Vivimos en un mundo en el que triunfó el flujo de la información, pero no el éxito de la comunicación. La diferencia estriba en que aquella es el rayo de luz que todos podemos ver; la comunicación, en cambio, es el abrazo de amor que acabamos de perder.
Vivimos en un mundo en el que triunfó el flujo de la información, pero no el éxito de la comunicación. La diferencia estriba en que aquella es el rayo de luz que todos podemos ver; la comunicación, en cambio, es el abrazo de amor que acabamos de perder.
Vivimos en un mundo en el que triunfó el flujo de la información, pero no el éxito de la comunicación. La diferencia estriba en que aquella es el rayo de luz que todos podemos ver; la comunicación, en cambio, es el abrazo de amor que acabamos de perder.