y las esciiltucas se- dentes. Con el término kouros o kouroi se identifican las figures escultoricas dc hombres jévenes desnudes cuya fincién podia ser funeratia, votiva 0 con- memorativa. Por su parte, las korés o korai, son representaciones de rmucha- chas jovenes, siempre vestidas, que de ordinario eran representaciones voti- vas. No sabemos cima denominaban los griegos antiguos a estas figuras, el calificativo de kouros, literalmente hombres Jovenes y atléticos, fuc utilizado por vez primera por Vasssilios Leonardos en 1895, y desde entonces se ha usado para definir este tipo de esculturas. Las estatuas femeninas mas antiguas, como el ofrecimiento de Nikandro 0 la Dama de Auxerre, fechadas entre el 650 y el 600 a.C., muestran ya algunas de ne Dana de Auxerre HHacia 630 A.C. Pedra caledre 5:cm de atu Panfs Museo dl Lowe ae Kouros de Senion Finale: del siglo vac. amok 305 om Prozedente del temple de las caracteristicas formales que marcardn las representaciones eseultérieas del perfodo arcaico. Se tata de esculturas rigidas, planteadas desde una es- tricta visién frontal y cayos hombros aparecen mas desarralladas que las ca desas, al adaptacse la realizaciin de la figura a la forma del bloque de piedra tal como viene de la cantera. FI trabajo ce cifie més al volumen que a los deta- es anatsmicos, puesto que las figuras estan. vestidas, y se concreta en los brazos y manos, pero sobre tode en la cabeza, El pelo siempre se reficja me- dante melenas de rizos y trenzas que a veces se recogen con diacemas o cin- tas, mientras que él rosiro se dibuja con les ojos almendrades y con una naciz que se origina en la proyeccién de las cejas. La convencién més caraceeristica es la llamada sonrisa areaica, qae no desaparecers de la escultura hasta el Principio de la edad clasica. Los kouros mis primitives, como los hallados en Tas ishas de Delos y Thera (entre el 650 y el 600 a.C): 0 los del Arica, como el colosal Rouros de Sunion 0 1s cabeza del Dipylon, fechados hacia el final del siglo vit a.C., disponen de asgs semejantes a las figuras femeninas, pero al disefiarse desmudos, pre- sentan una mayor acencion a Jos detalles anatomices, aunque en esta etapa inicial son moy esqueméticos De este momento tenemos informacion sobre algunos autores, como Euthykartidas de Naxos o Polymedes de Argos, cunque sélo a este limo se le pueden asignar obras conocidas, como tos gemelos Cleobis y Bitén, dos kouros hallados en el santuario de Delfos y que se fechan entre el 610 y el 580 a.C. Tradicionalmente se he considerado la escultura funeraria egipcia como e] foco de inspiracién de esta primera escultura gricga, pues al igual que aqué- a, los kouros disponen de un pie ligeramente avanzado, los brazos pegados al cuerpo 0 algo dablados, y los pufios cerrados. Si bien esta relacisn formal parece existit, no es menos cierto que la intencionalidad que lleva a la reali- zacién de ambos grupos de esculturas es diametralmente opuesta, ya que las figuras griegas estin reallzadas con la idea de ser expuestas. Es decir, estin pensadas para ser vistas; incluso las funerarias, no se depositan en la tumba, sino en el exterior, significando ¢ identificando el lugar y al difunto Las estatuas sedentes son otro de los modelos tipicos de Ia escultuta ar- caica. Los primeros medelos son arquitecténicos tal como se deduce de las esculturas sedentes del zemplo de Prinias en Creta, fechable entre el 620 y el 600 a.C. Posteriormente adquieren valor como figuras exentas, como el ha- Usage en Didima de una imagen de divinidad que algunos aitores sitdan hacia finales del siglo vi = Escultura jénico-atiea arcaica (entre el 580 y el 540 a.C.] De este momento contamios con un buen niimero de ejemplos, provenien- tes en su mayor parte del Atica, de la acropolis de Atenas y del santuario de Delfos, Asistimos a la aparicisn de figuras en actitudes y ademanes nuevos, como e] Moseéforo o el caballero Rampim, fechados ambos entre‘el 575 y el 350, aunque se mantiene la vision frontal de las esculturas y las convenciones en la representacidn del rostro, pelo rizado, sonrisa arcaica, ctc., tal como se observa en le Nite de Delos (hacia ¢! 550), 0 en los modelos femeninos procedentes del santuario de Hera en la isla de Samos, datables en Ja primera mitad del siglo vt a.C. Se detecta, en cambio, una mayor atencidn a Jos detalles anatomicos y una cierta pérdida de rigidez, una suavizacién de las formas, que se traduce en bs Hic siglo 1 2C CCrselefitine de Dele Nuew Inigo, eos 2 tears ‘ung mayor compensacién entre los diversos vohimenes del cuerpo a través de un modelado de caderas, piernas y hombros. Ejemplo de ello es el Kouros de Volomandra, hallado en una tumba atica y cuya cronologia es similar alas figuras anteriores, quizés un poco més cardia. Algunos autores han justficedo el fenémeno bisicamente atico de la suavi- zacién de las formas, como consecuencia de una asimilacién y reelaboracién, por parte griega, de ciertas influencias orientales, provenientes en su mayoria de las costas del Asia Menor. Junto a la escultura exenta realizada en piedra, disporemos en este mo- mento de dos nuevos modelos, las figuras crtselefantinas y los relieves de las estelas fimerarias. Las primeras se definen por ser esculturas realizacas en marfil y oro, cuyo proceso de elaboracton era bastante complejo. Sobre una armadura de madera se configaraba el volumen de la escultura con arcilla © xyeso, que luego se recubria en algunas zonas con las léminas de oro o planta, Las partes visibles, como la cabeza, mamas, pies, y a veces los brazos, se es br culpian independientemente en piezas marfil, y también se adomaban con foro, para después ensamblarlas al modelo de madera. La escultura se embe~ ecia tambien con diversos upos de joyas. De este modelo de figuras sdlo se conservan dos ejemplos muy restaura- dos, procedentes ambos de las excavactones Gel santuario de Delfos y que se echan entre cl 550 y el 540.a.C. Han sido identificados como Apolo y Hera y conservan, junto a buena parte de las joyas, la cabeza, las manos ~sdlo Hera— y los pies. Sus caractertsticas formales son las rismas que para el resto de las esculturas de este momento. En canto a las estelas, formaban parte de monurmentos fanerarias consti- tuidos por una base pétrea rectangnlar sobre la que se levantaba una alta pi- lastra coronada con un capil, a su vez rematado por una esfinge. El monu- mento era de tamsfio considerable, llegando a superar en algiin caso los 4 m. 138 osetfre Seusdo cua del figlo W 6. Mérincl: 165 em de ala roms. Meseo de Ia Acrépalis sera de Samos Macis 470 3. Minuol (92 em Je alu, Paris. Museo del Tove. La estela propiamente dicha se localizaba en In parte inferior de la pilastea y representaba, en genital, una imagen en relieve relacionada con el difanto. = Esculcura arquitecténica Mientras que en la decoracién de metopas o frisos el espacio disponible tiene una forma regular constante, ef acabado triangular de los frontones obliga a que las figuras del pedimento se adapten a un espacio que decrece progtesivamente en sus extremos. Este condicionamiento arquitecténico obligé al escultor a buscar toda una serie de soluciones formales, que favore- cieron la aparicién de figuras en las mis distintas posiciones y actitudes. La primera fue reducir ef tamatio de las esculcuras laterales atin a riesgo de des- compensat visualmente el frontin, tal como aparece en el pediment del tem- ple de Artemisa en Corcira (Corti), fechado entre el 600 y el 380 aC., donde Ta gorgona central guardla una enorme desproporcise respecte a las figuras la terakes de la composicidn. La segunda solucion fue o-gantzar escenografica- mente el pedimento, lo cual le facilitaba la propia forma triangulac del fron- (on. Ast, existia una escena central, que dominaba tematicamente todo el edimento, ¥ que era flanqueada por otras escenas, a veces inconexas, en las cuales las figuras eran de menor tamafio. Ejemplos de este tipo son los pedi- ‘mentos atcaicos hallados en le acrépolis de Atenas, datados entre cl 570 y el 540 a.C., y pertenecientes a templos destruidos en distintas etapas. En algu- ros de ellos, la escena central es la muerte de ua gran 1oro por parte de dos leones, los cuales aparecen flanqueadios por figuras de menor tamafio que re- presentan episodios de la vida de Heracles y que no guardan relacién con Ia composicisn central El vercer y postrer paso, del que solo encomtraremos ejemplos a partir del ultimo momento arcaico, organiza todo el pedimento bajo una misma escena, aunque se distingue un tema central. Las figuras tienen un tamafio més 0 menos semejante, pero se acomodan a la forma triangular de su soporte me- diane a adopcion de distintas posiciones, sentados, de rodillzs e incluso tumbades. ‘También poseemos de este momento algunos ejemplos de metopas, la ma- yoria de la Magna Grecia. = Escultura itica arcaica (entre el 540 y el 480 a.C.) Este es el gran momento de 1a escultura arcaica y 2 su vez el més conocido, ya que disponemos de numerosos ejemplos, fundamentalmente hallados en el Atica y en la acrépolis de Atenas. Las caracteristicas formales principales continuian siendo las mismes que en las etapas anteriores: frontalidad, sonrisa arcaica, rizos, etc., pero las figuras piesden gran parte de su rigidez, y adguie- ¥en un sentido que parece mas naturalista a nuestros ojos occidentales. Buena prueba de ello es el kouras de Anavysos (b. 520 a.C.) 0 €l kouros de Aristadihos (h. 500 a.C), em los que el estudio de los detalles anatémicas del desmudo masculino se muestra muy claborady. El grado ultime de evolucioa del mo- delo de kouros viene representado por la estatua en bronce de Apolo hallada en el Pireo (h. 520 aC.) y por el efebo de Crittos, segum la tradicion el maestro de Mirén, datable sobre el 490 a.C. En estos cuatro representativos ejemplos asistimos 2 una progresiva pérdide de los caracteres arcaiccs. Asi, el reparto del peso de Ia figura en vez de ser equivalents a las dos piemas ~caso de los kouros mas arcaicos-, se desplaza ligeramente hacia la posterior. provocando una ligera inclinacién de la cadera y a su vez del onco, con lo que se 9 Kesuras de Arango. tac 520 aC. Marmol: 196 em ee stews. Jacenas. Museo, Jarquenligio Nacional iKouras de Mets. 550.ac. Mirmol: 214 cm. Jaccnas, suseo Jacauenlogice Nacional, 10 comsigne una mayor naturalidad en ta forma de sustentarse la figura. También son destacables las diferentes posiciones que van tomando los brazos, al liberarse de la rigida verticalidad Del mismo modo, la mueca que formaba la sonrisa arcaica va suavizindose, Negando incluso a desaparecer, algo similar a lo que ocurre con las melenas rizadas, que son sustituidas lenca- mente por el pelo corto 0 carente de riz0s Es asimismo may interesante la serie de korés halladas en la acropolis de Atenas, las cuales muestran en su indumentaria y peinado diversas tendencias, Una mas continental, como la oré del peplo (h. 530 a.C.), y otras més orientales, jénica como la koré de Euthydicas, también conacida como Malca- ada, de. hacia el 490 a.C. En estos modelos femenines, total- mente veitidos, se observa tin cierto juego decorativa de los plicgacs, motivado por las diferentes texturas de las telas: la ttimica (chitin) y um manto (himation) En los relieves de las estelas funerarias asistimos a ‘una evolucién formal bastante semejante a la cultura exenta. Muestra de ello son la celebre estela de Aristién obra de Aristocles, y la este- la de Orcomenos, atribuida a Alxenor de Naxos, fechadas la primera enire ol 510aC. y el 500 a.C., y la segunda entre el 500 a. y cl 490 ac. No podemes finalizar este apartado Apa, 525 aC Bronee. sin. mencionar las figures de animales. Al Areas Masco igual que un buen néimero de las humae |Araucoliae nas, estas figuras cumpitan una Fancion vo- Nacional tia y en algunos casos, como el toro lado en Deljos (b, 525 a.C.), podtian ser criselefantinas. Generalmente represen- ten animales nobles, como el ya citado toro, @ eaballos -cuadriga de la acrépotis de Atenas (h. 520 aC}, pero en ellos se cetecta una intencién més realista. Es decir se intenta, mas que en las figuras humanas, reflejar la realidad o al menos una realidad idealizada, No se quiere reali- zar un caballo, sino el caballo, la elaboracién mental de to cue ean cahallo. & pesar de ello, som imagenes que no estén tan sometidas a la conveneién como las esculturas humanas, = Escultura arquitecténica Los modelos mas sorprendentes y a sa vez ms originales de Ja escultura arquitecténica ce este momento son sit, duda fos que nes han proporcionado los temples jénicos de Artemisa, en Efeso, y de Apolo, en Didima, Son grandes relieves fecha- dos enire el 540 2,C. y el 520 a.C,, y se encontraban adosados alas bases de las columnas de los edificios. Representan figu- ras humanas tanto de peril como frontalmentc, 7 aunque 9 tm tipo de modelo arquitectinico de claras influencias orient les, probablemente persas, sus caracteristicas formales son se- rmejantes a sus hermanas del continente. lat De la Grecia continental disponemos de numerosos ejemplos, muchos de ellos provenientes de los distintes tesoros del santuario de Dalios, coma el de Sifnos (h. 525 a.C), uatade ya al hablar de la arquitectura jénica. En estos ‘modelos, junto a otras aparecidos en Atenas como la gigantomaquia del pedi- mento del templo probablemence de Atenea Polias (h. 525 aC), asisuimos a un tatamiento de las figuras similar al que conservamos en la eseultura exenta y en los relieves de este titimo momento arcaico. El aspecto que mas diferencia este periodo de los anteriores atafic a la forma de disponer las figu- ras enel pedimento del templo. Estas, siguiendo la solucicn que apuntabamos en pirrafos anteriores, participan de una misma escena, pero se adaptan a la forma triangular, variando sus posturas y no reducienclo su tamafio. Este sis- tema se observa claramente en el pedimento del templo arcaico mas modemo que conocemos, el de Afaia, en Egina, datada entre el 490 y el 480 aC. 2 Koxé de Easdivo Period Arcsico 500 3. Marmot slurs de la pare siperio, 5@'cm; aura de ia pare tnertr, Lem. Atenas, Masso de 1s Acispotis Preparactin del script de we tordera Finale del sgh vac. Plaqueta de madera pinsada Frocedente de region de Sicyone Arenas. Maoseo Arcueoligico Inacton. Metopa con la leyenda de Asdon | chelcon Siglo viac. FTerracora pinada Frocedem del FTemplo de Apolo y Therme: Acenae. Museo accucolsgico Nacional. PINTURA ARCAICA Son escasisimos los restos de pintura mural o de tabla que han perdurado hasta nuestros das. Por tanto, hemos de conformarnos en parte con la pin- ura de las czrdmices o con las trazas de pinturas que n0s offecen las escultu- ras y los elementos arquitecténios areaicos, Lo cual nos permite transformar Ja imagen tradicional que sc tiene de las pulcras superficies de mirmol tanto as de los temples como de las esculturas. Los griegos solian pintar sus manies- taciones artisticas y en algxin caso con colores realmente vistosos, como el verde, el azul € incluso el naranja, entre muchos otros. Buena prueba de ello son las tr220s de color que conservan las korés y figuras de los pedimentos de Ja acrépolis de Atenas. En cuanto 2 las ereaciones propiamente pictSricas, disponemes de las me- topas cerémicas del templo de Thermos, de finales del siglo vu a.C., y algunas pinturas sobre tabla halladas en una cueva de Sicién del iltimo cuarto del siglo V1 a.C. Tipologicamente, obedecen 2 una definicion formal de las figuras, similar a la escultérica, ptro demuestran una mayor atenciSn a la configure- cidn de la imagen, ya que pueden aparecer de perfil y disponen de una gran variedad de actitudes. Las fuentes nos informan de pintores camo Filocles 0 Cimén, entre otros, Jos cuales, en su momento, eran reconocidos como importantes artistas. Por desgracia, ninguna de sns obras ha legado basta Ia actualidad; por tanto, no pocdemos aualizar Io que de cierto puedan cener las referencias extraidas de los escritores antiguos. (CERAMICA El periodo arcaico viene marcado por la cerdmica de lujo ateniense. La ri- validad comercial con Corinto habia sido eliminada y la produccién de los ta- de lleres de Atenas monopoliza pricticamente la fabricacién y exportaci vaso Francois, Hacia 570 aC. Frerracoa, 65 cm Je ahora Procede de Chis Hlorencia, Mazes arcucolsgien Nacienal Jas manufactures cerémicas mas ricas. Es el gran momento de la denominada cerdmica dtica de figuras negras, que, como su nombre indica, se caracteriza por representar imégenes en negro sobre un fondo rojizo. La técnica de ela Loracién es bastante compleja y su tipica coloracién se obtiene en diversas cocciones. Tras la realizacién de la pieza a torno con uma arcilla base, se de- cotaba mediante otro tipo de atcilla en estado liquide y previamente preps- ada -no se trata estrictamente de un bamiz-, con la cual se silueteahan las figuras cuyes detalles se realizaban mediante incisiones. La imagen que pre- sentaba toda la pieza antes de la coccién era de un color rojizo, ‘Una vez seca, la cerémlca se introducia en el horao y se la sometia a tres fases seguidas de cocci6n: en la primer2, se dejaba entrar el aire en el horno, con lo que la pieza adquiria un color rojizo, fruto de la oxidacién del bierto que contiene el barro. En la segunda fase, llamada también de reduccién, se ahumaba la cerdmica, con lo que sta cambiaba el color rojize por el gris y el negro. Y durante la ultima fase volvia a introducirse aire en el horno, produ- ciendose de nuevo otra oxidacion. Asi, la arcilla base, al ser mas porosa que Ia utilizada en la decoracién, reabsorbia ¢l oxigeno, romdndose ora vez roja, mientras la arcillz-barniz aplicada sobre acuélia, al ser més densa, mamtenia el color negro, En la ttenica de figuras rojas aparccida a partir del 530 a.C., 5¢ seguia un proceso similar, pero se invertia la forma de decorar la pieza, ya que toda su superficie, menos las Figuras, s¢ pintaba con el bamiz-arcilla, Al cocerla, Ia pieza quedaba de color negra y las figuras del color rojo de la arci- la base. De la importancia que la cerdmica tenia en el mundo griego del momento son buena muestra las firmas de alfareros y pintores que aparecen en las dis- tintas piezas. Uno de los ejemplos més destacados es In critera conocida como Vaso Francois, encontrado en una tumba etrusca de Chiusi y datado entre el 575 el 550 a.C, Se trata de una cerémica de figuras negras realizada por el alfarero Ergotimo y decorada por Clitias, uno de los mas importantes pintores del momente y del que se identifican otras obras. Junto a Clitios apa- Tecen documentados pintores como Tleson, Nearto, Exequias © Amasis. El programa decorativo de la cerémica dtica de figuras negras y rojas es muy elaborado, con una gran variedad de temas fundamentalmente mitolégi- cos, aungue también estén presences escenas de la vida cotidiana, La decora- isn se dispone en registtos que soportan el desarrollo de las escenas en todo el perimetro de la cerémica —como el vaso Frangois-, aunque en las piezas con dos asas se puede disponer a dos caras, con slo una escena por cada una ellas, como la célebre dnfora de Exequtas (h. 540 aC), donde Aquiles y Ayax aparecen jugando. ARTE CLASICO (DESDE EL 480 AL 323 A.C.) El final de las guerras médicas favorecié la configuracién de un mundo he- leénico bastante distinto del que se desarrall6 en el periodo arcaico. La lucha con los persas y su posterior derrota signtfico Ia definitiva consolidacion de has estructuras politicas y econémicas de las principales cindades-Estado gric- is, y reafirmé la hegemonia de Atenas y Esparta, y postertormente de Tebas, hhasta la aparicion de Filipo I de Macedonia hacia el 338 a.C. 146 Partenen 447-422 ac. stem. Acnspolis Logicamence, estos cambios en lo sockal cavieron una traducei6a en lo a= tistico distinta a la areaica, y que favoreeié el desarrollo de mas obras rmucho mas elaboradas no solo técnicamente, sino desde un punto de vista concep- tual. El arte se convierte en un fin, no es sélo wna consecuencia en formas de Ja capacidad creativa de una cultura, es un producto elaborado de manera in- telectual, que se somete a leyes consciente ¢ individualmente plancadas por su unico creador, y cuyo fin ultimo es transponer a las obras ja imagen elabo- rada mentalmente de las rismes. Sin embargo, cl fendmeno no cs nuevo, ya Jo habjamas visto en el mundo arcaico, la gran diferencia estripa en la racio- nalizacién de la creaciGn artistica que se produce en el momento clisico. Da igual que se quiera representar a un dios 0 a un atleta, escribir una tragedia 0 construic un templo, todo ha de ser fruro de unas normas, de unas leyes pro- piamente artistieas que no nacen de la convencién, como ocurze en el mo- mento arcaico, sino de la necesidad de aproximarse lo mas posible 2 la tmna- ‘gen mental que se tiene de la manifestacién que se desea realizar. No hemos de entender este proceso aplicado a la plastica como una aproxi- macién a la realidad, el arte clisico griego no es tealista, ni viene pretensién de setlo por mucho que a nuestros ojos lo patezca. Es un arte fundamental- mente intelectual, que intenta reproducir en imagenes la reflenién te6rica de una realidad mundana o divina, pero nmea ésta misma 1A PLASTICA CLASICA Contrariamente alo que pudiera hacer pensar la gran cantidad de litera: tura existemte sobre la plastica griega, y sobre todo de las grandes obras os- cultéricas clésicas, los cjemmplos que han Hlegado a nuestro dias son muy limi- tados. Ocurre, como ya se apunts en la plastica arcaica, que la historiogralia del arte griego se basa en su mayoria en copias helenisticas 0 romanas, que pueden ser mas o menos fieles al original, pero que en delinitiva no son mas que 30, copias. En este sentido, sorprende ver como en muchas ocasiones tendemos a sublimar en exceso estas réplicas haciéndolas represencantes del autor, de su calidad como artista o de la sociedad en que se engendrs, cumde cen el mejor de los casos son piezas realizadas cincuenta 0 cien aflos mas tarde. ESCULTURA CLASICA Probablemente sea en la escaltura donde Ia sobsevaloracién de las copias ¢s mds importante, ya que él conocimiento decumental de un gran autor del momento, péngase por caso Mirén, Policleto o el mismo Fidlias, ha motivado Avia de Def Paimer cvsrto del silo v ac. Bronce: 180 em de ales Fragmeno, ellos. Museo Arueckésico. painter de Afiodua 460 3, Mirmol:aleara de ty esquina, 84 em, Relieve penetecicate al trone Lows. Koma, Museo Nacional de les Terms Ja buisqueda cast exclusiva de sus réplicas, con el abandono, en muchos casos, de la identificacién de otras obras originales cuyos artistas son menos conoci= os ¥ que s6lo aparecen en publicaciones muy especializadas, Hay gue tener presente ademas, que Ia gran estatuaria exenta del periodo dlasico era fundamentalmente de bronce, material considerado mis noble para le escultura aislada, pero sus copias, debide a la funcion decorativa que Gebian de tener en el mundo helenistico 0 romano, se realizaron en piedira Este hecho ha motivado ura imagen francamente distorsionada de fa realidad escultérica del peciodo clasico, al presuponer unas superficies blaneas y mar mnéreas a originales con el brillo reluciente del metal, Cuesta imaginar, por ejemplo, al Discdholo de Mirén con la reluciente superficie dorada del bronce recién fundido, decorado ademas con pintura en algunas partes de su cuerpo; sin embargo, éstas eran su forma y su concepcién originales, y no las tardis coplas inmaculadamente blancas que han llegado hasta nuestros dias La ausencia de los bronces clisicos no es sélo fruto de la casualidad 0 de diversos avatares, pues el metal, 2 diferencia de la piedra, es mas facilmente reciclable en armas u otros objetos. De hecho, todos los bronees griegos que conservamos son fruto de excavaciones arqueolégicas o han apareciddo en el fondo del mar y son consecuencia del naulragio de} barco que seguramente los transporiaba a Italia, donde existia un auténtico mercado de compraventa de originales y réplicas de las mds famosas esculturas gulegas. De manera si- milar, aumque en menor medida, muchas de las estatuas en mérmol, exentas © provenientes de pedimentos, fueron a parar con el tiempo a las hornos de cal, de ahi que, al igual que ccurrié con las de bronce, sus originales se hayan perdido y sélo dispongamos de copias posteriores. Tres son los periodos en los que se organiza la escultura clésica: el Uamado estilo severo, que se desarrollaria entre el 480 y el 450 a.C.: el clasicismo del siglo va.C. (eganda mitad ce siglo), y el clasicismo del siglo wv aC. (hasta el 323 aC) 19 # El estilo severo El término severo no deja de ser un buen calificativo, sungue un poco Pico, pare definir la escultura posterior a las guerras médicas, ya que la seve- Tidad de cuerpos y rostros es una de sus earacteristicas més destacedas, En las figuras de este pesiodo asistimos a un abandono progresivo de la frontali- dad, hecho que se concreta en la aparicién de actitades y posiciones nuevas, © sea una nueva idea de la composiciOn de le figura, Se favorece asi, la am- Dliacién de las caderas, o al menos que no sean subsidiarias de los hombres, ‘con lo que se crea un nuevo tipo de equilibrio en fa descarga del peso de laf. gua, lo cual ya lo habiamos observado timidamente al final del momento ar- alco. For tanto, con el cambio de ademanes, los br22os adquieren una mayor libertad en su disposicién, pero mantienen cierta rigidez extrapolable al reso de la escultura y a la accién que se esta representando. 10 Zens de drtemisa Segundo cuino del Jago vac. Bronce. 209 em de sar, Atenas, Musee fArqueoiogico Nasional Fremtin del tcinplo ec Zeus de Otimpic. Segundo euro del siglo v a.c, Relieve de memo’ 160 cto Ge altura Olimpia. Museo de timp Los rostros abandonian definitivamente las convenciones arcaicas y adquie- yen una mayor naturalidad, aspecto que se refleja también en la muscalacién de los desmudes masculinos. © Fscultara exenta severa Afortunadamnente peseemos algunos originales en bronce de este momento, como el Auriga de Delfos (#78-474 a.C} 0 el Poscidén del cabo Artemision (470-450 a.C), pero tambien algunas copias helenisticas y romanas de escul- turas de este periodo, come el grupo de los Tiranicidas, cuyo original se sitéa hacia el 470 a.C. Existe asimmismo un nimero importante de pequefias estatui- lias, pero son generalmente obras de artistas menores, cuando no de auténti= cos artesanos, que imnitan con mds 6 menos acierto los madelos de la gran es- tatuaria, EI Auriga de Delfos es Ia figura principal de un grupo que ineluéa propia. mente los clementos de una cuadriga (Caballos, carro, acompanante, etc.), aunque sélo quedan de ésta unos poces restos. Se trate de un conjunto votivo, ‘ofrecido a Apolo por Polyzalos, Tirano de Gela, cel que se desconoce el autor, aunque algunos lo atribuyen, sin demasiada eredibilidad, a Pitagoras de Samos o bien a Critks. Es una figura casi de tamatio natural en. la que se ob- servan algunos caracteres arcaizantes, como su frontalidad, el watamicmto del pelo y la rigida caida de los pliegues de la tiinica, pero que muestra en el ros- tro y disposicién, una actitud ya clisica. Algo mas evolucionado es el Pose don (o Zeus) del cabe Artemision, hallado en el mar por unos pescadores de Eubea en 1928. La figura, realizada en bronce y de un gram tamaho, muestra al dios completamente desnudo y en posicion de Lanzar su tridente, accién ‘que se deduce por la posicién de los brazos, Se le pede considerar ya como una esculura précticamente clasica, a pesar de que la rigidez de Ta cabeza, di- sefio del rostro y falta de ligereza la definen como pertenecience el momento severo. Al igual ene al Auriga, se le han atribuido, sin ningiin tipo de pruebas, varios aucores como Ageladas de Argos o Kalas. Tenemos noticias también de otros artistas de esta etapa, por ejemplo Cri- tias y Nesiotes, autores del grupo original de los Tievantctdas -tambien de bronce-, pero no disponemos de originales o copias que permitan su confron- tacion. © Relieves severos no arquitecténicos Juno a las estelas funcrarias de este momento, merecen especial atencién algunos relieves votives que han aparecido en la acrépolis de Atenas y en otras santuarios, Su aspecto miis destacado es Ia progresion de las figuras desde un posicién estatica de perfil, como vefamos en las estelas arcaicas, una visiém mas frontal de la imagen. Esta combinacién obliga a una relacion ‘mis natural entre las partes del cuerpo, que se dispone sobre la superficie conjantamente de perfil y de frente, tal como aparece en los relieves del lla- mado Trono Ludovisi (u. 470-460 a.C.), 0 en la Atenea Pensativa, algo mas tar- dia th. 460 aC) ‘= Esculturas arquitectonicas severas En los relieves de frisos y metopas de este momento asistimos a un plan- eamiento similar al apuntado para los relieves votivos 0 fmerarios. Ejemplo de ello son las metopas del emplo E de Selinumte (b. 470-460 a.C.). Sin em bargo, el mejor conjunto de escultura arquitecténica del momento severa con sin dua los pedimentos y frisos del templo de Zeus, en el santuario de Olim- pia (h. 465-457 a.C). Arnos frontones se encuentran bastante maltrechos y representan la carrera de carros entre Pélope y Enomaos (pedimento orten- tal), y la lucha entre los Centauros y los Lapitas (pediment cccidental). La isposicion tematica y escenografica es ya clasica, es decir todas las figuras participan de la misma escena, aunque se adaptan, mediante distintas posi- ciones, al espacio de que disponen. A pesar de ello, ainbos conjuntos presen- tan un cierto carscter areaizante, deducible por la rigidez en el ademan de las esculturas; algo similar a lo que ocurte con las doce metopas conservadas del mismo templo y que muestran Jos trabajos de Heracles, En Olimpia tambien ha sido encontrado otro tino de escultura arquitecté- nica bastante singular, nos estamos refiriendo al Rapto de Ganimedes (h. #80 470 aC). pequefio grupo de terracota que representa a Zeus y al adolescente Ganimedes, y que formaba parte, probablemente, de algin acroterio, el pretil que ocultaba los comnisamentos del tejado. ® Escultura clisica del siglo v aC. En la escultura de la segunda mitad cel siglo v a.C. asistimos, sin embargo, 2 una clara evelucién respecto del momento severe. Las figuras se vuelven smés equilibradas. ya sea en su forma, como en la manera estricta de canalizar Ja descarga de su peso. No obstante, la gran apoctacién de la estatuaria de este momento va mas alla de los aspectos puramente técnicos, al-haber con- seguido trasponer fielmente al bronce © a la piecira una imagen elaborada in- telectualmente. Se trata de la representacién de protatipos, de modelos ti 08, que retinen en si mismos codas las aspiraciones que se demandan al tipo ce figura representada. Es decir se intenta realizar la imagen absolutemente MRGN Disco. Copia romana Original acis 450 aC. Maro! 193 «m ce leur, Roms. Museo de lis Terraas 133 perfecta, aquella que el autor tiene en su mente y que no existe en el mundo real, No es la busqueda de la belleza en el sentido que entendemos hoy, seria ‘mas apropiado calificarla como la bisqueda de la perfeccin, Los rostros y acciones son atemporales, irreales, casi metafisicos. Da igual que sea un dios, un animal o un atleta, el escultor reproduciré su imagen sin semejanzas a su entomno inmediato, intentando traducit en material lo intan- gible, la esencia, la idea. ‘Ante este planteamiento sorprende mds el valor dado a las copias, las cua- les son sélo réplicas de una figura realizada pensando en su exclusivided. = Escultura exenta del siglo v a.C. Tradicionalmente, la escultura de la segunda mitad del siglo v aC., se ha ejemplarizado a través de los grandes escultores del momento, Mirén, Poli- cleto y Fidias, de los cuales no se ha conservado ningin original, Por ello ‘hemes considerado que primeramente prestariamos atcncién a los originales corservados de esta etapa. Entre ellos, destacan las dos figuras de guerrero descubiertas en el mar frente a la costas del sur de Italia en 1972, mas conoc!- das como los bronces de Riace. Se trata de dos figuras completas, de unos 2m de altura y 400 kg de peso, fechadas hacia el final del siglo v a.C.,.0 prime!- ios del siguiente. Tras un elaborado proceso de restauracién y gracias a su buen estado de conservacion, muesttan, por primera vez, la gran calidad de In escultura clisica griega en bronce. Son figuras que conservan restos de pin- ‘ura en los labios, los ojos ¢ incluso en los dientes. y representan dos jévenes yy barbados gucrreres desnudos, uro de ellos con yclmo, armados con lanza y escudo, tinicos elementos que han desaparecido. Se desconoce su autor, y si Este fue el mismo para ambas, pues e> posible que sean de cronologia dis- tinta. El bronce conocido como B -el del yelmo~ parece anterior, aunque al- ‘gunos las atribuyen sin ningun tipo de fiabilidad a Pitdgoras de Reggio. Con independencia de quién fue su autor, lo cierto es que las figuras siguen una tradicion Iigerameme més evolucionada del modelo de guerrero com lanza, Doriforo, postalado por Policleto entre e] 450 y el 440 a.C. Se conservan otros bronces originales, a pesar de'que su estado es muy fragmentario, como el Fil6sofo de Porticello 0 cl Apolo de Chatsworth, fechado el primero a finales del sigio v a.C, y entre el 460 y el 450 aC. el se- gundo. En cuanto a las manifestaciones en piedta, destaca la Niké (Victoria) ha- Mada en el santuario de Olimpia, e identificada como obra del escultor Paio- nios de Mende, ino de los mas importantes del siglo v a.C. Es una escultura “muy deteriorada realizada en mérmol de Paras y cuya altura supera los 2 a. Se fecha alrededor del 410 a.C., y en ells aparece la Imada técnica de los «patios mojadose, sistema mediante el cual los pliegues de la ropa se adhieren al cuerpo mostrindolo en su intimidad. Recuérdese que el desnudo femenino no aparece hasta el siglo WV aC. De los escultores del siglo v a.C., que las fuentes identificon como mas sig- nificativos, no existe ningun original. El primero de ellos es Mirdn de Eleu: tera, autor del Discébolo y del grapo de Atenea y Marsias, cuyos originales se datarian entre el 460 y 450 a.C Miron era esencialment: broncista y se le considera un escultor a caballo entre el estilo severo y el clasicismo de la se- gunda mitad de siglo. Su obra mis conocida es el Discébolo, y eon ella Mirén rompe definitivamente con la frontalidad, captando el movimiento instan- taneo. ist EL segundo gran escultor del momento es Policleto de Argos, para algunos el primer artista realmente clasico. Al igual qae Mirén, era broncista, y entre sus obras més destacadas figuran el Deriforo, el Diadiimeno, el Efebo de West- ‘macott y 1a Amazona herida (entre e1 450 y el 430 2.C.), identificadas a wavés de copias romanas. Policleto fue el primer escultor de que se tienen noticias que concibié un «canorm, una regla o precepto por el cue se habia de guiar la-> Tealizacion de 1a escultura masculina. Este canon lo rellej6 en el Doriforo (el portador de lanza), figura que debia tener proportionalidad y equilibrio entre cada una de sus partes, El equilibrio nacia de la forma en que se articulaban las diferentes partes de Ie figura en reposo, mientras que la proporcionalidad se originaba en el céleulo métrico de los distintos volimenes de la escultura, desde el dedo pequefio del pie hasta la cabeza. Se sabe que escribié un tra- tado al respecto que titulé con el nombre de Canon La triada del siglo v a.C. no quedarfa completa sin la personalidad de Fi- dias. A él debemos no silo la direecién de les obras de la acrdpolis de Atenas, sino que, probablemente, fue el responsable temstico de la decoracion del Parienén, Pero éstas no facron las tinices actividades de quien fuera recono- ido ya en su momento como una de los mejores anistas:realizé las obras es Guero de Rie Hacis 460-430 a ¢ Bronce’ 198 cm de seve, Reygto di Caltbra, Museo Nacional cultéricas més famosas de la antigiiedad: las estatuas crisclefantinas de Zeus en Olimpia (h. 435-430 aC.) y ce Atenea Parthenos en ¢l Partenon (h. 447- 439 a.C); de las cuales s6lo nos restan referencias escritas y algunas figurillas posteriares, Asimismo, se le atribuyen bi Atenea Promacos (h. 450 aC), la ‘Atenea Lemnia (b. 440 a.C) y una amazona hertda (h. 430 a.C.), la primera de ellas desaparecida y el resto en copias helenisticas 0 romana, ‘También tenemos noticias, as{ como alguna réplica, de autores como Aleé- menes, Cresilao 0 Fradmén, cuyo prestigio corria paralelo en su. momento a los artistas arriba citados. = Relieves y escultura arquitectonica del siglo v a.C. Contrariamente a lo que sucede con la escultura exenta, disponemos de. numeroses ejemplos originales de este periodo, tanto de relieves de lapidas funerarias como de metopas, frisos y pedimentos, entre estos ditimos desta- can los provenientes de los templos de la acropolis de Atenas. Junto a las fi- {guras de los fris0s (h. 442-438 a.C.) y de los pedimentos (h. 439-431 aC) del Partenén, la acrépolis nos ha dejado dos modelos de obras realmente signifi- cativas: las caridtides del Erecteion y los relieves del pretil del replete de Arenea Nike Las primeras son sels figuras de muchachas de amano superior al naturel, que sirven de pértico elevado a ls antigua tumba de Céctope, ineorporada en este momento al Erecteion. Estin esculpidas en diversas actitudes y disponen también de peinados éistintos; de hecho, podian ser consideradas como gu ras exentas, a las que se ha afiadide un kalathos que, a modo de capitel, es el encargado de sostencr al friso. Se considera, sin demasiado crédito, que son obra de Alcimenes, y su antigiiedad se sitiia en el periodo entre los atios #20, y 413 ac. Por su parte, el pretil del templete de Atenea Niké (h 410-407 aC.) se atri- buye generalmente a Agordcrito, y es uno de los mejores ejemplos de la tee nica de paiios mojados. Los felieves mnestran a distintas nikés aladas dis- puestas en diversas acritudes, destacando en este sentide la que aparece atindose una sandalia, = Eocultura del siglo w aC. Las guermas del Peloponese entre Atenas y Esparta y sus respectivos alia- dos, es quizis el factor politico y econémico que més afectaré al cambio de siglo en toda la Grecia continental. Recordemos que la misma Atenas es to- mada por los espartanos en el 404 a.C. Légicamente, estos hechos determi- ran en buena parte una particular evolucidn de la plastica y, mas conereta- ‘mente, de la escultura del momento. Asistimos 2 una pérdida progresiva de la religiosicdad, que se concreta en la aparicién de wn cierta agnosticismo ~ crates 5 un buen ejemplo-, facioc que, undo a la fata del encargo instiwucio- nal y a.un fuerte crecimiento econémico privado, favorece Ia demanda de wn ‘mayor realismo social y un incremento de lo anecdbtico. Prueba de ello es el desarrollo del reteato y la incorporacién del desnudo femenino al programa decorativo griego del momento, Las formas se suavizan, se vuelven mas femeninas, menos robustas y alar- gan sus proporciones. Asi. las figuras pasan del teposo metalisico que veia- mos en la centutia anterior, a realizar acciones concretas, determinadas, rea- les. Se erata, en definitiva, del paso de ta nobleza formal del siglo Va.C.. a la celegancia escultorica del siglo IV a.C. BT = Escultura exenta del siglo w aC al que sucede con la escultura del siglo v aC.. existe cierto numero ales en bronce y piedra, de les que se deseonoce su autor. Entre ellos destaca el Efebo de Maratén, wna escultura en bronce, de tamafio inferior al natural, hallada en el mar frente a las costas griegas en 1925 por unos pesce- dotes. A pesar de la restauracién del brazo izquierdo, muestra ya los caracte- res propios de la estatuaria clasica del siglo tv 2.C, (h. 340-300 a.C.),, con una simosidad en sus formas conseguida mediante la contraposicién de Ia direc- ‘ign de las caderas, el torso y la cabeza. Este sistema recuerda esquematica- mente el aspecto de una S, y su principal expomente en este momento es el escultor Praxiteles, de ahi que se le haya atribuido esta figura sin ningun tipo de evidencia. Otros originales de este perfodo son también el Efeto de Anticythera y la ‘Atenca del Pirco, ambas realizadas en bronce y de tamafio superior al natural Se las fecha con posterioridad al 340 aC. y se desconoce su autor. Fxiste también algin ejemplo en marmol, como la Deméter de Cnido (h. 350 a.C.), una figura sedente que aparece representada en una silla o sillin rodeada de almohadones, Al propio Praxiteles se Ie atribuye, con mayor seguridad, la figura de mér- mol hellada en Olirapia en 1877 y que muestra al dios Fiermes lievando a Dic nnisos nifio (h. 350-330). Algunos investigadores, sin embargo, dudan de esta atribucion, y la consideran una copia, obra de otro Praxiteles de época hele- ristica, La escultura representa a un Hermes adult que con st brazo dere cho, desaparecido, sostenfa un racimo de uvas que mostraba al pecuetio Dic- nisos, al cual soporta con el otro brazo recostado sobre un lefio. Sea obra ono del Praxiteles clasico, lo cierto es que el Hermes reiine todas las caracteristi- cas que definen Ia escultura clasica del siglo 1 a.C. y que la diferencian so- be 60 Atesee 310-330 aC, beonee. |Avenas, Maseo |Arquealigice Nawonal bremanera de la anterior. A la svavidad y elegancis de las formas, se afiade Ia Ss praxiteliana, responsable no solo de la descarga del peso, sino de la pro- pia accién que esté realizando la figura: ensefiar el racimo de avas al dios nif, Meneién aparte merece tas copias de originales cuyo autor desconoce- ‘mes, pero que al parecer tuvieron gran importancia en sa momento. Un buen ejemplo de ello son el Apolo de Belvedere o la Diana de Versalles, copias roma- ras de originales en bronce fechaclas entre el 350 y el 320 a.C. Algunos las consideran sin demasiado fundamento obra de Leocares, pero en realidad se desconoee quién fue su creador. Tal como sucedia en el siglo V aC, poseemos informacion y numerosas ré- plicas de los considerados tadicionalmente principales escultores de este siglo: Cefisodoto, Praxiteles de Atenas, Scopas de Paros y Lisipo de Sicidn, peaxt {anibuide) Hermes Segunda mitad de! gio tv ac Bronce: 130 can de hor, Soeada del mar setca de Marathon, arenas. Nuseo Argueol6eico Nacional FS It PRAXUTELES: Homes can Droniso Cepia romans. Orginal segund micad de! siglo 1 ac. Marmol: 213 em de aluca Obepia. Maceo de obrmpis PRARITELES: ajrsits de Cxide 37 a. Marmol: 240 em de ates Roma, Vaticane Del primero, pace 0 mentor artistico de Praxiteles, posee- mos copias de su grupo de Irene (paz) y Pluto (abundancia) (original, h. 375-370 a.C), asi como referencias a un Her ‘mes con Dionisos. Se le considera un esculor de transicion, entre los dos siglos clasicos Salvo el Hermes de Olimpia, tampoco disponemos de on- ginales de Praxtteles, pero si de numeresas copias, como l Apolo Sauréctono o la Vewus de Aries (originales, i. 350-330 a.C), aunque su obra més importante fue la Venus de Cnido (original 350-330 a.C), el primer desrude femenino griego, Fue considerada en su momento come la estatua més bella del mundo, y de la importancia de esta Venus nos hablan Jos abundances modelos romanos que han Hegado hasta nmestro dias EL aspecto mas destacado de Scopas de Paros e5 su par ticigacién en dos de las construcciones més importantes ce le historia del mundo mediterraneo det momento: et templo de Tegea y el mausolco de Halicarnaso; considerado este ultimo por sus contemporé- rncos como una de las siete maravillas del mun- do antiguo. Le falta de criginales fables o en bucn estado, tanto en lo que ataie a las fi _guras arquitectanicas como a las exentas, hace muy dificil aeribuirle con seguridad obras concretas. Las fuentes Io identifican como el escultor de las pastones y lo con- sideran uno de los precursores del hele- nismo. Lisipo de Siciin, también conocido como €l Viejo, ¢s el ultimo gran maestro del siglo Wa, y se le puede definir como bron- sta, A su longevidad se atribuyen general- mente las nurmerosas obras cue han llegado hasta nuestras dias, siempre en forma de copias, Entre ellas destacan el Hércules Epi- trapecio, el Agias y los retratos de Alejan- dro y Seleuco, cuyos originales se fecharian entre el 325 y el 300 aC; aunque quizé su obra mds importance sen el Apoxtémencs, escultura de un atleta o joven en actitad de Iimpiarse, y en ta que Lisipo inerodyjo un rmuevo sistema de proporciones, otro canon que, a diferencia del de Policleto, redveia el tamafio de la cabeza y elevaba su alturs, = Relieves y esculturas arquiteeténicas del sigio wv aC En la cealizaciGn de relieves votives y estelas funerarias asistimos a la misma evolucién que senalabames para la escultura exenta, aun- ‘que se produce una tendencia més arquitecténica que escultérica 163 Las figuras aumentan su volumen, apareciendo, en les mejores ejemplos, Dracticamente exentas de su soporte, tal come muestra el conocido mon ‘mento funerario de Aristonauta (h. 310 aC) En cuanto a la escultura arquitecténiea, dos edificios monopolizan nuestra atencidn en este momento: el templo de Asciepio en Epidauros, y el mavsoleo de Halicarnaso. Del primero han legado hasta nucstras dias algunos 1estos muy fraccionados de los frsos, del acroterio, y parte del pedimento, en los que se observa la presencia de la técnica de epaios mojados», factor que faci- 4a su datacion entre el 400 y 380 2.C. Sabemnos quiénes fueron los escultores 164 Ariston acis 330-317 ac, Marmol 26) em (igura, 200 em ae less) Procedtene de Kerameikos Atenas, Nuseo acqueeiggico ‘Nacional pele destendowe “ses crdalia “Hawa A1L407 a6. Samal 199 an “Salo. “Proved de Ie ‘bolus del cemplo de Avene Nike “avenge. Museo de ha perspolis Irveco en le wma de Tufatore 1400 aC. Pineors al ese, Paesum. Nusoo, 16 del templo: Hectoridas, Trasimedes y Timoteos, aunque no hay suficiente in. formacién para asignatles con seguridad las esculcuras conservadas, Menci6n aparte merece la decotacién escultdrica del Mausoleo de Halicar- naso, del que ys hemos hablado. Tenemos referencias que nos hablan de la Participacién de otros escultores, como Scapas, Briaxis, Leocares y Timoteos, los cuales, al parecer, fueron responsables de los relieves de los frisos del edi ficio, y quiza de algunas esculturas exentas. De los restos conservados sobic- salen especialmente dos colosales figuras atribuldas 2 Briaxis y que se identi- fican como Artemisia y Mansolo (b. 355-330 a.C.), aunque es probable que se trav’ ms bien de antepasedos y no del propio Mausolo. Contamos también con restos de esta época, aunque bastante fragmenta: ios, del Itiso del Artemision de Eteso, y de alganos elementos del templo de Didima, cerca de Mileto PINTURA CLASICA Existe informacign escrita sobre una gran cantidad de pintores clasicos, asi como de las innovaciones técnicas en el campo de la plistica pietdrica, Asi, el sdescubrimiento» del escorzo se atribuye a Polignoto de Thasos, que con Agatareo de Atenas (desarrollo de las perspectivas) y Apoledoro (sombras) forman el grupo de pintotes mas significativos del siglo ¥ a.C. Otros autores destacades, tanto de este siglo como del posterior, eran Zeunis de Heracleia, creadlor del claroscuro; Parrasio de fteso, y Panfilo de Macedonia, «inventors, Junto a Pausias de Sicién, de la técnica de la enedustica, método que propor. siona un acabado brillante gracias al uso de mezclas de pigmertos con la cera, Todas estas referencias las proporcionan esctitores antiguos, bisica- mente romenos, pero no queda ningiin original de los citados autores, por lo que es realmente imposible saber lo acertado © no de las imnovaciones picté- eas clésicas, Poseemos, sin embargo, un ejemplo de pintura fumeraria ha- Nada en una tamba cerca de Paestum, que, aunque un poco arcaica ~nos rele rimos al pertedo (490-470 a), proporciona una ligera idea de la produc- ign piciériea del momento. CERAMICA CLASICA Durante el periodo clésico la produccion de ceramica de figuras negras y rojas continga siendo la mas abundante MEIDAS: Hudre decade cor fl rapt de las hos de Leva. Hazis 410 2.6 Hrerrcta onckes, Sxcish Museum, Esta abundancia se produce tanto en la misma Atica como en otras zonas, como Beocia o la Magna Grecia. Aparecen, sin embargo, otras coloraciones, tal como muestran algunos lekythos funerarios -um modelo de ceramica~ que resemtan las figuras perfiladas en negro y color en su interior, pero sobre fondo blanco. Se identifican también numerosos ceramistas y pintores, funda ‘mentalmente por la presencia de um estilo particular y personal de trabajar Jas figuras, aunque en muchos casos se desconccen sus nombres. ‘Sin embargo, una novedad importante aparece en. la cerdmica dtica de fina- les del siglo 1v aC, y esla incorporacién de figuras en relieve. Estas, que se localizan mayoritariamente en la zona central de la pleza, responden temati- camente al mismo tratamiento que Ia cerdmica de figuras rojas ARTE HELENISTICO (DEL 323 A.C. AL 31 AC.) La muerte de Alejandro en el 323 a.C.. es la fecha que tradicionalmente se emplea para separar el arte clisico del helenistico, aunque éste es propi mente un fendmeno que se origina con cierta anterioridad. En este sentido, el advenimiento del Helenismo ¢3 consecuencia, de la progtestva pérdida de in- deperdencia y también de personalidad de la ciudad-Estado geiega; la excl, un manteniendo unas formes de gobierno a primera vista independientes, esta sometida al dominio indicecto y a veces directisimo de un poder ajeno a ella, sea macedénico, en un primer momento, o romano con posterioridad. La subyacente unidad politica, econémica y cultural del mnundo griego cox tinental y del Asia Menor, conseguida primero por Filipo Il y después por su hijo Alejandro, tras la muerte del segundo, evolucionaré hacia el concepto de monarquia hereditaria al estilo oriental. El principal factor desencadenante de este evolucién es la reparticton del imperio de Alejandro entte sus genera- Aes, los cuales, influidos por el boato y «divinizacién» de la figara del gober- ante, como en el caso persa 0 egipcio, creardn distintos reinos denominades actualmente helenisticos, cuya pervivencia en el tiempo vendra determinada por la expansién romana, Recaérdese que el final ecnvencional del arte hele- nistico griego se establece en ol afio 31 2.C., fecha en que Octavio anexiona Egipto al imperio romano. La culura y, obviamente, las manifestaciones artisticas no podian perma- nnecer al margen de este proceso, aunque curiosamente se producen dos fené- menos distintos, pero convergentes: la internacionalizacién de las formas gtiegas, y la adaptactén ce las mismas a contextos culturales distintos de los griegos. Buena prueba de ello es lo que sucede en Roma, pero el aspecto ‘mas sorprendente ¢s el proceso de helenizacién formal a que se someten, de manera telativamente voluntaria, culturas que hasta ¢] momento habian per- manecido en un cierto aislamiento de lo que sucedia en el Mediterraneo. Uno de los ejemplos mas destacados, aunque relativamenite posterior en al tiempo, de esta asimilacién es la ciudad de Petra, en Jordania, construida por los na. batcos, un pueblo uémada y caravanero que se sedentarizara durante esta epoca, Las manifestaciones anisticas propiamente griegas evolucionatan también de manera distinta a lo que habiamos visto hasta ahora, Mientras en la Grecia Continental y en las islas los cambios no son tan acusados, en el Asia Menor y en los reinos de nueva formacién, como Pérgamo, por ejemplo, el arte estara ligado a la corte, sera creado para mayor glotia del monarea os nnee y cob Hacis 150-125 a.C Bronce: inet, 84 em, caballo, 250 em, Precede del cabo Anerision, Arenas, Museo Arqueokigico Nacional LA ESCULTURA HELENISTICA La importancia de la escultura helenistica no se circunscribe expresamente al mundo griego del momento, sino que se convierte en la principal fuente de. inspiracion de la estatuaria romana. Pero no acaba ahi la influencia de los modelos helenisticos més del gusto romano, sino que fueron reproducidos ea rmumernsas copias que, conservadas en mejor o pecr estado, sirvieron de rele- rencia a buena parte de la escultura italiana de] Renacimien:o € incluso del Rarroco. La estawaria helen(stica se caracteriza por un cambio sustancial en Ta max nera de entender la manifestacién artistica, ya que ésta se orienta a reprodu- Gir la realidad, se convierte en realista, segin nuestra manera moderna de en- tender el concepto. No se trata de representar una imagen mental, modélica idealizada, como vetamos en el perfodo cldsico, antes al contrario, se tiende a transformar las figuras en representaciones direetas del entorno. Asi, por ejemplo, encontramos esculturas de viejos, enanos, borrachos o nities repte- sentados en actitudes cotidianas y, en algim caso, incluso groseras. En las composiciones, el movimiento se vuelve deshordante, con la participacién de mamerosas figuras que muestran a su vez diversas actitudes y posiciones. EL retrato adquiere mayor desarrollo, llegando incluso a la earicatura, y en los ‘temas asiscimos a la priorizacion de lo pasfonal, lo anecdético y, en definitiva, del sentimiento. 16) 10 Venes de Mule Hace 100 a. Marmol: 203 em be alta Paris. Museo del Lane seartal, 370 em fe alma Nipoles. Museo Anqueoiaico scion * Escaltura exenta y arquitecténica La organizacin territorial del mundo griega helenistico tiene también una transposicién formal en las obras escultoricas dl momento, Se identifican di- versas escuclas, entre otras, la de Pérgama, la de Reda, la de Alejandra o la Atica; sin embargo, estas escuelas podrian agruparse en dos grandes tenden- cias, las que siguen con la tradicicn anterior y las que incorporan una mayor inueneta oriental El primer grupo se desarrollaria en las islas del Egeo y en Ie Grecia continen- tal y sus ejemplos mas representativos son la Venus y el Peseidén proceden- tes de la isla de Melos, y la Victoria de Sarhotracia, fechadas las tres hacia el 200 a.C. En todos estos modelos se observa la influencia técnica y formal de In escultura clisica anterior que se concreta en los temas escogidos y en la ma- neta de reflejar el movimiento, el cual es menos anecdético, mas esencial El segundo grupo lo configurarian lay figuras procedentes sobxe todo de los reinos helenisticas, como Pérgama o Alejandria, 0 aquellas imagenes someti- das a una mayor influencia oriental. Su ejemplo mas sobresaliente son los re- lieves del akrar de Zeus de Pérgamo (h. 180-150 aC), aunque poseemos mu merosas copias de originales, como el Laocoonte (original A. 175-159 aC), los galatas (original h. 240-200 aC.) 0 el conjunto del Toro Famesio, cuyo original se fecha hacia el siglo 1 a.C. En este tipo de escultara vemos desarra- arse las tendencias més realistas de la escultura helenistien, con especial de tenimiento en la representacion ce] movimiento y de lo pastonal mI HL humanismo e la plastica helenistica La expansion de 1a clvilizacion helenistica produce ‘cambios fundamentales en el arte griege. A medida que decaen sus estructuras culturales, el mundo griego tardio va alcanzando las formulaciones del momento clisico. Los ssrtistas abandonan el sentide de la medida, la sencillez y serenidad clasicas. Frente 2 la representacidn ideal y su ‘esencia abscracta, se prefieren sus aspectos externas. Se Mende 2 un aumento del realismo, canto en el modelado ‘como en el movimiento, Ia expresidn y el caricter de los. ‘temas tratados. La méxima ambicidn de un artista consistia fen ser capaz de representar la multiplicidad de planos del ccverpo humana, sus movimientos en direcciones opuesta, el material y los multiples pliegues del drapeado, asi como el caricter y fa emaciin humanas, reproduciéndolos con noreuropea MARCO GEOGRAFICO Y CRONOLOGICO En su momento de mayor expansicn, entre jos siglos vi y Ww a.C. la esfera de inflaencia ctrusea se extendia por las costes orientales de la isla de Cé- cega y pot la franja costera ce Napoles a Roma (parte de Campania y del Lacio), siendo su mcleo territorial e! formado por las actuales regiones de Toscana y Emilia-Romagna, con extensiones hacia el norte, en Lombardia, y Ihacia el Veneto. Sin embargo, el drea original de esta civilizacion fue Tos cana, donde encontrames sus principales cindades, como Tarquinia, Cacre, Perugia y Orvieto, entre otras Tras una etapa denomirada villanoviana (iglos 1%-vit a.C.), en Ja que los caracteres culturales etruscos no se diferencian del resto de grupos italicos del momento, asistimos a un répido y corto praceso de consolidacién culcural que dara como resultado el primer periodo plenamente etrusco, el crientali- zante, que se desarrollars desde el segundo cuarto del siglo vit a.C. hasta el primer cuzrto del siglo Vi a.C.. y que se significard, por la presencia de moti- ‘vos crnamentales de origen jénico oriental en el repertorio plistico que se ob- setva sobre todo en las cémaras funerarias Sigue al periodo orientalizante el arcaico, que evolucionaré desde el se- gando cuarto del siglo vt aC. hasta el 490 aC, y en el cual Ia influencia sgriega e3 més patente, a pesar de que las manifestaciones artisticas, sobre todo arquitecténicas y escultéricas, que encontrames en sus primeros jem: plos notables, ofrecen un grado bastante alto de originalidad. Entre el 490 y el 350.aC. se desarolla el periodo clisico, también cono- ido por algunos autores como perfodo arcaico tardio, momento en que se pa- tentiza la penetracién de la influencia romana a través de los primeros retea- tos fisondmicos y una aproximacion mayor que en la etapa anterior a modelos plisticos tipicamente gricgos, especialmente en Ia pintura Por fin. en el momento helenistica, entre la segunda mitad del siglo 1v aC. yel siglo @ a.C., y debido por una parte a la propia expansién de Is cultura Fomana y. por ctra. al peso de la intemacionalizacién de las formas helenisti- as, la cultura etrusca y, por ende sus manifestaciones artisticas entran en tuna definitiva y progresiva decadencia, que conclniré con la transformacién de su territerio en la séptima de las provincias romanas. LA PLASTICA ETRUSCA La importancia dada por los etruscos a los aspectos relacionades con lo re- ligioso y fmerario, es el principal factor de influencia de la plistica, 14 Temcan de Corvetert 1995 140 en, Rema, Musca cinco dela Willa Julio Apolo de Vopr. Sigs wn ac. Terracota pivada Procedlence del Fremple de Portonaccto. Roma. Muse ermseo te Ie Vis Jolin Dicha influcncia se produce tanto en lo que ataiie a la escultura como a la pintura. Atendiendo a esta reflexién, parece légico suponer que, aun exis- tendo una marceda influencia griega en las formas, éstas se adaptan no slo al gusto etrusco, sino a su idiosincrasia como cultma, generando unas mani- festaciones artisticas fruto de una elaboractén original ESCULTURA ETRUSCA En la escultura etrusca asistimos a dos etapas muy diferenciadas: la ar- caica, que situariames entre los sigios vii a.C. yv a.C., y la helenistiea, que se desarrollaria desde finales del siglo tv aC. al siglo 1a.C. Sin embargo, los ¢escasos testimonios de la primera época orientalizante no permiten generali- Zar sus caracteristicas aristicas. Fn la etapa arcaica, las figuras muestran al- gunos convencionalismos destacados en el rastra como: ojos almendrados, pémulos prominentes, pelo rizado y presencia de la sonrisa arcaica; como vemos, aspectos muy ligados formalmente a la plistica esculcérica arcaica _griega. El resto del cuerpo muestra generalmente una gran rigides en sus acti- tudes, destacando, sin embargo, las ctstintes posiciones de los braz0s, lo cual sugiere una cbservacién del natural No existe intencion de aretratar» la realidad, pero tampoco se trata estric- tamente de una imagen idealizada, como seria el caso griego, pues los adema- nes son perlectamente cotidianas. Dicho en otras palabras, el realismo se concreta en la composicién de la figura, no en sus detalles, que son conven cionales, A partir del siglo 1v aC, y debido fundamentalmence a la influencia ro- mana y més tarde helenistica, los escultores etruscos desarrollaran un tipo de estatuaria exenta, de caracteristicas bastante diferentes 2 las gue venian desa- rrollando hasta el momento. El cambio se produce por lt demanda de una es- 75 VULVA (einbusd): Los captotina Primera mica lel siglo ¥ ac. getmelos Rommslo y Rema. de 147) y 1309 Ibronce. 119 em de ‘cultura no directamente relacionada con el hecho religioso o funerario, factor que favoreceré la incorporacién de modelos ligados formalmente 2 los grie- 405, pero cue se revestiran de un marcado realismo, de origen més propia. ‘mente italico, y que se conerctard en cl vostro y la vestimenta, Podriamoé divicir la escultura etrusea en tres grupos: la funeraria, la aryui- tecténica y Ia cxenta. Al primer tipo correspontderian les relieves y detalles que aparecen en el interior de la rumbas, asi como los sarcéfagos figurados y las esculuaras cxentas que se localizaban en el exterior de algunas tumbes, como la famosa Loba capitotina, escultura en bronce fechada a finales del siglo v1 a.C. Los sarcofagos generalmente son de terracota y repraducen Ia forma de un triclinio (lecho en que los antiguos se reclinaban para comer), en cuya parte superior aparecen recostaclos los difuntos, representados coma si estuvieran asistiendo a un banguete 9 comida, De ello existen diverscs ejem- Plos, como el de los esposos de Cenveteri o el Larthia Seianti, datados en el siglo vt y m0 2.C., respectivamente, También hay modelos en pledra, como el Obeso (h. 250 a.C.), aunque son posteriores y manifiestan una mayor influen En cuanto a lz escultura arquitecténica, destacan los ya eitados antepag- menta y las figuras de pedimentes y actoterios, A este ultimo tipo pertenece el conocido Apolo de Veyes (h. 450 a.C), escultura de tamatio ligeramente su- pesior al natural realizada integramente en terracota y de una sola pieza, y que formaba parte de un conjunto donde tambien aparecian Heracles y Her snes, Estas figuras se arribuyen sin ningiin ripo de seguridad 2 Vulca, escul coroplasta que aparece documentado come responsable de las figuras del pe- imento del Capitolio en Roma, de las que no quedan testimonios, La escultura exenta no funeraria o religiosa esta ligada como ya hemos se- ‘ialado, a la intemacionalizacién del Helenismno y la progresiva expansion de Roma, factores que favarecen el desarrallo de unos modelos en bronce mar- cademente realistas, sobre tedo en los restros, siguiendo con ello una era- dicion més romana que etrusca, Son buen ejemplo de ello las figuras det Wamade Brute d Viejo o del denominado Arengador, datadas a finales del siglo tv a.C. y en el nt aC, respectivamente PINTURA ETRUSCA La pintara etrusca que ha Hlegado hasta nuestros dias es bésicamente fune- raria, aunque, 2 tenor de los testimonios existentes, hemos de suponer que las casas y los templos también disfrutarian de una decoracién pietériea impor- tante, tal como parecen teflejar algunos antepagmenta conservados, asi como las propies tumbas que, como recordaremos, se consideran sla casa» del di- funto, Tampcco existe una teparticién territorialmente uniforme, pues fa in- mensa mayoria de las tumbas pintadas se halla en la necrSpolis de Tarquitia, a pesar de existit algunos ejemplos en Cerveteri, Orviewo, Chiusi y Vulei En lineas generates, la pintura etrusca esti sometida a la misma evolucién, que apuntabamos para la escultura, aunque parece existir una mayor velacién con los modelos griegos y sobre todo con las figuras que aparecen en la cera mica importada. Esta relacion se materializa en las técnicas de representa cion, como el escorzo, y en la aportacién de algutios temas de caracter mito- Isgico, sobre todo a partir del siglo m aC, Sin embargo, les temas sepresentados son globalmente de elaboracién etrusca, con una gran varie- Tube de tos Avgures 530-520 aC, Tareqina, exena de barquee | eopares, 60.470 ac. Necrépols de Frarqutais. Tumba de les Leopardes. dad, desde escenas de la vida cotidiana, como banquetes 0 cacerias, hasta ac- clones mas cruentas, como los combates de guerreros Las primeras muestras pictéricas nos retrotraen al periods comprendide entre el segundo cuanto del sigh vi a.C. y el primer cuatzo del sigio Vi a.C, Se ccaracterizan por representar figuras de animales, de exceemidades muy largas ¥ desproporcionadas, como Ieones, caballos e incluso esfinges, asi como den- tados y elementos vegetales de clara procedencia oriental. Le decoracign se dispone cn paneles enmarcados, no en registros, y muestran escenas en que {a figura humana aparece tratada muy someramente. De este momento desta 178 cariamos la tumba de los Leones 9 de tos Animales pintados, en Tarquinia, asi como la tumba de la Campana, en Veyes La segunda etapa, también denominada arcaica, se situaria entre el 575 y 1490 .C., y en ella la composicion sc realiza a través de un solo registro, que en muchos casos se desarrolla continvadamente por toda la tumba. Este registro se cramarca por lz parte superior meciiante lincas de color sobre las ‘cuales, y sélo en algunas zonas, por ejemplo cerca del vértice de la cubierta de la casa -recordemos que las tumbas reproducen el interior de la vivienda- se sittian tepresentaciones de arimales. La parte inferior del registro la con! gura un zécalo monocromo que al igual que aquél, reconre toda la tumba. En algunas ocasiones también se decora el techo, pero sélo con motivos geome- trices, nunca figurados. Las proporciones de las figuras se yuelven mas naturales, generadas por ‘volumenes, los cuales se pintan con una paleta que abarca varias tonalidades de rojo, blanco, negro, azul y verde. Se destaca la imagen humana tan:o en las acciones como en los tamaios, mientras che los animales siguen apare- ciendo, aunque en menor medida, o bien aislados 0 en auténticas escenas pai sajisticas, tal como se observa en la tumba de la caza y de la pesca, en Tarqni- nia, En este momento la pintura etrusca disfruta de un alto grado de originalidad temética y formal, tal como aparece en Ia Tumba de les Augures, Ja tuba de las Leonas, la Hamada tumba del Potichineia o la tumba del Barén, también en Tarquinia: A partir del 490 aC., Ie influencia grigga esta cada vez mas presente, ya que la formalizacién de Ia figura humana parece basarse en gran medida en los medelos griegos de la cerimiza atica de figuras rojas. Esta dependencia formal se refleja en las actitudes y vestimenta tanto como en los temas, como se puede observar en las tuntbas dei Orco o del Trictinio en Tarquinia, Las fi- guras son mencs rudas, mis griciles, en definitiva menos exruscas (tumba de los Leopardes) y aparecen temas de caricter mitolégico de origen griego 0 es- cenas épicas de la historia etrusca, tumba Francois, de Vulet Con el desarrollo de] Helenismo entre el sigh in y ta.C., la pintur2 etnusca se internacionaliza, participando del mismo grado de naturalismo y movi- ‘miento que caracterizard este periodo. Las figuras se vuelven més expresivas, Legando incluso 2 tepresentar enanos © bufones, as{ como diablos y seres im- fernales. Se produce una progresiva reduccién de las tumbas pintadas, por lo ue sus ejemplos son proporcionalmente bastante escasos. Destacan, sin em- argo, las ternbas del Cartenal, de Caronte 0 del Tifén, todas ellas en Tar- quinia. ™ Caracteristicas técnicas Las manifestaciones pict6ricas etruscas podrfan definirse como auténticas pinturas rupestres, pues en muchas ocasiones el color se aplica directamente sobre la pared rocosa, sin que éstz haya sido preparada con algtin uipo de re- ‘voque. Sin embargo, en las tumbas mas elaboradas se aprecia un ligero estu- cado, La técnica de realizacion se basa en grabar, con ima punta metalica y con un trazo muy débil, la roca o el estuco cuando éste atin esta fresco. La fi- gura se contomea a mano alzada, marcandose los caracteres (oj9s, bocas, etc.) y los voltimenes del cuerpo y la ropa, Postexicrmente se cellena la figura a pincel, con tintas planas, sin gradaciones ni sombras, atendiendo a unas convenciones de color que afectan sobre todo a las representaciones masculi- nas ~color rojo y femeninas ~color Blanco 9 Arte romano El arte romano ha sido considerado en muchas ocasiones como una conti nuldad del helenistico, por lo que muchos tratadistas han llegado incluso a plantearse si la denominacion dc romano, entendia como referencia a su ori ginalidad, era la més accede para la definicién de las manifestacio cas realizadas por esta cultura, A ello cabe afiadit la tremerda capacicad adaptativa de las formas romanas, que en funcion de la zona o tertitorio donde se desarrolten, Roma, Italia, Oriente u Occidente abedeceran a diseios que, aun mantenicndo un sustrato cultural comém, serin espectficamente dis tintos, por lo que a nivel de definicidn podria hablarse de artes romanos (en plural), arte de €poca tomana o arte provincial romaro, sin gue con ello He- gquemos a una auténtica delimitacion terminolégica y conceptual del fend- meno, Por tanto, el concepto de arte romano dista mucho de ser una expresién fé- cilmente acotable; sin embargo, intentaremos delimitar su defimicién. En pri- ‘mer luger, no hay que negar, sino alirmar, un alto grado de influencia de las producciones helenisticas. incluso cabria admitir que muchas de las manifes- taciones romanas son, en justicia, obras de un marcado eardcter helenistico. No se puede ocultar la enorme personalidad y originalidad téenica y de plan- tcamiento que poseen manifestaciones tales come la arquitectura, €1 re1rato 0 el relieve historiado, cuyo andlisis nos revela Ia existencia de un atte perfec- camente consolidado y de caracteristicas disimlles del griego, en definitiva, de ‘un auténtico arte romano. Por otro lado, a pesar de olrecer profundas diferen- clas de concepto de un lugar a otro cel imperio, lo cierto es que el Uamado atte provincial romano se define por la ernulzcién de modelos y formas italo Tomanas, lo que a todas luces pero con las reservas necesarias, leva a in- cluirlo en el mismo epiteto de arte romano MARCO CRONOLOGICO ‘A pesar de alguma falta de: coincidencia entre Ia periaclizacién histériea y la Escutra del artistica, hemos organizado la cronologia del arte romano en tres grandes eta- Jemperador Augusto pas, buscando su compatibilidad con las temporalizaciones histérices tradi- ese de pondfec. — cionales. toac 19 dc ‘Una primera época, que se desarrollaria entre el $09 a.C., fecha de la ex- ese pulsién de Roma del witimo rey etrusco, y cl 27 aC., que seftala el adveni- raiento de Augusto al poder, momento en que asistimos a la progresiva confi guracién social y artistica de la calrura romana, 18 182 Un segundo gran periodo cronaligico, también denominaco alto imperio, abarcaria desde la época de Augusto 27 e.C. al 14d.C) hasta la desaparicién del tikimo emperador anconina, Comodo, ccurrida ene] 192 de nuestra Era. Es el momento del gran arte romano, en el que cabe situar las manifestacio- nies artisticas realizadas en tiempos de los heredetos de Augusto, los empera- dores de la familia julio-Claueka (14-68), y de sus sucesores, los de le familia Flavia (14-68). Es también el momento de Ia llamada «Edad de Oro» romana, desde Trajan a Adriano (98-158), pericdo en que el imperio adquiere su mayor extensién territorial y a su vez dosarrolla su méxima originalidad y creatividad artistica Por tltimo el alto imper‘o finaliza con los emperadores de la familia Anco- nina (138-192), dltimos representantes de una estabilidad cultural que [os su- cesivos movimientos de poblaciones del centro y norte de Europa se encarga- xin de transformar. La ultima época del arte romano, coincidente en parte con el lamado bajo imperio, se desarrolla desde la Hegada al poder del primer emperador Severo, Septimio (192). hasta la muerte de Teodosio ea el 395, fecha en que se pro- uve la separecion definitiva entre los imperios de Oriente y Occidente, Aun que el fin cronalégico del imperio de Occidente se fecha en el 476, lo cierto es que a partir de Teodosio el arte se halla pleriamente cristianizado, y aun- que noesté sometido atin a una tradicién romana, evolicionars de manera in Cependiente al arte «pagano», objeto espectfico de nuestra consideracion aqui En este periodo se hallaran las manifestaciones artisticas realizadas du- rante los Severo (192-235), el periodo de Anarquia Militar (235-285), la deno- mainada Tetrarquia (285-312), la época de Constantino hasta Teadosio (12- 395) y las producciones cristianas englobadas bajo la definicién de primer arte cristiano o paleocristiano, MARCO GEOGRAFICO Debido a las dluctuaciones territoriales que se observan en el devenir de la historia de la cultura romana, careceria de sentido intentar unx definicion grogratica de carécrer cerraco, pues la influencis latina legs imchso a zonas que nunca fueron especificamente romanizadas. En cualquier caso, y aten- diendo a un interés divulgativo, valga entender el rea de distribucin del arte romano como aquella que se deduce de su pericdo de maxima expan- sidn, en época de Trajano y Adriano, entre el 98 y el 138, y que abarcaria, en xérminos generales, toda la cuenca mediterrénea: la peninsula Italica, Grecia, Ts peninsula de Anatolia, el Asia Menor, el norte de Aftica, Hispania y la Galia, también el sur de inglaterra y la parte mas meridional de Centro. Europa, cuyo limite norte se estableceria por la linea marcada por el rio Da nui LA PLASTICA ROMANA HASTA AUGUSTO La cukura romana y por extension sus manifestaciones plsticas son deu- doras en gran medida del Helenismo, que desde finales del siglo v a C. exten: dio a cultura griega por una buena parte de la cuenca mediterranea. 18) Los romanos eran plenamente conscientes de esta deuda, y tras la con- quista de la Grecia continental, muchos de los maestros o artistas que vemos ‘en Roma presentan esta ascendencia, El valor otorgado a los originales clisi- cos de los siglos v o1V a.C., e incluso posteriores, facilits la creacién de una auréntica «industriay de la copia, en lz que también se especializaban gene- ralmente artistas griegos, y que proveia de modelos escultéricos, pinturas 0 ‘mosaicos a las clases més acomodadas de Roma. Hemos de afadit asirrismo los propios originales, que expoliados por los romancs eran embareados tumbo a la metropoli, donde pasaban a decorar alguna cependencia del em- perador o de los patricios 0 a embellecer algin monumento 0 construccion de Ta ciudad Fsta realidad ha motivado que se haya venido considerando [a pléstica romana como una simple asimilacién de Ta griega, lo cual, aun siendo mayormente cierto, ha minimizado su originalidad en aportaciones tales com el retrato fisiol6gico, los relieves historiados 0 Tas decoraciones de es- mo. LA ESCULTURA La originalidad de la escultura romana va ligada en gran medida al desarro- Ilo del rexrato fisioldgico y del relieve marrativo ¢ historiado, puesto que la mayor parte de los modelos de escultura exenta monumental se basan. en el petiodo que nes ocupa, en tipos griegos @ helenisticos. El retrato romano pre senta importantes diferencias tanto de los modelos griegos clésicos como de Jos helenfsticos, pues, concrariamente a ambos, intents refléjer con Te mndxirua Tidelidad posible y a um nivel casi fotogratico las caracteristicas fisiolégicas del personaje retratado. Dicho en otros térmiinos, el retrato romano precende que la imagen pueda ser facilmente identifiéada por su absoluta seméjanza & ‘gualdad con el individuo retratado; no hay, pues, ninguna idealizacion. Es cierto que en términos generales la escultwra helenistica esté considerada como realista: sin embargo, su principal diferencia respecto de las representa ciones romanas consiste en el propio origen de estas ditimas, ya que el valor que los tomanos otorgaban a estas imagenes se basaba en aspectos relaciona- dos con el culto y con gl reconocimiento social, factores que no intervienen en la creacién plastica helenistica. En efecto, el culto alos antepasados (fma- ‘gies malorun) y el interés por reafirmar la pertenencta a un Tinaje familiar concreto, son los agentes cansales del desarrollo del retrato fisiolégico to- mano, El gran verismo de estas imagenes se debe la tradicidn funeraria de modelar sobre el rostro del difnto wna mascara de cera, la cual, posterior- mente, era fuiardada junto a otras de anteriores ancestros en vin lugar espe fico de la casa, e! lararie, © bien en armarios individvales donde con perioci- cidad eran objeto de distintos cultos. En ciertas ocasiones, como, funciones piiblicas_o los cortejos fimerarios, estos retratos eran mostrados publica mente: de alt que el traspaso del modelo de cera a materiales como la terra cota o més duos, como la piedra, el marmol o el bronce, fue comtin entre las familias nobles, y llevo consigo también a la realizacton de esculturas-retrato de cuerpo entero, En algin ejemplo de escas esculturas-retrata, come el Ila- mado Patricio Barberini (Palacio de los Conservadores), la figura muestra all individuo portando dos bustos de antepasatos. Los testimonies mas antiguos muesiran que en un principio estas figuras eran puramente recordatorias 0 simmbolicas, por lo que no tenian parecido al- _guno con el cifunto, tal como se observa en el lararium de la Casa de Menan- dros en Pompeya. A partir del siglo WV aC. es cuando aparece Ia costumbre de 18 los retratos mormorios, fruto probablemente del contacto con la cultura agriega, pero debido asimismo a la influencia de la escultura funera exrusca Los ejemplos del periode republicano son bastante numerosos y de distinta rocedencia, Destacan en un primer momento las figuras realizacas por artis tas ciruscos, pero es 2 partir del siglo 1 a.C. y sobre todo del ta.C., cuando se desarrolla una escultura mis propiamente romana, La dependercia formal de los retratos fumerartes queda petfectamente reflejada en distintos bustos de desconocidos, realizados en cera, como el Cumas (Museo Nacional de Na- poles); en terracota, como el de Caere (Museo Villa Giulia, Roma), 0 en pie- 186 ia Escipion el African, Hooln UAB aC Bronce. Napoles, Misco Arqucaldgico Neciara Méemal Procedente de bs Ammgua Galera Famese poles, Masso Arqueoidgreo Nacional sr dra, como ¢l Jerez (Museo Municipal). En estos modelos se puede observar que la imagen ka sido elaborada a partir de miseacas mortuorias, pues s2 de~ tecta el cipico rictus de los cadaveres. Paralelamente, y de modo especial en época de César, la inflnencia helenistica se manifiesta con wna suavizacién del crudo realismo de la imagen funeraria, tansformandose ésta en un autén- fico retrato fisiolégico, tal como demuestran los retratos de Panpeyo Mugo (Gliptoteca de Copenhague) 0 de Cicerdn (Museo Capitotine). Se produce asi- mismo una cierta tendencia a la idealizacién, que, sin abandonar el csiterio fe siognémico, favorece el ennoblecimiento del personaje. como los ejemplos ci- tados anteriormente o de los conocides retratos de César: Junto al retrato, ¢5 en los relieves donde la plistica eseukérica romana aporta sus mayores elementos de originalidad. Esta se basa en un gran rea lismo de los temas tratados, pero especialmence por Ia tendeneia natrativa 0 hhistoriada que offecen. Los relieves narratives se caracterizan por mostrar imagenes de actividades o acancecimientos de caricter real, pero pasados, y ‘aya intencién es motivar el «recuerdo» en el espectador. Del periode tratado disponemos de escasos y fragmentatios testimonios, como los provenientes de la base del akar de Domaittus Ahenobardus (Museo del Louvre. Paris, y Musco de Munich), donde junto a escenas de caréeter mitico encontramos ‘otra tipicamente romana: la tustratio del ejército, sacrilicio expiatoria reali- zado por las tropas en cl Campo de Marte de Roma. La misma idea nacrativa, muestran los restos del friso ce la basilica Aeraitia (Antiquarium del foro ro- ‘mano) de Rema, cn los que se disginguen escenas de batalla, Pero el ejemplo quiza mas original lo configuran los celieves del friso de Ia tumbe del pana- dero Eurisaces, sita cerca de la Puerta Mayor o Prenesttina, en Roma, donde se representan imagenes y escenax relacionadas con el oficio del difunto, LA PINTURA, Al igual que Ta pintura griega, son bastante cscasos los testimonios de pin- tura romana de que disponemos. aparce de los grandes miicleos de Pompeya y ts Suucfiets te Mane Gnterior ak 107 aC. Mérmok 152 em Ge aaa, 965 cm ee Longe, 175 cmdle snchura Detlle del alr de Domiie Aenobanbe Procede del Termplo de Nepuano de Rema Paris, Museo del Louvre [Corto finebre de mujeres. siglo ¥ ac, Prnwara al ireseo. Procede de Hrambs de Ruvo Teapotes. Nuseo lArqueotigco Nacional, Herculano. Los primeros ejemplos de lo que podriamos considerar como pin- tura itélica primitiva, dejando a un lado la produccién propiamente etrusca, ros retrotraen al pertodo comprendide encre los siglos v y 1 a.C,, momento en el que se fecha Ins pincuras funerarias de Apulia y Campania, Estas mani- festaciones muestran una evidente inflaencta griega, basada sobre todo en la coniiguracién de los voltmenes ¢ incluso en el tratamiento de los rostros, pero tevelan un alto grado de originalidad respecto a los temas y disposicion de las figuras, tal como muestra Ja conocida pintura de Ruvo, donde aparece 1m grupo de mujeres ejecutando una danza funeraria La produccién pictorica propiamente romana est documentada desde cl siglo ti a.C., pero los testimanios existentes son un siglo posteriores y presen ran un estado muy fragmentario. Para encontrar ejemplos representativos del perfado que estamos tratando hemos de desplazarmos a Pompeya. Cierto que disponemos de otras ciudades, como Herculano, Ostia o la misma Roma, en Jas que se han hallado muestras de decorseién mural, pero éstas son muy’ li- mitadas y proporcionalmente inieriores en mimero y calidad a Jos grandes temples, frescos y eneaustos pompeyanos. Su buen estado de conservacion hha permitido elaborar una cronologia basada en estilos, la cual abarca aproxi- madamente desde el 150 a.C, hasta el afio 79 de nuestra Era Sin embargo, esta cronologia, solo deberta ser valida en la medida que afecta a las manifes- taciones propiamerte pompeyanas y, por tanto, no ¢s cxtrapolable a otras EL primer estilo se iniciarta hacia la mitad del siglo 0 aC, y finalizaria hacia el 80 a.C., momento en que la ciudad se convierte en colonia romata Se caracteriza, bdsicamente, por imitar sobre lay paredes el color y vetea~ do de losas de marmol de distintas tonalidades, tal como se observa en algn- nas de las estancias de la casa del Fauno © de Salusto. £1 sistema es parecido al de la casa de los Grifos de Roma, de époce silana, que para algunos seria 1m ejemplo de transicién entre el estilo primero y el segundo 189 Cota de ae bods de plea. Hacia igo # a. Pormpeea 190 El estilo segundo, también conocido como arquitectonico, se desarrollaria desde el 80 aC. hasta principios de la época de Augusto, sobre el afta 20 a.C Se distingue por veprcsentar edificios o construcciones en distintas petspecti- ‘yas, asi como elementos propios de la arquitectara, como homacinas, enta- blamentos, columnas, etc, De ordinario, se representan dos 0 tas planos se- paradas por estructuras pintacas que intentan producir una sensacion de pro- fundidad a waves de requicbros en las imagenes, muros, vallas, etc, produci- dos por puntos de fuga distintos, En el centto de la pared se sitdan, a veces, ‘cuadros u homacinas con representaciones de caracter generalmente mitol6- ico, y en alganos casos les primeros planes son jardines o perspectivas pak sajisticas. Los ejemplos mas tipices de este esti los encontramas en la Villa de los Misterios, y en le casa de criptopértico cn Pompeya; en la casa del Livia en el Palatino de Koma, y en la villa de Fanio Sinistor on Bosco. reale. LA ESCULTURA ALTOIMPERIAL Las caracteststivas de lay manifesiaciones esculudticas de este pertodo son el resultado de la interaccisn de las dos grandes corrientes artisticas: Ia it lica, basada en el crudo realismo que hemos visio en los retratos republica- nos, y [a helenistica, que llevar consigo una suavizacisn de las formes y una clara tendencia a la idealizacton, El aspecto mas destacado es, sin embargo, que en funciin del emperador que esté en el poder, predominaré una tenden- cia u otra, Pero es en el retrato y en ls escultura conmemorativa donde este fenémeno aparece mas evidente. Asi, en los mumierosos ejemmplos de bustos y esculeuras de Angusto y su familia se observa un refinamiento helenistico, mas evidente en as estatuas idealizadas del emperador, como la célebre de la Prima Porte (Musco Vaticano) 0 en las dos estatuas togadas (UMzi y Louvre). Cabeia altar dir, dentro de esta misma, el resto de tepresentaciones de las emperadores de la familia Julio-Claudia, en las cuales el fendmeno de la idealizacion es espe cialmente dlestacado, sobre todo si nos atenemas a las descripciones docu- mentales de las caracteristicas fisicas de emperadores como Caligula, Claudio © Nerén. La llegada al poder de Jos Flavio representa un retorno al realismo ttalico, menos rudo que el republicano, y que afecta tanto a los bustos como a las es tatuas. Este realismo ha sido definido como ailusionismo flavico, porque re fleja las earacteristicasfisicas del individuo, pero con un alto grado de refina- miento, tal como se observa en los reiratos de Vespasiano (cabezas de los Uffizi y del Museo Nacional de las Termas, busto de Napoles) o de Tite (Mu- seas de Napoles y del Vaticano) Como novedad, asistimos a fa aparicion de la técnica del trépano (¢1 taladto), cuyos mejores exponentes son los peinados de bucles de los bustos femenines, busta de Jutta, hija de Tito (Uffizi y Museo Nacional de las Termas) : La linea italica en a escultura imperial llega a su. mixima expresign con ‘Trajano, donde se abancona el flusiontsmo flavio en beneficio de un mayor y noble naturalismo, Son buen ejemplo las nurnerosisimas estatuas y bustos del emperador (Maseo Capitolina y del Vaticano entre muchos otros testim nis) y de su mujer Plotina, también en cl Museo Capitelino Con Adriano, la balanza de la plistica escultérica se inclina de nuevo hacia Jes formas helenisticas, de las que el emperador era gran amante, Prucba de ello son las abundantes esculturas y bustos de Antinoo, favorito de! empera- dor, generalmente representado como un dios griego. Destacan de igual ma- era en esta corriente helenizante las cepresentaciones del propio Adriane que, como dato original, aparece barbado. La tltima etapa ce la escultura altoimperial viene representada por las es tatuas y bustes de la epoca de los Antonino, que com» principal innovacion muestran tallados el iris y la pupila, detalle que proporciona wie mayor ex. presidn a la imagen. La talla del ojo, unido al uso generalizado del erépana para el cabello y la bacba, configuran la aportacion mis significativa de Ia plastica escultorica antonina, cuyos ejemplos mas representativos son los re tratos de Marco Aurctio (Museo Capitolino y Louvre), y sobre todo la célebre estatua ecuestre de Marco Aurelio en el Capitolio, conservada grac op Selo tac Bronce ‘Tarmgena. Fasto lArqaestégica gua confusion que la identificaba como imagen de Constantino, el emperador que otorg6 la paz a la Iglesia. Son de destacar asimismo el busta y cabeza de Antonino Pio (Museo de Napoles), y el busto de Cémodo como Hércules (Museo de los Conservadores). Tradicionalmente se considera Ia etapa anto- hina cone el momento ebarrocor ce la plistica escultérica romana En relaciin a la producci6n de relieves historiades disponemos de tres ejemplos de um valor considerable, el Ara Pacts (Altar de la Paz) de Augusto Gh. 13.9 a.C) y las columnas conmemorativas de Trajano y de Antonino Pio. El realismo y caracter narrativo de la decoracion relivaria de estos tres monu- ‘mentos, representa probablemente cl punto mds alto de la plastica escuhérica romana no exenta, aunque presentan entre si diferencias formales originadas por una mayor o menor iniluencia Lelenistica o italica, tal como se observa en los ejemplos de rettatos pertenecientes a Ia época de cacla emperador 93 Marco Aurelie aca 160-180. iron: 352.cm de shim, koma, razza det [Campidegtio, Ara Pacis, 139 a, Marmot oma, LA PINTURA ALTOIMPERIAL Al jgual que en el periodo anterior, Ios ejemplos més numerosos de la phiis- tica romana de época ahoimperial son los hallados en Pompeys, aunque éstos sélo abarcan una etape cronoligica muy reducida, hasta el ano 79, fecha de la catéstrofe del Vesubio. Aproximadamente, cesde el afio 20 hasta el 63 se de- sarrolla el llamado estilo egiptizante o tercer esitlo, que como su aombre in- dica representa Ia inclusién de motives omamentales de sabor exdtica oriental, como flora egipcia, cabezas de esfinge, etc. El resto de la decoracién mural mantiene las visiones erquitecténicas y los cuadros u homnacinas cen- twales, aunque con una marcada tendencia a la irrealidad, sobre todo en Jo que ataite a las formas de los edificios o estructuras. Las muesteas mis sig nificativas de este tercer estilo las encontramos en las casas de Cecilio Jocinde y de Espurio Missor, en Pompeya, y en el Aula Isiaca del Palatino, en Roma El cuarto y dltimo estilo pompeyano se desartollaria desde la tihima fecha amterior hasta el afio 79, y se caracteriza por retomar los motives y disttibu- ion de temas del estilo segundo, pero incremencando el grado de fantasta de las decoraciones arquiteetSnicas, que se transforman en imagenes escenogré- ficas. El empleo de grotescos (figuras humanas © de animales, reales o fabulosas) entre adomos vegetales, conlleva una imagen fantdstica, irreal: aspecto que se realirma con la utilizacién, tanto en las eintas planas como en la realiza- cion de motives, de unas tonalidades azules, rojas o amarillas. Dos son los cjemplos mas carisindticos de este po de decoracién mural, la casa de los Vetti, en Pompeya, y los restos de la Domus Aurea (Casa Dorada) de News its ORE Ay! Wie en Retrace de 138-192, Encaustic Pracede de i reerépalie de HL Fayum, HL Care, Museo Fxipoo aifunc pomp. Se mantiene el esqqtema del cusdro u hornacina central en Ia que normal: mente se representan temas mitoldgicas de clara dependencia helentstica, De escasos y fragmentarics hemos de calificar los testimonios pictbricos ‘que quedan de la restance pintura altoimperial romana, Mencisn especial me- recen, no abstante, los Hamados retraios del Fayum. Con una cronclogia que abarca desde el siglo | al tv, las necropolis egipcias de Hawara, Fayum 0 An- tione, entre otras, han proporeionado wna serie de retratos funeraries realiza- los sabre madera o tela dura, que se colocaban sobre la cabeza de la momia del difunto. A pesar de ser el resuhade de un vito funerario no estrictamente itélico la momificacton-, la cierto es que en su mejar periodo los retratos de! Fayum representan la més espléndida y anica muestra del retrato pictdrico romano, Las imagenes captan no sélo la realidad fsiolégiea del individuo, sino que ademas reflejan lo que, en lenguaje moderno, podriamos calificar como la moral del personsje. ARTE DEL BAJO IMPERIO El perioda que media desde la legada al poder del primer emperador Se- vero en el 192, hasta el ato 395, fecha que marca la particion definitiva del imperio romano de Occidente, es de uma impertancia capital para la historia de la Europa Occidental y, por ende, de su arte. En primer lugar, porque las manifestaciones artisticas realizadas por el poder oficial romano, aparte de 3 propio valor artistico, tendrén una trascendencia formal muy significariva en. Ih posterior Edad Media. Y cn segundo lngar, porque en este periodo asist- ‘mes a Ia consolidacioa y progresiva participacién en el peder del cristia. nismo, la nueva religion que dominaré con su doctrina la produccidn artistica del Viejo Continente hasta bien entrado el siglo xv Las manifestaciones artisticas producidas por los existianos durante la de- rminacién romana se agnapan bajo la identificacién de arte paleocristiano 0 primer arte cristiano, le cual ¢s uti a efectos identificativos, sobre todo por la importante trascendencia que tendrd para cl arte medieval. No obstante, la denominacion paleocristiano puede falsear el grado de originalidad de este arte, ya que técnica y formalmente depende de les modelos «paganoss, por lo que 4 pesar de su valor, mas testimonial que artistico en sus primeras eta pas, hemes creide apropiado considerarlo dentro del arte romano del bajo imperio. LA PLASTICA BAJOIMPERIAL EL advenimiente de los Severo representa una notable transformaciin en. cuanto a la actividad cortesana, la cttal adquiere, especificamente a partir de Heliogébalo, una mayor dependencia del boato y magnificencia mis propio de las monarquias oriantales que de la tradicidn italica, No hay que olvidar que casi todcs los emperadores que llegan al poder a partir del siglo 10 no son originarios de Roma, lo que ha de representar uma légica falta de apego 2 las cestumbres y formas politicas tipicamente italo-romanas, pero tambien, y esto ¢s lo importante para nosotros, una ausencia de relaciéin personal con 1as cortientes artisticas altoimperiales, Este proceso de’ cambio en to cultural afecta a las manifestaciones plésticas a través de una progresiva pérdida del realismo ~idealizado © no-, en benelicio de un incremento de lo stmbolico y lo atemporal, que en el caso de las manifestaciones oficiales representara la aparicton de un fria arte aulico En cuanto a la pintara, los ejemplos mejor conservados son los paleocris- tianos, de los que hablaremos més adelante, los cuales son buena muestra de la pinturs popular romana del momento, puesto que los nimios testimonios existentes no son suficientemente representatives de la actividad plastica pic- torica del momento Fl panorama es muy distinto en cuanto a la eseultura, de Ta que la épaca bajeimperial dispone de abundantes y seferas muesttas. = La escultura bajoimperial Dos manifestaciones redinen las mayozes aportaciones de la pldstica escul- torica de estos momentos. el retrato ¥ los relieves, Tras un primer momento de gusto barroco antoniniano, como muestran las imagenes de Septimiv 5 vero (Munich, Biblioteca Vaticana), el reirato va adquiriendo wos caracteres 198 cada ve= ms impresicnistas debido a la desaparicién de los rizos -el cabello se tabaja como una masa lisa~ y la falta de Cetalles en los rostros. Este pase se puede observar comparando el llamado busto de Caracalla Satands, del Museo de Napoles -una de las mas inquierantes esculturas de la antiguedad-, con el de su suecsor Heliegibaio (Museo del Capitolio), © con las imigencs de les emperadores de la epoca anarquica, entre Tos que destacariames el busto de Gordianus 1 (Museo del Louvre} o el impresionante retrato de Philipo e Arabe, del Museo Vaticano. Un cierto retorno esporidico al Helenismo lo encabezan las imagenes de Gaiieno (Museo Nacional de las Termas), pera la Winea marcada por la pénide progiesiva de intenciin realista sigue su camino, llegando a ctear imigenes como los Tetrarcas, en uno de los angulas exteriores de la hesiliea de San Marcos de Venecia, donde la estilizacion de las figuras nos anuneia el fueuro arte bizantino ‘Con Constantino y sus sucesores hasta Teodosio, la plastica escultorica ad- ‘qniete la frialdad aulica, tendente a lo grandiloeuente y en algin caso colosal, sty de Coverall Hscia 215, Granivo y memo 28 cm de altura Roma, Paani Nos Conzervadores, Los teveneas Pricipies det siglo PSrfido: 130 en ahr, Venecia. Fallen dh Sen Marecs, una autentica intertcién retratistica, a la manera vista en el jguras son planteadas desde una estricta visicn frontal, com tuna ilara estilizacién del rosiro en el que se tienden a eliminar los detalles fi siolégicos, que en 1 etapa amerior determinaban la idencidad del individua retratado. Sirvan de ejemplo las imagenes de Consturtino (Museos del Capito- lio y de los Conservadores), la colosal cabeza de bronce de Constancio {i (Museo de los Conservadores) o ef reerato del emperador Probus (Museo del Capitotio). El soporte més tradicional para los relieves bajoimperiales son los sarcdfa- 805, cuya maxima difusion corresponde a partir de! siglo II, aunque dispone- 22 pero carente de alto imperio. Las Beto del emperator Probe. ocis 276-282 tarmat 43 cm de altura, Rome, Mucsor capkotines, mos de testimanios de etapas anteriores, sobre todo a partirde Adriano, ten numetosos ejeraples que abarcan una armplia cromologga y que disponen de distintos disefios: unos, cle mayor tradicidn iillica-etrusea, con represent clones del difunco en la tapa o en su fronts, y oxtos cuya dependencia decora- iva de modelos helenisticos w orientales os mas evidente, como los teruas itologicos o de Ja caza del ledn, De tematica original romana son les repre- sentaciones de combates entre romanos y birbaras, come cl conocido sareé- ‘fago Ludovisi del Museo Nacional de las Termas, que se fecha en epaca seve- riana, © el saredjago de Santa Elena en el Museo del Vaticano, grandioso sepulero de parfido que se hallaba en el mausoleo de la Santa, De arigen simi- Jas, aunque con una decoraciOn ide temitica eristiana, es el sarcéfigo de Santa Constemza, datado como el anterior en época de Constantino. En cuanto a sus caracteristicas, los relieves de los sarcéfagos no se apartan de tes lincas de evolucidn que herros indicado para el retrato. No podemas finalizar este apartado dedicade al celieve sin dejar constancia ce los ejemplos del arco de Septimiio Severo en el Foro, del arco de las Plarerox en el Foro Boario y det arco de Constentino, también en Roma, Fn este tile timo, junto al aprovechamiento de relieves de epocas anteriores, destacan los frisos de la campafias contra Mayencto, conde se detecta uma elara tendencia a la esquematizacién, originada por la ausencia de una sensibslidad espacial de caracter realista ARTE PALEOCRISTIANO El cardcter pragmético de ta cultura comana la hizo especialmente tole= rante con los cultos ajenos a Ja religion oficial, la eual se basalsa en un pane teon olimpice similar al griego y en un cierty culto a la personit del empera dor. Logicamente, esta religion era obligetoria para cualquier persona que Gerciera algun cargo en la administraciin, pero fuera de este dinbito, digs mosle estaaal, la liberiad de culto era un fenbmeno extendide y acepsado, Buena prueba de ello es el culto a Mitra o 2 Isis, religiones de origen oriental, ‘que gozaron en época imperial de un buen mimero de adeptes, Algo distiness ran has religiones jucleo-cristianas. qué por su propia identidad no recono- cian la autoridad divina del emperador, actitud que representaba ne aceptar el poder de Roma. Mientras el mimeto de Fieles fue escaso, los judios y cris- tianos no fueron molestados de forma expresa, situacidnn que se mantuyo en ineas generales hasta el final del imperio, aunque interrumpida con alguna que ona persecucion que Is literatura cristiana ha tendide a engrandecer y sublimar. De hecho, las persecuciones religiosas son un fenémeno puntual y originado mayoritariamente por causas politicas pero no cultuales, por To que carece de sentido, al menes en su generalizacién, pensar en una especial aversion de los romanos para con los cristianos, LA PLASTICA PALEOCRISTIANA La plastica de los primeros tiempos del cristianismo es técnica y tematica- mente deudora de la romana, Buena pruca de ello es que en bastantes casos, sobre todo en Jo que atatie a la escultura, se detecta la participacién de artis- tas o talleres de procedencia pagana. Hay que seflalar, sin embargo, que pro- gresivamente vemos aparecer temas de clata elaboracion eristiana, como Ia Traditio Legis ~Cristo de pie con San Pablo y San Pedro a quien da la ley- 0 escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, como la historia de Jonas o la imagen de la Virgen con el Nitto. Descontando algunas escasas figuras de Jesiis 0 de Maria, las imagenes son generalmente alegéricas, actitud que se enmarca en el temor a la idolatria, el culto a la imagen, que los padres de la Iglesia condenaban como pagana. = Escultura paleocristiana Los ejemplos de escultura paleocristiana se concretan de manera casi ex- lusiva en los sarcdlagos, ya que son escasisimos los testimonios de estatuaria exenta, Debido a esta escase? son de destacar el Buen Pastor, del Museo Late- ranense de Roma, fechiade hacia la segunda mitad del siglo m, y el Divino Maestro Sentado (medizdos del siglo w), del Museo de las Termas, también en Roma, figuras et les que se observa una clara dependencia de los modelos tardohelenistices propios del bajo imperio. En los relieves de los sarcofagos se siguen los modelos romanos: estriados, columnados y de friso continua, tinico © doble; caracteristica que reafirma su realizacion en talleres paganos. En los primeros tiempos la representacion predilecta es el Buen Pastor, que suele aparecer en el centro de la cscena, de cardecter bucdlico, y normalmente acompafiado por amorcilles; pero a partir de Constantino se incorporatdn escenas més complejas y pertenecientes ya el repertorio tematico cristiano, como las citadas Traditio Legis (saredfago del Museo Lateranense) o las Historias de Jonds 0 de Adin y Eva (arcofago de Junie Baso). Merecen destacarse también los sareéfagos cristianos realizados en la Galia y cn Hispania, en los que la ommamentacién empiezé a sustituir rogresivamente 2 las figuras y escenas. Hacia finales del siglo 1v la decora ciéa de sarcofagos ird menguande gradualmente, hasta desaparecer de ma- nera definitiva en el siglo v. » La pintura paleceristiana Los primeros testimonios de esta pintura son los de Ia casa eristiana de Doura Europos (h. 231), ya mencionada, Aunque de escasa calidad y en €5- tado muy fragmentario, muestran las imagenes del Buen Pastor, el milagro del paralitico, Jess caminando sobre las aguas, y las tres Macias de camino al sepulcro de Jesus. Estos temas difieren de [a pintura de las catacumbas por su Fiqueza de motivos y por su tendencia narrativa, lo que deja traslucie una in- fluencia decorativa mis ligada a una tradicidn helenistica oriental En la pintura catacumbal se pueden dlistinguir distmtos periodos ¢ intluen- clas, en una Kinea similar a la que apuntabamos para la plistica escultérica, El periodo que media hasta la legada al poder de Constantino se caractetiza por ima clara dependencia formal y técnica de la tradiciin kelenistico-romana, tal como muestran los frescos de los Amorctles (siglo 1} 0 el Techo de sarmientos naturalstas (siglo 1) en la catecumba de Domitila, que tradicionalmente se consideran como las imagenes més antiguas. A partir del siglo 1 se incorpo- ran temas de elaborscién cristiana, como el Bautismo de Cristo, la Virgen con 204 Buen Fasior Finales del siglo Roma, Catscumbas ce Domi, [cxbiculo del Buea Pastor. el Nitia o ol profeia tsaias, de las eatacumbas de Priscila; o el Buen Pastor de ta Dboveda de un cubiculo de iglesia de los Santos Pedro y Marcelino. Durante estos siglos (1y 1), Ia influencia de la plastica popular romans es tal que in- cluso existen versiones de os estilos pompeyanos, con imitaciones de mar- moles murales (Cubiculo Ampliate en les catacumbas de Domitila) 0 de orqui- tecturas ilusionistas Ya en el siglo a, la pintura de las catacumbas tiende o menospreciar cada ‘ez mas el ilusionismo pictérico pompeyano y sustituye el naturalismo cli sico de sus primeras figuras por imagenes que podriamios considctat més ex presionistas, tal como se observa en los Frescos de! Hipogeo de tos Aurelios, del Pasco Manzoni. Esta tendencia evolucionart en las centucias siguientes (aiestas Doimini. de las catzcumbas de Domitilz, h. 350) hasta el contacto ‘com las corriemtes bizantinas de los siglos v y vi, en las que el gusto oriencal se hard mas patente tanto en los temas como en su conliguraciin decorativa, ‘como parecen demostrat la imagen de Sania Cecilia de las catacurnbas de San Calisto, de hacia el siglo vi. Técnicamente, les pincuras de las catacumbas no difieren en demasia de ia plastica pictérica romana contemporénea, aunque suclen ser de uma elabora- cion mas sencilla y pobre. Sobre una o varias capas de revaque fresco, se aplicaban los colores de origea mineral, los cuales no presentan wna gran va- ledad cromiatica, imitdndose a gamas de octes, rojos y verdes, y muy escasa- mente el azul, No existen ejemplos conocicos de encaustica 206 ude del peo es Turf ante o ho suum y rartanrcie Epoca ercts, CAO dinasi Madera estcaca y pavach, Fran, eo gioco Ons Periods Ptolemaico, 332-30 ac. Bronce. Paris, Museo del our. Egipto DEL PERIODO INTERMEDIO ALA DOMINACION ROMANA Los més de 1.000 atios de esta tiltima époce del Egipro faradnico eompren- dieron: un tercer periodo intermedio en el que el poder real, disgregado, re del templo tebano de Amon (XXI dinastia}, en los mer cito (dinastias XXII y XID y en los mubios, que desde Napava, se hicieron con el control del pais, estableciendo la XXV dinastia; tras la reunificacién del pais desde Sais y el desarrollo de la XXVI dinastia, una dominacién persa (XXVUI dinastia), que se repetit'a de nuevo (KXXI di nastia) después que Ios egipcios obtuvieran su independencia del imperio aqueménida (XXVIII, XXIX y XXX dinastias), un largo periodo de casi 300 aiios en el que el trono de Egipto estuvo ocupado por faraones de origen gmiego, a partir de la conquista del pais por Alejandro de Macedonia, y la inte- gracién definitiva cn el mundo romano. ‘AFIRMACION DE LA CULTURA EGIPCIA TRADICIONAL Fac una época convulsa y hererogénea, pero la cultura y el arte egipcios se mantuvieron sorprendentemente incdlumes. La Alejendria tolemeica fue un foco importante del are helen‘stico, Sin embargo, la idiosinerasia egipcia no sulrié conteminacion alguna, y asi permanecié en la época romana. Los tolo- meos, faraones de Egipto, potenciaron la tradicién del pais, como lo hicieron Juego los emperadores romanos y lo habian hecho antes los persas, los ue bios y Jos libios, todos ellos con la finalidad de legitimar su poder sobre Egipto. Para los egipcios, existia un faraén que desempefiaba las fumciones con Tas que se daba cumplimiento al orden de todas las cosas, tal como estaba esta- blecido en los origenes, aunque ello no evité la xenofobia que sirvis también para fomentar todo lo gue fuera propio, rechazando cualquier coincidencia con los elementos extranjeros que lenaban el pais, Los cultos més populares, como el de Ositise Isis, experimentaron un gran auge. Eran representativos por excelencia de la rcligién egipcia, pero la resue mreccion y la fertilidad también eran conceptos fécilmente asimilables por quienes, desde las mis diverses procedencias del mundo civilizado, poblaban Egipto. Ambos dioses representaban la teologia sustento de la monarquia -O- sins fue e] primer rey legendacio de Egipio, y al morir, su hijo Horus, engen- 207 Templo de Kom lomo Periodo Piotematco, 332-30 ac. Fein. tors Periode rclemaxo, 332.30 ac. Edu. Templo de at drado en Isis, ocups el trona. Fl faradn muerto encarmaba a Osiris, y, en vida, a Horus, tan tail en un periodo de inestabilidad dintstica. La afirmacidn de la cultura egipcia, y de su expresién formal, el arte, de- siv6 necesariamente en la recuperacton del pasado glorioso. De ali que el Im- perio Antiguo, y también el Imperio Medio y el Nuevo fueran revividos en obras cuya justificacion estribaba en esa actualizacion. La imitacion arbitraria de los modelos antiguos constituyS un sello de la épeca, bajo estos presupuestos se acometieron grandes obras, ejecutadas con las técnicas més depuradas de la tradicion egipeia. Sin embargo, |a larga vitima etapa del atte faradnico ao fue la de su dectinar languideciente: hasea la extin=

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