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POP WU) Libro del tiempo Poema mito-hist6rico ki-ché Traducido del texto original por Adrian |. Chavez Prdlogo de Carlos Guzman Bockler Nota Preliminar y Revisién: Adolfo Colombres BIBLIOTECA DE CULTURA POPULAR EDICIONES DEL SOL Chavez, Adriin Pop Wuj : Libro del tiempo - 14. ed. 44 reimp. - Buenos Aires : Del Sol, 2007. 176 p. ; 20x11 cm.- (Biblioteca de cultura popular) ISBN 978-950-941 3-13-9 1. Literarura folclorica. Tradiciones populares I. Titulo CDD 398.2 Coleccién dirigida por Adolfo Colombres Disefio de coleccién: Ricardo Deambrosi Ilustrado con signos y dibujos de los cédices mayas. Ilustracién de tapa: Cédice “Dresde” Kumatzin Wuj Jum (decalle) 1? edicidn / 4* reimpresi6n © Ediciones del Sol S.R.L. Av. Callao 737 (C1023AAA) Buenos Aires - Argentina Distribucién exclusiva: Ediciones Colihue S.R.L. Av. Diaz Vélez 5125 (C1405DCG) Buenos Aires - Argentina www.colihue.com.ar ecolihue@colihue.com.ar 1.S.B.N. 978-950-9413-13-9 Queda hecho el depdsito que marca la ley 11.723 IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA NOTA PRELIMINAR Podria decirse que la literatura indigena de América na- cio signada por el fuego. Ast, en su Relacidn de las Cosas de Yucatin, escribe fray Diego de Landa: ‘‘Hallamosles gran numero de libros de estas sus letras, vy porque no te- nian cosa que no hubiese supersticion y falsedades del de- monio, se los quemamos todos, lo cual sintieron a mara- villa y les dio mucha pena”. Tan sistematico fue el auto de fe que, a titulo de ejemplo, de la civilizacién maya sdlo se salvaron tres codices, y los tres estan hoy en museos de Europa, Si el Pop Wuj (o Popol Vuh, como se lo vino conociendo hasta ahora) pudo llegar hasta nosotros fue gracias a una serie de afortunados azares. Pero no quedo el manuscrito original, sino una copia no del todo fide- digna, realizada por un misionero espafiol: el padre Fran- cisco de Jiménez. Y junto con los documentos fueron eli- minados los sabios, las capas intelectuales que atesoraban J desarrollaban la herencia cultural de las mds altas civi- lizaciones del continente, y especialmente sus manifesta- ciones mas complejas y abstractas. El resultado fue un brusco y pronunciado retroceso evolutivo, que en el caso de los mayas, para peor, se inserté en un pertodo de de- clinacion, Ya no quedo nadie para recoger tan valioso acervo y proyectarlo hacia nuevas y fecundas formas civi- lizatorias. Cuando en 1690 llegd a manos del padre Ji- ménez, en el actual Chichicastenango, el manuscrito re- dactado por un escriba indtgena hacia 1550, no restaba ya un Ki-ché con el nivel de conocimientos necesarios co- mo para ayudarlo a realizar una fiel traduccion al caste- ano, Adrian I. Chavez prefiere no criticar el trabajo del padre Jiménez (puesto que gracias a él el libro se salvd), pero puntualiza, ademds de la falta de informantes ido- neos, sus limitaciones como traductor: su condicién de cristiano interesado en imponer su fe, y de hablante de un idioma que, amén de poseer una estructura muy diferente, carecia de signos para representar algunas consonantes indigenas que no son mds que ruidos vocales (a diferen- cia de las del alfabeto castellano, que siempre representa sonidos), causa por la que muchos conceptos se malver- Saron. Los mitos (0 la historia) de los ki-chés habrian empe- zado a contarse desde su llegada a Siwan Tinimit, la ac- tual Guatemala, ocurrida en tiempos anteriores a la era cristiana, transmitiéndose por via oral durante siglos, has- ta que inventaron una escritura propia y la volcaron en ella, Es a este libro (probablemente escrito en papel ama- te y plegado en forma de fuelle, con tablillas que oficia- ban de tapa) al que se refiere el “prologo”’ del manuscri- to de Jiménez. Chavez encontré en el Museo Arqueolo- gico Municipal de Chichicastenango una muestra de esta escritura, cuyo origen establece por una serie de elemen- tos. Eliminados en los primeros momentos de la Conquis- ta los que manejaban tal escritura, y suprimidos los docu- mentos, el libro solo pudo reescribirse un tiempo mds tarde gracias a la apropiacion del alfabeto fonético traido por el conquistador. Desde aquel manuscrito (que también se perdid, como se dijo) hasta la copia y traduccion del mismo que realiz6 el padre Jiménez, transcurrid casi un siglo y medio. Sin duda el fraile lo tomé como una mera curiosidad, desde que al parecer nada hizo por difundir su trabajo. Quizas pensase también, como Diego de Landa, que era cosa del Diablo. Aunque Adrian I. Chavez es ki-ché y aprendié dicha lengua antes que el castellano, comprendié que no basta- ba esto, y ni siquiera su formacion y larga experiencia co- mo maestro indigena, para acometer la ardua empresa de descolonizar el texto. El abate Brasseur de Bourbourg, que conocta varias lenguas, escribio que el ki-ché era no sdlo el idioma mas perfecto de Guatemala, sino también uno de los mas perfectos del mundo, por su rara belleza y armonia, y eso que le tocé estudiarlo después de varios siglos de dominacion colonial. Como ya el tiempo pasado era mayor, y también el deterioro de dicha lengua, se im- ponia un serio trabajo cientifico a fin de rescatar su inte- gridad pristina, la fuerza de su edad clasica. Para recons- truir sus bases era preciso preparar un alfabeto fonético propio y exacto, que tuviera una sola letra para un solo sonido, y un solo sonido para una sola letra, pues todo error o insuficiencia en el registro grafico del sonido alte- rara el sentido del discurso. Por lo que refiere la Historia, Diego de Landa sufria a menudo cuando predicaba en maya las consecuencias de las limitaciones de las conso- nantes castellanas, pues los indios apenas podian conte- ner el estallido de la risa. No se burlaban de su mala pro- nunciacion (lo que no hubiera sido tan grave, en la medida en que eso implicaba una captacion previa del mensaje), sino de la ridiculez del nuevo ‘‘mensaje” en que se tradu- cta su carencia de signos adecuados. Esta extrema varia- cion semdntica se explica por la naturaleza misma del fonema, que es la tinica unidad lingiitstica sin contenido conceptual, es decir, desprovista de un significado pro- pio; se trata tan slo de un instrumento que sirve para dis- tinguir significaciones. Desempefia su papel en razon de su oposicién reciproca en el seno de un sistema y no de su individualidad fonica, desde que nunca la presencia de un fonema evoca necesariamente a otro. Para superar este escollo invento Chavez siete conso- nantes y dos tildes propiamente kt-chés; estos ultimos para marcar la velocidad de las vocales, ya que la pronun- ciacion lenta o acelerada de una vocal cambia a menudo radicalmente el sentido, Le hacta falta ahora una maquina de escribir que incorporara tales signos, por lo que acudid a las autoridades educativas, mas éstas, siguiendo un dic- tamen del Instituto Lingtitstico de Verano {institucion misionera interesada en mantener la plena vigencia del vo- cabulario que creara para traducir los textos biblicos al kt-ché), le negaron apoyo. Fue en Alemania donde se la fabricaron, y la empresa, recién entonces, fue posible. La resolvié en cuatro columnas. La primera es una transcrip- cion literal del texto ki-ché, conforme a la copia del pa- dre Jiménez, es decir, tal como fue hecha por éste, con sus tachones, traslaciones y enmiendas. Es en la segunda co- lumna donde despliega Chavez su nuevo alfabeto, que al registrar con precision todos los sonidos permite recupe- rar los significados perdidos. No afiade palabras al origi- nal; se limita a corregir grafias, lo que en muchos casos transforma el significado de las palabras y las frases. La tercera columna es una traducci6n literal al castellano, vo- cablo por vocablo, de la segunda, lo que sirve para mos- trarnos no sdlo hasta qué punto difieren las estructuras gramaticales de ambas lenguas, sino también para estable- cer una base material, cierta, desde la que debera partir todo intento de ordenar el texto en castellano, tarea que realiza en la cuarta columna. Gracias a la honestidad de este método, cualquier persona que desconozca el ki-ché puede indagar en cada caso cudles fueron los procedimien- tos ordenadores, 0 ponerse incluso a ordenarlo por su cuenta, En esto Chavez no se toma mayores libertades li- terarias, lo que aleja a su traducci6n de las anteriores. Es por eso que carece de florituras aftadidas, de puentes que se aventuran en el vacto por horror a las lagunas, Tampoco manipula las palabras para darles un sentido untvoco y conjurar ast la naturaleza de por si criptica del texto, des- de que no se ajusta a los procedimientos légicos occiden- tales. Pero curiosamente, los pocos articulos y tiempos de verbo, ast como la relativa simpleza de las construcciones sintacticas (no siempre “‘correctas”’), no son, como podria pensarse, una renuncia a la dimension poética del libro, un prosaico tributo a la etnografia. Por lo contrario, di- ria que esa dura llaneza realza su valor. Las palabras sue- nan como las piedras que arrastran los rios profundos por los valles montafiosos, sorprendiéndonos con ricas metafo- ras que vienen a sumarse al resplandor de las imagenes: los 400 hijos convertidos en una constelacion, Shbalanké subiendo al cielo para transmutarse en el Sol, un escupi- 10 tajo en la palma de la mano de la doncella Ishkik como simbolo de la generacion humana, Chavez comienza rectificando el nombre del libro, pues Popol Vuh no significa nada en ki-ché. Pop Wuj, en cam- bio, st. Pop quiere decir tiempo, y es el nombre del pri- mer mes del calendario maya. Wuj significa libro, papel, escritura. A continuacion ataca lo cosmologico, reconstru- yendo la concepcion piramidal del mundo de sus ances- tros por la traduccién de conceptos tales como “‘ciuspide del cielo”’ y “lados del cielo”. Ya en el terreno de la teo- dicea, propina un golpe mortal al mito de los gemelos, que tanto distorsiona el texto con imagenes grotescas, que nos muestran pares de seres realizando siempre la misma ac- cién, incluso algo tan singular e impensable como engen- drar un solo hijo en una sola mujer en un mismo instante. En esta traduccion, los dioses y personajes miticos no se dan en parejas. Explica Chavez que se tratan en todos los casos de meras aposiciones, de construcciones logicas ti- picamente indigenas que afiaden al nombre un atributo que le es propio, o el equivalente en maya del término ki-ché. Es decir, aqui los traductores occidentales dieron un salto desafortunado, pasando de una simple dualidad terminologica referida a una misma identidad a una duali- dad ontologica, inspirandose acaso en otras mitologtas del continente. “El Pop Wuj habla por y para América, es el tinico do- cumento que se escapo de la despiadada destruccion”’, me dice Adrian I, Chavez en una carta, como fundando la necesidad de que al menos su traduccion al castellano se difundiera a un publico mayor. Hubiéramos ariadido a es- ta edicion la segunda columna de haber tenido la tipogra- fia necesaria y alguna probabilidad de entrar en las escue- las de la regién ki-ché. Pero la persecucion, el desprecio, continuan en Guatemala. Por suerte Chavez, formado en la adversidad y el racismo, como todo su pueblo, no se arredro. Con su maquina tiped las cuatro columnas del texto, a las que agrego luego una explicacion necesaria y un prologo de Carlos Guzman Bockler, un estudioso comprometido con el indigena y no con las élites que ex- propian su produccion material y espiritual. Ya armado el original, hizo imprimir un numero limitado de copias y una tapa a color. Tal fue la edicion guatemalteca, fe- i chada en mayo de 1981, también editada en México por esa época con similares caracteristicas por el Centro de Investigaciones Superiores del Instituto Nacional de An- tropologia e Historia, que en ese entonces dirigia Gui- llermo Bonfil Batalla. Es decir, ambas fueron ediciones de pequefio tiraje y para especialistas, realizadas con pro- cedimientos no industriales, Esta edicion, pensada para un publico no especializa- do, se circunscribe, como se dio a entender, a la cuarta columna del trabajo de Chavez. Se renuncia, siguiendo al traductor, a la division en partes y capitulos que intro- dujera Brasseur de Bourbourg y adoptaran los otros tra- ductores, para no alterar la estructura del manuscrito de Jiménez, que es corrido, sin cortes. No obstante, éste in- cluye acapites que pueden ser entendidos como titulos, aunque carezcan de todo sistema: se anuncia, por ejem- plo, un tema muy concreto, pero acabado éste el texto sigue con otro diferente sin que medie un nuevo titulo. Es dicha falta de sistema lo que impide llamarlos verda- deramente capitulos. Chavez inicid ya en su cuarta columna una distribu- cion de las palabras que apunta hacia una especie de com- posicion poética en verso blanco, aunque para no romper el paralelismo con las otras columnas estableci6 cortes que traicionan tal fin. Considerando que en esta edicion no estaria ya el conilicionamiento de las otras tres columnas, y también el proposito de llevar el texto a un vasto publi- co, me permiti completar la tarea iniciada por Chavez. Me hubiera gustado trabajar con él éste y otros aspectos de su traduccion, con miras a perfeccionarla, pero el tiem- po (él ya espero mucho, y cumplid 82 afios) y la distancia me lo impidieron, Si en algo me equivoqué, él sabra per- donarme por mi buena fe, pues creo que nada de lo que hice altera los significados ni traiciona el estilo. Se incluye también en esta edicién el prologo de Guzman Béckler, con ligeras adecuaciones. La ilustracion fue pensada como una secuencia paralela de formas visuales que se proponen sumergir al lector en los enmarafiados simbolos de la civi- lizacion maya y no pintar un episodio, aunque se den a veces algunos cruces semdanticos. Las cartas de Chavez no dejan de alertarme sobre su avanzada edad, que le hace sentir con insistencia el llama- 12 do de sus raices. Pero por fortuna, ya no se ira decepcio- nado: su obra esta siendo traducida al aleman, el italiano, el inglés y el francés, y editoriales de la talla de Gallimard han resuelto tomarlo en serio, sin consultar por cierto a la embajada ni al Instituto Lingiitstico de Verano. Este libro, digna reescritura de un ki-ché reconstituido en toda su pureza y traducido luego al castellano que ha- blan los indigenas y no las élites ilustradas a las que per- tenecian Recinos y demas traductores, representa la irrup- cion de una auténtica literatura indigena, a la vez antigua y moderna, es decir, vencedora del tiempo, que pone en Jaque a las literaturas indigenistas y post-indigenistas, El castellano de Chavez acusa el impacto de la sintaxis ki-ché, ast como las sintaxis del quechua y el guarant, aunque con menor crudeza, se hacen presentes en la escritura de José Maria Arguedas y Roa Bastos. El mismo recurso, aunque ejercido ahora por un indigena. Y lo interesante es que no se trata de un esfuerzo aislado, desde que se inserta plena- mente en el proceso global de recuperacion de la concien- cia india frente a la dominacion secular, como testimonio contundente de una altura moral siempre denegada por la ideologia colonialista. Puede decirse, para terminar, que Chavez vino a este mundo con una misién expresa, que cumplio cabal y honestamente pese a la adversidad de los vientos. la de rescatar y depurar la Antigua Palabra, para que sea el sedimento nutritivo de la Nueva Palabra, que es aquella que los va guiando, en medio de una recrudecida lucha, hacia otro amanecer tan esperado como el que evo- ca este Libro del Tiempo. ADOLFO COLOMBRES Buenos Aires, agosto de 1986 Don Adrian I. Chavez Primer Maestro de Educacion Primaria de Guatemala — Profesor de Segunda Ensefianza en Letras — Ex Inspec- tor Técnico en Educacion Publica en Totonicapan y San Marcos — Ex catedrdatico en el Instituto Normal pa- ra Varones de Occidente — Ex catedratico de la Escuela de Servicio Social Rural — Miembro de la Academia de la Lengua Maya Ki-ché. PROLOGO El Pop Wuj o Libro de Acontecimientos, poema mi- to-historico ki-ché, ha renacido. Tras largos anos de pa- ciente labor, Adrian Inés Chavez, partiendo directamente del manuscrito de Fray Francisco Jiménez, ha recons- truido, en su correcta grafia, el texto ki-ché y, simulta- neamente, ha logrado la mas fiel traduccion al espanol que del venerable documento se haya hecho. El lector tiene ante sus ojos el fruto de un trabajo ori- ginal, sistematico y erudito, llevado a cabo por un ki- ché que ha dedicado su vida al estudio y a la ensefianza de ambas lenguas y que, ademas, es un profundo conoce- dor del pensamiento, de la historia y de las tradiciones de su pueblo, Este es un hecho que no puede dejar de sefia- larse y que constituye el rasgo mas novedoso de esta obra, ya que todas las demas traducciones, interpretaciones y versiones que existen del libro se deben a personas ajenas al pueblo kt-ché y distanciadas del mismo por diversas razones historicas, sociales y politicas. Con la aparicion de este trabajo se marca el fin de una era en la que fueron los extranjeros quienes hablaron y escribieron por los ki-chés. A partir de ahora, el pueblo de Los Magueyes, por la mano de uno de sus hijos mas esclarecidos, retoma la pluma que, alla por el afio de 1550, dejara en reposo el anonimo autor del manuscrito origi- nal, antes de que se hundiera, él y su obra, en una larga penumbra de siglos. 15 No cabe duda de que el lector, si ya conoce alguna de las traducciones anteriores, al leer ésta se va a sentir asal- tado por las dudas mas inquietantes. Nada hay, en efecto, mas perturbador que la palabra innovadora, sobre todo cuando ella llega de un mundo diferente e ignoto, al que se ha preferido arrinconar o negar en vez de comprender. Es posible que quien se aproxime a esta obra por primera vez experimente también similar desasosiego., Pero, es seguro que, si ambos se sobreponen a la sorpresa y, mas que nada, a los prejuicios, podran adentrarse en los terre- nos de una concepcion del mundo y de la vida dotada de una solidez inconmovible, cargada de sutilezas y expresa- da en fascinantes formas poéticas, entre cuyas notas la historia se vuelve mito y el mito deviene historia. si Entre 1701 y 1703, lleg6 a las manos del R. P. fray Francisco Jiménez, cura doctrinero por el Real Patronato del Pueblo de Santo Thomas Chuila —hoy Chichicaste- nango—, en la actual Guatemala, un manuscrito que, re- dactado en lengua ki-ché y presentado en caracteres lati- nos, relataba la cosmogonia y la historia del pueblo ki- ché desde sus remotos origenes hasta los afios inmediata- mente posteriores a la conquista espaiiola. El manuscrito —de autor o autores andnimos— databa aproximadamente de la mitad del siglo XVI y habia permanecido oculto du- rante cerca de siglo y medio. El original del documento descubierto quedo vedado a la posteridad, ya que el padre Jiménez decidio hacer una copia en la que ademas de castellanizar los sonidos del ori- ginal ki-ché introdujo algunas alteraciones. Ordeno el tra- bajo en dos columnas paralelas, de las cuales la primera contiene la transcripcion del texto y la segunda su traduc- cion al castellano, Los yerros y las limitaciones de Jiménez no constitu- yen motivo de critica para Chavez, quien simplemente se- fala los dos grandes escollos con los que aquél tropezo, 16 » que son su fonética, como espafiol, y su religion, como cristiano. Esta formula recoge en todo su patetismo e in- tensidad el abismo profundo que separa a dos concepcio- nes contrapuestas, tanto de la historia como de la manera de aprehenderla y de expresarla, Esta primera traduccién parece no haber sido difun- dida. Unicamente el mismo Jiménez tomo partes de ella para insertarlas en el primer volumen de su Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala, que co- menzara en 1715, cuando ocupaba el curato de Xenacoj, y finalizara diez afios después, mientras era Superior de la casa conventual de Santo Domingo, en el pueblo de Sacapulas. Todo parece indicar que a la muerte de Jimé- nez —ocurrida probablemente a fines de 1729— sus pape- les pasaron a los archivos del convento de Santo Domin- go de la entonces ciudad de Goathemala (hoy Antigua Guatemala) y que, con posterioridad a la destruccion de ésta por los terremotos de 1773, juntamente con el con- vento fueron trasladados a la Nueva Guatemala de la Asuncion en las postrimerias del siglo XVIII. ll Los aires liberales que en 1829 soplaron en la enton- ces joven republica centroamericana provocaron el cierre de los conventos y la expulsion de los religiosos. Los ar- chivos del convento de Santo Domingo pasaron a la Uni- versidad de San Carlos y fue ahi donde, entre 1853 y 1854, el doctor austriaco Carl Scherzer encontro las obras de Jiménez, entre las cuales estaban las historias del ori- gen de los indios de esta provincia de Guatemala, traduci- das de la lengua ki-ché a la castellana, que ordeno copiar y luego, en 1857, publico en Viena. Con posterioridad se comprobo que dicha copia es defectuosa. Por el afio de 1855 lleg6 a Guatemala el abate Char- les Etienne Brasseur de Bourbourg. Con respecto a él, Adrian Recinos dice lo siguiente: “En Guatemala encon- tro un campo fecundo para sus investigaciones. El doctor 17 Mariano Padilla y don Juan Gavarrete, que habiar rvesta- do su ayuda al doctor Scherzer, llevaron su generosidad con el abate Brasseur hasta el extremo de cederle varios documentos de la coleccién del primero y de los archivos publicos a cargo del segundo. Otros le fueron proporciona- dos por el arzobispo de Guatemala, doctor D. Francisco Garcia Pelaez, quien se dedicaba también a esta clase de estudios. El arzobispo le ofrecié, ademas, la administra- cién del curato de Rabinal, donde el viajero aprendio la lengua ki-ché y paso, segun confiesa, el afio mas agradable de su estancia en Centroamérica, En ese importante cen- tro de poblacion indigena, Brasseur se ocupé en traducir al francés el Manuscrito de Chichicastenango, que habia legado facilmente a sus manos junto con la traduccion castellana de Jiménez.”” £n 1861 Brasseur public6 en Paris su traduccion con el titulo de Popol Vuh, Le livre Sacré et les mythes de I’an- tiquité américaine. £n ella sefiala algunos de los errores en que incurriera Jiménez y da su propia version. Conforme a ésta, el texto corrido del original —que habia respetado Jiménez— fue dividido en cuatro partes y éstas, a su vez, en capitulos, Por otra parte, la fonética fue acomodada a las necesidades de la lengua francesa, para lo cual la gra- fia, ya alterada por el primer traductor, sufrid una segun- da modificacion. Sin embargo, la version de Brasseur lo- gro mucha mayor difusion que la de Scherzer y tuvo el mérito de atraer la atencién del mundo ilustrado de la época sobre el manuscrito ki-ché. Mucho se ha discutido, con posterioridad, sobre a fi- delidad y alcances de la version del abate Brasseur y, a pesar de todas las objeciones que se le han hecho, ha sido tomada como modelo, tanto para nuevas versiones e inter- pretaciones como para traducciones que del francés se han hecho al espariol. La primera de estas ultimas fue rea- lizada por J. Antonio Villacorta y Flavio Rodas, quienes la publicaron en Guatemala en 1927, con el titulo Manus- crito de Chichicastenango (Popol Buj) Estudio sobre las antiguas tradiciones del pueblo quiché. Se trata de una 18 version cuyo punto de partida es la de Brasseur, La segun- da —que es una traduccion directa del francés al espariol— fue publicada en Guatemala, en 1972, por Jorge Luis Arriola. IV En 1947, en México, el Fondo de Cultura Economica publicé la traduccion del documento ki-ché hecha por Adrian Recinos, con el titulo Popol Vuh. Las antiguas historias del Quiché. Esta es la traduccion que ha tenido mas difusion, sobre todo cuando paso de la Biblioteca Americana a la Coleccién Popular de dicha editorial y, consiguientemente, estuvo al alcance de un publico mas extenso, en su mayoria escolar. De hecho, quienes han tenido acceso al documento en los patses de habla hispana durante los ultimos treinta afios se han servido de esta traduccion. En el verano de 1941, Adrian Recinos hizo su primera visita a la Biblioteca Newberry de Chicago, Estados Uni- dos de América, y al revisar los documentos de la Colec- cion Edward E. Aller encontro el manuscrito intitulado Arte de las tres lenguas, Cacchiquel, Quiché y Tzutuhil, compuesto a principios del siglo XVII por Fray Francisco Jiménez. En dicho manuscrito, en 112 folios escritos a dos columnas, estaba el entonces conocido por Popul Vuh bajo el titulo Empiezan las historias del origen de los In- dios de esta provincia de Guatemala, traduzido de la len- gua quiché en la castellana para mds comodidad de los Mi- nistros del Sto. Evangelio, por el R.P. F. Franzisco Ximé- nez, Cura doctrinero por el Real Patronato del Pueblo de Sto. Thomas Chuila. Se trata de.la unica copia hecha por Jiménez, la cual, integrada a la coleccion de Brasseur, fue llevada por éste a Francia. A su muerte, la coleccion se disperso y la parte en que iba el manuscrito fue adquirida por Alphonse Pinart, quien la vendid con posterioridad a Edward E. Aller, de cuyas manos paso a la mencionada Biblioteca 19 Newberry, Una copia fotostatica de dicho documento es la que ha utilizado Adrién I, Chavez para hacer la tra- duccion que ahora nos ocupa. En el prologo a su traduccién, Recinos dice que la em- prendio para “... salvar, siquiera en parte, las imperfec- ciones de las traducciones existentes, y aclarar y corre- gir algunos pasajes de las mismas”?. Recuerda que el tex- to original carece de divisiones en partes o capttulos. Sin embargo, él sigue la divisién que al efecto hiciera el abate Brasseur de Bourbourg. Reconoce haber hecho una labor selectiva en lo atinente a la etimologia de los nombres propios, aceptando la que le parecio mds razonable. Otro tanto hizo en cuanto a los nombres geograficos. Y finali- za presentando un mapa de la regién que recoge las posi- bles rutas de las migraciones del pueblo kt-ché. Al momento de hacer su traduccion, Recinos tuvo a la vista las anteriores, ast como otros documentos indt- genas, tales como los Anales de Cuauhtitlan, Jos Libros de Chilam Balam, e/ Memorial de Tecpan Atitlan, e/ Ti- tulo de los Sefiores de Toteonicapan y Jos Titulos de la Casa Ixcuin-Nihaib, sefiora del territorio de Otzoya Sin embargo, su punto de referencia mds preciado lo constituyo la version francesa de Paul Raynaud, de la que dice: ‘‘.. es, @ nuestro juicio, la mejor y mas exacta de las interpretaciones modernas del documento quiché’”. Se reficre al texto publicado en Paris en 1925 e intitula- do Lex dieux, les héros et les hommes de l’ancien Guate- mala d’aprés le Livre du Conseil, cuya traduccion al es- panol, hecha por Miguel Angel Asturias y J. M. Gonza- lez de Mendoza, aparecié en Guatemala en 1927. Vv En resumen, antes de la traduccién de Adrian I. Cha- vez, se han hecho dos al espafiol: las de Jiménez y Reci- nos, y una al francés: la de Brasseur de Bourbourg. De éstas, la primera data de principios del siglo XVIII, la ter- cera de la mitad del siglo XIX, y la segunda de mediados 20 del siglo XX. Las tres tienen un comin denominador, a saber: la condicion de extranjeros de los autores con res- pecto al pueblo y ala lengua ki-ché. Jiménez era espanol. Es cierto que, de los 63 afios que vivid, 41 los paso en Guatemala y, de éstos ultimos, 32 en las regiones ki-ché y kakchikel. Indudablemente fue el que tuvo el contacto mds prolongado y estrecho con la poblacion natural, pero no hay que olvidar que era tam- bién un fraile dominico, un cura doctrinero y por lo tan- to, el portador y difusor de una cosmogontia extrafia que pretendia suplantar el pensamiento ancestral americano por un sistema de creencias que, a la postre, no eran otra cosa que el pilar ideologico que sustentaba a la domina- cion y ala explotacion del sistema colonial espajfiol. Brasseur de Bourbourg era un erudito francés. Su re- lacion directa con ki-chés y kakchiqueles no llegé a te- ner dos afios de duracion, divididos en sus estancias en Rabinal y en San Juan Sacatepéquez. Su trabajo, hecho a mucha distancia, fue en buena medida un ejercicio inte- lectual deseoso de satisfacer las exigencias académicas de su mundo europeo y de su época. A mas de hombre de letras era un hombre de la iglesia, un abate que jamds pu- so en duda sus dogmas religiosos y su civilizacion occiden- tal. De haber sido ast, se hubiera abstenido por lo menos de apropiarse de originales tnicos e inconmensurablemen- te valiosos para los pueblos americanos. Adrian Recinos fue un intelectual viajero y refinado. Aun cuando formo parte de las élites y politicas que en la primera parte del siglo XX asolaron a Guatemala con dic- taduras sanguinarias y ultramontanas, tuvo —a diferencia de los de su clase— la preocupacion por adentrarse en lo mas profundo y vital del pensamiento aborigen, para lo cual aprendio no menos de tres lenguas de raigambre ma- ya. Sin embargo, su condicion de ladino urbano y su en- torno cosmopolita le impidieron compenetrarse con el pueblo cuya sabiduria exalté en los campos eruditos y académicos. No obstante que en su labor de traduccion puso el mejor de los empefios, la ambivalencia de su pen- 21 Samiento se pone de manifiesto en mas de una expresion o un juicio, vertidos a lo largo del texto. En los trabajos de los tres autores citados subyace la conviccién de que el pensamiento ki-ché expresado en el Pop Wuj, por mucha que sea su originalidad, su profun- didad o su elegancia, no deja de ser la manifestacién in- genua de un pueblo conceptuado por ellos como primiti- vo y, por ende, inferior a la civilizacion occidental. Por otra parte, todos prefieren ver el documento ki-ché como la expresion de un pasado que corto sus ataduras con el pensamiento y con el pueblo al que pertenece, y pretenden ignorar que no obstante la multisecular agre- sion de que éste ha sido victima, ha sabido mantener su vitalidad y su continuidad histérica. Adrian Inés Chavez, por el contrario, es —primero que todo— un ki-ché. Y como tal emprendié la ardua y pa- ciente labor que hoy vemos culminada, Esta, sin embar- gO, no es mas que la cuspide de una pirdmide que él fue construyendo a lo largo de toda una vida, ya que la base que la sustenta y los escalones que permiten remontarla estan constituidos por una serie de logros no menos sor- prendentes. Tal como él mismo lo dice, Jiménez no domi- no la fonética y en su trabajo castellanizo los sonidos, con lo cual los deformo, especialmente en el caso de ciertas consonantes ki-chés que no son sino ruidos de la boca, a diferencia de las consonantes castellanas que son sonidos. Por ello Chavez invento lo que él Nama “un pequefio alfa- beto complementario”, con el que logro desentranar al- gunos pasajes interesantes del Pop Wuj. Con fuerza y per- severancia logrd que le moldearan los nuevos tipos de im- prenta y que le construyeran una maquina de escribir en la que aquéllos estén incorporados, Pudo asi redactar un método original para el aprendizaje del idioma ki-ché. Contribuyo a la fundacion de la Academia de la Lengua Maya Ki-ché cn la ciudad de Quetzaltenango, y —parale- lamente— fue trabajando en la traduccion del Pop Wuj. No esta de mds traer a cuenta que, cuando en 1963 propuso a las autoridades educativas de Guatemala la adopcion del alfabeto y del método por él ideados para las 22 tareas de alfabetizacién y de educacién, aquéllas, apoyan- dose en dictamenes del Instituto Lingiitstico de Verano y del Instituto Indigenista Nacional, rechazaron su oferta por considerar que su obra ‘se aparta de los avances cien- tificos alcanzados por la lingiistica”.* En otras palabras, Ia facuitad creadora, el derecho a la invencion, segun se colige, corresponden con exclusividad a los extranjeros, quienes posan como depositarios de la ciencia y de los eventuales avances de la misma. Aqui cabe otra reflexion: la dominacion espajiola, desde sus inicios, suprimié cualquier tipo de memoria es- crita de los colonizados y, consiguientemente, condené a Jas lenguas indigenas a perpetuarse tinicamente a través de la tradicion oral; por el contrario, el idioma espafiol, en tanto que lengua oficial, paso a tener legalmente el mono- polio de la expresién hablada y escrita. Sin embargo, la dinamica misma de la colonizaci6n demostré que, para lo- grar una explotacion a fondo, era preferible negar el alfa- beto a los sectores populares, tanto aborigenes como la- dinos. No obstante, los gobiernos republicanos, herederos del orden de cosas colonial, han mantenido como verdad oficial la necesidad de la alfabetizacion, aunque los esfuer- zos para lograrla atin no hayan dado frutos. Pero en el ca- so de la poblacion natural, a la alfabetizacion han ante- puesto la castellanizacion, en otro esfuerzo, tan consciente como infructuoso, para suprimir las lenguas verdadera- mente nacionales. Estas no solo han resistido los embates sino que se han robustecido, y ahora —por boca de Adrian I. Chavez— enarbolan su bandera de triunfo, puesto que él ha demostrado no sélo la validez de su método —que de por st es un logro encomiable— sino la capacidad de los ki-chés de recuperar, en su mas pristina expresion, la pro- fundidad y la belleza de su pensamiento, contenido en un Pop Wuj depurado, 23 VI La traduccion de Adrian Inés Chavez se nos presenta ast como un profundo esfuerzo por descolonizar el texto. Comienza por rectificar el nombre del libro. Luego de de- mostrar la inexactitud de los que se le han dado anterior- mente, asienta el correcto: POP WUJ, que significa Libro del Tiempo, o Libro de Acontecimientos, gue vale tanto como decir Historia del Universo. Acto seguido, elimina la division del texto en partes y capttulos, ideada por Brasseur y adoptada luego por sus sucesores, incluido Recinos. En consecuencia, sigue el texto sin interrupcio- nes, tal como esta en la copia que hiciera Jiménez. En el predmbulo a su traduccion, Reciios enumera a las que considera parejas de dioses y,, en una larga llamada, especula sobre lo que puede ser el significado de cada nombre, ast como su parentesco con el panteon de los dioses toltecas y mexicas*®, Aqui la diferencia con Chavez es rotunda, ya que éste explica que “‘Cuando se sacé la copia en kt-ché se crey6 que Cada Cerbatanero, Siete Un Cerba- tanero; Jun Aj Pu, Shbalanké; Jun Batz, Jun Choweén eran pares de seres: fue una lamentable equivocacion. Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero son dos nombres del ajau que fue vencido en Shibalbd, cuya cabeza fue colgada en un arbol y que hizo fecundar a Ishkik’. Y prosigue: “Jun Aj Pu, Shbalanké, también son dos nombres de un mismo ser: el primero alude a su oficio de cazador, y el segundo es nombre propio... La aposicion, o sea la repeti- cion de una misma idea con otras palabras se ha empleado en el Pop Wuj con caracter enfatico ... Jun Batz, Jun Chowén son dos nombres de un mismo mito, el primero esta en ki-ché; el segundo en maya’.® Si los nombres de la mayoria de los personajes difie- ren en ambas traducciones es porque Recinos los confun- de con sus atributos, alterando ast el fondo de la historia, la estructura misma del mito. En cuanto a lo formal, la traduccion esta hecha con un vocabulario y una construc- 24 cion distintos, con un lenguaje que aventaja en fluidez y coherencia al de Recinos. VII Cabe pues preguntarse por qué una tarea de tal magni- tud ha sido realizada justamente en esta época, 0, en otras palabras, cual es el entorno social que envuelve al autor y a su obra, Para encontrar la respuesta, el propio Adrian I. Chd- vez suministra algunos datos interesantes; refiere que en la Primera Convencion de Maestros Indigenas, celebrada en Coban, Guatemala, del 6 al 9 de julio de 1945, él propuso la implantacion de un alfabeto que contiene siete conso- nantes y dos tildes mas, estas ultimas para representar la velocidad de las vocales, Simulténeamente sugirid que “las lenguas indigenas serviran para transmitir la cultura, para alfabetizar y castellanizar”. Aunque la acogida de los par- ticipantes fue favorable, las autoridades del ramo educati- vo se mostraron indiferentes. Quince afios después, en 1959, se fundd en Quetzaltenango la Academia de la Len- gua Maya Kt-che, la cual, como primer paso, aprobo el alfabeto ideado por Chavez, Tres afios mds tarde se susci- to el incidente relatado pdginas atrds, que culmino con el rechazo rotundo del nuevo alfabeto por parte de las auto- ridades de educacion. Mientras tanto, el Instituto Bibli- co Quiché, de San Cristobal Totonicapan, no sdlo hizo su propia version kt-ché de la Biblia y la predico, sino que conto para ello con el favor oficial. Tal como se ve, los campos quedaron claramente de- limitados: por una parte la iniciativa de los indigenas, en segundo término el comportamiento negativo de las au- toridades, y en tercer lugar la presencia confesional ex- tranjera, Vemos por un lado a los indigenas esforzandose en desarrollar su lengua con recursos propios, v, por el otro a las autoridades ladinas, coludidas con los misione- ros extranjeros, empefadas en canalizar la “‘tolerancia”’ oficial de las lenguas nativas hacia un uso aculturativo, co- 2s mo lo es la difusién de una fe religiosa contraria a las tra- diciones de esos pueblos. Este conflicto, centrado en la lengua, no es mas que un aspecto de una confrontacion en que se debate Guate- mala desde hace mds de cuatro siglos y medio, de una re- lacion interétnica signada por el racismo, el despojo y la ex- plotacion, en un contexto neocolonial de injerencia ex- tranjera, Por mucho que se quiera ensombrecer o disfra- zar la verdad, no se puede negar que la poblacién indigena, la mayoritaria en el campo, es la mds castigada con el mini- fundio y, en consecuencia, la mas fuertemente arrastrada a levantar las cosechas de exportacion que dan vida a la to- talidad de la poblacion. Obviamente, es la que mas rinde y a la que peor se paga, ast como la mds expuesta a las enfermedades y la mas corroida por la desnutricion. Sin embargo, aunque a primera vista parezca descon- certante afirmarlo, su situacién es ahora mejor que en otros momentos mas aciagos de su vida bajo el yugo colo- nial. O sea, que ha sabido encontrar los mecanismos para remontar la adversidad, Uno de ellos es la vitalidad; la poblacion ha aumentado, tanto en términos absolutos como relativos, Otro es la, al principio lenta y hoy indis- cutible, recuperacion de los émbitos productivo y comer- cial, lo mismo en el agro que en ciertos ambientes urba- nos. Y la tercera --la mas firme— ha sido el mantenimien- to de los medios de expresién propios, manifestados a través de la palabra, de las artes y artesanias, de la solida- ridad familiar y grupal, etcétera, engarzadas, en distintos niveles y .con variadas intensidades, en una cosmovision ferrea y sutilmente enraizada desde siempre y para siem- pre. Aun ante la maxima explotacién econdmica, cuya consecuencia casi inexorable tendria que haber sido el aplastamiento y la atomizacién, la poblacion indigena de Guatemala ha sabido oponer —con éxito— esos mecanis- mos defensivos capaces de asegurar su conciencia colec- tiva y su identidad historica, Este no es el momento ni el lugar para analizar en detalle ese proceso de reapropiacién al que antes hiciée- 26 ramos referencia. Sin embargo, baste traer a cuenta que el mismo empieza a corporizarse en el segundo cuarto de este siglo y que ha tenido por escenario a algunos de los centros urbanos mds importantes del altiplano norocci- dental de Guatemala. De manera que, si unimos este he- cho con los anteriormente reseiiados, no podemos extra- fiarnos de que el Pop Wuj hava sido limpiamente traduci- do en Quetzaltenango, la hermosa She Lajuj Noj de Adrian I. Chavez, cuna de la Academia de la Lengua Ma- va Kt-che. Por todo ello, el esfuerzo del traductor no puede ser considerado unicamente como el trabajo original y erudito del maestro que desafia los dictados de la lingtitstica oc- cidental, tan avida de creer en su sedicente cientificidad como empefiada en sus propositos ideologizantes. Al abrir su propio camino, desdeftando los asideros del coloniza- dor, el autor no se propone mds que devolver, revitalizada y palpitante, la Antigua Palabra, el mas preciado e intimo testimonio de su ser colectivo al pueblo de Los Magueyes, ast como a los descendientes de los Tamub e Ilokab, de los rabinalenses y kakchikeles, de los tulajé, chabja, aj batend, yakt, tepeu y cuantas tribus hay hoy. Inspirado por el Arquitecto, Formador, Creado, Varon Creado, y transformado en un verdadero cantor, venido del infinito, ocultador de serpiente, esptritu de lago y mar, Chavez logro reencender el fuego en el corazon de su gente, alum- brarle las misteriosas sendas del pasado para que puedan murar de frente el futuro. CARLOS GUZMAN BOCKLER CED NOTAS Adrian Recinos, Popol-Vuh. Las antiguas historias del Quiché, México. F.C.E., 1947; p. 49. Op. cit., p. 10. Op. cit., p . 64. Oficio Ne 2213, del 16 de mayo de 1963, suscripto por el Subseeretario de Educacién Publica. Cfr. Adrian Recinos, op. cit.: pp. 85-88. De Ia [xplicacion Necesaria que precede a la traduccion del texto en la edicién que realiz6 el autor en Quetzaltenango, en 1981. BODES a DOp Wuy Cibro del Tiempo Traducido del texto original por: Adrian I. Chavez DESDE ANTES DE ESCRIBIRSE EL POP WUJ, AQUI SE HA LLAMADO “LOS MAGUEYES”. Y aqui escribimos, aqui fijamos la antigua palabra; principio, es decir, base de todo lo sucedido en el pueblo Los Magueyes, pero de las grandes gentes Ki-chés, De manera que aqui nos ponemos a ensefiarlo, a revelarlo, es decir, a relatarlo, lo dejado e iluminado por el Arquitecto, Formador, Creado, Varon creado, cuyos nombres: Un cazador de Tacuatzin, Un Cazador de Lobo, verdaderos cantores; venidos del infinito, ocultador de serpiente; espiritu de lago y mar; verdaderos superiores, hijos mayores se decia; compaifiero de platica y comentario de la partera, abuelo que se llamaba Shpiyakok, Shmukané; armador y trabajador; dos veces partera, dos veces abuelo se decia en lengua CYA\C) ki-ché, Contaron todo lo que hicieron ya en la clara realidad, clara manifestaci6n. Y si aqui escribimos ya con letra castellana, ya en cristianismo, en esta forma lo divulgaremos porque ya no se verd nada del Pop Wuj, ciencia que vino del otro lado del mar y que 31 es relato de nuestro origen, ciencia de la existencia se decia. Existe el primer libro (el Pop Wuj), es decir, la antigua escritura. Esto es inicamente para lamentarlo, revisarlo, meditarlo. Es muy extenso, porque relata desde que se termino de cubrir el cielo y la tierra; la cispide del cielo, los lados del cielo medidos; hitar el cielo, escuadrear medidas, extender las medidas (infinito) en el cielo y en la tierra: “-Cuspide del Cielo! jLados del Cielo!”, dijo el Arquitecto, el Formador, madre y padre de la existencia de la humanidad; obrador, creador, dueiio de la creacién, espiritu de la clara grandeza, del claro hijo, hijo varon, meditador,; ideador de todo donde quiera, donde haya cielo, tierra, lagos, mares. 32 RELATO DE LO QUE TODAVIA ERA SILENCIO, VIBRACION, FERMENTACION. VIBRABA, ESPASMABA, PALPITABA; ES DECIR CUANDO EL CIELO ESTABA VACIO. Esta primera palabra es la primera expresion; no habia gente, ni animal, pajaro, pez, congrejo, arbol, piedra, hoyo, barranco, pajon, bosque; solamente estaba el cielo. No Se veia tierra en ninguna parte, solamente el mar estaba represado; el cielo, todo quieto; nada habia de eso que es cosa, todo era absorcion, nada se movia; recién acababase de hacer el cielo, tampoco habia nada levantado. Solamente el agua estaba represada, el mar estaba tendido, represado. No habia eso que es objeto; todo era formacién, todo vibraba en la oscuridad, en la noche. Solamente El Arquitecto, El Formador, El Infinito, El Oculta Serpiente, El creado, El Varén Creado estaban en el agua despejada, ahi estaban, estaban ocultos entre el limo, entre el verdor, de lo cual vino el nombre de Ocultador de Serpiente, grandes sabios, grandes pensadores se originaron. Asi ¢s pues que el cielo estaba etéreo, pero estaba el espiritu del cielo, he aqui su nombre: “Doble Mirada”! le dicen. Vino y hablo entonces aqui con el que viene del infinito, El Ocultador de Serpiente aqui en la oscuridad, de noche. Hablo con el del Infinito, ocultador de Serpiente, se hablaron, pensaron y meditaron; se juntaron y se pusieron de acuerdo en pensamientos y palabras; se quisieron y se amaron bajo esta claridad. De una vez pensaron crear la humanidad y su subsistencia; crearon el arbol y el bejuco, la subsistencia de la vida y de la humanidad; esto fue en la oscuridad, en la noche 33 “Rayo Un Pie” el primero, el segundo era “‘Mefiique Rayo”, el tercero era “Verdadero Rayo”. Asi que eran tres los espiritus del Cielo; llegaron a donde el “Venido del Infinito”, “Oculta Serpiente”; se ided desde entonces la clara existencia: — Cuando se ha de crear? {Se ha de aclarar? Sea quien sea el buscador de la existencia, que se origine, no sedis lentos porque el agua no se quita, no desocupa; que aparezca la Tierra, que se tienda sola; dijo entonces: — jCreads! ;Aclardos Cielo, Tierra! jAcaso no ha de ser el lugar de invocacién, de contemplacién de nuestros construidos, de nuestros formados? jOrigindos gente construida, gente formada! —asi dijeron. De una vez aparecié la Tierra por ellos, solamente por su palabra se hizo la Creacién, al momento aparecié la Tierra. — jTierra! —dijeron. De una vez se cred, aparecié como nube, como neblina fue su aparicién. Aqui fue cuando surgio, salieron las montafias dentro del agua; verdaderas grandes montafias resultaron; sdlo por su signo, por su virtud se hizo la creacién de las montafias, de las costas; de una vez aparecieron con sus cipresales, sus pinares, asi fue el aspecto. Se puso feliz el Oculta Serpiente.* -- Estuvo bien que hayas venido tu, Espiritu del Cielo, ti Un Pie, mejor dicho, tu “Mefiique Rayo”, “Verdadero Rayo”; estuvo magnifica nuestra obra, nuestra formacion —dijeron. Primero se crearon las montafias, costas; por el Espiritu del Cielo Namado “Un Pie”?, BE, 34 luego se ideo el cauce de los rios, de una vez corrieron, parecian piernas entre las montaiias; de una vez existieron los rios, aparecieron las grandes montafias. Asi fue como aparecio la Tierra, asi fue creada por el Espiritu del Cielo, Espiritu de la Tierra, asi se decia. Primero idearon el lugar del Cielo, asimismo el terraplén entre el agua. Asi fue la Creacion, idearon, meditaron la perfeccidn de su obra. De una vez idearon los animales de las montafias, los guardianes de las selvas, los moradores de las montaiias: venados, pajaros, tigres, leones, serpientes: cascabel, canti, bejuquillo. Dijo el Creado, Vardn Creado: — {Acaso sdlo es soledad? ,Es bueno que haya silencio bajo los arboles y bejucos? --Es bueno que hayan guardianes— dijeron. Entonces idearon, mejor dicho platicaron y al momento aparecieron venados, pajaros. Les regalaron sus casas al venado, al pajaro: —Tu bestia, en los cauces, en los barrancos dormiréis; permaneceréis entre el pajon, en el llano; en la selva procrearéis, tendréis cuatro patas, seran vuestro sostén —les dijeron. Se dispusieron las moradas de los pequeiios y grandes pajaros. —Vosotros sois pajaros: sobre arboles, sobre bejucos viviréis y haréis vuestros nidos; ahi procrearéis, os multiplicaréis en las ramas de los drboles, en las ramas de los bejucos --les dijeron a las bestias y a los pdjaros. Luego todos tomaron sus extremidades, sO BH OO60@ SUPA RS Breer et gr? sus lechos e hicieron sus tareas. Asi dispuso el Creado, el Varon Creado que fueran los lechos de los animales de la tierra; lo hicieron bien todos, bestias y pajaros. El Arquitecto, Formador, Creado, Varén Creado les dijo enseguida a las bestias y a los pajaros: —Hablad, jllamadme!, no estéis encogidos, ambulando, no oldis nada mds, cada uno, cada grupo, cada manada hablad diferente —les dijo a los venados, a los pajaros, a los tigres, a los leones y culebras. —Decid ahora mis nombres, invocadme, soy vuestra madre, vuestro duefio; hablad pues a Un Pie, & Q Ultimo Rayo, Verdadero Rayo, al Espiritu del Cielo, al Espiritu de la Tierra, al Arquitecto, Formador, Creado, Varén Creado. —Hablad, llamadnos, invocadnos —les dijeron. Pero no hablaron bien como la gente; slo tonteaban, cacareaban, s6lo gritaban; cOmo iban a ser buenas sus hablas; cada uno gritaba diferente. Al instante los oyé el Arquitecto, Formador. —No hablaron bien ~dijeron entre si--; debian decir nuestros nombres. Para eso somos sus constructores, sus formadores —dijeron entre si el Creado, Varon Creado. Y les dijeron: —Os cambiaremos porque no fuisteis buenos, no hablasteis. Asi que cambiamos nuestro parecer. Vuestro zacate, vuestro grano, vuestro lecho, vuestro deambular, vuestro destino es el barranco, la selva, porque no fue buena arar vuestra invocaciOn, no nos lamasteis. = Todavia se contempla que habra & invocadores, 37 los haremos grandes. Tomaran vuestro servicio: vuestras cames seran comidas, es vuestro destino. De manera pues, servios —les dijeron. Asi advirtieron a los pequefios animales y alos grandes animales que hay sobre la tierra. Lucharon otra vez, probaron otra vez, invocaron otra vez. Pero oyeron sus hablas y no sirvid. Estaba definitivamente hecha ast. Asi fue como les ganaron sus carnes, sirvieron para comer; mataron a los animales que estaban sobre la tierra. Asi fue la comida de la gente construida, gente formada, lo dispuesto por el Arquitecto, el Formador, Creado, Varén Creado. Probaron otra vez. — {No habré amanecido? Haremos quien nos busque, quien nos guarde. {Cudndo nos invocaran, dandonos prioridad sobre la tierra? ;Acaso no luchamos primero por nuestro construido, nuestro formado? ,D6nde resulté bien nuestra invocacién, es decir, nuestra revelacion por ellos? Asi es que luchemos para hacer al grande, al averiguador, al buscador de la existencia —dijeron. Entonces se busco la manera de hacerlo; de tierra, de lado le hicieron los misculos, pero vieron que no resulto bien porque era flojo, se mantenia estirado, aplastado, agachado; y se aguaba, es decir, se disolvia. No movia la cabeza y tenia la vista fija hacia abajo; no podia mirar atras girando la cabeza. Hablo, pero no tenia entendimiento, en verdad se deshacia en el agua, no era macizo. Entonces dijo el Arquitecto, el Formador: 38 A © | ) —Resulté agachado, no camina. Se hizo estéril y le falta entendimiento. De una vez lo desbarataron, hablaron mal, hablaron de los defectos de su gente construida, formada. Entonces dijeron: —Cudndo lo haremos bien?, que resulte perfecto, que sepa invocarnos, llamarnos —dijeron. Luego pensaron: “Se lo contaremos a Shpiyakok, Shmukané, Cazador de Tacuatzin, Cazador de Lobos. Que luche en averiguar su formaci6n”, dijo para sf el Arquitecto, el Formador. Se lo dijo a Shpiyakok, Shmukané; determiné decirle al adivino, abuela del Sol, de la Claridad, asi llamado por el Arquitecto, el Formador, pero su nombre es: Shpiyakok, Shmukané. Entonces Un Pie y Venido de Lejos, el Oculta Serpiente, le dijeron al Sacerdote del Sol. Sacerdote de la Formacién, adivino, lo encontraron en camino, es decir, lo hallaron: —Averiguad por nuestra gente construida, gente formada, que nos invoquen, que nos den prioridad. Entrad en oracién, partera, ancestro, nuestra abuela, nuestro abuelo, Shpiyakok, Shmukané, pedid, hablad; que se ilumine nuestra invocacion, veneracion, nuestra prioridad sobre todas las cosas por la gente construida, formada,* gente de madera, pilida. —jOriginaos! ;Qué se revele vuestro nombre Un Cerbatanero de Tacuatzin, Un Cerbatanero de Coyote, dos veces creado, dos veces varon creado, grandisimos cantores, fuertes misterios, pequenios, sefiores del trono, superiores, Verdaderos mayores, sefiores de la trementina, 39 senores del Toltecat, abuela del Sol, abuela de la luz! —os decian Nuestro Arquitecto, Formador. —Traed maiz, traed frijol del pito, ya estuvo, que salga, se quiebre; escarbaremos la boca, la cara a la madera —les dijeron a los adivinos. Al punto separaron en porciones, barajaron cuando trajeron el maiz, el frijol del pito. — ;Sol de la formacion! —les dijeron la abuela y el abuelo a ellos. El abuelo era el del frijol del pito, cuyo nombre es Shpiyakok; la abuela adivina, la formadora se llama Chirikan Shmukané. Entonces fijaron el dia y dijeron: —Que se encuentre, que se halle, decidlo, lo oimos con nuestros oidos; hablad, {conviene que sélo la madera sea escogida y labrada por El Arquitecto, El Formador? Si es el buscador de la existencia, hablad, ta maiz iluminad, td frijol del pito, ti Sol, th Formador, trabajad, no estéis quietos. ;Sol Formador!, tened vergilenza, sois Espiritu del Cielo, no quebrantéis la voz, la figura del Venido del Infinito, Ocultador de Serpiente. Luego anunciaron la respuesta buena: —Que se hagan gentes de madera, de madera labrada, que hablen, que platiquen sobre la tierra. — jOriginaos! —dijeron entonces. Sdlo lo dijeron y al punto se hicieron mufiecos de madera labrada, engendraron como gentes, hablaron como gentes, ellos eran los habitantes de la tierra 40 que resultaron, se multiplicaron; tuvieron hijas, hijos los mufiecos de madera labrada, pero no tenian nada de espiritu, mejor dicho nada de pensamiento, no pensaban en el Arquitecto, en el Formador, slo caminaron, solo gatearon; no pensaron en el Espiritu del Cielo y asi cayeron en desgracia; fue prueba, es decir, fue remedo de gente. Hablaron primero, eran flacos, de piernas caidas, en los brazos nada de sangre tenian, ni color; nada de sudor, las mejillas secas, puras mascaras las caras, tiesas las piernas y los brazos, hacian ruido sus musculos, Asi pues no pudieron ser buenos delante del Arquitecto, el Formador, creador de ellos, espiritu de ellos. Al principio result6 una multitud aqui sobre la tierra. De repente los exterminaron, los eliminaron, mejor dicho los destruyeron, mataron a las gentes de madera labrada. El Espiritu del Cielo ideé mutilarlos; grande fue la mutilacién que les sobrevino a las gentes de madera labrada. De madera del pito era el cuerpo del hombre cuando fue tallado por el Arquitecto, el Formador; y la mujer, de zibak* , eso quiso el Arquitecto, el Formador que se empleara para el cuerpo de la mujer. No sirvieron, no hablaron delante de su Arquitecto, su Formador, obrador de ellos, creador de ellos. Asi fue como los mataron, los mutilaron: Cayo una gran trementina del cielo. El Escarba Ojos les extrajo los ojos, vino el Kamalotz y les corto la cabeza, 41 ae St a vino la fiera leGn, se los comié; vino el leon batidor, batid los huesos, hizo astillas sus huesos y nervios; les destrozaron, mutilaron los huesos para escarmiento de ellos porque no sirvieron delante de la madre, es decir delante del suefio, el Espiritu del Cielo llamado Un Pie. Por ellos se oscurecio la faz de la tierra, comenz6 un aguacero negro, de dia, de noche,® entraron pequefios y grandes animales. Se rebelaron drboles y piedras, todos hablaron: sus tinajas, sus comales, sus trastos, sus ollas, sus nishtamales, sus piedras de moler, jarros, cucharas de calabaza, todos se rebelaron: —Mucho nos hicisteis sufrir. Nos mordisteis y ahora os morderemos —les dijeron sus nishtamales y sus piedras de moler. Y dijo la piedra de moler: Y dijo la piedra de moler. —Por vosotros hicimos molida cueshte diario. diario; tarde y mafiana, siempre: jjoli!, jjoli!, jjuk!, jjuk!, nos haciais; primero no tenfamos otro oficio por vosotros. Oid gentes: ahora, hoy nos esforzaremos en moler, mejor dicho en pulverizar vuestras carnes —les dijeron las piedras de moler. Y ahora el nishtamal hablo:” — Cuando nos disteis de comer? Sdlo nos manteniamos triturando; es decir, nos humillabais, nos echabais afuera, teniais colgado nuestro palo cuando comfais; solo nos vigilabais, siempre, no hablabamos. ;Acaso 43 no nos estébamos muriendo por vosotros? {Cuando ibais a ser buenos, a hacer un bien? Por causa vuestra ibamos a desaparecer. Ahora entonces vuestro hueso que tenemos en la boca comeremos, os morderemos —les dijo el nishtamal, y les destrozé la cara. En seguida les hablaron los comales y las ollas: —Despiadados fuisteis, nos hicisteis sufrir, nuestras bocas tiznadas, nuestras caras tiznadas, siempre estabamos sobre el fuego, nos quemabais. ;Acaso no nos dolia? Ahora nos esforzaremos en quemaros —dijeron sus olas, todos se sublevaron. En seguida las piedras, los tenamastes, zumbando salieron del fuego y fueron a dar sobre sus cabezas. Mucho los hicieron sufrir, los sacaron, empezo un gran aguacero, querian subirse sobre las casas, Jas casas se caian, ellos se caian también; los drboles los rechazaban; querian entrar en las cuevas y las cuevas se cerraban; asi fue la aniquilacion de la gente construida, de la gente formada; era mala, gente desviada, por eso fue exterminada; les destrozaron la boca, la cara a todos. Los micos que estan en la selva hoy son restos de esa gente, huella de que existieron. Sélo de madera eran los masculos que les hizo el Arquitecto, el Formador. Y los micos procrearon como gente; son restos de una clase de gente hecha, gente formada que existid; eran gentes de madera labrada. En ese entonces habia poca claridad sobre la tierra, no habfa Sol. Y habia uno que se engrandecia, se llamaba “Nuestras Siete Vergiienzas”.® Ya habia cielo y tierra, pero todavia era tenue la luz del sol y de Ja luna. Y dijo Nuestras Siete Vergiienzas: —Si es sefial clara de la gente que se mutild, es origen de la gente que existe, yo seré grande sobre la gente construida, formada; seré su Sol, su luz, mejor dicho su Luna, asi se establecié. Grande es mi iluminaci6n, soy su camino; soy mejor dicho su amuleto para ganar, porque escamas son mis ojos, son brillantes, destellos de esmeraldas, mis dientes estan cuajados de piedras como el cielo, mi nariz brilla de lejos como la Luna, y escama es mi vista, ilumina la superficie de la tierra cuando salgo de mi trono. Asi pues, siempre seré Sol, seré Luna para las verdaderas criaturas, Verdaderos hijos varones se hicieron, porque lejos llega mi mirada —dijo Nuestras Siete Vergiienzas. Pero no era cierto, no era el Sol el Siete Vergiienzas, nada mds se jactaba de sus plumas, de sus escamas. Estaba fija su mirada. No todo lo que esta bajo el cielo llegaba a su mirada. Todavia no salian el Sol, la Luna, las estrellas; todavia no habia amanecido, por lo cual Nuestras Siete Vergiienzas se hacia pasar por un Sol, una Luna; todavia no se asomaba, no se veia la luz del Sol, de la Luna; s6lo ambicionaba grandeza de Luna: fue cuando ocurrié la mutilacion de la gente de madera labrada. AQUI DIREMOS AHORA LA MUERTE DE NUESTRAS SIETE VERGUENZAS, CUANDO LO VENCIERON, CUANDO SE CREO LA GENTE POR EL ARQUITECTO FORMADOR. Este es el antecedente de la derrota, mejor dicho, cuando le Hegé su dia a Nuestras Siete Vergiienzas por un hijo llamado Un Cerbatanero, Shbalanké,? que era Dios. A causa de que vio mal la soberbia ante el Espiritu del Cielo, dijo entonces el hijo: —No es bueno que exista porque no vivirdn las gentes aqui sobre la tierra. Asi es que procuraré tirarle con cerbatana sobre su comida, aqui le tiraré y lo enfermaré; que se acaben su riqueza, sus amuletos, sus joyas y sus esmeraldas; su relumbre, motivo de su orgullo; lo sorprenderé atalayandolo y asi lo hard toda la gente. {No fue por eso que aparecid la ira? Solo por riqueza se envanecid —dijo el hijo, llevando su cerbatana al hombro. Nuestras Siete Vergiienzas tenia dos hijos: Zipacna era el primer hijo, el segundo era ‘‘Dos Pies”; la madre se Ilamaba Chimalmat, mujer de Nuestras Siete Vergitenzas. Zipacnd se entretenia en las grandes montafias: el Volcan de Fuego, el de Agua, el Zunil, el Shkanul, el Makamob, Julisnab; asi les decjan a las montaiias cuando se Originaron al aclararse. S6lo en una noche las hizo Zipacna. El Dos Pies mueve las montafias, mece pequefias y grandes montafias. Lo hacian los hijos de Siete Vergiienzas al 46 para ensorberbecerse. “Yo soy el Sol”, decia Nuestras Siete Vergiienzas. “Yo soy, yo hago la tierra”, decia Zipacna. “Yo entonces muevo, desmorono toda la tierra”, decia Dos Pies. Result6 que los hijos de Siete Vergiienzas tomaron ejemplo de grandeza del padre, esto lo veia malo el hijo. Todavia no se habian hecho nuestra primera madre, nuestro primer padre de maiz. Asi pues se ideé la muerte y desaparicion de ellos por el hijo. DE CUANDO EL HIJO TIRO CON CERBATANA A NUESTRAS SIETE VERGUENZAS. AQUI RELATAREMOS LA DERROTA DE CADA UNO DE LOS SOBERBIOS. E] Nuestras Siete Vergiienzas comia en un gran arbol de nance; ésta era la comida de Nuestras Siete Vergiienzas; por la fruta del nance se subia al arbol todos los dias. Un Cerbatanero, Shbalanké vio la comida de Nuestras Siete Vergiienzas. Entonces atalay6 a Nuestras Siete Vergiienzas debajo del arbol, estaba escondido el hijo entre las hojas.'° 47 Llegé entonces Nuestras Siete Vergiienzas, fue derecho sobre su comida que era el nance, y entonces Un Cerbatanero, Shbalanké le tiro con cerbatana,!! el bodoque fue derecho a la mandibula, grito y se vino del arbol, cay al suelo; cauteloso fue Un Cerbatanero, Shbalanké y rapido lo quiso prender; de veras, pero entonces Nuestras Siete Vergiienzas le corté un brazo a Un Cerbatanero, Shbalanké, cayo el brazo, lo cort6 del hombro. Entonces Un Cerbatanero, Shbalanké solt6 al Nuestras Siete Vergiienzas, pero intencionalmente lo hizo, por eso no fue vencido por Nuestras Siete Vergiienzas. Llev6 pues el brazo de Un Cerbatanero, Shbalanké y se fue Nuestras Siete Vergiienzas a su casa, llego sosteniéndose la mandibula. —{Quién os quiso matar alla?— le pregunto Chimalmat, la mujer de Nuestras Siete Vergiienzas. — jQuién ha de ser!, un malhechor me tird con cerbatana y me aflojé la mandibula, se enfermaron mis dientes, ya me duelen. jAcaso no me iba a matar primero? Que esté colgado el brazo sobre el fuego; colgadlo. A ver si lo viene a llevar después de sobre el fuego. De veras es malhechor —dijo Nuestras Siete VergUenzas y colg6 el brazo de Un Cerbatanero, Shbalanké. Después Un Cerbatanero, Shbalanké medité y le dijo a un abuelo, en verdad era de cabello cano el abuelo, y auna abuela, de veras abuela decrépita, eran encorvados de pura vejez. El abuelo se llamaba Gran Anciano, y la abuela se !lamaba Gran Blanca Pizote. Y les dijo a la abuela y al abuelo: —Vengan conmigo a traer mi brazo de donde Nuestras Siete Vergiienzas; 48 iré tras de vosotros. Diréis: “Es nuestro nieto que nos acompafia, han muerto la madre y el padre, por eso nos sigue. Ojala hubiera quien se hiciera cargo para regalarlo de una vez, porque mi Oficio es solo extraer animalitos de los dientes”.' —Estd bien —dijeron entonces y se fueron. Estaba recostado Nuestras Siete Vergiienzas frente a su vivienda cuando pasaron la abuela y el abuelo; el hijo jugaba tras del abuelo al pasar ante la casa del sefior. A causa de sus dientes gritaba Nuestras Siete Vergiienzas. Nuestras Siete Vergiienzas vio de inmediato al abuelo y la abuela, que se acompafiaban mutuamente. — 4De donde venis, abuelo? —dijo el sefior. —Sélo buscamos con qué alimentarnos, sefior —dijo entonces el abuelo. — 4Qué hacéis para alimentaros? jEs vuestro hijo quien os acompafia? —Nada de eso, sefior; es nieto. Sdlo lo tengo de lastima a este adoptivo; partimos en la noche lo que conseguimos —dijeron la abuela y el abuelo. Chillaba el sefior del dolor de dientes, solo a grandes penas comia y hablaba. fs —No me dejéis, tened lastima de mi. {Qué hactis? ,Qué curdis? —dijo el senior. —S6lo extraemos animalitos de los dientes; curamos el globo del ojo, remendamos huesos, Senor —dijeron entonces. —Estd bien, curadme mis dientes, de veras me duelen todos los dias: no me entra nada de suefio por el ojo; es que me tiré con cerbatana un malhechor, 49 desde entonces empezd, por eso ya no puedo comer. Ojala me tuviérais lastima, sdlo cortadme los dientes, que queden como dientes. —Esté bien, sefior; la causa del dolor es un animal. Sélo hay que cambiar, quitar los suyos. ~Tal vez no esta bien que se extraigan, porque por ellos soy sefior, mi poderfo son mis dientes y mis ojos: “Ww sustituidlos pues por hueso molido. 7-@ (0) —El hueso molido es lo mismo SH que el maiz blanco. —Esta bien, sacadlos, ayudadme —dijo. Le sacaron entonces los dientes a Nuestras Siete Vergiienzas, los cambiaron por maiz blanco; pero pronto le decayé el semblante, ya no parecié Sefior; terminaron de sacarle los dientes de esmeralda que le cuajaban en la boca. En seguida le curaron el globo del ojo a Nuestras Siete Vergiienzas, le aflojaron el ojo y terminaron de sacarle los dientes de la boca. En seguida le curaron el globo del ojo a Nuestras Siete Vergiienzas, le aflojaron el ojo y terminaron de sacarle las escamas, no sintid dolor. Ya solo a tientas andaba cuando le quitaron el motivo de su orgullo. Era idea del Cerbatanero Shbalanké. Y murié Nuestras Siete Vergiienzas; fueron a recoger el brazo del Cerbatanero. Murié también Chimalmat, la mujer de Nuestras Siete Vergiienzas. Asi fue como se acabé la riqueza de Nuestras Siete Vergiienzas. Asi que era médico quien se apoder6 de sus esmeraldas virtuosas 50 que lo protegian aqui sobre la superficie de la tierra. de la abuela y el simbolo protector del abuelo fueron quienes hicieron esto. Asi que recogieron el brazo y se lo injertaron; result6 bien. Sélo para matar a Nuestras Siete Vergiienzas fue que hicieron esto; malo les parecio el enorgullecimiento de Nuestras Siete Vergilenzas. Fue el hijo Un Cerbatanero, Shbalalanké. Fue Gnicamente por la palabra del Espiritu del Cielo que él cumplio esto. 31 LO QUE HIZO ZIPACNA, PRIMER HIJO DE NUESTRAS SIETE VERGUENZAS. “YO HAGO MONTANAS”, DECIA ZIPACNA. ED Zipacna estaba bafiandose a la orilla de un rio cuando pasaron cuatrocientos hijos que arrastraban un palo, base para su rancho, Cuatrocientos eran para arrastrarlo; cortaron pues un palo grande, viga madre de su rancho. Luego se fue Zipacnd, llego a donde los cuatrocientos hijos. — Qué estais haciendo vosotros, hijos? —Es un palo que no podemos levantar. —Colocadlo sobre mis hombros. ,A dénde va? (Para qué sirve, pensasteis? —Es para viga madre de nuestro rancho. —Esta bien —dijo entonces. Luego lo arrastré, se lo Hevé en hombros hacia la orilla del rancho de los cuatrocientos hijos. — {Por qué no os quedais con nosotros? {Tenéis madre y padre? —No tengo —dijo entonces. —Todavia no lo vamos a colocar, hasta mafiana, tenemos que componer un palo, horcon de nuestro rancho. —Estd bien —dijo enseguida. Mientras tanto pensaron los cuatrocientos hijos: Es que el muchacho, qué hacemos para matarlo, porque no sirve lo que hace. Sdlo él levanté el palo. Abramos un gran hoyo aqui, luego lo hacemos bajar, entrar al hoyo. Vete a traer tierra del hoyo, que le dijéramos. Y cuando entre al hoyo le dejamos caer el gran palo encima, asi entonces morira. Se pusieron contentos. Abrieron un gran hoyo, no muy hondo. Mandaron pues a Zipacna: 52 —Nosotros nos quedamos, no bajaremos a escarbar tierra, no la hallaremos —le dijeron. —Esta bien —dijo entonces, y bajé al hoyo. —Llamad cuando esté escarbada la tierra, no escarbéis muy hondo —le dijeron. —Bueno —dijo luego. Suspendio la escarbada del hoyo y se puso a escarbar para esconderse; ya sabia que lo iban a matar. Escarbo pues un hoyo distinto, atraves un segundo hoyo para salvarse. —jCudnto falta? —preguntaron los cuatrocientos hijos. —Todavia estoy escarbando. Cuando os Ilame es porque ya esta listo —dijo Zipacna desde el hoyo. Pero no estaba escarbando el asiento del hoyo, su tumba; estaba escarbando un hoyo para esconderse. De repente llam6 Zipacna cuando ya estaba escondido en el hoyo: —Venid a traer la tierra, el asiento del hoyo ya esta escarbado; de veras no lo hice muy hondo. {No ois mi llamada? Pero su llamada era eco. —Parece una voz, dos voces donde estais oigo yo —dijo Zipacna desde el hoyo, donde ya estaba quieto, escondido. Llamé6 otra vez desde el hoyo. Al momento fueron a arrastrar el gran palo los hijos, luego arrojaron el palo dentro del hoyo. —Que nadie hable, oigamos cuando grite al estar muriendo —se dijeron entre si. Ya solo hablaban muy quedo, cada uno miraba silencioso cuando dejaron caer el palo. —jYa...!!4 —dijo cuando gritd. Slo una vez llamo cuando cayé6 el palo. —jCaramba! No estuvo bueno? ;Bien estuvo lo que le hicimos! ,Quién lo mandé a hacer lo que hizo, lo que trabajo? ;Ahi él!, 53 primero él se metié con nosotros, es decir, entre nosotros los cuatrocientos hijos —dijeron en seguida. Ya estaban contentos. —Tenemos ahora que fabricar nuestra chicha para la construccién de nuestra casa, nosotros los cuatrocientos hijos —dijeron—. Mafiana veremos cuando salgan hormigas, cuando hieda, esté podrido, nos acordaremos de llevar nuestra chicha —dijeron entonces. Estaba oyendo Zipacna desde el hoyo lo que decian los hijos, que hasta pasado manana seria mejor. Aparecieron las hormigas en abundancia, caminaban, se revolvian. Se amontonaron bajo el palo; unas traian cabellos, otras particulas de ufias de Zipacna. Lo vieron entonces los hijos: Boa —Estuvo magnifico el castigo; ved, estas hormigas que salen lo han despedazado: unas traen cabellos entre los dientes, otras sefias de ufias, mirad lo que hemos hecho. ;Caramba! —se dijeron. Pero Zipacnd estaba vivo, é] mismo envid sus cabellos, se cortd las ufias y se las dio a las hormigas para que lo creyeran muerto los cuatrocientos hijos. Y entonces, al tercer dia principid la bebida agradable y empezaron a beber todos los hijos hasta embriagarse, todos los cuatzocientos hijos se quedaron inconscientes; y les derr‘b( Zipacna su rancho sobre ellos, todos fueron aporreados, ni uno, ni dos se salvaron de los cuatrocientos hijos; Zipacna, el hijo de Nuestras Siete Vergiienzas los maté. Asi fue pues la muerte de los cuatrocientos hijos; se dice que ellos 54 se convirtieron en estrellas de “Las Pléyades’’, es pues una tradicién. Ahora diremos el vencimiento de Zipacna por Un Hijo Un Cerbatanero, Shbalanké. VENCIMIENTO Y MUERTE DE ZIPACNA. FUE VENCIDO PUES POR UN HIJO, UN CERBATANERO, SHBALANKE. EI hijo sintioé mucho la muerte BE-) de los cuatrocientos hijos que mato Zipacna. El alimento de Zipacnd era pescado, cangrejo que buscaba a la orilla de los rfos. De dia salia a pasear para buscar su alimento y de noche & se cargaba las montafias. Entonces Un Cerbatanero, Shbalanké falsifico un gran cangrejo, le puso por ojo el pie de gallo, gran pardsita que hay en los bosques, por eso se denomin6 “‘pito de cangrejo” ; de doblador le hizo las extremidades, de piedara laja le hizo la concha; tuvo apariencia ahuecada. Lo fue a meter debajo de una pefia de una gran montaiia llamada ‘‘Meawan’’, donde fue vencido. Luego vino el hijo y encontré a Zipacna a la orilla de un rio. ~—jA donde vais, hijo? —dijo a Zipacna. —No voy a ninguna parte, nada mds estoy buscando mi comida —dijo Zipacna. — {Qué es vuestra comida? —Solamente pez y cangrejo, pero no he encontrado, desde antes de ayer estoy sin comida, ya no aguanto el hambre —dijo Zipacna a Un Cerbatanero, Shbalanké. 55 —Hay un gran cangrejo alla debajo del barranco, de veras es un gran cangrejo, pero tal vez no puedas comértelo; me muerde y no se deja atrapar, me da miedo; ,por qué no vais a atraparlo? —dijo Un Cerbatanaero, Shbalanké. —Tenedme lastima. Por qué no vais a ensefiarme el lugar, hijo? —dijo Zipacna. —No quiero. {Por qué no vais solo? No es de perderse; vais siguiendo el rio y derecho llegaréis al pie de una gran montafia, ahi esta tendido bajo el barranco —dijo Un Cerbatanero, Shbalanké. — jAy, desgraciado de mi!; yo solo no lo encontraré, hijo; tenéis que ir a ensefiarme. Hay abundancia de pajaros, si fuerais a cerbatanearlos, yo sé donde hay —dijo en seguida Zipacna. —Si no logras atraparlo me voy, me regreso por tu culpa: yo no pude comerlo porque muerde cuando uno entra boca abajo. Pero se asusta cuando uno entra boca arriba, por un poquito lo atrapo; entonces es bueno que entres boca arriba —le dijo —Esta bien —dijo Zipacné. Al momento se fue, ya iba acompafiado Zipacna, y llegaron abajo del barranco. Estaba atravesado el cangrejo, Ie relumbraba de rojo el cefalotorax bajo el barranco. —Ahora debes atraparlo. —Esta bien —dijo. Se puso contento Zipacna, ya queria tenerlo en la boca porque estaba muy apetitoso. Para comerlo quiso entrar boca abajo, pero el cangrejo subié boca arriba. Al rato salid. 56 — {No lo atrapaste? —Para nada, subid boca arriba, primero por poco lo atrapo. Tal ve, sea mejor que entre boca arriba —dijo. Luego entré boca arriba, ) termino de entrar todo, ya sdlo se le vefa la rodilla. @ Entro totalmente, € en eso se derrumbd la gran montaiia cayéndole sobre el pecho, ya no pudo voltearse y se volvié piedra. Asi fue vencido Zipacné por el hijo Un Cerbatanero, Shbalanké. El “Fabricador de Montaiias” le decian en la antigiiedad al primer hijo de Nuestras Siete Vergiienzas; debajo de la montafia llamada “Meawan’’ fue vencido de esa manera. Solamente por el Arcano fue vencido el segundo orgulloso. Ahora diremos otro relato. El tercer orgulloso es el segundo hijo de Nuestras Siete Vergitenzas llamado “Dos Pies”. Yo derribo montafias, decia, pero Un Cerbatanero, Shbalanké vencio a “Dos Pies”. Un Pie, Ultimo Rayo, Verdadero Rayo le dijo a Un Cerbatanero Shbalanké: Al segundo hijo de Nuestras Siete Vergiienzas hay que vencerlo, es mi decision, porque su oficio no es bueno sobre la tierra. Se hacen fuertes criaturas, pero no fueron creados para eso. Llévalo con buen modo alld hacia el Oriente —dijo Un Pie al hijo. —Muy bien, Sefior. Tiene que comer; tampoco a mf me parece bueno lo que hacen. ;Acaso no 57 esta Usted? ,Acaso no esta levantado? Usted es Espiritu del Cielo —dijo el hijo, y acato la decisién de Un Pie. Pero estaba temblando, derribando montafias, solo era un pequefio, pero estaba derribando grandes y pequefias montafias. Al punto lo encontré el hijo. — A donde vas, hijo? —le dijo a Dos Pies. —No voy a ninguna parte, solo estoy derribando montafias, las muevo de dia y al amanecer —dijo, de una vez hablo. Dijo entonces Dos Pies a Un Cerbatanero, Shbalanké: — ,De donde vienes? Yo no te conozco; gcomo te llamas? —No tengo nombre, solo soy un muchacho, mas bien pongo trampas en las montafias, soy pobre, no poseo nada; sdlo voy a las montafias pequefias, no a las grandes montafias como vos, hijo. Vi una gran montajfia, pequefia crecia; de veras no era muy alta, pero se levanta y crece sobre las demas montajfias, por eso (PL) no pude cazar ahi ni uno, ni dos pajaros, hijo. cY es cierto que derribas toda montafia? -dijo Un Cerbatanero, Shbalanké a Dos Pies. — Es cierto que viste la montafia que dices? jEn donde esta? Iré a verla y la derribaré; {donde la viste? —Allé esta, hacia el Oriente —dijo Un Cerbatanero, Shbalanké. —Ve adelante para guiarme —le dijo: —No, t irds a mi lado izquierdo porque yo llevo a la derecha mi cerbatana, pudiera ser que haya pajaros y tengo que cazar con mi cerbatana —dijo. Se hallaba contento, disimulando estar 58 tirando con cerbatana. Pero resulta que cuando tiraba con cerbatana, no eran bodoques, sino solamente soplaba y cafan los pajaros. Esto lo elogié Dos Pies. El hijo hizo fuego y se puso a asar pajaros. Tomé un pajaro y lo unto con tizate, tierra blanca empleo. —Este es el que le daré para que se ahogue cuando sienta el olor de pajaro, caerd en el engafio. La tierra que le unté sera su perdicion y asimismo en la tierra lo enterraré. jGran Sabio! ;Una Construccién! {Una Formacion, hablad, iluminad! Porque solo se mantiene antojando, su preocupacion es comer y masticar. Es lo que desea Dos Pies —se dijo Un Cerbatanero, Shbalanké. Al punto aso un pajaro. Se asd, estaba bien dorado, brillaba y chorreaba de pringue el cuerpo del pdjaro, trascend{a el agradable olor. Dos Pies ya queria comérselo, se le hacia agua en la boca y se mantenia deglutiendo, se le escurria la saliva, mejor dicho la baba por el olor agradable del pajaro. Suplicd entonces: — Cual es mi comida? De veras siento el olor, siquiera me dieras un pedacito. De una vez le dio el pajaro entero a Dos Pies, eso era para vencerlo. Y luego se acabé el pajaro, continuaron su camino hacia el Oriente, donde estaba la gran montaiia. Pero Dos Pies ya solo estiradas ten{a las piernas y los brazos, ya no se movian a causa de la debilidad que le caus6 la tierra blanca untada 59 en el pajaro que se comid, ya no pudo hacer nada a las montafias, ya no las pudo derribar. Luego lo amarré el hijo, le até hacia atras las manos, bien amarradas las manos por el hijo, asimismo le amarr6 los dos pies por los tobillos, en seguida lo dejé dentro de su tumba y lo enterrd. Asi fue vencido Dos Pies, eran incontables los hechos de Un Cerbatanero, Shbalanké aqui sobre la tierra. AHORA DIREMOS EL NACIMIENTO DE UN CERBATANERO, SHBALANKE. Primero referimos la derrota de Nuestras Siete Vergiienzas, de Zipacna y de Dos Pies aqui sobre la tierra. Contaremos ahora los nombres de los padres de Un Cerbatanero, Shbalanké; es muy oscuro, muy vago, relatar el nacimiento de Un Cerbatanero Shbalanké, sdlo una parte diremos, sdlo un fragmento contaremos referente a sus padres,!® Esto que decimos es por primera vez. “Cada Cerbatanero” era su nombre, Je decian. Sus padres eran pues Shpiyakok, Shmukané. En la oscuridad, durante la noche fue engendrado Cada Cerbatanero, Siete Cerbataneros 60 por Shpiyakok, Shmukané. Sucede que Cada Cerbatanero, Siete Cerbataneros engendro un hijo llamado Jun Batz, Jun Chowén,*® la madre se llamaba Shbakiyal6, asi le decfan a la esposa de Cada Cerbatanero, Siete Cerbataneros; era gran sabio, es decir, era grande su sabiduria, era divino aqui sobre la tierra. Era de nacimiento noble, es decir, de gran aparecimiento; le enseiid lo bueno a Jun Batz, Jun Chowén, hijo de Cada Cerbatanero, Siete Cerbataneros; Ss eran misicos, oradores, Bo FLY SS cerbataneros, escritores. En cincelador, escultor, platero se convirtié Jun Batz, Jun Chowén. Sucedid que Cada Cerbatanero, Siete Cerbataneros s6lo tirando con arco, solo jugando se mantenia todos los dias en el patio de juegos. Vino el dguila real a observarlo, era mensajero de Un Pie, Ultimo Rayo, Verdadero Rayo; el aguila real no estaba lejos de aqui sobre la tierra, tampoco estaba lejos del Infierno. Entonces se fue rapidamente al cielo a donde Un Pie: y vinieron aqui sobre la tierra, pero ya habia muerto la madre de Jun Batz, Jun Chowén. Resulta que en el camino hacia el Infierno estaba jugando Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero y lo oyeron Una Muerte, Siete Muertes, Sefiores de] Infierno. — ¢Qué es lo que se oye sobre la tierra? Parece que corren brincando, zumbando; que vayan a llamarlos, que vengan aqui a jugar, y les ganaremos. Es que no respetan, no tienen a quien respetar, mejor dicho no tienen sosiego; 61 que vayan a jalarlos hasta aqui —dijeron todos los del Infierno. Se pusieron a pensar todos, Una Muerte, Siete Muertes, grandes investigadores. Y todos los Sefiores tenian cada quien su autoridad, dadas por Una Muerte, Siete Muertes: Shikiripat, Sangre Carcomida; su oficio era enfermar la sangre. Ajalpuj Ajal On era la autoridad de la hinchazon que supura pus en los pies y brota aguadija hedionda, es pues la autoridad del pus y de la aguadija. Habia el Sefior de Bastén de Hueso y Baston de Calavera, eran los alguaciles del Infierno, eran de hueso sus bastones; éstos eran los que enflaquecian a la gente, de veras pura calavera eran sus cabezas cuando morian, caian de esqueléticos. Esta era la tarea de Baston de Hueso y Baston de Calavera. Habia otros Iamados: El] de la Basura, El que Puya, cuyo oficio era ocasionar desgracias a la gente cuando iba para su casa, o junto a ella, se la encontraba herida, tendida en el suelo boca arriba y muerta: tales eran los poderes de El de la Basura y de El Puyador, asi les decian. Ahora el oficio del Gavilan y el Del Mecapal, eran la autoridad de la gente que muere en el camino, muerte natural le decian; les sale sangre de la boca y se mueren vomitando hedionda sangre; era cada oficio que tenian, golpear la tranquilidad de la gente y ast morian en el camino, éste era el padecimiento, ya sea caminando o sentados, 62 éste era el oficio del Gavilan y Del Mecapal. Luego trataron de ponerse de acuerdo para prender e interrogar a Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero. Lo que ambicionaban los del Infierno eran los juguetes de Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero: sus cueros, sus lanzas, sus guantes, sus caretas, més bien la argolla de piedra y los remedios de Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero. DIREMOS AHORA LOS NOMBRES DE LOS SENORES DEL INFIERNO. Dejaremos a Un Mono, hijo de Cada Cerbatanero; ya habia muerto la madre. Es otro asunto el vencimiento de Un Mono, por Un Cerbatanero, Shbalanké. Vinieron entonces los mensujeros de Una Muerte, Siete Muertes, y les dijeron los Sefiores: —Id vosotros, hombres entendidos del tiempo, a llamar a Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero. Le diréis: ““Dicen los Sefiores del Infierno que vayais a competir para que los diviertas.”” De verdad aqui lo elogiaremos, asi que venga, y que traiga sus lanzas, sus guantes y pelota. Eran tecolotes los mensajeros: Tecolote Flecha, Tecolote Un Pie, Tecolote Rojo y Cabeza de Tecolote se llamaban los mensajeros del Infierno. El Tecolote Flecha era como una flecha en el vuelo, solo cantaba; el Tecolote Un pie 63 tenia un solo pie pero tenia alas; el Tecolote Rojo tenia plumas de fuego y alas; y el otro, o sea el Cabeza de Tecolote, sdlo cabeza y alas tenia, no tenia patas; eran cuatro los mensajeros, cuyo cargo era ser hombres del tiempo. Vinieron pues desde la puerta del Infierno y se posaron sobre el patio del juego; estaba jugando Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero en la cancha, la gran cancha de prdctica le decian; estaban parados los tecolotes sobre el techo del juego, 2) entonces dieron el mandado, era relato de Una Muerte Siete Muertes, Sefior del Pus, Sefior de la Aguadija, Baston de Hueso, Baston de Calavera, Shikiripat, Sangre Carcomida, E] de la Basura, El Puyador, Gavilan, El Mecapal eran los nombres de todos los Sefiores de] Infierno Los tecolotes dijeron el mandado. — De veras asi dice el Sefior Una muerte, Siete Muertes? —Es cierto —dijeron—. Nosotros somos tus citadores. Que traigas todos sus juguetes, dicen los Sefiores. —Estd bien, entonces espérame, tengo que despedirme de mi madre —dijo. Se fue a su casa y le dijo a su madre: — jQue se muera el Sefior de ellos! Me tengo que ir, madre; han venido, vinieron mensajeros a citarme. Se quedara mi pelota de hule —dijo. En seguida fue a colgarla en el tapanco, en un hoyo.~ 64 —Después me divertiré con ella. Sdlo tocaras flauta, cantaras, escribirds. Consolaras en medio de nuestra casa, es decir en el corazon de vuestra abuela —le dijo a Un Mono, de una vez lo aconsej6. Lloraba amargamente la madre Shmukané. —Me voy, no moriré, no estéis triste —dijo, y se fue Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero. Se fue pues Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero. Lo guiaron los mensajeros, baj6 al camino del Infierno, la puerta de la muralla estaba hacia abajo; bajo pues y lleg6 a la orilla de un rio cuyos nombres eran: Barranco Montafioso, Barranco del Cerro, Barranco Secreto, y lo pas6; paso otro rio raro donde habia guijarros, habia infinidad de guijarros donde paso pero no se lastimd; llegd a otro rio, rio de sangre se llamaba, y no se lo llev6 el rio; lego a otro rio, solo era rio, no pudieron engafarlo y lo pasé, Luego llegé a cuatro caminos y aqui fue donde lo engafiaron. en cuatro caminos: un camino negro, un camino rojo, un camino blanco y un camino amarillo, eran cuatro caminos. Hablo el camino negro, dijo: —Soy el camino de los Sefiores. Aqui fue donde lo engafiaron, porque tomo el camino del Infierno y asi llego a los tronos de los Sefiores del Infierno, donde lo engafaron otra vez: El primero que estaba sentado no era gente sino estatua de madera labrada. 65 bien tallada por los del Infierno. A éste fue a quien primero saludo: — ;Salud Una Muerte! —le dijo al espantajo. — ;Salud Siete Muertes —dijo otra vez al otro espantajo. Pero no contestaban los espantajos. Entonces estallaron en risa escondida los Sefiores del Infierno, ya sdlo se refan a carcajadas todos los Sefiores porque creyeron haberlo vencido. Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero, se rid también, pero avergonzado. Hablaron en seguida Una Muerte, Siete Muertes: —Estd bien que hayais venido, majiana arreglaréis vuestra lanza, vuestros guantes. Sentaos ahora en nuestro banco —le dijeron. Pero era piedra candente el banco que le sefialaron, lo quem6 el banco, de veras brincé sobre el banco, pero no se hizo brasas; se levanto, sOlo se chamuscé las asentaderas. aa Volvieron a reirse a carcajadas los del Infierno, brincaban de la risa, aqui se originé el espasmo de risa segtin ellos; se desternillaban, se les movian los huesos de la risa a todos los Sefiores del Infierno. —Id a la casa de aposento y se os llevaran ocote y puros al dormitorio —le dijeron. Llego a una casa oscura, solo habia oscuridad dentro de la casa. Entonces meditaron los del Infierno: “Majiana morira a causa de sus juguetes, que ya son nuestros instrumentos”, se decian entre ellos. El ocote del Infierno era chaye ENV redondo que se llama cuarzo blanco. AEs) Era el conjunto de instrumentos ‘ de muerte del Infierno y hacian ruido 66 de huesos cuando pasaban. Entro pues Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero en la casa oscura, le fueron a dejar su ocote, sdlo un ocote estaba encendido cuando salieron de donde Una Muerte, Siete Muertes. Asimismo un puro que también ya estaba encendido cuando salieron de donde los Sefiores. Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero estaba parado en un pie, con las piernas en forma de 4 contra la pared cuando llegaron los mandaderos del ocote y el puro. Iluminaba el ocote cuando entraron. —Que encendais vuestro puro y que lo devolvais al amanecer, que no se lo acabe y que traiga la muestra, dicen los Sefiores —le dijeron. Lo engafiaron, porque se acabé el ocote, se acabo el puro que le entregaron. Grandes eran los castigos que prepararon los del Infierno para hacerlo sufrir. Primero fue la Casa Oscura, donde habia sélo oscuridad adentro. La segunda fue llamada Casa de Hielo, mucho hielo habia adentro, relumbraba de puro hielo, ahi entré. La tercera casa era la Casa de Leones, asi le decian porque habia solo leones adentro, se retorcfan, se confundian, se iban de un lado a otro, se mordian encerrados dentro de la casa. Casa de Murciélagos era el nombre de la cuarta tortura, sélo murciélagos habia adentro, gritaban, chillaban, volaban encerrados dentro de la casa, 67 no tenjan salida. La quinta era la Casa de Chayes, donde s6lo habia obsidianas filudas; cortantes obsidianas que vibraban, se chocaban entre si. En la primera prueba del Infierno no entré Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero, es tinicamente un anticipo el relato de Ja Casa de Tortura. Lleg6 en seguida Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero ante Una Muerte, Siete Muertes. —,Dénde esta mi puro?, ;donde esta el ocote que os fueron a dejar anoche? —le dijeron entonces. Los acabé, Sefior —contesto. —Estd bien, hoy se acabaron vuestros dias, moriréis y desapareceréis, es decir, os destazaré, aqui nos apropiaremos de vuestro cuerpo setéis partido —dijo Una Muerte, Siete Muertes. Lo partieron y lo fueron a enterrar donde parten pino. “Partidera de Pino” era el nombre del lugar donde lo enterraron; le cortaron la cabeza CY a Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero. —Id a dejar la cabeza entre las ramas CO) de un arbol que esté en el camino —dijo Una Muerte, Siete Muertes, y fueron a dejar la cabeza entre las ramas. Y desde entonces fructifico el drbol, no tenia nada de fruto antes de colocar la cabeza de Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero entre sus ramas; es el arbol que le llamamos “guacal” hoy dia, 68 antes le decian “Cabeza de Cada Cerbatanero”’. Una Muerte, Siete Muertes admir6 los frutos del arbol, redondos y grandes eran, no se distinguia entre ellos la cabeza de Cada Cerbatanero, era igual que los frutos del guacal. Asi lo vieron todos los del Infierno cuando fueron a enterarse, fue grande la existencia del arbol para ellos y se les grabo en el corazon para siempre. —Era porque se puso la cabeza de Cada Cerbatanero entre las ramas, se dijeron los del Infierno. —Que nadie toque los frutos ni se ponga debajo del arbol dijeron, se lo prohibieron mutuamente, se atajaron todos los del Infierno; ya no se distinguia la cabeza de Cada Cerbatanero, ya era lo mismo que los frutos del guacal cuyo nombre se perpetud; es extenso el relato. Esto lo supo una doncella y lo diremos enseguida. TEA A LA DONCELLA HIJA DE KUCHUMAKIK Una doncella llamada Shkik, hija de un Sefior llamado Kuchumakik. supo la noticia de los frutos del drbol cuando lo conto su padre, se impresion6é mucho cuando se lo contaron. —Iré a ver el arbol que dicen, si es cierto que ya tiene el fruto que oigo —dijo. Se fue sola y llego bajo el arbol sembrado en Partidera de Pino. ~— jJi ...ya! {Con que ya tiene fruto este arbol? ;Qué es lo que hace fructificar a este Arbol? No lo cortaré, 2A S38 uA q G 69 no me perderé; jsi cortara uno! —dijo la doncella y habl6 entonces la calavera que estaba entre las ramas: — Qué deseas de lo que es sdlo hueso prendido en las ramas de los arboles? —dijo la cabeza de Cada Cerbatanero, de una vez le hablo a la doncella. — No me deseas? —le dijo la calavera. LY Si te deseo —contesté la doncella. —Esta bien, tiende entonces la mano derecha, quiero verla —dijo la calavera. (CC) —Muy bien —dijo la doncella. Tendié hacia arriba la mano derecha, y al punto lanzo un escupitajo la calavera, derecho cay6 en la palma de la mano de la doncella; vio su mano, la examiné y no habia saliva de la calavera en ella. —Solamente una sefial te ha dado mi saliva, mi baba, porque mi cabeza ya no trabaja, es solo hueso, ya no tiene trabajo. Era cabeza de un gran sefior, era buena cuando tenia carne; desde que murio infunde miedo a la gente. Asi que la saliva viene a ser como mi simiente, como baba que origina, es hija de sefior, mejor dicho hija de sabios, de oradores; no se perderd, asi seguird, que se cumpla, que no se extinga, que no desaparezca la generacion de sefiores, hombres sabios, oradores; que queden siempre hijas, hijos como herencia, es lo que he hecho 123 contigo —dijo la calavera. —Sube pues alld arriba sobre la tierra, no morirds, formas parte de la verdad, asi esta destinado —dijo la cabeza 70 de Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero. Era pensamiento y palabra de Un Pie, Ultimo Rayo, Verdadero Rayo lo que hicieron. Regres6 la doncella a su casa y fue a contar lo que le revelaron. Fue asi engendrado un hijo en su vientre tan solo por la saliva, y asf fue como se origindé Un Cerbatanero, Shbalanké. Ya se habian completado seis meses de embarazo cuando lo not6é el padre, quien se llamaba Kuchumakik. Recién entonces se dio cuenta la doncella, cuando el padre vio que ya tenia hijo a> en el vientre. Entonces todos los sefiores Ros Una Muerte, Siete Muertes se pusieron a pensar con Kuchumakik. —Sucede que mi hija tiene hijo en el vientre, fue fornicacion —dijo Kuchumakik cuando Ilegé con los Sefiores. —Estd bien, ponla en confesin; si no dice, partela; no lejos del camino la debes partir. —Esta bien, Sefiores —dijo Kuchumakik. Entonces fue y presionda su hija. Dijo: — De quién es el hijo que llevas en el vientre, hija mia? —No tengo hijo, padre mio; no conozco aningan hombre —contesto. —Estd bien, pero es cierto entonces que eres fornicadora. ;Partidla, hombres del tiempo! Traedme su corazon en un vaso porque hoy lo tienen que agitar los sefiores. Asi hablo a los Tecolotes, y se fueron los cuatro. Se llevaron en vilo a la doncella, también se llevaron el cuarzo blanco para partirle el pecho. —No esta bien que me matéis, vosotros mensajeros, porque yo no he fornicado 71 para tener lo que Ilevo en el vientre, sdlo asi se engendro. Es que me jalé la cabeza de Cada Cerbatanero que esta en la Partidera del Pino. Oid pues, no me partirds vosotros mensajeros —dijo la doncella, de una vez hablo. —zY qué pondremos en lugar de tu corazén? 4Acaso no dijeron los Sefiores: Traednos su corazon? Atended juntos la obra, dijeron, poned su corazon en el fondo del vaso, y luego lo traéis. ,Acaso no hablaron asi? No quisiéramos que muriérais, pero ,qué echaremos en el vaso? —dijeron los mensajeros. —Esté bien, pero no pertenece a ellos mi verdadero corazon. Tampoco serd aqui vuestra casa, asi esta determinado. No debéis admitir que os obliguen a matar hombres. Asi, pues, solo la sangre sera de ellos, de Una Muerte, Siete Muertes, porque no soy fornicadora, es s6lo de la calavera lo que se hizo. Utilizad la savia de aquel drbol —dijo la doncella. Entonces sali6 roja la savia del drbol y la recogieron en el vaso; de repente se encogio y abodocé el reemplazo de su corazén. Exprimieron otra vez la savia del arbol, en verdad parecia sangre la savia que salid; de una vez se guardo ahi esa sangre, que era la savia del arbol rojo; de pura sangre era su aspecto, result6; era ya de un rojo brillante cuando estaba dentro del vaso. Desde entonces se hizo lustroso el arbol por la doncella, “Arbol Rojo Delicado” le decian. Y por ella la sangre se convirtid en “Sangre de Cabeza”’. —Alla sobre la tierra seréis amados siempre, tendréis lo vuestro —les dijo a los tecolotes la doncella. 72 —Estd bien, doncella. Nos iremos, subiremos a servirte, nos encaminaremos pronto; llevaremos ahora el sustituto de tu corazon ante los Sefiores —dijeron los mensajeros. Llegaron pues ante los Sefiores, quienes estaban observando muy atentos todos. — Estuvo bien? —pregunté Una Muerte. —Salié bien, Sefiores. No es corazon lo que esta en el vaso? —Muy bien, lo veré —dijo Una Muerte, y lo levanto. Chorreaba como si fuera pura sangre roja. —Bien, atizad el fuego y ponedlo sobre é1 —dijo entonces Una Muerte. Luego lo asaron sobre el fuego: sintieron el olor los del Infierno, se levantaron y salieron todos, se entretuvieron con su platica cuando sintieron humo de sangre. Estaban entretenidos cuando se fueron los tecolotes, ya hechos vasallos de la doncella. La fueron a dejar arriba, a la orilla del hoyo, sobre la tierra, y regresaron abajo los vasallos. Asi fueron vencidos todos los del Infierno por la doncella, se cegaron todos. es 2S Lara> Estaba entonces Un Mono con su madie cuando Ilegé la mujer llamada Ishkik; lego pues la mujer Ishkik con la madre de Un Mono, estaba embarazada todavia, ya poco faltaba; aun no nacia Un Cerbatanero, Shbalanké cuando Ilego la mujer a donde la abuela y dijo: 73 —Ya vine, sefiora; soy su nuera; mejor dicho, soy su hija. — De donde vienes? ;Y donde estd mi hijo? §No se murio en el Infierno pues? Ha dejado sefiales, es decir pruebas de su muerte que relata Un Mono. jSal de aqui —le dijo la abuela a la doncella. —De verdad, es cierto que soy su nuera, hace tiempo que pertenece a Cada Cerbatanero lo que tengo;!” esta vivo, no se ha muerto Cada Cerbatanero, Siete Un Cerbatanero, lo que ha hecho es descubrir la verdad, suegra, asi es que vera la figura de lo que Ilevo cuando nazca —le dijo a la abuela. La pasion de Un Mono era la flauta, la oratoria; solo escribia y grababa, era su trabajo de todos los dias. Y era el consuelo de la abuela. Hablo otra vez la abuela: —No quiero que seas mi nuera, es sefial de fornicacién lo que llevas en el vientre. Tu eres ingrata, mi hijo que dices ha muerto —dijo la abuela. —Si es cierto lo que me dices, esta bien que seas mi nuera, me ayudaras: vete a traer nuestro alimento para comer. Vete a tapishcar una gran red, traela; como eres mi nuera me tienes que ayudar —le dijo a la doncella. —Muy bien —contest6 ella. G En seguida se fue a la milpa. Un Mono tenia limpio el camino, el cual siguié la doncella y lego ala milpa. Sdlo una mata de maiz habia, no habia dos ni tres matas; sdlo una habia, se quedd 74 mirando nada més. Se fastidid la doncella. — Ya veis!, jsoy pecadora!, jsoy desgraciada! {De donde voy a sacar la red de maiz que se me pide? —dijo entonces. Comenzo a llamar a los guardianes de la milpa. —Venid! ;Presentaos! {Vos Paga, Vos Simiente! jVos Kakawi! | Vos Tepezcluintle! Sois guardianes de la milpa de Un Mono —dijo la doncella. Tomé luego el pelo‘del elote y lo arrancé; no tapishcd, pero fueron pasando las mazorcas a la red; se leno la gran red y volvi6 en seguida a casa la doncella; los animales traian cargando la red, vinieron y la dejaron a un lado de la casa, haciendo como que era carga de ella, asf vio la abuela, vio que era una gran red. — {De donde trajiste ese maiz? Peor si cortaste toda nuestra milpa. Iré a ver —dijo la abuela; de una vez se fue a ver la milpa. Sélo una milpa habia y al pie inicamente se notaba la huella de la red. Corriendo regreso la abuella y llego a su casa, le dijo a la doncella: —Esta es prueba de que si es cierto que eres mi nuera, seguiré viendo tus hechos para demostrar que es de sabios lo que tienes —le dijo a la doncella. 75 NACIMIENTO DE UN CERBATANERO, SHABALANKE Ahora diremos el nacimiento, (7 cuando Ilegé el dia, es decir cuando CG dio a luz la doncella Ishkik. No se dio cuenta la abuela de su nacimiento hasta cuando levantaron al nacido: (CC) se llamaba Un Cerbatanero, Shbalanké, en el monte lo levantaron y lo llevaron a la casa, no dormia. —Vete a botarlo; de verdad solo se la pasa chillando —dijo la abuela. Lo fueron a dejar entre hormigas y ahi durmio, lo sacaron de ahi, lo fueron a dejar sobre espinas; lo que queria Un Mono era que Un Cerbatanero, Shbalanké se muriera en el hormiguero, se muriera entre las espinas para vencerlo, mejor dicho por envidia de Un Mono. Ya no consentia en la casa al hermano menor, desconocia su ascendencia; ol) Asi pues en el monte crecié. 9 Padecié muchas penalidades: Un Mono; premuturamente maduro en el sufrimiento. Se hizo asi gran sabio; era flautista, orador, era escritor, grabador, todo lo hacia muy bien; sabia su nacimiento como sabio, era sustituto de su padre, quien se fue al Infierno, donde se muri. Por esto Un Mono era gran sabio en el concepto de todos; primero sabia cémo se habia originado su hermano menor. No daba a conocer su sabiduria por la envidia. 76 Pero recay6 en él la murmuracién por sus sentimientos; no hubo hechos, pero fue ridiculizado por Un Cerbatanero, Shbalanké. Sdlo se mantenia tirando con cerbatana todos los dias, la abuela y Un Mono no lo querian, no le daban de comer; se anticipaban a comer, Un Mono ya habia comido cuando él llegaba. No se enojaba porque sabia quien era, se daba cuenta de todo. Cuando Ilegaba traia pajaros todos los dias, pero se los comfan Un Mono y la abuela, no convidaban a Un Cerbatanero, Shbalanké. Un Mono manteniase tocando flauta. Se mantenia hablando. Pero después Un Cerbatanero, Shbalanké ya no llevaba pajaros cuando entraba, entonces se encoleriz6 la abuela. — Por qué no traes pdjaros? —le dijo la abuela a Un Cerbatanero, Shbalanké. —Es que mis pajaros se quedan trabados en los arboles y no puedo subir; ojala quisiera ir conmigo mi hermano mayor para bajar los pajaros —contesto. —Esta bien, iré con vos al amanecer —dijo el hermano [mayor. Pens6 entonces la manera de vencer a Un Mono. —Le cambiaré su naturaleza, su estomago, de verdad que se haga asi, porque mucho me ha hecho sufrir, quiso mi hermano mayor que me muriera, que yo desapareciera; por eso lo venceré, le dajé un ejemplo —se dijo Un Cerbatanero, Shbalanké. En seguida se fueron al arbol llamado “Arbol Amarillo” y empezé a tirar 77 con cerbatana; eran incontables los pdjaros que estaban en los arboles, se admir6 el hermano mayor cuando vio los pajaros; pero ni uno caia del drbol. —Nuestros pajaros de ningin modo caen, id a bajarlos —le dijo a su hermano mayor. —Estd bien —dijo. En seguida se subi6 al drbol; empezo a crecer y ahincharse el drbol, quiso bajarse pero ya no podia, no podia bajarse del drbol Un Mono, y dijo desde el arbol: — Por qué me hiciste esto, hermano menor? jPobre de mi! El arbol ya me parece aterrador. Entonces dijo Un Cerbatanero, Shbalanké: —Desatad vuestra banda y amarradla bajo el vientre procurando dejar un extremo largo hacia atrds, de esta manera podréis andar. — ; Bueno! —dijo entonces Un Mono y jalo la punta de la banda hacia atrés, la cual se convirtio en cola y él se convirtid en mico. Se fue entre los arboles de las pequefias y grandes montafias, se fue a las selvas. Empezo a gritar y a lanzarse en las ramas de los arboles. Asi fue vencido Un Mono por Un Cerbatanero, Shbalanké. Llego después a su casa y dijo a la abuela: —Abuela, vaya a ver lo que le pasé a mi hermano mayor, tenia la cara de verdadero animal cuando se fue por los arboles —dijo. —Iré a ver qué hiciste a vuestro hermano. Si algo le pasé sois responsable —dijo la abucla a Un Cerbatanero, Shbalanké. ~No os preocupéis, abuela, veréis otra vez a mi hermano mayor, lo haré venir solamente por vos. 78 Pero no debéis reiros cuando lo vedis. Sento a la abuela junto a él y empezo entonces a tocar la flauta. Toco la flauta, luego cant6, tocé marimba para llamar a Un Mono, y de aqui se perpetuo el nombre de “Musica del Mico Cerbatanero”’. Inmediatamente lleg6 Un Mono, llegé bailando; se sorprendio la abuela porque tenia la cara fea, pero se rid, no pudo contener la risa; por eso se fue, no le vieron la cara, gateando a saltos regres6 a los bosques. — {Qué hiciste abuela? Sdlo cuatro veces podemos llamarlo, ahora sélo faltan tres veces para Ilamarlo por la flauta y los cantos, tratad de aguantar la risa la proxima vez —dijo entonces Un Cerbatanero, Shbalanké. Luego tocé la flauta, volvié a entrar, bailando llegé al patio de la casa. Sin mala intenci6n hacia todo esto, provocando a la abuela a reirse. Y mucho se rid la abuela porque en verdad era muy graciosa la cara del mico, como le temblaba el vientre y provocaba risa el pecho cuando entré. Se rid mucho la abuela, y por eso volvid Un Mono a irse a los montes. — {Qué hiciste, abuela? Ahora sdlo faltan dos veces. Debes luchar contra la risa —dijo Un Cerbatanero, Shbalanké. Volvié a tocar y volvi6 a aparecer bailando; como la abuela contuvo la risa Un Mono se encaramo sobre un gran muro; bien roja tenia la orilla de los ojos, fruncida la boca y se sobaba la boca, la cara. Su semblante era raro desde hacia cinco dias. Esto lo noto la abuela, y entonces 79 estallé en gran risa. Ya no le vieron mds la cara a causa de la risa de la abuela. —Otra vez, abuela. ;Acaso no te he aconsejado que no te rias? —dijo Un Cerbatanero, Shbalanké. Y por cuarta vez tocé la flauta, pero ya no se present6 Un Mono, se fue definitivamente a la selva. Le dijo entonces a la abuela: — Acaso no hice todo lo posible? {No lo Ilamé acaso y vino? Pero no os entristezcais, que estoy yo. Soy vuestro nieto; sois mi madre, mi abuela. Cuando se invoque a mi hermano mayor se le llamara Jun Baz, Jun Chowén —dijo Un Cerbatanero, Shbalanké a la abuela. Asi llamo pues al miusico, al orador, la antigua gente, llamo al antiguo escritor, antiguo grabador, al que se convirtié en animal, en mico, a causa de su orgullo; hablaba mal de su hermano menor como si hubiera sido extrafio para ellos. Asi fue como se ocult6 y desaparecié para siempre el hermano mayor, quien se convirtié en animal. Era el que se mantenia siempre en la casa, era musico, cantor, hizo grandes cosas cuando estaba con la abuela, mejor dicho con la madre. 80 Un Cerbatanero, Shbalanké empez6 a hacer cosas buenas para demostrar su vocaci6n ante la abuela, es decir ante la madre. Primero sembr6 milpa. —Ahora cultivaré la milpa, abuela. No estéis triste, estoy yo, vuestro nieto; soy sustituto de mi hermano mayor —dijo Un Cerbatanero, Shbalanké. Tomé entonces su hacha y su macana, las llev6 en la mano junto con su cerbatana al hombro cuando salié de la casa. Luego encarg6 a la abuela que le fuera a dejar su almuerzo. —A medio dia llevaréis mi almuerzo, abuela—dijo. —Estd bueno, nieto —dijo la abuela. Lleg6 al lugar de la milpa, hinc6 la macana en la tierra y ella sola empezé a labrar; al hacha la clav6 en la horqueta de los arboles, y los arboles se talaban solos, se iban quebrando solos todos los arboles y bejucos. Bien limpio estaba el corte que hizo un hacha sola. La macana abrio bastantes picadas; eran incontables los surcos que abrio una macana, las picadas que se iban labrando. Aleccion6 entonces a un pdjaro llamado torcaz, lo puso sobre un gran tronco, y dijo entonces Un Cerbatanero, Shbalanké: —No bien veas asomarse a mi abuela con el almuerzo empieza a cantar. —Bueno —dijo la torcaz. Era una treta, porque en verdad no estaba cultivando milpa. De repente canté la torcaz, entonces rdpido tomo la macana 81 y el hacha y se amarro la cabeza Eq A para arreglarse el pelo, se embarré 5 de tierra las manos, se ensuci6 la cara para hacer creer que estaba cultivando. Pero slo se estaba echando astillas de los arboles sobre la cabeza para hacer creer que era cortador de arboles, asi lo vio la abuela, pero no era cierto que estaba preparando la tierra para la milpa. Se puso a almorzar, y enseguida se fue a casa. —En verdad estoy cansado, abuela —dijo cuando llego. Sdlo sacudia el cuerpo, estiraba los pies y los brazos ante la abuela. Al dia siguiente se fue otra vez, llegé a la milpa, pero ya estaban levantados todos los arboles y bejucos, ya se habian unido a sus troncos, asimismo las zarzas y espinas. —iQuién serd el que se estd burlando de mi? —dijo entonces. Los hechores habian sido los pequefios y grandes animales: tigres, leones, venados, conejos, gatos del monte, coyotes, coches del monte, pizotes; pequefios y grandes pdjaros. Ellos fueron quienes hicieron esto en una sola noche. Luego empezo a sembrar la milpa, la tierra sola se trabajO, también los arboles, ellos solos se cortaron; se puso a meditar entre los arboles talados, mejor dicho quebrados: —Tengo que velar mi milpa, veré quién hace esto, debo descubrirlo. De una vez se fue a casa. —Alguien se estd burlando de mi, abuela. 82 Ya era un gran pajonal, un gran bosque la milpa cuando Ilegué hace un rato —le dijo. —Me voy ahora a velar, porque no estd bien lo que me hacen. Después de celebrar ritos por Un Mono camino entre los arboles cortados. Por ahi se escondi6. Cuando ya estaba oculto empezaron a juntarse todos los animales, solo en un lugar se echaron los pequefios y grandes animales; cuando ya era media noche comenzaron a venir, gritando legaban a la milpa. Lo que gritaban era: —jLevantense drboles! jLevantense bajucos! Eran muchisimos bajo los arboles y bejucos cuando comenzaron a acercarse, fueron distinguiéndose. Los que venian adelante eran el tigre y el leon; quiso atraparlos, no se dejaron; luego se asomaron el venado y el conejo, logré cogerlos de la cola pero se reventaron y le quedaron en la mano sus colas; desde entonces el venado y el conejo tienen no mds un pedazo de cola. No se dejaron los gatos de monte, coyotes, coches de monte, los pizotes cuando pasaron todos los animales delante de Un Cerbatanero, Shbalanké. Se puso muy enojado porque no pudo cogerlos. En seguida vino otro llamado rata, venia saltando, la atajé y envolvio (29) en una manta a la rata, asi la atrapo y la amarré hacia atras de la nuca; la apreté y le chamusco la cola sobre el fuego, y desde entonces la cola de la rata carece de pelo. Asimismo el hijo Un Cerbatanero, Shbalanké le salté los ojos. —No me matéis, que yo no debo morir 83 en vuestras manos, y tampoco es vuestro oficio sembrar milpas —dijo la rata. — {Qué me cuentas ahora? —preguntdé () el hijo a la rata. —Soltadme, que tengo algo que deciros. Pero antes dadme algo de comer —dijo la rata. —Después te daré de comer; primero tienes que hablar. —Estd bien. Vuestro padre, quien se llamaba Cada Cerbatanero, Séptimo Un Cerbatanero y murié en el Infierno, ha dejado sus juguetes, estan colgados sobre el tapanco: la lanza, los guantes, y la pelota, es que vuestra abuela No Os quiere mostraros, porque por los juguetes se murio vuestro padre. — De veras lo sabes? —dijo el hijo a la rata. Se puso muy contento cuando oy6 el relato de la pelota que hizo la rata. Luego destin6 el alimento de la rata, su comida fue el maiz, la pepita de chilacayote, chile, leguminosas, almendras, cacao. —Eso es lo tuyo; si no es suficiente, en los basureros hay algo escondido, lo roerds —dijo Un Cerbatanero, Shbalanké a la rata. —Esta bien, hijo. ;Qué comeré si me ve vuestra abuela? —dijo entonces. —No te preocupes, estoy yo; yo pienso, sé lo que le voy a decir a mi abuela. Rapido te subo al costado de la casa cuando Ileguemos, entonces te colocas donde esta colgada la pelota; te miraré a través del hoyo del tapanco por medio del reflejo de mi chilmol —le dijo ala rata. Bien la aconsejO, en una noche la aleccioné Un Cerbatanero, Shbalanké. 84 Llegaron a mediodia No se veia la rata que llevaba cuando Ileg6; rapido colocé la rata a un lado de la casa. Enseguida suplic6 a su abuela que le hiciera su comida. —Solo machacad lo que como, tengo armonia de chilmol, abuela —dijo entonces. Al momento le prepar6 su comida, una escudilla de chilnol le puso en frente. Prepar6 una treta para su abuela, es decir para su madre. Seco el agua que estaba en la tinaja. —De verdad tengo sed, id a traer agua —le dijo a su abuela. —Bueno —dijo ella. De una vez se fue. Hizo como que se quedaba comiendo, no era cierto que tenia hambre. Vio entonces a la rata en el reflejo del chilmol. La rata reposaba sobre la pelota que estaba colgada en la techumbre, asi la vio por el reflejo del chilmol. Envi6 a la fuente un animal zancudo, el zancudo que parece mosco, éste perforo la tinaja de la abuela, de pronto salto un chorro de agua; traté de tapar el hoyo, no se cerraba el hoyo de la tinaja. En esto la rata roy6 la colgadura de la pelota, cay6 a través del hoyo del tapanco juntamente con la lanza, los guantes y la rodela de cuero. Ra4pido los recogié y los fue a esconder en el camino del patio de juego; después se fue a donde la abuela, hacia la fuente. Estaba la abuela, la madre, tratando de tapar el orificio de la tinaja; Ilego con su cerbatana ala fuente. © — Qué os pasd? Me cansé de esperar y por eso me vine —dijo. 85 —Mira mi tinaja, no se tapa el orificio —dijo su abuela. Inmediatamente taparon el hoyo de la tinaja y se vinieron juntos, él venia adelante de la abuela. Asi se recupero pues la pelota. Se puso contento y se fue a jugar al patio de juegos; barrio el patio de juegos de su padre; poco jugo, pero lo oyeron los Sefiores del Infierno. —gQuién serd el que empezo a jugar sobre nosotros? {No tiene vergiienza de hacer ruido? ;Acaso no murié Un Cerbatanero, Siete Cerbataneros, el que quiso engrandecerse ante nosotros? Id a llamarlo otra vez —dijo Una Muerte, Siete Muertes. Todos los Sefiores del Infierno mandaron a Ilamarlo. Dijeron entonces a sus mandaderos: —Decidle cuando lleguéis: “Que venga a jugar con ellos, dicen los Sefiores”. Pronto se fueron, era largo el camino hacia la casa del hijo. Llegaron a la casa, derecho entraron los mandaderos a donde su abuela; estaba comiendo cuando llegaron los mensajeros del Infierno. —Que venga, dicen los Sefiores —dijeron entonces los mensajeros del Infierno. De una vez dejaron fijado el dia los mensajeros del Infierno. —Dentro de una semana lo esperan —dejaron dicho a Shmukané. —Estd bien, mandaré a llamarlo —dijo la abuela. Se fueron entonces los mensajeros de regreso. Se fastidid la abuela. — A quién buscaré para llamar a mi nieto? jNo iba a ser cierto lo del Infierno? 86 Asi ocurrié la venida de los mensajeros antiguamente cuando fue a morir su padre —dijo la abuela y entro en su casa sola. Repentinamente le cay6 un piojo en la coronilla, luego lo atrapé y lo puso en la palma de su mano, camino corriendo el piojo. —¢Quisieras ayudarme, yendo a llamar a mi nieto, que esta en el patio de juegos? —le dijo al piojo—. Vino citador, mensajero a donde vuestra abuela, le dirds cuando llegues; en siete dias debes presentarte, dijo el mensajero del Infierno a vuestra abuela. Al momento se fue corriendo el piojo. En el camino estaba sentado un hijo llamado “‘Tamasul’, era un sapo. — A donde vas? —dijo el sapo al piojo. —Llevo un mandado en mi est6mago, voy a donde un hijo —dijo el piojo a Tamasul. —Pero veo que no vas ligero —dijo el sapo al piojo—. {Quieres que te trague? Yo soy ligero, asi llegaremos pronto. —Estd bueno —dijo el piojo al sapo. Luego se lo tragé el sapo y se fueron lejos. El sapo se fue pero no se apuraba. Encontraron una gran culebra enroscada que se Ilamaba “‘Sakikas”’. —{A donde vas, Tamasul? —dijo Sakikds al sapo. —Soy mensajero, llevo un mandado en mi estémago —dijo el sapo a la culebra. —Pero veo que no vas rapido; si yo fuera llegaria mas pronto. Mejor es que te coma —dijo la culebra al sapo Sakikas, y se lo tragé. Y desde entonces el alimento de la culebra es el sapo, por eso hoy dia se traga sapos. Se fue pues, rapido la culebra. En seguida un aguila encontré a la culebra, 87 el dguila era un gran pajaro, se trago a la culebra y luego se fue sobre la galera del patio de juegos. Desde entonces la culebra fue el alimento del aguila para siempre, por eso comen culebras en los montes. Llegé pues el aguila, se poso en la galera del patio de juegos. Se puso muy contento Un Cerbatanero, Shbalanké. Estaba jugando cuando llegé el dguila, entro el aguila. —{Wak! |Wak! —fue el grito del dguila. — {Qué es lo que grita? Lo sabré con mi cerbatana —dijc Un Cerbatanero. Y luego le tird con la cerbatana al dguila. Derecho fue el bodoque y le pegé en el ojo, cay6 revoloteando y pronto la atrapo. — {De donde vienes? —le pregunto al aguila. —Traigo un mensaje en mi estomago, cirame el ojo primero y entonces lo digo —dijo el aguila. —Esta bien —dijo entonces Un Cerbatanero. Quité un pedazo de la envoltura de la pelota de juego y se lo aplicé en el ojo al aguila: desde entonces se llam6 eso “thule de ceguera”; bien se lo lavo, se curé la vista del dguila para siempre. (CE ~ al —Dilo pues —le dijo entonces al dguila. Al momento vomit6 una gran culebra. —Vomita —le dijo en seguida a la culebra. —Estd bien —dijo. Y en ese instante vomit6é al sapo. —{Cudl es tu mensaje?; jhabla! —le dijo al sapo. —Tengo el mandado en mi est6mago —dijo el sapo. Al momento se puso a vomitar, no arrojé nada; sdlo baba tenia ya en la boca; volvié a yomitar con fuerza, pero no arrojo nada. Entonces el hijo quiso pegarle. —Ti eres grosero —le dijo. Luego le golped el trasero con el pie, le quebr6 el hueso 88 del trasero con el pie. Volvio a intentar, ya slo saliva era su boca. De repente le rasgé la boca al sapo, le quedo rasgada la boca por el hijo. Se puso a buscar en la boca. Estaba prendido el piojo entre los dientes del sapo, se habia quedado prendido en la boca, no lo habia tragado; en vano vomito. Asi fue como se quedo el sapo para siempre. No se sabe qué le destinaron para comer; tampoco grita, sdlo se hizo hermano menor de la culebra. —Habla —le dijo en seguida al piojo. Al momento dijo el mandado: —Me dijo vuestra abuela: vete a Ilamarlo, vino un citador por él, vino del Infierno, era mensajero de Una Muerte, Siete Muertes; que venga en siete dias, dijo, alla competiremos decididamente; que venga con sus juguetes: la pelota, la lanza, los guantes, la rodela; y entonces escarmentara: asi dicen los Sefiores, vuestra abuela llorando me mando a avisarte. — Como no ha de ser cierto? —se dijo Shbalanké cuando oyé el aviso. Pronto se fue y lleg6 adonde su abuela para despedirse. —Tengo que irme abuela, sdlo he venido para aconsejarte, ésta es la sefial de mi destino que voy a dejar: sembraré una caifia veral en medio de nuestra vivienda. Si se seca, “Ya se muri!” dirds; pero si retofia, “Entonces esta vivo!”, dirds abuela, es decir madre, pero no llorards, por eso te he dejado sefial de mi —dijo cuando se fue. Planto la cafia veral Un Cerbatanero, Shbalanké en el patio, no en el monte nien el terreno himedo, sino en tierra seca, en medio del solar la dejo sembrada. 89 Se fue pues, Ilevaba la cerbatana y bajé al Infierno, bajé sobre el mero muro; paso por un barranco que parecia casa, pasd entre unos pajaros llamados pijijes. Pas6 en seguida por un rio de pus, un rio de sangre; era para vencerlo, pensaban los del Infierno, pero no lo vaded, sino que lo pasé sobre su cerbatana a manera de puente. Salio a la otra orilla y lego a una encrucijada; él conocia los cuatro caminos del Infierno: eran camino negro, camino blanco, camino rojo y camino verde. Aqui fue donde envié un animal llamado zancudo, a2 lo envié para observar diciéndole: ROK —A cada uno lo picas; primero picas al que esta sentado en primer lugar; los atormentards a picaduras a todos; ése serd tu destino pues, siempre chupards la sangre de la gente en los caminos —dijo al zancudo. —Estd bien —dijo el zancudo. Luego se fue por el camino negro, derecho fue a dar sobre el mufieco de madera labrada, que era el primero de los que estaban sentados; estaban quietos los Sefiores del Infierno; fue al primero que pico, No se quejd; volvid a picar, picd al segundo sentado, tampoco hablo. Picé al tercer sentado, que era Una Muerte. —jAy! —dijo entonces Una Muerte cuando lo pico. — Qué es, Una Muerte? ,Qué te pico? —preguntaron. — {Qué sera lo que me picd? —dijo el cuarto de los sentados. — {Qué es, Siete Muertes? ,Qué te picd? —dijo el quinto sentado. —jAy! jAy! —dijo el quinto sentado al rato. — i Qué es Shikiripat?—pregunto Siete Muertes—. ;Qué fue lo que nos pic6? 90 ellos mismos sus nombres, todos dieron a conocer sus nombres, cabeza por cabeza fueron diciendo sus nombres; el que decia el nombre era el que estaba sentado a su lado, de ninguno se le escapo el nombre, terminaron de decir los nombres de todos. Fueron picados por un pelo de Un Cerbatanero, Shbalanké, que se arranco de las espinillas y lo envid; no fue pues verdadero zancudo el que fue a picar y a oir los nombres de todos sino un pelo de Un Cerbatanero, Shbalanké. Luego se fue Un Cerbatanero, Shbalanké y lleg6 a donde estaban los del Infierno. —Saludad al Sefior —dijo uno de los sentados, quien lo obligo. —Ese no es Sefior, es un mufieco labrado —dijo cuando lleg6. Y cuando los distingui6, dijo: — ;Buenos dias, Una Muerte! ;Buenos dias, Siete Muertes! ; Buenos dias Shikiripat! jBuenos dias Sangre Carcomida! jBuenos dias Sefior del Pus! ; Buenos dias Sefior Aguadija! jBuenos dias Bastén de Hueso! ;Buenos dias, Baston de Calavera! jBuenos dias, Sefior Gavilan! jBuenos dias, Sefior Mekapal! ; Buenos dias, Sangre de él! ;Buenos dias, Sangre de Fiebre!® Asi salud6 cuando lleg6. A todos termind de reconocerlos, les dijo sus nombres a todos, no se le escap6 ni un nombre. Hubieran querido los del Infierno que a ninguno los conociera. . —Sentaos —le dijeron, deseaban que se sentara. Pero no quiso. —Ese no es asiento, eso es piedra candente —dijo Un Cerbatanero, Sbalanké. No pudieron engafiarlo. —Esta bien, pero tenéis que ir a una casa —le dijeron. Entonces entr6 92 en una casa oscura, tampoco lo engafiaron aqui. Esta era la primera mortificacion del Infierno; decidido entré y creyeron los del Infierno que habia principiado su derrota. Primero, pues, entré a la casa oscura, le fueron a dejar su ocote, leg6 relumbrante; también un puro que le llevo el mensajero de Una Muerte. —Este ocote, dice el Senor, lo tenéis que devolver al amanecer, asi como al puro; los tenéis que presentar al Sefior —dijo el mandadero cuando llego. —Estd bien —dijo. Pero no encendié el ocote, sino un falso fuego. Puso por sustituto plumas de la cola de la guacamaya y a los vigilantes les parecié verdadero ocote; para disimular el puro encendido adapto una gran luciérnaga en el extremo del puro, en la noche parecia que estaban encendidos. —jYa le ganamos! —dijeron los veladores. Pero no se consumi6 el ocote, slo fue simulado, el puro tampoco lo fumé, también fue simulado; fueron a mostrarlos ante los Sefiores. — 4Quién es él? ,De dénde viene? ;Quiénes lo engendraron? En verdad nos esta irritando porque no es bueno lo que nos hace; es extrafio, es rara su existencia —se dijeron y mandaron a llamar a todos los Sefiores. —Vamos a competir contigo, hijo. Una Muerte, Siete Muertes lo puso en confesién: — {De donde venis? Decidlo. —No sé de dénde vengo, en verdad no lo sé —sdlo eso dijo, no descubrié su origen. —Esta bien, vamos a competir entonces —lo retaron los del Infierno. — ; Bueno! —dijo. 93 —Pero emplearemos nuestra pelota —dijeron los del Infierno. — Entonces no vamosa emplear la mia? —pregunté el hijo. —De ninguna manera; es la nuestra la que usaremos —dijeron los del Infierno. —Estd bien —dijo el hijo. —Iremos sélo un momento —dijeron los del Infierno. —Traed pues lo que es cabeza de tigre —dijo el hijo. —De ninguna manera —dijeron los del Infierno. —Estd bien —dijo Un Cerbatanero, Shbalanké. En eso tiré el Infierno y derecho fue a dar al baston de Un Cerbatanero, Shbalanké. Se sorprendieron los del Infierno cuando vieron que salié de la pelota un cuarzo blanco, que se fue brincando sobre el patio de juego. — {Qué es eso? —dijo Un Cerbatanero, Shbalanké—. Vosotros queréis matarme. {Acaso no mandasteis a llamarme? De veras, lastima de mi. Yo me iré —les dijo el hijo. Pero no aceptaron, deseosos estaban de que muriera en la lucha. No lo vencieron, no result6 asi; al contrario, el hijo vencio a los del Infierno. —No os vay4is, hijo; todavia tenemos que luchar y emplearemos vuestra pelota —le dijeron al hijo. —Estd bien —dijo luego. Tomaron la pelota de él y asi acepto luchar. En seguida se pusieron a cortar los premios. — {Qué vamos a ganar? —dijeron los del Infierno. —jEs verdad, pues! —dijo el hijo. —Tenemos que ganar cuatro recipientes 94 de flores —dijeron los del Infierno. —Esta bien, pero jqué clase de flores? —preguntd el hijo a los del Infierno. —Un manojo de muchij rojas, un manojo de muchij blancas, un manojo de muchij amarillas y un manojo de las grandes —dijeron los del Infierno. —Esta bien —dijo el hijo. Luego empez6 la lucha, eran iguales las fuerzas, pero las sobrepaso la del hijo; por su nobleza, intencionalmente se dejé vencer. Se pusieron contentos los del Infierno cuando le ganaron. — {No estuvo bien lo que hicimos? Primero no pudimos vencerlo —dijeron los del Infierno. — Donde ird a traer las flores? —se dijeron entre si. —Muy temprano nos traeréis las flores que ganamos —dijeron los del Infierno a Un Cerbatanero, Shbalanké. —Esta bien, pero temprano tendremos que volver a luchar —dijo entonces. De una vez se pusieron de acuerdo. Después entré el hijo en una casa de obsidianas, segunda prueba de los del Infierno; lo que querian era que fuera herido y luego se muriera, pero no se murié por las obsidianas. Les dijo a las obsidianas, de una vez les destino: —Lo que pertenece a vosotros es la carne de todos los [animales - Ya nunca se movieron, cayeron en una privacién todas las obsidianas, eran las que estaban en la casa de obsidianas esa noche. Luego Ilamé a todas las hormigas: — jHormigas arrieras, hormigas comejenes! Venid, os necesito a todas; me iréis a cortar las flores que han ganado los Sefiores. —Esta bien —contestaron entonces. Se fueron todas las hormigas acarreadoras de las flores 95 cultivadas por Una Muerte, Siete Muertes. Pero antes habian aleccionado los Sefiores a los guardianes de las flores del Infierno: —Cuidad nuestras flores, no permitdis que las roben, porque hemos ganado al hijo, y no sabemos a dénde iré a traer las flores que le hemos ganado. Ni un momento os durmais durante toda la noche. —Esta bien —contestaron; pero nada sintieron los cuidadores del cultivo. Sdlo cantaban sobre las ramas de los drboles cultivados, iban a posarse ahi; uno cant6 el canto del cuerpo ruin: ;Cuerpo ruin! Luego canto el pijuy: jPijuy!, jpijuy!, contestaba el que se llama pijuy; eran dos los que estaban posados en el cultivo, cultivo de Una Muerte, Siete Muertes. No sentian a las hormigas, ladronas de lo que estaban cuidando; se amontonaban las hormigas, trajinaban afanosamente las acarreadoras de flores: las que iban a cortarlas sobre los arboles, las que las pepenaban debajo de los arboles. Nada mds cantaban los cuidadores, no sentian que les estaban robando también las plumas de su cola. Cuando aumentaban las flores que caian, las pepenaban y volvian a cortar; asi llenaron cuatro recipientes. Cuando amanecié lleg6 el mensajero citador y le dijo al hijo: —Que venga, dice el Sefior; que traiga lo que le han ganado. —Estd bien —contesto y se fue llevando levantados los cuatro recipientes de flores, Llego ante el Sefior, ante los Sefiores llevando las flores muy frescas. Asi fueron vencidos los del Infierno. Sdlo hormigas ocupé el hijo 96 y solo en una noche cortaron las flores y las colocaron en los recipientes, fue asi como escarmento a todos los del Infierno, palidecieron al ver las flores. Pronto mandaron a llamar a los guardianes. — (Por qué se dejaron robar nuestras flores? Vemos que éstas son nuestras flores —les dijeron a los guardianes. —No lo sentimos, Sefior. Tampoco sentimos que nos masticaban nuestras colas —dijeron. Al momento les rasgaron el pico como castigo porque se dejaron robar lo que estaban cuidando. Asi fue como vencié Un Cerbatanero, Shbalanké a Una Muerte, Siete Muertes: esto ocurrid muy antiguamente; también desde entonces tienen tendido el pico los cuerpos ruines como hoy. Inmediatamente se pusieron a luchar, pero luchaban iguales; al fin termino la lucha. Luego se pusieron de acuerdo: —Entonces hasta mafiana otra vez —dijo el del Infierno. —Muy bien —dijo el hijo cuando concluyeron. En seguida entro a la Casa de Hielo; habia mucho hielo que blanqueaba el interior de la casa. Luego seco muy bien el hielo, lo derritio y lo hizo desaparecer. Qué se iba a morir, estaba vivo cuando amanecid. Lo que deseaban los del Infierno era que se hubiera muerto de una vez, pero no result6 asi. Estaba bueno y salvo cuando amanecio. Al momento ya estaba de pie su citador, y se fue otra vez a llevar la noticia. éY por qué no se muri6? —dijo el Infierno. Pero en seguida admiro la hazana del hijo Un Cerbatanero, Shbalanké. Después entro en una casa de leones, habia muchos leones alli adentro. —No vaydis a comerme, esta destinado 97 Salié muy bien; la cara resulté bonita y hasta habld. En esto ya iba a amanecer, se enrojecio el horizonte, pero ya queria oscurecer otra vez. —jTodavia no esta hecha la cara? —Si —dijo el anciano?°, pero se ennegrecid y de repente oscureci. Cuatro veces oscureci6 el anciano?? . “Periodo de la oscuridad”’, le dice hoy dia la gente. Era para que saliera perfecta la cara; termin6 de remendarla. — {No esta bueno? —le dijeron a Un Cerbatanero. —Esta bien —contest6, y empezo a girar la cabeza como si hubiera sido verdadera. En seguida conversaron y se aconsejaron: —No se suspende la lucha, tinicamente tienes que recogerte, sdlo yo tengo que hacerlo —le dijo Shbalanké. Luego aconsejO a un conejo: —Te estards arriba de la plataforma de juego, dentro del chicharral. Cuando llegue la pelota inmediatamente te sales, yo haré lo demas —le dijo al conejo, lo aconsejé durante la noche. En eso amanecio y estaban muy bien de salud los dos. Empez6 otra vez la lucha, ya estaba colocada la cabeza de Un Cerbatanero sobre la plataforma del patio de juego. —jYa los vencimos! ;Ya estuvo! iYa se entregaron! —les dijeron a Un Cerbatanero, a Ishbalanké. Enseguida Un Cerbatanero comenzo a animar: —Golpead duro la cabeza con la pelota —les dijo—, no duele, jquebradla! Los Sejiores del Infierno perdieron el tiro; Shbalanké se hincé, dio con la pelota contra la lanza y al rebotar pas6 zumbando sobre la plataforma del juego; solo fue un golpe y el primero, la pelota derecho cayé6 en el chicharral. 100 Entonces salié ligero el conejo, se fue brincando; lo persiguieron los del Infierno en tumulto ruidoso, rapido se fueron tras el conejo, se fueron todos los del Infierno. Mientras tanto Shbalanké fue a traer la cabeza de Un Cerbatanero, asimismo rapido fue a traer el chilacayote y lo colocé sobre la plataforma en lugar de la cabeza de Un Cerbatanero, igual parecia??, se pusieron muy contentos los dos. Todavia estaban buscando la pelota los del Infierno; pero en eso fue a traer la pelota del chicharral y los llam6 Shbalanké: —Venid pues, ya encontré la pelota —dijo. Era alegria cuando llegaron los del Infierno. — Por qué no la vimos? —dijeron. En seguida empezaron a competir otra vez, igual luchaban ambas partes. De repente Shbalanké le pego al chilacayote, el chilacayote cay6 en el patio de juego, vislumbr6 la blancura de las pepitas ante ellos. —Quiénes van a recogerlas? ;Donde estan los recogedores? —dijeron los del Infierno. De esta manera Un Cerbatanero, Shbalanké vencid?> a los Sefiores del Infierno. Grandes sufrimientos le hicieron padecer; pero no murio. MUERTE DE UN CERBATANERO, SHBALANKE. Este es el relato de la muerte aN de Un Cerbatanero, Shbalanké. Dispusieron pues todos los sufrimientos que ye le desearon, pero no se muriO por los castigos . os) del Infierno, no lo vencieron todas las fieras que habia en el Infierno. En seguida envio a dos adivinos como observadores. Sus nombres eran Shult y Pakam, grandes sabios. 101 —Si os preguntan los del Infierno sobre mi muerte, sobre lo que piensen para matarme y por qué no me mori, es decir, por qué no me vencieron y con sus tormentos ni me atacaron los animales, hablad como os diré. ~e Mi corazon presiente que usardn el fuego S para darme muerte. jAcaso no se reunieron todos los del Infierno? No es cierto que mori en la Casa de los Murciélagos. Estas son mis instrucciones, lo que debéis decir: Si os preguntan sobre mi muerte, de mi sacrificio, ,qué diréis vosotros, Shulu, Pakam? Si os preguntan: ‘‘ {No sera bueno que arrojemos sus huesos al barranco?”, responderéis: “‘No conviene, porque resucitarién después.”’ Si os preguntan: “‘;No sera bueno que lo colguemos de los arboles”, les responderéis: “Tampoco esta bien, porque volveréis asi a verlo.” Y si os preguntan en seguida por tercera vez: “i Entonces no es mejor que arrojemos sus huesos rio abajo?” Si esto os dicen, responderéis al momento: “ ;Esto esta magnifico! , que se muera: que se pulvericen sus huesos sobre las piedras como maiz molido, que se muela hueso por hueso y quede el polvo de sus huesos en el rio, que el agua se lo Ileve, pasando entre pequefias y grandes montafias.” Cumpliréis bien al pie de la letra este plan que os explico —dijo Un Cerbatanero, Shbalanké. Cuando él aconsej6 asi ya sabia que lo iban a matar. Se prepar6 pues una gran piedra candente, como chojinero, que hicieron los del Infierno; emplearon para ello grandes ramas combustibles. Luego lleg6 un mensajero para llevarlo, era el mensajero de Jun Kemé, Wukub Kemé. 102 —Que vengas, dicen los Sefiores. Id a buscar al hijo, que sepa que lo vamos a quemar, hablo el mensajero. —Estd bien —respondi6. Rapido se fue. Lleg6 a la orilla del quemadero, ahi lo obligaron a jugar. ~-Aventemos nuestra pelota, cuatro veces, debe rebotar por cada uno, hijo —le dijo Jun Kemé, Wukub Kemé. —;,Ah!, amino me engafian. ;Acaso no me doy cuenta de que buscan mi muerte, Sefiores? Ya lo veréis —dijo, y se quedo mirandolos. Abrio los brazos y agachado se fue directo sobre el quemadero. Aqui fue donde murio. Se pusieron felices todos los del Infierno. Luego estallaron en silbos, agudos silbidos como sefial de triunfo. — {No lo vencimos, en verdad? {Como no ibaa entregarse? —dijeron. Luego Ilamaron a Shulu, Pakam, a quien se le dejo el consejo. La llamada era para consultarle a donde se Ievaria el polvo de sus huesos. Shult, Pakam aconsejo a los del Infierno que recogieran el polvo de sus huesos y lo arrojaran al rio. Pero la corriente no arrastré el polvo de sus huesos, sino que se fue al fondo del rio. jEra hijo, escogido, fue creado! Se le volvié a ver la cara, volvié a mostrarse. Al quinto dia resucito, la gente lo vio a orillas del rio, tenia apariencia de gente-pez. Lo vieron los del Infierno y trataron de buscarlo en las orillas del rio. Solo en las mafianas se mostraba, de apariencia miserable; su cuerpo estaba cubierto de andrajos y se cubria con un tapado muy pobre. Los del Infierno lo vieron muy pobre, pero ya era diferente lo que hacia: divertia con el baile del pujuy, baile 103 de la comadreja, del armadillo, del anda-solo; de preferencia el del chitik. Muy admirable lo que hacia: quemaba casas y volvian a ser casas; muchos de los del Infierno lo vieron, se tendia y se cortaba el vientre para matarse. Se mataba primero y luego resucitaba; sdlo miraban los del Infierno todo lo que hacia. Todo lo que hacia estaba pensado para vencer a los del Infierno. La noticia de los bailes llegd luego a oidos de Jun Kamé, Wukub Kamé; cuando lo supieron dijeron: — ¢Quién serd ese miserable que se mata y resucita? Era cierta la noticia que les llego a Jun Kamé, Wukub Kamé; les llamo mucho la atenciOn, enviaron un mensajero a Ilamarlo: —Que venga a divertirnos. Queremos verlo, queremos admirarlo, eso le diréis —dijeron al mensajero. Llegé éste donde el bailador, le dijo el mandado de los Sefiores. —No quiero ir, porque de veras tengo miedo; ademas, me da vergiienza entrar a la casa de los Sefiores porque es horrible mi presencia, tengo muy grandes los ojos por la pobreza. ,No han visto que s6lo soy bailador? Qué dirdn mis compafieros pobres, se quedan sin la diversion de mi baile, se entusiasman conmigo. No es conveniente pues que lo haga para los Sefiores. De manera que no quiero ir, mensajero —dijo Jun Aj Pu, Shbalanké; se le veia al mensajero en el semblante la amargura, el dolor por la negativa. Shbalanké no querfa ir, muchas veces lo habian forzado ya. El citador apretaba los dientes de la cdlera. Pero al fin se fue donde los Sefiores. Llegé pues, a donde los Sefiores; afligido, cabizbajo, llego, se humillo, se prosternd 104 y los reverencid, vestido de andrajos, como estaba. En verdad se veia muy pobre al llegar. Le preguntaron de su pais, de su pueblo mejor dicho. Le preguntaron también por su madre y su padre. — 4De donde pues venis? —le dijeron. —No sé, Sefior. No conoci a mi madre ni a mi padre; era yo muy pequefio (2°) cuando murieron —contest6. No revelo absolutamente nada. —Estd bien, ‘divertidnos. ;Cudnto cobrais?, lo pagamos —le dijeron. —No quiero, de veras me da miedo —le contest6 al Sefior. —No tengais miedo, no os asustéis. | Bailad! Serfa mejor primero el baile en que cortais vuestro vientre; después quemaréis mi casa. Haced todo lo que sabéis, queremos divertirnos, es nuestro deseo. Para eso fuisteis llamado; os daremos vuestra paga —le dijeron. Principio a cantar y a bailar; salieron todos los del Infierno. Se aglomeraron los espectadores; comenzé a bailar el baile de la comadreja, el baile del pujuy; baild el del armadillo. Le dijo entonces el Sefior: —Cortad el vientre de mi mapache, que reviva a nuestra vista. —Bueno —contesto. Partié al mapache y revivio ante ellos. En verdad se puso contento el mapache Te cuando revivio, movia la cola. Le dijo entonces el Sefior: —Quemad ahora mi casa. Al instante quemé la casa del Sefior, estaban adentro amontonados todos los Sefiores. No se quem6, rapido se volvié casa, no se perdido la casa de Jun Kamé. 105 Se admiraron todos los Sefiores. Solo bailaba muy contento. Después le dijo el Sefior: —Matad ahora a un hombre,?* cortadle el vientre, a ver si no se muere. —Esta bien —contest6 y al momento trajeron un hombre; luego le cort6 el vientre, levanté en alto su corazén, lo guard6 a la vista de los sefiores. Se maravillaron Jun Kamé, Wukub Kamé. Rapido revivié al individuo, fue grande su alegria cuando resucito. Lo admiraron los Sefiores. —Destazad vos mismo vuestro vientre, queremos ver, de veras deseamos ver vuestro baile —dijeron los Sefiores. —Estd bien, Sefior —contest6. Al momento se corto a si mismo Jun Aj Pu, le tendieron cada pierna, cada brazo, le cortaron la cabeza y la colocaron distante; le sacaron el corazon y lo pusieron sobre hoja de milpa, se embriagaban todos los del Infierno de admiracion. — jLevantaos! —le dijeron y rapido revivio. Grande fue su alegria, se pusieron contentos los Sefiores. Era esto lo que querfan Jun Kamé, Wukub Kamé, ponerse contentos como si ellos estuvieran bailando. Mucho los entusiasmo el baile de Jun Aj Pu, Shbalanké. —Hacedlo a nosotros, cortad nuestros vientres —dijeron Jun Kamé, Wukub Kamé a Jun Aj Pu, Shbalanké. —Estd bien, resucitaréis;;no es para divertiros que me habéis llamado? Primero le corté la cabeza al sefior Jun Kamé, el duefio del Infierno; estaba muerto Jun Kamé cuando trajeron a Wukub Kamé; ya no revivieron. Precipitadamente 106

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